Articulo Fragilidad Del Anciano en Español
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http://scielo.sld.cu/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0864-21252004000400009#autor
REFERENCIA
Fragilidad en el adulto mayor. Un primer acercamiento
Resumen
Para los médicos que en su trabajo cotidiano asisten a personas ancianas, el término de fragilidad suele
resultar familiar, pero difícil de conceptualizar, y en muchas ocasiones lo asocian a envejecimiento,
discapacidad o comorbilidad. En los últimos 15 años el interés por la fragilidad ha ido en aumento.1 Si en
los años 60-70 se iniciaron las bases de la evaluación del adulto mayor y en los 80 se demostró la utilidad
de la valoración geriátrica integral, en la década de los 90 el interés se concentra en la evaluación de la
fragilidad en el anciano.2 Una búsqueda en MEDLINE reveló que la fragilidad fue citada en 335 artículos
desde 1989 hasta 1992, y en 563 artículos, desde 1992 hasta enero de 1996.3 Desde 1996 hasta la fecha
el número de artículos publicados es impresionante y trabajoso de cuantificar. En los países más
desarrollados existe una incesante búsqueda de marcadores clínicos y biológicos de fragilidad en el
adulto mayor. La identificación de ancianos frágiles y con riesgos de declinación funcional constituye una
parte esencial de la evaluación geriátrica.
Desarrollo
Buchner y Wagner han sugerido que las alteraciones de varios sistemas fisiológicos, incluyendo la
disfunción del sistema músculo-esquelético, del control neurológico y del metabolismo energético, en
presencia de un estimulo fisiológico, influye en el desarrollo de este desorden.5 La mayoría de los autores
coinciden en que las manifestaciones clínicas más comunes son una disminución involuntaria del peso
corporal, de la resistencia y de la fuerza muscular, trastornos del equilibrio y de la marcha y una
declinación de la movilidad física.4, 5, 9,13-15
Fisiopatología
Un artículo publicado por investigadores del Centro Geriátrico "Johns Hopkins" propone 3 trastornos
relacionados con el envejecimiento, más los factores ambientales como base fisiopatológica.8
1. Sarcopenia.
La sarcopenia (disminución de la masa muscular relacionada con la edad) parece ser el principal
componente del síndrome, y está relacionada con el empobrecimiento de la velocidad de la marcha, la
disminución del apretón de mano, el incremento de caídas y la disminución de la capacidad para
mantener la temperatura corporal. Es consecuencia, en lo fundamental, de la disfunción neuroendocrina e
inmunológica relacionada con el envejecimiento y de factores ambientales. La sarcopenia puede ser
diagnosticada asociando la talla, el peso corporal, la circunferencia de la pelvis, la fuerza del apretón de
mano y los pliegues cutáneos.16
2. Disfunción neuroendocrina.
Incremento del cortisol: La secreción de cortisol aumenta con la edad en ambos sexos. Altos
niveles de cortisol están relacionados con la sarcopenia y con la disminución de la resistencia a
enfermedades infecciosas. Las mujeres tienden a tener mayores niveles que los hombres, por lo
que son más susceptibles de sufrir de fragilidad.
Disminución de la hormona del crecimiento: Esta hormona juega un importante papel en el
desarrollo y mantenimiento de la masa muscular en todas las edades. En ambos sexos su
secreción disminuye en la medida que envejecemos (aunque los hombres mantienen mayores
niveles), favoreciendo así el desarrollo de la sarcopenia.
Disminución de la testosterona: En los hombres se produce una gradual declinación en la
secreción de testosterona según avanza la edad, debido a una disfunción del eje hipotálamo-
pituitario y al fallo testicular. La testosterona ayuda a mantener la masa muscular y la
disminución de su secreción contribuye a la sarcopenia.
Disminución de los estrógenos: Los niveles de estrógenos decrecen abruptamente con la
menopausia acelerando la pérdida de masa muscular.
3. Disfunción inmune.
El envejecimiento está asociado con un incremento de los niveles de citoquinas catabólicas (como las
interleukinas y el factor de necrosis tumoral) y con la declinación de la inmunidad humoral. La
testosterona en los hombres limita la producción de citoquinas catabólicas, mientras que los estrógenos
pueden aumentarlas, contribuyendo a una mayor incidencia de fragilidad en las mujeres. Hay evidencias
de que el dimorfismo del sistema inmune, responsabilidad en parte de los sexosteroides, hacen al hombre
más susceptible a la sepsis y a las mujeres más susceptibles a los procesos inflamatorios crónicos y a la
pérdida de la masa muscular.
4. Factores ambientales.
La baja actividad física y la pobre ingestión de calorías en mujeres, comparadas con los hombres,
también las hacen más vulnerables para sufrir el síndrome de fragilidad.
Marcadores clínicos
Linda P. Fried y otros desarrollaron una hipótesis de fragilidad considerando que las manifestaciones
clínicas presentes en el síndrome están relacionadas entre sí, y teóricamente pueden unificarse dentro de
un ciclo donde la presencia masiva de los elementos que lo integran lo definen (figura). Los individuos
pueden iniciar el síndrome por cualquier parte del ciclo, pero fundamentalmente por 2 vías:9
1. Como resultado de los cambios fisiológicos asociados a la edad, por ejemplo, la anorexia
asociada al envejecimiento, los cambios musculoesqueléticos y la sarcopenia.9,17-20
2. Como resultado del efecto de las enfermedades.9
1. Pérdida involuntaria de más de 10 libras (4,5 kg) de peso corporal o una disminución mayor o
igual al 5 %.
2. Disminución en un 20 % de la fuerza del apretón de mano, medido con un dinamómetro y
ajustado según sexo al índice de masa corporal (IMC).
3. Pobre resistencia, como signo de agotamiento, explorado mediante 2 preguntas obtenidas de
una escala del Centro para el Estudio Epidemiológico de la Depresión.21
4. Velocidad al caminar una distancia de 15 pies (4,6 m) mayor o igual a 6 ó 7s, según el sexo y la
talla.
5. Baja actividad física según una versión de un cuestionario que recoge el tiempo empleado en la
práctica de ejercicios físicos y actividades recreativas.22
Una investigación realizada en Holanda definió el estado de fragilidad por la combinación de inactividad
física con uno de los parámetros siguientes:13
Los 2 últimos aspectos justifican describir la fragilidad como una discapacidad subclínica o
preclínica.29 La fragilidad puede causar discapacidad, independientemente de la existencia o no de
enfermedades, quizás sea un precursor fisiológico y factor etiológico de discapacidad.9
Con la aplicación del fenotipo propuesto por Linda P. Fried y otros se encontró que el 46 % de los sujetos
frágiles presentaron comorbilidad, el 6 % discapacidad, el 22 % ambas categorías (fueron frágiles con
comorbilidad y discapacidad) y un 27 % fueron frágiles puros.9
El estado de fragilidad tiene un valor predictivo para la aparición de efectos adversos para la salud, pues
los sujetos frágiles poseen mayor porcentaje de hospitalización, caídas y muerte. Este valor se mantiene
después de ajustar los factores socioeconómicos, los síntomas depresivos y la discapacidad, por tanto, el
síndrome de fragilidad constituye un factor de riesgo que tiene carácter independiente.9
Marcadores biológicos
Marcadores metabólicos como la insulina, la glicemia, los lípidos y las proteínas han sido seriamente
estudiados. El estudio refleja que en la población no diabética altos niveles de insulina y glicemia en
ayunas y 2 horas después de la ingestión de 75 g de glucosa, está significativamente relacionado con la
fragilidad.30
Los autores obtuvieron en la población frágil niveles inferiores de albúmina y colesterol de las
lipoproteínas de baja densidad. Plantean que la disminución del riesgo de fragilidad está asociado al
incremento de los niveles de colesterol de las lipoproteínas de baja densidad, de las de alta densidad y la
del colesterol total. También, cuando se excluyen a los diabéticos y cardiópatas, aquellos con mayores
niveles de colesterol total y el de las lipoproteínas de baja densidad, tienen menos posibilidad de ser
frágiles.30 Ellos afirman que la disminución de los niveles séricos de albúmina están asociados al
aumento del riesgo relativo para morir.30
Un estudio con 637 ancianos italianos hospitalizados identificó los niveles bajo de colesterol sanguíneo
como factor de riesgo de fragilidad.31
Marcadores de la vía de coagulación como el D-dímero y el factor XI activo alfa1 antitrypsina han sido
ampliamente estudiados. El incremento del nivel de fragilidad ha sido asociado con altos nivel de el D-
dímero y factor XI activo alfa1 antitrypsina. Altos niveles de D-dímero y en menor medida de interleukina 6
están asociados a declinación del estado funcional y al aumento de la mortalidad.32,33
Conclusiones
Como afirma Harvey Jay y otros el estado de fragilidad es un tipo de síndrome de fallo multiorgánico
crónico,33debido a la disfunción de múltiples sistemas fisiológicos, clínicamente expresados por
disminución del peso corporal, de la fuerza muscular, de la resistencia y de la actividad física,
predisponiendo al adulto mayor para la aparición de eventos adversos para la salud. Su diagnóstico
temprano y tomar medidas oportunas, puede disminuir el riesgo de morbilidad, hospitalizaciones e incluso
la muerte de los pacientes afectados.
Summary
The frailty state is a clinical and biological syndrome characterized by a reduction of resistance and of the
biological reserves of the older adult to stressing situations as a result of the accumulative waste of the
physiological systems, causing higher risk for suffering adverse effects for health, such as. falls, disability,
hospitalization, institutionalization and death. The reported prevalence ranged between 7 and 12 % in the
population over 65. Most of the authors agree that the most common clinical manifestations are involuntary
reduction of body weight, of resistance and of muscle strength, balance and walking disorders and a
decrease of physical mobility. Many studies have related the frailty syndrome to biomarkers and reactants
of acute stage, inflammation, metabolism and coagulation, in particular: reactive protein C, high levels of
coagulation factor VIII and fibrinogen, insulin, glycaemia, lipids and proteins as albumin.
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Recibido: 30 de septiembre de 2004. Aprobado: 9 de diciembre de 2004.
Dr. Guido Emilio Lluis Ramos. Calle 90 # 5117 entre 51A y 53, Reparto Finlay, municipio Marianao,
Ciudad de La Habana, Cuba.