Ensayo Pubertad

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ESCUELA MILITAR DE ENFERMERIA

ENSAYO “PUBERTAD”

PSICOLOGIA

PROFESORA: LAURA NATIVITAS


ALUMNO: CDTE DE 1 AÑO MARCO ANTONIO
MENDEZ SANTIAGO
1A #15
INTRODUCCION

La pubertad, es el final de la infancia y paso a la adolescencia. Es una época difícil


por la intensidad y rapidez con que se suceden los cambios, tanto fisiológicos como
psicológicos, los cuales modifican no sólo el aspecto del joven sino también su
forma de entender el mundo, su capacidad de razonamiento y valoración y el modo
de relacionarse con los demás.

La pubertad constituye propiamente el primer período de la adolescencia y en ella


se inician las transformaciones orgánicas y psíquicas que marcarán el paso del
muchacho o de la muchacha de la niñez a la juventud. Su aparición difiere según
los grupos raciales y las condiciones climáticas: comienza antes en las personas de
raza negra y en las zonas cálidas. En las regiones templadas y entre la raza blanca,
suele iniciarse de los doce a los trece años para el sexo femenino y de los catorce
a los quince para el masculino.
Aspecto Físico:

Desde la región hipotalámica parecen surgir los estímulos que


incrementan la actividad de la hipófisis, cuyas secreciones influyen en
el crecimiento así como en la actividad de las demás glándulas
endocrinas, especialmente las suprarrenales, tiroides, ovarios y
testículos, que actúa sobre los órganos que participan en la
transformación puberal. Las secreciones de algunas de estas glándulas,
a su vez, estimulan o inhiben la actividad hipofisaria, regulando y
equilibrando la actividad endocrina.

El crecimiento se observa sobre todo en la altura (8-10 cm. por año),


que se produce asincrónicamente (se lleva a cabo primero en las
extremidades) lo que lleva a la desarmonía pubescente: tronco corto y
estrecho, junto a piernas muy largas, manos y pies muy grandes y
rasgos faciales toscos. Concomitante a la desarmonía externa
encontramos la desarmonía motora. Se diferencian las formas
masculinas y femeninas.

Aparece el bello corporal, púbico y axilar, y en los varones el bello facial.


Hay cambios en la piel y aumenta la secreción sebácea con la
consiguiente propensión a la acné. Por lo general, la voz cambia y
comienza a tener un tono más grave. También varía la composición del
sudor. Se modifican la presión arterial el metabolismo basal y la
frecuencia del pulso. Las espaldas de los muchachos y las caderas de
las jóvenes se ensanchan. Bajo la piel de las niñas de desarrolla una
capa de grasa que redondea su silueta. Todos estos cambios culminan
con el desarrollo sexual, la menarca en las niñas, y la producción de
espermatozoides en los varones.

Estas complejas y múltiples transformaciones afectan la personalidad


total del púber e influyen en su vida afectiva.
Las modificaciones físicas determinan cambios en el esquema corporal,
en la valoración que el joven tiene de sí mismo. Muy a menudo, por otra
parte; son asincrónicos o bien no coinciden con la evolución de sus
amigos y compañeros, lo que lo hace sentirse distinto a los demás, raro,
y a veces hasta anormal si la diferencia en el ritmo de crecimiento es
muy notoria.

Su cuerpo de extremidades largas, que no sabe cómo usar y acomodar,


lo hace sentirse torpe e inseguro, el acné lo atormenta y cree en la
fealdad en el momento en que más desearía ser agradable y atractivo.
Los varones se preocupan por su estatura, su fuerza y el desarrollo de
sus genitales, y pueden llegar a dudar de su virilidad si el desarrollo de
aquéllos y de los otros caracteres sexuales secundarios no corresponde
a sus expectativas.

También las niñas vigilan atentamente el crecimiento del cuerpo, sus


nuevas formas, que las alegran o por lo contrario las avergüenzan, y
tratan de disimularlas o hacerlas resaltar. En ellas las primeras
menstruaciones pueden ser una fuente de conflictos si no han sido
informadas previamente del fenómeno, sus causas y razón de ser, cosa
que aún hoy en día muchas madres se resisten a hacer "para no hacer
perder la inocencia" a sus hijas. Como consecuencia, muchas niñas
viven la primera menstruación con culpa y vergüenza y recurren a sus
amigas o a adultos más accesibles que sus madres en busca de
información y consejo. No pocas tienen temores de haber sufrido daños
corporales. La silueta y su ajuste o alejamiento de las pautas de belleza
socialmente impuestas las llevan a efectuar regímenes caseros y
racionales y que pueden dañar su salud. En casos más extremos y que
requieren tratamiento psiquiátrico, puede presentarse la “anorexia
nerviosa”, en que la joven rechaza la alimentación por el significado
inconsciente que ésta tiene para ella.

Tanto los varones como las niñas caen en ensoñaciones diurnas, en


que se imaginan situaciones relacionadas con su futuro, su éxito en el
trabajo o el amor. En los primeros, los ensueños suelen tener un
contenido erótico, mientras que en las niñas son más bien de índole
romántica.

La masturbación es bastante común en la pubertad, disminuyendo


hasta desaparecer hacia el final de la adolescencia. Es más frecuente
en los varones que en las niñas. No suele tener consecuencias
dañosas, salvo en jóvenes en pugna con su propia conciencia y que
sufren sentimientos de culpa, miedo a ser descubiertos y consecuencias
nefastas tales como impotencia, taras mentales, etc. Cuando la
masturbación se hace muy frecuente y compulsiva puede ser expresión
de una perturbación psíquica más profunda.

En la pubertad y primeros años de la adolescencia puede haber


tendencias homosexuales transitorias, a menudo encubiertas, y suele
presentarse el fenómeno de la idealización de algún adulto conocido,
generalmente un profesor o profesora (suele ser del mismo sexo del
joven), a quien se considera dueño de todas las virtudes que el joven
querría hallar en sus padres o que quisiera lograr él mismo al crecer.

Aspecto Psicológico:

• Emotivo:

Los caracteres ya mencionados del desarrollo puberal no son los únicos


cambios que el adolescente ha de enfrentar. Está en un período
intermedio entre la niñez y la edad adulta, sin ser ni una cosa ni la otra.
No sabe muy a menudo, entonces, si comportarse como un niño o como
adulto, y es frecuente que fluctúe entre ambos extremos, o incluso que
sea niño y adulto al mismo tiempo, como cuando exige con una pataleta
que se respeten sus derechos a salir y volver a la hora que él considera
justa. Esta inconsistencia e inseguridad, se suma a la propia, aumenta
su irritabilidad y tensión emocional, y se descarga en comportamientos
agresivos, hoscos, retraimiento, o bruscos cambios de humor. Su
comportamiento fluctúa entre los polos de una gran actividad y la
pereza.

Muchos jóvenes viven este período como una crisis; otros, sin embargo,
lo ven como un cambio paulatino.

El sentimiento se presenta muy excitable y lábil, por lo que esta etapa


es caracterizada como emocional. El estado de ánimo es oscilante, se
presenta una alta disposición al miedo y una alta reactividad a los
estímulos

A pesar de esa real y amplia apertura al mundo, su yo es el centro de


interés: necesita ser reconocido y aceptado por los demás, necesita
autoafirmarse y ser comprendido, cosa que el adolescente piensa que
pocas veces sucede; en parte porque tampoco él llega a comprenderse
totalmente. Es una edad de afectos intensos, de grandes alegrías y
sobretodo de doloroso momentos de depresión y melancolía, en que el
joven se siente incomprendido y rechazado. Hay una exaltación de la
personalidad y del propio yo.

La joven pasa por momentos de languidez y ensoñación, puede estar


taciturna o malhumorada, disminuir su rendimiento individual, con los
problemas familiares que esto acarrea. Su atención se centra en su
físico y pasa largos ratos ante el espejo ensayando peinado, gesto, y
miradas y examinándose crítica y exhaustivamente . El varón puede
tener abiertas conductas de rebeldía y autosuficiencia que esconden su
inseguridad e inexperiencia.

El adolescente, necesita “romper el cascarón” y nacer al mundo,


buscando ser él mismo. Pero todo proceso de independización es hasta
cierto punto doloroso, implica rupturas y hasta soledad y afecta
intensamente al joven.

• Intelectual:

El joven no sólo es más consciente de sí mismo sino que lo es también


de su mundo, que ya no es el pequeño mundo familiar, sino que es el
mundo entero. Surge una gran sensibilidad hacia los problemas sociales
y se despierta el interés por la política.

Su inteligencia empieza a funcionar a nivel abstracto, captar teorías y


complacerse en comprenderlas y jugar con su significado y valor. Por
supuesto, esto depende también, y en gran medida, del medio
sociocultural en que el joven se desenvuelve, que es el que imprime un
sello particular a la problemática adolescente.

Es en la fantasía, donde el joven plantea, examina, trata de resolver o


resuelve muchos de sus anhelos, deseos, esperanzas, frustraciones,
problemas y dudas, cumpliendo un papel importante en su desarrollo y
adaptación. Cuando en cambio el fantaseo se hace exagerado
implicando una evasión de la realidad, debe ser encarado de otra
manera.
Se empieza a producir un cambio en la estructura psíquica, en cuanto a
la forma de pensar. Comienza a transformarse el pensar intuitivo
concreto en pensar abstracto. Lentamente se va desarrollando el pensar
técnico, además de la memoria lógico constructiva y la representación
y memoria intuitiva.

Aspecto Espiritual:

Se agudiza la conciencia en sí y comienza una lucha por el logro de la


independencia. El púber es profundamente idealista y cree en los
valores absolutos. Está en una edad de impulsos apasionados de
búsqueda de lo absoluto y de sí mismo. Este aspecto es el más
conflictivo de la adolescencia y el que plantea graves crisis entre padres
e hijos.

En relación al sentimiento religioso, se tiende a desarrollar uno personal,


ya que la incomprensión por parte de los padres, asumida por el joven,
lo llevaría acercarse a Dios.

CONCLUSION
Luego de realizar y analizar este trabajo, hemos obtenido varias conclusiones sobre esta etapa
denominada pubertad.

Podemos decir que la pubertad es una etapa determinada predominantemente por los cambios
físicos. Si bien no se producen importantes alteraciones psicológicas, se empieza a manifestar
las características de una futura conducta. En este período, el chico debe aprender a manejarse
con su nuevo cuerpo y de esta manera marcar el fin de la niñez. Este individuo sigue teniendo
una mente pequeña, y todavía tiene mucho que aprender. Sin embargo, se siente desubicado
pues es tratado por los demás como si fuera un hombre mayor. De este modo se ve obligado a
enfrentar una rápida maduración pues le llega la hora de tomar más y nuevas decisiones.

Por este motivo, es sumamente importante el papel desempeñado por los educadores. Deben
educar al niño adecuadamente, aclarándole directa e indirectamente los valores por los cuales
se regirá futúramente. Además los padres deben enmarcarle por sobre todas las cosas el
camino del bien y la libertad.
REFERNCIAS
https://www.adolescenciasema.org/ficheros/REVISTA%20ADOLESCERE/vol5num1-2017/07-
22%20Pubertad%20y%20adolescencia.pdf

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