Los Poemas de Anamar 2

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Los poemas de Anamar

Miguel Aguilar Carrillo


Los poemas de Anamar
Miguel Aguilar Carrillo

Los poemas de Anamar


Primera edición: 2016

D.R. © Ricardo Miguel Aguilar Carrillo

D.R. © Mandola

Editor: Luis Tadeus Yáñez Argüello

Priv. J.M. Morelos 19

Centro Histórico

76000 Querétaro, Qro.

ISBN: 978-607-97389-0-7

Impreso en México / Printed in Mexico


Proemio

Quien habla del amor, habla de nada.


De nada habla quien del amor nos habla.
El amor y el deseo son un silencio.
Se desea porque sí. Se ama porque se ama.

El amor no se escucha. No se palpa el deseo.


Ambos caminan por la noche del alma
y no hay descanso. Se ama porque el deseo
es ungüento en la piel y las entrañas.

Quien habla del amor habla de nada.


A la manera de Ernesto Cardenal

Y tal vez verás, Claudia, que estos poemas,


(escritos para conquistarte a ti) despiertan
en otras parejas enamoradas que los lean
los besos que en ti no despertó el poeta
Ernesto Cardenal
11

Así como Claudia quedó en los versos de Ernesto Cardenal


para siempre, en mis líneas quedará tu nombre como constancia
que te amé, aunque tú nunca leas mis poemas
y no sepas lo que escribí para ti.

Tu nombre, Anamar, quedará en los poemas sin que lo quieras tú.


12

Mujeres que creéis que son deseadas por un poeta oscuro,


cuyos versos no aparecen en las antologías
y son rechazados por las revistas y los suplementos
no piensen en él, porque él no piensa en ustedes.

Él sólo piensa en ti.


Así sabrás que tu nombre se conocerá
aunque pocos sabrán de tu existencia.

Lo que te digo es sólo porque un aire


me falta en los pulmones
y ese aire tú lo tienes.
13

Luego de la despedida vine a casa


con el afán de olvidar tu nombre y emborracharme.

Dejar al alcohol dirigir los fantasmas…


Y no pude ni emborracharme ni olvidar tu nombre.
14

Gracias te doy, mi Dios, porque Anamar me inspira.


Ella lo sabe o lo imagina.

Ir a comer con un poeta —aunque carezca


de prestigio y verdadera inspiración— es delicado.

Anamar no está consciente de ello, corre peligro.


Tal vez algunos versos escritos para ella
sean leídos por otros
y los conserven en la memoria.
A ellos se los doy.
15

Ernesto, ¿tú recuerdas a Claudia?, ¿cómo eran sus ojos?


La sonrisa de ella, ¿cómo era?, ¿cómo su caminar?

Luego de extender tu vida por otros vientos


dejaste a un lado a la mujer, pero no a la Revolución
ni a la Poesía.

Amigo Ernesto, yo recuerdo un amor juvenil:


sus ojos y su forma de andar, entre otras cosas.
Recuerdo a otras niñas que en su momento
me obligaron a leer a Cernuda.

Recuerdo de Anamar muchos instantes,


unas palabras suyas, una sonrisa.

Ernesto, vuelvo al principio


¿Cómo era Claudia, la recuerdas?
¿Cuál era su nombre verdadero?
16

Estos versos Anamar, no los escribo yo.


Estos versos no son míos.
Estos versos los dictaron tus ojos.
Estos versos son tus ojos que no me pertenecen.
17

También los famosos sufren y consumen pastillas.


No soy famoso, Anamar, lo sabes y sufro
tanto como los famosos.

Me emborracho y canto mis desventuras y escribo


algunos versos que no saldrán de la computadora.

No soy famoso ni tengo gruppies,


sólo tú me haces famoso y como los famosos, sufro.
18

Escribí unas líneas contra Felipe Calderón Hinojosa,


el terrible asesino que reza el Padre Nuestro cada día, ya borracho
y envió a sus secuaces a matar inocentes, a matar el amor.

Sus borracheras diarias son testigo de su maldad congénita,


al igual que el Chacal Victoriano Huerta,
tan mal recordado por la historia,
igual que Felipe Calderón, el multihomicida.

Lo hice por ti, Anamar; por la valentía que no tengo


como tampoco los hierros de tu abrazo.
19

Esta será mi venganza:


que un día llegue a tus manos el libro de un poeta famoso
y leas estas líneas que el autor escribió para ti
y tú no lo sepas
Ernesto Cardenal

Mi venganza no será como la de Ernesto Cardenal.


Llegarán mis versos a tus manos y sabrás
lo que escribí para ti, para que lo sepas.

Para que tú lo sepas.


20

Me guardo para mí lo que invento antes de poner mi cabeza


sobre la almohada y soñar.
Me guardo lo que pienso
y lo que invento antes de morir un poco.
Nadie lo deberá saber ni tendré confidente.

Lo que pienso de ti antes, que me permite descansar,


nadie lo sabrá, pero podrán imaginarlo.
21

No vivo en una dictadura. La dictadura eres tú


y no tienes la intención de quitarme la vida (ya me la quitaste).

Puedo hablar de los malos gobiernos que tenemos


y caminar tranquilo por las calles.

Los políticos son ladrones y ofrecen disculpas por sus robos.

No me persiguen porque no leerán estos versos


y tengo tranquila la conciencia.

Quien me persigue a todas partes eres tú


y tú no me detienes.
22

Estas casas, estas avenidas, estos autos que destilan contaminantes


no son tuyos, son de la democracia de los cerdos
que gobiernan al país.

Sólo mi cuerpo te pertenece,


sólo este cuerpo deshilachado que es tuyo cuando me miras.
23

El amor nació en las noches de mayo


cuando empiezan a germinar las semillas que darán fruto.

En las noches de mayo comenzó este amor


que germinaba desde años.

Las semillas que se mojaron por las aguas de mayo


tienen la cáscara sellada y no la esperanza del fruto.
24

Yo sin tú. Sujeto sin alteridad: objeto


Hugo Mujica

Si el espejo no miente soy objeto:


Yo sin tú.
25

Imitación de Catulo

Murió el pajarillo que era suyo; murió entre sus manos.


El pajarillo que le daba voz a su voz
y ser a su ser con su canto.

El pajarillo exhaló su aliento, las notas últimas


en las manos de Anamar.

Anamar no tiene ya el canto. Anamar está quieta en su rincón


cerca de la jaula amarilla del gorrión,
cerca del canto amarillo de lo que amaba tanto.
26

Registré tu mirada mientras tomabas nota


de la explicación que daba de la obra de un escritor famoso.

Me intimidaron tus ojos y no pude comentar lo que quería.


Balbucee hasta que tus ojos volvieron a la página.

Me sentí libre y pensé en lo que guardas dentro


y concluí la clase, humillado.

Qué más da, humillado.


27

No me pidas que deje de quererte, no está en mí.


Mientras te observo pienso en los árboles
que dan sombra y aire nuevo.

Te quiero a pesar del futuro y la ecología.


Te quiero en este instante, ¿quieres más?
Te quiero en el infinito que a nadie pertenece.
28

Que encontraré un amor, me dice Carla


mientras prende un cigarro.
Que ya deje de pensar en ti; mejor
me tome un whisky y olvide las penurias del amor.
Y le contesto que nada sabe de tu sonrisa,
de tus ojos, de tu andar.

Carla es escéptica con los datos que le doy.


—Ya llegará otra, no te apures.

Pero te veo en clase, la atención que pones,


tu aparente timidez
y no acepto lo que Carla me propone.
29

Aquello que guardas en tus manos, Anamar,


no es polvo ni ceniza;
es lo que no me quieres dar:
ese pajarillo, el trino amarillo del gorrión,
porque tengo mis manos con polvo, con ceniza.
30

Me dices Rafael, que no conviene Anamar


en mi corazón, que afecta las arterias
y puede provocar la hipertensión y otros males.

No atiendo tus palabras y rienda suelta doy al deseo,


por ti, Anamar, que limpias con tus ojos el ruido de la sangre,
que provocas la vida, lejos de la vida.
31

Federico me dice que ya no piense en ti.


El no te conoce. Sólo conoce mis quejas por tu ausencia.

Anamar no conoces que Federico es mi amigo


y lo que me dice es lo que él cree:
lo mejor para mí. No lo conoces
y hablar de él no te beneficia.

No lo juzgues, Anamar; quiere lo mejor para mí


aunque tú eres lo mejor, sin que lo sepa Federico.
32

Ayer no pude escribir ningún poema.


Mi hijo estuvo al pendiente de mis actos.

Le hablé de las virtudes de la luz (cuida mis diligencias).


Ignora La vita nuova y que un día estarás
con Beatriz en las estrellas comentando
del florentino sus hazañas y los sueños profundos
donde estuviste tú.

Dante y yo deberemos
organizar una parranda para matar las cuitas.
33

El que Tadeus me oiga no significa


que yo pretenda olvidarte.

Él sorbe un poco de tequila y me lanza un silencio.


Escucha lo que sufro y me conmueve
su manera de mirarme.

Bebe otro sorbo y mueve la cabeza con un no.


Desconoce que diriges mi vida.
Sabe que no me quieres y yo insisto
en que tal vez un día… un día.
34

…que ya he encontrado en ti,


todo lo que anhelaba,
que tu eres mi destino.
Miguel Pous

Benjamín me propuso que buscara en internet


los sitios de solteros.
Que algunos conocidos han encontrado algo.

Pero tú, Anamar, no eres un algo.


Eres, como dice el bolero, mi destino.

No lo pienso más, mi destino serás


aunque los astros (en los que no creo)
profeticen lo contrario.

La Pitia me reveló hechos distintos.


35

Me hirieron en la pierna en una manifestación


y estoy entre paredes y enfermeras.

No lamento mi suerte.
Si estuve allí fue porque no me quieres

y pensé que debería hacer cuanto pudiera


por encontrar tus ojos.
36

Las distancias apartan las ciudades.


Las ciudades destruyen las costumbres.
José Alfredo Jiménez

Estos puentes que ves unen la ciudad y acortan las distancias.


Estas avenidas recién inauguradas por el señor presidente
permiten conducir a lugares más lejanos.
Este celular abre un canal para las comunicaciones.

Este celular no está abierto para saber de ti.


Estas grandes avenidas no recorren
los caminos cercanos a tu cuerpo.

Estos puentes que unen los mosaicos


de la ciudad, me alejan de tus besos,
Anamar, me alejan de tus brazos.
De la costumbre necia de imaginarte cada día.
37

Señor, me diste la oportunidad de interpretar lo que añoro.


Eres justo cuando permites que lea en lo vivido.
Lo que duele con la confianza de que me protegerás.

Señor, Tú no juzgas que mis versos hablen sobre tu creación.


Me creaste a mí y me diste buenos padres que me criaron.

No Señor, no reclamo lo que hiciste:


serpientes de pasos breves, de pasos evaporados,
Antílopes de fino pelaje y otras maravillas.

Pero, Señor, añoro lo que nunca tuve:


las caricias de Anamar que me negaste.
38

Mujeres que pasáis por la Quinta Avenida,


tan cerca de mis ojos, tan lejos de mi vida…
José Juan Tablada

Desde mi puesto de observación miro pasar mujeres,


mujeres y más mujeres de todos los estilos.
No estoy en Nueva York ni en ninguna ciudad cosmopolita
como mi viejo amigo José Juan; en Querétaro, en Plaza de Armas,
con unos amigos, una taza de café, media cajetilla de cigarros
y un libro sobre pájaros que acabo de comprar.

Las mujeres transcurren como el tiempo transcurre, lentamente,


dejándose acariciar por la abulia del momento y las miro pasar
sonrientes unas, en silencio otras, solas o con hijos y amigas.

Catulo me comenta que deje de escribir poemas por un tiempo,


Ernesto lo confirma: repito los mismos temas insufribles,
¿las metáforas? una que otra se salvan.
39

Quizá deberías descansar un poco, dejar la pluma unos meses


para despejar el seso, y estudiar otros poetas.
Y me digo que no,
pues las líneas que escribo son para ti
que no te veo pasar con las otras mujeres,
que pasan a mi lado sin advertir que estoy con un papel escrito.

Las mujeres, como el tiempo pasan,


pero tú, Anamar, estás en mi cabeza sin que el tiempo pase.
40

El poeta no puede permanecer mucho


tiempo en la estratosfera del Verbo
René Char

Un día llegaste con un vestido negro


a la altura de las rodillas y los brazos descubiertos.

Lo recuerdo ahora que estoy en la estratósfera


sin verbo para recrear cómo apareciste
con tu vestido negro de algodón y tus brazos descubiertos.

Tal vez notaste algo en mí que no lo sé y no te he vuelto a ver


con un vestido así.

El negro, en diversas circunstancias, deja de ser luto


para alcanzar la estratósfera del Verbo
y descender en una caída lenta al sacro mar
donde surgió Afrodita.
41

No creamos en la Verdad Histórica que un político


corrupto anunció a las multitudes y obligó
a las redes sociales a denunciar su acto.

Anamar, tu versión de los hechos es diferente.


Tan desigual, quizá, que no se entienda en estos versos.

Tu verdad será diferente, pero no la escribirás.


Mi verdad, con las inconsistencias marcadas por el deseo,
quedará impresa en un papel imposible.
42

…cuando murió la breve luz…


Catulo

Apenas la noche se aproxima y rubrica que la vida es breve


como la luz que se fuga.

Apresurémonos a gozar los cuerpos,


en las caricias solazarnos y ayudar a la chispa
que el roce de las pieles ilumina.

No seas austera, Anamar, la tierra


invoca que la luz breve no lo sea.
43

Recuerda a Lesbia, Catulo, las noches infinitas


junto a ella, el ruido alegre y al final,
oleoso el vino para brindar por el acontecimiento.

Ernesto evitó que continuara la aventura:


Claudia dejó de pertenecer a su cuerpo.

Olvida, Anamar, la sentencia cardenalicia.


La perseverancia de Catulo debe ser el ejemplo.
44

No hubo carne ni roce, sólo palabras y silencio.


No hubo carne entre nosotros, panfletos, ideas sin concluir.
No hubo espíritu ni piel.

Palabras sin carne ni espíritu.


Palabras solas sin peso, sin gramaje, sin piel.
45

¿Y si la luz se agota, Anamar? El yermo, los glaciares,


el vinoso mar que se asfixia, las pequeñas oquedades
donde habitan los seres inimaginables;
la piedad de los hombres, los museos, la memoria
de los libros describiendo los hechos de los días que podrán acabarse.

Frotemos nuestros cuerpos, no dejemos a la luz


sin el sustento diario, sin la ayuda nuestra.
46

Comentaron por ahí que ya no me toleras,


que mis versos te afectan para encontrar un nuevo amor,
alguien que ignore la fuerza del deseo,
alguien que te diga los lugares comunes del amor.

No estoy de acuerdo, Anamar, no estoy de acuerdo.


Si los versos que escribo son para ti,
es porque tú me los mandaste.

Tú eres la culpable de mis versos,


de los comentarios que llegan por las redes sociales.
47

…nadar sabe mi llama la agua fría,


y perder el respeto a ley severa.
Francisco de Quevedo

Mis versos te perseguirán toda la vida.


Tus pasos poseerán una palabra, una sílaba constante
y persistente, un soplo que enuncie la verdad
de lo que fuiste ante el amor.

Evita la vejez y la memoria,


vive joven, sin caries en tu cabello
sin la malsana costumbre de atender consejos médicos.

Mientras tanto viajaré hasta al río de la sangre hirviente


que conserva el amor y el deseo.
Seré ceniza y olvidaré el olvido.
Otros poemas
51

Tu cuerpo claro para manos oscuras


Mis manos en tu cuerpo claro | Yin-Yang | Los opuestos
aunque no haya después tablero
de ajedrez | Tu claridad y mi oscuro

¿Cómo mover la pieza? | Si el jaque mate


supone entrar en la claridad y el cambio de jugada
Tu cuerpo claro que se desliza en el cuadro oscuro
del tablero que es el universo | (Lo dijo Borges)
52

Sin pensar en Huidobro

Mujer, el mundo se ilumina por tus ojos | Sobre estrellas caídas


los tulipanes se abrazan | El cielo se aburre
en los días de campo | La Bolsa de Valores no registra movimientos

Tu cuerpo se eleva más alto que los altos intereses | Es habitable


el mundo por tus piernas color de arena

Por tus pasos de pedestal, por tus pasos de tierra firme y de certeza
y un gorrión canta en el arco iris | Al ir pisando el mundo
los desiertos delinean flores | Y la selva deja inerte la malaria

Mujer tu sonrisa congrega al alfa y al omega


y se expande el universo
53

Tu desnudez es la promesa de un florido horizonte


donde el verbo se hace carne
No el Verbo: tu palabra hacia mí
con el sonido claro de tu voz | Tu voz: espuma,
risa en oración | Tu desnudez: promesa de ser espejo
que me nombre | No sólo tersura:
magma que recorre
cada poro de la piel
cuando las pieles hablan
en ese diálogo impreciso que se obtiene
cuando la soledad es páramo
donde ha llovido, donde la luz, donde la flor
están presentes
54

Podríamos

Debo dormir para pensar en


lo que podríamos | Hablan tus manos
El aire entre tus dedos conserva la humedad
Sin misterio tu paso por la acera | En el cielo
nublado se estabilizan los deseos
Debo dormir, olvidar la meta diaria
que se impone por la luz
El cielo es un bosque que no se ve | Tus dedos
guardan la humedad para despreocuparse
de aquello que podríamos

Podríamos saber lo que el sabor contiene


Un beso de líquidos mezclados, el abrazo que no termina
el olor del cuerpo que no se dice o se comenta
con rubor | La embriaguez de la piel | El zumo
de aldehídos y cetonas desprendidos
Podríamos saber
55

pero el sabor | El sabor que en aire se dispersa


Ese sabor de eses consecutivas
Ese sabor es un hubiera

Podríamos dar el salto más largo si la condición


del aire fuera líquida
y navegar en él con la tijera extensa de las piernas
El salto más largo [el podríamos] quiere el aire espumoso
más vegetal | Menos carnívoro
para las piernas olímpicas | Más salivoso
para la servidumbre de las piernas
El salto largo de metros indulgentes
detiene el sueño, el rosario de imágenes
del podríamos lograr
56

En la cruz del deseo

En terreno de nadie está tu cuerpo | Sin coordenadas que definan


el tiempo y el espacio
La sola referencia
está en la esquina del árbol esquelético
Es ambiguo el punto cardinal
La figura mantiene su fijeza | Deseoso
es el que indaga sobre la superficie de la imagen
el sentido de la llama
sin el azul
de la perplejidad
Tu cuerpo espera en el punto indicado
por abscisas y ordenadas en el Plano Cartesiano
Deseoso es el que busca los puntos en el mapa
57

El dígito con nombre

Un día, en un restaurante,
fuera del espacio y del tiempo
Álvaro de Campos

Hay de fracasos a fracasos | Escribo


unas líneas y el lector las abandona | Aquí
el fracaso no importa | El lector hará su tarea
y no lo sabré
Marco los dígitos del celular y no hay respuesta
A la hora y media vuelvo a los mismos
y no hay respuesta | Como los Callos al estilo de Porto
de Álvaro de Campos | El frío
del zumbido del celular y los callos fríos al servirse

¿Quién sabe lo que esto quiere decir?


No lo sé y me sucedió a mí

Reviso bien los números y me mandan al buzón


de nueva cuenta | Ya no insisto | Los dígitos con nombre y apellido
confirman el fracaso
58

Investigación forense

Una pestaña en el piso es difícil de identificar


Se requiere de héroes televisivos y mirada extensa
de una lupa de gran aumento y unas pinzas adecuadas

Pero una pestaña encontrada por un hecho de azar


es recobrar la presencia tuya | Es un trabajo costoso
y quizá no vale la pena

Si estuviste aquí y rascaste tus ojos (lo recuerdo)


y una pestaña cayó al piso, dejaste algo que te pertenece

Es importante (más importante que la evidencia en la trama


de la serie televisiva) porque el ADN, estudiado minuciosa
mente, es indispensable para analizar la realidad
de ese momento en que una pestaña tuya
quedó como evidencia
59

Huellas

Si dejas el lugar donde las huellas de tus pies estuvieron atentas


¿Qué coordenadas serán las que guiarán mis pasos?
Esto que te digo no será poético y poco importa
La ruta seguida por tu pisar, los ojos hacia el poniente
la línea que te guía | de mí te aparta

Lo que escribo no es de amor un poema


tiene que ver con tu figura y el camino que tomas
para de mí alejarte | Es una investigación simple:
indagar adónde te diriges, cuál es el espacio que ocupas
en qué estado tu nombre se concilia con otro nombre

Es el suceder de tus pasos


para escuchar dónde te encuentras
60

¿Cómo se manifiesta el luto? | El negro


es esencial | Un traje negro es conveniente,
corbata igual y camisa blanca inmaculada

Es el disfraz para dar la condolencia.


En la mujer es diferente: negro el vestido
y los brazos cubiertos

Si la mujer las rodillas muestra


y los brazos desnudos, no le creerán que sufre
por el desaparecido

Los brazos y las rodillas descubiertas


no reflejan dolor, reflejan un misterio
que ni el más astuto de los detectives logrará indagar

Ya le pregunté a Philip Marlowe y no obtuve respuesta


61

¿Cuál es la altura de tu nombre


más allá de las sílabas concretas?
Más allá
del sonido y la duración de éste
Te deseo más allá de tus sílabas | Más allá
de lo errante, lo contingente
Aquí la palabra
las sílabas y más allá de las letras
porque las letras tuyas: dos vocales iguales
y una consonante
son un cosmos
inentendible para otros
con la altura de tres letras cantadas
al vacío
que es llenado al proferir tu nombre | tus sílabas completas
Epílogo

El amor es silencio
labios que son ausencia
brazos que son presencia
que le hablan al silencio

Quien le habla al amor, habla a la nada


Los poemas de Anamar de Miguel Aguilar Carrillo
se terminó de imprimir en noviembre de 2016,
sin pensar en las consecuencias que podrán ocurrir.
Para su composición se utilizó el tipo Minon Pro 11/18 y 12/14.4.
El cuidado de la edición estuvo a cargo
de Tadeus Argüello y el autor.
El tiro es de 100 ejemplares numerados
y firmados por el autor.

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