La orientación vocacional busca ayudar a las personas a reflexionar sobre sí mismas y ampliar su comprensión de las opciones educativas y laborales. La subjetividad está influenciada por factores estructurales y genéticos. Los orientadores pueden asistir a las personas como "parteros de la verdad" para ayudarlas a desarrollar proyectos propios. La orientación debe considerar tanto los aspectos individuales como sociales para apoyar el desarrollo de proyectos personales en el contexto de una sociedad justa.
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La orientación vocacional busca ayudar a las personas a reflexionar sobre sí mismas y ampliar su comprensión de las opciones educativas y laborales. La subjetividad está influenciada por factores estructurales y genéticos. Los orientadores pueden asistir a las personas como "parteros de la verdad" para ayudarlas a desarrollar proyectos propios. La orientación debe considerar tanto los aspectos individuales como sociales para apoyar el desarrollo de proyectos personales en el contexto de una sociedad justa.
La orientación vocacional busca ayudar a las personas a reflexionar sobre sí mismas y ampliar su comprensión de las opciones educativas y laborales. La subjetividad está influenciada por factores estructurales y genéticos. Los orientadores pueden asistir a las personas como "parteros de la verdad" para ayudarlas a desarrollar proyectos propios. La orientación debe considerar tanto los aspectos individuales como sociales para apoyar el desarrollo de proyectos personales en el contexto de una sociedad justa.
La orientación vocacional busca ayudar a las personas a reflexionar sobre sí mismas y ampliar su comprensión de las opciones educativas y laborales. La subjetividad está influenciada por factores estructurales y genéticos. Los orientadores pueden asistir a las personas como "parteros de la verdad" para ayudarlas a desarrollar proyectos propios. La orientación debe considerar tanto los aspectos individuales como sociales para apoyar el desarrollo de proyectos personales en el contexto de una sociedad justa.
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SUBJETIVIDAD Y ORIENTACIÓN PROFESIONAL
Marina Müller
Antecedentes
En Orientación Vocacional es el sujeto quién demanda la intervención,
para interrogarse sobre sí mismx y ampliar su información sobre los contextos educativos y laborales.
En un principio quienes recurrían a dicha intervención eran adolescentes
entre 16 y 18 años, y pre-adolescentes de 11 a 13 años en procura de una orientación educativa. A partir de los ’90 recurren estudiantes universitarios que demandan una reorientación vocacional profesional, empleados quieren decidirse por una formación superior o personas desempleadas o insatisfechas laboralmente, entre otras.
La Orientación Vocacional, más allá de encontrar una iniciativa laboral,
tiene por objetivo encontrarse a sí mismx, abrir espacios de reflexión acerca de sí, y hacerlo desde aquello que llamamos subjetividad.
Algunas consideraciones sobre la subjetividad
La subjetividad es construida sobre cimientos previos al sujeto. Bajo estas
condiciones interjuegan variables que la configuran en dos sentidos:
Un sentido estructural, ahistórico:
Las estructuras del inconsciente. Las estructuras cognitivas (inteligencia, pensamiento) Un sentido genético o histórico: Oportunidades y trayectorias personales Diversidades en cuanto a etnia, género, aptitudes, etc. Las series complementarias. Procesos de identificación y desidentificación. Representaciones de sí mismo y sociales. Disposiciones para afrontar, elaborar y resolverlas dificultades (resiliencia). Ideales y valores personales. La construcción de la identidad en permanente transformación.
Para Gergen, en la cultura postmoderna se des-construyen los conceptos
del yo y de identidad. En la actualidad prevalece la “multifrenia”, múltiples posibilidades antagónicas incorporadas en cada sujeto con aumento de dudas sobre sí.
Esto se contrapone a las definiciones modernas del sujeto y la identidad.
Desde la reflexión cartesiana por ejemplo, ofrece a un sujeto racional con primacía del Yo, subestimando la afectividad, la corporalidad y la sexualidad.
Hoy, el sujeto es quién está sometido a la temporalidad, al dolor y la
muerte. A la vez es lugar de las representaciones, constructor de ideas, proyectos y agente de los mismos producido por la sociedad.
El sujeto contemporáneo está cuestionado, desde el S. XIX, a partir de la
teoría freudiana mostrando “la otra escena” psíquica, lo inconsciente. El sujeto se descentra, se fragmenta y solo hay ilusión de unidad.
En los tiempos post modernos, en la idea de subjetividad irrumpen la
incertidumbre, inestabilidad, riesgo. Este sujeto está de cierto modo (de)construido, cuestionado como tal.
Según Foucault, en su texto “La hermenéutica del sujeto” se plantea:
¿Qué transformaciones son necesarias en el sujeto para tener acceso a la verdad? A lo que se responde que el ser humano requiere la presencia de otro que acompañe, para transformar la ignorancia en conocimiento y dominio de sí. En ese rol se pueden encontrar los orientadores, al modo socrático, como “parteros de la verdad” para que se produzca el nacimiento del proyecto en cada sujeto.
Otra idea importante es pensar la subjetividad desde la temática del poder
que modela las jerarquías, vigilancias y controles. En el marco del capitalismo postindustrial, el poder social engendra subjetividades consumidoras o subjetivaciones “de borde”, que funcionan como marginales o excluidos del sistema. En situaciones de extrema exclusión ¿estamos en riesgo de desubjetivación? ¿Desaparece el sujeto? Müller considera que no ha desaparecido el sujeto, sino que estamos en el advenimiento de nuevas formas de manifestarse la subjetividad.
El contexto sociocultural e histórico crea las condiciones para el
surgimiento de la subjetivad. El mundo cada vez más tecnificado, la realidad social conflictiva y la hiperrealidad simulada por los medios constituyen un estado de confusión en cuanto a la inserción ocupacional y a sostener decisiones con satisfacción.
Los orientadores pueden alertar sobre los riesgos de las actuales
sociedades de gran incertidumbre social y económica, de deserción del estado en la educación, trabajo, igualdad de oportunidades.
Orientar es tratar de desalienar al sujeto, ayudar a tomar conciencia de sí
mismo y a comprometerse en proyectos de cambio.
En cuanto a la práctica orientadora, Müller toma a dos autores:
Rodolfo Bohoslavasky, quién recalca el rol activo del entrevistado, siendo
la tarea del orientador esclarecer e informar. También destaca el vínculo establecido por el orientado con el estudio y la profesión, siendo importante conocer la situación sociocultural y profesional.
Al igual que Angela Lopez Bonelli, que define a la Orientación como un
proceso de la identidad vocacional, realizado con estrategia clínica. Es un proceso consciente e inconsciente, ligado al concepto de sí mismo en los roles ocupacionales.
Según Müller la estrategia clínica presenta rasgos como:
Promover el activo protagonismo de los consultantes
Es aplicable en ámbitos individuales, grupales, institucionales, etc. Es una intervención de tiempo limitado. Es importante la información actualizada en el ámbito educativo y laboral. El rol del orientador es el de acompañante, favoreciendo la reflexión. Las intervenciones son operativas focalizando tanto la tarea explícita (elegir una tarea ocupacional) como en la dinámica psíquica inconsciente (ansiedades, conflictos, potencialidades desconocidas). La técnica principal es la entrevista, ya sea grupal o individual y se aplican técnicas auxiliares: proyectivas, psicodramáticas, lúdicas, multimediales, etc.
Conclusiones finales
Jean Guichard sostiene que en el Siglo XX las finalidades de la orientación
divergen entre dos ideas:
La concepción social: cuya finalidad es construir una sociedad justa,
donde cada una pueda desarrollar su potencial La concepción individual: la orientación se centra en el individuo como actor emprendedor de su vida.
Según la autora, si no existiera la posibilidad de reconocer e
interrelacionar lo social con subjetivo, podríamos dicotomizar la intervención orientadora. Se habla de forma interdisciplinaria de ambas ideas, teniendo siempre presente el atravesamiento social, y la posibilidad de reflexión de proyecto que caracteriza a los seres humanos.
La construcción de proyectos personales no puede realizarse sin atender
a lo social, a la inserción de proyectos comunes que configuran la existencia del sujeto, en solidaridad con sus semejantes.
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