8 - M Subjetividad y Orientacion Profesional

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SUBJETIVIDAD Y ORIENTACIÓN PROFESIONAL

Marina Müller

Antecedentes

En Orientación Vocacional es el sujeto quién demanda la intervención,


para interrogarse sobre sí mismx y ampliar su información sobre los
contextos educativos y laborales.

En un principio quienes recurrían a dicha intervención eran adolescentes


entre 16 y 18 años, y pre-adolescentes de 11 a 13 años en procura de una
orientación educativa. A partir de los ’90 recurren estudiantes
universitarios que demandan una reorientación vocacional profesional,
empleados quieren decidirse por una formación superior o personas
desempleadas o insatisfechas laboralmente, entre otras.

La Orientación Vocacional, más allá de encontrar una iniciativa laboral,


tiene por objetivo encontrarse a sí mismx, abrir espacios de reflexión
acerca de sí, y hacerlo desde aquello que llamamos subjetividad.

Algunas consideraciones sobre la subjetividad

La subjetividad es construida sobre cimientos previos al sujeto. Bajo estas


condiciones interjuegan variables que la configuran en dos sentidos:

 Un sentido estructural, ahistórico:


 Las estructuras del inconsciente.
 Las estructuras cognitivas (inteligencia, pensamiento)
 Un sentido genético o histórico:
 Oportunidades y trayectorias personales
 Diversidades en cuanto a etnia, género, aptitudes, etc.
 Las series complementarias.
 Procesos de identificación y desidentificación.
 Representaciones de sí mismo y sociales.
 Disposiciones para afrontar, elaborar y resolverlas
dificultades (resiliencia).
 Ideales y valores personales.
 La construcción de la identidad en permanente
transformación.

Para Gergen, en la cultura postmoderna se des-construyen los conceptos


del yo y de identidad. En la actualidad prevalece la “multifrenia”, múltiples
posibilidades antagónicas incorporadas en cada sujeto con aumento de
dudas sobre sí.

Esto se contrapone a las definiciones modernas del sujeto y la identidad.


Desde la reflexión cartesiana por ejemplo, ofrece a un sujeto racional con
primacía del Yo, subestimando la afectividad, la corporalidad y la
sexualidad.

Hoy, el sujeto es quién está sometido a la temporalidad, al dolor y la


muerte. A la vez es lugar de las representaciones, constructor de ideas,
proyectos y agente de los mismos producido por la sociedad.

El sujeto contemporáneo está cuestionado, desde el S. XIX, a partir de la


teoría freudiana mostrando “la otra escena” psíquica, lo inconsciente. El
sujeto se descentra, se fragmenta y solo hay ilusión de unidad.

En los tiempos post modernos, en la idea de subjetividad irrumpen la


incertidumbre, inestabilidad, riesgo. Este sujeto está de cierto modo
(de)construido, cuestionado como tal.

Según Foucault, en su texto “La hermenéutica del sujeto” se plantea:


¿Qué transformaciones son necesarias en el sujeto para tener acceso a la
verdad? A lo que se responde que el ser humano requiere la presencia de
otro que acompañe, para transformar la ignorancia en conocimiento y
dominio de sí. En ese rol se pueden encontrar los orientadores, al modo
socrático, como “parteros de la verdad” para que se produzca el
nacimiento del proyecto en cada sujeto.

Otra idea importante es pensar la subjetividad desde la temática del poder


que modela las jerarquías, vigilancias y controles. En el marco del
capitalismo postindustrial, el poder social engendra subjetividades
consumidoras o subjetivaciones “de borde”, que funcionan como
marginales o excluidos del sistema.
En situaciones de extrema exclusión ¿estamos en riesgo de
desubjetivación? ¿Desaparece el sujeto? Müller considera que no ha
desaparecido el sujeto, sino que estamos en el advenimiento de nuevas
formas de manifestarse la subjetividad.

El contexto sociocultural e histórico crea las condiciones para el


surgimiento de la subjetivad. El mundo cada vez más tecnificado, la
realidad social conflictiva y la hiperrealidad simulada por los medios
constituyen un estado de confusión en cuanto a la inserción ocupacional y
a sostener decisiones con satisfacción.

Los orientadores pueden alertar sobre los riesgos de las actuales


sociedades de gran incertidumbre social y económica, de deserción del
estado en la educación, trabajo, igualdad de oportunidades.

Orientar es tratar de desalienar al sujeto, ayudar a tomar conciencia de sí


mismo y a comprometerse en proyectos de cambio.

En cuanto a la práctica orientadora, Müller toma a dos autores:

Rodolfo Bohoslavasky, quién recalca el rol activo del entrevistado, siendo


la tarea del orientador esclarecer e informar. También destaca el vínculo
establecido por el orientado con el estudio y la profesión, siendo
importante conocer la situación sociocultural y profesional.

Al igual que Angela Lopez Bonelli, que define a la Orientación como un


proceso de la identidad vocacional, realizado con estrategia clínica. Es un
proceso consciente e inconsciente, ligado al concepto de sí mismo en los
roles ocupacionales.

Según Müller la estrategia clínica presenta rasgos como:

 Promover el activo protagonismo de los consultantes


 Es aplicable en ámbitos individuales, grupales, institucionales, etc.
 Es una intervención de tiempo limitado.
 Es importante la información actualizada en el ámbito educativo y
laboral.
 El rol del orientador es el de acompañante, favoreciendo la
reflexión.
 Las intervenciones son operativas focalizando tanto la tarea
explícita (elegir una tarea ocupacional) como en la dinámica
psíquica inconsciente (ansiedades, conflictos, potencialidades
desconocidas).
 La técnica principal es la entrevista, ya sea grupal o individual y se
aplican técnicas auxiliares: proyectivas, psicodramáticas, lúdicas,
multimediales, etc.

Conclusiones finales

Jean Guichard sostiene que en el Siglo XX las finalidades de la orientación


divergen entre dos ideas:

 La concepción social: cuya finalidad es construir una sociedad justa,


donde cada una pueda desarrollar su potencial
 La concepción individual: la orientación se centra en el individuo
como actor emprendedor de su vida.

Según la autora, si no existiera la posibilidad de reconocer e


interrelacionar lo social con subjetivo, podríamos dicotomizar la
intervención orientadora. Se habla de forma interdisciplinaria de ambas
ideas, teniendo siempre presente el atravesamiento social, y la posibilidad
de reflexión de proyecto que caracteriza a los seres humanos.

La construcción de proyectos personales no puede realizarse sin atender


a lo social, a la inserción de proyectos comunes que configuran la
existencia del sujeto, en solidaridad con sus semejantes.

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