Función Subjetivante de La Escuela - Robasco

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DISTRITO ESCOLAR 19°

ENCUENTRO DISTRITAL

Eje temático
LA FUNCION SUBJETIVANTE EN LA ESCUELA - Inés Rosbaco
Propuesta para una Reflexión Crítica de la Función Subjetivante en Contextos de Vulnerabilidad
Social
14 / diciembre / 2005

Grupo 3
Presentación y coordinación: Claudia Murolo y Silvia Villa
El caso María B. (Texto escrito por las autoras)

María B. es una adolescente de 14 años. Cursó su 7° grado en una de nuestras


escuelas. Acaba de egresar de la primaria.
Era una niña callada en todo momento excepto cuando se sentía agredida por
alguien. Si una compañera la insultaba, ‘la agarra a trompadas en el baño o la
espera a la salida, frente a la escuela’. Parecía invitarnos a mediar en esos
momentos. Por supuesto, salíamos a calmar y hacer reflexionar a María B. Ella,
aceptaba nuestras sugerencias, lloraba mucho y explicaba abundantemente
sobre causas y sucesos de la pelea.
Golpeaba muy fuerte, conocía de peleas callejeras. Varias veces hubo que
intervenir ante la irrupción de señoras que entraban al aula, haciéndose pasar
por madres de algún alumno, para quejarse de las grescas callejeras provocadas
por María B. A lo que la niña respondía a las puteadas.
Resultaba llamativa la verborragia de la que era capaz cuando se sentía atacada,
teniendo en cuenta que ni se le escuchaba la voz en clase. Esto era motivo de
largas charlas entre la docente y todo el grupo de 7° grado, donde se
intercambiaban relatos y posicionamientos.
Era solitaria en los recreos y también en el aula, porque no tenía amigas. Sin
embargo, se acercaba y era afectuosa con los adulos y autoridades de la escuela
(directora, vice, secretaria, docentes y porteros). Siempre dispuesta a ayudar a
sus maestras. ¡ Era una secretaria perfecta! Ayudaba con el registro, los útiles,
entrega de fotocopias, promedios de notas para boletines, llevar, traer, pedir lo
que se precisara para la tarea. Si la docente del grupo faltaba, ella pedía permiso
para quedarse ayudando en biblioteca o en los grados de los más pequeños.
Siempre se la elogiaba y se le agradecía porque realmente era de mucha ayuda.
Se la observaba muy orgullosa por esto. También quería ayudar a servir la leche
por los salones pero tuvo que prohibírsele porque no estaba asistiendo a clase
ese día.
Era una alumna muy capaz, pero utilizaba poco de su inteligencia para producir
más y mejor. Era desordenada y tuvo muchas tareas incompletas, pero pasaba
todas las hojas de las carpetas, aunque sus maestras no se lo pidieran nunca.
Pedía que le corrigieran y la felicitaran por su esfuerzo. Así se hacía.  Un día
publicó en la escuela que estaba embarazada, y trajo el registro de un evatest
con 2 rayitas bien marcadas. Las docentes y la directora propiciaron una charla
para brindarle todo el apoyo. Respondió siempre con evasivas, hasta se puso
agresiva y no se habló más del embarazo. Lo que sí dijo llorando es que para
qué tanta reunión si su vida es de ella y nosotras no tenemos por qué meternos.
También se dio intervención al Equipo de Orientación Escolar que tuvo
entrevistas con la alumna.
Ante la difícil tarea de elegir estudios secundario, fue una de las últimas en ser
anotada en algún colegio. La última en comunicar en qué colegio la habían
anotado. Finalmente, nos contó que no quiso que la anotaran en el E.M.E.M de la
villa donde vive. María B, obligó a su familia a que la anotaran en el Liceo 12 de
Caballito. Se la veía muy orgullosa por ello. 
Cuando se le preguntaba en los talleres propios de 7° grado acerca de su futuro,
siempre decía que no sabía lo que quería ser encogiéndose de hombros y con
gesto de ‘qué me importa’ más un rotundo: ‘qué te importa’.
Aprobó su 7° grado con buenas notas. Para el día del acto no elegía quién de su
familia o vecinos o docente de años anteriores le entregaría la medalla y se
sentaría con ella en un lugar asignado especialmente para los alumnos de 7° y
sus acompañantes. Finalmente nombró a su tía.
A pesar de haber consultado voluntariamente a su docente sobre cómo debería
peinarse para el acto de entrega de diplomas o contar que ya tenía elegida la
pollera que se pondría, ese día no concurrió. Al día siguiente vino a buscar su
boletín y a quedarse ayudando en algo... dijo que lamentaba que hayan
terminado las clases. Al rato se fue sin comentar nada sobre su ausencia del día
anterior.

Sistematización teórica:

Analizando este caso en el grupo de trabajo, se observó que la escuela había


actuado como factor subjetivante de la niña. Puntualizaron que:
· Logró mostrarle su parte positiva. Reconstruir su autoestima.
· La conectó con sus deseos, su elección de secundario habló de su proyecto, de
la idea para su futuro.
· Aportó a la resignificación de su propia historia.
· Mostró a otros adultos como soportes identificatorios.
· Luchó contra todos los factores desubjetivantes de la familia, su medio y la
sociedad.
Se propuso realizar desde el EOE encuentros con los padres para leer entre
todos, las cosas que les pasan a las familias en esta sociedad. 
Se concluyó que es importante puntualizar las prácticas que les sirven a nuestros
alumnos para no dejar de hacerlas.
Se valoró el intercambio de miradas, experiencias, acciones en las distintas
escuelas, porque tomamos conciencia de todo lo que hacemos y eso fortalece
también nuestra autoestima.

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