La Oferta No Tan Pública - Rosales Laurente
La Oferta No Tan Pública - Rosales Laurente
La Oferta No Tan Pública - Rosales Laurente
Cada vez que se elabora un concepto jurídico, se debe tener presente su objetivo de
creación y que debe satisfacer, resolviendo el problema. El concepto de oferta pública, es
utilizado por la regulación del mercado de valores, aunque sea relativamente nuevo.
Se conectan los conceptos oferta al público y contratación masiva. Así como la contratación
masiva y la contratación por adhesión, donde se confunden muchas veces.
Refiriéndonos a contratación masiva, dónde una persona formula una oferta, y desea que
una cantidad indeterminada de personas la celebren con el mismo propósito. Esto requiere
que la oferta sea simple y clara, pues siendo lo contrario, se tomará como contraoferta
cualquier aceptación inconforme a la oferta. En cambio, la contratación por adhesión, es pre-
redactado por la persona que desea celebrar una cantidad determinada de contratos iguales,
presuponiendo que no fue necesario negociar previamente.
Ahora, la persona que formula la oferta, conoce la necesidad de sus clientes, y es por ello
que se puede celebrar el contrato.
Los ofertantes, no pueden satisfacer las necesidades de los clientes puesto que no son
exactamente iguales, llevándonos a la contratación de cláusulas generales.
Dando un ejemplo, cuando ya sea un comerciante, ofrece una oferta a través de un medio
de comunicación de largo alcance, este ofertante quedaría teóricamente vinculado con cierta
cantidad de contrapartes, pues fue conocida por miles o millones de personas, incluso si es
que no tiene el recurso suficiente para poder cumplir con aquel compromiso.
Entonces, la oferta al publica, sería una invitación errada, cambiada por “invitación a
ofrecer”, no pudiendo obligar al ofertante a celebrar dicho contrato por más que alguien
respondió a este. Entonces este concepto está pensado en proteger al proponente,
recibiendo el beneficio de no estar vinculado al contrato a través de medios masivos de
comunicación.
La oferta, para ser tal, debe encontrarse dirigida a una persona determinada. En la “oferta al
público” o policitación, no se cumple este requisito puesto que la propuesta se dirige a un
número indeterminado de destinatarios.
El concepto de oferta pública es uno central a la doctrina del derecho del mercado de
valores. Es la divisoria a partir de la cual, la regulación tuitiva es aplicable o no a las
transacciones con valores mobiliarios entre particulares. [CITATION Esc \l 3082 ]
Las normas de la Ley General de Sociedades y Código Civil, son menos proteccionistas.
Asumiendo singularidad de cosas, pero el sistema legal no asume mecanismos de control
social. Siendo así que, en la normativa del Código Civil, el Estado asume que el consumidor
es la parte débil de dicha relación (sin ser en su totalidad verídico). En el caso de la
normativa de mercado de valores, el inversionista (consumidor), la asimetría de información
es más grande y severa, por lo tanto, se considera parte débil del mercado de valores,
siendo el Código civil más proteccionista que cuando se trata de una oferta pública.
Los puntos de contacto
Podemos discutir si este es el papel deseable para el regulador del mercado de valores.
Podría argumentarse que el mandato de protección de los inversionistas no debería ir tan
lejos como incidir en términos comerciales. Sin embargo, lo que sí resulta claro es que
aun bajo la lectura más conservadora de cuál es el rol que debe cumplir el regulador del
mercado de valores en un trámite de inscripción, no cabe duda de que revisa la
idoneidad de los términos contractuales en función de su aptitud para regular el tráfico
comercial y en el sentido de su equidad. Es decir, aun bajo la versión más débil del rol de
la Superintendencia del Mercado de Valores respecto de un trámite de inscripción de
oferta pública, esta entidad cumple la función para la cual se introdujo la aprobación
administrativa de las cláusulas generales de contratación en el Código Civil: control de
idoneidad y control de equidad [ CITATION Del91 \l 3082 ]
d. Carácter recepticio: Se indicó con anterioridad que la doctrina ha establecido el
carácter recepticio como el elemento diferenciador entre una oferta y una policitación (u
oferta al público). Mientras que una oferta, para ser considerada como tal, tiene que
encontrarse dirigida a una persona determinada, la policitación está dirigida a
destinatarios indeterminados. Esto, sin embargo, contradice claramente la finalidad del
concepto de oferta pública en los términos de la normativa del mercado de valores.
El tema relevante es, sin duda, determinar a partir de cuántos individuos o entidades
estamos hablando de un segmento lo suficientemente relevante como para justificar la
aplicación de las normas tuitivas del mercado de valores.