Raquel Vega Bermudez PDF
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EVOLUTIVA Y BIODIVERSIDSAD
(INTERUNIVERSITARIO)
Trabajo de Investigación
Junio de 2009
Dr. D. Armando González Martín, profesor contratado Doctor de la Comisión Docente de
Antropología del Departamento de Biología de la Universidad Autónoma de Madrid, como
director del trabajo de investigación: “Propuesta de protocolo de campo y laboratorio en
osteoarqueología: aplicación a los yacimientos de la Edad del Bronce El Espinillo y Alto de las
Peñuelas, Sector IV (Vallecas, Madrid), realizado en el Laboratorio de Poblaciones del Pasado
por Raquel Vega Bermúdez, autorizo la presentación del citado trabajo, dado que reúne las
condiciones necesarias para su defensa.
1
ÍNDICE
1.- RESUMEN………………………………………………………………………………………….…..3
2. –INTRODUCCIÓN………………...………………………………………………… ………………...3
2.1.-ANTECEDENTES EN LOS ESTUDIOS DE ANTROPOLOGÍA DE CAMPO.
2.2.-SITUACIÓN GEOGRÁFICA Y GEOLÓGICA DE LOS YACIMIENTOS.
2.3.-CONTEXTO: EL TIPO DE HÁBITAT EN EL BRONCE MEDIO EN LA COMUNIDAD
DE MADRID.
2.4.-RITUAL FUNERARIO EN EL BRONCE MEDIO EN LA COMUNIDAD DE MADRID.
3.-OBJETIVOS …….……………………………………………………………………………………...7
6.- CONCLUSIONES………………………………………...…………………………………………..40
2
1.- RESUMEN
2.- INTRODUCCIÓN
1
A juzgar por la extensión y la cantidad de materiales recuperados los yacimientos debieron constituir un asentamiento de cierta
entidad.
3
años 70 las investigaciones y publicaciones centraban su interés casi exclusivamente en la
descripción de los ajuares y establecimiento de sus cronologías. Es a partir de esta década, con
el surgimiento de la llamada Arqueología Funeraria cuando se produce una verdadera
ampliación de las perspectivas teórico-metodológicas (Mata, 1996). El panorama en el resto de
países es similar. A partir de estas fechas diversos manuales de antropología (Bass, 1971;
Ubelaker, 1978; Brothwell, 1981) incluyen recomendaciones sobre el modo de actuación en la
excavación de restos antropológicos. Sin embargo, la verdadera renovación metodológica llegó
en los años 90 con la denominada Anthropologie de Terrain2 propuesta por profesor de la
Université de Bordeaux I (Francia) Henry Duday (Duday et al.1990). Esta corriente postula que
el registro pormenorizado y metódico durante la excavación, unido a unas pautas de
interpretación de campo sistemáticas, van a permitir una aproximación a los procesos que
intervienen en el área sepulcral (gestos funerarios, procesos postdeposicionales, tafonomía
cadavérica…) y proporcionan un aprovechamiento máximo de la información biológica y cultural.
Además, insta a la meticulosidad en el proceso de excavación ya que ésta condiciona de forma
evidente las potencialidades y la validez de los diferentes estudios a llevar a cabo con
posterioridad. La información de campo representa un papel primordial para el trabajo de
interpretación, ya que el estado de preservación de los restos puede impedir que cierto tipo de
información sea recuperada a posteriori. A pesar de las mejoras que supone esta nueva óptica,
la puesta en práctica de los parámetros de intervención que define la Antropología de Campo,
por lo menos en España, es más bien limitada y son escasos los estudios publicados que sigan
esta metodología (a modo de ejemplo, se puede citar el trabajo de Torres y Velasco, 1993, en la
Iglesia de la Concepción de Santa Cruz de Tenerife). Podría pensarse que dadas las
circunstancias y las peculiaridades propias que implica una excavación de urgencia, con una
importante limitación en el tiempo de los trabajos de campo, esta metodología no es aplicable;
sin embargo, con este trabajo se pretende demostrar la viabilidad de su aplicación.
2
La traducción literal del término Anthropologie de Terrain, propuesto por Duday et al.1990 sería Antropología de Terreno, sin
embargo, en este trabajo se ha optado por emplear una traducción más libre, pero más común en los textos en castellano que es
Antropología de Campo.
3
Información obtenida de los Estudios Geológicos de las Memorias finales de las excavaciones arqueológicas de los yacimientos “El
Espinillo” y “Alto de las peñuelas, Sector IV” realizado por Alfonso Expósito Alcaide.
4
Figura 1. Localización de la zona de actuación: futuro PAU “Los Berrocales”
(Modificado de Google Maps)
En la zona de estudio aparecen únicamente cursos fluviales de tipo estacional, siendo los
más relevantes los arroyos de “Los Migueles” y de la “Marañosa”, a los que de forma más
esporádica se unen depósitos de arroyada en lámina o cursos menores que se encajan en las
laderas de los cerros del futuro P.A.U.
En lo que se refiere a la sucesión litológica, es relativamente compleja y está compuesta
por una alternancia de arcillas de coloraciones verdes y rosadas con distintos grados de
cementación carbonática, niveles de carbonatos y de sílex. Todos estos son sedimentos de
edad Terciaria. Durante el Cuaternario se desarrollan sobre esta elevación procesos de tipo
aluvial-coluvial que generan sedimentos arcilloso-arenosos con cantos de sílex. Todo esto
aparece cubierto por un horizonte vegetal de coloración pardo oscura.
4
El término “fondo de cabaña” parece que hace alusión a una funcionalidad específica como espacio acotado de vivienda pero hace
ya tiempo que los investigadores coinciden en asumir que dicho término se refiere al conjunto de fosas sin implicar su asociación a
vivienda.
5
yacimientos, adscritos a las comunidades Protocogotas5, están constituidos por numerosos
hoyos abiertos en la superficie del terreno y se incluyen dentro del grupo de “poblados abiertos”
(sin fortificar). Se dispone de poca documentación acerca de las características de las viviendas,
aunque sí se conocen algunos elementos constructivos (improntas de madera en barro y
ocasionalmente agujeros de poste). En principio se supone que las viviendas eran un tipo de
construcción endeble, realizado con materiales poco duraderos (troncos y entramados de barro
y ramas) un aspecto que, junto a otros, induce a pensar en ocupaciones escasamente
prolongadas en el tiempo, de modo que sus pobladores no se establecían de forma permanente,
sino que los enclaves serían abandonados y reocupados en diferentes ocasiones. La ausencia
de de restos constructivos también se achaca a la superficialidad de las estructuras y la continua
remoción de los terrenos desde épocas históricas, a lo que hay que sumar los procesos erosivos
de origen natural: una vez abandonadas las estructuras, los agentes erosivos tardarían muy
poco en borrar indicios, quedando únicamente huellas tales como rebajes en el suelo o agujeros
de poste (Valiente, 2003).
Sobre la funcionalidad que desempeñan los hoyos característicos de los yacimientos
Protocogotas, la bibliografía arqueológica es bastante extensa y variada, pero, en lo que casi
todos los autores parecen coincidir, es en la forma en la que se produce su amortización
definitiva como contenedores de residuos domésticos. Casi todos los hoyos o fosas de los
yacimientos madrileños adscritos a fases Protocogotas, se han encontrado colmatados de
productos de deshecho tales como cerámicas (casi siempre fragmentadas), restos óseos de
fauna, útiles de piedra, restos de talla y, en ocasiones, elementos que forman parte de las
actividades cotidianas tales como molinos o percutores. En muchas ocasiones, todos los
elementos anteriormente descritos están contenidos en un sedimento donde es evidente un alto
contenido orgánico procedente de vertidos domésticos. Además de la función de basurero, los
hoyos parecen haber sido utilizados como lugar de almacenamiento. El sistema de conservación
en silos es conocido desde época prehistórica en gran parte del entorno mediterráneo y en la
Península Ibérica. Se trata de un sistema especialmente apropiado para la conservación de
cosechas de cereal y de otros productos vegetales, siempre y cuando se encuentren excavados
en suelos impermeables. Además de silos-basureros, como se ha mencionado, los hoyos son
utilizados como lugares de inhumación (tema que se tratará más adelante) y en ocasiones
acogen deposiciones animales o cerámicas cuidadosamente colocadas, que podrían tener un
carácter votivo.
Las actividades económicas fundamentales de las sociedades Protocogotas, fueron la
ganadería y la agricultura. Los restos faunísticos documentados en los hoyos de los yacimientos
adscritos a este período son los mejores indicativos de la organización económica de estas
comunidades. Se han documentado ovicápridos, bóvidos, suidos y cánidos. La existencia de
5
El termino Protocogotas o Cogeces hace referencia a la fase intermedia entre el Campaniforme de tipo Ciempozuelos y la cultura
de Cogotas I del Bronce Final, y por lo tanto se enmarca dentro del Bronce Medio.
6
restos de ciervos y lagomorfos indica la existencia de una actividad cinegética, si bien esta
actividad tiene un carácter secundario. En lo referente a la agricultura, cabe suponer que se
cultivarían principalmente cereales, como revela existencia de útiles de piedra relacionados con
su consumo, como los molinos6 o dientes de hoz.
3.- OBJETIVOS
6
La presencia de molinos de granito (roca inexistente en el contexto sedimentario del SE de la Comunidad de Madrid) evidencia que
los antiguos pobladores además de explotar el entorno más inmediato obtuvieron recursos de zonas más alejadas.
7
la calidad de los datos relevantes para los objetivos de la investigación que se llevará a
cabo posteriormente.
Figura 2.- “Osteobigrafía”: modelo de estudio poblacional (modificado de Saul y Saul, 1989)
Comparar los resultados obtenidos con los datos procedentes de otras poblaciones del
Bronce en la Península, para conocer las particularidades de la población en estudio y
poder aproximarse a su modo de vida.
4. – METODOLOGÍA.
8
su nivel más alto. Cuando se trata de fosas simples (sin cubierta ni estructura, como es el caso)
excavadas directamente en el sustrato que hay que fijarse en el contraste del color y la textura
del suelo. Tras definir el contorno, la excavación se proseguirá lentamente, extrayendo la tierra
contenida en el interior, registrándose todos los cambios de color en el sustrato, así como
cualquier otro detalle (presencia de raíces, inclusiones de rocas y material arqueológico, restos
de carbón…). Aunque todo esto debe hacerse cuidadosamente, hay que procurar ser tan rápido
como sea posible para evitar daños a los huesos por la exposición al sol y la intemperie, que son
conocidos enemigos de la buena conservación. Los hoyos han de ser excavados desde arriba,
buscando la horizontalidad. Cuando no sea posible acometer la excavación desde arriba (por
ejemplo en el caso de alguno de los individuos incluidos en covachas) se socavará el
enterramiento desde su posición lateral. Cada depósito será excavado de tal forma que el
esqueleto quede totalmente expuesto, tomando las precauciones necesarias para no altear su
posición. En ese momento se tomarán las fotografías oportunas (la documentación gráfica va a
desempeñar un papel fundamental en la labor interpretativa que se lleve a cabo posteriormente)
y se completará la correspondiente ficha de campo. En las fotografías debe incluirse una cartela
con el número de estrato, una escala métrica y una flecha apuntando al norte magnético. Los
contrastes reducen la nitidez, por lo que es recomendable que los esqueletos se encuentren
completamente a la sombra. Para ello se pueden sombrear las fosas con una tela grande.
Respecto a la ficha de campo, el modelo propuesto en este trabajo cumple una serie de
requisitos fundamentales (Courtaud, 1996): a) debe ser tan completo y objetivo como sea
posible. b) Debe permitir una recogida rápida y sencilla de datos; c) no recoger información
redundante; d) ser fácilmente inteligible por otros investigadores; e) ser susceptible de ser
reproducida y gestionada en soporte informático. En la ficha se recogerá una descripción
completa de la estructura de inhumación (incluyendo su localización en el yacimiento, tipo de
estructura, forma en planta, perfil, características de las paredes y la base, cubierta,
dimensiones y profundidad, cotas y orientación) y su relleno (detallando la composición, color,
textura, grado de compactación, homogeneidad, además de las inclusiones de material
arqueológico) así como las relaciones estratigráficas. También se detallarán las principales
características de la inhumación. Los depósitos se clasifican en función de una serie de
parámetros como el número de individuos que contienen (según el cual serían simples, dobles,
triples, etc. o colectivas), la existencia de una fase previa al depósito definitivo, o en función del
tipo de arquitectura. Según el segundo parámetro, los enterramientos pueden ser primarios o
secundarios. Los enterramientos primarios se caracterizan por una descomposición del cadáver
en el lugar definitivo de depósito. El enterramiento secundario se caracteriza porque el depósito
de los restos humanos es precedido por una fase de descarnamiento, activa o pasiva, que se
realiza en un lugar diferente al depósito definitivo. Por lo que respecta al tercer parámetro, los
enterramientos pueden ser colmatados, en espacio vacío o de tipo mixto. Para determinar el tipo
de arquitectura es necesario conocer la secuencia de desarticulación natural que tiene lugar
9
durante la descomposición del cadáver. Normalmente se inicia con la dislocación de la columna
cervical con separación del cráneo, después la perdida de las articulaciones costoesternales; a
continuación las extremidades empiezan a desmembrarse en sus segmentos más pequeños
(manos y la parte distal de los pies). Cuando un enterramiento tiene lugar en un espacio
colmatado, el cuerpo inhumado se encuentra totalmente cubierto por sedimento, de manera que
a medida que se libera volumen por la descomposición de las partes blandas, este va siendo
colmatado por el sedimento circundante, lo que provoca que globalmente se mantengan las
distintas conexiones anatómicas del esqueleto. Por el contrario cuando el cuerpo es depositado
en un espacio vacío, al descomponerse los huesos tienen la posibilidad de desplazarse fuera del
volumen inicial del cadáver. Es típico observar la rotación del cráneo (consecuencia de la
desarticulación de la columna cervical), la desarticulación de la mandíbula y su caída, la apertura
de la cavidad torácica con caída del esternón, la apertura de los coxales con separación de la
sínfisis púbica y de la articulación sacroilíaca, la rotación lateral de los fémures y la caída de las
rótulas hacia el exterior (Dudday et al. 1990). Una vez documentados la estructura de
inhumación y el tipo de enterramiento, hay que describir como se dispone el esqueleto, esto es,
su posición (configuración que adopta el cuerpo sobre el terreno: decúbito supino, prono o
lateral), actitud (que se refiere a la relación de los segmentos del cuerpo entre sí: contraído,
extendido, fetal, retorcido…), posición de las extremidades (describiendo por separado brazos y
piernas), posición del cráneo y orientación del cuerpo (que sería la dirección de una línea que va
desde el cráneo al centro de la pelvis). Por otra parte, la ficha deberá recoger el grado de
completitud y fragmentación de los restos, las cotas a las que aparecen, si se encuentran en
conexión anatómica o desplazados, y todas las medidas que puedan ser tomadas. Siempre que
sea posible se aportará sobre el terreno una primera estimación de la edad de muerte y
determinación probable del sexo, así como cualquier observación sobre anomalías en los
huesos (ya sen estas de carácter tafonómico o patológico). Además de las notas escritas, se
realizarán croquis y diagramas que ayuden a entender la disposición de los esqueletos (ver
Anexo 3: Ficha de campo).
Una vez documentado el enterramiento se procederá al levantamiento de los restos
óseos. Para ello se seguirá, siempre que sea posible, la secuencia y dirección propuestas por
Neumann (citado en Krogman e Iscan 1986, p. 22), es decir, de la periferia al centro y de la parte
superior a la inferior. Es conveniente, antes de embolsar los restos, retirar el sedimento adherido
(excepto en aquellos huesos que para evitar su fragmentación fueran extraídos en bloque) y
eliminar toda la humedad contenida en los huesos y el sustrato. Los restos se guardarán
separados por unidades anatómicas en bolsas perforadas (para facilitar la transpiración y
facilitar la salida de la humedad restante) debidamente etiquetadas. Estas bolsas, a su vez,
deben ser depositadas en cajas (preferiblemente cajas de plástico duras y apilables) para su
transporte desde el yacimiento hasta el laboratorio donde se llevará a cabo el estudio
antropológico completo. El sedimento de relleno de las fosas ha de cribarse con una malla (de
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luz de 2 mm de diámetro aproximadamente) para evitar la pérdida de pequeñas piezas (dientes,
falanges, sesamoideos, etc.). Además es conveniente recoger muestras de dicho sedimento de
debajo y alrededor de los esqueletos para medir el pH del sustrato, ya que la acidez es un
parámetro que influye notablemente en la conservación de los huesos.
11
propuestas por el “Workshop of European Anthropologists” (W.E.A) (Ferembach et al, 1980), las
más frecuentemente utilizadas por los investigadores, aún siendo conocidas sus limitaciones.
Aunque la precisión en la estimación del sexo es mayor empleando los métodos basados en el
estudio de los coxales, el cráneo y la mandíbula se emplean frecuentemente en contextos
arqueológicos porque suelen estar mejor conservados. Estos métodos de determinación del
sexo son exclusivamente aplicables con éxito a individuos adultos y subadultos juveniles
(Colomer, 2008). Los individuos que no pueden ser catalogados como masculinos o femeninos
porque no se han conservado las regiones anatómicas precisas, se clasifican como
indeterminados.
12
La técnica de Rissech et al. (2006) basada en la morfología acetabular
La metodología establecida por Buckberry y Chamberlain (2002) para el estudio de la
superficie auricular (zona de articulación sacro-ilíaca)
El estudio de la morfología de la superficie sinfisaria del pubis según Brooks y Suchey
(1990).
Para obtener una aproximación a la estatura de los individuos adultos estudiados se han
utilizado los métodos propuestos por Pearson (1899) y Trotter y Glesser (1958). Se trata de
métodos matemáticos que se basan en la existencia de una relación lineal entre la longitud de
los huesos largos de las extremidades y la estatura. Se emplea la longitud de estos huesos ya
que, al ser paralelos al eje mayor del cuerpo y abarcar un gran porcentaje de la talla,
proporcionan una mejor aproximación a la estatura. Sin embargo, hay que tener en cuenta que
la relación de la estatura con las diferentes extremidades varía entre las distintas poblaciones
(Tëlka, 1950), por lo que las ecuaciones de regresión que relacionan ambos parámetros
(longitud de los huesos y estatura) no son universalmente aplicables, y su efectividad depende
de la similitud en estatura y en proporciones corporales entre la muestra en la que se calcularon
dichas ecuaciones y los individuos en estudio. Es decir, que la distancia espacial y temporal con
la población de referencia puede llevar a sobre o subestimar la estatura real.
Las ecuaciones de Trotter y Gleser (1958) son frecuentemente recomendadas en los
estudios osteoarqueológicos (Brothwell, 1981) ya que es un método de estimación de la estatura
13
basado en un gran número de observaciones (5374 soldados norteamericanos muertos a
mediados del siglo XX). Trotter y Glesser sugieren que, si se dispone de las longitudes máximas
de una serie de huesos diferentes procedentes del mismo individuo, la estatura debe calcularse
a partir del hueso que produzca menor error estándar (esto es, el que tiene menor probabilidad
de desviarse del cálculo de la estatura real). Sin embargo, otros autores son partidarios de
estimar la estatura a partir de todos los huesos largos de un individuo de los que se disponga,
siendo la estimación final la media de los resultados que arroje cada hueso. Este último criterio
es el que se ha seguido en las estimaciones.
Como segundo método se van a emplear las ecuaciones de regresión elaboradas por
Pearson (1899), que se basan en una población francesa (50 individuos masculinos y 50
femeninos) de finales del siglo XIX. Este método ofrece estimaciones puntuales y no rangos, por
lo que estadísticamente puede ser inapropiado para estimar un parámetro biológico con gran
variabilidad como la talla (López, 2005). No obstante se ha decidido recurrir a este método dada
su alta aplicabilidad en la muestra.
14
han sido empleadas como lugar de inhumación representan el 3,14% (nótese que la proporción
de enterramientos en ambos yacimientos es similar). Las características de los enterramientos
del yacimiento Sector IV se recoge en la Tabla 2. Cada individuo ha sido designado con un
número a partir del 1 con la abreviatura del yacimiento delante. Además, a cada individuo le ha
sido asignada su correspondiente sigla.
15
Aunque el número de individuos inhumados es considerable, no podemos hablar de
necrópolis, ya que se trata de enterramientos ocasionales, aparentemente aislados y
desconectados. Todos los enterramientos carecen de ajuares; sin embargo, como ya se ha
mencionado, la mayoría se acompañan de fragmentos más o menos dispersos de utensilios
domésticos amortizados, particularmente cerámicos y líticos. Asimismo se han encontrado
restos de animales sin aparente conexión anatómica, mezclados con la tierra con la que se
colmató el depósito, a excepción de los depósitos ESP-18 y ESP-20 en los que se han
encontrado algunos restos animales que si están en conexión, pertenecientes a un cánido y un
ovicáprido, respectivamente, y el depósito S-IV 8, en el que junto al individuo inhumado apareció
una cabeza de bóvido. Cabe señalar también que se han encontrado restos humanos inconexos
en algunos de los hoyos, concretamente restos de húmero infantil incompleto en el estrato ESP-
1604, metatarsos en ESP-1820, restos de diáfisis incompleta y fragmentos de epífisis distal de
fémur derecho de un individuo adulto en el estrato S-IV 1559, y un fragmento de parietal derecho
en el estrato S-IV 1668.
Figura 3
a b
a) Individuo ESP-28. Enterramiento
simple. Individuo colocado decúbito
supino con extremidades
flexionadas y la cabeza caída hacia
atrás. Posición forzada, individuo
atado?.
b
a
Figura 4
a) Fotografía del Individuo S-IV 4.
b) Esquema explicativo del Individuo S-IV 4. Algunos restos aparecen desplazados y otros están ausentes (cráneo, brazo y mano
derechos, coxal y pierna izquierdos, pies), posiblemente debido a una remoción postdeposicional. La existencia de conexiones
anatómicas pone en evidencia que se trata de un enterramiento primario.
16
a b
UE 438
(Hoyo)
UE 987
(Covacha)
UE 435
(Hoyo)
Figura 5
b) Foto final del hoyo (UE 436), otro hoyo anexo (UE 438) y la covacha (UE 987).
c) Dibujo de planta y sección del hoyo (UE 436), otro hoyo anexo (UE 438) y la
covacha (UE 987).
a b
Figura 6.- Ejemplo de individuos que muestran una posición atípica, que sugiere que fueron arrojados a la fosa en vez de ser colocados.
a) Individuo ESP-12. Enterramiento simple. Individuo colocado de cúbito prono con extremidades flexionadas. La tibia derecha y el isquion
izquierdo fueron hallados desplazados, en el borde Oeste de la estructura, 54cm por encima del resto del cuerpo, lo que indica que la
remoción de los restos ocurrió una vez éstos estaban esqueletizados.
b) Individuo ESP-9. Enterramiento simple. Individuo colocado de cúbito prono con extremidades flexionadas. Húmero derecho apareció
desplazada, en el borde norte de la estructura. Manos y antebrazos ausentes.
17
a b c
d e
Mandíbula desarticulada
Cráneo desarticulado
Figura 7
a) Fosa 1097. Foto de proceso de excavación del estrato 1108. Nódulos de sílex de gran tamaño que cubren el depósito del individuo S-IV 2.
b) Fosa 1097. Foto de proceso de excavación del estrato 1203. Nódulos de sílex de gran tamaño que cubren el depósito de los individuos S-IV 3.
c) Planta y sección del hoyo 1097. Por la estratigrafía se puede deducir que ha sido empleado como lugar de inhumación en dos momentos
diferentes.
f) Esquema explicativo del individuo S-IV 2. Flechas señalan los restos desarticulados y desplazados como consecuencia de la descomposición
en un espacio no colmatado totalmente.
g) Esquema explicativo de los individuos S-IV 3.1 (negro), S-IV 3.2 (rojo) y S-IV 3.3 (azul).
18
Se ha estudiado si existe alguna relación entre las distintas variables que definen los
enterramientos. Como cabría esperar en aquellas inhumaciones en las que no se ha podido
determinar la posición en la que el individuo fue depositado originalmente son en las que
tampoco se ha podido establecer la posición de las extremidades ni la orientación. Por otra parte
cabe destacar que todos los individuos depositados en covachas (que representan un 12,5% del
total) están colocado decúbito lateral o decúbito ventrolateral con las extremidades flexionadas.
En lo referente a la orientación, no se ha identificado un criterio evidente (Figura 8). La
orientación más frecuente es E-O pero no constituye una tendencia mayoritaria clara. La
orientación E-O para las inhumaciones es una característica presente en muchas culturas
diferentes ya que estos puntos cardinales definen la salida y la puesta del sol, reflejos simbólicos
de la vida y muerte.
16
29,17
14
%
12
nº individuos
10
16,67%
8 14,58% 14,58%
12,50%
6
4 6,25%
4,17%
2 2,08%
0
E-O NE-SO NO-SE N-S O-E SE-NO S-N ?
Por último, hay que señalar que los 4 depósitos en los que no se ha encontrado material
arqueológico asociado son todos muy superficiales, hecho que justificaría esta ausencia.
Más adelante, una vez determinados los caracteres biológicos de los individuos
inhumados, se estudiará si existe relación entre éstos y las características de los enterramientos.
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POSICIÓN CRÁNEO Y EXTREMIDADES SEPULTURA
UE TIPO ORIENTACIÓN
INDIVIDUO SIGLA POSICIÓN M.A. OBSERVACIONES
(INT / EST) ENTERRAMIENTO DEL CUERPO
CRÁNEO BRAZOS PIERNAS TIPO FORMA PLANTA DIMENSIONES
Apoyado sobre Enterramiento muy superficial. Muy arrasado. Alteración postdeposicional: restos desplazados y muy
ESP-1 110 / 109 06/46/ESP/109/5 P S ? DLD ? ? E-O Hoyo? ? 170x110x10 C, L
lado dcho. fragmentados. Faltan extremidades inferiores.
Apoyado sobre Depósito poco profundo. Alteración postdeposicional: restos desplazados. Individuo incompleto.
ESP-2 251 / 250 06/46/ESP/250/1 P S ? DLI ? ? E-O Hoyo? Ovalada-irregular 233x115x39 No
lado izqdo. Parcialmente cubierto y rodeado por bloques de silex
Covacha excavada en la pared sur de un hoyo (UE 305) Estrato (UE 304) que rellena al hoyo es el
Apoyado sobre
ESP-3 541 / 304 06/46/ESP/304/5 P S ? DLI F HF E-O Covacha Rectangular 94x46x40 C,L,F mismo que rellena a la covacha. Bajo este estrato aparece otro (UE 1073) lo que puede indicar que sea
lado izqdo.
un hoyo reutilizado.
Parcialmente cubierto de bloques de silex. Faltan restos de piernas pero si aparecen pies en conexión.
Hacia atrás,
ESP-4 402 / 401 06/46/ESP/401/15 P S No C DS E ? E-O Hoyo Circular 176x158x136 C, L, F, molino Esternón caído y desarticulación de la sínfisis púbica indican que se trata de un enterramiento en
mirando a la izq
espacio no colmatado.
Covacha excavada en el margen Oeste del hoyo (UE 436). Hoyo y covacha rellenados por el mismo
ESP-5 987 / 435 06/46/ESP/435/5 P S No C DLI SF SF SE-NO Covacha Semicircular 104x44x34 C, L,F
estrato. Esternón caído indica que se trata de un enterramiento no colmatado
No es posible determinar si se trata de un enterramiento primario (no se han observado conexiones
ESP-6 610 / 609 06/46/ESP/609/30 P? S ? ? ? ? ? ? Hoyo Circular 144x134x146 C
anatómicas, aunque la posición relativa de los restos inconexos parece indicar que sí.
F (hacia la C, L, F, aguja
ESP-7 820 / 819 06/46/ESP/819/22 P S ? DS ? SF E-O Hoyo Circular 138x119x38 Depósito muy superficial. No se recupera cráneo.
cabeza) de metal
ESP-8 831 / 830 06/46/ESP/830/10 P S ? DLD F HF O-E Hoyo Circular 164x152x60 C, L Cubierto de piedras. No conserva vértebras ni costillas
Postura atípica. Posiblemente el individuo fue arrojado. Húmero derecho desplazado
ESP-9 967 / 966 06/46/ESP/966/7 P S No C DP Mirando Al suelo ? F E-O Hoyo Circular 110x110x30 C, L
postdeposicionalmente.
ESP-10.1 06/46/ESP/1162/19 P DLI SF HF
Individuo adulto depositado primero y después el infantil, que se coloca con su parte dorsal pegada a la
1163 / 1162
D No C N-S Hoyo Circular 136x112x82 C, L,F parte ventral del individuo ESP-10.1. Desarticulación de la mandíbula de 10.1 y el desplazamiento de
ESP-10.2 06/46/ESP/1162/20 P DLI Desplazado F HF otros restos sugiere que no es un enterramiento colmatado.
Desplazado y HF hacia Columna, costillas y cintura pelviana en conexión anatómica. Cráneo, mandíbula y cintura escapular
ESP-11 1180 / 1176 06/46/ESP/1176/12 P S No C DS ? N-S Hoyo Circular 190x168x147 C
desarticulado tronco? desplazadas. No aparecen brazos y de las piernas sólo la parte proximal de ambos fémures.
E, respecto al
ESP-12 1187 / 1186 06/46/ESP/1186/4 P S ? DVLD Girado 180º HF (dcho) tronco, pero E-O Hoyo Ovalada 200x150x60 C Cubierto y rodeado de piedras. Faltan antebrazo izquierdo, vértebras y costillas.
rodilla F
Apoyado sobre F (bajo C, L, F Enterramientos muy superficiales. Restos arrasados. Individuo ESP-13.1 ha perdido las extremidades
ESP-13.1 06/46/ESP/1212/8 P DVLI F
lado izqdo. abdomen) Collar de inferiores excepto algunos fragmentos de la pierna izquierda. Individuo ESP-13.2 escasamente
1213 / 1212 D ? NE-SO Hoyo Circular 188x156x96
caracoles representado. La existencia de estratos (UE 1381,1382, 1383) bajo los individuos inhumados sugiere
ESP-13.2 06/46/ESP/1212/9 P ? ? ? ?
(ESP-13.1) que el hoyo ha sido reutilizado para el enterramiento de manera secundaria
Izqdo. F hacia C, L, F, Restos
E. izada. con Tibia izquierda e isquion derecho desplazados (alteración postdeposicional de los restos
ESP-14 1245 / 1244 06/46/ESP/1244/12 P S No C DP Mirando al suelo la cabeza, dcho O-E Hoyo Circular 169x166x74 de molino,
rodilla F, dca.? esqueletizados). Rodeado de cantos de sílex. Postura anómala.
HF carrete de hilo
Apoyado sobre Covacha excavada en el Noroeste del hoyo 1342A diferencia del resto de enterramientos en covacha, el
ESP-15 1247 / 1246 06/46/ESP/1246/2 P S ? DLD HF HF SE-NO Covacha Ovalada 40x96x66 C
lado dcho. Individuo depositado mira hacia la boca de la covacha.
Apoyado sobre Covacha excavada en el Noroeste del Hoyo designado con la UE 1262. Covacha y hoyo rellenados por
ESP-16 1486 / 1261 06/46/ESP/1261/5 P S ? DLI F SF E-O Covacha Semicircular 56x110 C, L
lado izqdo. un mismo estrato (UE 1261).
Girado, mirando al
ESP-17 1307 / 1306 06/46/ESP/1306/5 P S ? DVLI SF SF SE-NO Hoyo Circular 120x118x58 C, L, F -
suelo
Apoyado sobre
ESP-18 1242 / 1327 06/46/ESP/1327/14 P S ? DLI HF HF E-O Hoyo Circular 126x148x68 C, L Piedras grandes en zona de cráneo y cadera. Restos de cánido bajo el enterramiento.
lado izqdo.
Bajo losa cuadrangular de sílex. No se recuperan los restos de cráneo, mandíbula, clavícula y escápula
Izqdo. HF,
ESP-19 1366 / 1359 06/46/ESP/1359/19 P S ? DVLD ? ? N-S Hoyo Circular 182x170x110 C, L, F izquierdas, antebrazo derecho, ni extremidades iferiores. Existe un estrato (UE 1527) bajo el nivel del
dcho?
enterramiento lo que sugiere que el uso como lugar de inhumación es secundario.
Alteración postdeposicional de los restos esqueletizados (un fragmento de temporal aparece
Apoyado sobre desplazado). Evidencias de que se trata de un enterramiento no colmatado) En un estratos (UE 1789 y
ESP-20 1425 / 1424 06/46/ESP/1424/1 P S No C DLI F F E-O Hoyo Circular 176x154x68 -
lado izqdo. 1791) por debajo del enterramiento aparece ovicáprido en conexión. Estructura ha sido empleada como
lugar de enterramiento de manera secundaria.
ESP-21.1 06/46/ESP/1456/17 P ? ? ? ? Restos aparecen dispersos por todo el hoyo sin conexión (a excepción de antebrazo izquierdo del
1457 / 1456 D ? ? Hoyo Circular 148x138x102 C, L
ESP-21.2 06/46/ESP/1456/18 P? ? ? ? ? adulto). NMI = 2 (un adulto y un subadulto).
Restos aparecen en un mismo estrato pero sin conexión (se consideran de un único individuo). El
ESP-22 1172 / 1771 06/46/ESP/1771/17 S S ? ? ? ? ? ? ? ? ? C estrato contiene C del Bronce, pero se encuentra cubriendo a varios estratos, entre ellos un estrato que
contiene un pico de hierro, por lo que se interpreta que la UE 1771 corresponde a un estrato alterado.
Apoyado sobre Izqdo. F y dcho.
ESP-23 1778 / 1794 06/46/ESP/1794/6 P S ? DLD lado dcho. Mentón HF, con mano SF NO-SE Hoyo Circular 180x180x80 C -
al pecho. en la cara
Desarticulado y
Izada. HF,
ESP-24 1804 / 1803 06/46/ESP/1803/21 P S No C DLD caído, apoyado F E-O Hoyo Circular 102x102x85 C, L, F Cubierto de piedras. Cráneo desarticulado (enterramiento no colmatado totalmente).
dcha. F
sobre frontal
Covacha excavada en la pared oeste del hoyo 1878. Sobre el individuo se encuentra un gran bloque de
Apoyado sobre F hacia la
ESP-25 1903 / 1902 06/46/ESP/1902/3 P S ? DVLI F S-N Covacha Ovalada 112x60x30 C carbonato que se interpreta como un derrumbe del techo de la covacha. Covacha excavada en hoyo
lado izqdo. cabeza
reutilizado?
Cubierto con cantos de sílex de gran tamaño. Del cráneo sólo se recuperan escasos fragmentos de
ESP-26 1935 / 1934 06/46/ESP/1934/9 P S ? DLI ? F F S-N Hoyo Ovalada 222x160x60 C
pequeño tamaño.
Apoyado sobre la
HF hacia la
ESP-27 1945 / 1944 06/46/ESP/1944/14 P S ? DVLI base (posición SF SE-NO Hoyo Ovalada 240x150x88 C, F Rodeado y cubierto de bloques de sílex.
cabeza
forzada)
Individuo cubierto con bloques de silex. Bajo el nivel del enterramiento existe un estrato de gran
Hacia atrás, potencia, por lo que cabría pensar que el hoyo fue excavado, posteriormente se rellenó con el estrato
HF hacia la HF hacia el
ESP-28 1947 / 1946 06/46/ESP/1946/2 P S ? DS apoyado sobre los SE-NO Hoyo Circular 131x130x116 C 2154 (carece de material arqueológico, por lo que podría tratarse de un relleno natural) y de manera
cabeza tronco
parietales secundaria fue depositado el individuo (UE 1946). Posición muy forzada por lo que es posible que el
individuo estuviese atado?
20
POSICIÓN CRÁNEO Y
SEPULTURA
UE TIPO EXTREMIDADES
INDIVIDUO SIGLA POSICIÓN ORIENTACIÓN M.A. OBSERVACIONES
(INT / EST) ENTERRAMIENTO FORMA
CRÁNEO BRAZOS PIERNAS TIPO DIMENSIONES
PLANTA
Enterramiento muy superficial. Restos arrasados (posiblemente han quedado expuestos en algún
S-IV 1 1057 / 1056 06/46/S4/1056/2 P S ? DLD ? F SF O-E Hoyo Circular 108x109x34 C
momento). Estrato (UE 1111) bajo nivel de enterramiento ¿hoyo reutilizado?
Cubierto con grandes bloques de silex. Cráneo y mandíbula, rótula y sínfisis púbica desarticulados y
Desarticulado,
C, F desplazados (lo que indica que la descomposición tuvo lugar en un espacio no colmatado). Colapso de
S-IV 2 1097 / 1108 06/46/S4/1108/5 P S No C DS cráneo apoyado ? E, pero rodillas F E- O
los bloques de sílex provoca la fragmentación de los restos. Hoyo utilizado como lugar de inhumación
sobre parietal izqdo
en dos momentos diferentes
Desarticulado, Cubierto con grandes bloques de silex. Orden en el que fueron depositados los individuos: S-IV 3.1, S-
S-IV 3.1 06/46/S4/1203/13 P DVLI apoyado sobre lado ? HF O-E Hoyo Circular 122x118x110 V 3.2 y S-IV 3.3. Los restos de S-IV 3.3 además de muy fragmentados se encuentran dispersos por
izquierdo todo el hoyo. No es posible determinar la posición en la que el individuo fue inhumado aunque se han
Apoyado sobre lado C, F observados algunas conexiones anatómicas, por lo que también se trata de un depósito primario. La
S-IV 3.2 1097 / 1203 06/46/S4/1203/14 P T No C DLD F F O-E
izquierdo disposición de los restos induce a pensar en una descomposición en un espacio no colmatado.
Encontrados restos de microfauna ha podrido contribuir al desplazamiento y alteración de los restos
S-IV 3.3 06/46/S4/1203/15 P ? ? ? ? ? esqueletizados.
Restos han debido de sufrir alguna alteración postdeposicional que ha alterado su posición. Individuo
S-IV 4 1177 / 1176 06/46/S4/1176/4 P S No C DS ? Izqdo. F, dcho? Dcha F, izada? E- O Hoyo Circular 130x138x100 F
está muy incompleto. Estrato (UE 1219) bajo nivel de enterramiento ¿hoyo reutilizado?
Muy fragmentado e incompleto. Los restos esqueletizados han sufrido alguna alteración
S-IV 5 1255/ 1254 06/46/S4/1254/2 P S ? DLI? ? ? F SE-NO? Hoyo Ovalada 206x130x106 C
postdeposicional
Apoyado sobre HF (manos en la Bajo nódulos de sílex de gran tamaño se encuentran los restos óseos humanos. Los individuos fueron
S-IV 6.1 06/46/S4/1267/7 P DS F SE-NO
occipital mandibula) depositados en el siguiente orden: primero S-IV 6.3, después el S-IV 6.2 y por último S-IV 6.1.. La
1268 / 1267 T No C Apoyado sobre el Hoyo Circular 116x126x130 C, F
S-IV 6.2 06/46/S4/1267/8 P DVLD F bajo zona torácica F SE-NO disposición de los restos induce a pensar en una descomposición en un espacio no colmatado. Los
lado dcho restos de S-IV6.3 (perinatal) se encuentran dispersos por el hoyo sin conexión anatómica.
S-IV 6.3 06/46/S4/1267/9 P? ? ? ? ? ?
Gran losa de sílex que cubre parcialmente la superficie del hoyo en la zona de la boca de la covacha.
Apoyado sobre lado
S-IV 7 1520 / 1467 06/46/S4/1467/28 P S ? DLD HF HF N-S Covacha Semicircular 40x80x22 C, L , F Hoyo y covacha rellenados por un mismo estrato. El terreno es muy arcilloso y los huesos se
dcho
encuentran fuertemente adheridos al sustrato.
Cubierto parcialmente con cantos de sílex de tamaño medio. Junto al individuo se encuentra una
Apoyado sobre lado
S-IV 8 1642 / 1641 06/46/S4/1641/17 P S C DLI F HF NE-SO Hoyo Circular 150x187x202 C, L, F cabeza de bóvido. Existencia de un estrato (UE 1744) de gran potencia por debajo del nivel del
izqdo.
enterramiento ¿hoyo fue reutilizado?
Apoyado sobre lado Enterramiento muy superficial. Restos posiblemente han quedado expuestos en algún momento. Muy
S-IV 9 1787 / 1745 06/46/S4/1745/1 P S ? DLD F ? N-S Hoyo? ? 120x108x10 No
dcho. fragmentados
Cráneo girado,
apoyado sobre F, manos junto al Enterramiento muy superficial. Restos posiblemente han quedado expuestos en algún momento. Muy
S-IV 10 1822 / 1821 06/46/S4/1821/1 P S ? DLD F O-E Hoyo? ? 170x94x9 No
occipital y parietal cráneo fragmentados
izqdo.
Enterramiento muy superficial. Restos posiblemente han quedado expuestos en algún momento. Muy
S-IV 11 1830 / 1829 06/46/S4/1829/1 P S ? DS ? F F O-E Hoyo Circular 108x112x28 No
fragmentados Individuo muy incompleto.
Apoyado sobre lado Enterramiento muy superficial. Restos posiblemente han quedado expuestos en algún momento. Muy
S-IV 12 1887 / 1886 06/46/S4/1886/14 P S ? DLI F F E-O Hoyo Circular 120x124x34 C, L, F
izqdo. fragmentados. Estrato (UE 1958) debajo del nivel de enterramiento ¿ Hoyo reutilizado?
Sólo se encuentran fragmentos de neurocráneo, mandíbula, dientes sueltos y fragmentos de diáfisis de
S-IV 13 1915 / 1914 06/46/S4/1914/3 ? S ? ? ? ? ? Hoyo Ovalada 102x180x56 C
? hueso largo aislados y dispersos por el hoyo.
Tabla 2.- Resumen de las principales características de los enterramientos del Sector IV
21
5.2.- Estado de conservación.
Se han fijado 5 categorías de conservación atendiendo a dos parámetros fundamentales: el
grado de completitud del individuo y el estado de preservación de los restos. Podemos considerar
que el esqueleto está integrado por 8 unidades anatómicas: cráneo, esqueleto axial, cintura
escapular, extremidad superior derecha, extremidad superior izquierda, cintura pelviana, extremidad
inferior izquierda y extremidad inferior derecha. Se considera que un individuo está completo
cuando tiene al menos 7 de las 8 unidades anatómicas, incompleto cuando conserva entre 4 y 6, y
se definen como “escasos restos” los casos en los que se han recuperado menos de tres unidades
anatómicas. Para definir la preservación de los huesos se valora principalmente el grado de
fragmentación. De manera que las cinco categorías quedan definidas como: 1)Individuo completo y
bien preservado, 2)Individuo completo y mal preservado, 3)Individuo incompleto y bien preservado,
4)Individuo incompleto y mal preservado y 5)Escasos restos. En la Figura 9 se representa
gráficamente el estado de conservación de la muestra estudiada.
13% 13%
16% 10%
Espinillo 17%
13% 45% 1
21% 2
3
6% 4
24%
37% 5
28% 15%
e
24%
18%
Figura 9.- Diagrama de sectores con los porcentajes de las distintas categorías de estado de conservación de
los restos. A la izquierda ambos yacimientos por separado y a la derecha diagrama conjunto.
Como puede apreciarse, el estado de preservación de los restos varía mucho de unos
individuos a otros. Las diferencias de conservación pueden explicarse atendiendo tanto a las
características propias de cada resto, como a los posibles factores tafonómicos que hayan influido
sobre ellos. En cuanto a las variables intrínsecas que puedan tener algo que ver en la conservación
diferencial, destacan la densidad estructural de las distintas porciones de hueso, su tamaño, forma y
posición, así como el estado de salud, sexo y edad del individuo. En lo referente a los factores
externos que actúan sobre los restos esqueletizados o no, son muy diversos: abrasión, actividad de
animales, colapso de piedras, corrosión del suelo, formación de concreciones, erosión hídrica,
acción de las raíces, etc. Asimismo han de considerarse las alteraciones derivadas del proceso de
recuperación de los restos.
22
En lo que respecta a las alteraciones tafonómicas, se ha observado que, en general, los
restos se encuentran afectados en mayor o menor medida por erosión hídrica, meteorización y
abrasión. Algunos, además, presentan concreciones de carbonatos adheridas a su superficie, y con
menos frecuencia marcas de raíces.
El grado de fragmentación varía de unos individuos a otros, si bien son escasos los huesos
recuperados completos. A partir del estudio de los restos se pueden extraer una serie de
generalizaciones:
En los cráneos se aprecia que los huesos del neurocráneo se conservan mejor que
los del esplacnocráneo, a excepción de las mandíbulas, que con frecuencia han
aparecido completas o casi completas.
En lo referente a los huesos largos, la mayoría han perdido total o parcialmente sus
epífisis. Esto puede explicarse porque al presentar una elevada proporción de tejido
óseo esponjoso su densidad estructural es menor y por lo tanto presentan una menor
persistencia que las diáfisis.
Lo mismo ocurre con los elementos del esqueleto axial: costillas y vértebras, de
composición estructural menos densa. En las vértebras la destrucción suele ser
mayor en los cuerpos que en los arcos.
23
5.3.- ¿Quines eran? Análisis poblacional: Edad y Sexo.
Para establecer conclusiones a cerca de la demografía sería necesario tener evidencias que
demostrasen que los individuos proceden de una misma población biológica. Como ya se ha
mencionado, la ocupación de los yacimientos puede haber abarcado un período de tiempo amplio.
Además han sido interpretados como asentamientos temporales, por lo que es posible que los
individuos inhumados pertenezcan no sólo a distintos momentos, sino que procedan de distintas
regiones. Aún suponiendo que los individuos perteneciesen a un mismo grupo humano, es posible
que no sean representativos de aquel, ya que la población estudiada es siempre un subconjunto de
la población de origen (Waldron, 1994). No obstante, se ha considerado que los individuos
exhumados pertenecen a una misma población arqueológica (ya que ha sido hallados en un mismo
contexto arqueológico de cronología próxima), y para su estudio se han aplicado los mismos
criterios que se aplicarían al estudio de una población biológica en sentido estricto.
Antes de exponer los resultados del estudio osteológico de los restos, deben ponerse de
manifiesto algunos de los factores que lo han dificultado. Entre los muchos condicionantes que
pueden sesgar una muestra, el principal es el grado de conservación de los restos (ver apartado
4.2.3). Además debe tenerse en cuenta que la fiabilidad de las estimaciones de la edad y del sexo
está condicionada por la precisión de los métodos para su estudio. La estimación de la edad en
individuos adultos es compleja ya que la remodelación ósea que conlleva el crecimiento es un
proceso continuo y muy variable entre las personas. Además, las técnicas de estimación de la edad
en adultos proporcionan unos resultados de intervalos amplios, lo que impide estructurar la
población en grupos pequeños. Debido a su mayor aplicabilidad, en este análisis se ha empleado
fundamentalmente el estudio del desgaste dental como principal estimador de la edad de muerte.
Como ya se ha señalado anteriormente, el desgaste de la superficie oclusal es parámetro que
depende fuertemente de la dieta y la forma de preparación de los alimentos, así como maneras
individuales de masticación y durezas diferentes del esmalte, etc., es decir, que está muy
influenciado por otros factores diferentes de la edad. En cuanto a la determinación del sexo, sólo
puede realizarse si están presentes los elementos necesarios (huesos coxales o, en su defecto, el
cráneo y la mandíbula). Los resultados de las estimaciones de sexo y edad están resumidos en las
Tablas 1 y 2 del Anexo 6, y representados gráficamente en las Figuras 10 y 11. Es conveniente
aclarar que el establecimiento de conclusiones a nivel poblacional, dadas las características del
yacimiento y de la muestra analizada, se escapa a las posibilidades de este estudio, por lo que los
gráficos de las Figuras 10 y 11 no pretenden reflejar un hipotético perfil demográfico, sino
simplemente representar gráficamente los resultados obtenidos.
En El Espinillo 19 de los 31 individuos (61,3%) han sido definidos como adultos, de los
cuales, 9 son jóvenes, 3 son adultos maduros, y los 7 restantes se han clasificado como
indeterminados, bien porque no se ha podido aplicar ningún método de estimación de la edad, o
bien porque el rango de edad obtenido es demasiado amplio y no permite incluirlos en una
24
categoría de edad concreta. Los otros 12 son subadultos (38,7%): 7 infantiles y 5 juveniles. En los
individuos infantiles no se ha especificado el sexo y, de los juveniles 2 son masculinos y 3
femeninos. De los individuos adultos, 7 son femeninos (36,8%) y 5 masculinos (26,3%), mientras
que los otros 7 restantes (36,8%) han sido clasificados como indeterminados, debido a que el
estado de conservación de los restos no permite determinar su sexo.
En lo que respecta a los 17 individuos del Sector IV, 11 (64,71%) son adultos (3 jóvenes y
los otros 8 indeterminados) y 6 subadultos (35,29%) (de los cuales 1 es un perinatal, 4 son infantiles
y 1 es juvenil). En los individuos subadultos no se ha especificado el sexo, y de los adultos, 4 son
femeninos, 2 masculinos y los otros 5 restantes se han definido como indeterminados.
10
9
8
7
6
Nº INDIVIDUOS
5
4
3
2
1
0
PERINATALES INFANTILES JUVENILES ADULTO ADULTO ADULTO ADULTO
JOVEN MADURO SENIL INDET.
Figura 10- Representación g de los datos de edad y sexo de los individuos de El Espinillo
9
8
7
6
Nº INDIVIDUOS
5
4
3
2
1
0
PERINATALES INFANTILES JUVENILES ADULTO ADULTO ADULTO ADULTO
JOVEN MADURO SENIL INDET.
Figura 11.- Representación gráfica de los datos de edad y sexo de los individuos del Sector IV
25
antropológicos de poblaciones del Bronce en la Península. La mayoría de los artículos consultados
se basan en yacimientos fueron excavados sin que interviniese un antropólogo, por lo que no existe
garantía de que se recogieran la totalidad de los restos humanos exhumados. Además, en esta
época la tendencia generalizada era la de guardar sólo los cráneos mejor conservados, lo que,
unido a la creencia de que los restos infantiles y del esqueleto postcraneal no eran de interés, hace
suponer que de la mayoría de los yacimientos sólo se dispone de una muestra muy parcial
(Garralda y Grande, 1983). Por otra parte, en estos artículos no suelen aparecer datos
paleodemograficos, sino que se centran en el estudio de la variabilidad morfológica (en aquella
época considerada racial) de las poblaciones.
En la tabla 3 se presentan los datos recopilados de distintas poblaciones de la Edad de
Bronce en la Península (Garralda y Grande, 1983). Se han incluido en el análisis comparativo
aquellos estudios que presentan mayores tamaños muestrales y que, por lo tanto, pueden ser una
muestra representativa de las distintas zonas geográficas. Hay que señalar que estas poblaciones
procedentes de distintos yacimientos, tienen una cronología bastante amplia que abarca desde el
Eneolítico al Bronce.
Grupo Distribución
Probabilidad Nº total de años Nº total de años Esperanza de
de De muertes Supervivientes
Población De muerte vividos por vivir vida
Edad
Nº %
X D(x) d(x) (lx) q(x) L(x) T(x) e0 (x)
<10 12 36,36 100 0,36 818,20 2000,30 20,00
10-19 6 18,18 63,64 0,28 545,50 1181,10 18,57
20-39 12 36,36 45,46 0,80 545,60 636,50 14,00
Espinillo y Sector IV
40-59 3 9,10 9,10 1 91,00 91,00 10,00
>60 0 - - - - - -
Total 33 100,00 2000,30
<10 48 14,81 100,00 0,15 925,95 3068,15 30,68
10-19 28 8,64 85,19 0,10 808,70 2142,20 25,15
20-39 173 53,40 76,55 0,70 997,00 1333,50 17,42
Meseta y Levante
40-59 58 17,90 23,15 0,77 284,00 336,50 14,53
>60 17 5,25 5,25 1,00 52,50 52,50 10,00
Total 324 100,00 3068,15
20-39 162 73,64 100,00 0,74 1263,60 1663,60 16,63
40-59 43 19,54 26,36 0,74 331,80 400,00 15,17
Cataluña >60 15 6,82 6,82 1,00 68,20 68,00 10,00
Total 220 100,00 1663,60
Tabla 3.- Distribución por grupos de Edad en distintas poblaciones del Bronce en la Península
A la vista de los datos se puede observar que las poblaciones de la Meseta y Levante
presentan una elevada proporción de adultos en comparación con la de subadultos, no ocurre así
en los yacimientos tratados en este estudio, donde el porcentaje de subadultos representa algo más
de la mitad de la población (54,54%) (este alto porcentaje de restos de subadultos se debe a que en
la tabla de vida no se incluyeron los adultos indeterminados, ya que entonces el porcentaje se
26
reduce al 37,5%). Así mismo hay que señalar que no se ha recuperado ningún individuo senil en El
Espinillo ni en el Sector IV. Teniendo en cuenta que el porcentaje que representan los individuos
seniles en muestras grandes es muy bajo, no es extraño que en una muestra comparativamente tan
pequeña no aparezca ninguno. No obstante la distribución de la mortalidad, d(x), por edades tiene
un patrón de distribución similar (Figura 12). En la población catalana no fueron tomados en cuenta
los subadultos por lo que lo no se pueden hacer inferencias al respecto. El número de
supervivientes, l(x), en las poblaciones de la Meseta y Levante disminuye con relativa lentitud para
descender bruscamente a partir de los 40 años (esto puede ser un efecto numérico consecuencia
de utilizar grupos de edad de amplitudes diferentes), mientras que en El Espinillo y Sector IV el
descenso es muy acusado en infantiles y adultos maduros, y algo menos pronunciado en jóvenes.
En la población de Cataluña lo único que se puede concluir es que en los adultos hay un descenso
constante del número de supervivientes (Figura 13). En lo que a la probabilidad de muerte se
refiere, q(x), el comportamiento en las poblaciones de Levante y Meseta y El Espinillo y Sector IV
de nuevo es semejante ya que experimenta un brusco incremento a partir de la edad adulta (Figura
14).
l(x)
Figura 12.- Distribución de la mortalidad por edades. Figura 13.-Distribución del Nº de supervivientes por edades.
35 Levante-Meseta
1
Levante-Meseta 30
0,8 25 Cataluña
Cataluña
20
e0(x)
0,6
Espinillo y Sector IV
q(x)
15
Espinillo y Sector IV
0,4
10
0,2 5
0
0 <10 10-19 20-39 40-59 >60
<10 10-19 20-39 40-59 >60
Edad
Edad
Figura 14.-Distribución de la probabilidad de muerte por edades. Figura 15.-Distribución de la esperanza de vida por edades.
27
La esperanza de vida al nacimiento en los yacimientos de El Espinillo y Sector IV, 20 años,
está muy por debajo de la de la población de la Meseta y Levante y muy por debajo también de la
que presentan otras poblaciones Europeas (Garralda y Grande, 1983). Esto se debe a la ausencia
de seniles en la muestra y al reducido número de adultos maduros (a este respecto habría que
recordar que es posible que entre los adultos de edad indeterminada, que no han podido ser
incluidos en la tabla de vida, se encuentren individuos maduros y seniles). La esperanza de vida a
los 20 años continúa siendo baja, pero es más semejante a la de las poblaciones de la Meseta,
Levante y Cataluña.
Por último hay que señalar que no se tienen bajo control los efectos del empleo de diferentes
métodos de estimación de la edad utilizados en cada estudio.
ESPINILLO + SECTOR IV
HOMBRES + MUJERES
MEDIDAS ABSOLUTAS N MIN MAX X DESV
Long. máx. 17 162,00 183,00 173,35 6,83
Long. base 7 87,00 105,00 95,57 6,73
Anch. Máx. 14 121,00 140,00 133,57 5,05
Anch. Frontal mín. 11 87,00 98,00 92,82 3,73
Alt. Basion-bregma 8 120,00 137,00 129,63 5,71
C. sag. Frontal 17 102,00 117,5 106,85 4,19
C. sag. Parietal 20 96,00 117,00 110,04 5,49
C. sag. occipital 12 91,00 106,00 96,67 3,98
INDICES
Cefálico 13 74,72 84,05 77,55 2,77
Vértico-long. 8 71,43 79,88 75,31 2,67
Vértico-trans. 7 86,96 103,79 96,85 5,18
Fronto-parietal 10 65,22 73,46 68,67 2,68
28
POBLACIÓN DEL ARGAR (Botella et al.,1978)
HOMBRES MUJERES
MEDIDAS ABSOLUTAS N MIN MAX X DESV N MIN MAX X DESV
Long. máx. 55 173 203 185,69 6,22 65 165 190 177,92 5,32
Long. base 43 93 107 99,88 4,18 50 87 112 95,32 5,32
Anch. Máx. 66 126 158 140,30 5,62 68 126 149 137,09 5,03
Anch. Frontal mín. 63 89 109 96,90 4,33 68 85 106 93,93 3,75
Alt. Basion-bregma 43 126 145 135,05 4,25 49 115 139 127,31 4,96
C. sag. Frontal 32 104 123 112,09 5,00 24 100 123 108,25 4,74
C. sag. Parietal 37 103 130 116,00 6,81 28 99 121 111,57 5,83
C. sag. occipital 25 91 109 100,16 4,31 14 93 109 101,00 4,74
INDICES
Cefálico 55 63,05 82,86 75,39 3,73 63 70,39 89,22 77,17 3,47
Vértico-long. 42 65,28 78,98 72,88 2,52 48 63,89 77,65 71,46 3,07
Vértico-trans. 43 88,97 103,01 96,25 3,76 24 82,73 102,96 93,18 4,19
Fronto-parietal 59 63,40 77,61 69,26 3,45 63 62,32 75,19 68,54 3,09
Tabla 4.- Medidas e índices craneales de a)El Espinillo + Sector IV , b) población del Argar y c) población de neo-eneolíticos de Valencia.
Como puede observarse, las medidas del cráneo analizadas presentan, en general, una
media menor a las medidas de las poblaciones del Argar y de Levante. Sin embargo los índices
(que establecen relaciones entre estas medidas) en las tres muestras son similares. Es necesario
tener en cuenta, que se trata de una serie con un N reducido, que impide obtener conclusiones
directamente extrapolables a la población de origen.
b) Estatura
La talla es un rasgo imprescindible a la hora de caracterizar un individuo y definir su
morfología. La estatura de una persona está determinada principalmente por su herencia genética,
pero sobre este parámetro también influyen factores ambientales tales como el clima o la
alimentación (Robles, 1997). Se ha decidido aplicar dos métodos para calcular la estatura, lo que se
29
traduce en la obtención de una estimación por cada hueso y por cada método. Dada la
imposibilidad de conocer a priori cual de estas estimaciones es más ajustada es necesario integrar
todos los datos obtenidos y/o decidir que estimación es más exacta. Una posibilidad para reducir el
número de estimaciones obtenidas haciendo la media de estas estimaciones. A la hora de calcular
esta media se ha decidido, en caso de contar con medidas izquierda y derecha de un mismo hueso,
tratarlas como datos independientes, ya que las diferencias que muestran las estimaciones
calculadas a partir de las parejas huesos son del mismo orden que las que muestran las
estimaciones halladas a partir de distintos huesos. Por otro lado, para saber si las proporciones
corporales de la población de referencia son similares a las de los individuos de la población en
estudio podemos observar la dispersión. Dado el tamaño tan reducido de la muestra no es posible
emplear una prueba estadística para determinar la dispersión de las estimaciones proporcionadas
por estos métodos. Para tratar de evaluarlo de manera aproximada, se puede tomar los resultados
de los individuos en los que se conservan varios huesos largos completos y observar la amplitud del
intervalo que establecen la mínima estimación y la máxima (Ejemplo: Figura 16). Para calcular la
estatura es preciso que alguno de los huesos largos se conserve completo. Dado el estado
fragmentario de muchos de los restos, tan sólo ha sido posible estimar la estatura en 6 de los
individuos (19,35%) de El Espinillo y en 4 individuos (23,5%) del Sector IV.
170
Figura 16.-Estimación de la estatura en el individuo S-IV 6.1
(según Trotter y Glesser, 1958)
ESTATURA (cm)
165
H= húmero F=Fémur
160 R=Radio T=Tibia
C=Cúbito
A la vista de los resultados de las estimaciones de la estatura obtenidos por ambos métodos
TyG MÉTODO
COMPARACIÓN DE LOS MÉTODOS DE INDIVIDUO
TyG P
TROTTER Y GLESSER (1958) Y PEARSON (1899) P S-IV 2 9,11 12,71
S-IV 3.1 12,39 10,85
S-IV 4 - -
S-IV 6.1 7,18 5,33
180 ESP-2 - -
ESP-4 - -
ESTATURA (cm)
S-IV 2
ESP-10.1 - -
170 S-IV 3.1
ESP-4
ESP-23 ESP-20 3,00 3,47
ESP-24
ESP-2 ESP-20
ESP-23 1,82 0,96
160 ESP-24 8,90 7,62
S-IV 6.1
ESP-10.1 7,07 6,82 MEDIA
150 S-IV 4
140
Tabla 5.- Comparación de la dispersión de los
Figura 5.- Gráfico de dispersión para comparar las estaturas medias calculadas para resultados obtenidos mediante los métodos de
cada individuo con el método de Trotter y Glesser , 1958 (TyG) y Pearson, 1889 (P). Trotter y Glesser (TyG) y Pearson (P)
30
(que se recogen en las tablas 1y 2 del Anexo 5) se aprecia que las realizadas por el método de
Pearson son menores en todos los individuos (ver Figura 17). Como puede observarse en la Tabla 5
la dispersión en ambos métodos es similar para cada individuo, por lo que, en principio ambos
métodos parecen igual de apropiados (si bien globalmente la dispersión media es menor con el
método de Pearson).
Además de por su alta aplicabilidad en la muestra, se emplean las ecuaciones de Pearson
porque van a permitir comparar la estatura de con los individuos de El Espinillo con las estaturas de
los individuos de otras poblaciones (ver Figura 6), ya que en estos estudios (García, 1961;
González et al., 1993; Jiménez-Brobeil et al., 2008) se empleó este método para el cálculo de la
estatura, y para poder establecer comparaciones es imprescindible que las estimaciones hallan sido
calculadas con el mismo método.
170 166,4
164,41 163,93 164,39
165 162,60
161,1
160,11
160
Estatura (cm)
155,64
153,35 153,6
155 152,08
150,75 150,60
148,8
150
145
140
Espinillo y Dólmenes La Levante y Argar Cataluña Motilla de
Sector IV de Gorafe Encantada Meseta Azuer
Hombres Mujeres
Figura 6.- Comparación de la estatura de los individuos de El Espinillo y Sector IV con la estatura de individuos de otros yacimientos.
31
conservación de los mismos. El análisis de los resultados obtenidos revela que el 50% de los
individuos (24 de los 48 individuos: 14 de El espinillo y 10 del Sector IV) presenta algún signo de
interés patológico (SIP), lo que puede considerarse una frecuencia bastante elevada. Se ha dividido
este análisis paleopatológico siguiendo criterios topográficos, de manera que se plantean cuatro
subapartados: oral, axial, apendicular y patología craneal. Por último se ha incluido un breve
comentario sobre las variantes normales sin significado patológico encontradas.
a) Patología oral
Los dientes y su soporte óseo son los indicadores esqueléticos más relacionados con la
dieta y el estado nutricional de los individuos. Además hay que destacar que los dientes, debido a
su composición mineral, suelen presentar un buen grado de preservación, por lo que puede
afirmarse que su estudio es fundamental en la antropología. Sin embargo, como ya se ha señalado
anteriormente, en ocasiones, en la superficie de los dientes aparece una fina concreción calcárea
que ha impedido la evaluación de la situación odontológica de los individuos estudiados. Se
describen a continuación las principales patologías orales, y se analiza su prevalencia en la muestra
(las frecuencias se han calculado sobre 42 individuos que son los que conservan piezas dentales).
Caries
Las caries son lesiones destructivas en el tejido dental (ya sea la raíz o la corona)
consecuencia de la acción bacteriana sobre la placa dental (Figura 7), y su presencia se debe
principalmente al consumo de azúcares sencillos y elementos de textura blanda. La presencia de
caries está muy relacionada con la higiene bucal, pero también está condicionada por otros
factores: genéticos, desgaste dentario, concentración de flúor de las aguas, mineralización del
esmalte con la edad, etc. 13 de los individuos estudiados (un 31% aproximadamente) presentan
caries (8 de El Espinillo y 5 del Sector IV). Esta es una frecuencia relativamente alta porque ha sido
calculada sobre el total de individuos que presentan piezas dentales. Si calculamos la frecuencia de
piezas afectadas por caries en función del número total de piezas recuperadas encontramos que la
frecuencia es mucho menor.
32
baja en alimentos ricos en azucares sencillos y de textura blanda, por el contrario rica en carne. No
se han encontrado dientes de leche afectados, por lo que cabría suponer que su aparición es tardía.
Abscesos mandibulares
Los abscesos mandibulares (Figura 7) son consecuencia de una infección severa que afecta
a la pulpa del diente y desde allí se propaga, a través del canal radicular, hasta el alveolo dentario
correspondiente. Este proceso origina un orificio (fístula) que facilita el drenaje de pus al exterior.
Tan sólo se ha registrado un absceso en el total de individuos estudiados.
Tanto los abscesos como las pérdidas ante mortem están asociados al efecto acumulativo
de las patologías dentales.
Cálculo dental
El cálculo dental (Figuras 8 y 9) conocido comúnmente con el nombre de sarro, se asocia
con la presencia de alimentos de tipo cárnico ya que las proteínas favorecen un ambiente alcalino y
el depósito de sales. En ocasiones, las tareas de conservación de los restos tras su recuperación,
provocan el desprendimiento total o parcial de estas acumulaciones calcificadas, por lo que en
ocasiones es difícil valorar la presencia de este signo en la población. En la muestra se ha
detectado depósito de cálculo dental en 6 individuos, 3 del Espinillo y 3 del Sector IV (lo que
supondría una frecuencia del 14% aproximadamente).
33
a b
Hipoplasia de esmalte
La hipoplasia del esmalte (Figura 10) es una alteración que se observa
en esmalte dental causada por la interrupción temporal del proceso de
amelogénesis (formación) de la corona. Esta displasia queda registrada en
forma de líneas o depresiones en la superficie del esmalte (Goodman y Rose,
1990). Se ha relacionado con causas diversas, ya que puede asociarse a
cualquier tipo de disrupción metabólica que afecte al proceso de calcificación
de la pieza dental. Puede considerarse que la hipoplasia es un indicador no
específico de estrés fisiológico. Se han detectado 2 únicos casos de hipoplasia
del esmalte en los individuos estudiados. Al igual que ocurría con el depósito Figura 10. 1SD del
individuo S-IV 3.2.
de sarro, es posible que la alteración de la superficie de los dientes no haya Flechas señalan líneas
de hipoplasia
permitido observar más casos.
Artrosis temporomandibular
Se incluye en este apartado, por afectar a estructuras de la boca, la artrosis
temporomandibular (ATM), que se localiza en la articulación del mismo nombre. Ocurre cuando el
disco, que es una pieza de cartílago especializado cuya función es evitar la fricción entre la
mandíbula y el cráneo, falta o presenta perforaciones. La ATM puede ser debida a una fuerte
presión masticatoria mantenida de forma habitual, o estar incluida dentro de un proceso de artrosis
generalizada del individuo. Se han detectado dos posibles casos de ATM en los individuos
estudiados (Figura 11).
Figura 11.- Vista general de la mandíbula del individuo ESP-10.1. Detalle de la cara posterior de los cóndilos en los
que se aprecia (a pesar de las concreciones de carbonatos) cierto hundimiento, porosidad y rebordes.
34
Por último hay que señalar que el desgate de las caras oclusales es más bien moderado, lo
que indicaría que, en general, debería existir cierto cuidado en la limpieza y preparación de los
alimentos.
Por lo tanto, atendiendo a la frecuencia y características de las patologías observadas se
puede concluir que el estado de salud dental de la población es bastante bueno.
b) Patología axial
Del total de individuos estudiados, todos a excepción de uno conservan restos del esqueleto
axial, y de ellos 12 (un 25,5%) muestran algún signo patológico. Todas los signos patológicos
identificados están relacionados con la degeneración del cartílago articular y las alteraciones que
derivan de ésta (artrosis). Las lesiones que observan en los restos óseos son excrecencias óseas
de disposición habitualmente horizontal en los bordes articulares (osteofitos marginales),
alteraciones de los contornos articulares con labiaciones y espículas curvadas. El desarrollo de
estas excrecencias no siempre lleva implícito un proceso patológico ya que son bastante frecuentes
en individuos de edad avanzada, y en individuos jóvenes puede estar relacionado con una actividad
física intensa y reiterada, o una sobrecarga mecánica. Otros signos característicos de la artrosis son
la eburnación o esclerosis ósea (originada por el descubrimiento del hueso subcondral cuya
superficie se torna lisa y pulida) y la porosidad más o menos coalescente.
a d
e
c
b
a) Vista superior de atlas y axis. Flecha roja señalando los rebordes osteofíticos en la articulación atlantoidea
b) Detalle de apófisis odontoides. Flecha roja señalando los rebordes osteofíticos
c) Vista posterior de C5. Carilla articular con rebordes osteofíticos (nótese la asimetría de las dos carillas)
d) Vista superior de C3. Flecha roja señalando las excrecencias en el margen anterior del cuerpo.
e) Vista ventral de C3. Flecha roja señalando los rebordes osteofíticos en articulaciones uncovertebrales
f)
35
. La artrosis puede afectar tanto las articulaciones discovertebrales como las articulaciones
interapofisarias, o bien a las articulaciones uncovertebrales. Las regiones más comúnmente
perjudicadas son las sometidas a un mayor sobreesfuerzo biomecánico: la región cervical y la
lumbar baja (Campo, 2003). (Figuras 12 y 13).
c) Patología apendicular
Como ya se ha señalado anteriormente las epífisis son zonas de hueso esponjoso, y por
tanto, al ser menos densas son más susceptibles de ser destruidas o alteradas por los distintos
agentes tafonómicos. En la mayoría de los huesos largos recuperados se han perdido total o
parcialmente las epífisis, por lo que no han podido ser observadas patologías articulares (que son
las que se hallan con más frecuencia en los restos arqueológicos). Principalmente los rasgos de
interés observados en los huesos de las extremidades no son lesiones propiamente dichas, sino
alteraciones que constituyen adaptaciones funcionales del hueso frente al estrés mecánico
ocasionado por una actividad u ocupación habitual para el individuo. Dado el reducido número de
hallazgos no se puede hablar de marcadores de stress ocupacional a nivel poblacional, sino más
bien de hallazgos puntuales sobre individuos aislados. Las alteraciones se han hallado en las zonas
de inserción muscular. La tensión derivada de una acción muscular intensa y prolongada, provoca
que el hueso, para resistir esta tensión, expanda su estructura para así disminuir o disipar esa
fuerza. Estas excrecencias óseas en zonas de inserción muscular se denominan entesofitos
(Figuras 14-15). A pesar de que las exostosis a nivel de las entesis, se han relacionado con
traumatismos, inflamaciones o como cambios degenerativos propios del proceso de envejecimiento,
algunos autores (Galtés et al., 2007) sugieren que puede interpretarse como una respuesta
adaptativa a las cargas mecánicas derivadas de la tracción muscular sostenida
36
Dada la rareza de los hallazgos de estos marcadores no es posible conocer diferencias de
actividad por grupos de edad y sexo.
a b
a b
d) Patología craneal
Todas las lesiones identificadas en el cráneo son de carácter traumático y han sido halladas
únicamente en individuos de El Espinillo. Se han descrito lesiones en vida por contusión en 5
individuos (lo que supone una frecuencia bastante elevada, el 20% de los individuos que conservan
restos del cráneo): ESP-10.1, ESP-11, ESP-15, ESP-24 y ESP-25. Todos ellos son femeninos a
excepción de ESP-25. En la Figura 18 aparece un esquema aproximado de la localización de estas
contusiones.
37
Estas lesiones son de forma aproximadamente circular o elipsoide, y su
diámetro varia de unas a otras. Se caracterizan por un hundimiento de
poca profundidad (1-3 mm) de la tabla externa, sin afectación el diploe
(Figura 19). Este tipo de lesiones, denominadas erosiones craneales
por Campillo (2001) han sido documentadas en otras poblaciones del
Bronce (Botella et al. 1995, Jiménez-Brobeil et al., 2004). El mecanismo
de la lesión corresponde a una contusión (fortuita o intencionada) de
manera que la presión ejercida por un instrumento romo de sección
circular, redondeado, de naturaleza desconocida, provocaría el
hundimiento. Las lesiones se localizan en la zona media de ambos
Figura 18
parietales y en el frontal. Esquema de cráneo en vista superior.
Localización de las erosiones
a b
Figura 19.- Cráneo del individuo ESP-10.1. Lesión señalada mediante línea roja discontinua.
a) Vista superior
b) Detalle de la lesión en vista lateral
38
e) Variantes normales sin significado patológico
Son variantes o anomalías detectables en los huesos que no implican una patología. Son
caracteres discretos, discontinuos. En la muestra de individuos de ambos yacimientos se han
identificado (Figuras 21 y 22):
- 6 casos de orificios supraorbitarios en ESP-1, ESP-4, ESP-8, ESP-27, S-IV 3.1 y S-IV 6.1
- 5 casos de huesos Wormianos en ESP-8, ESP-9, ESP-10.2, S-IV 2 y S-IV 6.1.
- 1 caso espina supratroclear en el húmero de ESP-8.
a b
- Asimismo se ha podido constatar que en todos los individuos clasificados con un nivel de
conservación 5 (“escasos restos”) no se ha podido determinar la posición ni la
orientación del depósito, a pesar del esfuerzo realizado en el trabajo de campo.
39
- En las tumbas múltiples (de más de un individuo) aparecen siempre uno o varios
individuos adultos acompañados de subadultos. Por su especial interés se describen a
continuación cada una de ellas:
o Tumbas dobles:
ESP -10: adulto joven femenino + infantil (6-8 años)
ESP-13: Adulto joven femenino + Infantil (5-7 años)
ESP-21: Adulto indeterminado + Infantil (9-13 años)
o Tumbas triples:
S-IV 3:Adulto masculino + juvenil (17 +/- 3 años, posiblemente femenino)
+ Infantil (2 años aproximadamente)
S-IV 6: Adulto joven femenino + Infantil (2-3 años) + perinatal
Por lo tanto, lo más frecuente es que los enterramientos múltiples estén compuestos por
mujeres y niños, aunque no hay que olvidar que el número de casos es muy reducido como para
poder generalizar.
6.- CONCLUSIONES
40
menor (esto puede ser debido a la “ausencia” de adultos seniles y la poca frecuencia de
adultos maduros identificados).
7. La población muestra similitudes (en caracteres métricos del cráneo y en estatura) con otras
poblaciones del bronce en la península (Argar, Meseta y Levante).
8. Aunque aproximadamente la mitad de los individuos de la población presenta algún SIP,
dadas las características de las patologías observadas se puede concluir que el estado de
salud general de la población es bastante bueno.
41
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44
ANEXO 1: Planos de los yacimientos
a
45
b
46
a
47
b
Figura 2b.- Detalle de la localización de los enterramientos en la zona sur del yacimiento
Figura 2c.- Detalle de la localización de los enterramientos en la zona norte del yacimiento
48
ANEXO 2: Fichas de Campo
49
50
ANEXO 3: Ficha de inventario antropológico
51
ANEXO 4: Medidas Tabla 1.- Medidas cráneo individuos de El Espinillo
MEDIDAS / INDIVIDUOS ESP-1 ESP-2 ESP-3 ESP-4 ESP-5 ESP-8 ESP-9 ESP-10.1 ESP-10.2 ESP-11 ESP-12 ESP-13.1 ESP-15 ESP-17 ESP-18 ESP-23 ESP-24 ESP-25 ESP-27
Longitud máxima 183 176 171 170 168 178 173 168 182 182 178 179 172
Anchura máxima 138 132 128 133 130 128 133 138 137 140 132
Cuerda frontal 108 117,5 108 102 102 104 107 102 103 110 112 108 103
110
Cuerda parietal 117 107,8 113 108 113 112 117 106 117 108 112 109 115 109
52
Tabla 2. Medidas del cráneo de los individuos del Sector IV.
MEDIDAS \ INDIVIDUOS SIV 1 SIV 2 SIV 3.1 SIV 3.2 SIV 3.3 SIV 6.1 SIV 6.2 SIV 8
Longitud basionprostion 85 97 86
53
Tabla 3.- Medidas mandíbula individuos de El Espinillo
MEDIDAS / INDIVIDUOS ESP-2 ESP-3 ESP-4 ESP-5 ESP-8 ESP-9 ESP-10.1 ESP-10.2 ESP-11 ESP-12 1212 ESP-14 ESP-15 ESP-16 ESP-18 ESP-20 ESP-23 ESP-24 ESP-27 ESP-28
21,54
Altura del mentón 23,04 23,18 27,27 17,43 25,59 18,43 23,17 23,25 15,92 21,32 29,47 25,27 23,11 20,78
19,25
Altura del cuerpo I 20,89 22,03 25,51 19,81 13,59 25,21 22,19 21,1 21,08 25,26 19,03 22,73 24,54 27,93 30,28 26,64
Altura del cuerpo D 20,31 21,43 26,08 20,16 14,66 24,68 23,89 21,06 18,71 26,89 18,7 21,82 25,11 23,03 28,63 28,1 26,38
8,73
Anchura del cuerpo I 11,16 12,31 10,95 12,05 9,21 11,18 10,03 9 11,16 10,82 11,45 10,1 9,1 12,59 12,93 11,22 9,37
Anchura del cuerpo D 12,4 10,42 11,07 12,52 8,15 8,82 10,68 9,44 10,34 10,85 10,76 9,78 10,27 9,12 12,59 12,58 10,9 9,56
Anchura bigoniaca 98,79 92,89 70,67 88,54 79,34 90,54 83,38 87 77,98 90,45 91,16 105,4 99,73 92,93 93,15
Anchura mínima de la rama I 34,86 37,21 31,38 25,85 29,3 26,34 28,9 24,2 24,35 32 32,31 31,32 26,83
Anchura mínima de la rama D 30,21 34,28 36,57 31,92 25,04 29,44 26,56 29,5 27,32 28,16 32,45 30,5 32,65 32,21 33,44 28,98
Anchura máxima de la rama I 44,67 45,82 35,41 37,63 39,28 32,98 41,21 36,24 56,19 37,86 41,71 43,07 42,45 33,78
Anchura máxima de la rama D 43,9 44,83 42,11 38,8 33,32 33,32 41,71 37,59 34,96 41,96 40,25 43,47
Altura máxima de la rama I 71,72 66,44 51,62 51,62 61,53 57,36 44,94 58,1 69,34 65,52 62,72
Altura máxima de la rama D 55,3 71,89 65,68 60,05 43,76 68,24 65,88
Longitud mandibular 82 82 73 60 67 61 75 65 74 87
Angulo mandibular 31 33 32 26 35 40 32 41 36 35
54
Tabla 4. Medidas de la mandíbula de los individuos del Sector IV.
MEDIDAS \ INDIVIDUOS SIV 1 SIV 2 SIV 3.1 SIV 3.2 SIV 3.3 SIV 6.1 SIV 6.2 SIV 7 SIV 8
Altura del mentón 31,73 33,54 17,51 26,53 16,17 26,63 22,16
Anchura del cuerpo D 9,29 10,72 8,78 10,24 8,78 10,53 9,94 11,23
Anchura mínima de la rama D 31,57 30,38 29,60 30,32 29,56 21,30 29,26
55
Tabla 5. – Medidas cintura escapular individuos de El Espinillo Tablas 6. y 7. – Medidas brazos individuos de El Espinillo
MEDIDAS / INDIVIDUOS ESP-10.1 ESP-20 ESP-23 ESP-24 ESP-2 ESP-4 ESP-5 ESP-10.1 ESP-20 ESP-23 ESP-24
MEDIDAS / INDIVIDUOS ESP-20 ESP-23 ESP-24 MEDIDAS / INDIVIDUOS
Longitud máxima 135 146 Longitud máxima 300 Longitud máxima 320 290 320 310
Diámetro anterior mitad 10,05 12,18 Anchura epicóndilo 59,56 61,23 62,64 Anchura epicóndilo 55,75 61,49 59,67 61,59 63,53 65,23
Diámetro superior mitad 7,27 10,33 Diámetro vertical cabeza 44,66 Diámetro vertical cabeza 48,96 45,57 39,21 45,62 49,37
Diámetro transverso mitad 13,45 15,13 15,33 Diámetro transverso mitad 14,59 14,82 15,76 15,71
56
Tabla 8. Medidas de la cintura escapular de los individuos del Sector IV. Tabla 9. Medidas de la cintura pelviana de los individuos del Sector IV.
SIV 3.1
MEDIDAS \ INDIVIDUOS SIV 2 SIV 3.1 SIV 3.2 SIV 4 SIV 6.1 SIV 6.2 MEDIDAS \ INDIVIDUOS SIV 2 SIV 6.1
Diámetro anterior mitad 41,80 13,85 10,57 12,68 5,58 Anchura ala ilíaca
ESCAPULA DERECHA
Altura 107,69
57
Tabla 10. Medidas de los huesos largos de los brazos izquierdos de los individuos del Sector IV Tabla 11. Medidas de los huesos largos de los brazos derechos del los individuos del Sector IV.
MEDIDAS \ INDIVIDUOS SIV 2 SIV 3.1 SIV 3.2 SIV 4 SIV 6.1 MEDIDAS \ INDIVIDUOS SIV 2 SIV 3.1 SIV 6.1
HUMERO HUMERO
Longitud máxima 316 260 185 Longitud máxima 306 325 290
Anchura epicóndilo 61,88 63,73 56,80 51,35 54,68 Anchura epicóndilo 62,31 56,47
Diámetro vertical cabeza 44,80 35,94 35,94 38,17 Diámetro vertical cabeza 45,47 46,75 40,03
Diámetro máximo mitad 21,09 18,22 18,22 18,52 Diámetro máximo mitad 22,03 22,40 18,76
Diámetro mínimo mitad 19,03 14,19 14,19 14,77 Diámetro mínimo mitad 17,54 17,02 16,15
RADIO RADIO
Diámetro sagital mitad 11,34 10,28 Diámetro sagital mitad 12,03 10,88 10,23
Diámetro transverso mitad 12,50 13,22 Diámetro transverso mitad 14,45 15,42 11,15
CUBITO CUBITO
58
Tabla 12.- Medidas piernas izquierdas individuos de El Espinillo
MEDIDAS / INDIVIDUOS ESP-3 ESP-5 ESP-7 ESP-8 ESP-10.1 ESP-11 ESP-12 ESP-16 ESP-17 ESP-18 ESP-20 ESP-22 ESP-23 ESP-24 ESP-25 ESP-27
FÉMUR IZQUIERDO
Longitud máxima
Longitud fisiológica
Anchura bicondílea
76,14
Diámetro máximo cabeza
Perímetro mitad
TIBIA IZQUIERDA
Longitud
365
Anchura epífisis proximal
76,56 77,35
Anchura epífisis distal
52,84
Diámetro máximo foramen
31,23 32,42 31,33 30,95 34,68 27,11 29,46 30,14 31,39 36,25 38,92 32,99 36,53 31,07
Diámetro transverso foramen
22,54 20,47 21,76 18,94 21,93 18,95 18,03 17,07 17,71 20,37 21,62 23,55 19,83 20,82
Perímetro foramen
98 82 98 80 89 86 87 86 98 105 109 91 81 80
59
Tabla 13.- Medidas de los huesos largos de las piernas derechas de los individuos de El Espinillo
MEDIDAS / INDIVIDUOS ESP-3 ESP-5 ESP-7 ESP-8 ESP-9 ESP-11 ESP-10.1 ESP-12 ESP-16 ESP-17 ESP-18 ESP-20 ESP-23 ESP-24 ESP-25 ESP-27
FÉMUR DERECHO
Longitud fisiológica
Diámetro sagital subtroc. 25,31 28,2 25,48 24,10 18,93 21,41 25,52 23,45 21,74 19,04 25,11 29,65 32,94 31,31 23,21 25,54
Diámetro transverso subtroc. 36,71 32,97 29,05 25,68 22,62 30,16 34.30 27,63 27,88 26,16 33,79 32,88 34,23 31,94 27,75 31,22
Perímetro mitad
TIBIA DERECHA
Longitud
Diámetro máximo foramen 33,43 33,88 29,13 32,68 26,87 30,55 29,64 32,53 35,24 32,5 35,87 29,76 30,82
Diámetro transverso foramen 22,48 20,24 20,35 21,06 18,45 18,96 17,9 19,04 22,53 24,84 19,71 19,89 20,48
60
Tabla 14. Medidas de los huesos largos de las piernas izquierdas de los individuos del Sector IV. Tabla 15. Medidas de los huesos largos de las piernas derechas de los individuos del Sector IV.
MEDIDAS \ INDIVIDUOS SIV 2 SIV 3.1 SIV 3.2 SIV 5 SIV 6.1 SIV 7 SIV 8 MEDIDAS \ INDIVIDUOS SIV 2 SIV 3.1 SIV 3.2 SIV 4 SIV 5 SIV 6.1 SIV 8
FEMUR FEMUR
Diámetro máximo cabeza 46,41 39,46 Diámetro máximo cabeza 46,54 46,69 44,24 38,79
Diámetro sagital subtrocánter 28,28 32,15 27,66 24,16 23,61 22,47 Diámetro sagital subtrocánter 28,38 29,36 19,74 23,62 25,63 21,65
Diámetro transverso subtrocánter 40,25 35,54 31,88 31,72 34,29 30,25 Diámetro transverso subtrocánter 41,30 35,73 30,96 29,40 32,20 29,82
Diámetro sagital mitad 29,09 36,18 24,32 23,93 Diámetro sagital mitad 29,14
Diámetro transverso mitad 31,67 27,29 23,01 24,58 Diámetro transverso mitad 29,80
TIBIA TIBIA
Anchura epífisis distal 54,90 46,27 Anchura epífisis distal 53,53 49,36 47,50
Diámetro máximo foramen 35,77 42,45 31,44 38,97 30,77 32,82 Diámetro máximo foramen 34,99 40,41 31,52 28,911 39,87 31,23
Diámetro transverso foramen 23,65 24,12 21,39 25,17 19,48 20,23 Diámetro transverso foramen 22,20 23,32 21,06 18,85 24,08 19,96
PERONE PERONE
61
Anexo 5: Tablas de estatura
MEDIDA: ESTATURA (en cm) MEDIA de las
INDIVIDUO EDAD SEXO HUESO LADO
Long máx. Mínimo media máximo medias
ESP-4 Adulto maduro Masculino Húmero D 320 165,90 170,45 175,00 170,45
ESP-10.1 Adulto maduro Femenino Húmero D 290 165,25 169,86 174,47 168,86
ESP-24 Adulto joven Masculino Húmero D 310 163,01 167,56 172,11 168,96
S-IV 6.1 Adulto joven Femenino Radio D 221 156,357 161,017 165,677 161,43
62
MEDIDA:
INDIVIDUO EDAD SEXO HUESO LADO ESTATURA MEDIA
Long máx.
63
ANEXO 6: Tabla resumen
S-IV 3.1 17-45 Adulto joven -Adulto maduro Masculino 170,86 166,40 1
Tabla 1.- Resumen de los resultados de las estimaciones de edad, sexo y estatura.
64