Un cuadro de mando integral (CMI) es una herramienta de gestión que mide la situación de una empresa desde 4 perspectivas: financiera, cliente, procesos internos y formación y desarrollo. Proporciona indicadores clave de rendimiento (KPIs) que ofrecen información sobre el estado actual y la evolución de la empresa para ayudar a la toma de decisiones. Los KPIs miden aspectos como ventas, costes, satisfacción de clientes, procesos productivos y satisfacción de empleados.
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Un cuadro de mando integral (CMI) es una herramienta de gestión que mide la situación de una empresa desde 4 perspectivas: financiera, cliente, procesos internos y formación y desarrollo. Proporciona indicadores clave de rendimiento (KPIs) que ofrecen información sobre el estado actual y la evolución de la empresa para ayudar a la toma de decisiones. Los KPIs miden aspectos como ventas, costes, satisfacción de clientes, procesos productivos y satisfacción de empleados.
Un cuadro de mando integral (CMI) es una herramienta de gestión que mide la situación de una empresa desde 4 perspectivas: financiera, cliente, procesos internos y formación y desarrollo. Proporciona indicadores clave de rendimiento (KPIs) que ofrecen información sobre el estado actual y la evolución de la empresa para ayudar a la toma de decisiones. Los KPIs miden aspectos como ventas, costes, satisfacción de clientes, procesos productivos y satisfacción de empleados.
Un cuadro de mando integral (CMI) es una herramienta de gestión que mide la situación de una empresa desde 4 perspectivas: financiera, cliente, procesos internos y formación y desarrollo. Proporciona indicadores clave de rendimiento (KPIs) que ofrecen información sobre el estado actual y la evolución de la empresa para ayudar a la toma de decisiones. Los KPIs miden aspectos como ventas, costes, satisfacción de clientes, procesos productivos y satisfacción de empleados.
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Qué es un cuadro de mando integral
Un cuadro de mando integral CMI (Balanced Scorecard) es una
herramienta de gestión empresarial que se utiliza para medir la situación y evolución de una empresa desde una perspectiva general. El cuadro de mando ofrece una serie de indicadores numéricos y gráficos (de control, financieros, de estocaje, y demás áreas de la empresa) que ofrecen una visión general, objetiva y en tiempo real que ayuda a la toma de decisiones de los directivos. Inicialmente, los cuadros de mando estaban basados exclusivamente en datos financieros (balance y cuenta de resultados) y se realizaban cada 3 meses. Esta visión financiera de la empresa limitaba la capacidad de los gerentes a la hora de tomar decisiones, pues los datos de los que disponían representaban a la empresa en el pasado. En qué se basa un cuadro de mando El cuadro de mando ofrece información sobre la situación de la empresa y sus objetivos, y se desarrolla teniendo en cuenta 4 perspectivas que están interrelacionadas entre sí: Financiera. A través de los indicadores financieros las empresas podrán maximizar su valor y crecimiento, por ejemplo, pueden aumentar ventas o reducir el coste de algunos procesos para ser más productivos. Estos valores pueden medirse desde el cuadro de mando y ver si las estrategias para conseguir mejorarlos están funcionando de forma adecuada. Cliente. En el cuadro de mando deben recogerse métricas que midan el grado de relación con los clientes. Alguna de estos indicadores son la retención de clientes, satisfacción de clientes y rentabilidad de clientes. Procesos internos. Los procesos internos en una empresa agregan valor a sus productos y servicios, siendo, además, fundamentales para cualquier estrategia de reducción de costos. Dentro de los distintos tipos de procesos de una empresa se encuentran las acciones que se realizan en el día a día, los procesos de gestión y relación con los clientes, procesos de creación e innovación y procesos sociales. Formación y desarrollo. Bajo esta perspectiva, el cuadro de mando debe aportar información sobre los intangibles de la empresa como son el capital humano (habilidades, capacidades y competencias), el informativo y de comunicación (redes e infraestructura informática y de la comunicación) y el organizacional (capacidad y organización de la empresa para realizar los distintos procesos). Qué indicadores debe incluir un cuadro de mando Las distintas métricas o KPIs (indicadores que miden el rendimiento) que ofrece un cuadro de mando deben ser elegidos con especial cuidado. Para poder tener una visión global y real de lo que sucede en la empresa estos indicadores deben representarse tanto en cifras como de manera visual. Es muy útil utilizar el método semáforo para indicar el estado de cada indicador (verde para los que se encuentran en un rango normal, naranja los que tienen una pequeña desviación y rojo para aquellos con una desviación grave). Para determinar los rangos de cada indicador la empresa o los profesionales deben estudiar el mercado y su sector para marcar ellos mismos los rangos de estas métricas. La cantidad de indicadores globales que debe mostrar un cuadro de mando debe encontrarse entre 15 y 20 y deben estar alineados con los objetivos fijados en la estrategia empresarial. Qué son los indicadores de rendimiento Los CMI hacen uso de una serie de parámetros o métricas para mostrar las distintas informaciones sobre la empresa. A estos indicadores se les conoce como KPIs o indicadores de rendimiento. Los indicadores de rendimiento permiten conocer si un proceso se está realizando de forma óptima (como se supone que debe realizarse) o si está sufriendo algún tipo de desviación. Estos parámetros son útiles para conocer cómo se están realizando los procesos, pero no indican la causa de las posibles desviaciones o variaciones de los mismos. La medición de este tipo de indicadores debe realizarse con frecuencia para mostrar siempre en el cuadro de mando el valor que represente el estado actual, el pasado y nos permita hacer proyecciones. Muchos indicadores son inmediatos, existiendo otros a largo plazo que necesitan más tiempo para ser medidos. La representación de estos valores dentro de un cuadro de mando se realizará de forma numérica y gráfica, para facilitar su análisis y la toma de decisiones. Algunos ejemplos de distintos indicadores que pueden incluirse en un cuadro de mando son: Flujo de caja y valor agregado como indicadores financieros. Reconocimiento de marca o retención de clientes como indicadores de clientes. Tiempo de fabricación o costo de desarrollo como indicadores de procesos internos. Satisfacción de los empleados y productividad de los trabajadores como indicadores de formación y desarrollo. Cada empresa —dependiendo de sus necesidades y actividad— decidirá qué indicadores incluirá dentro del cuadro de mando, para reflejar del modo más fiable y real posible la situación de la empresa teniendo en cuenta todas sus áreas.