CLASE 5 - PRACTICO B.docx Adultos Vazquez

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Práctico 5-B: Intervenciones en psicosis

La unidad que voy a presentar, incluye dos textos.

El tratamiento de las psicosis. De Gabriel Belucci.

Hospital de día. Al encuentro de la subjetividad. De Silvia Atzori.

Ambos textos tienen en común, que desarrollan el modo de intervención en la clínica de la


psicosis, y que ambos autores han tenido experiencia institucional en Argentina con pacientes
psicóticos, en el Hospital Borda y en el Centro de Salud Mental N. 3 Dr. Arturo Ameghino.

Así, el desarrollo de los textos está planteado desde su propia experiencia clínica, de modo que
el material mismo ya implica una articulación entre la experiencia y la teoría.

El tratamiento de las psicosis. De Gabriel Belucci.

Belucci recorre y abreva en distintos autores del campo psicoanalítico, y conserva el énfasis en
mantener el eje teórico para pensar la posición del analista, el método, el quehacer. No va a
profundizar en la psicopatología, sino en el modo de abordaje de la psicosis, y desde qué
posición abordar.

Sin embargo, si bien Lacan piensa nuestra práctica como una táctica y una estrategia, en este
caso Belucci subraya el concepto de deseo del analista, sin el cual no es posible concebir
absolutamente nada en lo relativo a la eficacia del psicoanálisis.

Considero uno de los puntos principales a pensar en ambos textos: si la transferencia va a ser
diferente en el campo de la neurosis, es necesario pensar o recorrer el concepto “deseo del
analista” para esta clínica.

No vamos a encontrar en el texto, una “guía” o un “manual” de instrucciones sobre cómo


abordar la práctica. Al contrario, habrá que contemplar por un lado las diferencias del caso por
caso, y en articularlo con la idea de Lacan de la pasión por la ignorancia.

“Donar la propia ignorancia”, “volverla operativa” hacerle lugar a ese no saber.

▪ Se plantea una pregunta en relación a cómo es la transferencia y a si hay transferencia


en la psicosis.

El texto nos lleva a pensar en cómo es la dimensión del Otro en la psicosis, y en cuál de estas
dimensiones se ubica el analista.

● El Otro del goce


● otro en tanto destinatario
● otro semejante

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Si el analista se ubica como otro en tanto destinatario, el paciente se va a dirigir a nosotros


dando un testimonio de su padecimiento.

Es aquí donde es posible hacer una articulación de las diferentes dimensiones de la


transferencia en la psicosis: con el analista en tanto otro semejante y su relación imaginaria, y
la vertiente que toma al analista como destinatario del testimonio del paciente.

¿Cómo maniobrar para contrarrestar el goce del Otro, y ayudar a evitar el pasaje al Acto sin
retorno?

Colette Soler llamó “orientación de goce”, a una torsión que supone una suplencia en acto de la
Ley Paterna.

Y hará un desarrollo del “si” (orientación de goce en su vertiente positiva) y de un oportuno


“no” del analista, como función limitativa, para la dirección hacia “otros caminos posibles”.

¿Qué otros conceptos considero importante profundizar a la hora de recorrer el texto?

Acerca de la táctica y las intervenciones posibles en la psicosis.

Aquí sugiero volver al texto “Construcciones en Psicoanálisis” donde Freud desarrolla


interpretación y construcción. Para poder pensar cuál de las dos es la intervención posible en la
psicosis, y por qué.

Y podemos incluir la dimensión del Acto y Deseo del analista, introducida por Lacan.

En la psicosis es absolutamente imposible la interpretación.

¿Por qué?

● En principio porque el propio sujeto ocupa la posición de intérprete.


● Porque interpretar puede llevar al analista a encarnar el Otro del saber, que es también
el Otro del goce.
● La transferencia se volvería de carácter persecutoria o virar en esa dirección.
● Al interpretar evocamos un enigma, que pone en juego una falta. Falta que al no haber
sido legalizada por la Ley del Padre, puede ser peligroso en una estructura no
desencadenada.

Pero además de los riesgos el recurso de la interpretación es ineficaz.

Como en la psicosis no funcionó el mecanismo de la represión, no hay un ​”no dicho​” o un


signifcado inconsciente​ que es a los que apunta a develar una interpretación.

En relación a lo riesgoso, hay algo interesante que plantea Belucci, y tal vez tranquilizador.
Aclara que un “desencadenamiento” no se va a dar por una única y desafortunada intervención.
Habría que sostener una posición de lectura que suponga una metáfora donde no la hay, lo que
podría producir ese efecto. Lo que habla más de la posición del analista que de una

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intervención puntual. Y también es importante esa atención y cuidado en las psicosis


desencadenadas. A veces indagar demasiado en la historia, puede ser riesgoso.

“Solo hay historia en un campo ordenado por la Ley del Padre.”

Frente a la imposibilidad de interpretar, es que tiene cabida la ​Construcción.​

1. Da un marco: localización de circunstancias, (cómo, cuándo, dónde) sucedió un


acontecimiento. Funciona para darle una lógica, alguna lectura de un real en juego.
2. Permite una anticipación en Acto, mediatizando lo real. (Dado que no se cuenta con la
temporalidad anticipatoria, que se anuda a la condición de peligro que sí hay en la
neurosis)
3. Permite la producción de un relato. Construyendo otra versión posible de la realidad.
Sin intentar desarmar la verdad delirante. En cambio intentando situar al delirio como
un no-todo.
4. Localización de condiciones como un acuerdo entre el paciente y el analista. (Por
ejemplo condición del tratamiento es la suspensión del pasaje al acto violento) incluido
dentro de una necesidad lógica. Suple la inoperancia de la ley.

La tercera vertiente de las intervenciones que plantea Belucci, se refieren al Acto. En donde se
pone en juego el deseo del analista más allá del decir, aunque no sin él.

● No hay respuestas mejores que otras, se verifican en la experiencia.

¿Cuáles son las dimensiones negativas del acto?


● Negativa: orientación de goce, vertiente limitativa.
● Intervenciones que apuntan a sostener y a fundar el espacio analítico, con un doble
carácter negativo y positivo. Ej: no violencia (negativo) para seguir con el tratamiento
(positivo).
● Intervenciones que plantean el aval del analista a ciertos movimientos que contribuyen a
la producción de una salida.

Finalmente Belucci se referirá a los dispositivos que se arman para los tratamientos.

❖ Pluralidad de espacios. (Al menos dos) Psicológico y Psiquiátrico. Operando para que esos
dispositivos funcionen del modo más articulado y eficaz posible.
♦ Dispositivo familiar, asamblea, talleres.

❖ Dimensión institucional y legal.

❖ Pluralización de dispositivos.

♦ Delimitan los espacios. Tiene función de límite.

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♦ Posibilita acotar en el marco individual la aparición de por


ejemplo algo de orden delirante en un ámbito colectivo.
Delimitando espacios de lo íntimo y lo público.
♦ Distribución de goce. El exceso de goce que el sujeto padece,
no se va a concentrar en un único dispositivo y en una única
transferencia.

En el espacio individual se apuntará a la producción de lo íntimo, aquello que ese sujeto tiene
de singular, de diferente.

Mientras que los dispositivos colectivos, apuntalan la dimensión del semejante y alguna posible
circulación.

Se pone de relieve la legalidad, las reglas, las pautas que hacen posible su funcionamiento.

Un ejemplo que toma, en el dispositivo del taller, que se caracteriza por la producción de un
“objeto”.

Ese objeto puede eventualmente operar como sustracción con respecto al goce del Otro.
Localiza y condensa ese goce. Movimiento que instituye la dimensión de un semejante.
Legaliza la relación con pares.

❖ Dispositivo familiar. Muchas veces suele presentarse como un obstáculo a la producción de


una salida. La intervención o trabajo en estos campos, apuesta a la posibilidad de leer
ciertas coordenadas del funcionamiento de esa constelación familiar, ubicar la lógica de sin
salida de lo endogámico que rige y poder encontrar una salida. Contando con los mismos
miembros de la familia, o con lazos amistosos o pares.

El último punto que aborda el texto es de la Internación. Intentando no abordar la cuestión


como una posición filosófica o ideológica.

Desde el psicoanálisis, pensar la necesidad tanto de internación como de la externación.


Acompañando al paciente en ambas instancias. Y considerando que la posición de la salida, no
es solo un gesto administrativo de alta.

El tratamiento en la psicosis, consiste en la producción de una salida, ahí donde la estructura


no lo aporta. El sin salida es consecuencia directa de la forclusión de la ley del Padre, que no
garantiza la exogamia y es el analista el que acompañará al paciente en esa operatoria.

En ese acompañamiento, muchas veces uno de esos dispositivos es la internación.

Para establecer una barrera al goce del Otro.


Alojar y ordenar algo de lo que va a la deriva.
Inscribir como un acontecimiento subjetivo, lo que inicialmente le viene del Otro.

En base a esto, pensar el alta, ver qué de esos motivos de internación produjeron un
movimiento.

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❖ Si se establecieron instancias de separación del otro, si se logran establecer lazos con


semejantes.
❖ Pensar la “obra”, algún quehacer, alguna producción.
❖ Haber logrado alguna operación con respecto al saber. Saber acerca de los soportes con
los que cuenta.

A veces puede ser necesaria, luego de la externación, una instancia intermedia entre “adentro”
y “afuera”. Por ejemplo el hospital de día. De modo de articular la desmanicomialización, con la
descronificación, lo cual no equivale a decir el cierre de los hospitales de Salud Mental.

Y con este cierre, es que articulo el texto Silvia Atzori, quien brinda un testimonio de su
experiencia en el Centro de Salud Mental número 3 Dr. Arturo Ameghino, ubicando un modo
particular de concebir el abordaje de las psicosis, en el marco del Hospital de Día.

Hospital de día. Al encuentro de la subjetividad. De Silvia Atzori.

Esta propuesta surgió del mismo equipo de profesionales, con el objetivo de:

❖ Cubrir cuando algunas sesiones individuales semanales no son suficientes.


❖ No son pacientes que requieren internación.
❖ Pensar la posibilidad de un espacio particular.
❖ Investigar sobre el tratamiento de las psicosis y su dispositivo.

La modalidad del Hospital de día es de media jornada, y se desarrollan actividades que


incluyen terapia individual, control individual de la medicación, asamblea comunitaria, y
diversos talleres: literario, huerta, cocina, fotografía, música, cine, radio, merienda, grupo.

Los talleres están a cargo de los analistas, ya que no es un lugar pedagógico, ni se trata de
hacer el bien, ni decidir qué es lo mejor para alguien. Y requerirá y se planteará una estrategia
adecuada para cada paciente.

❖ Las actividades están pensadas como espacios significantes.


❖ La diversidad de espacios, favorece la desmultiplicación transferencial. Cada espacio
funciona en falta, descomplentando al Otro absoluto.
❖ Organizar un dispositivo, implica una terceridad, la introducción de un orden simbólico,
dentro de las cordenadas espacio y tiempo.
❖ No se trata de encuentros interdisciplinarios, con vectores propios, sino que se supedita a
una estrategia clínica que surge de la escucha de cada paciente.

El marco teórico de dicha propuesta es el psicoanálisis. Pero, ¿qué psicoanálisis? O ¿qué del
psicoanálisis?

Articulado con la concepción lacaniana de que la psicosis es un fuera de discurso, se plantea


aquí una estrategia que promueva que el sujeto psicótico se apropie de algún discurso que le
sirva para establecer algún lazo social.

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❖ No pensar este dispositivo como lugar de tiempo libre no ocupado, o resocialización, u


ortopedia del yo.
❖ El alta del hospital de día sería un homólogo al final de análisis en la neurosis, y es también
un criterio en la admisión.

Este dispositivo aloja cierta subjetividad y requiere de ciertas condiciones de agrupabilidad.

Consiste en:

▪ Admisión. Entrevistas. Apuntando a que algo los implique.


▪ Se plantea como una oferta, ya que se parte de una demanda invertida, lo cual
es esperable en la estructura. Y es el hospital de día el que ofrece los espacios.

Y si bien la demanda en la psicosis es diferente que en la neurosis, es posible un lazo


transferencial, de características y estructura diferentes.

Es el analista quien permitirá apuntar a un objeto que pueda tener una inserción social, que
tenga algo creativo.

No hay tiempo a priori de cuánto durará su transcurrir en el hospital de día. Y tampoco es


condición sine qua non del ingreso.

La admisión y la apuesta a la singularidad y a la diferencia es lo que permite la salida del


anonimato.

Admitir una particularidad del sujeto rompiendo el aislamiento y su segregación.

La escucha analítica permitirá ubicar aquello que represente al sujeto psicótico, (un arte, un
oficio u ocupación) que pueda inscribir su nombre como propio.

Inscribir un significante que lo nombre, que supla su carencia original, que lo ancle a un
abordamiento subjetivo y le permita hacer un lazo social.

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