Clase 1
Clase 1
Seminario a Distancia:
¿Cómo trabaja un analista? Vigencia de la técnica freudiana
Docente: Lic. Graciela Cohan
Material reproducido para el dictado académico. Prohibido su uso con otros fines
Seminario a Distancia:
¿Cómo trabaja un analista? Vigencia de la técnica freudiana
Docente: Lic. Graciela Cohan
Palabras preliminares
La clínica actual, atravesada por características peculiares, nos obliga como analistas a
interrogarnos sobre qué se mantiene y qué cambia de los parámetros “técnicos” clásicos.
En estas páginas reflexionaremos sobre la necesidad de redimensionar el encuadre: la frecuencia
de las sesiones, la duración de los tratamientos, las indicaciones de las prepagas, la inclusión de
celulares, las sesiones a distancia, etc.
También les propongo revisar conceptualizaciones freudianas como la neutralidad del analista, la
atención flotante, el amor de transferencia y las construcciones en análisis, con el fin de
revitalizarlos con nuestra propia experiencia.
Para trabajar sobre las vacilaciones, los tropiezos y los aciertos que se nos presentan en la
práctica, encontrarán al finalizar cada clase una viñeta para analizar. En relación a la discusión de
viñetas tanto como para las consultas que vayan surgiendo a lo largo del curso, les solicito que se
respete el secreto profesional. Esto facilitará que cada uno pueda compartir su práctica, sus dudas
e inquietudes en un clima de confidencialidad.
Comenzaremos aclarando que nuestro trabajo, que es artesanal y que utiliza el inconsciente del
analista como instrumento princeps, cuenta con algunos ejes teóricos y técnicos que nos separan
de otras formas terapéuticas.
No contamos con un manual de procedimientos rígidos, con un recorrido por “lo que se debe
hacer” en el consultorio, propio de otro tipo de propuesta terapéutica. Lo que nos diferencia es,
que si bien estamos en la posición de oyentes del discurso del sujeto que nos consulta, nuestra
escucha es desde otro lugar, y nuestras intervenciones (incluso el silencio) no son las de un diálogo
convencional. En este punto radica la dificultad de la transmisión de la técnica.
Introducción
Trataremos de construir un conjunto de reflexiones sobre el campo clínico y sus participantes, lo
cual obliga a recorrer muy brevemente el marco teórico que lo sustenta para luego detenernos en
los instrumentos que permiten operar en dicho campo.
No haremos un mero recorrido erudito de los textos de Freud sobre técnica sino que los
trabajaremos a la luz de nuestras experiencias actuales, para verificar su vigencia.
La historia del psicoanálisis ha demostrado que se puede leer a Freud desde ángulos totalmente
diferentes generando pautas técnicas propias de cada orientación.
1
Asociación Escuela Argentina de Psicoterapia para Graduados
Seminario a Distancia:
¿Cómo trabaja un analista? Vigencia de la técnica freudiana
Docente: Lic. Graciela Cohan
Material reproducido para el dictado académico. Prohibido su uso con otros fines
2
Asociación Escuela Argentina de Psicoterapia para Graduados
Seminario a Distancia:
¿Cómo trabaja un analista? Vigencia de la técnica freudiana
Docente: Lic. Graciela Cohan
Material reproducido para el dictado académico. Prohibido su uso con otros fines
Está muy ligado a lo pulsional, regido por el principio del placer, alimentado por la experiencias
infantiles, y sostenido en una dinámica de conflicto psíquico. Es también una cualidad
intrasistémica del Yo, del Superyó y por supuesto la característica que define al Ello.
Es importante señalar que un sistema o estructura es, por definición, un conjunto de elementos
articulados entre sí, cuya coexistencia los define. No hay ninguna valoración jerárquica, ningún
elemento de la estructura que sea mejor o peor. Freud nos enseña que el funcionamiento del
aparato psíquico está construido por obra de un mecanismo fundante que llama represión
primaria.
Como dique que separa dos sistemas, el Inc y la Conc., esa represión primaria que está dada, no
puede ser levantada en su totalidad, ni suprimida. No es pensable un sujeto pura conciencia ni
puro inconsciente. Lo que sí es posible es el levantamiento de las represiones secundarias que se
van instalando alrededor de la misma. De aquí partimos para sostener que el sujeto es poseedor de
un saber no sabido sobre su propio padecer.
Psicosexualidad es otro concepto freudiano que tendremos muy presente en estas clases. A partir
de Tres Ensayos se revoluciona el concepto de pulsión y de sexualidad ya que se le atribuye a la
pulsión sexual una intensidad y un objeto variable, pudiendo cambiar y transformarse. Es una
exigencia de trabajo psíquico, de empuje, con un plus que deviene en destino de pulsión. La
satisfacción sexual humana, a diferencia de otros seres vivos, se caracteriza por algo intrínseco
que no permite lograr la descarga total o la satisfacción total. Es incompleta por definición, queda
un resto que podríamos describir como “esperando siempre algo que no llega”.
A partir de Más allá del principio de placer se completa el panorama pulsional con la
conceptualización de la pulsión de autodestrucción, Tanatos o Instinto de Muerte. El inconsciente
está conformado por sexualidad y destructividad, en mezclas y des- mezclas variables dependiendo
de los avatares de la historia infantil del sujeto.
En este curso tendremos presente que el síntoma, ya sea físico o psíquico, es siempre formación
transaccional y vehículo de un conflicto entre dos fuerzas que se oponen entre sí.
Desde Psicoterapia de la Histeria hasta Construcciones, Freud mantuvo su postura: el síntoma no
es algo ajeno y desconocido que irrumpe en la vida del sujeto, tiene su sentido y su articulación en
su historia. El síntoma esconde una verdad que al descubrirla le otorga un nuevo sentido.
Sostenemos esta misma postura en el presente. Quizás un poco menos ingenua respecto a la
eficacia de una interpretación.
Hoy sabemos que el síntoma esta multideterminado, puede llevar mucho tiempo ir quitando los
velos y que por más comprensión teórica que tenga el analista, el tempo de descubrir su verdad es
el que marca el analizante.
Queda claro, entonces, que el analista no es un artista inspirado que descubre el inconsciente con
una interpretación, ni un mero repetidor de teorías, lo suyo es un trabajo de filigrana que va
construyendo un itinerario de conocimiento que le facilite al analizante modificar los términos del
conflicto.
Completamos la serie de conceptos teóricos que estamos viendo en esta introducción con el de
Reconstrucción histórica. El sujeto que consulta necesita armarse de una explicación para su
3
Asociación Escuela Argentina de Psicoterapia para Graduados
Seminario a Distancia:
¿Cómo trabaja un analista? Vigencia de la técnica freudiana
Docente: Lic. Graciela Cohan
Material reproducido para el dictado académico. Prohibido su uso con otros fines
padecimiento. El análisis es una invitación a revisarla, visitar su historia y reconstruirla desde una
mirada que incluya los elementos que le son inconscientes. La historia de un sujeto es conflictiva,
oscilante, con resignificaciones importantes y explicaciones anticipatorias.
Va como ejemplo una frase dada en una primera entrevista por un sujeto que consulta por sus
fracasos económicos reiterados en los últimos años. Dice: “Yo nunca voy a tener suerte porque
nací con mala estrella”. Nos informa de su historia y nos explica cómo cree que va ser su futuro.
Me llama la atención el con y le pregunto con quién nació. A partir de sus respuestas pudimos
reconstruir una historia de pérdidas y duelos silenciados en su familia que lo habían marcado.
Para completar la descripción de las herramientas que componen la teorización flotante, faltaría
mencionar que el análisis es una “cura por la palabra”, es decir que nuestro instrumento es la
palabra. Las intervenciones del analista son siempre verbales y el canal de comunicación es el
discurso.
Así, los dos participantes de la sesión, analizante y analista, están regidos por este principio: en el
discurso del analizante se encuentran las claves para desentrañar el síntoma, la inhibición, el
padecimiento. El silencio, el gesto, el movimiento, la expresión corporal son observables muy
importantes, siempre que se remitan al discurso.
Hace muchos años, dentro de lo que se denomina el análisis clásico, no sólo se interpretaba lo que
decía el analizante, también llegar tarde o temprano, pagar con cheque, traer un regalo, etc. El
analista podía hacer una interpretación de la conducta del paciente.
La consecuencia de esta modalidad analítica es que se produce, a mi modo de ver, un ejercicio de
poder que es iatrogénico para el analizante, ya que el analista demuestra con sus palabras que
efectivamente tiene un saber que el sujeto desconoce, favoreciendo así idealizaciones,
dependencias y hostilidades encubiertas.
Hoy se considera más terapéutico lograr que el sujeto hable sobre su conducta, para poder
introducir en el registro del discurso lo que se hace presente en forma muda a través del acto.
Hay otro aspecto importante a tener en cuenta frente al discurso del analizante y tiene que ver
con la veracidad de lo dicho. El relato que hace el sujeto ¿es verídico?, ¿es ficticio?, ¿es
mentiroso? ¿El analista debe tolerar la mentira o desenmascararla? Algunos psicoanalistas sostienen
que el discurso del paciente responde a una “verdad narrativa”, lo toman como punto de partida
al igual que el contenido manifiesto de un sueño. Otros consideran que es importante buscar la
realidad histórica. La posición que tome el analista en este terreno tendrá consecuencias clínicas:
no es lo mismo considerar el relato de abuso sexual o de violencia familiar como verdad narrativa
o como verdad histórica.
4
Asociación Escuela Argentina de Psicoterapia para Graduados
Seminario a Distancia:
¿Cómo trabaja un analista? Vigencia de la técnica freudiana
Docente: Lic. Graciela Cohan
Material reproducido para el dictado académico. Prohibido su uso con otros fines
5
Asociación Escuela Argentina de Psicoterapia para Graduados
Seminario a Distancia:
¿Cómo trabaja un analista? Vigencia de la técnica freudiana
Docente: Lic. Graciela Cohan
Material reproducido para el dictado académico. Prohibido su uso con otros fines
Freud impulsa un cambio de la posición médica de su época respecto al abordaje del enfermo
mental. Lo considera una unidad integrada física y psíquica. Propone estudiar las neurosis —
término acuñado por W. Cullen— haciendo foco en el padecimiento corporal como manifestación
dependiente del sistema nervioso.
Creo que esta manera de abordaje mantiene su vigencia innovadora en la actualidad cuando
asistimos a un deslizamiento hacia la etiología a nivel hormonal, genético o químico, o sea, que
está por fuera de lo psíquico. La cura se limita a métodos farmacológicos que, en muchos casos,
dificultan cualquier investigación reflexiva del sujeto para encontrar el origen histórico de su
problemática.
En sus investigaciones Freud encuentra nexos entre lo que es el síntoma físico, florida
sintomatología histérica con el trauma a través de la palabra. Y si la palabra enferma también
puede curar. Va a partir, en el proceso de la cura, de este adagio: cuando cesa la causa, cesa el
efecto. Lo invierte al ver como al recuperar el recuerdo desaparece el síntoma físico: si cesa el
efecto es porque la causa ha perdido vigencia.
Recordemos que partió de la teoría del trauma psíquico y en su trabajo clínico descubre, no sin
asombro, el origen sexual de la neurosis. Observa la insistencia de trastornos en la vida sexual del
paciente y concluye que lo que provoca el monto de excitación cuantitativo que el psiquismo no
puede ‘elaborar’ es específicamente de carácter sexual, definiendo así el carácter sexual del
trauma.
Respecto a este punto, un momento crítico en la clínica de Freud fue el desmoronamiento de la
teoría de la seducción, descubrió que sus histéricas le mentían, y no siempre había un padre o un
adulto abusador. Esto lo llevó a conceptualizar la importancia de la fantasía que adquiere la fuerza
de “realidad psíquica" en la neurosis.
Cuando Freud descubre la importancia de la sexualidad como mecanismo psicógeno en toda una
serie de afecciones, propone esta división: las neurosis actuales y las psiconeurosis.
Las primeras, se deben a una disfunción somática de la sexualidad y el conflicto es despliega en el
presente. Son las neurosis de angustia (por falta de actividad sexual), la neurastenia (por
interrupción de la actividad sexual) y la hipocondría. La neurosis de angustia se diferencia de la
neurastenia por crisis de angustia que invaden masivamente el aparato psíquico, son lo que hoy
llamamos “ataque de pánico” aunque su etiología no siempre es de origen sexual.
Las psiconeurosis o neurosis de defensa están caracterizadas por un conflicto psíquico que se
originó en el pasado pero que mantiene su vigencia en el presente. Engloba las distintas formas de
la histeria, la neurosis obsesiva y las fobias o histeria de angustia. La idea patógena es de
contenido sexual y se vuelve inaceptable para el Yo.
Reservará la designación de neurosis narcisísticas para las psicosis: paranoia, esquizofrenia y
psicosis maniaco-depresiva. Hoy agregaríamos a esa división las afecciones psicosomáticas, las
patologías bordeline y las perversiones.
Aquí aparece la importancia del diagnóstico, si se está frente a una neurosis actual el psicoanálisis
poco puede hacer. Se reserva su eficacia para las psiconeurosis o neurosis de defensa.
6
Asociación Escuela Argentina de Psicoterapia para Graduados
Seminario a Distancia:
¿Cómo trabaja un analista? Vigencia de la técnica freudiana
Docente: Lic. Graciela Cohan
Material reproducido para el dictado académico. Prohibido su uso con otros fines
Continuemos con el texto, Freud nos informa que en el camino investigativo de la neurosis
descubrió que el síntoma desaparece cuando se logra: “despertar con plena luminosidad el
recuerdo ocasionador, convocando al mismo tiempo el afecto acompañante,.. Y (se) expresaba en
palabras el afecto”. (pág. 263)
La eficacia terapéutica reside en la posibilidad de unir en forma consciente, el recuerdo
traumático y el afecto concomitante. Siempre el síntoma es una solución de compromiso entre dos
fuerzas que se oponen.
Es decir, en el síntoma histérico encontramos un símbolo sustitutivo del recuerdo reprimido: una
metáfora corporal que realiza el cumplimiento de un deseo (edípico, inconsciente y sexual)
reprimido que lucha contra su represión.
La otra característica del síntoma es su sobredeterminación, varios factores se suman para dar por
resultado su formación. No son un signo unívoco, están formados por desplazamientos y
condensaciones como el sueño, el lapsus, toda formación del inconsciente busca su expresión
consciente a través de varios caminos.
Dice Freud que las cadenas de asociaciones que enlazan al síntoma con el “núcleo patógeno”
constituyen sistemas de líneas ramificadas y convergentes. El proceso tiene las mismas
características de condensación y de desplazamiento como las que estudiamos en el sueño.
Desandamos el camino desde el relato que se hace de un sueño, contenido manifiesto, para llegar
al contenido latente. Lo mismo ocurre con los síntomas y con las asociaciones libres.
Se menciona en este texto que el material del analizante es el “producto multidimensional de por
lo menos triple estratificación” (pág. 293). Las asociaciones se ordenan de manera lineal,
cronológica alrededor del núcleo. También se ordenan de manera concéntrica y además siguiendo
un hilo lógico.
Veamos cómo lo describe:
“…el material psíquico patógeno, supuestamente olvidado, no está a disposición del yo ni
desempeñe papel alguno en la asociación y el recuerdo, a pesar de lo cual se encuentra aprontado
de alguna manera y por cierto en buen y correcto orden”. (pág. 292)
Podemos comprobar cómo las aparentes asociaciones libres responden a este patrón de
funcionamiento. Además nos aclara que no vamos a encontrar un síntoma histérico único, sino
conjuntos entrelazados entre sí y también independientes entre sí. Lo que lo lleva a considerar
que no hay un solo núcleo traumático, una única representación patógena sino que debemos
esperar series parciales y encadenamientos patógenos.
Estas conceptualizaciones tienen consecuencias técnicas: en primer lugar, no se trata de creer que
se va a descubrir un único motivo del síntoma. En segundo lugar, el abordaje es complejo y arduo.
Pero la buena noticia es que si no logramos pescar su enlace por una vía, el inconsciente, dice
Freud, se encargará de emitir señales por otros canales. El trabajo consiste en estar atento a que
ello ocurra.
7
Asociación Escuela Argentina de Psicoterapia para Graduados
Seminario a Distancia:
¿Cómo trabaja un analista? Vigencia de la técnica freudiana
Docente: Lic. Graciela Cohan
Material reproducido para el dictado académico. Prohibido su uso con otros fines
Siempre hay una conexión entre el decir de un analizante y las manifestaciones de su inconsciente.
Aun cuando sea dificultoso el procedimiento de la asociación libre, el discurso responde a este
mecanismo asociativo.
En nuestra práctica Freud nos enseña a ubicarnos en la “periferia del núcleo patógeno” y guiar
hasta que se pueda encontrar el camino al núcleo traumático. No está proponiendo una técnica
pasiva. Por el contrario, es muy activa, pero no es directiva. Consiste en acompañar al analizante
para que pueda develar una relación de sentido en sus síntomas, inhibiciones y fobias.
Siempre nos recuerda que debemos ir de lo más superficial a lo más profundo, ya que las
asociaciones superficiales responden a la misma lógica que las profundas, lo veremos más
adelante.
El método que descubre es lo que llamó método catártico que consiste en lograr que se produzca
la descarga (abreacción) del afecto que estaba inhibida. Una de las funciones del lenguaje es
sustituir a la acción, permitiendo la eliminación del afecto por medio de su descarga. Este proceso
puede ser espontáneo. Cuando la abreacción no sucede espontáneamente, tanto las ideas como los
afectos ligados a ellas, se reprimen.
El método catártico es un proceso de recuerdo y elaboración psíquica que busca reavivar la
descarga del afecto reprimido. Si bien se lo considera pre-analítico, sigue siendo una herramienta
presente en el transcurso de un tratamiento, integrada a formas más complejas. Cuando estamos
frente al relato de una situación traumática que acaba de ocurrir (un accidente, una muerte, un
robo, etc.), permitir que la descarga afectiva se produzca y acompañarla en silencio puede ser
terapéutico.
Resistencia y transferencia
El primer obstáculo con el que Freud se encontró fue que el paciente ofrecía resistencia a recordar
lo traumático, lo que lo llevó a suponer que esa misma fuerza psíquica que cooperó en la
formación del síntoma, ahora impedía la resolución del mismo.
Nos dice: “…mediante mi trabajo psíquico yo tenía que superar en el paciente una fuerza que
contrariaba el devenir-consciente (recordar) de las representaciones patógenas… Esa podría ser la
misma fuerza psíquica que cooperó en la génesis del síntoma histérico y en aquel momento impidió
el devenir consciente de la representación patógena”. (pág. 275)
Transformó este obstáculo en herramienta al sostener que el analista se ofrece como eslabón en la
tarea de descubrir y levantar los focos de resistencia. El paciente enlaza la figura del analista a su
dialéctica de repetición y recuerdo. De tal forma que se transfiere sobre la figura del analista
aquellos deseos prohibidos. El objetivo del análisis es levantar esas resistencias para llegar al
núcleo patógeno. “Hacer consciente lo inconsciente”.
Ahora bien, las causas de formación de una neurosis se definen por las series complementarias,
conjunción de experiencias infantiles y carga genética más la frustración real. Cuando la realidad
externa frustra la posibilidad de satisfacción de un deseo pulsional deviene un conflicto psíquico.
8
Asociación Escuela Argentina de Psicoterapia para Graduados
Seminario a Distancia:
¿Cómo trabaja un analista? Vigencia de la técnica freudiana
Docente: Lic. Graciela Cohan
Material reproducido para el dictado académico. Prohibido su uso con otros fines
Un aspecto del síntoma es la satisfacción sustitutiva que conlleva una regresión al punto de
fijación donde la libido sí pudo obtener su descarga.
Nos interesa particularmente este aspecto de la teoría ya que nos va a permitir entender el
fenómeno de la transferencia y el lugar del analista como falso enlace.
Decimos entonces que el síntoma es un sustituto, pero además, en su carácter de sustituto, le da
al sujeto un cierto nivel de satisfacción del que no es consciente. Es irreconocible para el
paciente, lo que siente es el padecimiento y se queja de eso. De ahí la condición paradójica del
síntoma.
A partir de la conceptualización de la insistencia de la pulsión, esa compulsión formalizada en Más
Allá del Principio del Placer, podemos decir que uno de los obstáculos a la cura analítica es
precisamente que además del beneficio secundario de la enfermedad estamos en presencia de algo
más profundo, una cierta satisfacción inconsciente, una ganancia primaria. Siempre es importante
ir haciendo un mapeo del beneficio primario que el síntoma cumple. Si su función es de sostén,
removerlo puede poner en riesgo toda la estructura.
Resistencia
En un primer momento Freud pensó que con el esclarecimiento y la insistencia podría disolver la
resistencia. Luego marcó la necesidad de interpretar la resistencia y tomó a la transferencia como
una resistencia. Este obstáculo al esclarecimiento de los síntomas es explicado por su distancia
respecto al núcleo patógeno y al mismo tiempo corresponde a una función defensiva. La
ambigüedad de esta explicación invita a una profunda revisión de este aspecto de la técnica.
La complejidad del aparato psíquico que fue armando posibilitó que sostuviera en Inhibición,
Síntoma y Angustia la existencia de varias formas de resistencia. Las que caen bajo el dominio del
Yo, a saber represión, mecanismos de defensa, resistencia transferencial y beneficio secundario de
la enfermedad. La compulsión a la repetición, bajo la influencia del ello, que impide el avance de
la terapia. Y, por último, la resistencia del superyó que se expresa a través del sentimiento
inconsciente de culpa y la búsqueda de castigo.
Transferencia
Veremos a continuación cómo funciona la transferencia en análisis. El fenómeno transferencial
está siempre presente en una relación terapéutica, la diferencia radica en que el analista la
explícita y la trabaja. Puede haber transferencia sin análisis, pero no puede desplegarse un análisis
sin transferencia.
Freud nos dice que el sujeto va a desplegar una forma propia de vincularse con el analista que
responde a un cliché. Incluye aspectos conscientes ligados a la realidad y componentes
inconscientes ligados a una especie de expectativa de cura maravillosa.
La función del analista es de falso enlace, de falsa conexión, el analista está ahí, hace su tarea
que es justamente tocar lo reprimido, y al hacerla despierta los fenómenos transferenciales. Esta
9
Asociación Escuela Argentina de Psicoterapia para Graduados
Seminario a Distancia:
¿Cómo trabaja un analista? Vigencia de la técnica freudiana
Docente: Lic. Graciela Cohan
Material reproducido para el dictado académico. Prohibido su uso con otros fines
ubicación del analista permite que cuando se llega a bordear lo reprimido, se haga presente el
afecto que se vuelca sobre el analista.
“La transferencia sobre el médico acontece por enlace falso… A raíz de esta mesalliance —yo la
llamo enlace falso— despierta el mismo afecto que en su momento esforzó a la enferma a
proscribir (prohibir) una transferencia y un enlace falso”. (pág. 307)
Hoy describimos este falso enlace como una posición de borde entre el adentro de lo intrapersonal
y el afuera de lo intersubjetivo. Convierte al analista en un observador privilegiado de las sutiles
maneras de expresión del inconsciente.
En este sentido, lo que quiero subrayar es que el componente resistencial de la transferencia
siempre está, es más, significa que estamos acercándonos al núcleo patógeno. Aquello de lo que
no se puede hablar y que aparece como resistencia siempre requiere un cuidado extremo. Además,
al desplegarse la transferencia en sesión posibilita la creación de algo nuevo: la intervención del
analista le ofrece al analizante la posibilidad de crear una versión nueva del viejo conflicto.
El sujeto habla y no es interrumpido, lo que posibilita que diga lo que dice y que haya también
espacio para aquello que le es difícil de decir, que siempre implica una demanda no satisfecha.
El analista no se corre, no le dice: “yo no sé de qué está hablando”, sino que se presta a que se
despliegue la neurosis de transferencia, artificial, porque es un “como si”, los dos saben que no es
“de verdad”. En caso contrario estaríamos en presencia de una psicosis. De ahí la importancia de
hacer diagnósticos diferenciales.
Se trata, entonces, de recuperar el recuerdo reprimido que puede ser ahora 'tolerado'
paulatinamente y aceptado por el Yo del analizante, ingresando al caudal representativo.
Es importante recordar que la función del analista no es ir quitando velos y máscaras diciendo al
paciente: “Lo que usted quiere decir es que…” sino que la función del analista es descifrar el
jeroglífico, tal como se sugiere en la Interpretación de los Sueños, para permitir que se pueda
actualizar ese recuerdo que siempre remite a la frustración de un deseo insatisfecho.
Si bien se avanzó muchísimo, a la luz de los conocimientos actuales, vemos que la falta de
herramientas teóricas reducía el análisis que Freud efectuaba en esos primeros años.
Por ejemplo, al no haber conceptualizado el complejo de Edipo, sólo observaba conflictos
derivados de éste, como puede verse en el análisis de Elisabeth o en el de Miss Lucy. Por otro lado,
al desconocer la zona inconsciente del Yo, leía la defensa como consciente. Desconocimiento en el
que muchas veces caemos en nuestra práctica clínica cuando sin advertirlo entramos en
discusiones especulares respecto de un cambio de horario o de temas de honorarios olvidando que
las demandas del analizante poco tienen que ver con la racionalidad. Son expresiones de deseos
inconscientes a descubrir.
Proseguimos este recorrido poniendo en foco la idea central de su técnica: si la transferencia es
repetición, será fundamental recordar para no volver a repetir. El principal recurso para dominar
la compulsión de repetición del neurótico es la transferencia que permite transformarla en un
recuerdo.
10
Asociación Escuela Argentina de Psicoterapia para Graduados
Seminario a Distancia:
¿Cómo trabaja un analista? Vigencia de la técnica freudiana
Docente: Lic. Graciela Cohan
Material reproducido para el dictado académico. Prohibido su uso con otros fines
11
Asociación Escuela Argentina de Psicoterapia para Graduados
Seminario a Distancia:
¿Cómo trabaja un analista? Vigencia de la técnica freudiana
Docente: Lic. Graciela Cohan
Material reproducido para el dictado académico. Prohibido su uso con otros fines
También puede aparecer bajo la forma de una reticencia, una desconfianza y sospecha frente a lo
que dice el analista.
Un manera sutil es la de refugiarse en la justificación de que todo lo que le pasa al sujeto tiene su
origen en el inconsciente al mismo tiempo que mantiene un escepticismo y una postura de
generalizar para evitar hacerse responsable por su padecer.
Recuerdo la intervención de Freud frente al relato de lo que “le hacían” a Dora: le preguntó cuál
creía ella que era su responsabilidad en lo que le estaba relatando, pregunta que suelo tener muy
presente en mi práctica.
Quisiera aclarar que puede ocurrir que la transferencia no se instale, algo que no depende de la
voluntad de los protagonistas. Ese “detalle” que la sostiene no se hace presente. O bien, que al
consultante se le haga imposible, por más que lo intente de jugárselas a todo o nada por ese
análisis en ese momento de su vida. Son imponderables que llevan a que la consulta no avance a
un análisis. El analista puede percibirlo: una especie de indiferencia se adueña del espacio de la
consulta.
Del lado del analista, ya veremos cuando tratemos contratransferencia, los obstáculos se
presentan en la expresión de sus prejuicios, su adhesión extrema a una teoría, sus puntos ciegos,
su falta de análisis.
Recordemos que esta dialéctica entre el analista y el analizante, entre la vida pulsional y la vida
racional, entre desear y actuar, solamente funciona con la presencia del analista, nadie puede
“ser ajusticiado in absentia o in effigie”. (pág. 105)
Hasta aquí las ideas directrices, tuve que hacer algún tipo de recorte por lo que mucho quedó
afuera. Espero que formulen preguntas para abrir a un intercambio.
Además les propongo un ejercicio clínico que acompaño de una petición de confidencialidad
respecto del material que trabajaremos así como de los comentarios y propuestas de cada uno de
ustedes.
El ejercicio consiste en tomar cada una de las viñetas y analizarlas para encontrar sus puntos
fuertes y débiles a la luz de lo que trabajamos teóricamente.
Qué hubieran dicho o no.
Qué reflexiones les merece cada una de las intervenciones del analista.
Viñeta
Juan: “Quiero que quede bien asentado aquí que yo le demuestro mi amor a esta mujer todos
los días, es una mujer que yo elijo y volvería a elegir… No sé por qué tantos conflictos, cuando
el año pasado le pedí a María que fuera mi mujer, no pensé en la familia, en mis hijos, la
verdad que aposté a nuestro amor, hoy puedo decir que fui un poco ingenuo… ¡Ah! (se toca la
espalda, a nivel lumbar) tengo una puntada, otra vez el cólico!”.
Uno de los motivos de consulta de Juan fue que desde hace unos meses sufre intensos dolores o
puntadas en la espalda. El diagnóstico inicial fue de un cólico renal, pero los estudios
demostraron que no tiene un problema físico que lo justifique y fue remitido a terapia.
A: ¿Estás con cólico o estás colérico, enojado?
12
Asociación Escuela Argentina de Psicoterapia para Graduados
Seminario a Distancia:
¿Cómo trabaja un analista? Vigencia de la técnica freudiana
Docente: Lic. Graciela Cohan
Material reproducido para el dictado académico. Prohibido su uso con otros fines
Sonríe, afloja la tensión y relata el domingo familiar, con asado, con la presencia de sus padres
y de sus hijos que nuevamente se desencontraron con María; hubo tensión, sarcasmos y desaires
de ambos lados frente a él que se mantuvo apartado y sin intervenir.
Juan: “Cuando nos mudamos a esta casa con jardín pensé que era una oportunidad de disfrutar
y darnos todos esos placeres que siempre había soñado”.
A: ¿Será enojo y también temor de estar rompiendo algún pacto de lealtad familiar? Vos hablás
de esta mujer, de la mujer que elijo, como si estuvieras frente a un tribunal y tuvieras que
justificar tu elección amorosa. Suena más a uno de esos tribunales de familia…
Juan es abogado especialista en derecho de familia.
Viñeta
Juana llega 15 minutos tarde, al entrar se tropieza con la alfombrita que está a la entrada del
consultorio. A diferencia de la entrevista anterior, entró sin saludar.
Dice: “¡Uy! ¡Casi me caigo!”. Se acomoda y sigue: “Me fui pensando el otro día sobre la
responsabilidad de empezar esto, me abruma un poco, no sé... Este mes se me complicó la cosa
en la empresa, yo estaba muy cómoda y de repente redistribuyeron el organigrama y han
nombrado a una mujer que ya conozco de otra filial, va a aplicar de una manera brutal la
política de la empresa. Es mayor que yo, muy amable, pero me queda claro que va a imponer
su punto de vista, no sé… me pregunto si podré venir a sesión o si el trabajo me va a tomar más
tiempo del que me gustaría dedicarle”.
A: ¿Se pregunta si esta mujer amable y mayor (me señalo a mí misma) no tiene alguna política
brutal escondida debajo de la alfombra qué querría imponerle?
Viñeta
Juana entra apurada, dice: “¡Que cara tenés hoy!” Relata su fin de semana y luego de una
pausa dice: “Cuando entraste (se ríe) no, cuando yo entré… te vi muy blanca. Como si tuvieras
una preocupación, y yo nunca te he visto así. Mirá, te voy a contar lo que yo digo cuando me
preguntan cómo es mi psicóloga, yo digo: ¡ah!, mi psicóloga es bárbara… Hay una cosa que me
llama mucho la atención y es la rapidez, porque yo a veces estoy hablando de algo y es tan
intrincado!... y vos me tirás algo y yo pienso ¡de donde lo sacó esta tipa!, ¡justo eso yo nunca
lo pensé!, …me sorprende, sos muy aguda en el pensamiento
A:¿Tan aguda como un alicate?
Juana: “El otro día me fui de acá tocada, lo que me dijiste sobre B, que tengo que hacer mi
vida independiente de él, me pareció una crítica, muy fuerte, que te pusiste de su lado y lo
defendías. Y me quedé pensando porque siempre tengo yo que pensar en el otro, sabes qué, me
revienta que siempre tenga que estar en segunda línea”.
La paciente ha comentado que tiene un hábito del cual se siente muy culpable que consiste en
arrancarse cualquier impureza o punto negro que observa en su cara, llegando a utilizar
tijeritas o alicates.
13
Asociación Escuela Argentina de Psicoterapia para Graduados
Seminario a Distancia:
¿Cómo trabaja un analista? Vigencia de la técnica freudiana
Docente: Lic. Graciela Cohan
Material reproducido para el dictado académico. Prohibido su uso con otros fines
Referencias Bibliográficas
Freud, S. (1893-95): Estudios sobre la histeria (Capítulo IV: “Sobre la psicoterapia de la histeria”), A.
E., II.
Freud, S. (1912): “Sobre la dinámica de la transferencia”, A. E., XII.
14