Manual Bloque 4

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COMPONENTES BÁSICOS DE LA INTELIGENCIA

EMOCIONAL. SU POTENCIACIÓN.
Contenidos del curso impartido en la plataforma:
Familias en Red
INDICE DE CONTENIDOS

1. Autoconocimiento Y Autoconcepto
2. Autoestima
3. Refuerzo Intrapersonal. Automotivación
4. Metas Y Proyecto De Futuro
1. AUTOCONOCIMIENTO y AUTOCONCEPTO

Una persona emocionalmente


inteligente es aquella capaz de identificar
y controlar sus emociones sin exagerarlas
ni minimizarlas. El autoconocimiento o
autoconciencia emocional constituye
uno de los pilares sobre los que se
sustenta la inteligencia emocional.
El autoconocimiento puede aprenderse a través de un trabajo personal que bien
podemos realizar nosotros/as mismos/as o bien con ayuda externa. En cualquier caso,
es esencial descubrir cuáles son nuestros/as valores y analizar nuestras creencias en
relación a ellos. Los valores hacen referencia a los modos ideales de existencia por los
que optamos porque creemos en ellos. Son las creencias más arraigadas de nuestra
personalidad, que nos predisponen a actuar de determinada forma con los demás y
con nosotros/as mismos/as.
Es importante diferenciar el autoconocimiento de autoconcepto. Pues muchas
personas suelen decir, por ejemplo; “tengo problemas de autoestima” o “tengo baja
autoestima”, cuando en realidad de lo que se está hablando es de autoconcepto.
Algunos autores definen el autoconcepto como la capacidad de las personas para
discernir entre los diversos dominios de sus vidas y su capacidad para realizarse
autoevaluaciones específicas para cada uno de estos dominios. Así además de crear un
autoconcepto1 general, podemos diferenciar ciertos dominios específicos como:

• Autoconcepto social: se refiere a la percepción que la persona tiene de su


desempeño en las relaciones sociales. Esta dimensión está definida por dos
ejes:
o la red social de la persona y su facilidad o dificultad para mantenerla y
ampliarla y
o las cualidades que considera importantes en las relaciones
interpersonales.

1
Marsh (1993), Musitu y cols. (1991), Stevens (1996). Modelo teórico del autoconcepto
• Autoconcepto emocional: hace referencia a la percepción del estado
emocional de la persona y de sus respuestas a situaciones específicas, al grado
de compromiso e implicación en su vida cotidiana; es decir si la persona tiene
control de las situaciones y emociones, si responde adecuadamente a los
diferentes momentos de su vida cotidiana.
• Autoconcepto familiar: se refiere a la percepción que las personas tienen de
su implicación, participación e integración en el medio familiar.
• Autoconcepto físico: este factor hace referencia a la percepción que tiene la
persona de su aspecto físico y de su condición física, a cómo se percibe o se
cuida físicamente.
• Autoconcepto académico –profesional: se refiere a la percepción que la
persona tiene de la calidad del desempeño de su rol, como estudiante y como
trabajador. Es determinante de las metas que establece el individuo y de cómo
las aborda. Para autorrealizarse la percepción de la profesión ha de ser próxima
al autoconcepto. La satisfacción dependerá del grado en que la profesión ha
permitido desarrollar el autoconcepto ideal.
En definitiva, podemos
decir que el autoconcepto es
esa capacidad que tenemos
disponible para describir
nuestra personalidad, o, mejor
dicho, son esas características
personales con las que nos
identificamos y nos hacen
diferentes al resto de seres
humanos.
Por autoconocimiento entendemos como, esa habilidad para conocernos bien
a sí mismo/a. Pues es importante que consigamos ser artífice de nuestra propia vida y
llegar ser fiel a uno/a mismo/a. Podemos tener una edad avanzada y, a veces, no ser
consciente del todo de si nos conocemos o no. Conocernos es un reto para cada
persona a lo largo de su vida, pues si tenemos una imagen distorsionada o deformada
de sí mismo/a podemos tener mayores dificultades para relacionarse, solucionar
problemas o conflictos, conseguir lo que realmente deseamos, etc.

Para un buen autoconocimiento es importante, realizar a menudo la siguiente


tabla:

OBSÉRVATE ESCÚCHATE RELACIÓNATE

La observación de uno/a El autoconocimiento implica En relación con otra persona


mismo/a exige separarse un mirarse hacia dentro, me descubro. A su vez,
poco de la subjetividad, para descubrir lo que está más en el conocerse facilita el encuentro
verse con un poco de interior de la persona (suele y posibilita que las relaciones
distancia, como hace el pintor ser lo más importante). sean enriquecedoras.
para ver cómo va quedando su Para ello la persona necesita Ninguna persona se hace a sí
obra. hablarse a sí misma, misma; nos hacemos en el
Es como asomar la cabeza un escucharse, hacerse preguntas convivir, en el roce con los
poco por encima de lo que nos y buscas las respuestas. demás, en la vida.
está ocurriendo y así tener
una mejor conciencia de cómo
somos y qué nos pasa.

Por lo tanto, podemos resumir que el autoconocimiento es tomar conciencia


de quién es un/a mismo/a, qué siente y como expresa uno/a mismo/a sus emociones.
Esta es fundamental en la inteligencia emocional.

La persona que tiene la capacidad de observase por dentro y por fuera, lo que
siente y hace, utiliza mejor sus preferencias para tomar decisiones y descubrir sus
capacidades y limitaciones en la vida. Si no fuéramos capaces de conocernos, no
podríamos:

• Tener un concepto claro sobre uno mismo.


• Valorarse como un ser único.
• Saber lo que se siente en cada momento.
• Utilizar el cuerpo para expresar sentimientos y emociones.
• Tener confianza en las propias capacidades y cualidades.
• Respetar las cualidades de los demás.
• Expresar necesidades y deseos.
• Reconocer los gustos y preferencias.
• Tomar decisiones.
• Saber lo que uno mismo hace mejor y lo que uno mismo hace peor.
• Conocer a los demás.
Algo a tener en cuenta es que todos/as y cada uno/a de los seres humanos tenemos
características positivas y características negativas. Todos/as somos más de tres cosas
buenas y tres cosas malas, aunque a veces no seamos capaces de reconocerlas o
identificarlas. Si somos capaces de descubrirlas, mejorará nuestro autoconcepto, y con
ello, nuestra aceptación personal, nuestra seguridad y la forma de relacionarnos. Otro
aspecto positivo de este autoconocimiento es que si somos conscientes de nuestros
defectos podemos trabajar para mejorarlos.
Por otro lado, podemos resumir el autoconcepto como la imagen, tanto interior
(características de personalidad) como exterior (características físicas y sociales), que
tenemos de nosotros/as mismos/as. Este autoconcepto se forma principalmente a
partir de cómo nos ha ido en la vida y de lo que
piensan los demás de nosotros/as.
Una vez que somos capaces de diferencias
autoconocimiento y autoconcepto. Es importante
destacar, que a medida que pasan los años, como
humanos es normal dejarnos influenciar en
ocasiones por lo que los/as demás piensan de
nosotros/as o por cómo no han salido las cosas en
alguna situación dada. La forma en la que reaccionamos a esas influencias o cambios
que aparecen en nuestra vida dependerá en gran medida de la seguridad que
tengamos en nosotros/as. Pues es una parte fundamental del autoconcepto.
Tener seguridad en nosotros/as mismos/as, nos ayuda a afrontar los cambios, a
aceptar nuevas responsabilidades y a tomar decisiones. En cambio, si nos sentimos
inseguros/as y no confiamos en nosotros/as, nos pondremos a la defensiva ante los
cambios, prefiriendo quedarnos igual, pues no nos sentiremos capaces de tomar esas
mismas decisiones o de asumir responsabilidades. Y tal y como vimos en el módulo 3,
nuestra poca tolerancia al cambio nos puede llevar a grandes niveles de frustración
personal.
Pero, y si era poco, el autoconcepto influye también a la hora de relacionarnos con
los demás. La mejor forma de definirlo en como expresamos en el siguiente gráfico:
AUTOCONCEPTO AUTOCONCEPTO
ALTO BAJO

Es importante que haya un equilibrio entre autoconcepto alto y bajo. Pues si


tenemos un autoconcepto demasiado elevado, veremos a los demás como inferiores
a nosotros/as y les podemos llegar a tratar con desprecio. Por el contrario, con un
autoconcepto demasiado bajo, nos veremos cómo inferiores a los demás y el miedo a
quedar mal o a hacer el ridículo estarán presentes en nuestras relaciones. Ahora bien,
si nuestro autoconcepto es adecuado nos veremos a la altura de los demás, los
respetaremos y les consideraremos igual que a nosotros/as.
Lo más importante de estos conceptos, es que en un nivel adecuado pueden ser
los motores que nos impulsen a conseguir todo lo que nos proponemos. Un nivel
adecuado de estos conceptos nos permite enfrentarnos con mayor confianza y
optimismo ante los desafíos que se nos plantean.

“Llegar a ser tú mismo/a es autoaceptarte, sentirte bien contigo y considerarte


desde una perspectiva positiva. Desde ahí se abren grandes posibilidades para tu
desarrollo personal y para quienes conviven contigo.”2

2
Anónimo. Concepto autoceptarse.
2. AUTOESTIMA

La autoestima se puede entender como una necesidad humana básica que induce
a las personas a buscar, valorar y confiar en su capacidad para enfrentarse a los
momentos difíciles de nuestra vida, con seguridad y optimismo. La autoestima nos
permite sentirnos mejor con nosotros/as mismos/as y con los demás y responder a los
retos y nuevas oportunidades con una actitud más creativa y positiva.

Las personas que gozan de


una alta autoestima están lejos
de gustar siempre a los otros,
aunque la calidad de sus
relaciones sea claramente
superior a la de personas de
baja autoestima. Como son más independientes que la mayoría de la gente, son
también más francas, más abiertas con respecto a sus pensamientos y sentimientos. Si
están felices y entusiasmadas, no tienen miedo de mostrarlo. Si sufren, no se sienten
obligadas a “disimular”. Si sostienen opiniones impopulares, las expresan de todos
modos. Son saludablemente autoafirmativas3.
La importancia de la autoestima consiste en entablar un desarrollo óptimo de las
capacidades que acabamos de ver: el autoconocimiento y la autoconfianza.
La autoestima está determinada tanto por factores internos o creados por
nosotros/as mismos/as, como por factores externos o del entorno. Vamos a verlos por
separado:
FACTORES INTERNOS: proceden de nosotros/as mismos/as y se sustentan en los
siguientes aspectos:

• Autoconciencia: nos permite ser conscientes de los valores que nos guían, de
nuestra propia realidad y de la externa. Es algo más que ver o conocer; es actuar
sobre ello, comprendiendo y dando significado a lo que vemos, hacemos y
sentimos. La autoconciencia nos ayuda a afianzar nuestra responsabilidad hacia
nuestras necesidades, deseos y emociones, así como con la realidad exterior.

3
Nathaniel Branden
• Aceptación de nosotros mismos: es el requisito primero para fortalecer nuestra
autoestima. Consiste en asumir nuestras fortalezas, éxitos, virtudes y fracasos.
Es reconocer y aceptar lo mejor y lo peor que hay en nosotros/as de una
manera realista, lo que nos llevará a mantenerlo, fomentarlo o cambiarlo,
según sea necesario. Cuando aceptamos todos los aspectos de nuestras
personalidades nos encontramos preparados para expresar nuestras
convicciones de manera adecuada, sin agresividad, pero sin pasividad, de forma
asertiva. Así lograremos vivir de una manera más auténtica y acorde con
nuestros propios valores, creencias y sentimientos.
• Autocontrol: hace referencia a la responsabilidad que asumimos con respecto
a nuestros propios actos, a nuestros deseos, a nuestra forma de comunicarnos
y relacionarnos con los demás y a nuestros pensamientos. No podemos
responsabilizarnos de las acciones, pensamientos y deseos de los demás,
aunque nos afecten, por lo que se debe tener claro lo que podemos controlar
y lo que no. Tan negativo es responsabilizarnos de las cuestiones que escapan
a nuestro control, como eludir aquéllas que sí nos competen.

FACTORES EXTERNOS: son los que provienen de nuestro entorno inmediato como:

• La familia: la educación y la actuación de los padres durante la evolución del


niño/a es crucial para el desarrollo de la autoestima. En la medida en que éstos
sean capaces de trasmitir las ideas y creencias sobre las que se sustentan los
factores descritos anteriormente (autoconciencia, autocontrol y aceptación),
más posibilidades hay de desarrollar y fomentar positivamente la autoestima.
Además, cuanto más favorezcan los padres y las madres la autoestima de sus
hijos/as, mayores posibilidades tendrán de desarrollar la suya propia.
• La escuela: constituye una oportunidad para fortalecer la autoestima iniciada
en el seno de la familia o de empezar a desarrollarla en aquéllos casos en que
este apoyo paterno no exista.
• El trabajo: los fracasos más importantes que se producen en el entorno laboral,
al margen de los derivados de una comunicación deficiente, se deben a la
incapacidad para resolver conflictos y tomar decisiones, debilidad que se
sustenta en la falta de autoconfianza y de seguridad en uno/a mismo/a. En este
sentido es muy importante la labor de directivos y líderes en cuanto a la
creación de un clima adecuado de trabajo. En este ambiente de trabajo, sin
duda, las personas tendrán mejores oportunidades para desarrollar su
autoestima.
• La cultura: es otro de los factores externos de gran influencia en el desarrollo
de la autoestima porque penetra a través del entramado de valores y creencias,
explícitos o no, que forman parte de cada sociedad. Una cultura que valora el
autoconocimiento, el conocimiento de los/las demás, las relaciones
interpersonales y la comprensión de los otros, resulta muy favorable para
fomentar la autoestima. Por el contrario, una cultura que denigra y discrimina
a las personas en función de su sexo, religión o raza, termina destrozando la
autoestima de las personas que forman parte de ella.

En la autoestima encontramos tres componentes4: cognitivo, afectivo y


conductual. Los tres están interrelacionados y una modificación en uno de ellos
comporta una alteración en los otros.
• Componente cognitivo: Indica ideas, opiniones, creencias, percepción y
procesamiento de la información. El autoconcepto ocupa un lugar privilegiado
en el crecimiento y consolidación de la autoestima, las restantes dimensiones
caminan bajo la luz que les proyecta el autoconcepto, quien a su vez se hace
acompañar por la autoimagen o representación mental que la persona tiene de
sí misma en el presente y en las aspiraciones y expectativas futuras. La fuerza
del autoconcepto se basa en nuestras creencias entendidas como convicciones,
convencimientos propios; sin creencias sólidas no existirá un autoconcepto
eficiente.
• Elemento afectivo: Conlleva la valoración de nosotros mismos, de lo que existe
de positivo y de aquellas características negativas que poseemos. Implica un
sentimiento de lo favorable o desfavorable, de lo agradable o desagradable que
vemos en nosotros/as. Es admiración ante la propia valía y constituye un juicio

4
Autoconocimiento, autoconcepto y autoestima. Roeducación 2014
de valor ante nuestras cualidades personales. Este elemento es la respuesta de
nuestra sensibilidad y emotividad ante los valores que percibimos dentro de
nosotros; es el corazón de la autoestima, es la valoración, el sentimiento, la
admiración, el desprecio, el afecto, el gozo y el dolor en la parte más íntima de
nosotros mismos.
• Componente conductual: Tensión, intención y decisión de actuar, de llevar a la
práctica un proceso de manera coherente. Es la autoafirmación dirigida hacia
el propio yo y en busca de consideración, reconocimiento y respeto por parte
de los/as demás. Constituye el esfuerzo por alcanzar el respeto ante
nosotros/as mismo/as.

¿CÓMO MEJORAMOS NUESTRA AUTOESTIMA?


A continuación, te presentamos
algunas estrategias para mejorar la
autoestima:

✓ Tratar de conocer cuáles son nuestras


competencias y cuáles son nuestras
limitaciones y decidir qué aspectos
deseamos mejorar y cuáles queremos
reforzar.
✓ Analizar las críticas sin susceptibilidades, valorando su veracidad y aprendiendo
de ellas.
✓ Responsabilizarnos de las cuestiones que dependen de nosotros e intentar
ayudar a los demás para que aprendan a asumir sus propias responsabilidades,
descubriendo cuáles son nuestras habilidades y entrenarnos en ellas. Buscar lo
que nos gustaría hacer y, sino sabemos, aprendemos.
✓ Analizar profundamente las posibilidades reales de alcanzar nuestras metas. Si
no es posible lograrlas, habrá que modificarlas y hacerlas más realistas.
✓ Preguntar y pedir ayuda cuando lo necesitemos, pues nos ayudará en nuestro
aprendizaje.
✓ Aceptar que todos tenemos defectos y que nadie es perfecto ni puede
pretender serlo.
✓ Desarrollar nuestro sentido del humor y no dar importancia a las cosas que no
la tienen, como los comentarios de los demás.
✓ Dedicar más tiempo a realizar aquello que nos satisface y nos hace felices.
✓ Rodearnos de personas positivas y alegres, que nos permitan crecer.
✓ Hacer ejercicio físico y cambiar nuestros hábitos de vida, para que sean más
saludables.
✓ Utilizar siempre un lenguaje positivo.

Así pues, vemos como el autoconocimiento y la autoconfianza, dos de las


capacidades sobre las que se sustenta la inteligencia emocional, influyen y, a su vez,
son influidas por la autoestima, la necesidad de aceptación y aprecio hacia nosotros/as
mismos/as que va unido al sentimiento de competencia y valía personal.

¿CÓMO PUEDO MANTENER MI AUTOESTIMA INTACTA?

Te exponemos algunos puntos para mantener tu


autoestima intacta:
• Intenta no tener pensamientos negativos sobre ti
mismo. Muchas personas centran su atención en los
defectos, podemos empezar por centrarnos en
nuestras fortalezas. Una buena forma de hacerlo es a
partir del análisis DAFO que se propone en el siguiente tema.
• Los objetivos deben ser claros y realistas, no debe ser la perfección. Muchas
veces pretendemos alcanzar lo máximo y lo ponemos como objetivo. De esta
forma nos saltamos varios puntos intermedios y puede provocar que no
consigamos lo que nos hemos propuesto. “Para correr primero hay que saber
andar”.
• Debemos considerar los errores como una forma de aprendizaje. Cometer
errores es una de las mejores formas de aprendizaje que existen. Por ello
debemos ser conscientes que, en cualquier proyecto, ya sea personal, o laboral,
que iniciemos, nos podemos equivocar. Lo que sí podemos hacer es intentar no
repetir aquello en lo que nos hemos equivocado, y comprobar qué podemos
corregir.
• Intentar cosas nuevas. Probar nuevas actividades relacionadas con nuestras
cualidades puede hacer que empecemos a valorar cosas de nosotros mismos
que antes no hacíamos.
• Es bueno identificar aquello de nosotros/as mismos /as que podemos cambiar.
Todos tenemos cualidades que queremos mejorar o cambiar, y de esta forma
es posible que nos sintamos mejor con nosotros mismos.
• No tengas miedo de expresar tus ideas. Podemos tener ideas mejores o peores,
pero si no las compartimos no podemos saber realmente el valor que tienen.
Siéntete orgulloso/a de tus opiniones e ideas.

3. REFUERZO INTRAPERSONAL. AUTOMOTIVACIÓN5

Ya hemos visto lo beneficioso que


resulta reconocer cómo somos, como
sentimos y nos aceptamos. Pero no se trata
sólo de conocer nuestras capacidades, sino
que debemos tener confianza en ellas y en
nosotros/as mismos/as. Muchos piensan
que la autoconfianza es fácil de lograr
porque es un término que suele asociarse
a la apariencia externa; es decir, si somos
guapos, delgados, vamos a la moda o hacemos ejercicio, nos sentiremos más
seguros/as. Sin embargo, la autoconfianza tiene que ver con mucho más que con el
aspecto físico y, por tanto, no es tan sencillo gozar de ella, aunque sí podemos
aprender a adquirirla. Es necesario partir de un profundo conocimiento de nosotros/as
mismos/as. La autoconfianza también depende de nuestra capacidad para aprender y

5
Manual Competencias personales, autoconfianza y automotivación. Juventud comienza. Departamento de
Psicología evolutiva y de la educación. 2014
desarrollarnos en cada experiencia, positiva o negativa, convirtiendo los problemas en
retos y entendiéndolos como lecciones para nuestro aprendizaje.
Para que los/as demás puedan confiar en nosotros/as, debemos ser los/as
primeros/as en hacerlo. Si no es así, no seremos capaces de tomar decisiones, de
resolver conflictos o asuntos importantes, de terminar las tareas, etc. A medida que
nos convencemos del valor de nuestras propias capacidades y cualidades, nuestra
confianza aumenta al tiempo que mejora la calidad de las relaciones con los/as demás.
Es nuestra la responsabilidad de trabajar para desarrollar la autoconfianza, aunque
necesitemos del entorno (familia, amigos, etc.) para ayudarnos a crear un colchón de
atención y seguridad.
Algunas de las actitudes necesarias para desarrollar la autoconfianza son las
siguientes:
• Valorar constantemente nuestras capacidades y no dejar de trabajar por
conocernos, de analizar y aprender a controlar nuestras emociones y de
reconocer nuestras limitaciones siendo realistas acerca de ellas. Podemos
recurrir a experiencias pasadas que nos hayan conducido al éxito para
motivarnos y si no las tenemos, trataremos de imitar a otras personas que lo
hayan conseguido en similares circunstancias.
• Mantener una actitud activa y positiva opinando, colaborando con los/las
demás, participando en las decisiones y siendo creativos.
• Desarrollar habilidades como la comunicación no verbal y la escucha activa, que
constituyen una fuente de aprendizaje, especialmente acerca de las personas.
• Cuidar nuestras relaciones, ya que, aunque la confianza nace de nosotros/as
mismos/as, su desarrollo depende en cierta medida de las relaciones con
los/las demás y de las respuestas que se derivan de otras personas. Debemos
tratar de cuidar a las personas enriquecedoras que están a nuestro alrededor e
intentar alejarnos de las que pretenden debilitar nuestra confianza y nuestra
autoestima.

El conocimiento que adquirimos de nosotros/as mismos/as determina la


autoconfianza en nuestras propias competencias y el entendimiento del mundo
interior de los/as demás para poder establecer con ellos relaciones efectivas. La
autoconfianza nos permite conocer a los/as otros/as, sus capacidades, deseos,
necesidades y expectativas y confiar en ellos/as. Pero puede ocurrir, que ciertos
factores nos influyan y no entorpezcan dicha autoconfianza y, por lo tanto, la confianza
con los demás. Por ello, es importante poder trabajar en diferentes aspectos, como
son: autoestima, empatía, habilidades sociales, resolución de conflictos, … para
mejorar nuestra motivación en la vida y subir los niveles de confianza en nosotros/as
mismos/as.
La definición de la automotivación es
darse a uno/a mismo/a las razones,
impulso, entusiasmo e interés que provoca
una acción específica o un determinado
comportamiento.
La motivación está presente en
todas las funciones de la vida: actos
simples, como el comer que está motivado
por el hambre, la educación está motivado
por el deseo de conocimiento. Pero cuando
hablamos de automotivación es algo diferente ya que es la motivación hacia uno/ a
mismo/a.
La habilidad de motivarnos, el optimismo, es uno de los requisitos
imprescindibles para la consecución de metas relevantes y tareas complejas y se
relaciona con un amplio elenco de conceptos psicológicos que usamos habitualmente:
control de impulsos, inhibición de pensamientos negativos, estilo atributivo, nivel de
expectativas y autoestima.

La capacidad de motivarse a uno/a mismo/a se pone especialmente a prueba


cuando surgen las dificultades, el cansancio, el fracaso, es el momento en que
mantener el pensamiento de que las cosas irán bien, puede significar el éxito o el
abandono y el fracaso.

Los dos principales tipos de motivación que podemos mencionar, son los
siguientes:
MOTIVACIÓN INTRÍNSECA

La motivación es intrínseca, cuando la persona fija su interés por el estudio o


trabajo, demostrando siempre superación y personalidad en la consecución de sus
fines, sus aspiraciones y sus metas.

Se define por el hecho de realizar una actividad por el placer y la satisfacción


que uno/a experimenta mientras aprende, explora o trata de entender algo nuevo.
Aquí se relacionan varios constructos tales como la exploración, la curiosidad, los
objetivos de aprendizaje, la intelectualidad intrínseca y, finalmente, la motivación
intrínseca para aprender.

La motivación intrínseca se evidencia cuando las personas realizan una


actividad por el simple placer de realizarla sin que nadie de manera obvia le de algún
incentivo externo. Un hobby es un ejemplo típico, así como la sensación de placer, la
auto superación o la sensación de éxito.

Los/as estudiantes están más predispuestos a experimentar la motivación


intrínseca si ellos:

• Atribuyen sus resultados educativos a los factores internos que pueden


controlar (ej. la cantidad de esfuerzo que invirtieron, no una “habilidad o
capacidad determinada”).
• Creer que pueden ser agentes eficaces en el logro de las metas que desean
alcanzar (ej. los resultados no son determinados por el azar.)
• Están motivados hacía un conocimiento magistral de un asunto, en vez de un
aprendizaje maquinal que puede servir para aprobar.
• La idea de la recompensa por el logro está ausente de este modelo de la
motivación intrínseca, puesto que las recompensas son un factor extrínseco.

Este modelo de la motivación intrínseca ha emergido a partir de tres décadas


de la investigación por centenares de educadores y todavía se está desarrollando.
MOTIVACIÓN EXTRÍNSECA

La motivación extrínseca proviene de exterior. Es el tipo de motivación que nos


lleva a hacer algo que no queremos mucho, porque sabemos que al final habrá una
recompensa. Piensen en las cosas de su vida que hacen para lograr una meta en
particular: quizás estudian mucho en la universidad no porque les guste estudiar, sino
porque quieren obtener un título. O quizás trabajan en algún trabajo aburrido porque
quieren la paga al final de mes. Es probable que limpien su casa a diario porque
probablemente quieran vivir en un lugar placentero, y no porque les guste limpiar en
sí mismo.

A veces las personas piensan que la motivación extrínseca es superficial o vacía,


pero puede ser una fuerza muy poderosa. La mayoría de las cosas difíciles se vuelven
más tolerables cuando tenemos algo que obtener al final.

Con la motivación extrínseca encontraremos que: nos resulta más difícil


concentrarnos, vamos a estar tentados a retrasar la tarea. Queremos completar la
tarea con un grado de calidad suficiente para obtener la recompensa, pero no nos
importa que sea perfecta o alcance la excelencia. Vamos a estar mucho más negados
a hacerla si no hay recompensa.

Teniendo en cuenta los dos tipos de motivación, podemos considerar que la


motivación es un proceso que transita, aproximadamente, por los siguientes
momentos:

Necesidad Motivo Estimulo Acción Resultado

Un ejemplo claro para definir el proceso, sería el siguiente: La necesidad es una


insatisfacción (ejemplo, sentir sed); el motivo, es el objeto con el que pensamos
satisfacerla (agua); el estimulo, un factor que genera inspiración para la acción, puede
ser externo (reconocimiento, compensación), o interno (logro, poder); la acción,
actividad para satisfacer la necesidad; el resultado, la satisfacción de la necesidad.

“La confianza en sí mismo es el primer secreto del éxito”.6

4. METAS Y PROYECTO DE FUTURO

Todos/as tenemos un proyecto


personal, muchos/as nos lo
imaginamos incluso desde que
somos pequeños/as. Por ejemplo,
nos hemos imaginado que al
cumplir la mayoría de edad nos
sacaremos el carnet de conducir, que a medida que nuestro nivel económico aumente
podemos permitirnos una casa o, incluso, pensar en nuestra jubilación.
Lo más probable, y es normal, es que se produzcan cambios a mitad de camino. Por
lo que a veces, cambiamos nuestro plan o busquemos la dirección correcta para
enderezar el camino que nos lleve ese proyecto personal tan deseado.
Como vimos en los manuales anteriores de este curso “gestión del estrés e
inteligencia emocional”, hemos podido ver que, para llevar a cabo una vida tal y como
la imaginamos, necesitamos mantener intacta o reforzar nuestra: autoestima,
autoconocimiento, autoconcepto, nuestra tolerancia antes las cosas, nuestra
comunicación con los demás, nuestra asertividad y nuestra empatía, la forma en la que
solucionamos nuestro conflictos, cómo nos expresamos y sentimos, cómo nos
motivamos, y por último, como gestionamos nuestro tiempo y emociones.
En nuestro proyecto personal, ya no solo influyen los cambios que nos
encontramos por el camino, podemos encontrarnos con rutas alternativas que nos
llamen más la atención o incluso, optar por otro proyecto personal que realmente te
defina como eres tú mismo/as, con tus debilidades y fortalezas.

6
Emerson. Motivación.
Evidentemente, y como hablando anteriormente, necesitamos continuamente esa
gasolina que nos mueve, la motivación. Siendo necesaria para mantenerte en
movimiento hacia tu objetivo.

“Recuerda que tú eres el conductor de tu vida.”

Conociendo nuestros puntos fuertes y debilidades seremos capaces de fijarnos


recorridos y metas más realistas, más fáciles de operativizar y delimitar.
Un proyecto personal es la meta (o metas) que quieres para ti en tu vida, y puede
ser separado en función de plazos:
• Metas a corto plazo, suelen ser períodos de tiempo inferiores a un año. Este
tipo de metas suelen ser más concretas y, por lo tanto, más fácil de diseñar
el camino necesario para conseguirlas. Un ejemplo puede ser aprender
inglés.
• Metas a medio plazo, comprendidas en períodos entre uno y cinco años.
Suelen tener una mayor dificultad de consecución que las de corto plazo y
suelen ser una vía para conseguir las de largo plazo. Un ejemplo de metas
a medio plazo puede ser sacarse el graduado.
• Metas a largo plazo, son nuestros grandes objetivos de vida. El período de
tiempo en este caso suele ser superior a 5 años, y las metas están más
relacionadas con, vivencias o experiencias. Ejemplos son: montar mi propia
empresa.

¿QUÉ TENGO QUE TENER EN CUENTA PARA UN META CLARA Y OPERATIVA?

Tenemos que tener en cuenta que para que una meta se lleve a cabo,
independientemente si es a corto, medio o largo plazo, debemos definir de manera
clara dichas metas. Pues si no son bien definidas, no podemos ser capaces de
conseguirlas. Algunas características para tener en cuenta para fijar metas claras y
operativas, debe ser:
• Medible. Debes ser capaz de medir tu meta. Hoy en día prácticamente todo se
puede medir. Un ejemplo, querer aprobar el nivel B1 en Ingles, y conseguir una
nota.
• Específica. Hace referencia a que es más adecuado marcar una cantidad.
Siguiendo con el mismo ejemplo, aprender inglés se puede especificar en
función del marco común europeo de referencia para las lenguas. Por lo tanto,
nuestra meta sería medible y específica diciendo: “Sacar un 7 en el nivel B1 de
inglés.”
• Temporalizada: Junto con los dos puntos anteriores, la meta es mucho más fácil
de alcanzar si añadimos un plazo para conseguirla. Por ejemplo: “Sacar un 7 en
el nivel B de inglés en la próxima convocatoria de exámenes oficiales que es en
junio”.
• Alcanzable: Es importante que la meta sea realista, y para saber si una meta lo
es, basta con responder a las siguientes preguntas de forma afirmativa.

¿Lo quiero conseguir? ¿Es un deseo verdadero en mí?

¿Puedo cambiar las condiciones necesarias para conseguirlo?

¿Tengo las habilidades necesarias para llevar a cabo esta meta?

Si no las tengo… ¿Estoy dispuesto a aprenderlas y puedo hacerlo?

¿Estoy dispuesto a animarme a mí mismo cuando vaya consiguiendo cada paso


o aun cuando algún paso no me salga como deseaba?

Así qué, si tienes en mente algún proyecto personal, es hora que te plantees las
anteriores cuestiones para identificar si tu meta está bien adquirida y la puedes
alcanzar.
“No necesitas que sea fácil, solo posible”

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