Fallo Corsi

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Poder Judicial de la Nación

35.455- Corsi, Jorge- s/procesamiento- Inst. 45- 122- Sala V/02

/////nos Aires, 7 de octubre de 2008.


Autos y vistos; y considerando:
El Juez Rodolfo Pociello Argerich dijo:
I.- Llega la presente causa a conocimiento de la Sala para resolver
los recursos de apelación interpuestos por los Dres. Eduardo Gerome y Fabián
Lertora a fs. 1477/1478vta, respecto de los puntos dispositivo IV y XII de la
resolución de fs. 1412/1450 que dispone el procesamiento de Pablo Agustín
López Vidal en orden al delito de estupro con acceso carnal en concurso
material con abuso sexual simple, en calidad de coautor, en concurso ideal con
promoción de la corrupción de un menor de edad, agravada por mediar engaño
en calidad de coautor y manda trabar embargo sobre sus bienes hasta cubrir la
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suma de doscientos mil pesos ($ 200.000).


Por los Dres. Raúl Beguy y Jorge Orueta, abogados defensores de
Augusto Correa, a fs. 1495/1498vta. contra los puntos dispositivos III y XI,
que dispone el procesamiento del nombrado en orden al delito de abuso sexual
simple reiterado - al menos en dos oportunidades- que concurren entre sí en
forma material, en concurso ideal con promoción de la corrupción de un menor
de edad, agravada por mediar engaño y se manda trabar embargo sobre sus
bienes hasta cubrir la suma de doscientos mil pesos ($ 200.000).
Por los Dres. Roberto Ezequiel Cazco y Sebastián Alejandro
Arias, abogados defensores de Jorge Corsi a fs. 1513/1520vta, respecto del
punto dispositivos II , en cuanto decreta el procesamiento del nombrado en
orden al delito de estupro con acceso carnal en concurso ideal con promoción
de corrupción de un menor de edad agravada por mediar engaño.
Por el defensor oficial, Dr. De Lorenzo a fs. 1412/1450 respecto
del punto dispositivo I, que dispone el procesamiento de Marcelo Rocca
Clement por estupro con acceso carnal reiterado - al menos en dos
oportunidades- .en concurso real entre sí , y en concurso ideal con promoción

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de la corrupción de un menor de edad, agravada por mediar engaño.
Por el Ministerio Público Fiscal a fs. 1522/1526, respecto de la
subsunción legal de las conductas de Marcelo Rocca Clement, Jorge Corsi y
Pablo Agustín López Vidal.
II.- Conforme se desprende de las constancias del sumario, se
atribuye a los nombrados, “ haber llevado a cabo, entre los meses de febrero y
mayo de 2007, aproximadamente, la realización mediante engaño, en perjuicio
de N. G. D. (quien al momento de iniciación de los hechos contaba con trece
años de edad), de distintas practicas sexuales idóneas para desviar de tal modo
el libre crecimiento psico-sexual del menor, con la finalidad de satisfacer en
definitiva, deseos propios y ajenos.
En ese contexto, se desarrollaron una serie de episodios que
incluyeron actos sexuales forzados, tocamientos de partes pudendas, exhibición
de material pornográfico, con contenido pedófilo y consumo de drogas”.
III.- En el escrito de apelación los defensores de López Vidal
cuestionaron la valoración de la prueba efectuada por la magistrada de primera
instancia, las inadecuadas consideraciones respecto a responsabilidad y
participación de su asistido en los hechos y la subsunción legal del hecho.
A tal efecto, manifestaron que el decisorio no distingue cuáles son
las acciones que realiza cada uno de los imputados y las considera realizadas
en conjunto. Como consecuencia de ello, la atribución de responsabilidad no es
individual sino colectiva.
Por otra parte estiman que de la transcripción de la Cámara Gesell
no surge que López Vidal haya tenido acceso carnal con el menor.
También se agravian respecto del monto del embargo impuesto.
IV.- Por su parte los defensores de Augusto Correa también
objetaron la inexistencia de prueba de cargo suficiente para sustentar la medida
cautelar adoptada. Estiman que no se encuentran explicitadas las

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circunstancias de tiempo, modo y lugar en las que Correa habría abusado
sexualmente del menor. Al respecto refieren que ni la Cámara Gesell, ni el
informe de fs. 643/644 aportan algún dato preciso y concreto acerca de en qué
habría consistido el abuso sexual cometido por Correa, situación que no se ve
subsanada con los dichos de la psicóloga Barchietto.
También cuestionan la calificación legal del hecho, toda vez que
entienden que aun de tenerse por probado el abuso sexual, ello no permite tener
por probada la promoción de la corrupción de un menor de edad. La corrupción
exige un estado, pues sostienen que el fugaz tocamiento carece de eficacia
objetiva para perjudicar la sexualidad de la víctima.
Por último, se agravian de la prisión preventiva dispuesta, la que
consideran irrazonable y desproporcionada de conformidad a las constancias
del legajo y del monto del embargo ordenado el cual, a su criterio, no guarda
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relación con las pautas del artículo 518 del código ritual debido a que no hay
actor civil y el delito no tiene prevista pena pecuniaria.
V.- A su turno, los abogados defensores de Corsi también
objetaron la valoración probatoria efectuada en la resolución en crisis, en tanto
estiman, no resulta suficiente para acreditar el “acaecer fáctico achacado a su
defendido”. En esta dirección consideran inadecuada la valoración del informe
médico legal de fs. 596. Entienden que la ausencia de secuelas físicas que
permitan comprobar la penetración por el ano, se erige como un serio
contraindicio que debe ser sopesado en favor de su asistido.
Por otra parte aducen que la declaración efectuada por el menor
ante la licenciada Barchietto, por el sistema de Cámara Gesell carece de
objetividad, y se vio inducida por juicios impropios efectuados por la psicóloga
y a su vez se ha visto contaminada por las reiteradas entrevistas previas ante
diversos profesionales. También invocan los trastornos psicológicos del menor
para restarle credibilidad a sus dichos.
VI.- El defensor de Rocca Clement también formula sus

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objeciones en torno a estos mismos puntos. Así refiere, no existe prueba
suficiente para acreditar que su asistido haya efectuado actos de índole sexual a
partir de los cuales se promoviera la corrupción del menor N. G. D., toda vez
que el relato del menor no se ve respaldado por otras pruebas de carácter
objetivo.
En torno a la Cámara Gesell, refirió, no se notificó a la defensa de
su realización, razón por la que se vio imposibilitada de fiscalizar la labor
pericial de la Licenciada Barchietto, circunstancia que, a su criterio, viola el
derecho de defensa.
VII.- El representante del Ministerio Público Fiscal discrepa con la
calificación como “estupro” de los hechos de acceso carnal que se les imputara
a Rocca Clement, Corsi y López Vidal y solicita su sustitución por del delito de
abuso sexual con acceso carnal, previsto y reprimido en el artículo 119, primer
y tercer párrafo, del Código Penal.
Fundamenta su petición en que, a su entender, resulta erróneo
calificar los hechos de acceso carnal como realizados voluntariamente por el
menor y que los imputados sólo se habrían aprovechado de su inmadurez
sexual. En tal sentido, estima que si bien no existió violencia física sí hubo
violencia psicológica.
VIII.- Sentado ello, y luego de un detenido análisis de las
constancias de la causa, la sala estima que más allá de lo manifestado por las
esforzadas defensas, la prueba acumulada en el legajo resulta suficiente para
sustentar el auto de mérito que se impugna.
Los puntos centrales de los argumentos de los defensores ha
radicado en la ausencia de comprobación del cuerpo del delito y en diversas
objeciones que han efectuado respecto de la Cámara Gesell. Es por ello que,
en primer término se trataran estas dos cuestiones, para luego analizar la
responsabilidad penal de los encausados y el encuadre legal que cabe asignarle
a los hechos materia de investigación.

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A.- De las entrevistas efectuadas al menor por Cámara Gesell:

Los defensores han efectuado diversas objeciones a la declaración


de N. G. D. efectuada en los términos del artículo 250 bis del Código Procesal
Penal de la Nación, por las que consideran que debe ser invalidada.
Por un lado, se manifiesta que la realización del acto sin haber sido
notificado a los defensores, habría privado a éstos de la posibilidad de
controlar la prueba.
Cabe señalar en primer término que dichas declaraciones
testimoniales fueron efectuadas a los albores de la investigación cuando aún los
imputados no estaban claramente identificados, ni se encontraban legitimados
pasivamente en el sumario.
Si bien es cierto, lo que manifiesta del Dr. De Lorenzo acerca de
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que ello pudo haber sido solucionado mediante la notificación de la


realización del acto al defensor oficial, lo cierto es que dicha omisión no
impone su invalidez, en tanto no se advierte perjuicio alguno que reparar para
los peticionantes. Mas aún tal notificación no se encuentra prevista para la
etapa que se está analizando.
En efecto, no puede perderse de vista que los artículos 250 bis y
250 ter fueron incorporados al Código Procesal Penal, en el capítulo atingente
a los testigos y no al vinculado a los peritos, con la finalidad de resguardar la
salud física y mental de la víctima, evitando la interrogación directa del
tribunal o las partes, en los casos de menores, que pudieran haber sufrido
hechos que importen lesiones y delitos contra la integridad sexual, para
hacerlo a través de facultativos especializados. De ello, se infiere la
imposibilidad de realizar preguntas directas, no puede perjudicar a la defensa,
en torno al ejercicio de su ministerio, en tanto ello, constituye una restricción
para todas las partes, incluso el juez.
Por otra parte, los informes previstos en dichos artículos, no
revisten la calidad de peritaje, y en consecuencia, no resulta aplicable la
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normativa que regula estrictamente la prueba de peritos. Es por ello que la
intervención del imputado o la notificación a la defensa de la realización de
tales informes, aunque aconsejable, no resulta exigible ni su omisión produce
nulidad alguna. Ello, sin perjuicio de la crítica que la defensa pueda realizar en
torno al informe producido y en su caso, la introducción de las inquietudes
que eventualmente le generasen, siempre dentro del marco de la disposición
contenida en el artículo 250 bis del código de forma.
En relación a las objeciones efectuadas por los defensores de
López Vidal acerca de las discordancias existentes entre las declaraciones
efectuadas por el menor y las transcripciones de sus dichos que obran a fs.
614/627 y fs. 628/640, cabe señalar que las imperfecciones que se denuncian,
no permiten viciarla de nulidad en tanto no impidieron a los imputados, ni a
sus defensores, el cocimiento cabal de los dichos del damnificado, lo cual
puede asegurarse a partir de las referencias que efectúan las partes con motivo
de sus agravios.
Tampoco ello ha alterado en nada el conocimiento de los
suscriptos acerca del contenido de la prueba reunida, en tanto al momento de
resolver, se han tenido a la vista, las grabaciones de dichas entrevistas, en
VHS, el DVD aportado por la defensa.
Por último, ningún vicio se advierte en relación a las
intervenciones de la licenciada Barchietto, en tanto ellas sólo han tenido lugar
ante el pedido del damnificado, quien manifestó que “prefería que le
pregunten”.
En base a lo expuesto, los agravios efectuados por las asistencias
técnicas en torno al modo en que se llevó cabo la declaración del menor no
resultan atendibles.
B.- Sobre la Materialidad del hecho:

1.- Cabe señalar en primer término, lo dificultoso que resulta la


recolección de prueba directa en los delitos que atentan contra la integridad

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sexual, debido a que generalmente ocurren en un ámbito de privacidad, de
imposición del más fuerte sobre el más débil, con complejas interacciones,
difíciles de reconstruir históricamente. Es por ello que, ante la ausencia de
testigos u otras probanzas, la prueba indiciaria cobra una situación de
privilegio. Esto es unánime en doctrina y jurisprudencia.
Si bien es cierto, que el relato de los hechos efectuados por el
menor y por sus padres, acerca de las circunstancias de modo, tiempo y lugar
en que tuvieron lugar los sucesos que se investigan, resultan esenciales a los
efectos probatorios, estos no se encuentran aislados, en tanto mediante las
tareas de investigación efectuadas, se han logrado colectar otros elementos de
juicio, igualmente relevantes a los efectos dar crédito a sus declaraciones.
En este sentido, no puede soslayarse que esta investigación se
inició a raíz de la denuncia efectuada por G. A. G. y P. A. D., en la Comisaría
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28°, a donde concurrieron el 25 de mayo de 2007, en horas de la noche a


denunciar que su hijo N. - de 14 años de edad- había sido víctima de abusos
sexuales por parte de un grupo de personas desconocidas.
Su hijo había sido internado en el Hospital Británico luego de
sufrir una crisis emocional y, poco a poco, habría ido relatando a sus padres
que, en los meses anteriores, había sido víctima de una serie de hechos que
incluían abuso sexual con acceso carnal, exhibición de material pornográfico y
consumo de drogas por parte de un grupo de hombres a los que nombró como
“Mache”, “Geo”, “Pachi” y “Agus”.
De tal modo, la pesquisa se inició en base a los datos aportados
por el menor a través de sus padres, y los números telefónicos y direcciones de
correo que registraban el teléfono celular y la computadora de la víctima que
fuera aportada por éstos.

Mediante las tareas de investigación efectuadas en un principio a


partir de esos datos, luego reforzados mediante los dichos del menor en la
entrevista efectuada en el marco del artículo 250 bis del Código Procesal Penal

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de la Nación se logró identificar fehacientemente a los cuatro imputados,
determinar los lugares en que, éstos generalmente se reunían con la víctima y
otros menores de edad, y deducir la modalidad que utilizaban para contactarse
con menores de edad, del sexo masculino, con los que mediante diversos
mecanismos de seducción entablaban relaciones de dependencia hacia ellos,
que se hacían estables en el tiempo a fin de, a la postre, lograr mantener
relaciones sexuales con ellos.

Concretamente el damnificado habría sido captado por el grupo a


través de Marcelo Rocca Clement, quien lo habría conocido en el mes de
febrero del año 2007, cuando un amigo de N. G. D.- D. B., alias “G.”- los
habría presentado. Ese día, habrían concurrido al Shopping “Abasto”,
oportunidad en que Rocca Clement le habría obsequiado un teléfono celular,
según le manifestó al menor, “porque me caes bien” (ver fs. 620 de
transcripción de Cámara Gesell”).
Dicho instrumento, junto con el chat, habría sido el medio
utilizado por el grupo para comunicarse con el menor y concertar salidas, sin
que ello pudiera ser advertido por sus padres. En tal sentido resulta ilustrativo
el informe que obra a fs.460, que da cuenta que del teléfono celular utilizado
por el damnificado se registraron en carácter de entrantes 28 llamadas del
abonado telefónico de Rocca Clement y una saliente, 19 llamadas entrantes y 5
salientes del teléfono de Augusto Correa y una llamada entrante desde el
teléfono celular de López Vidal. Tanto era sí que ellos eran quienes se
ocupaban de que el aparato de telefonía celular siempre tuviera crédito, para
poder comunicarse con el menor, así como de proveerlo de mejores y mas
modernos aparatos, lo cuales eran traídos por “Geo” desde España (cfr.
peritaje de fs. 437/8vta).
De tal modo, relató el menor que, a partir de aquella primera
oportunidad comenzó a salir con Rocca Clement asiduamente, con quien asistía
a las piletas del parque recreativo “Costa Rica”, donde trabajaba Augusto
Correa y a donde también iba Pablo Agustín López Vidal , entre otros. En

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dicho lugar el menor habría sido víctima de tocamientos en sus partes íntimas
por parte de Correa.
Dentro de este mismo marco contextual, el damnificado refirió que
cuando salían de la pileta, en varias oportunidades, fueron a la casa de “Geo”,
a quien conoció a través de Rocca Clement, a cuyo domicilio también
concurrió, en otras ocasiones por la noche, a comer pizza o bien se dirigían a
distintos lugares de la Av. Corrientes.
Al respecto también relató que, para llegar a la casa de “Geo”, lo
pasaban a buscar o quedaban en encontrarse en algún lugar con Marcelo o
Augusto y que luego lo llevaban de regreso, a su casa, en el auto de “Pachi” o
“Mache”
Explicó que en dicho lugar donde fue accedido carnalmente en
reiteradas oportunidades, una vez por Jorge Corsi (Geo), dos o tres veces por
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Marcelo Rocca Clement (Mache) y una por Pablo Agustin López Vidal
(Pachi). Sobre el punto manifestó “me han violado reiteradas veces” y ”
encima te llenaban la cabeza diciendo que era con tu voluntad “, que lo
“violaron por la cola” y que “también me chuparon eso…” . A las preguntas
de la psicóloga acerca “y vos por la cola” contestó “A ellos sí, una o dos
veces hice yo……primero me obligaron”. Asimismo el menor refirió que
dichos actos tuvieron lugar por la noche y “…una vez con Marcelo o dos veces
a la tarde y con Geo también estábamos solos en la casa de él” (conf. fs. 623),
agregando que para llevar a cabo dichos actos, se encerraban en el cuarto del
departamento de “Geo”.
Que previamente le mostraban fotos de chicos desnudos o,
entraban a una página de internet, en la que se exhibía material pornográfico,
desde una computadora ubicada en la habitación de Corsi con el fin de
estimularlo, para que consintiera practicas sexuales, manifestándole que todos
eran bisexuales y que debía “liberarse”. Que Rocca Clement en varias
oportunidades quiso filmarlo y sacarle fotos, situación a la que él se negaba, no

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obstante lo cual, en alguna oportunidad logró filmarlo y fotografiarlo con la
cámara web de la computadora.
En el marco de todas estas salidas, Marcelo Rocca Clement y
Pablo Agustin López Vidal, habrían llevado al menor a la casa de este último,
donde le exhibieron videos de contenido pedófilo, en un televisor de pantalla
plana que se encontraba en el lugar, mientras los imputados se tocaban sus
propios genitales y se realizaban tocamientos de carácter sexual entre sí.
En otra oportunidad, llevaron al menor a una quinta, propiedad de
un sujeto denominado A., donde éste y Augusto Correa habrían sometido al
menor a la siguiente situación: Correa, habría bajado los pantalones a A. y le
habría dado golpes en sus nalgas para luego introducirle por el ano un
consolador. Todo esto frente al menor quien observaba toda la situación.
Todo ello, era ocultado por el damnificado a sus padres, en razón
de la manipulación que los encausados efectuaban sobre el menor, quienes le
decían que él también era bisexual, que no debía contarle a sus padres porque
eran malos y no lo dejarían salir más con ellos, que eran quienes mejor lo
entendían. Que el grupo de amigos eran los únicos que lo querían y que siempre
lo iban a cuidar. Así le daban consejos acerca de cómo debía conducirse en su
hogar, tales como que estudiara, para que le fuera bien en el colegio y, se
encargaban de que el menor regresara a su hogar en un horario adecuado para
que sus progenitores no pudieran advertir ningún cambio de conducta que los
llevara a advertir lo que podía estar ocurriendo.
Si bien, como ya se ha manifestado, anteriormente, no es posible
recabar prueba directa respecto de lo ocurrido, lo cierto es que lo manifestado
por el menor ha sido fehacientemente corroborado a través de los detalles y
datos brindados por él en su declaración, tales como la descripción de los
domicilios, y de los rasgos y características físicas de los encausados.
Tal es así que, en el allanamiento efectuado en el domicilio de
Corsi, se hallaron las computadoras referidas por el menor y se verificó que las
características del lugar coincidían con la descripción brindada por él. Así

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también la presencia de un gato negro al que éste hiciera referencia (cfr. fs.
757, 1082/1083 y vistas fotográficas de fs. 1089/1094).
Tampoco resulta un dato menor la constatación de la efectiva
existencia de material pornográfico infantil en la computadora del encausado.
Conforme se pudo verificar a través del peritaje efectuado sobre dicha máquina
a fs 1638/1640.
También se pudo constatar en el domicilio de López Vidal la
existencia de la pantalla plana, ubicado en el living de la vivienda, tal como
hiciera referencia el menor en su declaración. En el lugar también se incautaron
gran cantidad de profilácticos en una bolsa y se constató la presencia de
material pornográfico en su computadora.
Por otra parte, no puede dejar de ponderarse que, la presencia del
menor en dichos lugares y la habitualidad de su concurrencia a las reuniones
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efectuadas por grupo conformado por los encausados, se encuentra fuera de


discusión en tanto, los mismos imputados, admitieron en sus descargos, la
concurrencia del menor, tanto a la casa de Corsi, como a la de López Vidal, y
a la pileta en la que trabajaba Correa, aunque obviamente pretenden
justificarla mediante explicaciones, que no resultan atendibles. De tal modo,
los imputados han alegado que conformaban un grupo de amigos
“intergeneracional” que se reunía al sólo efecto de compartir comidas y
charlas acerca de política y filosofía, resulta un argumento poco creíble si se
tiene en cuenta que, a estas reuniones concurrían menores adolescentes de
entre 13 y 16 años. Nótese, que conforme se desprende de las constancias del
legajo, asistían a ellas no sólo el damnificado, sino también “G.”, M., A. y L.
(ver declaración de E. C. C., a fs. 1225/1229 y transcripción de las entrevistas
en Cámara Gesell de los menores M. y A. C. y de L., que se encuentran entre la
documentación acompañada).
Pese al carácter inocente y de sano afecto que los imputados
pretenden otorgarle a estas reuniones, no puede pasarse por alto, que López

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Vidal al prestar indagatoria a fs. 1285/1293, refirió que pertenecían al grupo
de los Boylovers, circunstancia que también se ve acreditada mediante los
mensajes enviados por Marcelo Rocca Clement por programa mensajero msn,
que se ven acreditados mediante el peritaje que obra a fs. 1638/1694.
Si bien los imputados pretenden darle al término “boylovers” el
carácter de afecto sano y desinteresado por los niños, ajeno a todo interés
sexual, ello debe ser analizado a la luz del informe efectuado por la
Coordinadora del Programa Interamericano de información sobre Niñez,
adolescencia y familia Inda Klein, quien refiere “El término boylover o
boylove podría traducirse como amantes de niños .Corresponde a pedófilos y
hebéfilos hombres, que se sienten atraídos por niños de su mismo sexo(…) Se
esfuerzan por diferenciase de los abusadores sosteniendo que las relaciones
que ellos mantienen con los niños son consentidas (…) A pesar de intentar
introducir este término para desestigmatizar la pedofilia y mostrarla como
una acción positiva y favorable para el desarollo de los niños involucrados,
el discurso se contradice con la practica, hasta incluso el discurso se
contradice en sí mismo. La lucha porque la pedofilia sea eliminada del DSM-
IV y que no sea considerada una enfermedad, nada dice sobre la naturaleza
de la cuestión: Continúa siendo atracción sexual de adultos hacia niños/as. La
pretendida invocación a supuestos sentimientos altruistas no modifica esta
situación. La idea de que existen “pedófilos responsables” que reprimen sus
sentimientos hasta que la legislación permita las relaciones entre adultos y
niños/as aparece como mínimo ingenua” (Del artículo, “Amantes de niños y
niñas. La pedofilia organizada en la Red”, presentado ante el Instituto
Interamericano del niño, la niña y adolescentes (IIN) , en el marco del
programa de promoción integral de los derechos de la niñez (PRODER).
Esta situación se ve, además, acreditada mediante varias
conversaciones telefónicas efectuadas por los encausados, cuyas
transcripciones obran en los legajos que corren por cuerda que dan cuenta, en
as que éstos hacen referencia a encuentros sexuales con menores de edad.
Resultan ilustrativas las conversaciones que surgen del legajo de
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escuchas telefónicas del abonado XXX, perteneciente a V. M. S. en la que
existe una conversación entre “pelado” y G., en la que se escucha como voz de
fondo la de M. en la que se encuentran organizando una fiesta, con menores en
las que planean tener relaciones sexuales.
A mayor abundamiento en el legajo de escuchas telefónicas del
abonado XXX perteneciente a Jorge Corsi, se ha registrado una conversación
mantenida entre éste y Rocca Clement, en la que este último le cuenta sus
desencuentros amorosos con “D.”, mientras el otro refiere que se encuentra
frente al mar “ de la mano en buena companía”.
De igual tenor, resulta la conversación mantenida por López
Vidal con Macito que surge de fs. 140 del legajo de escuchas telefónicas del
abonado XXX, que fuera transcripta por la magistrada instructora en la
resolución en crisis a cuya lectura se remite.
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En este mismo sentido, resulta clarificador el informe efectuado


por el jefe de la División de Delitos en tecnología y análisis criminal que obra
a fs. 1638/1696, de las cuentas de correo de los encausados. Así se pudo
visualizar en la máquina de Corsi cantidad de fotografías y videos de
menores de edad en actitud pornográfica o teniendo relaciones sexuales.
Además se verificó la existencia de conversaciones por chat con menores.
De la misma forma, en las cuentas de López Vidal, se constató la
existencia de las conversaciones mantenidas por programa mensajero msn -
transcriptas a fs. 1688, 1659/1666- y, en la de Rocca Clement (ver fs. 1683),
se comprobó la presencia de una conversación en la que el encausado
manifiesta que “no se resigna a que le gusten los chicos”. También se constató
una conversación con un menor de edad en la que el imputado compara sus
inclinaciones sexuales con la música rock (ver fs. 1684), que a continuación
se transcribe “ Marce: “ o sea que vos tambien te podrías resignar a escuchar
cumbia, pero no lo haces…porque está en tu sangre y es tu gusto…Criss:
como m gusto q m digas eso…Marce; lo mismo me pasa a mi con la

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sexualidad…la sociedad me hace ver y escuchar cosas de chicos y chicas y
eso es lo único…pero en mi sangre está otra cosa y yo no dejo de vivir en esta
sociedad, solo me empecé a juntar con gente de mente mas abierta..no es que
me resigno y intento no me gusten los chicos …no me van a dejar de gustar
nunca ..como a vos nunca va a dejar de gustarte el rock ”. También se ha
corroborado mediante este peritaje que el imputado mantenía por programa
mensajero msn conversaciones con un menor de 11 años de edad.
Por lo expuesto, la sala estima que los elementos de juicio
señalados aunados al resto de la prueba reunida, que fuera correctamente
evaluada por la magistrada instructora, permiten tener por acreditado que
Marcelo Rocca Clemet habría conocido al menor N. G. D. y se habría ganado
la confianza y afecto del menor, mediante regalos y compartiendo salidas tales
como a “Mc Donalds”, boliches, pileta de natación e invitaciones a los
domicilios de los imputados Corsi y López Vidal, lugares donde el grupo habría
tenido la posibilidad, de efectuarle tocamientos y manoseos en partes íntimas,
de accederlo carnalmente vía anal y de realizarle sexo oral. Estas conductas
eran deseadas y planeadas por el grupo con anterioridad, según surge de las
escuchas.
2.- Sentado ello, cabe entonces analizar el agravio efectuado por
los defensores acerca de la ausencia de secuelas físicas que permitan acreditar
que el menor haya sido accedido carnalmente.
De los exámenes médicos efectuados al menor N. G. D. por el
Hospital Británico a fs. 111 y 596, surge que “no se observan lesiones de
ningún tipo” y “que no se observan lesiones traumáticas recientes y/o antiguas
en los pliegues anales”, empero, a criterio del tribunal ello no permite descartar
las penetraciones vía anal denunciadas y, menos aún, del resto de las maniobras
descriptas.
Ello, en cuanto, en primer lugar, no puede dejar de considerarse
que el examen físico fue efectuado varios días después de efectuada la
denuncia, debido a que los médicos psiquiatras que lo atendieron en el

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Hospital Británico consideraron necesario diferir el examen físico genital y anal
hasta que éste se encontrare psicológicamente estable (cfr. fs. 34/122) debido a
que consideraron que un examen de estas características podría resultar muy
agresivo para el menor quien había sido internado a raíz de un brote psicótico
con delirio místico.
Tal circunstancia, permite inferir que el tiempo transcurrido entre
que el menor fue sometido a tales actos y el momento en que se llevó a cabo el
examen médico pudo haber favorecido la desaparición de los probables signos
de penetración que éste pudiera haber registrado, los que por otra parte no
siempre dejan rastros.
Así, numerosos autores especializados explican que la ausencia de
signos de violencia en la zona anal no permite descartar el coito. Así se ha
dicho “La ausencia de signos de violencia en la región anal, no excluye el
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atentado pederástico, pues como ya se ha dicho, lo corriente es que el coito


anal no deje huella traumática. Por ello, el resultado negativo no tiene ningún
valor desde el punto de vista médico- legal” (Gisbert Calabuig, J.A.,
“Medicina Legal y Toxicología”, 4° Ed., Ediciones científicas y Técnicas S.A.,
Ed. Masson- Salavat Medicina, citado por Villada, Jorge Luis, “Delitos
Sexuales”, Buenos Aires, Ed. La Ley, 2006, pág. 577).
En igual sentido se ha dicho: “Si la introducción del pene es
producida en forma lenta y sostenida, y con el consentimiento de la persona
receptora, muy difícilmente encontraremos daños, ya que provocarían la
dilatación lenta del orificio anal.
Es decir se observarían lesiones cuando el coito es violento, sin
dilatación anal y desproporción de volumen del pene erecto, que supera la
capacidad de receptación del ano: Aquí tambien se cumple la relación de
contenido y continente (…) La congruencia en la relación contenido y
continente, entre pene erecto y ano, no provocarán lesiones al producirse la
cópula sexual” ( Villada, Jorge, obra citada, pág. 576).

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En igual dirección se ha dicho “no existe ningún signo
demostrativo de la pederastía pasiva habitual (…)el esfínter casi no opone
resistencia a la penetración de uno o dos dedos. Es éste un signo real pero
muy poco frecuente. Hemos visto antiguos homosexuales con un esfínter anal
firme y sin rastros de cicatrices, y al lado de ello jóvenes o adultos sin
tendencias homosexuales cuyo orificio anal se presentaba complaciente y
fácilmente permeable a la exploración digital” (Bonnet, Medicina Legal
,Segunda Edición, Libro VIII, Sexología médico legal”, Libreros López
Editores, pág. 1588/1589).
Por su parte, al referirse al diagnóstico medicolegal de la violación
en el varón, José A Patitó refiere:”Examen de la región anal y perianal: en
casos de carácter reciente, debemos señalar que los signos no son constantes,
ya que la existencia de lesiones depende de la violencia con la que se ejecutó
el acto y de la desproporción de volúmenes entre las partes anatómicas
involucradas”.
Lo expuesto, permite descartar la hipótesis de la defensa en torno
a que la falta de acreditación de lesiones impiden la acreditación de acceso
anal, atento a que por lo anteriormente explicado ello sería restringir la prueba
sin razón alguna, en vista que el menor no presenta síntomas de índole
psicótica, ni acentuación imaginaria y/o fabulatoria patológica, su relato resulta
verosímil y verifica en su estructura psíquica signos compatibles con procesos
traumáticos de naturaleza sexual (conf. Informes psicológicos de fs643/644,
663/666).
Ello nos lleva a analizar el agravio defensista en torno a la
credibilidad de los dichos del menor.
c) Acerca de la versosimilitud del testimonio de N. G. D. la
licenciada Ana María Barchietto, del servicio de psicología del Cuerpo
médico forense informó a fs. 393/394 que “… el relato tiene estructura
lógica, coherencia interna y sentido. Posee rasgos de elaboración no
estructurada y aporta una cantidad de detalles suficientes en forma

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espontánea y otros como respuestas a intervenciones. También aporta
detalles inusuales, superfluos y característicos. Expresa adecuación
contextual en espacio y tiempo, aunque con imprecisiones. Se hallan
descripciones de interacciones y reprodución de conversaciones. Se
manifiesta admisión de falta de memoria. Se hallan indicadores de actividad
negativa, con acentuación de la ansiedad, manifestándose una mayor
implicación subjetiva respecto de sus dichos. Por estos criterios de contenido
o de realidad la valoración de este resalto, señala la categoría de
verosimilitud”.
Cabe agregar que en este mismo informe la licenciada Barchietto
manifestó que el menor respondió a las intervenciones de la entrevistadora en
forma abierta, de un modo espontáneo y firme. Respondió a las preguntas
focalizadas y a las directas en forma breve y con firmeza. No se observó en su
USO OFICIAL

texto discursivo fallas ni confusiones lógicas. Se muestra lúcido, orientado y


coherente. No presentó en su procesamiento psíquico fenómenos de índole
psicótica, ni acentuación imaginaria y/o fabulatoria patológica.
A las mismas conclusiones arriba la mencionada profesional en la
ampliación del informe efectuado a fs. 643/644, en virtud de la segunda
entrevista efectuada con el damnificado, en vista a la necesidad de ampliar el
testimonio del menor ante la manifestación de que tenia más recuerdos sobre
los sucesos denunciados.
Por otra parte, del examen psiquiátrico efectuado por la Dra.
Estela Noemí Taylor a fs. 343/345, surge que el menor demostró buena
disposición al diálogo. Que la sensopercepción no muestra particularidades y
no refiere alucinaciones aunque las ha tenido. La memoria no presenta fallas
destacables. Presenta pensamiento y caudal ideativo acordes a su edad e
instrucción. Discurso coherente, sin incurrencias psicóticas. Hace referencia a
momentos vividos y manifiesta que sabe que debe declarar y que está dispuesto
a hacerlo. Que al momento del examen se encuentra compensado desde el
punto de vista psiquiátrico, sin embargo sería recomendable en caso de
17
requerirlo el menor, que al momento del examen cuente con la presencia de su
terapeuta.
En esta misma dirección y en consonancia con lo expuesto, no
puede dejar de ponderarse que conforme se desprende del informe efectuado
por los especialistas del Hospital Británico, quienes fueron los que tomaron el
primer contacto con el menor, surge que el paciente de catorce años de edad
ingresa al consultorio acompañado por sus padres, quienes refieren que ese día
N. estaba en su casa, angustiado rezando y les contó había sido abusado
sexualmente por unos conocidos. Que el paciente se encuentra excitado, con
delirios “místicos”, verborrágico, por momentos desconectado, reiterativo en
sus palabras (perdón, se refiere a Jesús) “el niño refiere que en el verano
conoció a estos “amigos” que son mayores de edad y que en varias
oportunidades le pidieron que los toque en sus genitales y fue tocado por ellos.
También relata que “le metieron el pito” y que el “les metió el pito a ellos”, a
veces con preservativo y otras no.
Los informes señalados no permiten dudar de la credibilidad de los
dichos del damnificado, en tanto entrevistar víctimas tan particulares como las
abusadas, y dictaminar sobre la credibilidad de sus dichos o posibilidad de
fabular de las mismas es sin duda tarea de expertos psicólogos y psiquiatras,
que los jueces deben valorar profundamente y, cuando no encuentran críticas
científicas deben contentarse con ellas.
Sobre ello, Carlos Alberto Rozanski refiere “cada etapa evolutiva
presenta características particulares que son tenidas en cuenta por los
especialistas en el momento de las entrevistas y que luego van a permitir
validar o no el relato. Por otra parte estos expertos tienen en cuenta una serie
de características que aparecen sólo en los relatos verdaderos de las
víctimas. En todos estos casos, tanto el informe pericial forense como el de
aquéllos profesionales que hubieren atendido a la víctima, resulta muy
importante ya que en ellos se suele hacer alusión específica a la posibilidad
de la niña a fabular (…) Si bien las pericias no resultan vinculantes para los
magistrados, no es posible apartarse de aquéllos informes sin dar la
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correspondiente razón para ello. Dicho en otras palabras si las pericias
indican que los relatos son verídicos, no pueden los jueces contradecir esas
conclusiones sin explicación razonable y de base científica, ya que esto se
trataría de una sentencia arbitraria”(Conf. Carlos Alberto Rozanski,
“Abuso sexual infantil, Denunciar o silenciar?, Ediciones B. Argentina S.A.”,
año 2003, págs. 193/193 y 292).
C.- De la responsabilidad penal:
De acuerdo a los lineamientos que fueron plasmados en párrafos
precedentes, la sala estima los elementos de juicio reunidos en el sumario
permite responsabilizar a los encausados en orden a los injustos que se les
enrostra.
En efecto ha quedado demostrado en el sumario que los cuatro
imputados conformaban un grupo que compartían una misma orientación
USO OFICIAL

sexual, quienes mediante diversos actos de seducción, tales como invitaciones,


regalos, integrar al damnificado, aún adolescente, a un mundo de adultos con
promesas de libertad sexual e identificación con el grupo, se aprovecharon de la
inexperiencia e inmadurez sexual de N. G. D., para en forma lenta y progresiva,
conseguir que éste consintiera diversos actos de connotación sexual.
De tal modo, los imputados, todos mayores de edad, quienes en
algunos casos duplicaban y otros cuadriplicaban la edad del damnificado, le
decían que era bisexual, que no debía reprimirse, le exhibieron películas
pornográficas de homosexuales, fotos de niños teniendo relaciones sexuales,
realizaban actos sexuales en su presencia e intentaban manosearlo, habiendo
logrado accederlo carnalmente.
Este accionar fue llevado a cabo por los encausados, en forma
paulatina y durante varios meses, lo que dificulta precisar de modo fehaciente
las circunstancias de modo, tiempo y lugar en que tuvieron lugar cada uno de
los injustos de los que se hizo víctima al menor. Empero, ello no resulta
obstáculo para responsabilizar a los imputados en tanto ha quedado acreditado

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que, todos estos actos han tenido la finalidad de incitar a la víctima a la
practica prematura de actos sexuales, que debido a su falta de maduración
física, psíquica y sexual, condicionaron la libre y plena determinación de su
sexualidad.
Los hechos que se consideran comprobados han tenido lugar, entre
los meses de febrero y mayo de 2007, aproximadamente y consistieron en actos
de acceso carnal por parte de Rocca Clement, López Vidal y Corsi , los cuales
ocurrieron en el domicilio de éste último.
Si bien los defensores de López Vidal, pretendieron demostrar
mediante el examen físico efectuado a su asistido a fs. 1327, que éste era virgen
a fin de exculparlo de los ilícitos que se le atribuyen, lo cierto es cabe aquí
repetir los argumentos que fueran desarrollados al momento de analizar los
exámenes físicos que fueran efectuados al damnificado. Por otra parte el
tribunal estima, que tales argumentos se ven desvirtuados por los dichos del
menor que se ven, además, corroborados mediante las escuchas telefónicas del
teléfono celular XXX perteneciente a Rocca Clement.
En torno a los argumentos de los defensores de Augusto Correa en
relación a que no se ha precisado en qué habría consistido, concretamente el
abuso sexual cometido por Correa, cabe decir que el menor refirió “Augusto
también me tocaba en la pileta” y que, también ha debido soportar que este
llevara a cabo actos sexuales y de masturbación, con otra persona no
identificada, en su presencia, actos que resultaban idóneos para comprometer la
evolución normal de la personalidad sexual, máxime si se tiene en cuenta que
no se trataron de hechos aislados, sino que éstos actos de manoseos,
exhibicionismo y seducción fueron efectuados dentro de un contexto, en que
todo el grupo, mediante diversas acciones intentaron determinar el libre
desarrollo sexual del menor, a fin de satisfacer sus propios deseos sexuales.
IX.-Calificación Legal:
En cuanto a la calificación legal atribuible a los hechos objeto de
investigación cabe entender que ésta resulta constitutiva del delito de

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promoción a la corrupción de un menor de dieciocho años agravado por
mediar engaño.
En principio cabe aclarar que la expresa alternatividad
contemplada en el artículo 120 del Código Penal (“…siempre que no resultare
un delito más severamente penado.”) determina el desplazamiento de esta
figura por la escogida y no la concurrencia de figuras como sostuvo la a quo.
Cabe tener presente al momento de imponer la agravante de la
figura, por un lado, que debe tomarse todo el proceso en sí, qué se ha tenido
por probado, y del que se responsabilizó a los encartados, no sólo las acciones
de acceso carnal o tocamiento con la víctima o entre otros frente a ella, y a su
vez, la circunstancia de que se intentó convencer al menor de que las
conductas practicadas eran no sólo normales, sino que respondían a lo que su
genitalidad requería.
USO OFICIAL

Dicho de otro modo, se abusó de la influencia que se logró sobre


el menor, luego de su captación, para tergiversarle el contexto en que se
desarrolló la relación como si fuera una acción que nada de malo tenía, es
más, se intentó anular la posibilidad de que sus padres tomaran conocimiento
de lo que pasaba, intentando convencerlo de que ellos eran los equivocados (lo
que en definitiva fue uno de los motivos que condujo a N. G. D. a una tener
una crisis emocional en mayo de 2007, según explicó, porque quería contarle a
sus padres lo que le sucedía y no podía).
El engaño no se traduce entonces en que creyese que no se
mantenía una relación sexual o tocamientos inverecundos, sino en todo el
trabajo previo y concomitante que implicó que el menor pudiera tomar todas
esas prácticas como conductas normales, intentando convencerlo de que él era
bisexual.
Ilustrativo resulta al respecto las indicaciones que le daban en
relación a que no debía volver fuera de los horarios permitidos y que debía
mantener un buen rendimiento en el colegio “para que sus padres no se dieran

21
cuenta de lo que sucedía”.
Resulta claro que el menor se prestó a los abusos sexuales
confundido y manejado, es decir engañado, por los imputados.
Puede sostenerse que dicho engaño no constituyó un extremo
diferente a la seducción prevista por el art. 120 del código sustantivo, pero al
respecto caben dos aclaraciones.
En primer lugar, como se sostuvo, dicha figura resultó
desplazada, y por tanto el elemento “seducción”, ajeno al tipo penal objetivo
del artículo 125, pero a su vez el término seducción bien puede encerrar una
conducta no repudiable o, por el contrario, un accionar engañoso, tal es el
caso de la primera acepción de su significado en la vigésima segunda edición
del diccionario de la Real Academia Española “Seducir: 1. tr. Engañar con arte
y maña; persuadir suavemente para algo malo”.
Ninguna duda cabe, y ha quedado demostrado en el contexto
fáctico descripto, que G. D., fue captado y engañado por los encartados
logrando en ese estado someterlo a las conductas descriptas.
X.- Embargo:
En lo atingente al recurso interpuesto por los defensores de
López Vidal y Correa respecto del monto del embargo, la Sala estima resulta
excesivo si se tiene en cuenta la ausencia de acción civil y de pena pecuniaria
para el delito de que se trata, por lo que debe ser reducido a la suma de cien mil
pesos para cada uno de los imputados.
XI.- Prisión Preventiva:
En vista a lo resuelto en el día de la fecha en el incidente de
excarcelación de Augusto Correa, que corre por cuerda, el agravio de la
defensa respecto a este punto no será tratado.

La jueza María Laura Garrigós de Rébori dijo:


Al momento de emitir mi voto debo aclarar que comparto la
solución a la que arriba el distinguido colega que me precede, así como la

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valoración probatoria efectuada, por lo que sólo habré de discrepar en torno a
la calificación legal escogida.
De acuerdo a lo dicho hasta ahora, ha quedado acreditado que los
imputados han desplegado, a través de varios meses, diversos mecanismos de
seducción, a fin de conquistar al menor, aprovechándose de su inexperiencia e
inmadurez sexual, para luego someterlo a diversas prácticas de connotación
sexual.
De tal modo, habrían logrado que el damnificado consintiera la
realización de actos de acceso carnal y diversos hechos de contenido sexual
que han lesionado la libertad sexual de la víctima.
Sin embargo, resulta irrefutable que el hecho de haber sometido al
menor a tales prácticas en forma temprana, cuando éste, aún, no había
alcanzado la maduración física, psíquica y sexual necesarias, resultaron
USO OFICIAL

conductas idóneas para poner el peligro la libre y plena determinación de su


sexualidad y, por tanto, resultan subsumidas por la figura de corrupción de
menores.
Se trata aquí de un concurso aparente de leyes, pues el acto
corruptor coincide con las conductas de estupro y demás actos atentatorios
contra la libertad sexual. La realización del tipo penal más grave -corrupción-
incluye en este caso, a las demás figuras tratándose, por tanto, de un claro
ejemplo de relación de consunción.
Descarto así que las conductas descriptas encuadren en la
agravante de “engaño” que prevé este mismo tipo, en su tercer párrafo.
Desde mi punto de vista la seducción que han desplegado los
imputados y la preeminencia que ejercieron sobre la víctima en razón de su
edad, conductas tipificadas por el artículo 120 del Código Penal, quedan
abarcadas por la descripción del artículo 125 del Código Penal, dado que la
norma antes citada así lo dispone al consignar la expresión “siempre que no
resulte un delito más severamente penado”.

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Pero además, no es posible, desde mi punto de vista, sostener que
el menor estuviera engañado o ignorante sobre los actos sexuales en los que
participó y relató claramente, si se advierte que sabía distinguir qué podía
contarles a sus padres y qué no.
Por ello propongo, la adecuación típica de la conducta atribuida a
Corsi, Rocca Clement, López Vidal y Correa en el tipo penal de corrupción,
previsto y reprimido en el artículo 125, párrafo primero del Código Penal.

El juez Mario Filozof dijo:


Mas allá de compartir los argumentos y conclusiones de mis
colegas en cuanto a la prueba reunida y su valoración conjunta, me permito
glosar algunos párrafos que parten de lo que ha generado, mi lógica y mi
experiencia.
Estoy persuadido de que en los casos de abuso sexual resulta
harto inusual que la victima maximice lo ocurrido, muy por el contrario,
tiende a minimizar lo sucedido como forma de autodefensa de su pudor,
dignidad y otras cuestiones transcendentales que la ciencia especializada ya se
ha encargado de puntualizar (“Maltrato infantil”, página 116).
Es por ello que, en el caso, debo subrayar que sólo uno de los
indagados pretende señalar una supuesta mente fabuladora del menor víctima;
el resto describe características especiales en la personalidad del referido, pero
nada puede siquiera acercarse a tales descripciones.
Las demás probanzas tampoco permiten dar algún rédito a dicha
intención descalificadora (de ello se han encargado mis compañeros de Sala en
lo que ya he compartido), es más, tiende la probatura a considerar falaz este
argumento.
Así, debo transcribir algunos párrafos de la misiva atribuida al
entonces Director de la carrera de Especialización de Violencia Familiar de la
Facultad de Psicología de la Universidad de Buenos Aires, siempre
refiriéndose no sólo a los hechos de violencia familiar sino además al abuso

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sexual infantil.“... del mismo modo que quienes se animan a denunciar la
corrupción terminan en el banquillo de los acusados, juzgado por los propios
corruptos... la estrategia es descalificar e intentar acallar las voces de
quienes defienden los derechos de los más débiles. Para ello se ignoran
largos años de estudio e investigaciones sobre el problema... y se los suplanta
por discurso terrorista y panfletario... mientras esto continúe sucediendo, las
más perjudicadas van a seguir siendo las víctimas de las distintas formas de
maltrato y abuso...” (ob. cit. mas arriba, páginas 17/18).
Cabe preguntarse además cómo el niño ha llegado a tamaño
conocimiento de juegos sexuales que explicita con detalles y los ubica en
tiempo y espacio (ob. y pág. citadas más arriba).
Para validar los dichos del niño debo consignar que sus
“extrañas” conductas con posterioridad a los hechos que lo victimizaron, se
USO OFICIAL

emparentan con la sintomatología del trauma por abuso sexual o lo que se


denomina trastorno por estrés pos traumático.
Sus reconocidas reuniones -me estoy refiriendo al autor de la
misiva referida supra- con personas mucho menores que él, si bien no son
prohibitivas en sí mismas, resulta un indicador de compulsión emocional a
relacionarse de esta manera, lo que paralelamente, dado el contenido del
objeto procesal de autos, resulta otro indicio cargoso que analizado en su
conjunto no puede ser desmerecido.
La selección y preparación de las víctimas como lo relatan de
distinta manera víctima e imputados no tiene asidero en una mente fabuladora
que sólo puede inventar algo basándose en lo que sabe y conoce.
El peso del relato de G. D. alcanza su máxima credibilidad
cuando aporta detalles fácticos que no pudo fabular. Nada indica que pudo ser
inducido, ni que tenga motivo alguno que lo invite a efectuar semejante
denuncia.
No puede omitir mi experiencia lo que de consuno no sucede y es
tamaña mentira para perjudicar a los “amigos” que tan bien lo trataron y tantos

25
obsequios le brindaran.
En cuanto a la calificación legal a escoger habré de brindar mi
aquiescencia a la posición del doctor Pociello Argerich por iguales motivos,
mas allá de algunas mínimas diferencias que se pretenden desarrollar en los
párrafos que siguen.
La diferencia de edad, de desarrollo psíquico entre el menor y los
imputados genera base suficiente para efectuar distintas aseveraciones.
Un niño de 13 a 14 años difícilmente sea capaz de determinar su
elección sexual, de optar por ella según las circunstancias que vive. Su
información ha sido de consuno escasa y esto lo han aprovechado los
imputados, pues G. D. y pocos menores de su edad están preparados para
enfrentar situaciones como la que constituye la hipótesis de este sumario.
Las señaladas deficiencias de su comprensión lo harían presa de
quienes generaron los actos de corrupción que hoy están en tratamiento.
La precocidad intelectual referida en los renglones superiores
permitió las acciones dirigidas a captar su voluntad, con maquinaciones
generadas hacia quien no estaba preparado, al menos respecto de la opción
sexual que libremente puede elegir cualquier ser humano. Recién, cuando su
voluntad alcanza el grado necesario para tal opción, genera consentimiento
que, en el caso, por viciado, no es tal.
De allí, la reacción del menor que tuvo un proceso que culminó
con sentimientos traumáticos y de desagrado, que son demostrativos de que
fue engañado y se burló su libertad sexual, asimismo la disponibilidad de su
cuerpo. Quienes tomaron provecho de su inexperiencia, de su corta edad no
sólo provocaron los efectos propios de la corrupción sino que el segmento de
edad que atravesaba (13 y 14 años) elimina toda posibilidad de consentimiento
ya que la “seducción” en el caso y bajo estas maneras constituye engaño
(véase por ejemplo el Código Penal Alemán).
El experto ya citado en este voto es muy claro en algunas
apreciaciones; así enseña. “El victimario está en condiciones de utilizar

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argumentos que minimizan las consecuencias de su conducta..., define como
exageraciones los cargos en su contra, y proporciona explicaciones
relacionadas con los hechos.
La víctima, que ha pasado por situaciones extremas y a veces
muy prolongadas de miedos, indefensión, angustia, depresión, etc. se
encuentra en inferioridad de condiciones y el resultado suele ser que, a partir
de esta diferencia de imagen, se confíe menos en su testimonio”.
Los estudios concernientes a los perpetradores de abusos
demuestran que es el adulto masculino quien con mayor frecuencia estadística
asume ese rol.
Cuando esto ocurre, están dadas las condiciones para que se
produzca el fenómeno de la doble victimización: cuando la persona que ya
viene dañada vuelve a ser victimizada mediante la incomprensión o la
USO OFICIAL

incredulidad de las personas o instituciones a las que acude para ser ayudada.
La edad vulnerable referida mas arriba no tiene en su opción
sexual, una definición clara y estas son las circunstancias que todo indica
viviera el menor, quien al manipularlo se lo engañó y lo enderezó hacia un
camino que, en el caso, seguramente no fue elegido con libertad.
Por fin, digo que la seducción está en todos lados, en el sexo, en
el trabajo, en la política, en el arte, etcétera, y tiene que ver con que el otro
acepte. Para que ello ocurra tiene que existir consentimiento válido lo que no
ocurrió, ni pudo jamás ocurrir en el caso.
Como colofón fue engañado y adhiero a la propuesta del doctor
Pociello Argerich, sin perjuicio de la significación jurídica que en definitiva se
le otorgue al entuerto.
-------------------------------------------------------
Por las razones precedentemente expuestas, el Tribunal resuelve:
I.- Confirmar el punto dispositivo I de la resolución de fs.
1412/1450 del principal, que decreta el procesamiento de Marcelo Rocca
Clement, modificándose la calificación legal asignada que será la de

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corrupción de menores, agravada por mediar engaño (arts. 45, 125, párrafos
primero y tercero del Código Penal y 306 del Código Procesal Penal de la
Nación).
II.- Confirmar el punto dispositivo II de la resolución apelada,
que decreta el procesamiento de Jorge Corsi, modificándose la calificación
legal por la de corrupción de menores agravada por mediar engaño (arts. 45,
125, párrafos primero y tercero del Código Penal y 306 del Código Procesal
Penal de la Nación).
III.- Confirmar el punto dispositivo III de la resolución apelada,
que decreta el procesamiento de Augusto Correa, modificándose la
calificación legal por la de corrupción de menores agravada por mediar engaño
(arts. 45, 125, párrafos primero y tercero del Código Penal y 306 del Código
Procesal Penal de la Nación).
IV.- Confirmar el punto dispositivo IV de la resolución apelada,
que decreta el procesamiento de Pablo Agustín López Vidal, modificándose la
calificación legal por la de corrupción de menores agravada por mediar engaño
(arts. 45, 125, párrafos primero y tercero del Código Penal y 306 del Código
Procesal Penal de la Nación).
V.- Reducir el monto del embargo dispuesto, en el punto
dispositivo XI, sobre los bienes y/o dinero de Augusto Correa a la suma de cien
mil pesos ($ 100.000).
VI.- Reducir el monto del embargo dispuesto, en el punto
dispositivo XII, sobre los bienes y/o dinero de Agustín López Vidal a la suma
de cien mil pesos ($ 100.000).
Devuélvase y sirva el presente de atenta nota de envío.

Rodolfo Pociello Argerich Si-


//

////guen las firmas.

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Mario Filozof María Laura Garrigós de Rébori


(en disidencia parcial)

Ante mí:

Mónica E. de la Bandera
Prosecretaria de Cámara
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