STC6415 2021

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LUIS ALONSO RICO PUERTA

Magistrado Ponente

STC6415-2021
Radicación n° 47001-22-13-000-2021-00083-02
(Aprobado en sesión de dos de junio de dos mil veintiuno)

Bogotá, D.C., cuatro (4) de junio de dos mil veintiuno


(2021).

Decide la Corte la impugnación formulada frente a la


sentencia proferida por la Sala Civil Familia del Tribunal
Superior del Distrito Judicial de “X” el 7 de mayo de
2021, dentro de la acción de tutela instaurada por “A”
contra el Juzgado “Y”, trámite al cual fue vinculada “B” y
demás intervinientes en el pleito alimentario nº 000.

ANOTACIÓN PRELIMINAR

Como medida de protección a la intimidad de los


menores involucrados en el asunto bajo estudio, esta Sala
ha decidido suprimir de la providencia, y de toda futura
publicación de la misma, sus nombres y el de sus
familiares, al igual que los datos e información que
permitan su identificación, en procura de lo cual se
elaborará otro texto del presente fallo, de igual tenor, pero
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con tal supresión, que será el publicable para todos los


efectos correspondientes1.

ANTECEDENTES

1. Actuando a través de apoderado judicial, el


solicitante reclama la protección del derecho fundamental al
debido proceso, presuntamente vulnerado por el accionado,
al resolver desfavorablemente el litigio antes referido.

2. En síntesis, expuso que impetró demanda contra


“B”, para obtener la «disminución» de cuota alimentaria fijada a
favor de sus menores hijos “AB” y “AC”, según conciliación
realizada conforme a «lo normado en el artículo 32 de la Ley 640 de
2001 por el Defensor de Familia en agosto de 2015». Empero,

«argumentando hacer uso de las facultades extra petita», el Juzgado


“Y” estableció que el objeto del proceso era «una fijación de cuota
y no una disminución», y por ello dictó fallo señalando una

«superior a la que se llevó a debate procesal» porque «entre otras cosas


(…), las cuotas alimentarias provisionales deben ser revisadas por el

funcionario judicial», pese a que esa tasación «fue refrendada con el

actuar del Juez (…) [al librar] mandamiento ejecutivo [rad. 2017-00593]»

con base lo allí acordado.

Que con fallo del 18 de septiembre de 2020, la juez


cognoscente «no realiza un análisis detallado de temas, como el valor
y los rubros de la lista de necesidades económicas aportados por la
madre (…), y se limita a estimar que se deben alimentos congruos por el
alto nivel de vida que llevan los hijos, sin auscultar temas como son los

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Acuerdo No. 034 de 16 de diciembre de 2020 – Sala de Casación Civil.

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ingresos de la madre de los menores como profesional de la medicina y

los pasivos que tiene el demandante especialmente con la DIAN».

Que de los gastos enlistados «algunos ni siquiera


sustentados probatoriamente [como] el valor de $650.000 por pago
mensual de energía (…), el pago de medicina prepagada [no obstante
estar] cubierta por [su] hermana (…), [incluyó el] concepto de “profesora
apoyo en casa” por valor de $400.000 mensuales [pese a que] los

mismos son pagados por la madre del accionante »; que no obstante

«este proceso se ventiló en pleno estado de confinamiento por la


emergencia sanitaria, en la lista incluye Cine (…), City Park (…), jean day

[cuando] los niños están en [estudio] virtual en casa», y el monto por

«compra de alimentación mensual de la casa [y] el servicio de la


empleada de manera total en la cuota [así como el valor] por concepto de

“meriendas” por $220.000», y estando en «época de confinamiento y


de distanciamiento social estricto, se incluyen rubros como: “cumpleaños

amigos, primos, compañeros lluvia de sobres quinceañeros», por lo que

«escapa al análisis del despacho que este tipo de gastos no son reales».

Que, además, pese a no dar credibilidad a que él


asumía el pago de «arrendamiento» del inmueble donde reside
la demandada con los alimentarios [el cual pertenecía a su
padre], el juzgado «avaló la lista de necesidades [donde] incluye un
rubro denominado arriendo por un valor de un millón setecientos mil

pesos», y que la suma total de gastos «por más de diecisiete

millones de pesos es una exageración», y que «tampoco aparece


certificación (…) ni historia clínica que justifique las atenciones
psicológicas mensuales [pues] este servicio es prestado en caso de ser
requerido, por la medicina prepagada [asumida] por parte de la hermana

del accionante». Por tanto, estima que el monto tasado «es

absolutamente desproporcionado e injusto», más aún cuando


incorpora en ella, «dividendos accionarios», y se dejan de

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apreciar «sus obligaciones crediticias especialmente bancarias (…)


acreditadas dentro de la actuación procesal, pero sí se tuvieron en

cuenta las deudas de la demandada».

3. Pretende, que se invalide la sentencia proferida por


la autoridad judicial convocada, y en su lugar dicte la
«sustitutiva», atendiendo «las normas del debido proceso, con respeto
y acatamiento del principio de congruencia (…) y con análisis adecuado y

sistemático de todas las pruebas en su conjunto».

RESPUESTA DEL ACCIONADO Y VINCULADO

1. La Juez “Y”, luego de realizar un recuento de la


actuación surtida en el asunto debatido, afirmó que « se
respetaron los derechos de las partes y se le otorgó el valor que

correspondía a cada prueba», y que la fijación de la cuota a

favor de los menores de edad, se hizo « en ejercicio de las


facultades ultra y extrapetita que nos concede el parágrafo 1 del art.

281 del CGP», por ello, «la suscrita no ha incurrido envía de hecho » y

la decisión criticada está «totalmente ajustada a derecho».


Precisó que como «el fallo fue emitido el 18 de septiembre de 2020,
habiendo trascurrido casi (solo falta un día) 6 meses », se debía

«rechazar la tutela (…) al no cumplir con el requisito de inmediatez».

2. La Procuradora (…) II Familia, manifestó que ante


«la ausencia de acervo probatorio» no presentaba «concepto
integral», pero refirió que conforme al artículo 32 de la Ley

640 de 2001, las medidas provisionales adoptadas en la


conciliación requerían ser «refrendadas por el juez de familia », la
cual, en su sentir, «no aconteció» porque la ejecución de la
cuota provisional se efectuó «ante un juzgado municipal». Por lo

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demás, recordó que «las simples inconformidades en cuanto al


peso, valoración y vinculación del músculo probatorio, no

necesariamente derivan vulneración de derechos fundamentales ».

3. “B”, defendió la resolución judicial confutada por


encontrarse acorde a las facultades otorgadas legalmente al
juzgador de instancia, ya que «la calidad de vida de los menores
(…) no se debe desmejorar (…) por la separación de los cónyuges »;

informó que su capacidad económica «se vio gravemente afectada


por el embargo del 50% del salario devengado (…) por la cooperativa

Comultimart», que contrasta con la « solvencia económica» del

padre de los alimentarios, quien es «una persona de prestigio para


la ciudad y un empresario de alto renombre en el sector de la salud », y,

en suma, que la tasación se produjo con sujeción a las


pruebas recaudadas, «valorando cada una y la totalidad de ellas [y
que] fue tan evidente la capacidad económica del señor “A” y a la par la
irresponsabilidad y el poco amor y respeto por sus hijas que prefiere

evadir los costos y desgaste el aparato judicial». Por lo demás, pidió

declarar improcedente el amparo porque «desconoce el principio


de inmediatez»

FALLO DE PRIMER GRADO

Tras desvirtuar que la acción adoleciera del


presupuesto temporal, por cuanto «entre la sentencia y la
presentación de la tutela no transcurrieron 6 meses señalado
jurisprudencialmente para considerar tardía la acción, pues hacían

falta 3 días para fenecer», concedió el amparo al observar que

en la audiencia de fijación del litigio, « ambas partes acordaron


determinar el monto de la cuota alimentaria definitiva, puesto que se

tenía la provisional impuesta por la Defensoría de Familia », y por ello

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«no le es dable en esta instancia argumentar que la facultad de fallar


extrapetita está indebidamente utilizada».

Encontró configurado el yerro fáctico endilgado al


acusado, porque «omitió sopesar en conjunto debidamente los
medios suasorios allegados, pasando por alto el artículo 176 del CGP,
el cual le obliga a cotejar las pruebas exponiendo el mérito que le

asigne a cada una, de cada a las pretensiones y excepciones »; en

particular, que para imponer la cuota, le correspondía


«determinar en concreto la necesidad del alimentario y la capacidad
del alimentante», pero, frente al primer punto, de la « relación de
los gastos mensuales, y otros fijos (…), no pronunció [el] valor que les

otorgaba», y para establecer la capacidad económica, no

realizó «los razonamientos jurídicos correspondientes, de cara a


finalizar la instancia». Acotó que «no basta mencionar los medios de
prueba que están en el expediente [ni] tener por demostrados ciertos
hechos, sin realizar los cotejos propios de la actividad judicial (…). En
ese orden, al no darle valor a la plurimencionada relación de gastos,
estableciendo si éstos eran actuales a la fecha de la sentencia, si
estaban apegados a la realidad, e inclusive si se justificaron conforme

a los demás suasorios, vulnera los derechos fundamentales ».

Por tanto, dejó sin efecto el fallo proferido el 18 de


septiembre de 2020 «y la actuación que dependa de ella», y en su
lugar, ordenó convocar a audiencia, y « dentro de los cinco (5)
días siguientes a la notificación [del] fallo emita auto convocando a
audiencia, y dentro de un plazo razonable, que no podrá exceder de
quince (15) días contados a partir de la notificación de aquel auto,

expida una nueva providencia en la que resuelva el asunto »,

procediendo a «valorar, no únicamente por separado cada medio de


prueba, sino éstos en conjunto, y con ello determinar cuál es la
capacidad económica de los alimentantes, además del monto que

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necesitan los alimentarios dada su posición social, para con esos


insumos fijar una cuota alimentaria conforme corresponda según su

juicio».

IMPUGNACIÓN

La interpuso la funcionaria judicial encartada, para


cuestionar que no se hubiera declarado su improcedencia
de la acción por incumplir el requisito de la inmediatez,
pues conforme a la jurisprudencia constitucional -que
aludió en extenso-, «la tutela no fue interpuesta en plazo razonable
[y] no se justificó la inactividad ». Además, porque «la vulneración
alegada es inexistente, toda vez que el demandado en el proceso que
dio origen a la sentencia que se cuestiona cuenta con los medios
económicos suficientes para suministrar a sus menores hijos la cuota

alimentaria tasada (…)», y porque «a diferencia de lo que dice el fallo


recurrido, se entraron no solo a enunciar cada una de las pruebas

aportadas, sino también a darle el valor probatorio que le corresponde »,

concluyendo que «los alimentos congruos» se fijaron «atendiendo


a la posición social e ingresos del demandante ».

CONSIDERACIONES

1. Problema jurídico.

Corresponde a la Corte establecer si el Juzgado “Y”,


vulneró las prerrogativas derivadas del debido proceso del
reclamante, al fijar cuota alimentaria a su cargo: (i) pese a
la supuesta «incongruencia» originada en que ya se había
señalado en audiencia de conciliación celebrada ante
autoridad competente, y no ameritaba «refrendación» distinta

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a la que se había surtido en ejecución anterior; y, (ii) por


incurrir en una indebida valoración de los medios de
convicción adosados al expediente, al no establecer los
presupuestos de necesidad de los alimentarios y capacidad
económica del alimentante.

2. De la tutela contra providencias judiciales.

La jurisprudencia de esta Corporación de manera


invariable ha señalado, por regla general, que esta acción
no procede contra providencias judiciales y, por tanto, sólo
en forma excepcional resulta viable para atacar tales
decisiones, cuando con ellas se produzca vulneración a los
derechos fundamentales de los asociados.

Los criterios que se han establecido para identificar las


causales de procedibilidad en estos eventos se basan en el
reproche que merece toda actividad judicial arbitraria,
caprichosa, infundada o rebelada contra las preceptivas
legales que rigen el respectivo juicio, con detrimento de los
derechos fundamentales de las personas que han sometido
la ventilación de sus conflictos a la jurisdicción.

Para la viabilidad de la salvaguarda respecto de esta


clase de providencias, también se ha venido señalando que
deben haberse cumplido todas y cada una de las causales
generales de procedibilidad, entre las cuales son esenciales
la inmediatez y la subsidiariedad, esto es, que la
reclamación se realice en un término prudencial y

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razonable, y que previo al amparo se hayan agotado los


mecanismos de defensa.

3. Del caso concreto.

De la revisión que se realiza a los argumentos de la


acción y a las piezas procesales incorporadas al expediente,
la Sala avalará el fallo estimatorio del auxilio por avizorarse
defecto fáctico en la tasación de la nueva cuota alimentaria
a cargo del reclamante, precisando que conforme a lo
observado por el fallador de primer grado y contrario a lo
alegado por la juez querellada, no se advierte desatención al
requisito genérico de la inmediatez, ya que la providencia
censurada data del 18 de septiembre de 2020, y la
invocación del amparo tuvo lugar el 15 de marzo de 2021,
cuando no había transcurrido el semestre que la
jurisprudencia tiene como razonable para intentar
tempestivamente el resguardo.

3.1. De la refrendación de la fijación provisional de


cuota alimentaria.

De cara a la «incongruencia» traída a discusión por el


accionante, porque el juzgado, en lugar de pronunciarse
sobre la «disminución» de alimentos, deprecada en virtud a
que con anterioridad se había dispuesto cuota «provisional»,
procedió a tasar de nuevo dicha obligación a su cargo, se
hace necesario precisar que la referida actuación dispuesta
al tenor del artículo 32 de la Ley 640 de 2001, por parte de
«los defensores y los comisionarios de familia, los agentes del

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ministerio público antes las autoridades judiciales y administrativas en

asuntos de familia y los jueces civiles o promiscuos municipales »,

solamente es revisable por el juez de familia dentro del


término legal cuando media inconformidad de uno o de
ambas partes, pues de no existir, la cuota conserva vigencia
y eficacia hasta que se produzca su variación por voluntad
de los interesados o por decisión del juez competente.

Al respecto, recientemente la Sala precisó:

«(…) si surtido lo anterior, las partes no acuden al juez para que


determine los alimentos de manera «definitiva», no es dable la
imposición de un término de vigencia de la tasación «provisional»,
pues más allá del desconocimiento legal de las partes para definir
esa situación, si los interesados no accionan ante la justicia, la
medida debe mantenerse. Ello, porque tal pasividad puede
obedecer a que, finalmente, estimaron que con lo decidido se
superaba el punto en discordia, y mientras la prestación se siga
atendiendo completa y oportunamente, en principio no se causa
afectación a las prerrogativas de los alimentarios.

Ciertamente, si no surge interés en alguna de las partes para


modificar el monto de alimentos, el hecho de que se indique que es
«provisional», no implica su invalidación por el simple transcurso
del tiempo, por el contrario, esa voluntad debe respetarse hasta
que ambas o una de ellas gestione su variación. De ahí que
cuando en el trámite conciliatorio se señala provisionalmente la
cuota, la disposición en comento alude a la ratificación de la
«medida» en el proceso respectivo, más no la remisión inmediata de
informe al juez para que adelante demanda.

Acorde con lo antedicho, el artículo 111 del Código de la Infancia y


la Adolescencia – Ley 1098 de 2006, que comprende legislación
posterior y especial, prevé que «[p]ara la fijación de cuota
alimentaria se observarán las siguientes reglas: (…) 2. Siempre
que se conozca la dirección donde puede recibir notificaciones el
obligado a suministrar alimentos, el defensor o comisario de
familia lo citará a audiencia de conciliación. En caso contrario,
elaborará informe que suplirá la demanda y lo remitirá al Juez de
Familia para que inicie el respectivo proceso. Cuando habiendo
sido debidamente citado a la audiencia el obligado no haya
concurrido, o habiendo concurrido no se haya logrado la
conciliación, fijará cuota provisional de alimentos, pero sólo se
remitirá el informe al juez si alguna de las partes lo solicita dentro
de los cinco días hábiles siguientes». Resalta y subraya la Sala.

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(…) Cuando se da el supuesto anterior, como en efecto se dio en el


caso bajo estudio, la ley no impone remisión oficiosa al juez de
familia, sino, «si alguna de las partes lo solicita dentro de los cinco
días hábiles siguientes», y aunque en la acción tutelar se indicó
que había inconformidad acerca de la resolución provisional, en el
acta sólo se plasmó el acuerdo sobre visitas y en lo atinente a
alimentos se dejó constancia del cumplimiento del requisito de
procedibilidad, quedando las partes en libertad de instaurar o no
la acción tendiente a satisfacer totalmente lo pretendido» (CSJ
STC3878-2020, 18 jun. 2020, rad. 00138-01).

Conforme a lo anterior, por cuanto en el presente caso,


luego de fijada «provisionalmente» la cuota alimentaria por el
funcionario del ICBF «en agosto de 2015», las partes no
mostraron desacuerdo para habilitar la intervención del juez
de familia en aras a tasar esa prestación, sino que la
aceptaron, el hecho de que años después el obligado
deprecara su «reducción», implicaba que la autoridad judicial
acusada tramitara el proceso con esa pretensión.

Empero, en esta oportunidad no se avizora yerro de la


funcionaria acusada, porque, en primer lugar, -según la
respectiva transcripción verificada por el tribunal a quo-, el
demandante manifestó en la audiencia de instrucción y
juzgamiento, que «si bien es cierto desde que empezó esa audiencia
se ha hablado de la palabra disminución (…), yo he manifestado que no
es una disminución, sino que yo lo que deseo (…), es que dé o se fije

cuota ya definitiva de los alimentos», y en atención a esa

manifestación era dable ajustar la fijación del litigio. En


segundo lugar, porque con soporte en el parágrafo 1° del
artículo 281 del Código General del Proceso, al fallar, la juez
hizo uso de las facultades «ultra y extra petita», invocando la
protección de los intereses de los niños, lo cual obedece a un

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criterio razonable en virtud a su autonomía e independencia


judicial.

Por lo demás, nótese que el hecho de haberse


adelantado proceso ejecutivo de alimentos teniendo como
base la referida acta de conciliación, en momento alguno
suple la «refrendación», por ello, la invocación de esa actuación
por parte del acá accionante, refulge inocua por las
explicaciones que acaban de darse.

3.2. Del defecto específico de procedibilidad.

Dilucidado lo anterior, la Sala prohíja el estudio que


realizó el tribunal al establecer que la funcionaria accionada
incursionó en defecto fáctico por indebida valoración
probatoria, conllevando afectación al derecho fundamental al
debido proceso del actor, porque al realizar la nueva fijación
de alimentos, omitió analizar el acervo probatorio con mayor
rigurosidad a fin de no afectar ni las prerrogativas de los
niños ni las del padre alimentante.

Efectivamente, la Sala observa que para demostrar o


desvirtuar los elementos plausibles para la fijación de
alimentos, principalmente la necesidad de los beneficiarios y
la capacidad económica del obligado, el accionado obvió
valorar adecuadamente los medios de prueba aportados y
pedidos por las partes, tendientes a concretar la cuantía de
las erogaciones encaminadas a satisfacer los conceptos que
se enmarcan como alimentos para los dos menores, y tras

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ello, señalar de manera clara y precisa el monto a cargo del


padre, teniendo en cuenta para ello su capacidad económica.

Respecto del primer aspecto, se evidencia falta de


análisis sobre la probanza de todos y cada uno de los ítems
relacionados como «gastos», pues, como lo señaló el tribunal
a-quo, no es suficiente enlistarlos para tenerlos por ciertos,
sino que debían probarse, particularmente aquellos rubros
sobre los que se asegura su no causación por asumirlos
directamente el alimentante o familiar suyo como los de
medicina prepagada y arriendo mensual, y en los que
pudieron generarse pero sin explicar su periodicidad,
señalando indistintamente los que son de orden mensual y
anual (educación y clases extracurriculares, entre otros).

Frente a la capacidad económica del demandante, el


accionado señaló que el señor “A” percibe « ingresos» por ser
«director administrativo Colsalud S.A. Marcaribe $7.638.360; (…)
accionista activo de Cuidado Crítico SAS, donde cuenta con una
participación accionaria del 6.2%, toda vez que cuenta con 258.404
acciones con un valor de mil pesos ($1.000) cada una; SM&MEQ SAS
(…) [vinculado mediante] un contrato por prestación de servicios
devengando un 5% de las comisiones en ventas mensuales generales
por la empresa. Total comisiones devengadas hasta la fecha
$4.788.419. (…) es gerente, único socio y representante legal y esta
sociedad es de propiedad del establecimiento Solar Power Santa
Marta; Cardiosalud SAS es accionista con 29.674 acciones por un valor
nominal de $100; gerente Cooperativa Coomultimar Ltda. $3.000.000;

Compañía Colombiana de Salud S.A. posee 400 acciones (…) ».

Luego de la anterior descripción, tasó la cuota


alimentaria en la suma «equivalente al 50% de todos los ingresos,

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llámense salarios, prestaciones sociales, honorarios y otros


emolumentos sin importar su denominación que devenga (…), como
director administrativo y/o gerente de la Clínica Mar Caribe, (…) como
gerente de la Cooperativa Multimar, así como de los rendimientos y
dividendos ordinarios y extraordinarios, ganancias y/o todos ingresos
que perciba sin importar su denominación por concepto de sus acciones
en Cuidado Crítico SAS, Cardiosalud SAS, Compañía Colombiana de
Salud SAS y también el 50% de todos sus ingresos sin importar la
denominación (comisiones, ganancias), por intermedio de la sociedad

SM Y MED S.A.S, y establecimiento Solar Power Santa Marta ». Se

destaca.

Para tal proceder, aunque dijo que correspondían a


aquellos denominados «alimentos congruos según su posición
social», y citó lo previsto en el artículo 129 del Código de la

Infancia y la Adolescencia – Ley 1098 de 2006, según el


cual «si no tiene la prueba sobre la solvencia económica del
alimentante» el juez la podrá establecer « tomando en cuenta su
patrimonio, posición social, costumbres y en general todos los

antecedentes y circunstancias que sirvan para evaluar[la] », la Corte

encuentra que no constituye una estimación clara y objetiva


sobre su monto.

Esto, porque además de los emolumentos que


percibiría el obligado sobre los salarios y prestaciones en
razón a sus cargos, la mesada involucra « rendimientos y
dividendos ordinarios y extraordinarios, ganancias y/o todos ingresos
que perciba sin importar su denominación por concepto de sus

acciones» en varias empresas de las que se dijo es socio,

conlleva a su indefinición, pues así como podría cubrirse en


exceso la obligación alimentaria, también podría reducirse
en razón a diferentes factores que afectan la actividad

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bursátil, aunado a las dificultades que podría surgir en


relación con la verificación en la contabilidad de tales
conceptos, todo lo cual, en últimas, derivaría en detrimento
de los beneficiarios de la prestación.

Bajo esa perspectiva, se colige que para la nueva


fijación de alimentos, el querellado no realizó un examen
crítico de las pruebas, tanto de cada una como en conjunto,
que le permitiera una tasación acorde con las reales
necesidades de los alimentarios, pues en su lugar, se ajustó
a una relación global de gastos presentada por la madre de
éstos, considerando que podía cubrirlos el padre en razón a
la capacidad económica que de él infirió, sin que aludiera a
las demás obligaciones que podría tener a su cargo como
persona natural, representante legal y socio de las
empresas referidas, y tras ello la eventual variación en la
solvencia para atender adecuadamente su pago.

Cabe precisar que tanto en la anterior normativa


adjetiva (artículo 187) como en la actual (artículo 176), « las
pruebas deberán ser apreciadas en conjunto, de acuerdo con las reglas
de la sana crítica, sin perjuicio de las solemnidades prescritas en la ley
sustancial para la existencia o validez de ciertos actos [y] el juez
expondrá siempre razonadamente el mérito que le asigne a cada

prueba», el precedente jurisprudencial de esta Corporación

sobre la procedencia del amparo en punto de encontrar


falencias en la valoración probatoria, sostiene que:

«(…) Uno de los supuestos que estructura aquella es el defecto


fáctico, en el que incurre el juzgador cuando sin razón justificada
niega el decreto o la práctica de una prueba, omite su valoración
o la hace en forma incompleta o distorsionando su contenido

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objetivo; incluso, cuando olvida apreciar el material probativo en


conjunto o le confiere mérito probativo a un elemento de juicio que
fue indebidamente recaudado.

Esto, porque si bien los jueces tienen un amplio margen para


valorar el acervo probatorio en el cual deben fundar su decisión y
formar libremente su convicción, inspirándose en los principios
científicos de la sana crítica (…), también es cierto que jamás
pueden ejercer dicho poder de manera arbitraria, irracional o
caprichosa.

Y es que la ponderación de los medios de persuasión implica la


adopción de criterios objetivos, no simplemente supuestos por el
fallador; racionales, es decir, que sopesen la magnitud y el
impacto de cada elemento de juicio; y riguroso, esto es, que
materialicen la función de administración de justicia que se le
encomienda a los funcionarios judiciales sobre la base de
pruebas debidamente incorporadas al proceso» (CSJ STC, 10
oct. 2012, rad. 02231-00, citada en STC10993-2016,
10 ago. 2016, rad. 02110-00, entre otras).

En las condiciones señaladas, al haberse dejado de


valorar con mayor estrictez las pruebas encaminadas a
establecer la cuota alimentaria, teniendo en cuenta las
necesidades de los alimentarios y la capacidad económica
del obligado, al punto de implicar una posible
incertidumbre en su cuantía y la manera en que habría de
hacerse efectiva, el resultado de tal actuación no se ajusta a
derecho y por ende amerita la injerencia del juez
constitucional.

4. Conclusión.

Conforme a lo discurrido, se avalará la concesión del


auxilio y la consecuente invalidación del fallo reprochado, y
con ello la orden para que la juzgadora de instancia, previa
una adecuada y completa valoración de las pruebas
adosadas al expediente, con pleno respeto de su autonomía

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e independencia, emita nuevo pronunciamiento que defina


el juicio de alimentos promovido por el acá accionante.

DECISIÓN

En mérito de lo expuesto, la Corte Suprema de


Justicia, en Sala de Casación Civil, administrando justicia
en nombre de la República de Colombia y por autoridad de
la Ley, CONFIRMA el fallo objeto de impugnación, con las
precisiones dadas en la parte motiva de esta providencia.

Comuníquese lo resuelto a las partes y al a-quo por un


medio expedito, y en oportunidad remítase el expediente a
la Corte Constitucional para su eventual revisión.

FRANCISCO TERNERA BARRIOS


Presidente de Sala

ÁLVARO FERNANDO GARCÍA RESTREPO

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HILDA GONZÁLEZ NEIRA

AROLDO WILSON QUIROZ MONSALVO

LUIS ALONSO RICO PUERTA

OCTAVIO AUGUSTO TEJEIRO DUQUE

LUIS ARMANDO TOLOSA VILLABONA

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