Educación Física y ESI

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Educación física y ESI

La Educación Sexual Integral (ESI) propone fortalecer los aspectos biológicos,


emocionales y sociales de acuerdo a las edades y realidades de los estudiantes.   
Desde la Educación Física se trabaja de manera articulada con los Niveles y demás
Modalidades interviniendo intencional y sistemáticamente en la formación corporal y
motriz de las personas en los contextos que habitan.
Actualmente se piensa una Educación Física humanista, democrática, inclusiva,
convocante y contextualizada en la situación socio educativa, que debe brindar el
derecho de aprender con igualdad de oportunidades. Esta perspectiva adquiere especial
relevancia en pos de desnaturalizar los supuestos ideológicos que atraviesan la
enseñanza de las prácticas corporales, para debilitar estereotipos de género,
condicionando la constitución de la subjetividad en los niños, niñas, adolescentes,
jóvenes y adultos en las escuelas y en los Centros de Educación Física, y construyendo
un cierto orden corporal en las clases escolares.
El deporte como institución establece reglamentos que determinan el comportamiento y
la disposición de las personas durante su participación, la ESI en la escuela nos propone
repensar las prácticas y el deporte para romper con la perspectiva binaria y habilitar la
participación igualitaria.
Las concepciones sobre qué es y cómo vivimos el cuerpo y cuidamos nuestra salud no
están aisladas del desarrollo general de las sociedades, sino que se encuentran
íntimamente ligadas al momento político, económico, social en el cual se inscriben.
Esto significa que el cuerpo no está vinculado sólo con la dimensión biológica, sino que
también está constituido por los significados y valoraciones que se le otorgan en cada
sociedad y en cada momento histórico.

Si entendemos al cuerpo como una dimensión importante de nuestra identidad (personal


y colectiva), debemos considerar la influencia del contexto histórico, la cultura, la
condición social, la forma de cuidarlo y de valorarlo, las concepciones sobre el sexo y el
género que prevalecen en la sociedad de la que formamos parte. Por ejemplo, podemos
pensar que los cuerpos de los varones y los de las mujeres son distintos en función de
las configuraciones de las identidades de género, es decir, de lo que socialmente se
espera de unos y de otras, basado en la diferencia sexual de las personas.

Asimismo, muchas veces se entiende la salud como ausencia de enfermedad,


priorizando solamente los aspectos físicos. Pero la salud también incluye aspectos
psicológicos, sociales y culturales. En este sentido, la salud no es solamente una
cuestión individual, sino también un proceso social, grupal y comunitario que incluye
las condiciones de vida y de trabajo, la educación, las redes sociales y el acceso a todos
aquellos recursos que hacen posible la vida humana.

Desde la ESI nos proponemos trabajar sobre esta concepción más amplia de salud,
promoviendo en chicos y chicas el cuidado integral de la misma, tanto desde el punto de
vista físico como psíquico y social. Se trata de que, al crecer, los chicos y las chicas
aprendan nuevas actividades para cuidarse (como, por ejemplo: seleccionar, dentro de
los alimentos de su dieta, aquellos que son más nutritivos; incorporar hábitos de higiene
personal; conocer el funcionamiento de las partes íntimas del cuerpo; realizar actividad
física) y también para cuidar a otros y a otras.

Desde la ESI, este eje busca el reconocimiento del cuerpo sexuado y sus distintos
cambios como parte fundante de la identidad de las personas. En este sentido, adquiere
particular relevancia el fortalecimiento de la autoestima y la autonomía, con la finalidad
de adoptar decisiones sobre la salud en general, y la salud sexual y reproductiva en
particular, que permitan vivir una sexualidad sin ningún tipo de coacción, violencia,
discriminación, enfermedad o dolencia.

Para ello es necesario que cuando en la escuela se trabaje el eje “cuidado del cuerpo y la
salud”, se incorporen otras dimensiones además de la biológica, como por ejemplo la
historia personal, los discursos científicos, los derechos humanos, las ofertas de la
sociedad de consumo sobre todo a partir de los medios masivos de comunicación, la
representación de los cuerpos a través de las distintas manifestaciones artísticas.
También es importante propiciar la reflexión crítica sobre los modelos y los mensajes de
belleza que circulan en nuestra sociedad y que pueden influir negativamente en uno/a
mismo/a y en los vínculos interpersonales promoviendo la desnaturalización de los
prejuicios y los estereotipos vinculados con el cuerpo y la salud. De esta forma,
valoramos positivamente nuestro cuerpo reconociendo que la sexualidad y el cuerpo
también se vinculan con el disfrute y el placer.

Para la ESI los irrenunciables del eje “Eje Cuidar el cuerpo y la salud” son:

•Reconocer que el cuerpo sexuado y la salud no abarcan sólo la dimensión biológica.

•Reflexionar críticamente sobre las representaciones sobre el cuerpo y la salud que se


tiene en la escuela y en la sociedad.

•Trabajar el cuerpo desde distintas disciplinas por ejemplo el arte, la educación física,
los medios de comunicación, etc.

•Abordar la salud desde un enfoque que enfatice la salud como derecho.

• Problematizar y reflexionar sobre los estereotipos de belleza para varones y mujeres.


Propiciar el (auto) cuidado del cuerpo y la promoción de la salud.

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