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Las dos primeras, es decir, las policías municipal y estatal, sólo tienen
carácter preventivo. Mientras, la policía federal tiene funciones mucho
más amplias, como salvaguardar la vida, la integridad, la seguridad y
los derechos de las personas; prevenir delitos; preservar las libertades,
el orden y la paz públicos, y, adicionalmente, investigar y perseguir a los
presuntos responsables de delitos de índole federal.
“La policía es y debe reconocerse como un servicio público que tiene como tarea principal la
protección y garantía de los derechos fundamentales reconocidos por nuestra Constitución. Si
la policía actúa o interviene debe ser para defender los derechos de todos los ciudadanos; sólo
para ello puede tener fundamento su intervención coercitiva, pero aun así, dicha intervención
debe de estar de acuerdo con los valores fundamentales y basarse en principios
democráticos.2 ” La sociedad evoluciona y cambia de una manera continua y nada uniforme.
Las continuas y cambiantes tendencias, así como el modo de pensar, caminan de un modo
inexorable y nada igual hacia metas que convergen en la búsqueda de la felicidad. Felicidad
que no todo el mundo entiende del mismo modo, felicidad que a unos u otros condiciona su
modo de vida y encorseta más o menos ese desarrollo o evolución social. “Es una desgracia
que el concepto de felicidad sea un concepto tan indeterminado que, aun cuando todo
hombre desee alcanzarla, nunca podrá decir de una manera bien definida y sin contradicción
lo que propiamente quiere y desea” 3 Si pensamos en la sociedad como en una entidad
personal, nos podemos preguntar ¿qué espera la sociedad de su continuo rodaje? Difícil
respuesta, puesto que la experiencia vivida nos demuestra la dificultad de conciliar todas las
inquietudes que forman la sociedad. Vemos en innumerables ocasiones la testaruda obsesión
de imponerse a unos y otros esos objetivos que nos condicionan a todos. 2 José Luis Servera
Muntaner, Ética Policial, Alfa Delta S.L, 2006, p.6. 3 Kant, Fundamentación de la metafísica de
las costumbres, Espasa Calpe, Madrid, 1990, p.56. Ética Policial, por una Policía adaptada a su
tiempo ~ 11 ~ Nos preguntamos qué tiene que ver la búsqueda de la felicidad, con uno u otro
modelo policial. Es evidente que se debe poner en funcionamiento nuestro intelecto para
llegar a una conclusión más o menos acertada. La Policía Local evoluciona hacía un modo de
actuar basado en la asistencia y, sobre todo, en intentar facilitar la vida de los ciudadanos.
Todo esto con las complicaciones que tienen lugar. Lejos queda ya aquel modelo al servicio
encorsetado de una normativa que cambia constantemente, normativa que solo queda al
arbitrio de los órganos judiciales. Modelo en el que la distancia entre el ciudadano y el Policía
era abismal. Distancia provocada por que esos ciudadanos tuvieron que enfrentarse a esa
policía para poder conseguir sus libertades. Aquel modelo defendía que la policía estaba al
servicio de un determinado poder político y órgano de represión e imposición de ese poder.
Aunque ha pasado mucho tiempo son prejuicios muy difíciles de olvidar. Pero es preciso
preguntarse si la labor policial puede ser realizada de una manera distinta y si estamos
preparados para ello. Se tiende a generalizar o uniformar los criterios para lograr que todo el
mundo actúe igual, sin fisuras, de forma automática, como si se tuviese miedo a disentir o
dudar. Pensamos que la duda es un modo de inseguridad, pero si lo vemos como un modo de
repensar nuestra acción entonces la cosa cambia. Creemos que debemos pensar las formas de
actuación y, sobre todo, tener en cuenta los contextos. Consideramos necesario aplicar a cada
caso concreto el modo de actuar que menos lesione o que sea más correctivo de las
actuaciones ilegales. Porque la labor de la policía también tiene un componente preventivo-
educativo La Policía Local ha sufrido una transformación, fruto del devenir de los tiempos. En
esa transformación ha tenido mucho que ver el mayor nivel de formación de sus miembros.
De ahí que la policía tenga más preparación para entender y desarrollar la labor policial de
otra forma.
Libertad y poder.
La responsabilidad social atribuible a la Policía genera desconfianza y antipatías por el
significado y la función desarrollada por ésta. La visión que tiene el ciudadano de los
cometidos policiales, se orienta más a la represión, el control del poder político, la
recaudación, la arbitrariedad, la corrupción, etc. Como venimos diciendo a lo largo de Ética
Policial, por una Policía adaptada a su tiempo ~ 31 ~ este trabajo hay que cambiar esa visión
negativa por otra en la que la utilización de actuaciones éticas y participativas, generen una
simbiosis lo mas perfecta posible con la sociedad. Las realidades sociales deben ser tenidas en
cuenta a la hora del desarrollo de la función policial, el usar todos los medios para generar
confianza en la sociedad se deben poner en práctica, el trato directo en la resolución de
problemas, la intervención en los órganos asociativos de los ciudadanos, conseguirán que la
estructura de la sociedad cambie. Debemos de ser conscientes del poder del que disponemos,
el poder de cambiar las cosas en beneficio del ser humano. La capacidad de evolucionar junto
con la sociedad y conseguir que la definición de libertad tenga un sentido. Un sentido real, de
compromiso, de compartir trayectoria en la vida23 . Los factores que desencadenan los
conflictos en las resoluciones deben ser limados y consensuados para buscar soluciones junto
a los implicados. Establecer una relación fluida dentro de un marco de compresión y reflexión,
en el que todos formemos parte de las solución, en que todos rememos hacía un lugar, en el
que todos recriminemos las conductas reprobables, en que todos ayudemos a aquellos que no
cumplen las normas a comprender el por qué deben cambiar. Los funcionarios policiales
deben ser un eslabón más de la sociedad, y utilizar el poder del que disponen, por ser los
ejecutores de la delegación de la autoridad, y su aplicación en pos de conseguir una sociedad
más justa y equilibrada. La sociedad ha puesto en manos de la Policía enormes recursos que,
hacen más si cabe, que la responsabilidad social de ésta sea mayor. La contribución de ésta a
la sociedad debe ser el de que la calidad de vida del ciudadano alcance mayores cotas de
bienestar y, sobre todo, de justicia. Para ello la institución policial posee un enorme poder el
cual exige una concienciación, madurez y responsabilidad igual o más grande si cabe. 23 Vid.,
A. Sen, Desarrollo y libertad, Ed. Planeta, Barcelona, 1999, p. 346. Ética Policial, por una Policía
adaptada a su tiempo ~ 32 ~ Estamos hablando de la intervención directa en la vida de las
personas, con las cortapisas y restricciones que la Ley impone, que puede incidir muy
negativamente en el desarrollo de las personas. Por todo ello, se hace indispensable la
implantación de un contrato moral. Podemos decir que éste ya se encuentra reflejado en el
código deontológico establecido profesionalmente. ¿Pero social y moralmente encontramos
ese contrato? ¿Podemos establecer un contrato moral a otros niveles? ¿Podemos
comprometernos con nuestra sociedad para llevarlo a cabo? La profesión establece sus límites
a través de códigos, leyes, etc. de cualquier tipo, pero es necesario ir más allá a través de
compromisos más directos y responsables socialmente
http://www.scielo.org.mx/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S1870-21472019000200251