La Liberacion Del Pueblo de Dios - CDLS

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Capítulo 41

La liberación del pueblo de Dios

C uando los que honran la ley de Dios


hayan sido privados de la protección
de las leyes humanas, empezará en varios
Los hijos de Dios oyen una voz clara
y melodiosa que dice: “Enderezaos”, y, al
levantar la vista al cielo, contemplan el arco
países un movimiento simultáneo para de la promesa. Las nubes negras y amena-
destruirlos. Conforme vaya acercándose zadoras que cubrían el firmamento se han
el tiempo señalado en el decreto, el pueblo desvanecido, y como Esteban, clavan la
conspirará para extirpar la secta aborrecida. mirada en el cielo, y ven la gloria de Dios y
Se convendrá en dar una noche el golpe al Hijo del hombre sentado en su trono. En
decisivo, que reducirá completamente al su divina forma distinguen los rastros de su
silencio la voz disidente y reprensora. humillación, y oyen brotar de sus labios la
El pueblo de Dios—algunos en las celdas oración dirigida a su Padre y a los santos
de las cárceles, otros escondidos en ignora- ángeles: “Yo quiero que aquellos también
dos escondrijos de bosques y montañas— que me has dado, estén conmigo en donde
invocan aún la protección divina, mientras yo estoy”. Juan 17:24 (VM). Luego se oye
que por todas partes compañías de hombres una voz armoniosa y triunfante, que dice:
armados, instigados por legiones de ángeles “¡Helos aquí! ¡Helos aquí! santos, inocentes
malos, se disponen a emprender la obra de e inmaculados. Guardaron la palabra de
muerte. Entonces, en la hora de supremo mi paciencia y andarán entre los ángeles”;
apuro, es cuando el Dios de Israel inter- y de los labios pálidos y trémulos de los
vendrá para librar a sus escogidos. El Señor que guardaron firmemente la fe, sube una
dice: “Vosotros tendréis canción, como en aclamación de victoria.
noche en que se celebra pascua; y alegría Es a medianoche cuando Dios mani-
de corazón, como el que va [...] al monte de fiesta su poder para librar a su pueblo.
Jehová, al Fuerte de Israel. Y Jehová hará oír Sale el sol en todo su esplendor. Sucédense
su voz potente, y hará ver el descender de su señales y prodigios con rapidez. Los malos
brazo, con furor de rostro, y llama de fuego miran la escena con terror y asombro,
consumidor; con dispersión, con avenida, y mientras los justos contemplan con gozo
piedra de granizo”. Isaías 30:29, 30. las señales de su liberación. La naturaleza
Multitudes de hombres perversos, entera parece trastornada. Los ríos dejan de
profiriendo gritos de triunfo, burlas e correr. Nubes negras y pesadas se levantan
imprecaciones, están a punto de arrojarse y chocan unas con otras. En medio de los
sobre su presa, cuando de pronto densas cielos conmovidos hay un claro de gloria
tinieblas, más sombrías que la oscuridad indescriptible, de donde baja la voz de
de la noche caen sobre la tierra. Luego Dios semejante al ruido de muchas aguas,
un arco iris, que refleja la gloria del trono diciendo: “Hecho es”. Apocalipsis 16:17.
de Dios, se extiende de un lado a otro del Esa misma voz sacude los cielos y la
cielo, y parece envolver a todos los grupos tierra. Síguese un gran terremoto, “cual
en oración. Las multitudes encolerizadas no fue jamás desde que los hombres
se sienten contenidas en el acto. Sus gritos han estado sobre la tierra”. Vers. 18. El
de burla expiran en sus labios. Olvidan el firmamento parece abrirse y cerrarse. La
objeto de su ira sanguinaria. Con terribles gloria del trono de Dios parece cruzar la
presentimientos contemplan el símbolo de atmósfera. Los montes son movidos como
la alianza divina, y ansían ser amparadas de una caña al soplo del viento, y las rocas
su deslumbradora claridad. quebrantadas se esparcen por todos lados.
388 EL GRAN CONFLICTO
Se oye un estruendo como de cercana de Dios, para darle el cáliz del vino del
tempestad. El mar es azotado con furor. furor de su ira”. Vers. 19. Pedrisco grande,
Se oye el silbido del huracán, como voz de cada piedra, “como del peso de un talento”
demonios en misión de destrucción. Toda (Vers. 21), hace su obra de destrucción.
la tierra se alborota e hincha como las olas Las más soberbias ciudades de la tierra son
del mar. Su superficie se raja. Sus mismos arrasadas. Los palacios suntuosos en que
fundamentos parecen ceder. Se hunden los magnates han malgastado sus riquezas
cordilleras. Desaparecen islas habitadas. en provecho de su gloria personal, caen
Los puertos marítimos que se volvieron en ruinas ante su vista. Los muros de las
como Sodoma por su corrupción, son cárceles se parten de arriba abajo, y son
tragados por las enfurecidas olas. “La libertados los hijos de Dios que habían
grande Babilonia vino en memoria delante sido apresados por su fe.
LA LIBERACIÓN DEL PUEBLO DE DIOS 389
Los sepulcros se abren y “muchos de los el hombre, a los topos y murciélagos, sus
que duermen en el polvo de la tierra serán ídolos de plata y sus ídolos de oro, que le
despertados, unos para vida eterna, y otros hicieron para que adorase; y se entrarán en
para vergüenza y confusión perpetua”. las hendiduras de las rocas y en las cavernas
Daniel 12:2. Todos los que murieron en la de las peñas, por la presencia formidable de
fe del mensaje del tercer ángel, salen glori- Jehová, y por el resplandor de su majestad,
ficados de la tumba, para oír el pacto de paz cuando se levantare para herir la tierra”.
que Dios hace con los que guardaron su ley. Isaías 13:6; 2:10-12; 2:20, 21.
“Los que le traspasaron” (Apocalipsis 1:7), Por un desgarrón de las nubes una
los que se mofaron y se rieron de la agonía estrella arroja rayos de luz cuyo brillo queda
de Cristo y los enemigos más acérrimos de cuadruplicado por el contraste con la oscu-
su verdad y de su pueblo, son resucitados ridad. Significa esperanza y júbilo para los
para mirarle en su gloria y para ver el honor fieles, pero severidad para los transgresores
con que serán recompensados los fieles y de la ley de Dios. Los que todo lo sacrifica-
obedientes. ron por Cristo están entonces seguros, como
Densas nubes cubren aún el firma- escondidos en los pliegues del pabellón de
mento; sin embargo el sol se abre paso Dios. Fueron probados, y ante el mundo
de vez en cuando, como si fuese el ojo y los despreciadores de la verdad demos-
vengador de Jehová. Fieros relámpagos traron su fidelidad a Aquel que murió por
rasgan el cielo con fragor, envolviendo a ellos. Un cambio maravilloso se ha realizado
la tierra en claridad de llamaradas. Por en aquellos que conservaron su integridad
encima del ruido aterrador de los truenos, ante la misma muerte. Han sido librados
se oyen voces misteriosas y terribles que como por ensalmo de la sombría y terrible
anuncian la condenación de los impíos. No tiranía de los hombres vueltos demonios.
todos entienden las palabras pronunciadas; Sus semblantes, poco antes tan pálidos, tan
pero los falsos maestros las comprenden llenos de ansiedad y tan macilentos, brillan
perfectamente. Los que poco antes eran tan ahora de admiración, fe y amor. Sus voces
temerarios, jactanciosos y provocativos, y se elevan en canto triunfal: “Dios es nuestro
que tanto se regocijaban al ensañarse con el refugio y fortaleza; socorro muy bien expe-
pueblo de Dios observador de sus manda- rimentado en las angustias. Por tanto no
mientos, se sienten presa de consternación temeremos aunque la tierra sea conmovida,
y tiemblan de terror. Sus llantos dominan y aunque las montañas se trasladen al centro
el ruido de los elementos. Los demonios de los mares; aunque bramen y se turben
confiesan la divinidad de Cristo y tiemblan sus aguas, aunque tiemblen las montañas a
ante su poder, mientras que los hombres causa de su bravura”. Salmos 46:1-3 (VM).
claman por misericordia y se revuelcan en Mientras estas palabras de santa
terror abyecto. confianza se elevan hacia Dios, las nubes
Al considerar el día de Dios en santa se retiran, y el cielo estrellado brilla con
visión, los antiguos profetas exclamaron: esplendor indescriptible en contraste con
“Aullad, porque cerca está el día de Jehová; el firmamento negro y severo en ambos
vendrá como asolamiento del Todopode- lados. La magnificencia de la ciudad celes-
roso”. “Métete en la piedra, escóndete en el tial rebosa por las puertas entreabiertas.
polvo, de la presencia espantosa de Jehová y Entonces aparece en el cielo una mano que
del resplandor de su majestad. La altivez de sostiene dos tablas de piedra puestas una
los ojos del hombre será abatida, y la sober- sobre otra. El profeta dice: “Denunciarán
bia de los hombres será humillada; y Jehová los cielos su justicia; porque Dios es el juez”.
solo será ensalzado en aquel día. Porque Salmos 50:6. Esta ley santa, justicia de Dios,
día de Jehová de los ejércitos vendrá sobre que entre truenos y llamas fue proclamada
todo soberbio y altivo, y sobre todo ensal- desde el Sinaí como guía de la vida, se
zado; y será abatido”. “Aquel día arrojará revela ahora a los hombres como norma del
390 EL GRAN CONFLICTO
juicio. La mano abre las tablas en las cuales Desde el cielo se oye la voz de Dios
se ven los preceptos del Decálogo inscritos que proclama el día y la hora de la venida
como con letras de fuego. Las palabras son de Jesús, y promulga a su pueblo el pacto
tan distintas que todos pueden leerlas. La eterno. Sus palabras resuenan por la tierra
memoria se despierta, las tinieblas de la como el estruendo de los más estrepitosos
superstición y de la herejía desaparecen de truenos. El Israel de Dios escucha con los
todos los espíritus, y las diez palabras de ojos elevados al cielo. Sus semblantes se
Dios, breves, inteligibles y llenas de auto- iluminan con la gloria divina y brillan cual
ridad, se presentan a la vista de todos los brillara el rostro de Moisés cuando bajó del
habitantes de la tierra. Sinaí. Los malos no los pueden mirar. Y
Es imposible describir el horror y la cuando la bendición es pronunciada sobre
desesperación de aquellos que pisotearon los que honraron a Dios santificando su
los santos preceptos de Dios. El Señor les sábado, se oye un inmenso grito de victoria.
había dado su ley con la cual hubieran Pronto aparece en el este una pequeña
podido comparar su carácter y ver sus nube negra, de un tamaño como la mitad
defectos mientras que había aún opor- de la palma de la mano. Es la nube que
tunidad para arrepentirse y reformarse; envuelve al Salvador y que a la distancia
pero con el afán de asegurarse el favor del parece rodeada de oscuridad. El pueblo
mundo, pusieron a un lado los preceptos de de Dios sabe que es la señal del Hijo del
la ley y enseñaron a otros a transgredirlos. hombre. En silencio solemne la contem-
Se empeñaron en obligar al pueblo de Dios plan mientras va acercándose a la tierra,
a que profanase su sábado. Ahora los con- volviéndose más luminosa y más gloriosa
dena aquella misma ley que despreciaran. hasta convertirse en una gran nube blanca,
Ya echan de ver que no tienen disculpa. cuya base es como fuego consumidor, y
Eligieron a quien querían servir y adorar. sobre ella el arco iris del pacto. Jesús marcha
“Entonces vosotros volveréis, y echaréis de al frente como un gran conquistador. Ya no
ver la diferencia que hay entre el justo y el es “varón de dolores”, que haya de beber el
injusto; entre aquel que sirve a Dios, y aquel amargo cáliz de la ignominia y de la mal-
que no le sirve”. Malaquías 3:18 (VM). dición; victorioso en el cielo y en la tierra,
Los enemigos de la ley de Dios, desde viene a juzgar a vivos y muertos. “Fiel y
los ministros hasta el más insignificante veraz”, “en justicia juzga y hace guerra”. “Y
entre ellos, adquieren un nuevo concepto los ejércitos que están en el cielo le seguían”.
de lo que es la verdad y el deber. Reconocen Apocalipsis 19:11, 14 (VM). Con cantos
demasiado tarde que el día de reposo del celestiales los santos ángeles, en inmensa e
cuarto mandamiento es el sello del Dios Innumerable muchedumbre, le acompañan
vivo. Ven demasiado tarde la verdadera en el descenso. El firmamento parece lleno
naturaleza de su falso día de reposo y el de formas radiantes, “millones de millones,
fundamento arenoso sobre el cual cons- y millares de millares”. Ninguna pluma
truyeron. Se dan cuenta de que han estado humana puede describir la escena, ni
luchando contra Dios. Los maestros de la mente mortal alguna es capaz de concebir
religión condujeron las almas a la perdición su esplendor. “Su gloria cubre los cielos, y
mientras profesaban guiarlas hacia las la tierra se llena de su alabanza. También su
puertas del paraíso. No se sabrá antes del resplandor es como el fuego”. Habacuc 3:3,
día del juicio final cuán grande es la respon- 4 (VM). A medida que va acercándose la
sabilidad de los que desempeñan un cargo nube viviente, todos los ojos ven al Príncipe
sagrado, y cuán terribles son los resultados de la vida. Ninguna corona de espinas hiere
de su infidelidad. Solo en la eternidad podrá ya sus sagradas sienes, ceñidas ahora por
apreciarse debidamente la pérdida de una gloriosa diadema. Su rostro brilla más que
sola alma. Terrible será la suerte de aquel a la luz deslumbradora del sol de mediodía.
quien Dios diga: Apártate, mal servidor. “Y en su vestidura y en su muslo tiene
LA LIBERACIÓN DEL PUEBLO DE DIOS 391
escrito este nombre: Rey de reyes y Señor Conocen esa voz que penetra hasta el
de señores”. Apocalipsis 19:16. oído de los muertos. ¡Cuántas veces sus
Ante su presencia, “hanse tornado tiernas y quejumbrosas modulaciones
pálidos todos los rostros”; el terror de la no los han llamado al arrepentimiento!
desesperación eterna se apodera de los que ¡Cuántas veces no ha sido oída en las con-
han rechazado la misericordia de Dios. “Se movedoras exhortaciones de un amigo, de
deslíe el corazón, y se baten las rodillas, un hermano, de un Redentor! Para los que
[...] y palidece el rostro de todos”. Jeremías rechazaron su gracia, ninguna otra podría
30:6; Nahúm 2:10 (VM). Los justos gritan estar tan llena de condenación ni tan car-
temblando: “¿Quién podrá estar firme?” gada de acusaciones, como esta voz que
Termina el canto de los ángeles, y sigue un tan a menudo exhortó con estas palabras:
momento de silencio aterrador. Entonces “Volveos, volveos de vuestros caminos
se oye la voz de Jesús, que dice: “¡Bástaos malos, pues ¿por qué moriréis?” Ezequiel
mi gracia!” Los rostros de los justos se 33:11 (VM). ¡Oh, si solo fuera para ellos la
iluminan y el corazón de todos se llena de voz de un extraño! Jesús dice: “Por cuanto
gozo. Y los ángeles entonan una melodía llamé, y no quisisteis; extendí mi mano, y
más elevada, y vuelven a cantar al acercarse no hubo quien escuchase; antes desechas-
aún más a la tierra. teis todo consejo mío, y mi reprensión no
El Rey de reyes desciende en la nube, quisisteis”. Proverbios 1:24, 25. Esa voz
envuelto en llamas de fuego. El cielo se despierta recuerdos que ellos quisieran
recoge como un libro que se enrolla, la borrar, de avisos despreciados, invitaciones
tierra tiembla ante su presencia, y todo rechazadas, privilegios desdeñados.
monte y toda isla se mueven de sus lugares. Allí están los que se mofaron de Cristo
“Vendrá nuestro Dios, y no callará: fuego en su humillación. Con fuerza penetrante
consumirá delante de él, y en derredor suyo acuden a su mente las palabras del Varón
habrá tempestad grande. Convocará a los de dolores, cuando, conjurado por el sumo
cielos de arriba, y a la tierra, para juzgar a sacerdote, declaró solemnemente: “Desde
su pueblo”. Salmos 50:3, 4. ahora habéis de ver al Hijo del hombre sen-
Y los reyes de la tierra y los príncipes, tado a la diestra de la potencia de Dios, y que
y los ricos, y los capitanes, y los fuertes, y viene en las nubes del cielo”. Mateo 26:64.
todo siervo y todo libre, se escondieron en Ahora le ven en su gloria, y deben verlo aún
las cuevas y entre las peñas de los montes; sentado a la diestra del poder divino.
y decían a los montes y a las peñas: Caed Los que pusieron en ridículo su aserto
sobre nosotros, y escondednos de la cara de de ser el Hijo de Dios enmudecen ahora.
aquel que está sentado sobre el trono, y de Allí está el altivo Herodes que se burló de
la ira del Cordero: porque el gran día de su su título real y mandó a los soldados escar-
ira es venido; ¿y quién podrá estar firme?” necedores que le coronaran. Allí están los
Apocalipsis 6:15-17. hombres mismos que con manos impías
Cesaron las burlas. Callan los labios pusieron sobre su cuerpo el manto de
mentirosos. El choque de las armas y el grana, sobre sus sagradas sienes la corona
tumulto de la batalla, “con revolcamiento de espinas y en su dócil mano un cetro
de vestidura en sangre” (Isaías 9:5), han burlesco, y se inclinaron ante él con burlas
concluido. Solo se oyen ahora voces de de blasfemia. Los hombres que golpearon y
oración, llanto y lamentación. De las bocas escupieron al Príncipe de la vida, tratan de
que se mofaban poco antes, estalla el grito: evitar ahora su mirada penetrante y de huir
“El gran día de su ira es venido; ¿y quién de la gloria abrumadora de su presencia.
podrá estar firme?” Los impíos piden ser Los que atravesaron con clavos sus manos
sepultados bajo las rocas de las montañas, y sus pies, los soldados que le abrieron el
antes que ver la cara de Aquel a quien han costado, consideran esas señales con terror
despreciado y rechazado. y remordimiento.
392 EL GRAN CONFLICTO
Los sacerdotes y los escribas recuerdan las tumbas de los justos, y levantando luego
los acontecimientos del Calvario con clari- las manos al cielo, exclama: “¡Despertaos,
dad aterradora. Llenos de horror recuerdan despertaos, despertaos, los que dormís en
cómo, moviendo sus cabezas con arrebato el polvo, y levantaos!” Por toda la superfi-
satánico, exclamaron: “A otros salvó, a sí cie de la tierra, los muertos oirán esa voz;
mismo no se puede salvar: si es el Rey de y los que la oigan vivirán. Y toda la tierra
Israel, descienda ahora de la cruz, y creere- repercutirá bajo las pisadas de la multi-
mos en él. Confió en Dios; líbrele ahora si tud extraordinaria de todas las naciones,
le quiere”. Mateo 27:42, 43. tribus, lenguas y pueblos. De la prisión de
Recuerdan a lo vivo la parábola de los la muerte sale revestida de gloria inmortal
labradores que se negaron a entregar a su gritando: “¿Dónde está, oh muerte, tu
señor los frutos de la viña, que maltrataron aguijón? ¿dónde, oh sepulcro, tu victoria?”
a sus siervos y mataron a su hijo. También 1 Corintios 15:55. Y los justos vivos unen
recuerdan la sentencia que ellos mismos sus voces a las de los santos resucitados en
pronunciaron: “A los malos destruirá prolongada y alegre aclamación de victoria.
miserablemente” el señor de la viña. Los Todos salen de sus tumbas de igual
sacerdotes y escribas ven en el pecado y estatura que cuando en ellas fueran depo-
en el castigo de aquellos malos labradores sitados. Adán, que se encuentra entre la
su propia conducta y su propia y merecida multitud resucitada, es de soberbia altura y
suerte. Y entonces se levanta un grito de formas majestuosas, de porte poco inferior
agonía mortal. Más fuerte que los gritos al del Hijo de Dios. Presenta un contraste
de “¡Sea crucificado! ¡Sea crucificado!” que notable con los hombres de las generacio-
resonaron por las calles de Jerusalén, esta- nes posteriores; en este respecto se nota
lla el clamor terrible y desesperado: “¡Es la gran degeneración de la raza humana.
el Hijo de Dios! ¡Es el verdadero Mesías!” Pero todos se levantan con la lozanía y el
Tratan de huir de la presencia del Rey de vigor de eterna juventud. Al principio, el
reyes. En vano tratan de esconderse en las hombre fue creado a la semejanza de Dios,
hondas cuevas de la tierra desgarrada por no solo en carácter, sino también en lo que
la conmoción de los elementos. se refiere a la forma y a la fisonomía. El
En la vida de todos los que rechazan la pecado borró e hizo desaparecer casi por
verdad, hay momentos en que la conciencia completo la imagen divina; pero Cristo
se despierta, en que la memoria evoca el vino a restaurar lo que se había malogrado.
recuerdo aterrador de una vida de hipo- Él transformará nuestros cuerpos viles y los
cresía, y el alma se siente atormentada de hará semejantes a la imagen de su cuerpo
vanos pesares. Mas ¿qué es eso comparado glorioso. La forma mortal y corruptible,
con el remordimiento que se experimen- desprovista de gracia, manchada en otro
tará aquel día “cuando viniere cual huracán tiempo por el pecado, se vuelve perfecta,
vuestro espanto, y vuestra calamidad, hermosa e inmortal. Todas las imperfec-
como torbellino”? Proverbios 1:27 (VM). ciones y deformidades quedan en la tumba.
Los que habrían querido matar a Cristo Reintegrados en su derecho al árbol de
y a su pueblo fiel son ahora testigos de la la vida, en el desde tanto tiempo perdido
gloria que descansa sobre ellos. En medio Edén, los redimidos crecerán hasta alcan-
de su terror oyen las voces de los santos que zar la estatura perfecta de la raza humana
exclaman en unánime júbilo: “¡He aquí este en su gloria primitiva. Las últimas señales
es nuestro Dios, le hemos esperado, y nos de la maldición del pecado serán quitadas,
salvará!” Isaías 25:9. y los fieles discípulos de Cristo aparecerán
Entre las oscilaciones de la tierra, las en “la hermosura de Jehová nuestro Dios”,
llamaradas de los relámpagos y el fragor de reflejando en espíritu, cuerpo y alma la
los truenos, el Hijo de Dios llama a la vida imagen perfecta de su Señor. ¡Oh maravi-
a los santos dormidos. Dirige una mirada a llosa redención, tan descrita y tan esperada,
LA LIBERACIÓN DEL PUEBLO DE DIOS 393
contemplada con anticipación febril, pero resplandecientes son dispuestas en forma
jamás enteramente comprendida! de un cuadrado hueco en derredor de su
Los justos vivos son mudados “en un Rey, cuya majestuosa estatura sobrepasa en
momento, en un abrir de ojo”. A la voz mucho a la de los santos y de los ángeles,
de Dios fueron glorificados; ahora son y cuyo rostro irradia amor benigno sobre
hechos inmortales, y juntamente con los ellos. De un cabo a otro de la innumerable
santos resucitados son arrebatados para hueste de los redimidos, toda mirada está
recibir a Cristo su Señor en los aires. Los fija en él, todo ojo contempla la gloria de
ángeles “juntarán sus escogidos de los Aquel cuyo aspecto fue desfigurado “más
cuatro vientos, de un cabo del cielo hasta que el de cualquier hombre, y su forma
el otro”. Santos ángeles llevan niñitos a los más que la de los hijos de Adam”.
brazos de sus madres. Amigos, a quienes Sobre la cabeza de los vencedores, Jesús
la muerte tenía separados desde largo coloca con su propia diestra la corona de
tiempo, se reúnen para no separarse más, gloria. Cada cual recibe una corona que
y con cantos de alegría suben juntos a la lleva su propio “nombre nuevo” (Apoca-
ciudad de Dios. lipsis 2:17), y la inscripción: “Santidad a
En cada lado del carro nebuloso hay Jehová”. A todos se les pone en la mano
alas, y debajo de ellas, ruedas vivientes; la palma de la victoria y el arpa brillante.
y mientras el carro asciende las ruedas Luego que los ángeles que mandan dan la
gritan: “¡Santo!” y las alas, al moverse, nota, todas las manos tocan con maestría
gritan: “¡Santo!” y el cortejo de los ángeles las cuerdas de las arpas, produciendo dulce
exclama: “¡Santo, santo, santo, es el Señor música en ricos y melodiosos acordes.
Dios, el Todopoderoso!” Y los redimidos Dicha indecible estremece todos los cora-
exclaman: “¡Aleluya!” mientras el carro se zones, y cada voz se eleva en alabanzas de
adelanta hacia la nueva Jerusalén. agradecimiento. “Al que nos amó, y nos ha
Antes de entrar en la ciudad de Dios, lavado de nuestros pecados con su sangre,
el Salvador confiere a sus discípulos los y nos ha hecho reyes y sacerdotes para
emblemas de la victoria, y los cubre con las Dios y su Padre; a él sea gloria e imperio
insignias de su dignidad real. Las huestes para siempre jamás”. Apocalipsis 1:5, 6.
394 EL GRAN CONFLICTO
Delante de la multitud de los redimidos raza, al ser que él creó, que pecó contra su
se encuentra la ciudad santa. Jesús abre Hacedor, y por cuyo pecado el Salvador
ampliamente las puertas de perla, y entran lleva las señales de la crucifixión. Al distin-
por ellas las naciones que guardaron la guir Adán las cruentas señales de los clavos,
verdad. Allí contemplan el paraíso de Dios, no se echa en los brazos de su Señor, sino
el hogar de Adán en su inocencia. Luego se que se prosterna humildemente a sus pies,
oye aquella voz, más armoniosa que cual- exclamando: “¡Digno, digno es el Cordero
quier música que haya acariciado jamás el que fue inmolado!” El Salvador lo levanta
oído de los hombres, y que dice: “Vuestro con ternura, y le invita a contemplar nue-
conflicto ha terminado”. “Venid, benditos de vamente la morada edénica de la cual ha
mi Padre, heredad el reino preparado para estado desterrado por tanto tiempo.
vosotros desde la fundación del mundo”. Después de su expulsión del Edén, la vida
Entonces se cumple la oración del Salva- de Adán en la tierra estuvo llena de pesar.
dor por sus discípulos: “Padre, aquellos que Cada hoja marchita, cada víctima ofrecida
me has dado, quiero que donde yo estoy, en sacrificio, cada ajamiento en el hermoso
ellos estén también conmigo”. A aquellos aspecto de la naturaleza, cada mancha en
a quienes rescató con su sangre, Cristo los la pureza del hombre, le volvían a recordar
presenta al Padre “delante de su gloria irre- su pecado. Terrible fue la agonía del remor-
prensibles, con grande alegría” (Judas 24, dimiento cuando notó que aumentaba
VM), diciendo: “¡Heme aquí a mí, y a los la iniquidad, y que en contestación a sus
hijos que me diste!” “A los que me diste, yo advertencias, se le tachaba de ser él mismo
los guardé”. ¡Oh maravillas del amor reden- causa del pecado. Con paciencia y humildad
tor! ¡Qué dicha aquella cuando el Padre soportó, por cerca de mil años, el castigo de
eterno, al ver a los redimidos verá su imagen, su transgresión. Se arrepintió sinceramente
ya desterrada la discordia del pecado y sus de su pecado y confió en los méritos del Sal-
manchas quitadas, y a lo humano una vez vador prometido, y murió en la esperanza
más en armonía con lo divino! de la resurrección. El Hijo de Dios reparó la
Con amor inexpresable, Jesús admite a culpa y caída del hombre, y ahora, merced
sus fieles “en el gozo de su Señor”. El Salva- a la obra de propiciación, Adán es restable-
dor se regocija al ver en el reino de gloria cido a su primitiva soberanía.
las almas que fueron salvadas por su agonía Transportado de dicha, contempla los
y humillación. Y los redimidos participa- árboles que fueron una vez su delicia, los
rán de este gozo, al contemplar entre los mismos árboles cuyos frutos recogiera
bienvenidos a aquellos a quienes ganaron en los días de su inocencia y dicha. Ve las
para Cristo por sus oraciones, sus trabajos vides que sus propias manos cultivaron, las
y sacrificios de amor. Al reunirse en torno mismas flores que se gozaba en cuidar en
del gran trono blanco, indecible alegría lle- otros tiempos. Su espíritu abarca toda la
nará sus corazones cuando noten a aquellos escena; comprende que este es en verdad
a quienes han conquistado para Cristo, y el Edén restaurado y que es mucho más
vean que uno ganó a otros, y estos a otros hermoso ahora que cuando él fue expul-
más, para ser todos llevados al puerto de sado. El Salvador le lleva al árbol de la vida,
descanso donde depositarán sus coronas a toma su fruto glorioso y se lo ofrece para
los pies de Jesús y le alabarán durante los comer. Adán mira en torno suyo y nota a
siglos sin fin de la eternidad. una multitud de los redimidos de su fami-
Cuando se da la bienvenida a los redi- lia que se encuentra en el paraíso de Dios.
midos en la ciudad de Dios, un grito triun- Entonces arroja su brillante corona a los
fante de admiración llena los aires. Los pies de Jesús, y, cayendo sobre su pecho,
dos Adanes están a punto de encontrarse. abraza al Redentor. Toca luego el arpa de
El Hijo de Dios está en pie con los brazos oro, y por las bóvedas del cielo repercute
extendidos para recibir al padre de nuestra el canto triunfal: “¡Digno, digno, digno es
LA LIBERACIÓN DEL PUEBLO DE DIOS 395
el Cordero, que fue inmolado y volvió a sirven día y noche en su templo; y el que está
vivir!” La familia de Adán repite los acordes sentado sobre el trono tenderá su pabellón
y arroja sus coronas a los pies del Salvador, sobre ellos”. Apocalipsis 7:14, 15. Han visto
inclinándose ante él en adoración. la tierra asolada con hambre y pestilencia, al
Presencian esta reunión los ángeles que sol que tenía el poder de quemar a los hom-
lloraron por la caída de Adán y se regoci- bres con un intenso calor, y ellos mismos
jaron cuando Jesús, una vez resucitado, han soportado padecimientos, hambre y sed.
ascendió al cielo después de haber abierto Pero “no tendrán más hambre, ni sed, y el
el sepulcro para todos aquellos que creye- sol no caerá sobre ellos, ni otro ningún calor.
sen en su nombre. Ahora contemplan el Porque el Cordero que está en medio del
cumplimiento de la obra de redención y trono los pastoreará, y los guiará a fuentes
unen sus voces al cántico de alabanza. vivas de aguas: y Dios limpiará toda lágrima
Delante del trono, sobre el mar de cris- de los ojos de ellos”. Apocalipsis 7:14-17.
tal—ese mar de vidrio que parece revuelto En todo tiempo, los elegidos del Señor
con fuego por lo mucho que resplandece fueron educados y disciplinados en la
con la gloria de Dios—se halla reunida la escuela de la prueba. Anduvieron en los sen-
compañía de los que salieron victoriosos “de deros angostos de la tierra; fueron purifica-
la bestia, y de su imagen, y de su señal, y del dos en el horno de la aflicción. Por causa de
número de su nombre”. Con el Cordero en el Jesús sufrieron oposición, odio y calumnias.
monte de Sión, “teniendo las arpas de Dios”, Le siguieron a través de luchas dolorosas;
están en pie los ciento cuarenta y cuatro mil se negaron a sí mismos y experimentaron
que fueron redimidos de entre los hombres; amargos desengaños. Por su propia dolorosa
se oye una voz, como el estruendo de muchas experiencia conocieron los males del pecado,
aguas y como el estruendo de un gran trueno, su poder, la culpabilidad que entraña y su
“una voz de tañedores de arpas que tañían maldición; y lo miran con horror. Al darse
con sus arpas”. Cantan “un cántico nuevo” cuenta de la magnitud del sacrificio hecho
delante del trono, un cántico que nadie para curarlos, se sienten humillados ante sí
podía aprender sino aquellos ciento cuarenta mismos, y sus corazones se llenan de una
y cuatro mil. Es el cántico de Moisés y del gratitud y alabanza que no pueden apreciar
Cordero, un canto de liberación. Ninguno los que nunca cayeron. Aman mucho porque
sino los ciento cuarenta y cuatro mil pueden se les ha perdonado mucho. Habiendo parti-
aprender aquel cántico, pues es el cántico de cipado de los sufrimientos de Cristo, están
su experiencia, una experiencia que ninguna en condición de participar de su gloria.
otra compañía ha conocido jamás. Son Los herederos de Dios han venido de
“estos, los que siguen al Cordero por donde buhardillas, chozas, cárceles, cadalsos,
quiera que fuere”. Habiendo sido trasladados montañas, desiertos, cuevas de la tierra, y
de la tierra, de entre los vivos, son contados de las cavernas del mar. En la tierra fueron
por “primicias para Dios y para el Cordero”. “pobres, angustiados, maltratados”. Millo-
Apocalipsis 15:2, 3; 14:1-5. “Estos son los nes bajaron a la tumba cargados de infamia,
que han venido de grande tribulación”; han porque se negaron terminantemente a ceder
pasado por el tiempo de angustia cual nunca a las pretensiones engañosas de Satanás. Los
ha sido desde que ha habido nación; han tribunales humanos los sentenciaron como
sentido la angustia del tiempo de la aflicción a los más viles criminales. Pero ahora “Dios
de Jacob; han estado sin intercesor durante el es el juez”. Salmos 50:6. Ahora los fallos de
derramamiento final de los juicios de Dios. la tierra son invertidos. “Quitará la afrenta
Pero han sido librados, pues “han lavado sus de su pueblo”. Isaías 25:8. “Y los llamarán
ropas, y las han blanqueado en la sangre del Pueblo Santo, Redimidos de Jehová”. Él ha
Cordero”. “En sus bocas no ha sido hallado dispuesto “darles gloria en lugar de ceniza,
engaño; están sin mácula” delante de Dios. óleo de gozo en lugar de luto, manto de ale-
“Por esto están delante del trono de Dios, y le gría en lugar del espíritu angustiado”. Isaías
396 EL GRAN CONFLICTO
62:12 (RV95); 61:3. Ya no seguirán siendo innumerables y los sostiene a través de la
débiles, afligidos, dispersos y oprimidos. inmensidad del espacio, el Amado de Dios,
De aquí en adelante estarán siempre con el la Majestad del cielo, Aquel a quien los
Señor. Están ante el trono, más ricamente querubines y los serafines resplandecientes
vestidos que jamás lo fueron los personajes se deleitan en adorar, que se humilló para
más honrados de la tierra. Están coronados levantar al hombre caído; que llevó la culpa
con diademas más gloriosas que las que y el oprobio del pecado, y sintió el oculta-
jamás ciñeron los monarcas de la tierra. miento del rostro de su Padre, hasta que la
Pasaron para siempre los días de sufri- maldición de un mundo perdido quebrantó
miento y llanto. El Rey de gloria ha secado su corazón y le arrancó la vida en la cruz
las lágrimas de todos los semblantes; toda del Calvario. El hecho de que el Hacedor de
causa de pesar ha sido alejada. Mientras todos los mundos, el Árbitro de todos los
agitan las palmas, dejan oír un canto de ala- destinos, dejase su gloria y se humillase por
banza, claro, dulce y armonioso; cada voz se amor al hombre, despertará eternamente
une a la melodía, hasta que entre las bóve- la admiración y adoración del universo.
das del cielo repercute el clamor: “Salvación Cuando las naciones de los salvos miren a
a nuestro Dios que está sentado sobre el su Redentor y vean la gloria eterna del Padre
trono, y al Cordero”. “Amén: La bendición y brillar en su rostro; cuando contemplen su
la gloria y la sabiduría, y la acción de gracias trono, que es desde la eternidad hasta la
y la honra y la potencia y la fortaleza, sean eternidad, y sepan que su reino no tendrá
a nuestro Dios para siempre jamás”. Apoca- fin, entonces prorrumpirán en un cántico
lipsis 7:10, 12. de júbilo: “¡Digno, digno es el Cordero que
En esta vida, podemos apenas empezar fue inmolado, y nos ha redimido para Dios
a comprender el tema maravilloso de la con su propia preciosísima sangre!”
redención. Con nuestra inteligencia limi- El misterio de la cruz explica todos los
tada podemos considerar con todo fervor demás misterios. A la luz que irradia del
la ignominia y la gloria, la vida y la muerte, Calvario, los atributos de Dios que nos
la justicia y la misericordia que se tocan llenaban de temor respetuoso nos resultan
en la cruz; pero ni con la mayor tensión hermosos y atractivos. Se ve que la mise-
de nuestras facultades mentales llegamos ricordia, la compasión y el amor paternal
a comprender todo su significado. La se unen a la santidad, la justicia y el poder.
largura y anchura, la profundidad y altura Al mismo tiempo que contemplamos la
del amor redentor se comprenden tan solo majestad de su trono, tan grande y elevado,
confusamente. El plan de la redención no se vemos su carácter en sus manifestaciones
entenderá por completo ni siquiera cuando misericordiosas y comprendemos, como
los rescatados vean como serán vistos ellos nunca antes, el significado del apelativo
mismos y conozcan como serán conocidos; conmovedor: “Padre nuestro”.
pero a través de las edades sin fin, nuevas Se echará de ver que Aquel cuya sabidu-
verdades se desplegarán continuamente ante ría es infinita no hubiera podido idear otro
la mente admirada y deleitada. Aunque las plan para salvarnos que el del sacrificio de su
aflicciones, las penas y las tentaciones terre- Hijo. La compensación de este sacrificio es la
nales hayan concluido, y aunque la causa de dicha de poblar la tierra con seres rescatados,
ellas haya sido suprimida, el pueblo de Dios santos, felices e inmortales. El resultado de la
tendrá siempre un conocimiento claro e lucha del Salvador contra las potestades de
inteligente de lo que costó su salvación. las tinieblas es la dicha de los redimidos, la
La cruz de Cristo será la ciencia y el cual contribuirá a la gloria de Dios por toda
canto de los redimidos durante toda la eter- la eternidad. Y tal es el valor del alma, que el
nidad. En el Cristo glorificado, contempla- Padre está satisfecho con el precio pagado; y
rán al Cristo crucificado. Nunca olvidarán Cristo mismo, al considerar los resultados de
que Aquel cuyo poder creó los mundos su gran sacrificio, no lo está menos.

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