Olson, Robert W. La Humanidad de Cristo, Selecciones de Los Escritos de Elena de White (Centro de Investigación White, 1989)

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LA HUMANIDAD

DE CRISTO

Selecciones
de los escritos
de Elena de White
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ROBERT W. OLSON
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LA HUMANIDAD DE CHISTO

Selecciones

de los escritos

de Elena de White

Compilado
con preguntas y textos bíblicos pertinentes
por Robert W. Ülson
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Traducido por
Centro de Investigación White
Argent ina
19Θ9
Introducción
Por var ios siqlos después de que Jesús vino a este
mundo, sus seguidores se enredaron en largas y algunas
veces Ásperas discusiones acerca de quién era el Seriar.
¿Era Dios — el Dios que creó el universo? ¿Era hombre,
un miembro de carne y sangre de la familia humana? ¿Era
El ambas? Algunos Cristi anos, denominados docet istas,
pensaron que incluso la sugerencia de que el Dios
invisible pudiera 1legar a ser una persona física era
indignante. Ellos decían que Cristo no podía llegar a
ser un ser humano; sólo parecía humano.

Pera Cristo era humano, coma también divino, y


necesitamos verlo como uno de nosotros. Necesitamos
permitir que sus pies toquen el suelo. El propósito de
este pequeño libro es presentar una imagen adecuada de
nuestro Señor en su humanidad·' Dado que Elena de White
conoció a Jesús tan bien, y puesto que ella conversó con
El en visión (ver, por ejemplo, Primeros Escritos, p.
77), hemos citado ampliamente, aunque no
exhaustivamente, de sus escr itos, as í como también de
las Sagradas Escrituras.

Confiamos en que estos pasajes inspirados guiarán


al lector a sentirse mejor familiarizada con el Jesús
real. Al reflexionar sobre nuestro Señor en su humanidad
y al meditar en la belleza de su carácter, anhelo que
podamos acercarnos más al que fue hecho "en semejanza de
carne de pecado". Que el tiempo dedicado con Jesús en
esta vida continúe por toda la eternidad.

— Robert W. Olson, Secretario


Patrimonio Elena G. de White

a
Clave de Abreviaturas
7 BC Seventh-day Adventist Bible Commentary, vol. 7

1 CBA Comentario Bíblico Adventista del Séptimo Día,


vol. 1 (2 CBA, etc. para volúmenes 1-6)

CC El camino a Cristo

CN Conducción del ni So

CS El conflicto de los siglos

DTG El Deseado de todas las gentes

Ed La educación

Ev El evangelismo

FE Fundamentals of Christian Education

FQ Fe y obras

HHD Hijos e Hijas de Dios

HS Historical Sketches of the Foreign Missions of


the Seventh-day Adventist

LC En los lugarescelestiales

MC El ministerio de curación
ML Manuscri to Liberado

MM Medical Ministry
Ms Manuscr ito
*

1 MS Mensajes Selectos, vol. 1 (2 MS y 3 MS para los


volúmenes 2 y 3 )

PP Patriarcas y Profetas

RH The Advent Revien and Sabbath Herald

A SGa Spiritual Gifts, vol. A-a

ST Signs of the Times


IT Testimonies for the Church, vol. 1 (2T, etc.,
para vole. 2-9)
Parte I: La naturaleza humana de Cristo
comparada con la nuestra
¿Es posible para nosotros comprender qué pasó
cuando la segunda persona de la Divinidad llegó a car un
Hijo del hombre?
E indiscutiblemente, grande es el misterio de la
p iedad :
Dios fue manífestado en carne,
Justi f icado en e 1 Esp ír itu,
Visto de los ángeles,
Predicado a las gentiles,
Creído en el mundo,
Recib ido arriba en gloria. — 1 Tim. 3:16.

Al contemplar la encarnación de Cristo en la


humanidad, nos enfrentamos ante un misterio insondable,
que la mente humana no puede comprender. — S T , 30 de
julio de 1896.

Dado que no podamos comprender completamente el


misterio que rodee la encarnación de Cristo en
humanidad, ¿seré que es mejor para nosotros no estudiar
este tema?
Las cosas secretas pertenecen a Jehová nuestro
Dios; mas 1as reve 1adas son para nosotras y para
nuestros hijos para siempre. Deut. 29:29

Cuando queremos estudiar un problema profundo,


fi jemos nuestras mentes en la cosa más maravi1losa que
aconteciera alguna vez en la t ierra o el cielo — 1a
encarnación del Hijo de Dios. — C 904 «

La humanidad del Hijo de Dios es todo para


nosotros. Ls la cadena áurea que une nuestra alma con
Cristo, y mediante Cristo, con Dios. Esto ha de ser
nuestro es tud io. . . . Y e l estudio de la encarnación de
Cristo es una campo fructífero que recompensará al
escudr iñador en procura de la verdad oculta· — 1 MS 286.

¿Cuán humano fue Cristo?

Así que, por cuanto los hijos participaron de


carne y sangre, él también participó de lo mismo, para

4
destruir por medio de Xa muerte al que tenía el imperio
de la muerte, esto es, al diablo. — Heb. 2:14.

El no ha tomado sobre si la naturaleza de los


Angeles, sino la humanidad, perfectamente identificado
con nuestra propia naturaleza, pero sin mancha de
pecado. — Ms 57, 1690; ML N° 1211. Ver también 3 MS
1½.

Dios. · . dio a su Hijo para que llegara a ser


hueso de nuestro hueso y carne de nuestra carne. “Y
aquel Verbo fue hecho carne, y habitó entre nosotros,
. . lleno de gracia y de verdad." Cristo, mediante su
relación con los seres humanos, puso al hombre más cerca
de Dios todavía. Revistió su naturaleza divina con el
manto de la humanidad, y demostró ante el universo
celestial, ante los mundos no caídos, cuánto ama Dios a
los hijos de los hombres. — HHD 13.

¿Fue Cristo igual a nosotros en todo?


i

Y pensando él en esto, he aquí un ángel del Señor


le apareció en sueños y le dijo: José, hijo de David, no
temas recibir a María tu mujer, porque lo que en el la es
engendrado, del Esp ír itu Santo es. — Mat. 1:20.
r

La encarnación de Cristo siempre ha sido un


misterio, y siempre seguirá siéndolo. Lo que se ha
revelado es para nosotros y para nuestros hijos; pero
que cada ser humano permanezca en guardia para que no
haga a Cristo completamente humano, como uno de
nosotros, porque esto no puede ser. — 5 CBA 1103.

¿Eran loe poderes mentales y físicos de Cristo


como los de Adán en su perfección original? ¿O aceptó
Cristo las condición mental y física de la raza humana
4.000 años después de la caída de Adán?
Porque lo que erá imposible para la ley, por
cuanto era déb il por la carne, Dios, env iando a su Hijo
en semejanza de carne de pecado y a causa del pecado,
condenó al pecado en la carne. — Rom. 8:3.

Durante cuatro mil años, la familia humana había


estado perdiendo fuerza física y mental, así como valor
moral; y Cristo tomó sobre sí las flaquezas de la
humanidad degenerada. Unicamente así podría rescatar al

5
hombre de las profundidades de sa degradación. — DTG

, Tomó sobre sí la naturaleza caída y doliente del


hombre, degradada y contaminada por el pecado. — 4 CBA
1169.

En El no había astucia o maldad; fue siempre puro


e inmaculado, aunque tomó sobre sí nuestra naturaleza
pecaminosa. — RH, 15 de diciembre de 1896.

El tomó sobre su naturaleza sin pecado nuestra


naturaleza pecaminosa, para que pudiera conocer cómo
socorrer a aquel los que son tentados· — MM 181.

¿Cómo tomó Cristo sobre sí nuestra naturaleza


humana caída? ¿Fue esto hecho sólo vicariamente? Es
decir, ¿nació El realmente con una humanidad igual a la
de Adán antes de la caída, pero experimentó de alguna
manera lo que era tener una naturaleza humana
degenerada, como ser experimentar la culpa de los
pecadores sin ser en realidad un pecador?
Porque ciertamente no socorrió a los ángeles, sino
que socorrió a la descendencia de Abraham. Por lo cual
deb ía ser en todo seme jante a sus hermanos· — Heb.
Ξ:16, 17.

Cristo realmente unió la ofensiva naturaleza del


hambre con su propia naturaleza sin pecado. — RH, 17 de
julio de 1900.

Cristo, que no conocía en lo más mínimo la mancha


o contaminación del pecado, tomó nuestra naturaleza en
su condición deteriorada. — 1 MS 296.

Jesus aceptó la humanidad cuando la especie se


hallaba debilitada por cuatro mil años de pecado. — DTG
32. Había. . . aceptada la debilidad de la humanidad.—
DTG 86.

El tomó la natura1eza humana y 11evó las


debilidades y la degeneración del hombre. — 1 MS 314·.

¿Tañía Crista, entonces, amor natural por el


pecado, una Inclinación a pecar, una inclinación al mal,
cuando El nació?

a
Respondiendo el ángel, le dijo: El Espíritu Santo
vendr á sobre ti, y el poder del Alt ¿simo te cubr irá con
su sombra; por lo cual también el Santo Ser que nacerí,
será llamado Hijo de Dios. — Luc. 1:35.

La humanidad de Cristo es llamada "ese santo ser"


— ST, 16 de enero de 1896.

Cristo es llamado el segundo Adán. En pureza y


santidad, en conexión con Dios y amado por Dios, comenzó
donde el primer Adán comenzó. — YI, H de junio de 1898,
No había principios corruptos en el primer Adán ni
propensiones corruptas o tendencias al mal.1 Adán era
tan impecable como los ángeles que están delante del
trono de Dios. — 1 CBA 1097; Carta 191, 1899.

El tenía que ocupar s posición a la cabeza de


humanidad al tomar su naturaleza pero no la
pecaminosidad del hombre. - ST, 89 de mayo de 1901.

No debiera existir la más ligera duda ec to a la


perfecta carencia de pecaminasidad en la natural za
humana de Cristo. — Ms 143, 1897.

Cristo no poseía la misma desleatad pecaminosa,


corrupta y caída que nosotros poseemos. — Ms 94, 1893;
3 MS 131.

Su inclinación hacia lo correcto era una constante


sat isfacción para sus padres. . · . Nadie que mirara el
rostro infant il radi ante de animae ión, podrí a decir que
Cristo era exactamente como los otros niños. Era Dios en
carne humana. — 5 CBA 1091; YI , 8 de septiembre de
1898.

Se hermana en nuestras flaquezas, pero no al imenta


pasiones semejantes a las nuestras. Como no pecó, su
naturaleza rehuía el mal. Soportó luchas y torturas del*

*En las citas mencionadas aquí, consideramos que


Elena de White usó los términos "propensiones
corrup tas", "tendene ias a 1 mal", "propensiones a 1 ma1",
"propensiones al pecado", y "pecaminosidad" como
sinónimos, haciendo todos referencia a una depravación
innata o inclinación a pecar. — RWQ.

7
alma en un mundo de pecado- — 1 JT 218; ST 7 da agosto
de 1879.

No debemos pensar que la posibilidad Ccapacidadl


da Cristo da ceder a las tentaciones de Satanás degradó
su humanidad y que él poseyó 1as mismas propens iones
corruptas y pecaminosas qua el hombre.

La naturaleza divina, combinada con la humana, lo


hizo a él capaz de ceder a las tentaciones de Satanás.
En esto la prueba para Cristo fue mucho más grande que
1^ de Adán y Eva, porque Cristo tomó nuestra naturaleza,
caída pero no corrupta, y no ser ía corromp ida a menos
que él recibiese las palabras de Satanás en lugar de las
palabras de Dios. :
— Ms 57, 1890; ML N® 1211.

Sed cuidadosos, sumamente cuidadosas en la forma


en que os ocupáis de la naturaleza de Cr isto * No lo
presentéis ante la gente como un hombre con tendencias
al pecado. El es el segundo Adán. El primer Adán fue
creado como un ser puro y sin pecado, sin una mancha de
pecado sobre él; era la imagen de Dios. Podía caer, y
cayó por la transgresión. Por causa del pecado su
posteridad nació con tendencias inherentes a la
desobediencia. Pero Jesucristo era el unigénito Hijo de
Dios. Tomó sobre sí la naturaleza humana, y fue tentado
en todo sentido como es tentada la naturaleza humana.
Podría haber pecado; podría haber caído, pero en ningún
momento hubo en él tendencia alguna al mal- Fue asediado
por las tentaciones en el desierto como lo fue Adán por
las tentaciones en el Edén-
Evitad cualquier cuestión que se relacione con la
humanidad de Cristo que pueda ser mal interpretada. . ,
Nunca dejéis, en forma alguna, la más leve impresión en
las mentes humanas de que una mancha de corrupción o una
inclinación hacia ella descansó sobre Cristo, o que en
alguna manera se rindió a la corrupción. Fue tentado en
todo como el hombre es tentado, y sin embargo él es
llamado "el Santo Ser". Que Cristo pudiera ser tentado
en todo como lo somos nosotros y sin embargo fuera sin
pecado, es un misterio que no ha sido explicado a los
mortales. — 5 CBA 1102, 1103; Carta 8, 1895.

¿En que estado espiritual nacen todos los


descendientes de Adán (excepto Cristo)?
*

Por la transgresión de uno vino la condenación a


todos los hombres. — Rom. 5:18.

3
He aquí, en maldad he sido formado, y en pecado me
conc ib ió mi madre. —— Sal. 51:5.

Y éramos por naturaleza hijos de ira. — Efe. 2:3«

El que en él cree, no es condenado; pero el que no


cree, ya ha sido condenado, porque no ha creído en el
nombre del unigénita Hijo de Dios* — Juan 3:18.

Nadie hereda la santidad por nacimiento. — 1 MS


364.

Nuestros corazones son depravados por naturaleza.


— LC 165.

Por naturaleza, el corazón es malo, y "¿quién hará


limpio de inmundo? Nadie." Job 14:4. — DTG 143.

El orgullo está labrado en nuestro propio ser. Ha


llegado a nosotros como una herencia, y ha sido
protegido por muchos como un precioso.tesoro. — HS 138,
139.

En la vida de todo hombre se manifiesta el


resultado de haber comido del árbol del conocimiento del
bien y del mal. Hay en su naturaleza una inclinación
hacia el mal, una fuerza que solo, sin ayuda, él no
podría resistir. — Ed. £ 9 ·

Es imposible para el hombre por sí sólo vencer las


propensiones naturales al mal. — S T , 4 de abril de
1895.

Por el pecado el hombre completo está


descompuesto, la mente está pervertida, la imaginación
corrompida. El pecado ha degrado las facultades del
alma. Las tentaciones externas hallan una respuesta afín
en lo interno del corazón, y los pies se deslizan
imperceptiblemente hacia el mal. — 8T 31£.

La naturaleza humana fue corrompida en su misma


fuente. — RH, 16 de abril de 1901.
Debido a su relación con el primer Adán, los
hombres sólo reciben culpabilidad y la sentencia de

9
muerte- — CN 4^8. Adán pecó, y los descendientes de Adán
comparten su culpa y las consecuencias. — FO 91 . *

¿Podía Adán, en su pureza original, haber


obedecido al Señor con loe poderes que Dios le dió?

Era posible para Adán, antes de la caída,


désarroi lar un carác ter justo por la obed iene ia a la ley
de Dios. Mas no lo hizo, y por causa de su caída tenemos
una na turaleza pecaminosa y no podemos hacernos justos a
nosotros mismos. Puesto que somos pecadores y malos, no
podemos obedecer perfectamente una ley santa. No tenemos
por nosotros mismos just ic ia con que cump1 ir lo que 1a
ley de Dios demanda. — CC 62.

Hemos concluido que Cristo nació con una perfecta


naturaleza espiritual pero con una naturaleza física y
mental degradada· ¿Pudo él» con la humanidad que aceptó,
haber obedac ido a su Padre celestial sin ayuda
sobrenatural?

No puedo yo hacer nada por mí mismo. — Juan 5:30.

Jesús dijo de su Padre, "Yo confiaré en él".—


Heb. 2:13. i

Como hombre, hizo frente a la tentación, y venció


en la fuerza que Dios le daba. — CS 16.

Si no hubiera sido por el poder que Dios le dio,


el no podría haber resistido los asaltos del enemigo.—
The Ellen G. White 1888 Materials, p. 122.

La salvación del hombre estaba en la balanza, y


debía decidirse por la aflicción de Cristo en el
desierta. Si Cristo salía victorioso con referencia al
apetito, entonces había una chance para el triunfo del

1Estas c itas deb ieran ser comprendidas a la luz


de la explicación dada por Elena de White en la página
313 de Patriarcas y profetas: "Es inevitable que los
hijos sufran las consecuencias de la maldad de sus
padres, pero no son castigados por la culpa de sus
padres, a no ser que participen de los pecados de
éstos."

10
hombre. Si Satanás ganaba Xa victoria a través de su
astucia, el hombre estaba atado por el poder del apetito
en eslabones de indulgencia que no tendría poder moral
para romper. La sola humanidad de Cristo nunca podría
haber soportado la prueba; pero su poder divino,
combinado con la humanidad, ganó en nombre del hombre
una victoria infinita. — ST, 24 de octubre de 1878.

¿Qué provisión hizo Cristo por nosotros para que


nosotros, también, podamos obedecer al Señor?

Os daré corazón nuevo, y pondré espíritu nuevo


dentro de vosotros ; y quitaré de vuestra carne el
corazón de piedra, y os daré un corazón de carne.—
Eze. 36:26.

Por lo cual, este es el pacto que haré con la casa


de Israel después de aquellos días, dice el Señor:
Pondré mis leyes en la mente de ellos, y sobre su
corazón 1as escribiré; y seré a ellos por Dios, y ellos
me serán a mí por pueblo. — Heb. 8:10.

Era imposible para el pecador guardar la ley de


Dios, que era santa, justa, y buena; pero esta
imposib1 idad fue quitada par la comúnicae ión de la
justicia de Cristo al alma arrepentida y creyente.—
ST, SO de junio de 1895.
Jesiis no reveló cualidades ni ejerció facultades
que los hombres no pudieran tener por la fe en él. Su
perfecta humanidad es lo que todos sus seguidores pueden
poseer si quieren vivir sometidos a Dios como él vivió.~
- DTG 619, 620.
Vino para destruir las obras del diablo, y ha
hecho provisión para que el Espíritu Santa sea impartido
a toda alma arrepentida, para guardarla de pecar. — DTG
277.

Si Cristo no nació con una inclinación al mal,


¿comprende El realmente la fuerza de mis tentaciones?

Porque no tenemos un sumo sacerdote que no pueda


compadecerse de nuestras debilidades, sino uno que fue
tentado en todo según nuestra semejanza, pero sin
pecado. — Heb. 4:15.

11
El Señor oirá. Ei sabe cuán fuertes son Xas
inclinaciones del corazón natural, y ayudará en cada
momento de tentación. — MJ 65.

Las seducciones que Cristo resistió son las mismas


que nosotros encontramos tan d ifíe iles de resist ir.—
CS 91.

resiste la tentación cuando se influye


poderosamente sobre e 1 hombre para que haga una mala
acción, y éste sabiendo que puede ceder, por fe se
resiste a cometerla, aferrándose firmemente del poder
divino. Esta fue la angustiosa prueba por la que pasó
Cristo. — 5 CBA 1058.

Cristo fue realmente tentado, no solamente en el


desierto, sino a través de toda su vida. En toda
situación El fue tentado como nosotros, y debido a que
El res ist ió la tentación ex itosamente en todas sus
formas, nos dejó un ejemplo perfecto. — Christ Tempted
As Ne Are, p . 4·.

Mientra» Cristo fue tentado "a través de toda su


vida1* (ver la declaración anterior), ¿sintió él la
medida completa de nuestra culpa y la fuerza plena de
nuestras inclinaciones malas constantemente — en todo
momento de cada día de su vida?

Considerad a aquel que sufrió tal contradice ion de


pecadores contra sí mismo, para que vuestro ánimo no se
canse hasta desmayar. Porque aón no habéis resistido
hasta la sangre, combatiendo contra el pecado. — Heb.
1 8 :3 , ¿f.

En el desierto. No fue solamente por los fuertes


dolores de hambre que hicieron el sufrimiento de Crista
tan intenso; fue la culpa de los pecados del mundo, que
precionaba tan pesadamente sobre él· El que no conoció
pecado fue hecho pecado por nosotros. Con este terrible
peso de culpa sobre El, sostuvo la más fiera prueba
sobre el apetito; por sobre el amor al mundo y sus
honores ; y por sobre el orgullo de la ostentación, que
conduce a la presunción. — YI, 28 de diciembre de 1899.

El peso de los pecados del mundo estaba


presionando su alma, y su semblante expresaba pesar
indecible, una angustia profunda que el hombre caído
nunca percibió. El sintió la arrolladora marea del mal

12
que inundaba el mundo. El se dio cuenta de la fuerza de
la indulgencia del apetito y de la pasión no santificada
que controlaba al mundo. — RH, 4 de agosto de 1874-, (El
subrayado es nuestro).

En el Getsemani. Cristo asum i a ahora una ac titud


diferente de la que jamás asumiera antes. . . .Los
pecados de los hambres descansaban pesadamente sobre
Cristo, y el sentimiento de la ira de Dias contra el
pecado abrumaba su vida. — DTG 637, 638.

En la cruz. La culpabi 1idad de cada descendiente


de Adán abrumó su corazón. La ira de Dios contra el
pecado, la terrible manifestae ión de su desagrado por
causa de la iniquidad, llenó de consternación el alma de
su Hijo. · . .
Sintió la angustia que el pecador sentirá cuando
la misericordia no interceda más por la raza culpable.
El sentido del pecado, que atraía la ira del Padre sobre
él como substituto del hambre, fue lo que hizo tan
amarga la copa que bebía el Hi jo de Dios y quebró su
corazón. — DTG 701.

En sus horas finales mientras colgaba . de la cruz,


experimentó en toda su plenitud lo que el hombre
experimenta cuando lucha contra el pecado. Comprendió
cuán malo puede llegar a ser un hombre cuando se rinde
al pecado. Se dio cuenta de las terribles consecuencias
de la transgresión de la ley de Dios, pues pesaba sobre
él la iniquidad de todo el mundo. — 5 CBA . 1058; YI, 20
de julio de 1899. (El subrayada es nuestro).

¿Qué le hubiera pasado a Cristo si el hubiese


cometido un pecado?

Permitió Dios que bajase su Hijo. . . .Le dejó


arrostrar los peligros de la vida en común con toda alma
humana, pelear la batalla como la debe pelear cada hijo
de la familia humana, aun a riesgo de sufrir la derrota
y la pérdida eterna. — DTG 33.

Si Satanás pudiese haber tentado a Cristo para que


pecara en lo más mínimo, hubiera herido la cabeza del
Salvador, Pero como sucedió, sólo puedo herir su talón.
Si la cabeza de Cristo hubiera sido herida, habría
perecido la esperanza de la raza humana. La ira divina
habría descendido sobre Cristo como descendió sobre

13
Adán. Cristo y la iglesia habrían quedado sin esperanza.
— S CBA 1105; ST 9 de junio de 1898.
Debido a que Cristo ee Dios y Dios es inmortal,
¿Cómo podría Cristo haber quedado "sin esperanza" (ver
la cita anterior)?

Cuando Cristo fue crucificado, su naturaleza


humana fue la que murió. La Deidad no disminuyó y murió;
esto habría sido imoosible. — 5 CBA 1088.

Para el honor y la gloria de Dios, su amado Hijo-


-el Garante, el Sustituto— fue entregado y descendió a
las prisiones del sepulcro. La nueva tumba lo acogió
entre sus cámaras de roca. Si un sólo pecado hubiera
tentado su carácter, la piedra nunca se hubiese corrido
de la puerta de su cámara de roca, y el mundo con su
carga de culpabilidad hubiese perecido. Pero fue sólo
por un momento que el divino Conquistador pareció el
conquistado. La serpiente magulló el talón, pero Cristo
no pudo ser retenido por la muerte. La piedra fue
quitada. El Señor Jesús salió de su prisión un
triunfante, majestuoso Conquistador, y proclamó sobre el
sepulcro rentado de José, “Yo soy la resurrección y la
vida.11 -- Ms 81, 1893; ML No. 8^6.

¿Por qué Cristo corrió semejante riesgo?

Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha


dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él
cree, no se pierda, mas tenga vida eterna. — Juan 3:16.

Pero el plan de redención tenía un propósito


todavía más amplio y profundo que el de salvar al
hombre. Crista no vino a la tierra sólo por este motivo;
no vino meramente paa que los habitantes de este pequeño
mundo acatasen la ley de Dios como debe ser acatada;
sino que vino para vindicar el carácter de Dios ante el
universo. A este resultado de su gran sacrificio, a su
influencia sobre los seres de otros mundos, así como
sobre el hombre, se refirió el Salvador cuado poco antes
de su crucifixión dijo: "Ahora es el juicio de este
mundos ahora el príncipe de este mundo será echado
fuera. Y yo, si fuere levantado úc la tierra, a todos
traeré a mí mismo." (Juan 13:31, 32). El acto de Cristo,
de morir por la salvación del hombre, no sólo haría
accesible el cielo para los hambres, sino que ante todo
el universo justificaría a Dios y a su Hijo en su trato
con la rebelión de Satanás. — PP 55.
Aquel que es el único que con eficacia puede
reprimir el pecado en este mundo de oscuridad, evitará
el pecado en el cielo· . . .Los ángeles del cielo están
protegidos contra la apostasia por medio de la eficacia
de la cruz. Sin la cruz no estarían más seguros contra
el mal de lo que estuvieron los ángeles antes de la
caída de Satanás. La perfección angelical fracasó en el
cielo. La perfección humana fracasó en el Edén, el
paraíso de la bienaventuranza. Todos los que deseen
seguridad en la tierra o en el cielo deben acudir al
Cordero de Dios.
El plan de salvación, al poner de manifiesto 1a
justicia y el amor de Dios, proporciona una salvaguardia
eterna contra la apostasia en los mundos que no cayeron,
así como también para aquellos [personas] que serán
redimidos por la sangre del Cordero. — 5 CBA 1106,
U07.

Conclusión
*

Todos los hombres más talentosos de la t ierra


podrían ocupar completamente desde ahora hasta el
juicio, todas las facultades que Dios les ha dado para
ensalzar el carácter de Cristo; pero aun así fracasarían
en presentarlo como él es. Los mister ios de ^la
Ψ · a

redención, que abarcan el carácter divino-humano de


Cristo, su encarnación, su expiación por el pecado,
podrían emplear las plumas y las facultades mentales más
elevadas de los hombres más sabios, desde ahora y hasta
que Cristo sea revelado en las nubes del cielo con poder
y gran g lor ia. Pero aunque esos hombree procuraran con
toda su autoridad presentar una descripción de Cristo y
su obra, la descripción no alcanzaría a la realidad...
El tema de la redención ocupará la mente y la
lengua de los redimidos por todos los siglos eternos. El
reflejo de la gloria de Dios brillará para siempre jamás
procedente del rostro del Salvador. — 6 CBA 1115.

Tomará toda la eternidad comprender la ciencia de


la redención, para entender algo de la que significa que
el Hijo del Dios infinito diera su vida por là vida del
mundo. — ST 16 de enero de 1Θ73.

15
Parte II: La personalidad y apariencia física
de Jesúsj cómo afectó la encarnación
su uso de los atributos divinos.
¿Cómo es la apariencia física de Jesús descripta
en la Biblia antes y después de su encarnación?

Ahora pues, Padre, glorifícame tú al lado tuyo,


con aquella gloria que tuve contigo antes que el mundo
fuese. — Juan 17:5.

Su cabeza y sus cabellos eran blancos como blanca


lana, como nieve; sus ojos como llama de fuego; y cus
pies semejantes al bronce bruñido, refulgente como en un
horno ; y su voz como estruendo de muchas aguas· Tenía en
su diestra siete estrellas; de su boca salía una espada
aguda de dos filos; y su rostro era como el sol cuando
resplandece en su fuerza. — Apoc. 1:14-16.

¿Qué dice la Biblia respecto a la apariencia


física de Cristo cuando estaba aquí en la tierra?
«

Subierá cual renuevo delante de él, y como raíz de


tierra seca; no hay parecer en él, ni hermosura; le
veremos, mas sin atractivo para que le deseemos'. — Isa.
53:2.

Haya, pues, en vosotros este sentir que hubo


también en cristo Jesús, el cual, siendo en forma de
Dios, no estimó el ser igual a Dios como cosa a que
aferrarse, sino que se despojó a sí mismo, tomando forma
de siervo, hecho semejante a los hombres. — F i1. 8:5-7.

Mas en med io de vosotros está uno a quien vosotros


no conocéis. Este es el que viene después de mí , el que
es antes de mi, del cual yo no soy digno de desatar la
correa del calzado. — Juan 1:86, 87.

¿Cómo describe Elena de White la apariencia física


de Cristo?

L.as palabras de Juan no podían aplicarse a otro,


sino al Mesías prometido. Este se hallaba entre ellos.
Con asombro, los sacerdotes y gobernantes miraban en
derredor suyo esperando descubrir a Aquel de quien había
hablado Juan. Pero no se le distinguía entre la
mui t itud. — DTG 110.

16
Al mirar a Jesús, Natanael quedo desilusionado.
¿Podía ser el Mesías este hombre que llevaba señales de
pobreza y de trabajo? — DTG 113.
*

El viajaba a pie, enseñando a sus seguidores


mientras avanzaba. Su vestidas estaban polvorientos y
manchados por el viaje, y su apariencia no era
atractiva. Pero las verdades simples y significativas
que salían de sus labios divinos hacían que pronto sus
oyentes olvidaran su apariencia, y fueran atraídos, no
hacía el hombre, sino a la doctrina que enseñaba. — T

El contraste entre Jesús y el sumo sacerdote


mientras hablaron juntos era notable. . . .Ante este
augusto personaje estaba la Majestad del cielo, sin
adornos ni ostentación. En sus vest iduras hab ia manchas
del viaje; su rostro estaba pálido y expresaba una
paciente tristeza; pero se notaban allí una dignidad y
benevolencia que contrastaban extrañamente con el
orgullo, la confianza propia y el semblante airado del
sumo sacerdote. — ■ DTG 5A5·

No debía tener una belleza que lo destacara entre


ios hombres. No debía exhibir encantos admirables con
los cuales atraer la atención. — 5 CBA 1105.

El dejó a un lado su gloria y su majestad. El era


Dios, pero renunció momentáneamente a las glorias
propias de ser la forma de Dios. — RH 5 de julio de
1887.

Debido « que Cristo no tenía ninguna atracción


física especial hacia su persona, ¿por qué hay tanta
gente que se siente atraída por 41?

Y cuando el Señor la vió, se compadeció de ella.-


- Luc. 7:13. Entonces Jesús, mirándole, le amó. — Marc.
10:21. Como había amado a las suyas que estaban en el
mundo, los amó hasta el fin. — Juan 13:1.

La hermosura de su rostro, la amabilidad de su


carácter, sobre todo el amor expresado en su mirada y su
tono, atraían a él a todos aquellos que no estaban
endurecidos por la incredulidad. De no haber sido por el
espíritu suave y lleno de simpatía que se manifestaba en
todas sus miradas y palabras, no habría atraído las
grandes congregaciones que atraía. — DTG 219-220.
Sfc
17
La fe de los hombres en Cristo como el Mesías no
descansaba en las evidencias visuales, ni creían en El
por su atracción personal, sino por la excelencia del
carácter hallado en El. — 7 CBA 904.

Cuando el Hijo de Dios vino ai mundo a morir


CcomoJ sacrificio por el hombre, él dejó a un lado su
gloria y posición exaltada. Su estatura era un poco
mayor que la de los hombres en general. Su apariencia
personal no poseía ninguna marca especial de su divino
carácter, que pudiera inspirar por sí misma fe. No
obstante su forma perfecta, su porte digno, su semblante
que expresaba bondad, amor y santidad, no eran igualados
por nadie que viviera sobre la tierra. — 4SGa 119.

Era la sencillez y el fervor con que Cristo


trabajaba y hablaba lo que atraía a tantas personas a
él. — Ev. 44.

¿Cómo μ Cristo descripto desde el punto de vista


de su sociabilidad? ¿Era él una persona cálida y
amistosa?

Traían a él los niños para que los tocase; lo cual


viendo los discípulos, les reprendieran. Mas Jesús
11amándolos, dijo: Dejad a los niños venir a mí, y no se
lo impidáis; porque de los tales es el reino de Dios.—
Luc· 18:15, 16.

Cuan bondadoso, cuán afable, cuán cortés era El en


su trato con aquellos con quienes se encontraba. Los más
pobres sentían que podían hablarle. — Carta 149, 1902.

Era muy sociable y sin embargo poseía una reserva


y dignidad que no estimulaban fami 1iaridades indebidas.
— Ev. 461.

Jesús condenaba la complacencia propia en todas


sus formas ; sin embargo , era de naturaleza sociable.
Aceptaba la hospitalidad de todas las clases, visitaba
los hogares de los ricos y de los pobres, de los sabios
y de los ignorantes, y. trataba de elevar sus
pensamientos de los asuntos comunes de la vida, & cosas
espirituales y eternas. — DTG 125.

El. . .podría haber asombrado al mundo con el


grande y glorioso conocimiento que poseía; no obstante
era ret icente y reservado. — FE 338.

18
Había un hogar que le agradaba visitar! la casa de
Lázaro, María y Marta; porque en la atmósfera de fe y
amor, su espíritu hallaba descanso. — DIG 293.

Cristo es llamado "varón de dolores". Isa. 53s3*


¿Significa esto que estaba siempre triste?

Puestos los ojos en Jesús, el autor y consumador


de la fe, el cual por el gozo puesto delante de él
sufrió la cruz, menospreciando el oprobio, y se sentó a
la diestra del trono de Dios. — Heb. 12:2.

En aquel la misma hora Cristo se regoci jó en el


Espíritu. — Luc. 10:21.

Nuestro Salvador fue a la verdad un varón de


dolares exper imentado en quebranto, porque abrió su
corazón a todas las miserias de los hombres. Pero auque
su vida era abnegada y ensombrecida por dolores y
cuidados, su espíritu no quedaba abrumado por ellos. En
su rostro no se veía una expresión de amargura o dolor,
sino siempre de paz y serenidad. Su corazón era un
manantial de vida, y dondequiera iba, llevaba descanso y
paz, gozo y alegría. — CC 121-122.

A menudo expresaba su alegría cantando salmos e


himnos celestiales. A menudo los moradores de Nazaret
oían su voz que se elevaba en alabanza y agradecimiento
a Dios. Mantenía comunión con el Cielo mediante el
canto; y cuando sus campaneros se quejaban por el
cansancio, eran alegrados por la dulce melodía que
brotaba de sus labios. — DTG 54.

Antes de salir del aposento alto, el salvador


entonó con sus discípulos un canto de alabanza. Su voz
fue oída, no en los acordes de alguna endecha triste,
sino en las gozosas notas del cántico pascual: (cita del
Sal. 117). — DTG 626-627.

Como el Creador, ¿cuán poderoso es Cristo?

Todas las cosas por el fueron ehchas, y sin él


nada de lo que ha sido hecho, fue hecho. — Juan 1:3.

Porque en él fueron creadas todas las cosas, las


que hay en los cielos y las que hay en la tierra,
visibles e invisibles; sean tronos, sean dominios, sean
principados, sean potestades; todo fue creado por medio

19
de él y para él. V él es antes de todas las cosas, y
todas las cosas en él subsiten. — Col. 1:16« 17.

La naturaleza testifica que Uno infinito en poder»


grande en bondad, misericordia y amor, creó la tierra y
la llenó con vida y alegría. — 8 T 256.

El que sustenta los innumerables mundo diseminadas


por la inmensidad también tiene cuidado del
gorrionci1lo . — CC 85

Durante su ministerio terrenal « ¿usó Cristo alguna


vez su poder divino para auxiliarse?

No puedo yo hacer nada por mí mismo. — Juan 5:30.

Ni en esta ocasión Cel desierto de la tentación!»


ni en ninguna otra ulterior en su vida terrenal, realizó
él un milagro en favor suyo. Sus obras admirables fueron
todas hechas para beneficio de otros. — DTG 95.
*

Así que cuando Cristo fue tratado con desprecio»


sintió una fuer te tentación a manifestar su carácter
di vino. Por una palabra, por una mirada, podría obligar
a sus perseguidores a confesar que era Señor de reyes y
gobernantes, sacerdotes y templo, Pero le incumbía la
tarea difícil de mantenerse en la posición que había
elegido como uno con la humanidad. — DTG 6A9.

¿Cuando volvió Cristo a usar su poder divino para


su propio beneficio?
Respondió Jesús y les dijos Destruid este templo,
y en tres días lo levantaré. — Juan 2:19.

Cuando la voz del poderoso ángel fue oída junto a


la tumba de Cristo, diciendo: "Tu Padre te llama", el
Salvador salió de la tumba por la vida que había en él.
. . .En su divinidad, Cristo poseía el poder de quebrar
las ligaduras de la muerte. — DTG 729,

Antes de que Cristo viniera a este mundo, ¿cuán


completo era su conocimiento!:
Te lo dije ya hace tiempo; antes que sucediera te
lo advertí. — Isa. A8:5.

20
Has escudriñado mi andar y mi reposo, y todos mis
caminos te son conocidos. Pues aún no está ia palabra en
mi lengua, y he aquí, oh Jehová, tú la sabes toda.—
Sal. 139:3, 4.

El que gobierna en los cielos ve el fin desde el


principio. Aquel en cuya preseñe ia los misterios de1
pasado y del futuro son manifiestos, más allá de la
angustia. — PP 23.

Yo SOY significa una presencia eterna. El pasado,


el presente y ei futuro son todos iguales para Dios. El
ve los acantee imientos más remo tos tanto de la historia
del pasado como del futuro muy distante, con una vision
tan clara como nosotros vemos lo que sucede diariamente.
— 1 CBA 1113.

Cuando Cristo estaba aquí en la tierra, ¿qué


limitaciones había para su conocimiento?

Pero de aq*»«l día y de la hora nadie sabe, ni aun


los ángeles que están en el cielo, ni ei Hijo, sino el
Padre. — Marc. 13:32.
φ

Las mismas palabras que él había hablado a Israel


por medio de Moisés, le fueron enseñadas sobre las
i

rodillas de su madre. . . .El que habia hecho todas las


cosas, estudio 1as lecciones que su prop ia mano había
escrito en la tierra, el mar y el cielo. — · DTG 50, 51.

Antes de venir a la tierra, el plan estuvo delante


de él, perfecto en todos sus detalles. Pera mientras
andaba entre las hombres, era guiado, paso a paso, por
la voluntad el Padre. — DTG 121.

Cristo, en su vida terrenal, no se trazó planes


personales. Aceptó los planes de Dios para él, y día
tras día el Padre se los revelaba. — MC 380.

El Salvador no podría ver a través de los portales


de la tumba. La esperanza no le presentaba su salida del
sepulcro como vencedor ni le hablaba de la aceptación de
su sacrificio por el Padre. Temía que el pecado fuese
tan ofensivo para Dios que su separación resultase
eterna. — DTG 701.

¿Cómo se describe la Omnipresencia de Dios?

21
¿Se ocultará alguno, dice Jehová, en escondrijos
que yo no lo vea? ¿No lleno yo, dice Jehová, el cielo y
la tierra? — Jer. 23:24.

¿A dónde me iré de tu Espíritu? ¿Y a dónde huiré


de tu presencia? Si subiere a ios cielos, allí estás tu;
y si en el Seol hiciere mi estrado, he aquí, allí tu
estás. Si tomare las alas del alba y habitare en el
extremo del mar, aun allí me guiará tu mano, y me asirá
tu diestra. — Sal. 139:7-10.

Nada puede suceder en parte alguna del universo


sin que lo sepa Aquel que es omnipresente. — 3 CBA
1159.

¿Cómo afectó la encarnación de Cristo su


omnipreseñeia?

Pero yo os digo la verdad: os conviene que yo me


vaya; porque si no me fuere, el Consolador no vendría a
vosotros; mas si me fuere, os lo enviaré. — Juan 16:7.

Estorbado por la humanidad, Cristo no podía estar


en todo lugar personalmente· Por lo tanto, convenía a
sus discípulos que fuese al Padre y enviase el Espíritu
como su sucesor en la tierra. — DTG 622-623.

Nuestro Redentor llevará siempre las señales de su


crucifixión. En su cabeza herida, en su costado, en sus
manos y en sus pies se ven las únicas huellas de la obra
cruel efectuada por el pecado. — CS 732.

¿De qué privilegio gozará el redimido?


Y verán su rostro, y su nombre estará en sus
frentes. — Apoc. 22:4.

Por lo cual Dios también le exaltó hasta lo sumo,


y le dio un nombre que es sobre todo nombre, para que en
el nombre de Jesús se dobre toda rodilla de los que
están en los cielos, y en la tierra, y debajo de la
tierra; y toda lengua confiese que Jesucristo es el
señor, para gloria de Dios Padre. — Fil. 2:9-11.

El pueblo de Dios tiene el privilegio de tener


comunión directa con él Padre y el Hijo. “Ahora vemos
obscuramente, como por medio de un espejo." (1 Corintios
13:12) Vemos la imagen de Dios reflejada como en un
espejo en las obras de la naturaleza y en su modo de
obrar para con los hombres; pero entonces le veremos
cara a cara sin velo que nos lo oculte· estaremos en su
presencia y contemplaremos la gloria de su rostro- — CS

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