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CORTE INTERAMERICANA DE DERECHOS HUMANOS

CASO GUERRERO, MOLINA Y OTROS VS. VENEZUELA

SENTENCIA DE 3 DE JUNIO DE 2021

(Fondo, Reparaciones y Costas)

En el caso Guerrero, Molina y otros Vs. Venezuela,

la Corte Interamericana de Derechos Humanos (en adelante también “la Corte Interamericana”, “la
Corte” o “el Tribunal”), integrada por los siguientes jueces:

Elizabeth Odio Benito, Presidenta;


L. Patricio Pazmiño Freire, Vicepresidente;
Eduardo Vio Grossi, Juez;
Eduardo Ferrer Mac-Gregor Poisot, Juez;
Eugenio Raúl Zaffaroni, Juez, y
Ricardo Pérez Manrique, Juez,

presentes, además,

Pablo Saavedra Alessandri, Secretario, y


Romina I. Sijniensky, Secretaria Adjunta,

de conformidad con los artículos 62.3 y 63.1 de la Convención Americana sobre Derechos Humanos
(en adelante también “la Convención Americana” o “la Convención”) y con los artículos 31, 32, 65 y
67 del Reglamento de la Corte (en adelante también “el Reglamento” o “el Reglamento del Tribunal”),
dicta la presente Sentencia, que se estructura en el siguiente orden:


El Juez Humberto Antonio Sierra Porto, por razones de fuerza mayor aceptadas por el Pleno del Tribunal, no participó
en la deliberación y firma de la presente Sentencia.
TABLA DE CONTENIDO

I INTRODUCCIÓN DE LA CAUSA Y OBJETO DE LA CONTROVERSIA .............................. 4

II PROCEDIMIENTO ANTE LA CORTE ........................................................................... 5

III COMPETENCIA......................................................................................................... 6

IV RECONOCIMIENTO DE RESPONSABILIDAD INTERNACIONAL .................................. 6


A) Reconocimiento de responsabilidad del Estado y observaciones de la Comisión y de los
representantes ............................................................................................................ 6
B) Consideraciones de la Corte .......................................................................................... 7
B.1 En cuanto a los hechos ............................................................................................... 8
B.2 En cuanto a las pretensiones de derecho....................................................................... 9
B.3 En cuanto a las reparaciones ...................................................................................... 10
B.4 Valoración del alcance del reconocimiento de responsabilidad ......................................... 10

V PRUEBA ................................................................................................................. 12
A) Admisibilidad de la prueba documental .......................................................................... 12
B) Admisibilidad de la prueba testimonial y pericial ............................................................. 13

VI HECHOS ................................................................................................................ 14
A) Contexto .................................................................................................................. 14
A.1 Violencia policial en Venezuela y el Estado Falcón ......................................................... 14
A.2 Impunidad de actos de violencia policial ...................................................................... 17
A.3 Conclusión sobre la situación de contexto .................................................................... 17
B) Hechos del caso ....................................................................................................... 17
B.1 Hechos previos a las muertes de Jimmy Guerrero y Ramón Antonio Molina ...................... 18
B.2 Las muertes de Jimmy Guerrero y Ramón Molina .......................................................... 21

VII FONDO .................................................................................................................. 25


VII.1 CONSIDERACIONES GENERALES SOBRE LA OBLIGACIÓN DE RESPETAR Y
GARANTIZAR LOS DERECHOS HUMANOS SIN DISCRIMINACIÓN ........................... 26

VII.2 DERECHO A LA LIBERTAD PERSONAL RESPECTO A JIMMY GUERRERO ............... 30


A) Argumentos de los representantes ................................................................................ 30
B) Consideraciones de la Corte ......................................................................................... 30

VII.3 DERECHO A LA INTEGRIDAD PERSONAL Y LA PROHIBICIÓN DE ACTOS DE


TORTURA RESPECTO A JIMMY GUERRERO .............................................................. 33
A) Argumentos de los representantes ................................................................................ 33
B) Consideraciones de la Corte ......................................................................................... 33

VII.4 DERECHO A LA INTEGRIDAD PERSONAL RESPECTO A JIMMY GUERRERO Y RAMÓN


MOLINA ................................................................................................................. 36
A) Argumentos de la Comisión y las partes ........................................................................ 36
B) Consideraciones de la Corte ......................................................................................... 36

2
VII.5 DERECHOS A LAS GARANTÍAS JUDICIALES Y A LA PROTECCION JUDICIAL
RESPECTO A JIMMY GUERRERO Y LOS FAMILIARES DE ÉL Y DE RAMÓN MOLINA ... 38
A) Argumentos de la Comisión y de las partes .................................................................... 38
B) Consideraciones de la Corte ......................................................................................... 40
B.1 Investigación de los hechos que derivaron en las muertes de Jimmy Guerreo y Ramón Molina
............................................................................................................................ 41
B.1.1 Aducida falta de independencia e imparcialidad ...................................................... 41
B.1.2 Obstaculizaciones a la investigación y a la participación de familiares........................ 42
B.1.3 Falta de investigación de posibles actos de tortura contra Jimmy Guerrero ................ 45
B.2 Investigación de los hechos cometidos contra Jimmy Guerrero anteriores a las circunstancias
de su muerte ......................................................................................................... 46
B.3 Conclusión ............................................................................................................... 47

VIII REPARACIONES................................................................................................... 47
A) Parte Lesionada .......................................................................................................... 48
B) Obligación de investigar .............................................................................................. 48
C) Medidas de rehabilitación ............................................................................................. 50
D) Medidas de satisfacción ............................................................................................... 51
E) Medidas de no repetición ............................................................................................. 52
F) Otras medidas solicitadas ............................................................................................ 53
G) Indemnizaciones compensatorias .................................................................................. 54
I) Fondos de Asistencia Legal de Víctimas de la Corte y la Comisión Interamericanas ............. 57

IX PUNTOS RESOLUTIVOS ......................................................................................... 59

3
I
INTRODUCCIÓN DE LA CAUSA Y OBJETO DE LA CONTROVERSIA

1. El caso sometido a la Corte. – El 24 de mayo de 2019 la Comisión


Interamericana de Derechos Humanos (en adelante también “la Comisión
Interamericana” o “la Comisión”) sometió a la jurisdicción de la Corte el caso “Jimmy
Guerrero, Ramón Molina Pérez y familiares” contra la República Bolivariana de Venezuela
(en adelante también “el Estado” o “Venezuela”). De acuerdo con lo indicado por la
Comisión, el caso se relaciona con las alegadas ejecuciones extrajudiciales de Jimmy
Rafael Guerrero Meléndez y de su familiar, Ramón Antonio Molina Pérez, cometidas el
30 de marzo de 2003 por funcionarios de las Fuerzas Armadas Policiales del Estado
Falcón. La Comisión determinó que constan “indicios suficientes y consistentes entre sí
para establecer la participación estatal” en ambas muertes. Además, entendió que las
dos personas nombradas “experimentaron situaciones de profundo miedo” antes de su
deceso y que hubo un ensañamiento con el cuerpo de Jimmy Guerrero, que fue
arrastrado por un vehículo. Consideró, asimismo, que el Estado incumplió su obligación
de investigar los hechos en forma diligente y en un plazo razonable, incluso respecto a
posibles torturas. También aseveró que los familiares de Jimmy Guerrero y Ramón
Molina vieron afectada su integridad personal por la muerte de éstos y por la falta de
respuesta estatal. Por todo lo expuesto, concluyó que se perpetraron violaciones a los
derechos a la vida, a la integridad personal, a las garantías judiciales y a la protección
judicial.

2. Trámite ante la Comisión. – El trámite ante la Comisión fue el siguiente:

a) Petición. – El 10 de marzo de 2008 el Comité de Familiares de Víctimas


de los Sucesos de Febrero –Marzo de 1989 (COFAVIC) y los señores Jean Carlos
Guerrero y Carlos Ayala Corao presentaron la petición inicial 1.

b) Informe de Admisibilidad. – El 19 de febrero de 2011 la Comisión aprobó


el Informe de Admisibilidad No. 4/11, en el que admitió la petición.

c) Informe de Fondo. – El 7 de diciembre de 2018 la Comisión aprobó el


Informe de Fondo No. 160/18 (en adelante también “Informe de Fondo”), en el cual
llegó a una serie de conclusiones2 y formuló varias recomendaciones al Estado.

3. Notificación al Estado. – El Informe de Fondo fue notificado al Estado mediante


una comunicación de 27 de febrero de 2019. La Comisión otorgó a Venezuela el plazo
de dos meses para que informara sobre el cumplimento de las recomendaciones, pero,
conforme expresó, el Estado “no dio respuesta alguna”.

4. Sometimiento a la Corte. – El 24 de mayo de 2019 la Comisión sometió a la


Corte “la totalidad de los hechos y violaciones a derechos humanos” del caso. Lo hizo,
según indicó, “por la necesidad de obtención de justicia y reparación” 3. Este Tribunal

1
Con posterioridad, el Centro por la Justicia y el Derecho Internacional (CEJIL) se incorporó como
entidad peticionaria.

2
La Comisión concluyó la responsabilidad estatal por la violación de los artículos 4.1 (derecho a la
vida), 5.1 (derecho a la integridad personal), 8.1 (derecho a las garantías judiciales) y 25.1 (derecho a la
protección judicial) de la Convención Americana, en relación con el artículo 1.1 del mismo tratado (obligaciones
de respetar y garantizar los derechos). También determinó que Venezuela violó los artículos 1, 6 y 8 de la
Convención Interamericana para Prevenir y Sancionar la Tortura.

3
La Comisión designó como sus delegados ante la Corte al entonces Comisionado Francisco Eguiguren

4
nota, con preocupación, que entre la presentación de la petición inicial ante la Comisión y
el sometimiento del caso ante la Corte transcurrió un tiempo superior a los 11 años.

5. Solicitudes de la Comisión. – La Comisión solicitó a este Tribunal que concluyera


y declarara la responsabilidad internacional de Venezuela por las violaciones contenidas
en el Informe No. 160/18 (supra nota a pie de página 2) y que ordenara al Estado, como
medidas de reparación, las incluidas en dicho informe (infra Capítulo VIII).

II
PROCEDIMIENTO ANTE LA CORTE

6. Notificación al Estado y a los representantes-. – El sometimiento del caso fue


notificado a la representación de las presuntas víctimas (en adelante “los
representantes”) y al Estado los días 22 y 31 de julio de 2019, respectivamente 4.

7. Escrito de solicitudes, argumentos y pruebas. – El 26 de septiembre de 2019


los representantes presentaron su escrito de solicitudes, argumentos y pruebas (en
adelante “escrito de solicitudes y argumentos”), conforme a los artículos 25 y 40 del
Reglamento. Coincidieron sustancialmente con los alegatos de la Comisión y,
adicionalmente, señalaron que el Estado habría cometido actos de tortura y violado
diversos aspectos del derecho a la libertad personal en perjuicio de Jimmy Guerrero.
Además, expresaron que todas las violaciones a derechos humanos se cometieron
transgrediendo la prohibición de discriminación que surge del artículo 1.1 de la
Convención. Solicitaron que se ordenara a Venezuela adoptar diversas medidas de
reparación y el reintegro de costas y gastos.

8. Escrito de contestación. – El 9 de marzo de 2020 el Estado presentó su escrito


de contestación al sometimiento del caso e Informe de Fondo y al escrito de solicitudes
y argumentos (en adelante “escrito de contestación”)5. Reconoció su responsabilidad
internacional, en los términos que se indican más adelante (infra Capítulo IV).

9. Observaciones al reconocimiento de responsabilidad. – El 22 de junio de 2020 la


Comisión y los representantes remitieron sus observaciones al reconocimiento de
responsabilidad, en los términos que se enuncian más adelante (infra Capítulo IV)6.

Praeli y al entonces Secretario Ejecutivo Paulo Abrão, y como asesores legales a la abogada Silvia Serrano
Guzmán y al abogado Piero Vásquez Agüero, de la Secretaría Ejecutiva de la Comisión.

4
La representación de las presuntas víctimas es ejercida por el Comité de Familiares de Víctimas de
los Sucesos de Febrero –Marzo de 1989 (COFAVIC) y el Centro por la Justicia y el Derecho Internacional
(CEJIL). En cuanto a la fecha de notificación al Estado, se deja constancia que el 22 de julio de 2019 la
Secretaría de la Corte remitió la documentación respectiva, por correo postal (courier), pero por razones ajenas
al control de la Secretaría, la misma no fue entregada al Estado. Por eso, el 31 de julio de 2019 la Secretaría
transmitió a Venezuela los documentos correspondientes utilizando medios informáticos.

5
Antes, el 13 de noviembre de 2019, Venezuela designó al señor Larry Devoe Márquez como agente.
Por otra parte, es preciso dejar sentado que el 3 de febrero de 2020 el Estado comunicó que entendía que el
plazo reglamentario para su contestación corría a partir del 9 de enero de 2020, pues recién en esa fecha
recibió todos los documentos relevantes. Siguiendo instrucciones de la Corte, se hizo saber que, considerando
la afirmación estatal y dado ciertos problemas en el servicio de internet de la Corte durante el final del año de
2019, el plazo aludido comenzaría a regir a partir del 9 de enero de 2020.

6
En relación con la fecha en que fueron presentadas las observaciones al reconocimiento de
responsabilidad, corresponde aclarar lo que sigue: de acuerdo con el artículo 28 del Reglamento de la Corte,
luego de presentar su contestación el 9 de marzo de 2020, Venezuela contaba con 21 días para allegar el
escrito firmado y su documentación anexa. No obstante, ese plazo se vio suspendido el 17 de marzo de 2020,
cuando comenzó a regir la suspensión de términos prevista en el Acuerdo 1/20 de la Corte, motivada por la
pandemia de la COVID-19, situación de público y notorio conocimiento. La suspensión de términos fue luego

5
10. Procedimiento final escrito y diligencia de prueba oral. – Por medio de una
Resolución de 13 de octubre de 2020, la Presidenta de la Corte, en consulta con el Pleno
del Tribunal, decidió que, por razones de economía procesal y en atención a la situación
originada por la pandemia de la COVID-19 (en adelante también “la pandemia”), no era
necesario convocar a audiencia pública en el presente caso. Determinó que dos
presuntas víctimas rindieran declaración oral por medio de una videoconferencia y que
otras personas declararan por escrito. La diligencia probatoria por videoconferencia tuvo
lugar el 26 de enero de 20217.

11. Alegatos y observaciones finales escritos. – El 9 de marzo de 2021 la Comisión


y el Estado presentaron sus observaciones y alegatos finales por escritos,
respectivamente. El día siguiente los representantes remitieron sus alegatos finales
escritos y documentación anexa8.

12. La Corte deliberó la presente Sentencia, por medio de sesiones virtuales, entre
los días 26 de mayo y 3 de junio de 20219.

III
COMPETENCIA

13. Venezuela fue Estado Parte de la Convención Americana desde el 9 de agosto


de 1977 y reconoció la competencia contenciosa de la Corte el 24 de junio de 1981. El
10 de septiembre de 2012 denunció la Convención Americana. La denuncia se hizo
efectiva el 10 de septiembre de 2013. Con base en el artículo 78.2 de la Convención, la
Corte es competente para conocer el presente caso, en tanto que los hechos analizados
tuvieron origen con anterioridad al momento en que la denuncia puede producir efectos.

IV
RECONOCIMIENTO DE RESPONSABILIDAD INTERNACIONAL

A) Reconocimiento de responsabilidad del Estado y observaciones de la


Comisión y de los representantes

14. El Estado, en su contestación, reconoció su responsabilidad internacional. Lo

prorrogada hasta el 20 de mayo de 2020 inclusive. El Estado presentó el escrito de contestación firmado y la
documentación anexa al mismo el 2 de junio de 2020. El día 8 del mismo mes la contestación y la
documentación anexa fueron traslados a la Comisión y a los representantes, otorgándoseles un plazo hasta el
día 22 siguiente para que presentaran sus observaciones al reconocimiento de responsabilidad.

7
En ella, no obstante, sólo se recibió la declaración del señor Jean Carlos Guerrero. Si bien también se
había dispuesto recibir la de la señora Soleida Morillo, el 23 de diciembre de 2020 los representantes
informaron que no podían garantizar el acceso seguro a internet de ella y solicitaron que declare por escrito.
Esto fue autorizado por medio de una comunicación de la Secretaría de 4 de enero de 2021. La Resolución de
13 de octubre de 2020 está disponible en internet:
https://www.corteidh.or.cr/docs/asuntos/guerreromolina_13_10_20.pdf

8
Las observaciones finales escritas de la Comisión y los alegatos finales escritos del Estado y los
representantes, así como los anexos a éstos últimos, fueron trasladados a las partes y a la Comisión. Se fijó
un plazo, hasta el 19 de marzo de 2021, para que el Estado y la Comisión remitieran, si lo estimaban
conducente, observaciones sobre los anexos aludidos. No obstante, no remitieron observaciones.

9
Debido a las circunstancias excepcionales ocasionadas por la pandemia de la COVID-19, esta
Sentencia fue deliberada y aprobada durante el 142 Período Ordinario de Sesiones, el cual se llevó a cabo de
forma no presencial utilizando medios tecnológicos de conformidad con lo establecido en el Reglamento de la
Corte.

6
hizo expresando lo que sigue:

El Estado venezolano manifiesta […] que reconoce su responsabilidad internacional en el presente


procedimiento por la vulneración del derecho a la vida e integridad personal, establecidos en los
artículos 4.1, 5.1, 8.1 y 25.1 de la Convención Americana, en relación con las obligaciones previstas
en sus artículos 1.1 y 2, en perjuicio de los señores Jimmy Guerrero, Ramón Molina y sus familiares,
en los términos y condiciones establecidos en el Informe de Fondo No. 160/18 […], exceptuando lo
establecido en los artículos 1, 6 y 8 de la Convención Interamericana para Prevenir y Sancionar la
Tortura, por considerar que en el presente caso no se encuadra dentro de lo establecido en el referido
instrumento.

15. Señaló también que “[e]n principio, y de forma general, […] se compromete a
cumplir con las reparaciones integrales correspondientes[, …] en atención a la
jurisprudencia [de la] Corte y los criterios que se han seguido en casos similares en […]
Venezuela”. Se refirió asimismo a algunas medidas puntuales: a) “se compromet[ió,] a
partir de la presentación de [la contestación], a ofrecer y brindar medidas de atención
en salud a las víctimas”, y b) sostuvo que ya ha dado cumplimiento a la garantía de no
repetición solicitada por la Comisión, mediante diversas acciones: el desarrollo de
“espacios de formación” de funcionarios policiales y la “profundiza[ción]” de “medidas
para asegurar la contraloría social y rendición de cuentas de las actuaciones policiales”.

16. Los representantes señalaron que el reconocimiento del Estado “resulta


positivo”, pero que “persiste la necesidad de que la Corte se pronuncie sobre la totalidad
de los hechos, violaciones y medidas [de] repara[ción]”. En este sentido, indicaron que
dicho reconocimiento “no es lo suficientemente claro”, pues no establece cuáles son los
hechos que generaron las violaciones a derechos, ni “en qué consisten las [mismas]”10.

17. La Comisión “valor[ó] positivamente la declaración” del Estado. Señaló que


se trata de un reconocimiento parcial de responsabilidad, que Venezuela “no identificó
de manera precisa los hechos de los cuales derivaría [la misma]”11, y que subsiste la
controversia sobre los artículos 1, 6 y 8 de la Convención Interamericana para Prevenir
y Sancionar la Tortura (en adelante también CIPST). Entendió que la Corte debe
determinar los hechos correspondientes, establecer sus consecuencias jurídicas y las
medidas de reparación respectivas.

B) Consideraciones de la Corte

18. La Corte recuerda que, de conformidad con los artículos 62 y 64 del

10
Expresaron, en cuanto a los hechos, que el Estado no se refirió al contexto ni a las “denuncias y
detenciones” a Jimmy Guerrero antes de su ejecución, como tampoco a las investigaciones y procesos
judiciales iniciados a nivel interno. Notaron también que el Estado afirmó que “Jimmy Guerrero resultó fallecido
de manera inmediata, luego de recibir diversos impactos de proyectil disparados por arma de fuego”, lo que
no fue así determinado en el Informe de Fondo. Advirtieron, respecto al derecho, que el Estado reconoció la
violación al artículo 2 de la Convención, que no fue indicado ni por la Comisión ni por los representantes.
Además, adujeron que Venezuela no se refirió a distintas violaciones a derechos humanos alegadas en el
escrito de solicitudes y argumentos, a saber: a) la detención ilegal y arbitraria de Jimmy Guerrero; b) la falta
de comunicación a Jimmy Guerrero de las razones de su detención; c) no haber llevado a Jimmy Guerrero
ante un juez de modo oportuno; d) las “amenazas y graves lesiones físicas que no fueron investigad[a]s, en
manos de agentes estatales que, en su conjunto, son tortura”, y e) no haber investigado las amenazas y
hostigamientos sufrid[o]s por Jimmy Guerrero.

11
En ese sentido, señaló que, si bien el Estado afirmó que Jimmy Guerrero falleció de forma inmediata
por un disparo de arma de fuego, de eso no se desprende el reconocimiento del “incumplimiento del deber de
prevención”. Además, expresó que Venezuela no precisó los hechos de los cuales derivaría su responsabilidad
por las violaciones al derecho a la integridad personal, en perjuicio de familiares de los señores Guerrero y
Molina, ni tampoco aquellos de los que se desprendería su responsabilidad por la violación de los derechos a
las garantías y protección judiciales, la cuales reconoció.

7
Reglamento, y en ejercicio de sus poderes de tutela judicial de derechos humanos,
cuestión de orden público internacional, le incumbe velar por que los actos de
reconocimiento de responsabilidad resulten aceptables para los fines que busca cumplir
el sistema interamericano12. Con base en lo anterior, examinará los alcances del
reconocimiento de responsabilidad en este caso, considerando sus términos y sus efectos
respecto a los hechos del caso, las pretensiones de derecho y las medidas de reparación.

B.1 En cuanto a los hechos

19. Venezuela reconoció su responsabilidad, respecto a varias violaciones de


derechos reconocidos en la Convención Americana, “en los términos y condiciones
establecidos en el Informe de Fondo”. La Corte entiende que el Estado, al aceptar
violaciones a derechos humanos referidas en el Informe de Fondo, ha reconocido, a su
vez, los hechos contenidos en dicho Informe que dieron lugar a tales violaciones.

20. En relación con lo anterior, debe advertirse que, como parte de su “análisis de
derecho” en el Informe de Fondo, la Comisión tuvo en cuenta “dos contextos relevantes”:
a) a “nivel nacional”, de “violencia policial estadal y denuncias de ejecuciones
extrajudiciales contra personas con el perfil de Jimmy Guerrero, caracterizado por su
falta de investigación y que relacionan la participación de agentes policiales en su
comisión, o que son explicadas como un ‘ajuste de cuentas’ apelando a antecedentes
delictivos”, y b) “la incidencia de [la] problemática [anterior] en el [E]stado Falcón”. La
Comisión, además, hizo determinaciones de hecho respecto de tales aspectos de
contexto. Dado que el Estado reconoció su responsabilidad “en los términos y
condiciones” señalados por la Comisión, y siendo que los mismos incluyen
consideraciones sobre aspectos de contexto, debe entenderse que Venezuela aceptó
tales circunstancias contextuales.

21. Por lo expuesto, este Tribunal deja sentado que ha cesado la controversia sobre
los hechos del caso, incluyendo la situación contextual en la que se presentaron, sin
perjuicio de las puntualizaciones que se formulan a continuación, sobre dos aspectos.

22. En primer término, cabe notar que el Informe de Fondo, en el apartado relativo
a “[d]eterminaciones de hecho”, expresa que “surgieron distintas versiones” sobre las
circunstancias en que sucedieron las muertes de los señores Guerrero y Molina, a saber:
a) que se habrían originado en un “enfrentamiento entre bandas”, b) que ocurrieron en
el marco de un atraco a una licorería, y c) que fueron perpetradas por funcionarios
policiales. Por otra parte, en el apartado sobre “[a]nálisis de derecho”, el Informe de
Fondo establece, por diversos motivos que expone, que hay “indicios suficientes y
consistentes entre sí para establecer la participación estatal en la muerte de Jimmy
Guerrero, y en la muerte conexa de […] Ramón Molina, por lo que las mismas son
atribuibles directamente al Estado venezolano”.

23. Venezuela, al reconocer su responsabilidad ante la Corte, no efectuó precisión


expresa alguna respecto de las tres versiones sobre los hechos. No obstante, efectuó su
reconocimiento “en los términos y condiciones” del Informe de Fondo. Tales términos
incluyen la conclusión, efectuada por la Comisión, de que las muertes de los señores
Guerrero y Molina son atribuibles en forma directa al Estado por la participación de
agentes estatales en los hechos. Por ende, debe entenderse que Venezuela aceptó tal

12
Cfr. Caso Manuel Cepeda Vargas Vs. Colombia. Excepciones Preliminares, Fondo, Reparaciones y
Costas. Sentencia de 26 de mayo de 2010. Serie C No. 213, párr. 17, y Caso Vicky Hernández y otras Vs.
Honduras. Fondo, Reparaciones y Costas. Sentencia de 26 de marzo de 2021. Serie C No. 422, párr. 16.

8
conclusión y, en consecuencia, también que asumió como verdadera la versión de los
hechos que indica que las muertes fueron perpetradas por funcionarios policiales. Esta
última es, asimismo, la versión de los hechos tenida por cierta por los representantes.

24. En consecuencia, la Corte tiene por establecido que las muertes de los señores
Guerrero y Molina se produjeron a partir de la intervención directa de funcionarios
policiales. No tendrá en consideración las otras dos versiones (supra párr. 22).

25. En segundo lugar, el Estado sostuvo que “resulta evidente que el señor Jimmy
Guerrero resultó fallecido de manera inmediata, luego de recibir diversos impactos de
proyectil disparados por arma de fuego”. Por ello, negó su responsabilidad por aducidos
actos de agresión que, según entendió, “supuestamente” se habrían cometido luego del
fallecimiento del señor Guerrero. La Comisión y los representantes, por su lado, como
parte del marco fáctico del caso, señalaron diversas declaraciones que dan cuenta de
agresiones al cuerpo del señor Guerrero posteriores a que el mismo sufriera el primer
impacto de bala. En el Informe de Fondo, la Comisión entendió que no podía
determinarse que él murió en ese momento, por lo que el Estado debió investigar si los
vejámenes cometidos luego constituyeron actos de tortura13. Entonces, subsiste la
controversia respecto a si se cometieron agresiones contra la integridad personal de
Jimmy Guerrero, el día de su muerte, que deban ser investigadas como posibles actos
de tortura.

B.2 En cuanto a las pretensiones de derecho

26. Respecto a las pretensiones de derecho, dados los términos del reconocimiento
de responsabilidad, la Corte constata que ha cesado la controversia sobre la
responsabilidad internacional de Venezuela por las violaciones de los derechos a la vida
y a la integridad personal, reconocidos en los artículos 4.1 y 5.1 de la Convención, en
relación con las obligaciones de respetar y garantizar los derechos, prescriptas por el
artículo 1.1 del mismo tratado.

27. También ha cesado la controversia respecto a la responsabilidad internacional


del Estado por la violación de los derechos a las garantías judiciales y a la protección
judicial, reconocidos en los artículos 8.1 y 25.1 de la Convención, en relación con su
artículo 1.1, en perjuicio de personas familiares de los fallecidos, identificadas en el
Informe de Fondo. Es preciso advertir, no obstante, que los alegatos de los
representantes sobre la violación al deber de investigar tienen por base argumentos
adicionales a los señalados en el Informe de Fondo (infra párrs. 28 y 132 a 134), y que
tales argumentos de los representantes no han sido aceptados ni controvertidos en
forma directa por el Estado.

28. Por otra parte, es preciso notar que los representantes adujeron violaciones a
derechos humanos en perjuicio de Jimmy Guerrero, que no fueron determinadas en el
Informe de Fondo, con base en circunstancias de privación de libertad, agresiones y

13
La Comisión y los representantes luego, en sus observaciones finales escritas y alegatos finales
escritos, respectivamente, presentaron consideraciones distintas, teniendo en cuenta prueba producida en el
proceso ante la Corte. Así, la Comisión afirmó que “si bien […] no determinó la ocurrencia de torturas en su
[I]nforme de [F]ondo, […], con los elementos aportados al proceso resulta posible […] que la Corte verifique
los elementos de la tortura en perjuicio [de Jimmy Guerrero] durante el ataque que acabó con [su] vida”. Los
representantes, por su parte, aseveraron “Jimmy Guerrero fue arrastrado, golpeado y atropellado de manera
intencional momento previos a su muerte”, y que ello constituyó “tortura”. La posibilidad de examinar estos
alegatos es tratada más adelante (infra párr. 126).

9
hostigamientos, previas a la fecha en que él murió14. Venezuela no aceptó en forma
explícita dichas violaciones. Las mismas versan sobre la presunta inobservancia de la
prohibición de actos de tortura, del deber de investigar los mismos y del derecho a la
libertad personal, conforme los artículos 5.2 y 7.1, 7.2, 7.3, 7.4 y 7.5 de la Convención
Americana, en relación con su artículo 1.1, y de los artículos 1, 6 y 8 de la Convención
Interamericana para Prevenir y Sancionar la Tortura. Tampoco lo ha hecho respecto al
alegato de los representantes de que todas las violaciones a derechos se produjeron
transgrediendo la prohibición de discriminación que surge del artículo 1.1 de la
Convención.

29. Por otra parte, subsiste la controversia respecto de la alegada violación de los
artículos 1, 6 y 8 de la Convención Interamericana para Prevenir y Sancionar la Tortura
por la falta de investigación oficiosa de las agresiones que habría sufrido Jimmy Guerrero
en el momento del ataque que derivó en su muerte, en los términos aducidos por la
Comisión15.

B.3 En cuanto a las reparaciones

30. En lo que se refiere a la reparación de las violaciones a derechos humanos, la


Corte constata que el Estado afirmó, en forma general, que cumpliría las medidas
correspondientes. Además, se comprometió a brindar “atención en salud” a las víctimas.
También informó sobre el desarrollo de medidas tendientes a evitar la repetición de los
hechos. Las afirmaciones estatales sobre medidas de reparación puntuales no abarcan
la totalidad de las solicitudes de reparación formuladas por la Comisión y los
representantes. Por tanto, subsiste la controversia a este respecto.

B.4 Valoración del alcance del reconocimiento de responsabilidad

31. La Corte, como en otros casos16, valora el reconocimiento del Estado de su


responsabilidad internacional. El mismo produce plenos efectos jurídicos, de acuerdo a
los artículos 62 y 64 del Reglamento. El Tribunal considera, en los términos antes
indicados, que ha cesado la controversia del caso respecto a la mayor parte de los hechos
y la necesidad de adoptar medidas de reparación. Asimismo, ha cesado la controversia

14
Es preciso aclarar que, aunque las violaciones a derechos humanos aludidas, señaladas por los
representantes, no fueron determinadas en el Informe de Fondo, las circunstancias fácticas en que los
representantes las sustentan sí fueron referidas en esa decisión de la Comisión Interamericana, que las
consideró como parte del marco fáctico del caso que sustentó las conclusiones a las que arribó.

15
La Comisión y los representantes, en el Informe de Fondo y en el escrito de solicitudes y argumentos,
respectivamente, arguyeron la vulneración de los artículos 1, 6 y 8 de la Convención Interamericana para
Prevenir y Sancionar la Tortura de modo diverso: la primera adujo esa vulneración, en perjuicio de Jimmy
Guerrero, respecto a la omisión del inicio oficioso de una investigación de presuntos actos de tortura, en
relación con agresiones que habría sufrido en el momento del ataque que derivó en su muerte. Los segundos,
por su parte, argumentaron también que dichos artículos se violaron por la omisión de investigación de actos
de tortura, pero afirmaron que ello se refirió a la indagación sobre actos ocurridos días previos al ataque
señalado. Además, sostuvieron que las disposiciones indicadas se vieron violadas “en concordancia” con el
artículo 5 de la Convención Americana, que recepta el derecho a la integridad personal, por la comisión de
actos de tortura en contra de Jimmy Guerrero, también en relación con hechos sucedidos tiempo antes de la
fecha en que murieron los señores Guerrero y Molina. El Estado, por su parte, negó su responsabilidad por la
violación de los artículos señalados de la Convención Interamericana para Prevenir y Sancionar la Tortura
aduciendo que Jimmy Guerrero murió en forma inmediata al recibir disparos de arma de fuego, es decir,
refiriéndose a lo aducido por la Comisión en el Informe de Fondo, no a lo aseverado por los representantes.

16
Cfr. Caso Benavides Cevallos Vs. Ecuador. Fondo, Reparaciones y Costas. Sentencia de 19 de junio
de 1998. Serie C No. 38, párr. 57, y Caso Vicky Hernández y otras Vs. Honduras, párr. 23.

10
respecto de varias de las violaciones a derechos humanos aducidas, de acuerdo a las
precisiones ya formuladas.

32. El Tribunal no considera necesario, en esta oportunidad, examinar en forma


detallada la violación del derecho a la vida, establecido en el artículo 4.1 de la
Convención, en perjuicio de los señores Guerrero y Molina, ni la violación al derecho a
la integridad personal, reconocido en el artículo 5.1 de la Convención, en perjuicio de
sus familiares. Esto, dado el reconocimiento de responsabilidad internacional por parte
del Estado sobre estos aspectos y toda vez que las respectivas pretensiones de derechos
alegadas y reconocidas en el presente caso ya han sido objeto de desarrollo
jurisprudencial por parte de la Corte Interamericana. Las violaciones a derechos
humanos indicadas, entonces, quedan establecidas con base en el reconocimiento
estatal de responsabilidad17. Se deja sentado, al respecto, que los señores Molina y
Guerrero fueron víctimas de ejecución extrajudicial o sin proceso por parte de
funcionarios policiales y que, por los motivos que se expondrán más adelante (infra
párrs. 91 a 99), la violación del derecho a la vida del señor Guerrero implicó también un
acto de discriminación en su contra.

33. La Corte nota, por otra parte, que el Estado no ha aceptado de modo explícito
todas las violaciones alegadas y ha controvertido en forma directa algunas de ellas. El
Tribunal estima necesario dictar la presente Sentencia y determinar en ella los hechos
ocurridos y las violaciones a derechos humanos consumadas18. Ello permite dirimir las
controversias subsistentes y resolver lo conducente sobre alegatos que no fueron
aceptados expresamente por el Estado. Además, contribuye a la reparación de las
víctimas, a evitar que se repitan hechos similares y a satisfacer, en suma, los fines de
la jurisdicción interamericana sobre derechos humanos 19. La Corte se pronunciará,
asimismo, sobre las medidas de reparación correspondientes.

34. Este Tribunal no se pronunciará sobre el artículo 2 de la Convención Americana,


cuya supuesta violación fue reconocida por Venezuela, pero no alegada por la Comisión
ni por los representantes (supra párr. 14). El Estado no explicó los motivos por los cuales
sería responsable por dicha violación y la Corte no encuentra sustento para examinarla.

17
Es preciso hacer notar que la Comisión, en el Informe de Fondo, concluyó que el Estado incumplió no
solo el deber de respeto del derecho a la vida, sino también el de garantía, por la falta de prevención del
atentado homicida, pese al conocimiento de las autoridades del riesgo en que se encontraba Jimmy Guerrero.
Estas aseveraciones quedan comprendidas en el reconocimiento de responsabilidad del Estado. Por otra parte,
la Corte nota que los representantes, como parte de sus alegatos sobre la violación al derecho a la vida,
formularon argumentos sobre la falta de investigación de las muertes de los señores Guerrero y Molina. Los
aspectos vinculados a la investigación de los hechos serán evaluados en relación con los derechos a las
garantías judiciales y a la protección judicial (infra Capítulo VII.5).

18
Sin perjuicio de lo expresado, en relación con los alegatos presentados por los representantes no
reconocidos expresamente por el Estado, pero tampoco controvertidas, la Corte recuerda que el artículo 41.3
del Reglamentos indica que “[l]a Corte podrá considerar aceptad[a]s […] las pretensiones que no hayan sido
expresamente controvertidas”. Este Tribunal, por ende, tendrá en cuenta lo indicado como un elemento
relevante en el examen de los alegatos referidos.

19
Cfr., en el mismo sentido, Caso Tiu Tojín Vs. Guatemala. Fondo, Reparaciones y Costas. Sentencia
de 26 de noviembre de 2008. Serie C No. 190, párr. 26 y Caso Mota Abarullo y otros Vs. Venezuela. Fondo,
Reparaciones y Costas. Sentencia de 18 de noviembre de 2020. Serie C No. 417, párr. 24.

11
V
PRUEBA

A) Admisibilidad de la prueba documental

35. La Corte recibió diversos documentos presentados como prueba por la


Comisión y los representantes junto con sus escritos principales (supra párrs. 4 y 7)20.
Como en otros casos, este Tribunal admite aquellos documentos presentados
oportunamente (artículo 57 del Reglamento) por las partes y la Comisión, cuya
admisibilidad no fue controvertida ni objetada, ni cuya autenticidad fue puesta en duda 21.

36. Además, en virtud de lo dispuesto en la Resolución de la Presidenta de la Corte


de 13 de octubre de 2020 (supra párr. 10), quedan incorporadas al acervo probatorio,
como prueba documental, las declaraciones periciales de a) Hugo Fruhling, rendida en
el caso Hermanos Landaeta Mejías y otros Vs. Venezuela; b) Christof Heyns, dada en el
caso Favela Nova Brasilia Vs. Brasil 22; c) Magaly Mercedes Vásquez González, presentada
en el caso Familia Barrios Vs. Venezuela, y d) José Pablo Baraybar, producida en el caso
Hermanos Landaeta Mejías y otros Vs. Venezuela. La incorporación del primer
documento fue solicitada por la Comisión y la de los restantes por los representantes.

37. Por otra parte, la Corte observa que los representantes, junto con sus alegatos
finales escritos, presentaron una publicación del Consejo de Derechos Humanos de la
Organización de las Naciones Unidas de 15 de septiembre de 2020, es decir, efectuada
después de la presentación del escrito de solicitudes y argumentos. Además, remitieron
comprobantes de erogaciones monetarias realizadas también con posterioridad al escrito
de solicitudes y argumentos. Los documentos, por tanto, resultan prueba de hechos
supervinientes, en los términos del artículo 57.2 del Reglamento, y quedan admitidos23.

20
El Estado no acompañó a su escrito de contestación prueba documental. Solicitó el traslado de prueba
documental consignada en el trámite de un caso contencioso decidido antes por la Corte. Esta prueba
documental finalmente no fue incorporada el proceso, ya que, pese a que así le fue requerido, el Estado no
precisó a cuáles documentos se refería. La desestimación de la solicitud estatal fue determinada por la
Resolución de la Presidenta de la Corte de 13 de octubre de 2020 (supra párr. 10).

21
Cfr. Caso Velásquez Rodríguez Vs. Honduras. Fondo. Sentencia de 29 de julio de 1988. Serie C No.
4, párr. 140, y Caso Vicky Hernández y otras Vs. Honduras, párr. 25. La prueba documental puede ser
presentada, en general y de conformidad con el artículo 57.2 del Reglamento, junto con los escritos de
sometimiento del caso, de solicitudes y argumentos o de contestación, según corresponda, y no es admisible
la prueba remitida fuera de esas oportunidades procesales, salvo en las excepciones establecidas en el referido
artículo 57.2 del Reglamento (a saber, fuerza mayor, impedimento grave) o salvo si se tratara de un hecho
superviniente, es decir, ocurrido con posterioridad a los citados momentos procesales.

22
La declaración dada por el señor Christof Heyns se encuentra en idioma portugués. Por ello, en el
punto resolutivo 9 de la Resolución de la Presidenta de la Corte de 13 de octubre de 2020 (supra párr. 10), se
dispuso que los representantes, quienes solicitaron la incorporación de dicha declaración, debían remitir su
traducción al español. Los representantes presentaron dicha traducción en forma oportuna. El Estado y la
Comisión no presentaron observaciones al respecto. La Corte tendrá en consideración la versión en español
de la declaración del señor Heyns, de acuerdo a la traducción allegada por los representantes.

23
Dichos documentos, tal como fueron agrupados por los representantes, son: a) ONU, Consejo de
Derechos Humanos (CDH), Conclusiones detalladas de la Misión internacional independiente de determinación
de los hechos sobre la República Bolivariana de Venezuela, 15 de septiembre de 2020; b) comprobantes de
gastos de COFAVIC; c) comprobantes de gastos de CEJIL, y d) Comprobantes de desembolsos de formulación
de affidavits, relativos al Fondo de Víctimas de la Corte Interamericana (infra párrs. 195 y 196).

12
B) Admisibilidad de la prueba testimonial y pericial

38. La Corte estima pertinente admitir la declaración de Jean Carlos Guerrero


Meléndez, dada en forma oral en la diligencia realizada por videoconferencia (supra párr.
10), así como las declaraciones rendidas por escrito ante fedatario público y en español,
idioma de trabajo del caso, que fueron presentadas en forma oportuna, en la medida en
que se ajusten al objeto que fue definido por la Presidencia, en la Resolución mediante
la cual ordenó recibirlas (supra párr. 10)24.

39. Las declaraciones, propuestas por los representantes, de las víctimas Yarelis
Mercedes Guerrero Meléndez, Nieves Ramón Guerrero Pérez, Emilia Coromoto Meléndez,
Franklin Felipe Guerrero Meléndez, Jiannibeth Stephanny Guerrero Colina y Soleida
Morillo, así como de la perita Rossana Ramirez, no fueron rendidas ante fedatario
público, sino que fueron autenticadas por dos testigos, acto éste último que no fue
dispuesto por la Corte o su Presidencia. Los representantes adujeron que Yarelis
Guerrero, por dificultades respecto de su documentación personal, no pudo conseguir la
actuación de un fedatario público, y que tampoco pudo hacerlo el resto de las personas
declarantes nombradas, por restricciones de movilidad derivadas de la pandemia.
Además, los representantes adujeron una “imposibilidad de realizar notarizaciones ante
fedatario público en Venezuela”. El Estado y la Comisión no objetaron la admisibilidad
de estas declaraciones. En atención a las razones dadas por los representantes, la Corte
admite las declaraciones referidas25.

40. Por otra parte, la declaración de la perita Carmen Wurst, propuesta por los
representantes, fue recibida el 8 de febrero de 2021, dentro del plazo otorgado por la
concesión de una prórroga del término inicial. No fue dada ante fedatario público. Los
representantes explicaron que ello se debió a dificultades derivadas de la pandemia. El
Estado y la Comisión no objetaron la admisibilidad de la declaración. Teniendo en
consideración las razones señaladas por los representantes, la Corte admite la
declaración pericial de Carmen Wurst.

41. Es preciso advertir también que fue recibida en idioma inglés la declaración,
dada ante fedatario público, del perito Philip Alston. No obstante, los representantes
remitieron una traducción al español. Ni el Estado ni la Comisión efectuaron
observaciones al respecto. La Corte admite la declaración pericial de Philip Alston, y
tendrá en cuenta su versión en español.

42. Por último, es preciso dar cuenta de la recepción tardía de la declaración escrita

24
La Corte recibió, en el plazo fijado al efecto en la Resolución de la Presidenta de la Corte de 13 de
octubre de 2020 (supra párr. 10), en español y rendidas ante fedatario público, las declaraciones, propuestas
por los representantes, de la víctima Fraily Danaee Guerrero Chirinos y de los peritos Ignacio Cano, José Luis
Prieto Carrero y Roberto Briceño León. La declaración del señor Briceño León incluyó documentación anexa,
que se tendrá en cuenta sólo en relación con la declaración pericial, y no como prueba documental relevante
respecto a hechos del caso. Por otra parte, se deja sentado que no fue remitida al Tribunal la declaración
escrita de la testigo Karin García Carrasco, propuesta por el Estado. El 28 de enero de 2021, un día después
de que venciera el plazo establecido para recibir dicha declaración, el Estado indico que desistía de la misma.
Venezuela informó que la señora García Carrasco, “se vio impedida de rendir su declaración por motivos
personales”.

25
Cfr., en el mismo sentido, Caso Olivares Muñoz y otros Vs. Venezuela. Fondo, Reparaciones y Costas.
Sentencia de 10 de noviembre de 2020. Serie C No. 415, párr. 41, y Caso Mota Abarullo y otros Vs. Venezuela,
párr. 31. Las consideraciones de las sentencias citadas, en las que la Corte determinó admitir declaraciones
que, en razón de dificultades derivadas de la pandemia, no fueron dadas ante fedatario público, son pertinentes
también, en lo correspondiente, respecto a las determinaciones que se efectúan en la presente Sentencia
respecto de la perita Carmen Wurst y el testigo Fernández Blanco (infra párrs. 40 y 42).

13
del testigo Pablo Fernández Blanco, que no fue dada ante fedatario público. Dicha
declaración fue recibida por este Tribunal el 28 de enero de 2021, un día después de que
venciera el plazo correspondiente. El Estado, que propuso la declaración, expresó que,
por razones personales atinentes al testigo, no pudo remitirse la misma en el plazo fijado
al efecto, y agregó que el señor Fernández Blanco, en razón de la pandemia, “se [vio]
impedido de rendir su declaración ante fedatario público”. La Comisión y los
representantes no efectuaron observaciones. La Corte, teniendo en cuenta las razones
expresadas por el Estado, admite la declaración testimonial del señor Fernández Blanco.

VI
HECHOS

43. La Corte, en lo que sigue, establecerá los hechos del caso. Lo hará con base
en el marco fáctico sometido al conocimiento del Tribunal por la Comisión. Tendrá en
cuenta la aceptación del mismo por el Estado, en los términos ya expuestos (supra párrs.
8, 14, 19 a 25 y 31), así como el acervo probatorio y que Venezuela no controvirtió en
forma expresa aseveraciones sobre hechos efectuadas por los representantes26.

44. A continuación, se expondrán los hechos establecidos en el siguiente orden: a)


contexto; b) hechos previos a las muertes de Jimmy Guerrero y Ramón Molina; c) las
muertes de Jimmy Guerrero y Ramón Molina, y d) investigaciones y actuaciones
judiciales.

A) Contexto

45. Como ha quedado establecido, dados los términos de su reconocimiento de


responsabilidad internacional, el Estado aceptó las indicaciones sobre una situación
contextual formulada por la Comisión (supra párrs. 14, 20 y 21). La misma refiere al
acaecimiento de actos de violencia policial y denuncias de ejecuciones extrajudiciales
contra personas en situación de pobreza, en particular de hombres jóvenes 27. También
se refiere a la falta de investigación de tales acontecimientos. La Corte, a continuación,
precisará la situación contextual referida, atinente a la época de los hechos del caso 28.

A.1 Violencia policial en Venezuela y el Estado Falcón

46. La Corte, en su decisión sobre el caso Hermanos Landaeta Mejías y otros Vs.
Venezuela, a partir de contar con “elementos de convicción suficientes”, “conclu[yó] que
en Venezuela, durante la época de los hechos de[ ese] caso, [cuyas circunstancias
centrales ocurrieron en el segundo semestre de 1996,] existía una seria problemática de
abusos policiales, localizada en diversos estados”29.

26
Es pertinente recordar, al respecto, que el artículo 41.3 del Reglamento indica que “[l]a Corte podrá
considerar aceptados aquellos hechos que no hayan sido expresamente negados”.

27
Como ha sido expuesto (supra párr. 20), la Comisión se refirió a un contexto de denuncias de
ejecuciones extrajudiciales contra personas “con el perfil de Jimmy Guerrero”. De la lectura del Informe de
Fondo, en particular, de su párrafo 22, surge que las características de las víctimas de violencia policial aludidas
por la Comisión consisten en ser las mismas hombres jóvenes y pertenecientes a sectores socio-económicos
vulnerables.

28
La Corte tiene en cuenta, a tales efectos, circunstancias ya advertidas por el Tribunal en ocasiones
anteriores; los señalamientos de la Comisión, aceptados por Venezuela; las alusiones al contexto formuladas
por los representantes, que no fueron controvertidas por el Estado, y las precisiones que surgen de la prueba.

29
Caso Hermanos Landaeta Mejías y otros Vs. Venezuela. Excepciones Preliminares, Fondo,
Reparaciones y Costas. Sentencia de 27 de agosto de 2014. Serie C No. 281, párr. 55.

14
47. Esa situación tuvo continuidad en años siguientes. En la misma sentencia
recién citada, este Tribunal consignó documentos de 1999 y 2001, emitidos en el ámbito
de la Organización de las Naciones Unidas, que advertían sobre denuncias de “muertes
extrajudiciales de menores por miembros de las fuerzas policiales”, así como “de tortura
y de uso excesivo de la fuerza por parte de la policía y otras fuerzas de seguridad” 30. De
acuerdo a aseveraciones del perito Briceño León y datos consignados por él, la violencia
y “letalidad policial” se vio incrementada luego de 1999, en el marco de un aumento los
homicidios en Venezuela, cuya proporción respecto a la población creció en un 76%
entre 1999 y 200331. En el mismo sentido, la Corte ya ha tenido en cuenta estudios
estatales, realizados en 2006 por la Comisión Para la Reforma Policial (CONAREPOL),
que indicaron que la situación a la que se había llegado para ese año denotaba
extralimitaciones en el uso de la fuerza por parte de “cuerpos policiales”. Así, el
documento respectivo dio cuenta de que el “uso de la fuerza física” por parte de tales
cuerpos, los que preservaban un “componente militar” que propiciaba “abuso[s]” y
“patrones operativos agresivos e ineficientes como métodos de lucha contra el delito”,
se había “convertido en un medio de afirmación de su autoridad”, en un contexto de
escasa supervisión y ausencia de protocolos de actuación 32.

48. De modo concordante, al decidir un caso cuyos hechos centrales ocurrieron en


el Estado Falcón, este Tribunal señaló que, para inicios de 2001, en Venezuela “ocurrían
ejecuciones extrajudiciales y otros abusos por parte de las fuerzas policiales, en
particular por las policías estaduales y municipales”33. La Corte también ha considerado
señalamientos, efectuados en 2003, sobre la “proliferación[,] en diversos [E]stados [de
Venezuela,] de grupos de exterminio vinculados a las organizaciones policiales, [una de]
cuyas modalidades de actuación consistía […] en una ejecución mediante
enfrentamientos simulados”34.

49. De acuerdo con afirmaciones de la Defensoría del Pueblo de Venezuela,


efectuadas respecto al año 2003, el modus operandi de estas ejecuciones, aun no siendo
igual en todos los casos, incluía con frecuencia la simulación de un enfrentamiento; la
intercepción de la víctima cerca o adentro de su residencia, o en el transcurso de
operativos policiales; la presencia de testigos; el uso de armas de fuego, disparadas
varias veces sobre el cuerpo de la víctima; la alteración de la escena del crimen; el
traslado de la víctima a un lugar diferente del de los hechos; el ocultamiento, por
pasamontañas, de la identidad del funcionario, así como el empleo de vehículos sin
placas o taxis, y las amenazas u hostigamientos a familiares o testigos que denunciaran

30
Caso Hermanos Landaeta Mejías y otros Vs. Venezuela, párr. 49.

31
El perito Briceño León indicó que, cada 100,000 habitantes, en 1999 había 25 homicidios y en 2003
44 (cfr. declaración del perito Roberto Briceño León (expediente de prueba, fs. 11574 a 11586)). El perito
consideró que en 2002 y 2003, de forma paralela al aumento de homicidios, creció la actuación al margen de
la ley de fuerzas policiales.

32
Caso Uzcátegui y otros Vs. Venezuela. Fondo y Reparaciones. Sentencia de 3 de septiembre de 2012.
Serie C No. 249, párr. 36, y Caso Díaz Loreto y otros Vs. Venezuela. Excepciones Preliminares, Fondo,
Reparaciones y Costas. Sentencia de 19 de noviembre de 2019. Serie C No. 392, párr. 31. El documento
aludido es: Comisión Nacional para la Reforma Policial, Presentación Caracterización de los cuerpos de Policía,
Estudios. Caracas 2006, y Características de la Policía Venezolana, Caracas 2006.

33
Caso Uzcátegui y otros Vs. Venezuela, párr.35. La Corte efectuó esta aseveración sobre la base del
reconocimiento estatal, así como de otras fuentes.

34
Caso Hermanos Landaeta Mejías y otros Vs. Venezuela, párr. 50.

15
los hechos35.

50. Las víctimas de la violencia policial descripta consistían mayormente en


hombres jóvenes en condición de pobreza36. El perito Alston afirmó que “el hecho de
ser joven hace que la situación de pobreza se agrave”, y que se incrementen las
posibilidades de maltrato por parte de autoridades 37. En forma similar, el perito Briceño
León aseveró que “[e]n Venezuela la violencia se ha ensañado con un segmento
particular de la población: los hombres jóvenes en situación de pobreza”38. En la
declaración ya citada el perito Alston efectuó manifestaciones concordantes, indicando
la estigmatización padecida por las personas pertenecientes al sector de la población
aludido, como presuntamente vinculadas a actividades delictivas.

51. En ese sentido, el informe de la Defensoría del Pueblo antes citado (supra párr.
49) señala que “[e]l 99% de las víctimas [fueron] de sexo masculino”, y que el 77%
fueron menores de 28 años de edad. El mismo documento agrega que “[l]a mayoría de
los ajusticiamientos ocurren en zonas urbanas de escasos recursos”. También advirtió
que en 2003 había aumentado, respecto del año anterior, el número de denuncias de
“muertes por ejecuciones”, y que la policía del estado Falcón fue la segunda más
denunciada del país39. En 2003, el Defensor del Pueblo expresó “gran preocupación por
el exagerado incremento de denuncias de abuso policial en el Estado [Falcón]”, y durante

35
República Bolivariana de Venezuela. Poder Ciudadano. Defensoría del Pueblo. Anuario 2003. Derechos
Humanos en Venezuela (expediente de prueba, anexo 3.J al escrito de solicitudes y argumentos, fs. 2594 a
2773).

36
La Comisión, en su Informe de Fondo, indicó que las víctimas de ejecuciones extrajudiciales cometidas
por la policía en la época de los hechos del caso pertenecían a los “sectores” más “humildes” o “vulnerables”
en el aspecto “socio-económicos”. Indicó también que las víctimas del estado Falcón eran hombres jóvenes.
El Estado ha aceptado estos señalamientos de hecho (supra párrs. 8, 14, 20, 21 y 31). Los representantes
expresaron, en una afirmación no controvertida por el Estado, que “[l]os abusos y ejecuciones extrajudiciales
cometidos por las fuerzas policiales en Venezuela tienen como víctimas directas, en su mayoría, a hombres
jóvenes pertenecientes a los sectores sociales económicamente más vulnerables”. En sustento de tal
aseveración citaron un documento de 2003, emitido por la Comisión Interamericana, que indica que “[u]na de
las situaciones más serias que han incidido sobre el derecho a la vida durante los últimos años ha sido el
fenómeno de la limpieza social”, y que “los asesinatos son perpetrados por grupos parapoliciales que cuentan
con la participación de miembros de los distintos cuerpos policiales estatales y de miembros de la Guardia
Nacional. Asimismo, estos asesinatos ocurren dentro de patrones determinados en relación con las
características de las víctimas y al modus operandi de la ejecución. En primer término, en la generalidad de
los casos se trata de asesinatos de jóvenes de muy escasos recursos, con antecedentes penales, a quienes se
les extorsiona exigiéndoles grandes cantidades de dinero y se les asesina cuando no pueden cumplir los pagos
exigidos. […] Es frecuente, además, que a las víctimas se les elaboren previamente falsos antecedentes
policiales para justificar la agresión. Asimismo, los familiares y los testigos a menudo son también perseguidos
y hostigados para que no denuncien a los agresores. Lo mismo sucede con jueces y fiscales”. (Comisión
Interamericana de Derechos Humanos, Informe sobre la situación de los derechos humanos en Venezuela,
OEA/Ser.L/V/II.118, 24 octubre 2003, párrs. 321, 331 y 332 (expediente de prueba, anexo 4.E al escrito de
solicitudes y argumentos, fs. 9673 a 9686) Los representantes allegaron una versión incompleta del
documento, pero el mismo puede consultarse en forma íntegra en internet:
http://www.cidh.org/countryrep/Venezuela2003sp/indice.htm).

37
En ese sentido, señaló que “[e]s más probable que las personas en situación de pobreza reciban
oportunidades educativas muy reducidas y que estén expuestos a altos niveles de desempleo. Hay múltiples
ejemplos de situaciones en que las autoridades públicas han tratado a los jóvenes que no han alcanzado altos
niveles de educación como si no tuvieran nada que aportar a la sociedad y pudieran incluso considerarse
desechables” (declaración pericial de Philip Alston (expediente de prueba, fs. 11542 a 11567)).

38
Declaración pericial de Roberto Briceño León.

39
República Bolivariana de Venezuela. Poder Ciudadano. Defensoría del Pueblo. Anuario 2003. Derechos
Humanos en Venezuela. El documento da cuenta de 40 denuncias durante 2003 contra la policía del estado
Falcón por ejecuciones extrajudiciales.

16
ese año y el siguiente solicitó una “profunda revisión administrativa del personal adscrito
a las Fuerzas Armadas Policiales del [E]stado [Falcón]”40.

A.2. Impunidad de actos de violencia policial

52. La Corte, con base en señalamientos de entidades de la Organización de las


Naciones Unidas de 1999 y 2001, ya ha advertido que, hacia fines de la década de 1990,
en Venezuela se presentaban demoras en la actuación de organismos estatales en la
“reacci[ón]” frente a hechos de violencia policial, así como la “ausencia de mecanismos
independientes” para la investigación de los mismos 41. Este Tribunal ha tenido en cuenta
también información estatal que indica que “en el período de 2000 a 2007 existían 6,405
casos de violación de derechos humanos, delito de homicidio, enfrentamientos o
ajusticiamientos, de los cuales solo existían 436 acusaciones” 42. De conformidad a datos
de la Fiscalía General, entre 2001 y julio de 2003 habían ocurrido al menos 1,541
presuntas ejecuciones, habiéndose dictado 17 sentencias condenatorias. La Defensoría
del Pueblo consideró que ese número resultaba “ínfimo” en comparación con la cantidad
de causas43, representando, respecto de los hechos de posibles ejecuciones, un 1.1%.

A.3 Conclusión sobre la situación de contexto

53. Dado lo expuesto, la Corte entiende que, para 2003, cuando ocurrieron los
hechos centrales del presente caso, existía en Venezuela, así como en el Estado Falcón
en particular, una situación de incremento de homicidios y de la violencia policial, que
afectaba en mayor medida a hombres jóvenes en situación de pobreza. A su vez, existía
un alto grado de impunidad respecto a dicha violencia.

B) Hechos del caso

54. Jimmy Rafael Guerrero Meléndez, nació el 19 de abril de 1976. Contaba con 26
años de edad al momento de su muerte. Trabajaba como taxista y vendedor ambulante
en la ciudad de Coro. Ramón Antonio Molina Pérez nació el 1 de enero de 1954. Al
momento de su muerte tenía 49 años, era conductor de vehículos para una empresa, y
el sostén de su familia. Ramón era muy cercano a la familia Guerrero, en particular al
señor Nieves Ramón Guerrero Pérez, padre de Jimmy, de quien era primo hermano; por
ello, era considerado como un tío44. Los familiares de Jimmy Guerrero y Ramón Molina,

40
Diario La Mañana, Preocupada Defensoría del Pueblo por incremento de abusos policiales, Santa Ana
de Coro, miércoles 24 de diciembre de 2003, Sucesos (expediente de prueba, trámite ante la Comisión, f.
148), y El Nacional, Defensor del Pueblo en Falcón exigió intervención de cuerpos de seguridad (expediente
de prueba, trámite ante la Comisión, f. 151).

41
Caso Hermanos Landaeta Mejías y otros Vs. Venezuela, párr. 55. Los documentos citados son los
siguientes: “ONU, Consejo Económico y Social. Informe de la Relatora Especial, Sra. Asma Jahangir,
presentado en cumplimiento de la resolución 1998/68 de la Comisión de Derechos Humanos, Adición, Situación
por países, de 6 de enero de 1999. E/CN.4/1999/39/Add.1. Disponible en http://daccess-
ddsny.un.org/doc/UNDOC/GEN/G99/100/29/PDF/G9910029.pdf?OpenElement, párr. 258”, y “ONU, Comité de
Derechos Humanos. Observaciones Finales del Comité de Derechos Humanos: Venezuela. 4/26/2001, de 26
de abril de 2001. CCPR/CO/71/VEN. Disponible en: www.acnur.org/biblioteca/pdf/1373.pdf?view=1, párr. 8”.

42
Caso Hermanos Landaeta Mejías y otros Vs. Venezuela, párr. 53. El documento citado, como se indica
en la nota a pie de página 57 de la sentencia citada, es el “Informe Anual del Fiscal de la República de 2007”.

43
República Bolivariana de Venezuela. Poder Ciudadano. Defensoría del Pueblo. Anuario 2003. Derechos
Humanos en Venezuela.

44
Cfr. Declaración oral de Jean Carlos Guerrero ante la Corte.

17
también víctimas en este caso, se indican más adelante (infra párr. 165).

B.1. Hechos previos a las muertes de Jimmy Guerrero y Ramón Antonio Molina

55. Jimmy Guerrero, en distintas ocasiones, ante entidades estatales y ante la


prensa, denunció actos de hostigamiento, detención, amenazas y agresiones por parte
de funcionarios policiales contra él y sus familiares. De acuerdo a declaraciones de
algunos de éstos, tales acciones contra Jimmy Guerrero tuvieron como antecedente que,
antes de las mismas, funcionarios policiales tuvieron sospechas de que él podría haber
estado involucrado en un acto ilícito y que, a partir de eso, en palabras de su padre, “lo
culpaban por todo lo que ocurría”45.

56. Así, Jimmy Guerrero efectuó tres denuncias ante órganos fiscales y dos
presentaciones ante la Defensoría del Pueblo. También efectuó una declaración ante esa
entidad, luego de una presentación previa sobre hechos en su contra realizada por una
vecina de él. La Defensoría del Pueblo solicitó medidas de protección a favor del señor
Guerrero y la investigación de posibles violaciones a sus derechos. Estas circunstancias,
así como la información, indicada por la Comisión o las partes, sobre las actuaciones
subsiguientes a las mismas, se precisan a continuación. Se aclara que, en todos los
casos, la Corte no cuenta con datos sobre trámites posteriores a los últimos que se
indican respecto a cada denuncia o presentación.

57. Primera denuncia. - El 16 de agosto de 2001 Jimmy Guerrero denunció


“acosamiento policial” ante la Fiscalía Superior del Estado Falcón (en adelante “Fiscalía
Superior”). Señaló que, en la noche del 13 de agosto de 2001, “un motorizado se acercó
y [le] amenazó de muerte[,] advirtiendo[le] que siempre ande acompañado porque en
lo que [lo] viera solo [lo] iba a matar”46. Documentación emitida con posterioridad por
la Defensoría del Pueblo indica que la amenaza provenía de un funcionario policial 47.

45
Jean Carlos Guerrero, en su declaración oral ante la Corte, expresó que su hermano Jimmy Guerrero,
“sufrió un conjunto de hostigamientos, amenazas policiales, persecuciones, extorsión por parte de la policía,
muchas detenciones arbitrarias [y] golpes[,] que él denunció al Ministerio Público y ante la Defensoría del
Pueblo”. Además, señaló que las amenazas “no eran solamente contra Jimmy, sino también contra la familia
para poder incidir en Jimmy”. Explicó que “Jimmy fue un joven quizás un poco irreverente en algunos
momentos, y eso trajo como consecuencia que la policía [del Estado Falcón] lo “hostigar[a]”. En el mismo
sentido, Nieves Guerrero, padre de Jimmy Guerrero, declaró que éste desde “joven”, es decir, desde antes de
la denuncia que efectuó en agosto de 2001 (infra párr. 57), tuvo conflictos. Agregó que a su hijo “lo tenían
marcado”, y que “fue muy perseguido por la policía, lo amenazaba[n], siempre”. Expresó que a Jimmy
Guerrero “hasta lo torturaron, y lo metieron preso y lo golpearon horrible”. Mencionó que las amenazas a
Jimmy Guerrero “eran [muy] fuertes”. (Declaración escrita de Nieves Guerrero (expediente de prueba, fs.
11422 a 11427).) Emilia Coromoto Meléndez, madre de Jimmy Guerrero, también declaró que su hijo había
tenido “problemas” desde “más jovencito”, y que fue amenazado y hostigado, y que él indicaba que esos actos
provenían de funcionarios “de la policía y el Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas”.
También declaró que en una ocasión personal policial le dijo a ella que iban a matar a su hijo. (Declaración
escrita de Emilia Coromoto Meléndez de Guerrero (expediente de prueba, fs. 11432 a 11436).) Franklin Felipe
Guerrero Meléndez, hermano de Jimmy Guerrero, aseveró, en el mismo sentido que sus padres, que a Jimmy
la policía lo hostigaba y lo acusaba siempre de estar involucrado en hechos delictivos (cfr. declaración escrita
de Franklin Felipe Guerrero Meléndez (expediente de prueba, fs. 11441 a 11444)). En el mismo sentido declaró
Yarelis Mercedes Guerrero Meléndez, hermana de Jimmy Guerrero (cfr. declaración escrita de Yarelis Mercedes
Guerrero Meléndez (expediente de prueba, fs. 11455 a 11460)).

46
Fiscalía Segunda del Estado Falcón, denuncia manuscrita de 16 de agosto de 2002 (expediente de
prueba, anexo 3 al Informe de Fondo, f. 1717).

47
Cfr. Defensoría del Pueblo, Oficio DP/DDEF N° 00766-03 de 7 de abril de 2003 (expediente de prueba,
trámite ante la Comisión, fs. 160 a 163).

18
58. El 19 de agosto de 2002 la Fiscalía Superior abrió la causa No. 2202-02, por el
delito de amenazas de supuestos funcionarios policiales, remitiendo la misma a la
Fiscalía Primera del Estado Falcón (en adelante “Fiscalía 1”). El 13 de septiembre de
2002 la Fiscalía 1 remitió el expediente a la Fiscalía Segunda del Estado Falcón (en
adelante “Fiscalía 2”), dado que ante la primera cursaba una averiguación contra Jimmy
Guerrero relacionada con los mismos hechos.

59. Segunda denuncia. - El 27 de septiembre de 2002 Jimmy Guerrero denunció ante


la Fiscalía Superior nuevos hechos de “acoso policial”. Refirió que ese día funcionarios
policiales preguntaron por él en su casa. Él no estaba allí en ese momento, pero sí su
madre y su hermana, Emilia Coromoto Meléndez y Yarelis Mercedes Guerrero Meléndez,
respectivamente. De acuerdo a lo informado por los representantes, la hermana de
Jimmy Guerrero solicitó a los funcionarios que presentaran la orden judicial de
allanamiento correspondiente, pero éstos no la exhibieron.

60. Los funcionarios policiales, que indicaron haber encontrado un revólver en la


vivienda, se llevaron detenidas a la señora Emilia Coromoto Meléndez y a Yarelis
Mercedes Guerrero Meléndez. Ellas permanecieron detenidas tres días en dependencias
del Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas de la Policía (en
adelante “CICPC”). De acuerdo a aseveraciones de los representantes, “Yarelis Guerrero
se adjudicó la posesión de un arma ante la fuerte presión psicológica a la que fue
sometida”. Jean Carlos Guerrero declaró en el mismo sentido ante la Comisión48.

61. El 5 de noviembre de 2002 la Fiscalía 1 recibió, de parte de la Fiscalía Superior,


la denuncia presentada el 27 de septiembre del mismo año por Jimmy Guerrero49.

62. Tercera denuncia. - El 28 de octubre de 2002 Jimmy Guerrero hizo una denuncia
ante la Defensoría del Pueblo. Señaló que los días 23 y 25 de ese mes había sido
“detenido”, en la primera ocasión por personal del CICPC del Estado Falcón, y en la
segunda por un “grupo de motorizados de la [P]olicía de Coro”. Narró que, en la primera
oportunidad, él explicó a los funcionarios policiales que había perdido su documento de
identidad, y que éstos lo “reseñaron”, le sacaron fotos y lo dejaron en libertad. Respecto
al segundo hecho, mencionó que lo interrogaron respecto al robo de un taxista, y que lo
liberaron el 27 de octubre de 2020. Indicó que podía reconocer a los funcionarios que lo
detuvieron. Afirmó que “siempre que [lo] ve[ían] en la calle [lo] det[enían]”50.

63. El mismo 28 de octubre de 2002 la Defensoría del Pueblo remitió la denuncia


presentada por Jimmy Guerrero a la Fiscalía Superior. El día 8 del mes siguiente la
Defensoría del Pueblo solicitó a la Fiscalía 2 el inicio de la investigación, y adjuntó una
nota de prensa del día anterior, que expresa que Jimmy Guerrero denunció “acoso por
parte de organismos de seguridad”, señalando frecuentes “abuso[s] de autoridad” por

48
Declaración de Jean Carlos Guerrero de 4 de abril de 2016, recibida por la Comisión Interamericana
en audiencia pública (disponible en internet:
https://www.oas.org/es/cidh/audiencias/advanced.aspx?lang=es)

49
Cfr. Fiscalía Superior, Oficio No. FAL-SUP-1567, de 14 de octubre de 2002, dirigido al Fiscal Primero
del Ministerio Público de la Circunscripción Judicial del Estado Falcón, recibido el 5 de noviembre de 2002
(expediente de prueba, trámite ante la Comisión, f. 173). El documento alude a la remisión de “recaudos
complementarios” de una causa penal. Los representantes aseveraron que por medio de dicho oficio se
transmitió la denuncia de 27 de septiembre de 2002. Ello no fue controvertido. Los representantes, por otra
parte, aludieron a la “Fiscalía Sexta”, pero el documento indica el destinatario del mismo como ha sido
consignado.

50
Defensoría del Pueblo, declaración de Jimmy Guerrero de 28 de octubre de 2002 (expediente de
prueba, anexo 8 al Informe de Fondo, f. 1727).

19
parte de las Fuerzas Armadas Policiales y el CICPC. Manifestó, en ese sentido, que
“siempre [lo] lleva[ban] preso sin dar[le] ninguna razón y permane[cía] detenido por
varios días”51. El 11 de noviembre de 2002 la Fiscalía 2 respondió que se había abierto
la causa No.2202-02 por amenazas contra Jimmy Guerrero y que se estaban realizando
tareas de investigación52.

64. Cuarta denuncia. - El 4 de noviembre de 2002 Jimmy Guerrero presentó una


denuncia ante la Fiscalía 2. Afirmó que entre los días 2 y 3 del mismo mes había
permanecido detenido, “a la orden del inspector” de la Dirección de la Policía del Estado
(en adelante DIPE), sin que se le diera conocimiento del motivo. Adujo, en la misma
ocasión, que era “frecuente que [lo detuvieran] sin motivos”53.

65. Quinta denuncia. - El 18 de febrero de 2003 Jimmy Guerrero declaró ante la


Defensoría del Pueblo, dando cuenta de hechos ocurridos el día anterior. Tales hechos
habían sido referidos a la misma institución el 17 de febrero de 2003, por una
presentación de E.L., una vecina del señor Guerrero54. El mismo 17 de febrero personal
de la Defensoría del Pueblo se trasladó a la comandancia policial y constató la detención
de Jimmy Guerrero55. De acuerdo a lo indicado por los representantes, al momento de
la detención los funcionarios policiales se refirieron “vagamente” a la ocurrencia de un
robo.

66. En su declaración de 18 de febrero de 2003 Jimmy Guerrero expresó lo que sigue:

El día lunes 17 [de febrero de 2003], siendo las 3:15 pm, […] sin ninguna orden de detención en mi
contra las [Fuerzas Armadas Policiales] llegaron hasta mi casa, se metieron revisando mi hogar […] No
mostraron orden de allanamiento ni de un tribunal […]. Los policías cargaban un palo de cepillo y con
eso me pegaron en la cabeza y en varios sitios del cuerpo delante de los vecinos de la comunidad. Me
montaron en el vehículo y se dirigieron conmigo hacía el módulo policial ubicado en la calle dos de la
Urbanización Cruz Verde. Procedieron a golpearme y me pusieron un paño en la cabeza para no
identificar a los agentes que me estaban golpeando. Me dieron una patada en el ojo derecho y me
echaban gas lacrimógeno y me dieron con su armamento en la cabeza. Los efectivos me quitaron la
llave de mi casa y mi cédula de identidad al momento de requisarme y no me la entregaron, no puedo
identificar quienes eran porque me tenían contra el piso diciéndome delante de los vecinos que yo era

51
Defensoría del Pueblo, nota DP/DDEF No. 02674.02, de 8 de noviembre de 2002; remisión de copia
de artículo de prensa titulado “Denuncia acoso por parte de Organismos de Seguridad”, de 7 de noviembre de
2002 (expediente de prueba, anexo 17 al Informe de Fondo, fs. 1746 a 1748).

52
Fiscalía 2, nota FAL 2683-02 de 11 de noviembre de 2002, dirigida a la Defensoría del Pueblo
(expediente de prueba, trámite ante la Comisión, f. 1306).

53
Fiscalía 2, denuncia de Jimmy Guerrero de 4 de noviembre de 2002 (expediente de prueba, anexo 7
al Informe de Fondo, f. 1725).

54
La presentación realizada por E.L. indica que el 17 de febrero de 2003 ella y otras personas estaban
en la casa del señor Guerrero, y que, cerca de las 03:00 pm, llegaron “varios motorizados”. Conforme el relato,
una mujer policía apuntó con un arma al señor Guerrero, y luego, sin “habla[r] nada”, lo “golpearon
salvajemente y le dieron un palo por la cabeza”, y después se lo llevaron en un carro. La denuncia refiere
también que luego regresaron “como diez motorizados” que ingresaron a la casa “sin preguntar ni nada” y
revisaron la residencia. La vecina señaló que ella preguntó al personal policial “porque registraban si no traían
una orden”, y no indicó que le hubieran dado una respuesta. (Defensoría del Pueblo, declaración de E.L. de 17
de febrero de 2003 (expediente de prueba, anexo 10 al Informe de Fondo, f. 1731)). Se deja aclarado que,
en la presente Sentencia, con excepción de la mención de un hijo ya fallecido del señor Ramón Molina (infra
párr. 70), se señala con iniciales a personas respecto de las que no consta que hayan tenido intervención en
el trámite del caso en el ámbito internacional, ante la Comisión Interamericana o la Corte Interamericana.

55
Defensoría del Pueblo, acta de Visita de 17 de febrero de 2003 (expediente de prueba, anexo 11 al
Informe de Fondo, fs. 1733 y 1734).

20
un antisocial muy peligroso […]56.

67. El día siguiente, cuando el señor Guerrero había ya recuperado su libertad 57, se
realizó un reconocimiento médico legal, que determinó la existencia de: “[e]dema
traumático a nivel de región frontal”; “[e]quimosis suborbitaria derecha”;
“[t]raumatismo torácico cerrado, complicado con una neuritis intercostal”, y “lesiones
producidas por instrumento contundente”, de “carácter leve”. El examen médico
concluyó también la ausencia de “secuelas”58.

68. El 25 de febrero de 2003 la Defensoría del Pueblo, solicitó a la Fiscalía Superior y


la Fiscalía 2 medidas de protección a favor de Jimmy Guerrero, así como la investigación
de lo sucedido. Dos días después remitió a la segunda copia del informe médico legal
realizado al señor Guerrero. El 11 de marzo de 2003 la Defensoría del Pueblo requirió a
la Fiscalía 2 información sobre diligencias realizadas a partir de la solicitud de 25 de
febrero de 200359.

69. Sexta denuncia. - El 6 de marzo de 2003 Jimmy Guerrero hizo una presentación
ante la Defensoría del Pueblo. Relató que el día anterior advirtió que dos policías estaban
cerca de su casa, sin que él conociera sus intenciones, y que los funcionarios se
escondieron, intentando que él no los divisara. Señaló que funcionarios policiales “se la
pasa[ban] dando vueltas por el sector” de su residencia en horas de la madrugada. Dijo
también que cinco o seis días antes de su presentación la policía había llegado a su casa,
luego de un atraco que sucedió en un lugar cercano, indagando sobre ese hecho. El 11
de marzo de 2003 la presentación del señor Guerrero fue remitida a la Fiscalía 260.

B.2 Las muertes de Jimmy Guerrero y Ramón Molina

70. La noche del 29 de marzo de 2003, Jimmy Guerrero, su hermana Yarelis Guerrero
y un vecino, J.L., se trasladaron de Coro a Punto Fijo para asistir al velatorio de Jaime
Rafael Molina, hijo de Ramón Molina. En el trayecto, el vehículo en que se trasladaban
fue abordado por una patrulla policial, que les preguntó su destino, y luego los dejó
continuar61.

71. Más tarde, en la madrugada del 30 de marzo de 2003, Jimmy Guerrero, Ramón
Molina y J.L. se dirigieron a realizar unas compras.

56
Defensoría del Pueblo, declaración de Jimmy Guerrero de 18 de febrero de 2003 (expediente de
prueba, anexo 9 al Informe de Fondo, f. 1729).

57
Los representantes señalaron que Jimmy Guerrero fue detenido “del 17 al 18 de febrero de 2003”.

58
Defensoría del Pueblo. Informe de médico legal respecto de Jimmy Guerrero de 19 de febrero de 2003
(expediente de prueba, anexo 12 al Informe de Fondo, f. 1736).

59
Defensoría del Pueblo, nota DP/ 00363-03, de 25 de febrero de 2003, dirigida a la Fiscalía Superior,
con “Atención” a la Fiscalía 2 (expediente de prueba, anexo 13 al Informe de Fondo, fs. 1738 y 1739);
Defensoría del Pueblo, nota DP/DDEF No. 00388-03, de 26 de febrero de 2003, recibida por la Fiscalía 2 el 27
de febrero de 2003 (expediente de prueba, anexo 14 al Informe de Fondo, f. 1741), y Defensoría del Pueblo,
nota DP/DDEF No. 00502-03, de 10 de marzo de 2003, recibida por la Fiscalía 2 el día siguiente (expediente
de prueba, anexo 16 al Informe de Fondo, f. 1745).

60
Defensoría del Pueblo, declaración de Jimmy Guerrero de 6 de marzo de 2003 (expediente de prueba,
anexo 15 al Informe de Fondo, f. 1743), y Defensoría del Pueblo, nota DP/DDEF No. 00502-03, de 10 de marzo
de 2003, recibida por la Fiscalía 2 el día siguiente.

61
Declaración de Jean Carlos Guerrero de 4 de abril de 2016, recibida por la Comisión Interamericana
en audiencia pública.

21
72. Al llegar a una licorería, situada en la urbanización Santa Irene de la ciudad de
Punto Fijo, del Estado Falcón62, Jimmy Guerrero, quien conducía el automóvil, se bajó
del mismo. El señor J.L. pasó al asiento del conductor, pues reemplazaría al señor
Guerrero en el camino de regreso. En ese momento llegó al lugar un vehículo, del cual
descendieron al menos dos personas63 vestidas con uniforme policial. Una asió a Jimmy
Guerrero, cuando él estaba en la puerta de la licorería, y le disparó; otra se dirigió al
carro en el que se encontraban los señores J.L. y Molina y disparó con arma de fuego
hacia ellos. El señor J.L. intentó bajarse del automóvil y fue herido, al igual que el señor
Molina. El señor J.L. se acercó al cuerpo del señor Molina para “hacerse el muerto”,
según más adelante explicó. Estando así, el señor J.L., quien había recibido un disparo
en un brazo, pudo ver cómo dieron patadas al cuerpo del señor Guerrero, así como “dos
disparos […] y se lo llevaron de arrastra por los pies”64.

73. Un testigo presencial, que atendía la licorería, relató los hechos en forma
concordante a lo señalado. Precisó que, luego que los atacantes se dieran a la fuga en
el vehículo blanco en el que habían llegado, escoltado por otro azul, llegó un tercero,
color “ladrillo claro”, que pasó por encima del cuerpo del señor Guerrero. Agregó que
una persona bajó de ese carro, amarró con un mecate una de las piernas del cuerpo del
señor Guerrero al parachoques, y se lo llevó, arrastrándolo con el vehículo65.

74. El señor J.L., después de un tiempo, se incorporó y se trasladó a una bomba de


gasolina, en dónde había unas personas que llamaron a una ambulancia. Luego lo
transportaron a un hospital66.

75. Los señores Molina y Guerrero fallecieron a causa de las agresiones que sufrieron.
El cuerpo de Ramón Molina fue encontrado en las inmediaciones de licorería, en “callejón
Buenos Aires […] con prolongación Girardot”; el de Jimmy Guerrero, a cerca de 300
metros de allí, en el estacionamiento de la estación de servicio Santa Irene, ubicada en
la urbanización del mismo nombre67.

62
Cfr., respecto al lugar en que sucedieron los hechos, Tribunal Penal de Control de Punto Fijo, Auto de
admisión de control de prueba anticipada de 4 de abril de 2003 (expediente de prueba, anexo 30 al Informe
de Fondo, fs. 1794 y 1795).

63
Respecto a la cantidad de personas que integraron el grupo que efectuó el ataque contra los señores
Guerrero, Molina y J.L., el señor J.L. manifestó que vio cuatro, y un testigo presencial aludió a dos hombres
(cfr. Tribunal Penal de Control de Punto Fijo, Acta de 5 de abril de 2003, declaración de J.L. (expediente de
prueba, anexo 31 al Informe de Fondo, fs. 1797 a 1800), y CICPC, Acta de entrevista a M. D. de 2 de abril de
2003 (expediente de prueba, anexo 32 al Informe de Fondo, fs. 1802 a 1806)).

64
Cfr. Tribunal Penal de Control de Punto Fijo, Acta de 5 de abril de 2003, declaración de J.L. Se ha
presentado una controversia respecto a la posibilidad de que el señor Guerrero permaneciera vivo luego de
recibir el primer disparo. Ello se aborda más adelante (infra párr. 126).

65
CICPC, Acta de entrevista a M. D. de 2 de abril de 2003. El testigo describió físicamente a los que
identificó como los atacantes. La Comisión, en el Informe de Fondo, expresó que “en[contró] en el expediente
otras declaraciones de testigos consistentes con el relato de la parte peticionaria en relación con el lugar del
hallazgo de Jimmy Guerrero, la identificación del carro usado para cometer el asesinato y el arrastre de su
cuerpo, y que, en general, notaron la dinámica de los hechos en los términos ya descritos”.

66
Cfr. Tribunal Penal de Control de Punto Fijo, Acta de 5 de abril de 2003, declaración de J.L.

67
Cfr. Acta de Levantamiento de Cadáver de 30 de marzo de 2003 (expediente de prueba, anexo 18 al
Informe de Fondo, fs. 1750 a 1752). Según el protocolo de autopsia, la muerte de Jimmy Guerrero fue causada
por "herida por proyectil disparado por arma de fuego". Asimismo, su cuerpo presentaba, entre otras lesiones,
“extensas escoriaciones producida[s] por arrastre […] con gran pérdida de piel” (Protocolo de Autopsia de
Jimmy Guerrero de 3 de abril de 2003 (expediente de prueba, anexo 20 al Informe de Fondo, fs. 1759 a
1761)). En cuanto a Ramón Molina, el protocolo de autopsia indica "lesión cardíaca severa debido a herida por

22
B.3 Investigaciones y actuaciones judiciales relativas a las muertes de Jimmy
Guerrero y Ramón Molina

76. El 30 de marzo de 2003 la Fiscalía Sexta del Estado Falcón (en adelante Fiscalía
6) ordenó la apertura de la investigación. Ese día se practicaron inspecciones en la vía
pública, en la estación de servicio y a los cadáveres. Además, a partir de una “denuncia
ciudadana”, se encontró debajo de un automóvil, en las inmediaciones de la escena del
crimen, un arma de fuego.

77. El 2 de abril de 2003 el Tribunal Penal de Control de Punto Fijo dictó orden de
allanamiento de una propiedad, con la finalidad de localizar armas de fuego y un vehículo
identificado por testigos. La misma se ejecutó al día siguiente: no se encontraron armas,
pero sí se ubicó e incautó el vehículo.

78. Los días 1 y 2 de abril de 2003 Jean Carlos Guerrero Meléndez efectuó
comunicaciones a la Fiscalía Superior, a la Fiscalía 2 y a la Defensoría del Pueblo,
denunciando que Jimmy Guerrero y Ramón Molina fueron ejecutados extrajudicialmente
por integrantes de la Policía del Estado Falcón (en adelante “la Policía”). Afirmó que su
hermano antes había recibido amenazas de muerte por parte de funcionarios policiales 68.
Con posterioridad, solicitó “abrir una investigación” contra un Comisario, F.R., pues
afirmó que fue una de las personas que, “en varias oportunidades”, había amenazado
de muerte a Jimmy Guerrero, y señaló también a O.R., un “Comandante” de la Policía69.
Más adelante, Jean Carlos Guerrero señaló que familiares suyos y él recibieron
amenazas, y en distintas oportunidades solicitó información y documentación a las
autoridades. Ello se refiere más adelante (infra párrs. 150 y 151).

79. Además de las circunstancias antes señaladas, entre la apertura de la


investigación y julio de 2007, así como también con posterioridad a ese mes, en el que
se cambió la Fiscalía asignada a la causa (infra párr. 80), se dispusieron otras acciones
de investigación, que no se efectuaron o se realizaron tardíamente. De ello se da cuenta
más adelante (infra párrs. 147 a 149).

80. El 18 de julio de 2007 el Fiscal General reasignó la causa penal a la Fiscalía


Décima Séptima del Ministerio Público del Estado Falcón (en adelante “Fiscalía 17”). Ésta,
el 4 de noviembre de 2008, solicitó al CICPC realizar diversas diligencias de investigación
que, en su mayoría, habían sido antes requeridas por la Fiscalía 670.

proyectil disparado por arma de fuego” (Protocolo Autopsia de Ramón Molina de 3 de abril de 2003 (expediente
de prueba, anexo 21 al Informe de Fondo, fs. 1762 a 1764)).

68
Cfr. Escrito de Jean Carlos Guerrero dirigido al Despacho de la Fiscalía Superior de la Circunscripción
Judicial del Estado Falcón, titulado “Exposición de motivos”, cuya copia fue recibida el 1 de abril de 2003 por
la Defensoría del Pueblo (expediente de prueba, trámite ante la Comisión, f. 226), y Fiscalía 2, documento
titulado “Audiencia”, de 2 de abril de 2003 (expediente de prueba, trámite ante la Comisión, f. 227).

69
Cfr. Comunicación de Jean Carlos Guerrero Meléndez dirigida al Fiscal Superior del Estado Falcón de
13 de mayo de 2003 (expediente de prueba, anexo 26 al Informe de Fondo, fs. 1778 a 1784).

70
Cfr. Fiscalía 17. Oficio No. 11F17-591-2008 de 4 de noviembre de 2008 (expediente de prueba,
trámite ante la Comisión, fs. 1184 y 1185), y, a fin de cotejar que varias medidas habían sido dispuestas con
anterioridad, Fiscalía 6, Oficio No. FAL-6-05-1.852 de 30 de noviembre de 2005 (expediente de prueba, trámite
ante la Comisión, fs. 1163 y 1164).

23
81. Los días 5 de abril y 11 de agosto de 2009 la Fiscalía 17 tomó entrevista al dueño
de la licorería en cuyas inmediaciones ocurrieron los hechos y a J.L 71.

82. El 27 de marzo de 2014 la Fiscalía 17 solicitó a la Policía los nombres, jerarquías


y ubicaciones administrativas de los funcionarios que se encontraban de guardia el 30
de marzo de 2003 y también copia del libro de Registro del Parque de Armas 72. Mediante
acta policial del mismo 27 de marzo, la Policía indicó que, “como consecuencias de las
precipitaciones atmosféricas del año 2010, gran parte del material [requerido …] se vio
afectado en su totalidad”73.

83. En los primeros meses de 2016, la Fiscalía 17 envió varias comunicaciones a


distintas entidades. Así, requirió a la Unidad de Criminalística contra la Vulneración de
Derechos Fundamentales del Ministerio Público del Estado Lara la conformación de una
comisión para realizar varias diligencias74; solicitó a la Policía, en relación con la causa
penal, el registro de armas “9 mm y 40 auto” con las que contaba ese cuerpo policial y
a quiénes estaban asignadas, y se comunicó con el Jefe de la Brigada de Homicidios del
CICPC del Estado Falcón a fin de que remita todas las actuaciones originales del
expediente “del año 2003” relativo al caso75.

84. El 1 de abril de 2016 la Fiscalía 17 solicitó la emisión de una orden de aprehensión


contra el policía F.R. El mismo día el Tribunal Penal de Primera Instancia en funciones
de Control profirió esa orden76. El día 5 del mismo mes personal policial acudió al
domicilio de F.R. para ejecutar la orden de aprehensión, pero fue informado de que él
se encontraba de viaje.

85. El 14 de agosto de 2017 F.R. se presentó ante el Centro de Coordinación Policial


No. 02 de Punto Fijo y, por determinación judicial, se fijó audiencia para el día
siguiente77. En la misma, el abogado defensor de F.R. solicitó su sobreseimiento, por
considerar que “no exist[ían] elementos de convicción”. El señor F.R. se negó a declarar.
La Jueza interviniente le imputó el delito de “homicidio calificado cometido con motivo

71
Fiscalía 17, Actas de entrevistas de 15 de abril y 11 de agosto de 2009 (expediente de prueba, trámite
ante la Comisión, fs. 1197 y 1198 y 1208 a 1212, respectivamente).

72
Fiscalía 17, Oficios FAL17-399-2014 y FAL17-400-2014, ambos de 27 de marzo de 2014 (expediente
de prueba, trámite ante la Comisión, fs. 1485 y 1486, respectivamente).

73
Cuerpo de Policía Estadal, Oficina de Consultoría Jurídica, Dirección General, Acta de 27 de marzo de
2014 (expediente de prueba, anexo 53 al Informe de Fondo, fs. 1864 y 1865).

74
Cfr. Fiscalía 17, Oficio FAL17-169-2016 de 2 de febrero de 2016 (expediente de prueba, anexo 70 al
Informe de Fondo, f. 1903), y Fiscalía 17, Oficio FAL-17-169-2016 de 11 de marzo de 2016 (expediente de
prueba, anexo 71 al Informe de Fondo, f. 1905).

75
Cfr. Fiscalía 17, Oficios FAL17-192-2016 y FAL17-193-2016, ambos de 12 de marzo de 2016
(expediente de prueba, anexos 73 y 74 al Informe de Fondo, fs. 1909 y 1911, respectivamente).

76
Cfr. Fiscalía 17, Oficio FAL17-229-2016 de 1 de abril de 2016 (expediente de prueba, anexo 81 al
Informe de Fondo, fs. 1926 a 1940), y Tribunal Penal de Primera Instancia Estadales y Municipales en
Funciones de Control, Oficio No 2C-920-2016, Orden de aprehensión contra F.R. de 1 de abril de 2016
(expediente de prueba, anexo 80 al Informe de Fondo, f. 1924). Los delitos señalados fueron los de “homicidio
calificado”, en perjuicio de Jimmy Guerrero y Ramón Molina, y “homicidio calificado frustrado”, en perjuicio de
J.L.

77
Centro de Coordinación Policial N° 02-COIN, Oficio N° 1192 de 14 de agosto de 2017, dirigido al Juez
Segundo de Control de Tribunal Penal Extensión Punto Fijo y Acta Policial de 14 de agosto de 2017 (expediente
de prueba, anexo 6.A al escrito de solicitudes y argumentos fs. 10943, y 10944 y 10945, respectivamente).

24
fútil” y ordenó su libertad inmediata y que se presentara cada 30 días ante el órgano
judicial78.

86. El 12 o el 16 de septiembre de 2017 la Fiscalía 17 solicitó el sobreseimiento de


F.R., por entender que “no exist[ían] suficientes elementos de convicción que [le]
permit[ieran] fundamentar un [a]cto conclusivo [a]cusatorio en contra de funcionario
alguno”79. Entre sus consideraciones, sostuvo que,

[…] de acuerdo a las diligencias de investigaciones que se obtuvieron y recopilaron se hace muy difícil
[…]determinar e individualizar la participación y ejecución como participe de funcionario o persona
alguna, aunado al hecho que por el tiempo transcurrido [s]e imposibilita efectuar nuevas diligencias
científicas, balísticas, planimetrías a las armas y al sitio del suceso, las primeras por cuanto de forma
sorpresiva desaparecieron del sitio de resguardo […].

87. El 25 de septiembre de 2017 el Tribunal Penal de Primera Instancia Estadales y


Municipales en funciones de Control decretó el sobreseimiento de F.R.80 El 11 de octubre
siguiente remitió al Archivo Judicial de Punto Fijo copia de su decisión e indicó que
“[d]eclara definitivamente firme [el] Auto de Sentencia publicad[o] en fecha 25-09-
2012”81. No se han indicado actuaciones judiciales internas posteriores 82.

VII
FONDO

88. El caso que se examina en la presente Sentencia versa sobre las ejecuciones sin
proceso o extrajudiciales de Jimmy Guerrero y Ramón Molina, las que, conforme ha
aceptado el Estado, y ya ha quedado establecido (supra párrs. 26 y 32), resultaron
violatorias del derecho a la vida. Trata también sobre la aducida responsabilidad del
Estado por padecimientos de las personas nombradas en los instantes previos a sus
muertes. Comprende, asimismo, el acoso u hostigamiento policial que el señor Guerrero
habría sufrido, por medio de diversos actos, inclusive agresiones físicas y detenciones
de él y algunos de sus familiares. Incluye la responsabilidad estatal, no controvertida
por Venezuela, por la falta de acciones efectivas para la determinación de los hechos y
de las responsabilidades correspondientes, en perjuicio de los derechos a las garantías
judiciales y a la protección judicial. Abarca igualmente, por último, la responsabilidad de

78
Cfr. Poder Judicial, Tribunal Penal de Primera Instancia Estadales y Municipales en Funciones de
Control, asunto principal: IJII-P-2016-000045: Resolución y Boleta de libertad de 15 de agosto de 2017
(expediente de prueba, anexo 6.A al escrito de solicitudes y argumentos, fs. 10948 a 10950 y 10951,
respectivamente).

79
Fiscalía 17, solicitud de sobreseimiento (expediente de prueba, anexo 6.A al escrito de solicitudes y
argumentos, fs. 10961 a 10965). En cuanto a la fecha, el escrito indica haber sido redactado el 12 de
septiembre de 2017, pero no puede leerse la fecha de recepción por parte del órgano judicial. Los
representantes afirmaron que la solicitud de sobreseimiento se realizó el 16 de septiembre de 2017, lo que no
fue controvertido.

80
Cfr. Poder Judicial, Tribunal Penal de Primera Instancia Estadales y Municipales en Funciones de
Control, asunto principal: IJII-P-2016-000045, Resolución de 25 de septiembre de 2017 (expediente de
prueba, anexo 6.A al escrito de solicitudes y argumentos, fs. 10957 a 10960).

81
Poder Judicial, Tribunal Penal de Primera Instancia Estadales y Municipales en Funciones de Control,
asunto principal: IJII-P-2016-000045, Oficio No 2C.3201-2017, de 11 de octubre de 2017, (expediente de
prueba, anexo 6.A al escrito de solicitudes y argumentos, f. 10966).

82
De acuerdo a lo afirmado por los representantes en su escrito de solicitudes y argumentos, de 26 de
septiembre de 2019, para esa fecha, “no exist[ía] investigación respecto de [M.C. y S.C.], como [tampoco] de
[posibles] autores intelectuales”.

25
Venezuela, ya establecida (supra párr. 32), por la afectación que los hechos produjeron
a la integridad personal de familiares de los señores Guerrero y Molina.

89. La Corte, en primer término, efectuará consideraciones sobre la obligación estatal


de respetar y garantizar sin discriminación los derechos convencionales. Luego, en
segundo y tercer lugar, examinará las violaciones aducidas a los derechos a la libertad
e integridad personales de Jimmy Guerrero, por circunstancias anteriores a su muerte.
En cuarto término, efectuará las consideraciones correspondientes sobre el derecho a la
integridad personal de los señores Guerrero y Molina, considerando las circunstancias
que derivaron en sus muertes. Más adelante, evaluará lo atinente a los derechos a las
garantías judiciales y a la protección judicial, en relación con la investigación de los
hechos83.

VII.1
CONSIDERACIONES GENERALES SOBRE LA OBLIGACIÓN DE RESPETAR Y
GARANTIZAR LOS DERECHOS HUMANOS SIN DISCRIMINACIÓN 84

90. Este Tribunal estima conveniente, antes de exponer su evaluación de las distintas
violaciones a derechos aducidas, presentar consideraciones generales sobre el
argumento de los representantes respecto a la conducta estatal discriminatoria. Éstos
señalaron que todas las violaciones a derechos humanos que adujeron respecto al caso
“se vieron atravesadas por la discriminación”, dada la “normalización […] de la violencia
que se ejercía en contra de hombres jóvenes en situación de vulnerabilidad y pobreza”.
Sostuvieron, por eso, que dichas violaciones tienen relación con el incumplimiento del
artículo 1.1 de la Convención, en lo atinente a la “obligación de respetar sin
discriminación los derechos humanos de las [presuntas] víctimas”.

91. La Corte nota que la Convención Americana, en su artículo 1.1, manda a los
Estados a respetar los derechos y libertades que reconoce, y a garantizar su pleno
ejercicio a “toda persona que esté sujeta a su jurisdicción, sin discriminación alguna por
motivos de raza, color, sexo, idioma, religión, opiniones políticas o de cualquier otra
índole, origen nacional o social, posición económica, nacimiento o cualquier otra
condición social”. Se trata de una norma de carácter general, cuyo contenido se extiende
a todas las disposiciones del tratado. De ese modo, como ya ha advertido este Tribunal,
“[c]ualquiera que sea el origen o la forma que asuma, todo tratamiento que pueda ser
considerado discriminatorio respecto del ejercicio de los derechos garantizados en la
Convención, es per se incompatible con la misma”85. Por ello, la inobservancia del Estado

83
La Corte considerará las violaciones a derechos alegadas por la Comisión y los representantes. Al
respecto, ha indicado este Tribunal, de manera reiterada en su jurisprudencia, que siempre que sea con base
en el marco fáctico presentado por la Comisión, los representantes de las presuntas víctimas pueden invocar
derechos distintos a aquellos señalados por la Comisión en su Informe de Fondo (cfr. Caso “Cinco Pensionistas”
Vs. Perú. Fondo, Reparaciones y Costas. Sentencia de 28 de febrero de 2003. Serie C No. 98, párr. 155, y
Caso Casa Nina Vs. Perú. Excepciones Preliminares, Fondo, Reparaciones y Costas. Sentencia de 24 de
noviembre de 2020. Serie C No. 419, párr. 27). En el presente caso, la Corte advierte que el Estado no
controvirtió alegatos sobre violaciones a derechos humanos argüidas por los representantes y que no fueron
determinadas en el Informe de Fondo (supra párrs. 27 y 28 y notas a pie de página 15 y 17).

84
Artículo 1.1 de la Convención Americana.

85
Cfr. Propuesta de Modificación a la Constitución Política de Costa Rica relacionada con la Naturalización.
OpiniónConsultiva OC-4/84 de 19 de enero de 1984. Serie A No. 4, párr. 53, y Caso Guachalá Chimbo y otros
Vs. Ecuador. Fondo, Reparaciones y Costas. Sentencia de 26 de marzo de 2021. Serie C No. 423, párr. 68.

26
de las obligaciones previstas en el artículo 1.1 citado, por medio de cualquier tratamiento
discriminatorio, genera la responsabilidad estatal86.

92. La Corte ha señalado que resultan discriminatorias las lesiones a derechos


basadas en la pertenencia, real o supuesta, de una persona a un grupo con
características determinadas. En este sentido, conforme ha expresado este Tribunal, “la
discriminación efectuada en razón de una de las categorías señaladas a título ilustrativo
en el artículo 1.1 de la Convención87, amerita una particular o peculiar consideración”,
en tanto que el respectivo hecho ilícito que su ejercicio significa tiene lugar en razón de
características de la víctima, o de lo que ella “representa o parece ser y que es lo que la
distingue de las demás personas”88. Así, por ejemplo, la Corte ha indicado que la
violencia contra la mujer por su condición de tal resulta discriminatoria89, y que tienen
también ese carácter la lesión a derechos de una persona por su identidad de género,
expresión de genero u orientación sexual 90, o con base en perfiles raciales91, entre otros.

93. En relación con lo anterior, la pobreza es una condición que adquiere protección
contra la discriminación a través del artículo 1.1 de la Convención Americana. En ese
sentido, se vincula a la “posición económica”, señalada en forma expresa por la
disposición normativa, así como a otras categorías de protección aludidas por la misma,
como el “origen […] social” u “otra condición social”92. Del mismo modo, la edad

86
Cfr. Condición jurídica y derechos de los migrantes indocumentados. Opinión Consultiva OC-18/03 de
17 de septiembre de 2003. Serie A No. 18, párr. 85, y Caso Vicky Hernández y otras Vs. Honduras, párr. 64.

87
Las categorías señaladas en el artículo 1.1 no son un listado taxativo. Cuando el artículo 1.1 se refiere
a “otra condición social” alude a categorías que son asimilables a las que menciona en su texto. En ese sentido,
la Corte ha explicado que tales categorías aluden a “i) rasgos permanentes de las personas de los cuales éstas
no pueden prescindir sin perder su identidad; ii) grupos tradicionalmente marginados, excluidos o
subordinados, y iii) criterios irrelevantes para una distribución equitativa de bienes, derechos o cargas
sociales”. (Cfr. Caso I.V. Vs. Bolivia. Excepciones Preliminares, Fondo, Reparaciones y Costas. Sentencia de
30 de noviembre de 2016. Serie C No. 329, párr. 240, e Identidad de género, e igualdad y no discriminación
a parejas del mismo sexo. Obligaciones estatales en relación con el cambio de nombre, la identidad de género,
y los derechos derivados de un vínculo entre parejas del mismo sexo (interpretación y alcance de los artículos
1.1, 3, 7, 11.2, 13, 17, 18 y 24, en relación con el artículo 1 de la Convención Americana sobre Derechos
Humanos). Opinión Consultiva OC-24/17 de 24 de noviembre de 2017. Serie A No. 24, párrs. 66 y 67.)

88
Caso Azul Rojas Marín y otra Vs. Perú. Excepciones Preliminares, Fondo, Reparaciones y Costas.
Sentencia de 12 de marzo de 2020. Serie C No. 402, párr. 89, y Caso Vicky Hernández y otras Vs. Honduras,
párr. 66.

89
Cfr. Caso del Penal Miguel Castro Vs. Perú. Fondo, Reparaciones y Costas. Sentencia de 25 de
noviembre de 2006. Serie C No. 160, párr. 303, y Caso Guzmán Albarracín y otras Vs. Ecuador. Fondo,
Reparaciones y Costas. Sentencia de 24 de junio de 2020. Serie C No. 405, párr. 113.

90
Cfr. Caso Atala Riffo y niñas Vs. Chile. Fondo, Reparaciones y Costas. Sentencia de 24 de febrero de
2012. Serie C No. 239, párrs. 91 y 93; Caso Flor Freire Vs. Ecuador. Excepción Preliminar, Fondo, Reparaciones
y Costas. Sentencia de 31 de agosto de 2016. Serie C No. 315, párrs. 118 a 124, y Caso Vicky Hernández y
otras Vs. Honduras, párr. 67. De conformidad con la segunda de las sentencias citadas, la conducta que afecte
a un derecho puede ser discriminatoria si tiene vinculación con la percepción de que la víctima pertenece a un
grupo o sector social, de modo independiente a que ello se corresponda con la realidad o auto-identificación
de la víctima (ya antes en la Corte se había expresado en el mismo sentido: cfr. Caso Perozo y otros Vs.
Venezuela. Excepciones Preliminares, Fondo, Reparaciones y Costas. Sentencia de 28 de enero de 2009. Serie
C No. 195, párr. 380).

91
Caso Acosta Martínez y otros Vs. Argentina. Fondo, Reparaciones y Costas. Sentencia de 31 de agosto
de 2020. Serie C No. 410, párrs. 100 y 101.

92
Cfr. Caso de los Empleados de la Fábrica de Fuegos de Santo Antônio de Jesus Vs. Brasil. Excepciones
Preliminares, Fondo, Reparaciones y Costas. Sentencia de 15 de julio de 2020. Serie C No. 407, párr. 185.

27
configura también una “condición social” y, por tanto, una categoría protegida por la
disposición indicada93. En este sentido, la prohibición de discriminación relacionada con
personas jóvenes, se encuentra tutelada por la Convención Americana. Al respecto, la
Corte advierte que los hechos del caso, vinculados al contexto establecido de violencia
policial contra hombres jóvenes en situación de pobreza, muestran que las violaciones a
derechos humanos cometidas contra Jimmy Guerrero tuvieron por base la percepción de
que él pertenecía al grupo poblacional determinado por esas características.

94. Resulta pertinente en el caso, por otra parte, recordar que este Tribunal ha
advertido que “[e]l empleo de razonamientos estereotipados por parte de las fuerzas de
seguridad puede dar lugar a actuaciones discriminatorias”94. En ese sentido, que tales
fuerzas sustenten de hecho su actuación en “perfiles” de las personas basados en
estereotipos95, tal como puede ser atribuir a alguien la sospecha de un comportamiento
ilícito por ser joven o pobre, puede dar lugar a acciones discriminatorias lesivas de los
derechos de la persona afectada96. Las mismas pueden implicar el irrespeto directo de
los derechos o también su falta de garantía, inclusive en el marco de procesos judiciales,
por ejemplo, cuando la falta de actuación respecto a violaciones a derechos humanos
sufridas por ciertas personas se debe a una normalización o naturalización de las
condiciones o actos discriminatorios a los que frecuentemente se ven sometidas 97.

95. En línea con lo anterior, el perito Alston explicó que “la brutalidad policial afecta
en gran medida a l[as personas] pobres” debido a “varios factores”, entre ellos, “el hecho
de que los funcionarios encargados de hacer cumplir la ley suelen utilizar la ‘pobreza’, la
‘falta de vivienda’ o la ‘desventaja’ como indicador de delincuencia”. El perito agregó que

[e]n varios informes se ha documentado [cómo] violaciones graves de los derechos humanos, como la
tortura, las ejecuciones extrajudiciales y las desapariciones forzadas, afectan mucho más
drásticamente a los grupos de bajos ingresos y a [quienes] viven en la pobreza. Es más probable que
las personas en situación de pobreza sean el blanco de estas violaciones dado que tienen menos
posibilidades de defenderse, menos posibilidades de obtener apoyo en esas situaciones[. …] Esto
también disminuye la posibilidad de que las víctimas en situación de pobreza presenten denuncias y
asegura que cuando lo hacen, es mucho menos probable que sus alegaciones sean tomadas en serio.
[…] Por otra parte, aunque la policía suele ser excesivamente activa en la aplicación de la ley contra
[las personas] pobres, en general es poco activa en la prevención e investigación de las violaciones del

93
Cfr. Condición jurídica y derechos de los migrantes indocumentados. Opinión Consultiva OC-18/03,
párr. 101, y Caso Poblete Vilches y otros Vs. Chile. Fondo, Reparaciones y Costas. Sentencia de 8 de marzo
de 2018. Serie C No. 349, párr. 122.

94
Caso Fernández Prieto y Tumbeiro Vs. Argentina. Fondo y Reparaciones. Sentencia de 1 de septiembre
de 2020. Serie C No. 411, párr. 80.

95
Al respecto, por “estereotipo” debe entenderse la “preconcepci[ón] de los atributos, conductas,
papeles o características poseídas por personas que pertenecen a un grupo identificado” (cfr. Caso Norín
Catrimán y Otros (Dirigentes, Miembros y Activista del Pueblo Indígena Mapuche) Vs. Chile. Fondo,
Reparaciones y Costas. Sentencia de 29 de mayo de 2014. Serie C No. 279, párr. 223, y Caso Fernández Prieto
y Tumbeiro Vs. Argentina, párr. 80).

96
Caso Fernández Prieto y Tumbeiro Vs. Argentina, párrs. 80 a 82.

97
Cfr. Caso Trabajadores de la Hacienda Brasil Verde Vs. Brasil. Excepciones Preliminares, Fondo,
Reparaciones y Costas. Sentencia de 20 de octubre de 2016. Serie C No. 318, párr. 418. En el mismo sentido,
Caso González y otras (“Campo Algodonero”) Vs. México. Excepción Preliminar, Fondo, Reparaciones y Costas.
Sentencia de 16 de noviembre de 2009. Serie C No. 205, párrs. 400 a 402, Caso Guzmán Albarracín y otras
Vs. Ecuador, párrs. 188 a 195, y Caso Vicky Hernández y otras Vs. Honduras, párr. 114. El perito Alston explicó
que “[l]as posibilidades de acceso a la justicia de las víctimas de violaciones graves de los derechos humanos
se ven gravemente limitadas por los obstáculos sociales[. …] Entre las barreras sociales figuran el estigma y
los estereotipos discriminatorios contra los pobres” (declaración pericial de Philip Alston).

28
derecho a la seguridad de las personas que viven en zonas de gran pobreza98.

96. Como se ha referido, y ha sido aceptado por el Estado (supra párrs. 8, 14, 20,
21 y 45 a 53), el presente caso se inserta en un contexto de violencia policial contra
hombres jóvenes en situación de pobreza, y de altos índices de impunidad de la misma.

97. La Corte entiende que los actos cometidos contra Jimmy Guerrero se vincularon
con ese contexto. En ese marco, la serie de actuaciones policiales que se analizan en
esta Sentencia involucran hechos carentes de sustento legal, respecto a los cuales, por
tal razón y por el modo en que se produjeron, resulta razonable asumir que estuvieron
motivados en la percepción de los funcionarios policiales de que el señor Guerrero podría
presentar algún peligro o merecía ser castigado o maltratado. Así, como ha quedado
expuesto (supra párrs. 55 a 69), el señor Guerrero fue detenido en múltiples
oportunidades por la policía, que en distintas ocasiones lo interrogó por hechos ilícitos,
y sufrió amenazas y agresiones por parte de personal policial. De las circunstancias del
caso surge, entonces, que la conducta policial contra Jimmy Guerrero, que resultó lesiva
de sus derechos, conforme se precisa más adelante, tuvo por base concepciones
estereotipadas, que resultaban de atribuir a hombres jóvenes en situación de pobreza
una supuesta peligrosidad, o la probable realización de conductas ilícitas.

98. En relación con lo anterior, conforme ya ha advertido este Tribunal, en atención


al principio de no discriminación, los Estados “no puede[n] permitir por parte de sus
agentes, ni fomentar en la sociedad[,] prácticas que reproduzcan el estigma de que […]
jóvenes pobres están condicionados a la delincuencia, o necesariamente vinculados al
aumento de la inseguridad ciudadana”. Por el contario: tienen “la obligación de asegurar
la protección de los […] jóvenes afectados por la pobreza que estén socialmente
marginados y, especialmente, evitar su estigmatización social como delincuentes” 99. La
Corte considera que el presente caso refleja el incumplimiento de estos deberes, y que
los hechos que vulneraron los derechos de Jimmy Guerrero tuvieron un sustento
discriminatorio, en el que confluyeron, de modo interseccional 100, factores diversos,
vinculados a la pobreza y a la edad, que hacen a la “condición social” atribuida a la
víctima, en los términos del artículo 1.1 de la Convención.

99. Las consideraciones puntuales sobre la discriminación contra el señor Guerrero


se expondrán en el marco del análisis de las lesiones a sus derechos señaladas por las
partes y la Comisión. Este Tribunal no encuentra elementos para abordar la
inobservancia del deber de no discriminar respecto a otras víctimas del caso.

98
Declaración pericial de Philip Alston.

99
Caso Servellón García y otros Vs. Honduras. Sentencia de 21 de septiembre de 2006. Serie C No.
152, párrs. 112 y 116.

100
Cfr. sobre el concepto de interseccionalidad de la discriminación, como confluencia de distintos
factores de vulnerabilidad, de riesgo o de fuentes de discriminación, Caso Gonzales Lluy y otros Vs. Ecuador.
Excepciones Preliminares, Fondo, Reparaciones y Costas. Sentencia de 1 de septiembre de 2015. Serie C No.
298, párr. 290, Caso Guzmán Albarracín y otras Vs. Ecuador, párr. 142, y Caso Guachalá Chimbo y otros Vs.
Ecuador, párr. 91.

29
VII.2
DERECHO A LA LIBERTAD PERSONAL 101 RESPECTO A JIMMY GUERRERO

A) Argumentos de los representantes102

100. Los representantes señalaron que las detenciones de Jimmy Guerrero del 25 al
27 de octubre de 2001, del 2 al 3 de noviembre de 2002 y del 17 al 18 de febrero de
2003 fueron violatorias del derecho a la libertad personal, y resaltaron que las mismas
se dieron “en un contexto de acoso y abusos por las fuerzas policiales”.

101. Los representantes adujeron que las detenciones fueron ilegales: sostuvieron
que, en contra de lo que manda la Constitución venezolana, en ninguno de los tres casos
existió una orden judicial ni el señor Guerrero estaba cometiendo un delito en flagrancia.
Afirmaron también que fueron arbitrarias, pues “[no] existían indicios suficientes para
demostrar que la [presunta] víctima estaba involucrada en un hecho delictivo, ni mucho
menos que su detención era necesaria”. Por otra parte, sostuvieron que los tres casos
hubo una omisión en comunicar las razones de la detención y una ausencia de control
judicial inmediato. Por lo dicho, sostuvieron que el Estado es responsable por incumplir
los artículos 7.1, 7.2, 7.3, 7.4 y 7.5 de la Convención, en relación con su artículo 1.1.

B) Consideraciones de la Corte

102. La Corte ha señalado que el contenido esencial del artículo 7 de la Convención es


la protección de la libertad del individuo contra toda interferencia arbitraria o ilegal del
Estado103. Ha advertido también que un “incorrecto actuar” de funcionarios policiales,
“en su interacción con las personas a quienes deben proteger, representa una de las
principales amenazas al derecho a la libertad personal”, que cuando se concreta “genera
un riesgo de que se produzca la vulneración de otros derechos, como la integridad
personal y, en algunos casos, la vida”. En ese sentido, para conminar dicha amenaza,
resulta imprescindible que el Estado, a través de sus agentes, observe su “deber de
aplicar en todo momento procedimientos conformes a Derecho y respetuosos de los
derechos fundamentales, a todo individuo que se encuentre bajo su jurisdicción” 104.

103. El artículo mencionado, como se ha hecho notar en diversas oportunidades


anteriores,

tiene dos tipos de regulaciones bien diferenciadas entre sí, una general y otra específica. La general se
encuentra en el primer numeral: “[t]oda persona tiene el derecho a la libertad y a la seguridad
personales”. […L]a específica está compuesta por una serie de garantías que protegen el derecho a no
ser privado de la libertad ilegalmente (artículo 7.2) o arbitrariamente (artículo 7.3), a conocer las

101
Artículos 7.1, 7.2, 7.3, 7.4 y 7.5 de la Convención Americana.

102
La Comisión y el Estado y no se refirieron a las violaciones a derechos humanos alegadas por los
representantes respecto a hechos ocurridos antes de los días 29 y 30 de marzo de 2003. La Comisión incluyó
en su Informe de Fondo, como parte del marco fáctico del caso, hechos anteriores a esas fechas, mas no
efectuó un análisis autónomo de los mismos (supra nota a pie de página 14). El Estado, por su parte, no
aceptó expresamente su responsabilidad por tales hechos, pero tampoco controvirtió los alegatos de los
representantes al respecto (supra párrs. 27, 28 y notas a pie de página 15, 17 y 83).

103
Cfr. Caso Juan Humberto Sánchez Vs. Honduras. Excepción Preliminar, Fondo, Reparaciones y Costas.
Sentencia de 7 de junio de 2003. Serie C No. 99, párr. 84, y Caso Fernández Prieto y Tumbeiro Vs. Argentina,
párr. 65.

104
Cfr. Servellón García y otros Vs. Honduras, párr. 86, y Caso Fernández Prieto y Tumbeiro Vs.
Argentina, párr. 64.

30
razones de la detención y los cargos formulados en contra del detenido (artículo 7.4), al control judicial
de la privación de la libertad y la razonabilidad del plazo de la prisión preventiva (artículo 7.5), a
impugnar la legalidad de la detención (artículo 7.6) y a no ser detenido por deudas (artículo 7.7).
Cualquier violación de los numerales 2 al 7 del artículo 7 de la Convención acarreará necesariamente
la violación del artículo 7.1 de la misma105.

104. La ilegalidad de una privación de libertad se presenta cuando no se observa la


normativa interna aplicable, tanto en el aspecto material como formal 106. La
arbitrariedad, por su parte, no se equipara a la contradicción con la ley, sino que resulta
más amplia, pues incluye elementos de incorrección, injusticia e imprevisibilidad. Así,
resulta arbitraria la privación de libertad ejecutada por “causas y métodos que -aun
calificados de legales- puedan reputarse como incompatibles con el respeto a los
derechos fundamentales del individuo por ser, entre otras cosas, irrazonables,
imprevisibles o faltos de proporcionalidad”107. El uso de preconceptos sobre una persona
o su comportamiento, o el empleo de razonamientos estereotipados por parte de las
fuerzas de seguridad, por ejemplo, sobre la supuesta peligrosidad de ciertos grupos
sociales y la pertenencia de una persona a los mismos, puede dar lugar a actuaciones
discriminatorias que serán, por consiguiente, manifiestamente irrazonables y
arbitrarias108.

105. A fin de evitar detenciones ilegales o arbitrarias, el artículo 7 de la Convención


prevé, en sus numerales 4 y 5, la notificación de las razones de la detención y su control
judicial. Lo primero “alude a dos garantías para la persona que está siendo detenida: i)
la información en forma oral o escrita sobre las razones de la detención, y ii) la
notificación, que debe ser por escrito, de los cargos” 109. La información sobre las razones
de la detención debe darse cuando ésta se produce110. Lo segundo, el control judicial,

105
Cfr. Caso Chaparro Álvarez y Lapo Íñiguez Vs. Ecuador. Excepciones Preliminares, Fondo,
Reparaciones y Costas. Sentencia de 21 de noviembre de 2007. Serie C No. 170, párr. 54, y Caso Fernández
Prieto y Tumbeiro Vs. Argentina, párr. 65.

106
Cfr. Caso Chaparro Álvarez y Lapo Íñiguez Vs. Ecuador, párr. 57, y Caso Fernández Prieto y Tumbeiro
Vs. Argentina, párr. 67.

107
Caso Gangaram Panday Vs. Surinam. Fondo, Reparaciones y Costas. Sentencia de 21 de enero de
1994. Serie C No. 16, párr. 47, y Caso Hernández Vs. Argentina. Excepción Preliminar, Fondo, Reparaciones
y Costas. Sentencia de 22 de noviembre de 2019. Serie C No. 395, párr. 102.

108
Cfr. Caso Fernández Prieto y Tumbeiro Vs. Argentina, párrs. 79, 80 y 82. Es preciso aclarar que, como
surge de los párrafos 16 y 87 de la decisión citada, en el caso Fernández Prieto y Tumbeiro Vs. Argentina se
determinó que la arbitrariedad de la privación de libertad se vinculó a la vulneración del derecho a la igual
protección de la ley, recogido por el artículo 24 de la Convención Americana, cuya violación había sido
expresamente aceptada en ese caso por el Estado argentino. Otro tanto sucedió en un caso anterior: Acosta
Martinez y otros Vs. Argentina (párrs. 15, 21 y 98 a 101). En su sentencia la Corte advirtió que la utilización
de normativas amplias en cuanto a las facultades de detención podía vincularse al ejercicio discriminatorio de
las mismas. En forma contraria a los casos aludidos, el artículo 24 de la Convención no ha sido invocado por
las partes o la Comisión en el presente caso Guerrero, Molina y otros Vs. Venezuela, y no surgen elementos
que hagan procedente su examen.

109
Cfr. Caso Cabrera García y Montiel Flores Vs. México. Excepción Preliminar, Fondo, Reparaciones y
Costas. Sentencia de 26 de noviembre de 2010. Serie C No. 220, párr. 106, y Caso Azul Rojas Marín y otra
Vs. Perú, párr. 131.

110
Lo dicho “constituye un mecanismo para evitar detenciones ilegales o arbitrarias desde el momento
mismo de la privación de libertad y, a su vez, garantiza el derecho de defensa del individuo” (cfr. Caso Juan
Humberto Sánchez Vs. Honduras, párr. 82, y Caso Azul Rojas Marín y otra Vs. Perú, párr. 131). Asimismo,
esta Corte ha señalado que “el agente que lleva a cabo la detención debe informar en un lenguaje simple, libre
de tecnicismos, los hechos y bases jurídicas esenciales en los que se basa la detención y que no se satisface
el artículo 7.4 de la Convención si sólo se menciona la base legal” (Caso Chaparro Álvarez y Lapo Íñiguez Vs.
Ecuador, párr. 71, y Caso Azul Rojas Marín y otra Vs. Perú, párr. 131).

31
para constituir una salvaguarda efectiva contra las detenciones ilegales o arbitrarias,
debe darse “sin demora”111.

106. Corresponde tener presente, además, que la Constitución de Venezuela adoptada


en 1999, vigente al momento de los hechos, señala en su artículo 44, en lo pertinente:

La libertad personal es inviolable; en consecuencia:1. Ninguna persona puede ser arrestada o detenida
sino en virtud de una orden judicial, a menos que sea sorprendida in fraganti. En este caso será llevada
ante una autoridad judicial en un tiempo no mayor de cuarenta y ocho horas a partir del momento de
la detención. Será juzgada en libertad, excepto por las razones determinadas por la ley y apreciadas
por el juez o jueza en cada caso.

107. En el caso, Jimmy Guerrero fue detenido por funcionarios policiales del 25 al 27
de octubre de 2002, del 2 al 3 de noviembre de 2002 y del 17 al 18 de febrero de
2003112. En la primera ocasión, fue interrogado por el robo de un taxista (supra párr.
62). En la segunda permaneció detenido “a la orden del inspector” de la DIPE (supra
párr. 64). En la tercera, fue aprehendido mediante agresiones cuando estaba en su
residencia (supra párrs. 65 y 66). En esta última ocasión los funcionarios intervinientes
habrían, en el acto de la detención, aludido a un robo (supra párr. 65).

108. De conformidad con los hechos, no consta que en ninguna de las tres
oportunidades los funcionarios policiales hubieran actuado con base en una orden
judicial, ni que el señor Guerrero fuera sorprendido en delito flagrante. Por otra parte,
aunque en la primera y tercera ocasión los agentes estatales habrían expresado que su
actuación se vinculaba con un hecho ilícito previo, las circunstancias descriptas no
resultan suficientes para tener por acreditado que hubo una comunicación adecuada de
las razones de la detención. Tampoco surge de los hechos que el señor Guerrero fuera
llevado sin demora ante una autoridad judicial en alguna de las tres oportunidades. Por
ello, las detenciones no observaron el requisito de legalidad, ni cumplieron con las
salvaguardas de notificación de sus razones y control judicial.

109. Las detenciones fueron, además, arbitrarias. En primer término porque, aunado
a lo ya expuesto, se realizaron de modo imprevisible y, al menos en el último caso, por
medio de agresiones físicas que resultaron un medio desproporcionado para ejecutar la
detención113. Además, en segundo lugar, las detenciones se insertaron en una serie más
amplia de actos cometidos por funcionarios policiales, que, a su vez, son acordes con
una situación contextual de violencia policial contra hombres jóvenes en situación de
pobreza (supra párr. 53)114. La Corte, por ende, entiende que el actuar policial en las

111
Ello, “tomando en cuenta que en un Estado de Derecho corresponde al juzgador garantizar los
derechos del detenido, autorizar la adopción de medidas cautelares o de coerción, cuando sea estrictamente
necesario y procurar, en general, que se trate al inculpado de manera consecuente con la presunción de
inocencia” (Caso Chaparro Álvarez y Lapo Íñiguez Vs. Ecuador, párr. 81).

112
De los hechos (supra párrs. 62, 59 y 60, respectivamente) surge también que el señor Guerrero fue
retenido por autoridades el 23 de octubre de 2002, y que el 27 de septiembre de 2002 fue allanada su casa
por funcionarios policiales, y en que en esa circunstancia su madre y su hermana, Emilia Meléndez de Guerrero
y Yarelis Guerrero, resultaron detenidas, permaneciendo tres días privadas de su libertad ambulatoria.

113
Al respecto, este Tribunal recuerda que ha señalado que “[una] detención podrá tornarse arbitraria si
en su curso se producen hechos atribuibles al Estado que sean incompatibles con el respeto a los derechos
humanos del detenido” (Caso López Álvarez Vs. Honduras. Fondo, Reparaciones y Costas. Sentencia de 1 de
febrero de 2006. Serie C No, 141, párr. 66, y Caso Mujeres Víctimas de Tortura Sexual en Atenco Vs. México.
Excepción Preliminar, Fondo, Reparaciones y Costas. Sentencia de 28 de noviembre de 2018. Serie C No. 371,
párr. 243)

114
Tal serie de actos incluyó, entre otros, amenazas a Jimmy Guerrero, el ingreso a su domicilio y la
detención de dos de sus familiares. El señor Guerrero manifestó, además que siempre que la policía lo veía en

32
tres detenciones analizadas obedeció a preconceptos sobre Jimmy Guerrero, que
implicaban considerarlo, en forma injustificada, como delincuente o peligroso, con base
en percibir su pertenencia a un grupo etario, económico y social. Las tres detenciones,
entonces, resultaron discriminatorias y arbitrarias.

110. Por lo expuesto, la Corte concluye que el Estado violó el derecho a la libertad
personal del señor Jimmy Rafael Guerrero Meléndez, previsto en el artículo 7 de la
Convención Americana, en sus numerales 1, 2, 3, 4 y 5, en relación con la obligación de
respetar los derechos humanos sin discriminación, que surge del artículo 1.1 del mismo
tratado.

VII.3
DERECHO A LA INTEGRIDAD PERSONAL 115 Y LA PROHIBICIÓN DE ACTOS
DE TORTURA116 RESPECTO A JIMMY GUERRERO

A) Argumentos de los representantes117

111. Los representantes adujeron que, antes del día de su muerte, Jimmy Guerrero
fue objeto de “una serie de hechos, entre ell[o]s amenazas y graves lesiones físicas […],
en manos de agentes estatales que, en su conjunto, son tortura” 118. Sostuvieron que lo
sufrido por Jimmy Guerrero cumple con los requisitos para que se configuren actos de
tortura, a saber: a) intencionalidad; b) causación de severos sufrimientos físicos y
mentales (destacaron el “impacto psicológico” de las amenazas de muerte, así como la
“vulnerabilidad” de Jimmy Guerrero) y c) comisión con cualquier fin o propósito. El fin
de estos actos, según los representantes, fue “causar temor en la víctima y castigarla
por su supuesto involucramiento en actos delictivos”. Aseveraron, por lo anterior, que el
Estado es responsable por la violación del derecho a la integridad personal, reconocido
en el artículo 5 de la Convención Americana, en “concordancia con el incumplimiento de
[la] obligación contenida en [su] artículo 1.1 […] y los artículos 1 y 6 de la Convención
Interamericana para Prevenir y Sancionar la Tortura”.

B) Consideraciones de la Corte

112. La Corte ha explicado que la violación al derecho a la integridad personal puede


tener distinta intensidad y producirse mediante la comisión de distintos tipos de

la calle lo detenía. Sin que implique una evaluación de cada uno de los actos aludidos en sí mismo, la Corte
advierte que ellos se insertan en el contexto que aquí se alude, y coadyuvan a la convicción de que las
detenciones sufridas por el señor Guerrero se vinculan al mismo.

115
Artículo 5.1 de la Convención Americana.

116
Artículo 5.2 de la Convención Americana, y artículos 1 y 6 de la Convención Interamericana para
Prevenir y Sancionar la Tortura.

117
Conforme a lo que se ha señalado (supra párr. 28), la Comisión y el Estado no se refirieron a las
violaciones a derechos humanos alegadas por los representantes respecto a hechos ocurridos antes de los días
29 y 30 de marzo de 2003.

118
Los representantes afirmaron también que tales hechos no fueron investigados. Además, en el
apartado de su escrito de solicitudes y argumentos en que refirieron estos argumentos, aludieron al artículo 8
de la CIPST, pero lo omitieron, en ese apartado, en la conclusión que expusieron sobre las violaciones que
adujeron. Lo relativo a la investigación de los hechos del caso y al artículo 8 indicado se aborda más adelante,
en el Capítulo VII.5.

33
vejámenes, que abarcan desde la tortura hasta otro tipo de actos o tratos, que pueden
resultar crueles, inhumanos o degradantes119.

113. También ha entendido que es con el “máximo rigor” que debe efectuarse la
“categorización” de un acto como tortura, en tanto que ésta resulta “particularmente
grave y reprochable” y presenta especificidades propias, pues la persona que la perpetra,
en forma “deliberada[,] inflige un dolor o sufrimiento severo, o ejerce un método
tendiente a anular la personalidad o disminuir la capacidad física o mental, en una
víctima que se encuentra en una situación de vulnerabilidad, haciéndolo para lograr, de
ese modo, un propósito específico”120. El entendimiento del artículo 5.2 de la Convención,
en cuanto a su concepto de “tortura”, debe efectuarse de modo acorde con lo dicho, y
debe colegirse que el mismo abarca actos de maltrato que: i) sean intencionales; ii)
causen severos sufrimientos físicos o mentales, y iii) se cometan con cualquier fin o
propósito121.

114. La violación del artículo 5.2 señalado implicará necesariamente la lesión al


artículo 5.1, pues éste reconoce, en términos generales, el derecho a la integridad
personal, y aquél prevé prohibiciones específicas para su tutela 122. Por otra parte, las
obligaciones generales que se derivan del artículo 5 de la Convención son, en lo
pertinente, “reforzadas por las obligaciones específicas derivadas de la [CIPST. Sus]
artículos 1 y 6 […] refuerzan la prohibición absoluta de la tortura y las obligaciones del
Estados para prevenir y sancionar todo acto o intento de tortura y otros tratos crueles,
inhumanos y degradantes en el ámbito de su jurisdicción”123.

115. Ahora bien, la Corte entiende que, de los hechos del caso, no se desprende que
las distintas circunstancias denunciadas o expuestas por el señor Guerrero entre el 16
de agosto de 2001 y el 6 de marzo de 2003 consistentes en amenazas, hostigamientos,
detenciones, o allanamientos, puedan ser susceptibles, en sí mismas, de generar
sufrimientos físicos o mentales de la severidad requerida para configurar torturas. No
obstante, las agresiones que sufrió el 17 de febrero de 2003 sí merecen ser analizadas
a efectos de determinar si se cometieron actos vedados por el artículo 5.2 de la
Convención. El resto de los hechos referidos y anteriores a esa fecha no resultan por ello
irrelevantes. En ese sentido, lo sucedido ese día forma parte de una serie de actos
cometidos contra el señor Guerrero por personal policial. Dadas las circunstancias
particulares del caso, la Corte considera razonable entender que tales actos coadyuvan,
como se señalará a continuación, a dar cuenta del propósito de las agresiones cometidas
el 17 de febrero de 2003, así como de la severidad del sufrimiento mental que
produjeron.

119
Cfr. Caso Loayza Tamayo Vs. Perú. Fondo. Sentencia de 17 de septiembre de 1997. Serie C No. 33,
párrs. 57 y 58, y Caso Guzmán Albarracín y otras Vs. Ecuador, párr. 148. Cfr., en el mismo sentido, sobre las
diversas connotaciones de grado que pueden tener las lesiones a la integridad personal, Caso Vicky Hernández
y otras Vs. Honduras, párr. 86.

120
Caso Guzmán Albarracín y otras Vs. Ecuador, párr. 152.

121
Cfr. Caso Bueno Alves Vs. Argentina. Fondo, Reparaciones y Costas. Sentencia de 11 de mayo de
2007. Serie C No. 164, párr. 79, y Caso Guzmán Albarracín y otras Vs. Ecuador, párr. 148.

122
Cfr. Caso Yvon Neptune Vs. Haití, Fondo, Reparaciones y Costas. Sentencia de 6 de mayo de 2008.
Serie C No. 180, párr. 129, y Caso Guzmán Albarracín y otras Vs. Ecuador, párr. 148.

123
Caso Azul Rojas Marín y otra Vs. Perú, párr. 143.

34
116. La Corte nota que el 17 de febrero de 2003 el señor Guerrero, siendo detenido
en forma ilegal y arbitraria (supra párrs. 65, 66 y 102 a 110), fue apuntado con un arma
de fuego y golpeado “salvajemente” con un palo en la cabeza y en varias partes del
cuerpo, frente a otras personas. Luego, al ser trasladado de ese lugar por la policía, le
pusieron un paño en la cabeza que no le permitía ver y lo siguieron golpeando. Le dieron
una patada en un ojo y le arrojaron gas lacrimógeno. El personal policial, mientras lo
agredía, le decía que él era una persona “antisocial” y “peligrosa” 124.

117. En cuanto a la severidad de las agresiones, si bien el examen médico realizado


señaló lesiones de carácter “leve” y ausencia de secuelas (supra párr. 67), ello, por sí
mismo, no descarta la posibilidad de padecimientos graves, que no deben ser
considerados solo en su carácter físico. En este último aspecto, por cierto, los hechos
muestran que el señor Guerrero sufrió fuertes agresiones, que tuvieron que causarle
intensos dolores y malestar. Además, debe recabarse en el alto grado de angustia y
temor que produjeron. Jimmy Guerrero no solo fue golpeado (en primer término, frente
a sus vecinos, lo que resulta humillante), sino que también fue apuntado por un arma
cuyo uso resulta potencialmente letal, y fue impedido de ver mientras era trasladado y
agredido, sin conocer los motivos de su aprehensión y, por ende, tampoco las
intenciones de sus agresores. Todo lo anterior se inserta en una serie de actos cometidos
por personal policial contra él o sus familiares (supra párrs. 55 a 64), que incluyeron
amenazas de muerte. Por lo referido, es razonable asumir que Jimmy Guerrero
experimentó un profundo temor de ser privado de su vida125. Las dolencias físicas que
tuvo, entonces, se vieron complementadas con graves sufrimientos mentales, dado el
impacto psicológico causado por el modo en el que se cometieron las agresiones y la
situación en la que se insertaron126.

118. Es evidente la intencionalidad de los vejámenes infringidos al señor Guerrero.


Tuvieron, además, una finalidad o propósito específico. Al respecto, lo sucedido se
enmarca en un contexto de violencia policial contra hombres jóvenes en situación de
pobreza. El mismo tenía por base el prejuicio de que tales personas, por su pertenencia
a un sector social, resultaban “peligrosas”. Lo acontecido el 17 de febrero de 2003 se
insertó en tal contexto y fue una manifestación del mismo, pues los vejámenes a que
fue sometido Jimmy Guerrero estuvieron motivados en una animadversión y
ensañamiento contra él, por considerarlo un riesgo para la sociedad. Esto se muestra
dado que tales agresiones tuvieron como antecedentes varios otros actos policiales de

124
Como surge de lo expuesto en el apartado de “Hechos del caso” (supra párrs. 65 a 67), la narración
de estos hechos efectuada en el ámbito interno por el señor Guerreo resulta consistente con la de una testigo
y con exámenes médicos. Lo expuesto, además, no fue controvertido por el Estado. Por otra parte, no consta
que se haya efectuado una investigación de lo sucedido que determine que tales hechos no ocurrieron, o que
sucedieron de modo distinto al señalado. Por lo tanto, las agresiones sufridas por el señor Guerrero el 17 de
febrero de 2003 se tienen por establecidas en los términos señalados.

125
Sobre lo dicho, vale resaltar que “las características personales de una supuesta víctima de tortura o
tratos crueles, inhumanos o degradantes, deben ser tomadas en cuenta al momento de determinar si la
integridad personal fue vulnerada, ya que tales características pueden cambiar la percepción de la realidad del
individuo, y por ende, incrementar el sufrimiento y el sentido de humillación cuando son sometidas a ciertos
tratamientos[. …E]l sufrimiento es una experiencia propia de cada individuo y, en esa medida, va a depender
de una multiplicidad de factores que hacen a cada persona un ser único. En este sentido, sería un contrasentido
escindir las experiencias pasadas de la forma como un individuo experimenta el sufrimiento” (Caso I.V. Vs.
Bolivia, párr. 267).

126
Al respecto, la Corte ha advertido que “las amenazas y el peligro real de someter a una persona a
lesiones físicas produce, en determinadas circunstancias, una angustia moral de tal grado que puede ser
considerada tortura psicológica” (Caso Cantoral Benavides Vs. Perú. Fondo. Sentencia de 18 de agosto de
2000. Serie C No. 69, párr. 102, y Caso Azul Rojas Marín y otra Vs. Perú, párr. 160).

35
hostigamiento y violación de los derechos de Jimmy Guerrero, y queda confirmado por
el hecho de que el personal policial, al agredirlo, le decía que él era “antisocial” y
“peligroso”. El ataque, entonces, tuvo un sustento discriminatorio, siendo que los
funcionarios policiales buscaron amedrentar y castigar al señor Guerrero con base en
preconceptos ligados la posición económica y condición social.

119. Por lo expuesto, la Corte concluye que Jimmy Guerrero fue sometido a tortura el
17 de febrero de 2003. En su perjuicio, el Estado violó el artículo 5 de la Convención
Americana, en sus numerales 1 y 2, en relación con su obligación de respetar los
derechos sin discriminación, prevista en el artículo 1.1 del mismo tratado, y los artículos
1 y 6 de la Convención Interamericana para Prevenir y Sancionar la Tortura.

VII.4
DERECHO A LA INTEGRIDAD PERSONAL RESPECTO A JIMMY GUERRERO Y
RAMÓN MOLINA

A) Argumentos de la Comisión y las partes

120. La Comisión señaló que los señores Guerrero y Molina sufrieron una violación a
su derecho a la integridad personal por el profundo miedo durante la situación de
violencia que derivó en su muerte. Además, en sus observaciones finales escritas,
consideró que “con los elementos aportados al proceso resulta posible […] verifi[car] los
elementos de la tortura en perjuicio [de Jimmy Guerrero], dado que un análisis integral
del caso permite considerar que la situación de violencia durante el ataque que acabó
con [su] vida […] fue dirigida a causarle de manera deliberada un profundo miedo y
sufrimiento”127.

121. La Comisión encontró, en el Informe de Fondo, que el Estado violó el artículo 5.1
de la Convención en perjuicio de Jimmy Guerrero y Ramón Molina, en relación con el
artículo 1.1 del tratado.

122. Los representantes sostuvieron, en su escrito de alegatos finales, que “Jimmy


Guerrero fue arrastrado, golpeado y atropellado de manera intencional momento previos
a su muerte”, y que ello constituyó “tortura” 128. Aseveraron, entonces, que Venezuela
es responsable por la violación al artículo 5 de la Convención en relación con su artículo
1.1 y con los artículos 1 y 6 de la CIPST.

123. El Estado, como se ha señalado (supra párrs. 8, 14, 26 y 31), reconoció su


responsabilidad internacional, en los términos del Informe de Fondo, sobre el derecho
contenido en el artículo 5.1 de la Convención, en relación con el artículo 1.1 del mismo
tratado. No lo hizo respecto de la CIPST.

B) Consideraciones de la Corte

124. Este Tribunal ha conocido circunstancias respecto de las que determinó que
personas que fueron ejecutadas extrajudicialmente vieron lesionado, además de su

127
Entre los “elementos aportados al proceso” la Comisión se refirió al peritaje presentado por el médico
forense José Luis Prieto Carrero, producido ante la Corte Interamericana.

128
Los representantes sustentaron su aseveración en el peritaje de José Luis Prieto Carrero.

36
derecho a la vida, su derecho a la integridad personal, por el “temor profundo ante el
peligro real e inminente de que [las agresiones] culminaría[n] con su propia muerte” 129.

125. En el presente caso, no obstante, la forma en que se produjeron los hechos


muestra que hubo una continuidad casi inmediata entre el inicio del ataque contra los
señores Guerrero y Molina y los primeros impactos de bala que recibieron. Dadas tales
particulares circunstancias, el temor que ellos probablemente experimentaron, en esos
momentos iniciales del ataque, no puede contemplarse como una lesión distinta a la
propia agresión homicida que sufrieron 130. Por lo tanto, la responsabilidad estatal por tal
sufrimiento queda comprendida en la violación de Venezuela al derecho a la vida de
ambas víctimas, y no configura un incumplimiento propio de las obligaciones estatales
respecto al derecho la integridad personal.

126. Por otra parte, la Comisión y los representantes arguyeron que el Estado es
responsable por actos de tortura respecto a Jimmy Guerrero por las agresiones contra
el cuerpo de Jimmy Guerrero posteriores el primer disparo que recibió, que incluyeron
patadas y ser arrastrado por un automóvil (supra párrs. 72 y 73). Aunque este alegato,
expresado en las presentaciones finales escritas ante este Tribunal, pretende basarse en
prueba producida ante la Corte, ésta no cuenta con elementos suficientes para
examinarlo. Del acervo probatorio surgen indicaciones diversas sobre el lugar del cuerpo
en que el señor Guerrero recibió el primer impacto de bala, una de las cuales señala que
fue en la cabeza131. La prueba, entonces, no resulta suficiente para concluir que él
permaneciera con vida y con capacidad de experimentar sufrimiento luego de ese primer
impacto. Por ello, no es posible para este Tribunal internacional determinar que se
hubieran cometido actos de tortura contra el señor Guerrero. Esto no obsta el deber de
las autoridades estatales correspondientes de investigar esa posibilidad, cuestión que se
examina más adelante (infra Capítulo VII.5).

127. Sin que obste a lo expresado, resulta particularmente grave el ensañamiento de


los funcionarios policiales con el cuerpo del señor Guerrero, lo cual es otra manifestación
de la violencia policial contra hombres jóvenes en situación de pobreza, y además refleja
la convicción de los agresores de que su conducta no les acarrearía consecuencias
ulteriores, debido al alto grado de impunidad que caracterizaba estas agresiones (supra
párrs. 52 y 53). Los actos en cuestión, muestran que los funcionarios policiales infligieron
un trato denigrante al cuerpo de Jimmy Guerrero al golpearlo y arrastrarlo atado a un
automóvil. La Corte ya ha indicado que el modo en que se trate a cuerpos de personas
fallecidas puede, según las circunstancias del caso, dar cuenta de un trato denigrante

129
Cfr. Caso Cantoral Huamaní y García Santa Cruz Vs. Perú. Excepción Preliminar, Fondo, Reparaciones
y Costas. Sentencia de 10 de julio de 2007. Serie C No. 167, párr. 99.

130
Es preciso notar que las circunstancias de este caso difieren de otras en que, por ejemplo, las víctimas
fueron secuestradas antes de ser ejecutadas, o en que hubo, entre el inicio de los hechos y su conclusión, una
temporalidad y diversidad de circunstancias más amplia, incluso respecto a vejámenes que excedieron las
agresiones mortales (cfr. Caso Escué Zapata Vs. Colombia. Fondo, Reparaciones y Costas. Sentencia de 4 de
julio de 2007. Serie C No. 165, párrs. 69 a 72; Caso Cantoral Huamaní y García Santa Cruz Vs. Perú, párr. 99,
y Caso Vicky Hernández y otras Vs. Honduras, párr. 102).

131
Al respecto, el perito Prieto Carrero, cuyas conclusiones fueron destacadas por los representantes y
la Comisión, con base en el examen del informe de autopsia, entendió que Jimmy Guerrero sufrió un disparo
inicial en el abdomen, y que pudo haber sobrevivido hasta 3 minutos luego de esa agresión. Por el contrario,
consta en actuaciones internas un testimonio presencial que refirió que el primer disparo contra el señor
Guerrero fue en su cabeza. (Cfr. declaración pericial de José Luis Prieto Carrero (expediente de prueba, fs.
11587 a 11611) y CICPC, Acta de entrevista a M.D. de 2 de abril de 2003.)

37
en perjuicio de la persona fallecida, así como de sus familiares 132, y entiende que es lo
que ha ocurrido en este caso.

128. Venezuela, por tanto, es responsable por la violación al derecho a la integridad


personal del señor Jimmy Guerrero, previsto en el artículo 5.1 de la Convención, en
relación con la obligación de respetar los derechos sin discriminación, preceptuada por
el artículo 1.1 del mismo tratado. El trato denigrante dado al cuerpo del señor Guerrero
constituye, además, parte de los hechos que dieron lugar a la violación de la integridad
personal de sus familiares, ya determinada en la presente sentencia (supra párr. 32).

129. Venezuela no es responsable por la violación al derecho a la integridad personal,


reconocido en el artículo 5.1, en perjuicio de Ramón Antonio Molina Pérez. Tampoco es
responsable por la violación a ese derecho, conforme el artículo 5.2 de la Convención,
en perjuicio de Jimmy Rafael Guerrero Meléndez, ni por el incumplimiento de los artículos
1 y 6 de la Convención Interamericana para Prevenir y Sancionar la Tortura.

VII.5
DERECHOS A LAS GARANTÍAS JUDICIALES133 Y A LA PROTECCION
JUDICIAL134 RESPECTO A JIMMY GUERRERO Y SUS FAMILIARES Y LOS DE
RAMÓN MOLINA

A) Argumentos de la Comisión y de las partes

130. La Comisión indicó que no se siguieron líneas lógicas de investigación de las


muertes de Jimmy Guerrero y Ramón Molina. Afirmó que no se tomaron en consideración
“evidentes elementos contextuales”. Arguyó, asimismo, que en las investigaciones
internas constan testimonios que indicaron la presencia de personal que vestía ropa
policial, pero qué, sin embargo, esta evidencia no activó algún tipo de exploración
inmediata de la mencionada hipótesis de autoría criminal. Notó que fue recién 13 años
después de ocurridos los hechos, en 2016, que se dictó una orden de aprehensión,
cuando mucha de la prueba ya se encontraba perdida o era imposible de ser colectada 135.
En relación con lo anterior, advirtió demoras en actividad probatoria y pérdidas de
prueba, que consideró “una forma de encubrimiento”. Observó que entre 2003 y 2005
las autoridades a cargo de la investigación solicitaron a la Policía diversa información,
pero ésta recién respondió en 2015, indicando que la documentación relevante se había
perdido a causa de la lluvia. Notó también que, luego de 2007, fue recién en 2016 que
la investigación “retomó impulso procesal significativo”, cuando mucha prueba “ya

132
Cfr. Caso Nadege Dorzema y otros Vs. República Dominicana. Fondo, Reparaciones y Costas.
Sentencia de 24 de octubre de 2012 Serie C No. 251, párr. 117, y Caso Rodríguez Vera y otros (Desaparecidos
del Palacio de Justicia) Vs. Colombia. Excepciones Preliminares, Fondo, Reparaciones y Costas. Sentencia de
14 de noviembre de 2014. Serie C No. 287, párr. 327.

133
Artículo 8.1 de la Convención Americana.

134
Artículo 25.1 de la Convención Americana. En este apartado se examina también, en relación con los
derechos a las garantías judiciales y a la protección judicial, en lo atinente a la obligación de investigación
respecto de actos de tortura, el artículo 8 de la CIPST, como así también los artículos 1 y 6 del mismo tratado,
ya señalados (supra nota a pie de página 116).

135
También señaló que las pericias realizadas de tipo balístico, de los proyectiles encontrados, de la
trayectoria del disparo y los informes de autopsia, contienen información aislada sin ningún análisis coordinado
e integrado de las mismas hacia el esclarecimiento de las posibles hipótesis. Advirtió, igualmente, que los
órganos encargados de la investigación no tomaron declaraciones de los miembros de las fuerzas policiales
que fueron implicados en el ataque.

38
est[aba] perdida o e[ra] imposible de recabar”. Por último, determinó que el tiempo
insumido en las actuaciones conllevó una vulneración de un plazo razonable, teniendo
en cuenta los más de 15 años de investigación, al momento de emisión del Informe de
Fondo, sin el esclarecimiento de lo sucedido, y considerando las circunstancias ya
expuestas.

131. Por lo anterior, la Comisión concluyó que el Estado es responsable por la violación
de los derechos a las garantías judiciales y a la protección judicial establecidos en los
artículos 8.1 y 25.1 de la Convención Americana, en relación con las obligaciones
consagradas en el artículo 1.1 del mismo instrumento, en perjuicio de los familiares de
Jimmy Guerrero y Ramón Molina. Como se indicó (supra párr. 29), la Comisión también
adujo que el Estado incumplió la obligación de investigar de oficio posibles actos de
tortura, de acuerdo a los artículos 1, 6 y 8 de la CIPST, respecto a agresiones sobre el
cuerpo de Jimmy Guerrero en el curso del ataque que derivó en su muerte.

132. Los representantes afirmaron, respecto a las muertes de los señores Guerrero
y Molina, que el Estado no ha “tomado las acciones relevantes” para determinar las
responsabilidades intelectuales y materiales de los hechos, y que el único funcionario
policial investigado fue sobreseído en 2017. Sostuvieron que el Estado incurrió en una
serie de obstaculizaciones y falta de diligencia, generando que los hechos permanezcan
en impunidad. Coincidieron, en lo sustancial, con los argumentos de la Comisión respecto
a la falta de seguimiento de líneas lógicas de investigación, demoras en la actividad
probatoria y pérdida de prueba, y la vulneración de un plazo razonable. En ese marco,
aseveraron lo que sigue:

a) Falta de independencia. - Hubo falta de independencia en las autoridades a cargo


de investigación, ya que Jimmy Guerrero había sido hostigado por agentes estatales,
inclusive del CICPC, que luego fue el principal órgano de investigación.
b) Falta de imparcialidad. - Se vulneró el requisito de imparcialidad en la
investigación, pues “dado que existían elementos que indicaban que miembros del
CIPCPC podían haber estado involucrados en los hechos, los funcionarios involucrados
en la realización de las investigaciones podrían tener intereses directos en el resultado
del proceso de investigación”. Agregaron que, además, el “CICPC no ofreció garantías
suficientes de índole objetiv[as] que pudieran despejar la existencia de dudas por la
falta de imparcialidad”.
c) Obstaculización de la investigación. - El CICPC y la Policía “omitieron en más de
una oportunidad responder a solicitudes de la Fiscalía y del propio CICPC”,
obstaculizando la investigación. También hubo “actos de intimidación al testigo [J.L.]
y a los familiares de Jimmy Guerrero”136.
d) Obstáculos a la participación de familiares. - “[L] as familias de las víctimas de este
caso no han tenido un acceso pleno al proceso judicial en cuestión ni un conocimiento
oportuno de lo que ocurrió en el proceso penal hasta el día de hoy”137.

136
Los representantes aseveraron que “luego de la muerte de Jimmy y Ramón, y por la búsqueda de
justicia, Franklin Guerrero fue hostigado por presuntos funcionarios policiales, advirtiéndole en diversas
oportunidades que no siguiera con las averiguaciones que estaba haciendo en Punto Fijo, lugar de los hechos.
Igualmente, Jean Carlos Guerrero, quien asumió un rol público de denuncia por lo ocurrido, recibió amenazas
de muerte por vía telefónica o caminando en las calles de la ciudad. Además, el señor [J.L.], testigo de los
hechos, quien señaló la participación policial en los mismos, también sufrió amenazas y presiones por parte
de miembros de las fuerzas policiales, por lo que se le otorgaron medidas de protección. Sin embargo, estas
no fueron efectivas, lo que lo obligó a adoptar medidas de protección por cuenta propia, lo que ha provocado
que al día de hoy se desconozca su paradero”.

137
Además, los representantes adujeron que “[e]l sobreseimiento de[l policía F.R.] debe ser considerado
cosa juzgada fraudulenta”, pues “nunca hubo una intención real de investigar [su] responsabilidad”, sino que,
por el contrario, el proceso no fue llevado a cabo con independencia e imparcialidad, y hubo múltiples

39
133. Por otro lado, los representantes se refirieron a la falta de investigación de otros
hechos. Señalaron que el Estado no inició investigaciones acerca de las torturas a las
que fue sometido Jimmy Guerrero a pesar de tener conocimiento de las mismas.
Aludieron tanto a la ausencia de investigación de los hechos previos al ataque que
produjo la muerte del señor Guerrero como a las alegadas torturas contra él en las
circunstancias de esa agresión letal. Por otro lado, afirmaron que Venezuela no investigó
actos de intimidación, amenaza, allanamiento y detención que fueron denunciados por
Jimmy Guerrero en forma previa a su muerte.

134. Los representantes solicitaron a la Corte que declare que el Estado es responsable
por la violación de los derechos a las garantías judiciales y a la protección judicial de
Jimmy Guerrero, así como de sus familiares y de los de Ramón Molina. Entendieron que
Venezuela violó los artículos 8 y 25 de la Convención, en relación con el artículo 1.1 de
dicho instrumento, así como las obligaciones contenidas en los artículos 1, 6 y 8 de la
CIPST, en lo que se refiere a la investigación de actos de tortura, conforme lo expresado
(supra párr. 133).

135. El Estado reconoció su responsabilidad internacional respecto de los artículos 8.1


y 25.1 de la Convención Americana, “en los términos” del Informe de Fondo. No aceptó
su responsabilidad por la violación a los artículos 1, 6 y 8 de la CIPST (supra nota a pie
de página 15).

B) Consideraciones de la Corte

136. La Corte ha expresado, de forma reiterada, que:

De conformidad con la Convención Americana, los Estados Partes están obligados a suministrar
recursos judiciales efectivos a las víctimas de violaciones a los derechos humanos (artículo 25), que
deben ser sustanciados de conformidad con las reglas del debido proceso legal (artículo 8.1), todo ello
dentro de la obligación general, a cargo de los mismos Estados, de garantizar el libre y pleno ejercicio
de los derechos reconocidos por la Convención a toda persona que se encuentre bajo su jurisdicción
(artículo 1.1). El derecho de acceso a la justicia debe asegurar, en tiempo razonable, el derecho de las
presuntas víctimas o sus familiares a que se haga todo lo necesario para conocer la verdad de lo
sucedido e investigar, juzgar y, en su caso, sancionar a los eventuales responsables138. […P]ara que
una investigación sea efectiva […] debe llevarse a cabo con la debida diligencia. En ese sentido, debe
evitar omisiones en la recaudación de prueba y en el seguimiento de líneas lógicas de investigación139

137. Con base en las consideraciones generales señaladas, y en otras más específicas
que se exponen más adelante, la Corte evaluará, en primer término, la investigación de
los hechos que derivaron en las muertes de Jimmy Guerrero y Ramón Molina. En segundo
lugar, se referirá a los argumentos presentados sobre la investigación de otros hechos.
En tercer término, expresará su conclusión.

irregularidades en el mismo. La Corte tiene en cuenta este argumento en relación con las medidas de
reparación que se ordenan en esta sentencia (infra Capítulo VIII).

138
Caso Mota Abarullo y otros Vs. Venezuela, párr. 120, y Caso Vicky Hernández y otras Vs. Honduras,
párr. 103. Ver también, entre otros: Caso Velásquez Rodríguez Vs. Honduras. Excepciones Preliminares.
Sentencia de 26 de junio de 1987. Serie C No. 1, párr. 91, y Caso Bulacio Vs. Argentina. Fondo, Reparaciones
y Costas. Sentencia de 18 de septiembre de 2003. Serie C No. 100, párr. 114.

139
Caso de las Hermanas Serrano Cruz Vs. El Salvador. Fondo, Reparaciones y Costas. Sentencia de 1
de marzo de 2005. Serie C No. 120, párrs. 88 y 105, y Caso Mota Abarullo y otros Vs. Venezuela, párr. 121.
En igual sentido, Caso Vicky Hernández y otras Vs. Honduras, párr. 106.

40
B.1 Investigación de los hechos que derivaron en las muertes de Jimmy Guerreo y
Ramón Molina

138. Este Tribunal advierte que la Comisión y los representantes han sido contestes
en sus aseveraciones sobre la falta de seguimiento de líneas lógicas de investigación,
las demoras en la actividad probatoria, la pérdida de prueba y la inobservancia de un
plazo razonable. El Estado ha reconocido su responsabilidad por ello, en relación con los
homicidios de los señores Guerrero y Molina, en los términos señalados por la Comisión
en su Informe de Fondo. Lo afirmado por las partes y la Comisión sobre estos tópicos
resulta coherente entre sí y con los hechos del caso. En efecto, como surge de su
exposición (supra párrs. 76 a 87) los mismos denotan que las actuaciones demoraron
más de 14 años, en el curso de los cuales se perdió material probatorio (supra párr. 82
e infra párr. 149), que en múltiples ocasiones se solicitaron medidas de prueba que no
se produjeron, o se hicieron en forma muy demorada (supra párr. 79 e infra párrs. 147
a 149)140, y que hubo prolongados períodos de inactividad141. Los procesos no implicaron
la determinación de las distintas personas intervinientes en los hechos y de las
responsabilidades correspondientes.

139. Por lo dicho, esta Corte entiende que los aspectos indicados no requieren mayor
análisis y que el Estado es responsable por la falta de diligencia debida en la investigación
de los hechos que derivaron en las muertes de Jimmy Guerrero y Ramón Molina, así
como por la realización de las actuaciones en un plazo irrazonable.

140. Este Tribunal, a continuación, analizará argumentos sobre la investigación de los


hechos aludidos presentados por los representantes que resultan adicionales a los
indicados por la Comisión. Tendrá en cuenta que el Estado no controvirtió las
aseveraciones de los representantes. A continuación, entonces, se hará referencia a los
alegatos sobre: a) falta de independencia e imparcialidad del CICPC; b)
obstaculizaciones a la investigación y a la participación de familiares, y c) la falta de
investigación de posibles actos de tortura cometidos contra Jimmy Guerrero en el marco
de la agresión que culminó con su muerte.

B.1.1 Aducida falta de independencia e imparcialidad

141. La Corte ha señalado que los criterios de independencia e imparcialidad, se


extienden también a los órganos no judiciales a los que corresponda la investigación
previa al proceso judicial, realizada para determinar las circunstancias de una muerte y
la existencia de suficientes indicios para interponer una acción penal 142.

140
La demora en la realización de diligencias se vincula también a lo que se señala más adelante sobre
la obstaculización de las actuaciones (infra párrs. 145 a 153).

141
Resulta notorio, en forma particular, el período de más de cuatro años, entre el 11 de agosto de 2009
y el 27 de marzo de 2014 (supra párrs. 81 y 82), en que no constan actividades sustantivas de investigación
o adelanto del proceso.

142
Caso Cantoral Huamaní y García Santa Cruz Vs. Perú, párr. 133, y Caso Favela Nova Brasília Vs.
Brasil. Excepciones Preliminares, Fondo, Reparaciones y Costas. Sentencia de 16 de febrero de 2017. Serie C
No. 333, párr. 185. En el mismo sentido, el señor Christof Heyns, en su declaración que obra en este proceso
como prueba documental (supra párr. 36), expresó que “los investigadores y el mecanismo de investigación
deben ser independientes de la influencia indebida y deben así parecer. Esta independencia debe ser
institucional y formal, tanto en la práctica cuanto en términos de percepción, y debe existir en todas las etapas
de la investigación. Cuando una investigación involucra un agente del Estado, debe ser independiente de
cualquier sospechoso, así como de la unidad, institución o agencia al que [el mismo] pertenezca. Asimismo,
la investigación de una ejecución policial debe ser realizada sin cualquier influencia indebida que pueda surgir
de la jerarquía institucional y de la cadena de mando de la policía u otro organismo de aplicación de la ley”

41
142. Asimismo, en un caso anterior sobre Venezuela, relativo también a una ejecución
extrajudicial por personal policial, este Tribunal examinó circunstancias respecto de las
que entendió pertinente advertir, en relación con el requisito de “independencia”, que
“varias diligencias de investigación fueron realizadas por la misma institución a la que
pertenecían los funcionarios policiales que estaban bajo investigación”, y que ello “pudo
haber influido en varias irregularidades constatadas en el proceso de investigación”143.

143. El presente caso guarda similitud con el anterior. En ese sentido, consta en los
hechos que, en diversas denuncias presentadas por Jimmy Guerrero antes de su muerte,
se señaló a personal del CICPC como responsable de actos en su contra. Si bien no se
ha identificado a los responsables de la muerte de los señores Guerrero y Molina, ha
quedado establecido que se trató de personal policial y, dados los antecedentes aludidos,
no puede descartarse a priori que hubiera funcionarios del CICPC involucrados. De este
modo, varias diligencias de investigación fueron realizadas por un organismo cuyo
personal pudo haber tenido participación en los hechos. La Corte entiende, entonces,
que lo expresado pudo haber influido en irregularidades en la investigación, lo que es un
elemento que perjudica la debida diligencia en las actuaciones 144.

144. Habiendo quedado establecido lo anterior, este Tribunal entiende innecesario


adentrarse en la evaluación de los argumentos adicionales de los representantes sobre
falta de imparcialidad.

B.1.2 Obstaculizaciones a la investigación y a la participación de familiares

145. La Corte ha expresado que “toda autoridad estatal debe cooperar, apoyar o
coadyuvar, en el ámbito de su competencia, a la debida investigación de los hechos, de
conformidad con las obligaciones derivadas de los artículos 8.1 y 25.1 de la Convención
Americana, en relación con el artículo 1.1 de la misma”145.

146. También ha señalado este Tribunal que “[d]urante el proceso de investigación y


el trámite judicial, las víctimas de violaciones de derechos humanos o sus familiares,
deben tener amplias oportunidades para participar y ser escuchados” 146. Además, “para
garantizar un debido proceso, el Estado debe facilitar todos los medios necesarios para
proteger a los operadores de justicia, investigadores, testigos y familiares de las víctimas

(declaración pericial de Christof Heyns dada en el caso Favela Nova Brasilia Vs. Brasil, incorporada como
prueba documental (expediente de prueba, fs. 11651 a 11661)).

143
Caso Uzcátegui y otros Vs. Venezuela, párr. 220. En el mismo sentido, el perito Prieto Carrero indicó
que “[l]as recomendaciones y protocolos internacionales que guían actualmente a las ciencias forenses en la
investigación de muertes potencialmente ilícitas […] requiere[n…] que la investigación se realice por cuerpos
policiales diferentes a aquellos que podrían estar implicados en la muerte [sobre la cual se indaga]”
(declaración pericial de José Luis Prieto Carrero).

144
Cfr. en el mismo sentido, Caso Uzcátegui y otros Vs. Venezuela, párrs. 220 y 223.

145
Caso Gudiel Álvarez y otros ("Diario Militar") Vs. Guatemala. Fondo, Reparaciones y Costas. Sentencia
de 20 noviembre de 2012. Serie C No. 253, párr. 252. En el mismo sentido, Caso Masacres de Río Negro Vs.
Guatemala. Excepción Preliminar, Fondo, Reparaciones y Costas. Sentencia de 4 de septiembre de 2012. Serie
C No. 250, párr. 210.

146
Cfr. Caso de la Comunidad Moiwana Vs. Surinam. Excepciones Preliminares, Fondo, Reparaciones y Costas. Sentencia
de 15 de junio de 2005, Serie C No. 124. párr. 147, y Caso Acosta y otros Vs. Nicaragua. Excepciones Preliminares,
Fondo, Reparaciones y Costas. Sentencia de 25 de marzo de 2017. Serie C No. 334, párr. 153.

42
de hostigamientos y amenazas que tengan como finalidad entorpecer el proceso, evitar
el esclarecimiento de los hechos o encubrir a los responsables de los mismos”147.

147. En el caso, la Corte, como lo ha hecho la Comisión 148, nota que a lo largo de la
investigación el CICPC solicitó, en distintas oportunidades en 2003, 2004 y 2005,
diversos documentos para determinar la conexión del crimen cometido con agentes
policiales. Así, con esta finalidad, solicitó varias veces a la Policía el envío de información
y documentación, tales como copia del “libro de novedades del parque de armas” y listas
de funcionarios de guardia y sus ubicaciones, correspondientes al momento de los
hechos. También solicitaron información la Fiscalía 6, en 2004 y 2005, y la Fiscalía 17
en 2008 (supra párr. 80) y 2014149. Dichos pedidos no tuvieron respuesta. En 2014 la
Policía informó que en 2010 se habían dañado documentos correspondientes a 2003
(supra párr. 82)150.

148. Aunado a lo anterior, el 1 de abril de 2003 el CICPC ordenó la práctica de ciertas


diligencias: “levantamiento planímetro”, trayectoria balística e intraorgánica, y el 3
diciembre del mismo año se dispuso la realización de una experticia de comparación
balística. La segunda y la tercera de las medidas indicadas se realizaron recién en mayo
de 2006151, y no consta que la otra se efectuara, pese a reiterados requerimientos 152.

147
Caso Myrna Mack Chang Vs. Guatemala. Fondo, Reparaciones y Costas. Sentencia de 25 de noviembre
de 2003. Serie C No. 101, párr. 199, y Caso Díaz Loreto y otros Vs. Venezuela, párr. 122.

148
La Comisión incluyó un señalamiento equivalente al que aquí se realiza en el párrafo 47 de su Informe
de Fondo, como uno de los aspectos fácticos del caso. Lo afirmado, por lo tanto, como cuestión de hecho, ha
sido aceptado por el Estado (supra párrs. 8, 14, 19 y 31). Lo anterior no incluye las referencias a solicitudes
de información de 2005 y 2008, que surgen de la prueba.

149
Cfr. CICPC, Oficio No. 9700-175-9836 de 26 de mayo de 2003; Oficio 9700-175-3381 de 21 de mayo
de 2004; Oficio 9700-175-3945 de 27 de mayo de 2004; Oficio 05906 de 17 de agosto de 2004, y Oficio 9700-
175-31 de 18 de agosto de 2004 (expediente de prueba, respectivamente: anexo 47 al Informe de Fondo, f.
1850; anexo 48 al Informe de Fondo, f. 1852; trámite ante la Comisión, f. 1147; anexo 49 al Informe de
Fondo, f. 1854, y anexo 60 al Informe de Fondo, f. 1880). La Fiscalía 6 también solicitó información (cfr.
Fiscalía 6: Oficio No. FAL-06-04-01.131 de 22 de julio de 2004 y Oficio. No. FAL-6-04-01.194 de 4 de agosto
de 2004 (expediente de prueba, anexos 51 y 58 al Informe de Fondo, fs. 1860 y 1876, respectivamente)). En
febrero de 2005, el CICPC envió diversos oficios a la Policía y en noviembre posterior la Fiscalía 6 reiteró al
CICPC la necesidad de realización de diligencias (cfr. CICPC: Oficio No. 9700-175-973 de 1 de febrero de 2005;
Oficio No. 9700-175-1084 de 9 de febrero de 2005; Oficio No. 9700-175-1085 de 9 de febrero de 2005, y
Oficio No. 9700-175-1140 de 9 de febrero de 2005 (expediente de prueba: trámite ante la Comisión, fs. 972,
973 y 974, y anexo 63 al Informe de Fondo, f. 1887, respectivamente); y Fiscalía 6, Oficio No. FAL-6-05-1.852
de 30 de noviembre de 2005). En marzo de 2014 la Fiscalía 17 reiteró requerimientos de información (cfr.
Fiscalía 17, Oficio FAL17-399-2014 y Oficio FAL17-400-2014, ambos de 27 de marzo de 2014).

150
Más adelante, el 30 de marzo de 2016, informó a la Fiscalía 17, en el mismo sentido, que libros con
información de las armas utilizadas por M.C., F.R., y S.C. en 2003 fueron dañados por las lluvias (cfr. Secretaría
de Seguridad Ciudadana, Cuerpo de Policía Estadal, Oficio No. 0251 de 30 de marzo de 2016 (expediente de
prueba, trámite ante la Comisión, f. 1513)).

151
El 1 de mayo de 2006 la División de Análisis y Reconstrucción de Hechos Área de Trayectoria Balística
practicó un peritaje de trayectoria balística, concluyendo, de forma similar respecto de Ramón Molina y Jimmy
Guerrero, que "el tirador se encuentra hacia el frente de la víctima, efectuando disparo con la boca del cañón
del arma de fuego en forma descendente, dirigido a la región anatómica comprometida". El 31 del mismo mes
la División de Balística de la Dirección de Criminalística Identificativa - Comparativa, envió al Jefe de la
subdelegación Punto Fijo, un Informe de Comparación Balística en el que concluyó que dos de los elementos
analizados calibre 40 (proyectil completo y fragmento) fueron disparados por una misma arma de fuego y que
el proyectil de calibre 9 milímetros fue disparada por otra arma.

152
El 26 de julio y el 4 de agosto de 2004 la Fiscalía 6 solicitó al CICPC los resultados de las experticias
de comparación balística, así como de los exámenes de “levantamiento planímetro” y de trayectoria balística
e intraorgánica, respectivamente (cfr. Fiscalía 6, Oficio FAL-06-04-01.153 de 26 de julio de 2004 (expediente
de prueba, anexo 57 al Informe de Fondo, f. 1874), y Oficio FAL-06-04-01.194 de 4 de agosto de 2004). El

43
Además, en enero 2005 la Fiscalía 6 dispuso ubicar testigos y otras diligencias, y ello se
solicitó al CICPC de nuevo, con carácter “urgente”, en noviembre de ese año 153, así como
en 2008154, sin que se realizara. Años más tarde, a inicios de 2016, la Fiscalía 17 requirió
que se conforme una Comisión para la realización de diversas diligencias, y antes de
mediados de ese año se determinó que, para ese momento, no resultaba ya posible la
práctica de algunas de ellas155.

149. Por lo expuesto, resulta claro que las autoridades a cargo de la investigación, en
diversas oportunidades a lo largo de cerca de 13 años, entre 2003 y 2016, dispusieron
la producción de diversas diligencias de prueba y reiteraron solicitudes para que se
realicen, sin que, en su mayoría, se efectuaran 156. Por el contrario, algunos documentos
se perdieron y la ejecución de algunas medidas de prueba devino imposible. La Corte
entiende que la falta de implementación oportuna de acciones requeridas, o su excesiva
demora, por parte de la Policía y del CICPC, según el caso, constituyeron conductas que
conllevaron la obstaculización o el entorpecimiento de la investigación.

150. Por otra parte, hubo múltiples solicitudes a las autoridades, de parte de la familia
de Jimmy Guerrero, formuladas por su hermano Jean Carlos, para acceder a información
sobre diversas actuaciones, que no consta que fueran satisfechas 157.

151. Además, el 16 de julio de 2005 Jean Carlos Guerrero, junto con un grupo de otros
familiares de presuntas ejecuciones extrajudiciales del Estado Falcón, denunció ante la

CICPC cursó la solicitud a autoridades policiales el 17 de agosto del mismo año, pero el 19 siguiente comunicó
a la Fiscalía 6 que no había recibido “ningún tipo de respuesta” (cfr. CICPC: Memorándum de 17 de agosto de
2004, dirigido al “Jefe [de la] Sub-Delegación Punto Fijo”, y Oficio No. 9700-175-6010, de 19 de agosto de
2004, dirigido a la Fiscalía 6 (expediente de prueba, anexos 59 y 61 al Informe de Fondo, fs. 1878 y 1882,
respectivamente)). El 10 de enero de 2005, la Fiscalía 6 reiteró el pedido de que se realicen diversas diligencias
solicitadas en mayo y agosto de 2004 (cfr. Fiscalía 6, Oficio FAL-6-05-00036 de 10 de enero de 2005
(expediente de prueba, anexo 62 al informe de fondo, fs. 1884 y 1885)).

153
Cfr. Fiscalía 6, Oficio No. FAL-6-05-00036 de 10 de enero de 2005, y Oficio No. FAL-6-05-1.852 de
30 de noviembre de 2005.

154
El 4 de noviembre de 2008 la Fiscalía 17 solicitó al CICPC realizar diversas diligencias de investigación
que, en su mayoría, habían sido también requeridas por la Fiscalía 6 en años anteriores, entre ellas, ubicar
testigos (cfr. Fiscalía 17, Oficio No. 11F17-591-2008 de 4 de noviembre de 2008).

155
Cfr. Unidad Criminalística: Actas de investigación de 14 de marzo y 7 de abril de 2016 (expediente
de prueba, anexos 75 y 76 al Informe de Fondo, fs. 1913 y 1914, y 1916, respectivamente).

156
Los representantes, como prueba documental, remitieron un cuadro listando las solicitudes de
diligencias de investigación solicitadas por autoridades internas y aquellas efectivamente realizadas. Del mismo
surge que menos del 10% de los requerimientos tuvieron respuesta efectiva. A su vez, en el mismo documento,
los representantes agruparon los requerimientos aludidos conforme el tipo de medida solicitada. Bajo esta
clasificación, al menos el 70% de las medidas de investigación dispuestas no se realizaron. El Estado no
controvirtió esta información. (Cfr. “Cuadro con solicitudes de diligencias penales” (expediente de prueba,
anexo 7 A al escrito de solicitudes y argumentos, fs. 11089 a 11100)).

157
Cfr. escritos de Jean Carlos Guerrero de 12 de noviembre de 2003, dirigido a la Fiscalía Superior, y
de 6 de febrero de 2007, dirigido al Juez de Control de Punto Fijo; constancia de 6 de febrero de 2007, en que
consta la solicitud de 22 de marzo del año anterior, y nota manuscrita de Jean Carlos Guerrero a la Fiscalía
Superior de 4 de octubre de 2007 (expediente de prueba, trámite ante la Comisión, fs. 401. 749, 750 y 1369,
respectivamente)) El 31 de octubre de 2007 la Fiscalía Superior consideró pertinente la solicitud, pero no
consta la entrega efectiva al solicitante (cfr. Fiscalía Superior, Oficio FAL-SUP-1937 de 31 de octubre de 2007
(expediente de prueba, trámite ante la Comisión, f. 1371)) Más adelante, durante 2016, Jean Carlos Guerrero
hizo otras solicitudes (cfr. solicitudes de copias e información de Jean Carlos Guerrero de 8 de marzo, 23 de
mayo, 18 de julio y 14 de noviembre de 2016 (expediente de prueba, trámite ante la Comisión, fs. 1487 y
1488, 1574, 1575 y 1581, respectivamente)).

44
prensa que él y sus familiares habían sido amenazados 158, y los representantes señalaron
que “Franklin Guerrero [fue] amenazado y constantemente perseguido por presuntos
funcionarios policiales, quienes lo […] det[uvieron] y someti[eron] a interrogatorio sin
justificación, advirtiéndole en diversas oportunidades que no siguiera con las
averiguaciones”159. Esto no fue controvertido por el Estado. En su declaración oral ante
la Corte, Jean Carlos Guerrero indicó que, luego de la muerte de su hermano y a partir
de que sus familiares comenzaron “procesos de denuncia”, fueron hostigados por actos
tales como el “asedi[o]” policial de la casa familiar y amenazas de muerte. El declarante
señaló que estos actos fueron puestos en conocimiento del Ministerio Público, y que éste,
“en un momento”, solicitó medidas de protección para Jean Carlos Guerrero, las que no
se implementaron. Jean Carlos Guerrero indicó también que, por amenazas en su contra,
se fue de Venezuela.

152. La Corte entiende que la negativa de las autoridades a cargo de las actuaciones
a brindar información a familiares de las víctimas de un hecho ilícito, así como la
circunstancia de que fueran objeto de amenazas, resultan obstaculizaciones a la
participación de tales personas en los procesos internos, que no solo redundan en una
lesión a sus derechos en el marco de los mismos, sino también en un perjuicio a las
posibilidades de su efectividad.

153. Como consecuencia de todo lo manifestado en los párrafos precedentes, este


Tribunal considera que en el caso hubo conductas de dependencias estatales que
implicaron un obstáculo al avance de las investigaciones y a la participación de los
familiares en el proceso.

B.1.3 Falta de investigación de posibles actos de tortura contra Jimmy Guerrero

154. La Corte ha señalado que la obligación de garantizar el derecho a la integridad


personal implica el deber de investigar posibles actos de tortura u otros tratos crueles,
inhumanos o degradantes, lo que se ve precisado por los artículos 1, 6 y 8 de la CIPST160.
De acuerdo a la última disposición citada, los Estados, cuando exista denuncia o razón
fundada para creer que se ha cometido un acto de tortura en el ámbito de su jurisdicción,
garantizarán que sus autoridades procedan de oficio y de inmediato a realizar una
investigación e iniciar, cuando corresponda, el respectivo proceso penal 161.

155. En este caso, la Corte, con base en la prueba con que cuenta, no ha podido
determinar que el señor Guerrero fuera sometido a torturas en el curso del ataque que
conllevó su homicidio. Ha indicado, de igual modo, que esa imposibilidad no obstaba los
deberes de investigación en el ámbito interno (supra párr. 126)162.

158
Cfr. Nota periodística del Diario La Mañana, titulada “Familiares de ajusticiados en Falcón exigen
pronunciamiento”, de 18 de julio de 2005 (expediente de prueba, trámite ante la Comisión, f. 129). Los
representantes, en su escrito de solicitudes y argumentos, señalaron que Jean Carlos Guerrero intervino dentro
del grupo que acudió a la prensa, integrado por familiares de supuestas víctimas (de diversos aducidos hechos
de violencia, no solo de los atinentes a este caso).

159
Observaciones adicionales sobre el Fondo, presentadas ante la Comisión Interamericana (expediente
de prueba, trámite ante la Comisión, fs. 325 a 399).

160
Cfr. Caso Ximenes Lopes Vs. Brasil, Sentencia de 4 de julio de 2006. Serie C No. 149, párr. 147, y
Caso Olivares Muñoz y otros Vs. Venezuela, párr. 134.

161
Caso Gutiérrez Soler Vs. Colombia. Sentencia de 12 de septiembre de 2005. Serie C No. 132, párr.
54, y Caso Olivares Muñoz y otros Vs. Venezuela, párr. 134.

162
En el mismo sentido, en ocasiones anteriores, la Corte, aun en circunstancias en que no acreditó actos
de tortura, pero que igualmente denotaban la posibilidad de su comisión, analizó el deber de investigar posibles

45
156. Ya se ha establecido que la investigación realizadas sobre lo sucedido el 30 de
marzo de 2003 resultó contraria a los derechos a las garantías judiciales y a la protección
judicial. La Corte entiende que las deficiencias de la misma, que llevan a esa conclusión,
son atinentes también a la indagación sobre posibles actos de tortura. Por otra parte, no
consta que se abriera una investigación distinta respecto a tales posibles actos. Por ello,
la inobservancia del Estado de su deber de investigar también redunda en una
vulneración de los artículos 1, 6 y 8 de la CIPST.

B.2 Investigación de los hechos cometidos contra Jimmy Guerrero anteriores a las
circunstancias de su muerte

157. La Corte ha entendido que, en tanto sean denunciados, deben ser investigados
los hechos de “detención, amenazas y hostigamiento”, y que las falencias en ello pueden
implicar una vulneración del derecho de “acceso a la justicia”, con base en los artículos
8.1 y 25.1 de la Convención Americana163. Por otra parte, ya se ha indicado lo pertinente
respecto a la obligación de investigación de posibles actos de tortura (supra párr. 154).

158. Los hechos (supra párrs. 55 a 69) denotan que, entre agosto de 2001 y marzo
de 2003, Jimmy Guerrero efectuó diversas presentaciones y denuncias. Así, a partir de
una denuncia efectuada por Jimmy Guerrero el 16 de agosto de 2001, cerca de un año
después se abrió la causa 2202-02, por el delito de “amenazas”. Luego, el día 27 de
septiembre de 2002, el señor Guerrero denunció actos de “acoso policial”, y el 5 de
noviembre siguiente la presentación fue remitida a una Fiscalía. Además, el 28 de
octubre de 2002 la Defensoría del Pueblo hizo llegar a la Fiscalía Superior una denuncia
por detenciones sufridas por el señor Guerrero. Más adelante, la Defensoría del Pueblo
fue informada, en relación con ello, que se había abierto la ya señalada causa 2202-02.
El 4 de noviembre de 2002 Jimmy Guerrero denunció a la Fiscalía 2 que los días
anteriores había permanecido detenido. Por último, el 11 de marzo de 2003 la Defensoría
del Pueblo remitió a la Fiscalía 2 una presentación de Jimmy Guerrero por posibles actos
de hostigamiento.

159. Por otra parte, ha quedado establecido que el 17 de febrero de 2003 el señor
Guerrero sufrió un acto de detención contrario a su derecho a la libertad personal, así
como torturas (supra párrs. 65 a 67, 102 a 110 y 112 a 119). El 25 del mismo mes la

torturas. Consideró, a tal efecto, además de los artículos pertinentes de la Convención Americana, los artículos
1, 6 y 8 de la CIPST, y declaró la violación de esas disposiciones (cfr. Caso Gudiel Álvarez y otros ("Diario
Militar") Vs. Guatemala, párrs. 272 a 282, y Caso Olivares Muñoz y otros Vs. Venezuela, párrs. 134 a 138).

163
Cfr. Caso Uzcátegui y otros Vs. Venezuela, párrs. 237 a 239. Al respecto, la Corte tiene en cuenta las
Reglas de Brasilia sobre Acceso a la Justicia de las Personas en Condición de Vulnerabilidad (adoptadas por la
Cumbre Judicial Iberoamericana el 6 de marzo de 2008), que señalan, en sus párrafos 10, 11, 15 y 25, lo que
sigue. En primer lugar, que debe entenderse por “víctima” a “toda persona física que ha sufrido un daño
ocasionado por una infracción penal, incluida tanto la lesión física o psíquica, como el sufrimiento moral y el
perjuicio económico[, y que el] término víctima también podrá incluir, en su caso, a la familia inmediata o a
las personas que están a cargo de la víctima directa”. En segundo término, las Reglas de Brasilia señalan que
“[s]e considera en condición de vulnerabilidad aquella víctima del delito que tenga una relevante limitación
para evitar o mitigar los daños y perjuicios derivados de la infracción penal o de su contacto con el sistema de
justicia, o para afrontar los riesgos de sufrir una nueva victimización”. Entre los aspectos que conllevan una
condición de vulnerabilidad se incluye a la “pobreza”, respecto a la que las Reglas de Brasilia indican que
“constituye una causa de exclusión social, tanto en el plano económico como en los planos social y cultural, y
supone un serio obstáculo para el acceso a la justicia” El texto señala, por último, el deber de los Estados de
“promover […] las condiciones necesarias para que la tutela judicial de los derechos reconocidos por el
ordenamiento sea efectiva, adoptando aquellas medidas que mejor se adapten a cada condición de
vulnerabilidad”.

46
Defensoría del Pueblo solicitó a la Fiscalía Superior y a la Fiscalía 2 la investigación de lo
sucedido (supra párr. 68).

160. No ha sido allegada a la Corte información sobre posibles avances de la causa


2202-02 ni que indique que hayan sido investigados los hechos de amenazas,
detenciones u hostigamientos denunciados por el señor Guerrero, así como de la
privación de libertad y torturas que sufrió el 17 de febrero de 2003.

161. La Corte advierte que la falta de investigación de todas las circunstancias


antedichas implicó una vulneración a los derechos a las garantías judiciales y a la
protección judicial, así como, en lo que respecta a lo sucedido el 17 de febrero de 2003,
en relación con los artículos 1, 6 y 8 de la CIPST. Estas violaciones afectaron, en primer
término, los derechos del señor Guerrero, pues la conducta estatal omisiva respecto al
cumplimiento del deber de investigación principió cuando él estaba vivo, y también
lesionaron los derechos de sus familiares164. En relación con Jimmy Guerrero, el
incumplimiento del deber de investigar se vinculó con un contexto de impunidad de actos
de violencia policial y de discriminación a las víctimas de los mismos en el acceso a la
justicia.

B.3 Conclusión

162. Con base en todo lo antes expuesto, la Corte concluye que Venezuela vulneró los
derechos a las garantías judiciales y a la protección judicial, incumpliendo los artículos
8.1 y 25.1 de la Convención en relación con el artículo 1.1 del mismo tratado y los
artículos 1, 6 y 8 de la Convención Interamericana para Prevenir y Sancionar la Tortura,
en perjuicio de Jimmy Guerrero, sus familiares y los familiares de Ramón Molina, según
el caso y de acuerdo a lo expresado. La Corte advierte que los hechos del caso
permanecen en la impunidad, y que el Estado está obligado a combatir esta situación
por todos los medios legales disponibles, ya que la impunidad propicia la repetición
crónica de las violaciones de derechos humanos y la indefensión de las víctimas165.

VIII
REPARACIONES

163. Sobre la base de lo dispuesto en el artículo 63.1 de la Convención, y como


también se relaciona con el artículo 28 del misma, la Corte ha indicado que toda violación
de una obligación internacional que haya producido daño comporta el deber de repararlo
adecuadamente, y que esa disposición recoge una norma consuetudinaria que constituye
uno de los principios fundamentales del Derecho Internacional contemporáneo sobre
responsabilidad de un Estado166. Este Tribunal ha considerado la necesidad de otorgar
diversas medidas de reparación, a fin de resarcir los daños de manera integral, por lo

164
Los representantes mencionaron, en su escrito de solicitudes y argumentos, al argüir la falta de
investigación de “amenazas y hostigamientos sufrid[o]s por Jimmy Guerrero previo a su muerte”, la “violación
de los derechos al acceso a la justicia y a la protección judicial de las víctimas y sus familiares”. No resulta
claro si dicha alusión a “las víctimas” refiere a Ramón Molina, además de a Jimmy Guerrero. En todo caso, la
Corte no encuentra fundamento para analizar esos argumentos sobre la investigación de los hechos, como
tampoco otros relativos a la actividad investigativa y judicial, en relación con Ramón Molina.

165
Cfr. Velásquez Rodríguez Vs. Honduras. Fondo, párr. 174, y Caso Valenzuela Ávila Vs. Guatemala.
Fondo, Reparaciones y Costas. Sentencia de 11 de octubre de 2019. Serie C No. 386, párr 142. En igual
sentido, Caso Vicky Hernández y otras Vs. Honduras, párrs. 97 y 134.

166
Cfr. Caso Velásquez Rodríguez Vs. Honduras. Reparaciones y Costas. Sentencia de 21 de julio de
1989. Serie C No. 7, párr. 25, y Caso Guachalá Chimbo y otros Vs. Ecuador, párr. 222.

47
que, además de las compensaciones pecuniarias, las medidas de restitución,
rehabilitación, satisfacción y garantías de no repetición tienen especial relevancia167.
Además, ha establecido que las reparaciones deben tener un nexo causal con los hechos
del caso, las violaciones declaradas y los daños acreditados, así como con las medidas
solicitadas para repararlos168.

164. Tomando en cuenta las violaciones a la Convención Americana y a la Convención


Interamericana para Prevenir y Sancionar la Tortura declaradas en el capítulo anterior,
a la luz de los criterios fijados en la jurisprudencia del Tribunal en relación con la
naturaleza y alcances de la obligación de reparar 169, la Corte analizará las pretensiones
presentadas por la Comisión y los representantes, así como los argumentos del Estado.
En relación con la posición de Venezuela, debe destacarse que, aunque no se refirió en
forma puntual a todas las medidas de reparación solicitadas por la Comisión y los
representantes, efectuó, en su escrito de contestación, un señalamiento de su
“comprom[iso]”, “[e]n principio y de forma general”, a “cumplir con las reparaciones
integrales correspondientes” (supra párrs. 8, 15, 30 y 31)170. Se aclara que, en lo que
sigue, sólo se reseña la posición del Estado en relación con aquellas solicitudes de
medidas de reparación respecto a las cuales efectuó consideraciones específicas,
adicionales a su manifestación general recién expuesta.

A) Parte Lesionada

165. Este Tribunal considera “parte lesionada”, en los términos del artículo 63.1 de la
Convención, a quien ha sido declarada víctima de la violación de algún derecho
reconocido en la misma. Por lo tanto, entiende como parte lesionada a Jimmy Rafael
Guerrero Meléndez y sus familiares: Nieves Ramón Guerrero Pérez (padre), Emilia
Coromoto Meléndez (madre), Franklin Felipe Guerrero Meléndez (hermano), Yarelis
Mercedes Guerrero Meléndez (hermana), Jean Carlos Guerrero Meléndez (hermano),
María Guadalupe Guerrero (hija), Francisco José Guerrero (hijo), Jimmy Eliécer Guerrero
Colina (hijo), Jiannibeth Stephanny Guerrero Colina (hija), Diliana Colina (hija), Fraily
Danaee Guerrero Chirinos (sobrina) y Anny Jesenia Colina García (pareja); así como
también a Ramón Antonio Molina Pérez y sus familiares: Soleida Morillo (esposa),
Alexander Ramón Molina Morillo (hijo), Yanna Kari Molina Morillo (hija), Yazmín Molina
Morillo (hija), Endy Molina Morillo (hijo) y Ramón Molina Morillo (hijo).

B) Obligación de investigar

166. La Comisión solicitó que se ordenara al Estado “[c]ontinuar con la investigación


penal de manera diligente, efectiva y dentro de un plazo razonable con el objeto de
esclarecer los hechos en forma completa, identificar todas las posibles responsabilidades
e imponer las sanciones que correspondan”. Asimismo, indicó que “el Estado venezolano

167
Cfr. Caso de la Masacre de Las Dos Erres Vs. Guatemala, Excepción Preliminar, Fondo, Reparaciones
y Costas. Sentencia de 24 de noviembre de 2009. Serie C No. 211, párr. 226, y Caso Vicky Hernández y otras
Vs. Honduras, párr. 145.

168
Cfr. Caso Ticona Estrada y otros Vs. Bolivia. Fondo, Reparaciones y Costas. Sentencia de 27 de
noviembre de 2008. Serie C No. 191, párr. 110, y Caso Guachalá Chimbo y otros Vs. Ecuador, párr. 222.

169
Cfr. Caso Velásquez Rodríguez Vs. Honduras. Reparaciones y Costas, párrs. 25 a 27, y Caso Guachalá
Chimbo y otros Vs. Ecuador, párr. 223.

170
La Corte entiende que este compromiso de Venezuela abarca el deber de informar de forma oportuna
a la Corte sobre la implementación efectiva de las medidas de reparación que se establecen en esta Sentencia.

48
deberá […] adoptar todos los correctivos posibles frente a las falencias que se han
registrado a lo largo de toda la investigación”.

167. Los representantes requirieron a la Corte que ordene al Estado “reabrir la


investigación penal […] y abrir una investigación contra todas las personas responsables
por las ejecuciones de Jimmy Guerrero y Ramón Molina”. Asimismo, solicitaron “iniciar
una investigación por los hechos de torturas que sufrió Jimmy Guerrero previo a su
muerte, puesto que nunca han sido investigados”. Señalaron que “[t]anto para esta
investigación como para la investigación por la ejecución extrajudicial de las víctimas se
debe[n] tomar en consideración todos los hostigamientos, amenazas y detenciones
ilegales y arbitrarias sufridas por Jimmy Guerrero”. Señalaron que “el único agente
policial que fue investigado” fue “fraudulentamente sobreseído”, por lo que requirieron
que se ordene al Estado que “las investigaciones ordenadas […] sean cursadas por un
órgano independiente e imparcial”.

168. La Corte determinó que el Estado vulneró los derechos a las garantías judiciales
y a la protección judicial, por incumplir su obligación de investigar con la debida diligencia
los hechos del caso (supra párr. 162). Al respecto, este Tribunal advierte que el
sobreseimiento definitivo dictado en 2017 (supra párrs. 86 y 87) fue resultado de una
investigación que no solo no se llevó a cabo con la diligencia debida, sino que adoleció
de obstaculizaciones por parte de las autoridades a cargo de la misma. Aunado a lo
anterior, surge de los hechos que, en abril de 2016, cuando la Fiscalía 17 emitió la
solicitud de orden de aprehensión contra el funcionario policial F.R., contaba ya con
información de diversas medidas de investigación que habían resultado infructuosas.
Esas medidas fueron las mismas que después, en septiembre de 2017, la misma Fiscalía
17 tuvo en cuenta para solicitar el sobreseimiento171, sin que conste que entre ambos
momentos se efectivizaran medidas sustantivas de investigación adicionales. La falta de
una investigación diligente, y de acciones sustantivas de investigación posteriores a la
solicitud de la orden de aprehensión, que tuvieran aptitud para completar la
investigación o subsanar sus deficiencias previas muestra que la vinculación de F. R. al
proceso y su orden de aprehensión no fueron actos que estuvieran dirigidos en forma
efectiva a avanzar en la determinación de su presunta responsabilidad penal.

169. Por ello, la Corte dispone que el Estado lleve a cabo, en un plazo razonable, las
investigaciones y procesos penales correspondientes con el fin de individualizar,
identificar, juzgar y, en su caso, sancionar a las personas responsables de las muertes
de Jimmy Guerrero y Ramón Molina (supra párrs. 70 a 75), así como de las torturas
(supra párrs. 65 y 66) y posibles torturas (supra párr. 72 y 73) que padeció el primero,
y de los actos de hostigamiento, allanamiento, amenazas y detenciones ilegales y
arbitrarias que denunció o refirió en presentaciones ante autoridades (supra párrs. 56 a
69)172. Venezuela debe efectuar lo anterior de conformidad con lo que prevea el derecho
interno, sin perjuicio de lo cual debe adoptar las acciones necesarias para que el
sobreseimiento dictado en el caso (supra párrs. 86, 87 y 168) no constituya un obstáculo
a las actuaciones. El Estado debe, además:

171
Cfr. Fiscalía 17, Oficio FAL 17-229 -2016, de 1 de abril de 2016, y solicitud de sobreseimiento emitida
por la Fiscalía 17.

172
Esta orden incluye los hechos relativos a la retención del señor Guerrero por autoridades el 23 de
octubre de 2002, así como los hechos de 27 de septiembre de 2002, en que fue allanada su casa por
funcionarios policiales, circunstancia en que su madre y su hermana resultaron detenidas. Si bien la Corte no
efectuó un examen autónomo de dichas circunstancias, ni de la posible afectación a los derechos de las dos
mujeres, las consideró como parte del hostigamiento policial contra Jimmy Guerrero.

49
a) asegurar que los distintos órganos del sistema de justicia involucrados en el caso
cuenten con los recursos humanos y materiales necesarios para desempeñar sus tareas
de manera adecuada, independiente e imparcial, y que las personas que participen en
la investigación, entre ellas víctimas, testigos y operadores de justicia, cuenten con las
debidas garantías de seguridad;
b) procurar una actuación que observe la debida diligencia, que implique el
seguimiento de líneas lógicas de investigación y la consideración del contexto y
antecedentes de los hechos, y que todas las autoridades estatales estén obligadas a
colaborar en la recaudación de la prueba, por lo que deberán brindar a la autoridad
judicial, fiscal y/u otras autoridades correspondientes toda la información que requieran
y abstenerse de actos que impliquen la obstrucción para la marcha del proceso
investigativo, y
c) asegurar el pleno acceso y capacidad de actuar de los familiares de Jimmy
Guerrero y Ramón Molina en todas las etapas de las investigaciones, de acuerdo con
la ley interna y las normas de la Convención Americana173.

170. La Corte, por otra parte, determinó que hubo obstaculizaciones a las
investigaciones y que las mismas derivaron en un sobreseimiento dictado en
contravención a las obligaciones estatales bajo la Convención Americana (supra párrs.
153 y 168). Por ello, como parte de la obligación de investigar, entiende procedente
ordenar al Estado que, en un plazo razonable, de conformidad con lo que el derecho
interno prevea, lleve adelante los procedimientos pertinentes tendientes a determinar
las eventuales responsabilidades disciplinarias o administrativas de funcionarios
estatales por las circunstancias aludidas.

C) Medidas de rehabilitación

171. La Comisión requirió que se ordenara al Estado “[d]isponer las medidas de


atención en salud física y mental necesarias para la rehabilitación de los familiares de
Jimmy Guerrero y Ramón Molina de ser su voluntad y de manera concertada”. Los
representantes, por su parte, expresaron que debe ordenarse a Venezuela “garantizar
a las víctimas un tratamiento adecuado en salud física y psicológica para superar las
afectaciones generadas por estos hechos, en el lugar de residencia”, “sea ello en
Venezuela o en otro país”. El Estado se “compromet[ió] […] a ofrecer y brindar medidas
de atención en salud a las víctimas del presente procedimiento”.

172. La Corte ha establecido afectaciones a la integridad personal sufridas por los


familiares de Jimmy Guerrero y Ramón Molina como consecuencia de los hechos del
presente caso (supra párr. 32). Por tanto, este Tribunal considera que es preciso
disponer una medida de reparación que brinde una atención adecuada a los
padecimientos psicológicos y/o psiquiátricos sufridos por tales personas, que atienda a
sus especificidades y antecedentes174. En consecuencia, esta Corte ordena al Estado
pagar una suma de dinero para que los familiares de Jimmy Guerrero y Ramón Molina
puedan sufragar los gastos de los tratamientos que sean necesarios. El monto de la
misma será definido en el acápite correspondiente a las indemnizaciones por daño
material e inmaterial (infra párr. 190).

173
Cfr., en similar sentido, Caso Gutiérrez y familia Vs. Argentina. Fondo, Reparaciones y Costas.
Sentencia de 25 de noviembre de 2013. Serie C No. 271, párr. 154.

174
Cfr. Caso Barrios Altos Vs. Perú. Reparaciones y Costas. Sentencia de 30 de noviembre de 2001. Serie
C No. 87, párr. 42 y 45, y Caso Guachalá Chimbo y otros Vs. Ecuador, párr. 234.

50
D) Medidas de satisfacción

173. La Comisión entendió que el Estado debe reparar integralmente las violaciones
a derechos humanos, tanto en el aspecto material como inmaterial, inclusive mediante
medidas de satisfacción. Los representantes requirieron que se ordenaran las
siguientes publicaciones: a) “el resumen oficial de la Sentencia emitido por la Corte en
los dos periódicos de mayor circulación nacional en Venezuela”; y b) “la sentencia en su
totalidad[, de modo] que esté disponible al menos por el periodo de un año, a través de
un enlace en las páginas iniciales del sitio web del Ministerio del Poder Popular para las
Relaciones Interiores, Justicia y Paz, el Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y
Criminalísticas (CICPC) y las Fuerzas Armadas Policiales del Estado Falcón”. Además,
consideraron procedente que se ordene al Estado el otorgamiento, a los hijos de Jimmy
Guerrero y Ramón Molina, de becas de estudio de niveles secundario, técnico
profesional, tecnológico o universitario, según corresponda y de acuerdo con su actual
nivel de estudios”.

174. La Corte, como lo ha hecho en otros casos 175, dispone que el Estado publique,
en el plazo de seis meses, contado a partir de la notificación de la presente Sentencia,
en un tamaño de letra legible y adecuado, lo siguiente: a) el resumen oficial de la
presente Sentencia elaborado por la Corte, por una sola vez, en los dos periódicos de
mayor circulación nacional en Venezuela, y b) la presente Sentencia en su integridad,
que esté disponible por el período de un año, en el sitio web oficial del Ministerio del
Poder Popular para las Relaciones Interiores, Justicia y Paz, el Cuerpo de Investigaciones
Científicas, Penales y Criminalísticas (CICPC) y las Fuerzas Armadas Policiales del Estado
Falcón. El Estado deberá informar de forma inmediata a este Tribunal una vez que
proceda a realizar cada una de las publicaciones dispuestas, independientemente del
plazo de un año para presentar su primer informe dispuesto en el punto resolutivo 19
de la presente Sentencia.

175. Por otra parte, la Corte, nota que, de acuerdo a las declaraciones de familiares
de Jimmy Guerrero y Ramón Molina, ellos eran un sustento económico importante para
sus familias176. Tomando en cuenta lo anterior, el Tribunal ordena al Estado otorgar
becas de estudio en favor de los hijos de ambos, a través de un estipendio mensual que
cubra enteramente los gastos relacionados con los estudios de las personas beneficiarias
en instituciones públicas de educación en Venezuela, y de conformidad a lo que se
determina en el párrafo siguiente.

176. Las becas no deberán estar condicionadas a la obtención de calificaciones, ni


tampoco depender del mantenimiento de un desempeño académico determinado, y
deberán ser otorgadas a las personas beneficiarias, en atención a su calidad de víctimas
por las violaciones declaradas en la presente Sentencia. Dichas becas se otorgarán en
instituciones estatales en Venezuela, desde el momento en que cada una de las personas
beneficiarias la solicite al Estado, y cubrirán la educación de dichas personas
beneficiarias hasta la conclusión de los estudios secundarios y/o posteriores, incluso
superiores técnicos o universitarios, debiendo cubrir todos los gastos para la completa

175
Cfr. Caso Cantoral Benavides Vs. Perú. Reparaciones y Costas. Sentencia de 3 de diciembre de 2001.
Serie C No. 88, párr. 79, y Caso Guachalá Chimbo y otros Vs. Ecuador, párr. 236.

176
Cfr. Declaración oral de Jean Carlos Guerrero Meléndez y declaraciones escritas de Nieves Ramón
Guerrero Pérez, Emilia Coromoto Meléndez, Franklin Felipe Guerrero Meléndez, Jiannibeth Stephannie
Guerrero Colina (expediente de prueba, fs. 11448 a 11451), Yarelis Mercedes Guerrero Meléndez, Fraily
Danaee Guerrero Chirinos (expediente de prueba, fs. 11465 a 11469) y Soleida Morillo (expediente de prueba,
fs.11471 a 11474).

51
finalización de los mismos, incluyendo el material académico o educativo, así como los
gastos de manutención. Las víctimas o sus representantes legales cuentan con un plazo
de seis meses, contado a partir de la notificación de la presente Sentencia, para dar a
conocer al Estado su intención de recibir dichas becas, y, en su caso, de 24 meses, desde
la culminación de los estudios secundarios para informar al Estado sobre la voluntad de
recibir la beca también para estudios posteriores, así como sobre la carrera que, en cada
caso, decidieran realizar a nivel técnico o universitario.

E) Medidas de no repetición

177. La Comisión requirió, al someter el caso a la Corte, que se ordenara a Venezuela


“[d]isponer mecanismos de no repetición que incluyan”:

i) programas de capacitación sobre los estándares internacionales de derechos humanos en general,


en particular, dirigidos a la Policía del estado de Falcón, y a operadores de justicia; ii) medidas para
asegurar la efectiva rendición de cuentas en el fuero penal, disciplinario o administrativo, en casos de
presunto abuso de poder por parte de agentes del Estado a cargo de la seguridad pública; y iii) medidas
legislativas, administrativas y de otra índole para asegurar la investigación con la debida diligencia y
de conformidad con los estándares internacionales relevantes de casos de alegadas ejecuciones
extrajudiciales.

178. Los representantes entendieron que el Estado debe: ¡) otorgar “cursos de


capacitación en materia de violaciones a los derechos humanos y uso de la fuerza a
agentes de seguridad y funcionarios encargados de la investigación del delito”; ii)
“adop[tar] normativa a nivel nacional para garantizar el pleno acceso a los expedientes
penales a las partes civiles debidamente acreditadas en el proceso”; iii) “[e]stablecer en
la normativa interna el derecho de las víctimas de solicitar y presentar experticias
independientes en cualquier investigación penal”; y iv) disponer la “recolección y
[p]ublicación de datos oficiales de homicidios y ejecuciones extrajudiciales para la
elaboración de políticas públicas”.

179. El Estado informó que “ya ha dado cumplimiento a las acciones planteadas por
la Comisión”. Señaló que, “en los últimos años”, “ha desarrollado […] diversos espacios
de formación dirigidos a los funcionarios policiales en todo el territorio nacional,
incluyendo el cuerpo de policía del estado Falcón, sobre derechos humanos y, muy
especialmente, sobre el uso progresivo y diferenciado de la fuerza”. Informó que estos
espacios incluyen: i) “los programas nacionales de formación universitaria de tercer nivel
–pregrado universitario- de los servicios de policía y de policía de investigación”; ii) “los
programas de formación avanzada especializada de cuarto nivel –postgrados- dirigidos
a los servicios de policía y de policía de investigación”; iii) “los programas de formación
continua y reentrenamiento de todos los cuerpos de policía, y iv) “los cursos de extensión
y mejoramiento profesional”. La mayoría de estos espacios de formación son
desarrollados y supervisados desde la Universidad Nacional Experimental de la
Seguridad (UNES), que es la institución académica de educación superior especializada
para los servicios de seguridad ciudadana.

180. La Corte nota, en primer lugar, las solicitudes de la Comisión y los representantes
de medidas legislativas o administrativas para asegurar la rendición de cuentas en caso
de abuso de poder, asegurar investigaciones diligentes, asegurar el acceso a expedientes
o establecer derechos de las víctimas en el marco de investigaciones penales. Al
respecto, este Tribunal advierte que no se ha determinado que las violaciones a derechos
humanos cometidas en el presente caso tuvieran por base deficiencias u omisiones
legislativas o de índole administrativa. Por lo tanto, no estima procedente ordenar dichas
acciones.

52
181. En relación con las solicitudes de la Comisión y los representantes de acciones
para la formación o capacitación de funcionarios, este Tribunal valora la información
proporcionada por el Estado al respecto. No obstante, teniendo en cuenta las
circunstancias del caso y su situación contextual, evalúa que resulta necesario, a fin de
evitar la repetición de los hechos, que el personal policial del Estado Falcón reciba
apropiada instrucción respecto al uso adecuado de la fuerza y el respeto a los derechos
humanos. Por ello, la Corte ordena al Estado que, en el plazo de un año, disponga
medidas adicionales a los programas y cursos que está implementando para brindar, en
forma permanente, capacitación y sensibilización a integrantes de fuerzas policiales del
Estado Falcón en: i) uso adecuado de la fuerza; ii) derechos humanos y no discriminación
y, iii) protección de los derechos de las personas jóvenes y en contexto de pobreza. La
Corte supervisará esta medida hasta contar con información suficiente que permita darla
por cumplida adecuadamente.

182. Por otra parte, la Corte advierte que el perito Ignacio Cano señaló que la
actuación del sistema de justicia criminal resulta insuficiente para reducir el acaecimiento
de casos de abusos de fuerzas de seguridad, y que es importante adoptar “otro abordaje,
que realice un monitoreo del conjunto de casos de uso de la fuerza letal”. Advirtió que
para ello se requiere “contar con un registro sistemático de casos”. Precisó que ello es
útil para motivar a las autoridades a adoptar medidas preventivas, así como a la opinión
pública a exigirlas, y que, además, genera una “presión” en las fuerzas de seguridad
para, de ser el caso, explicar el incremento de abusos, lo que puede tener un efecto
disuasivo de los mismos177.

183. Teniendo en consideración lo expuesto, así como el contexto de violencia policial


en el que se insertaron violaciones a derechos humanos determinadas en la presente
Sentencia, la Corte ordena al Estado que, en el plazo de un año y luego con una
periodicidad anual, publique un informe oficial con los datos relativos a las muertes
producidas por parte de fuerzas policiales en todos los Estados del país y la identificación
de las personas fallecidas en dichas circunstancias, inclusive por medio de información
relativas al nombre, edad, sexo o género, lugar de residencia y condición social, entre
otros. Dicho informe debe también contener información actualizada anualmente sobre
las investigaciones realizadas respecto a cada incidente resultante en la muerte de un
civil o de un integrante de fuerzas policiales. La documentación o información que sirva
de sustento al informe público, debe, a su vez, ser pública y accesible a investigadores
independientes. La Corte supervisará esta medida hasta contar con información
suficiente que permita darla por cumplida adecuadamente, y podrá determinar medidas
adicionales o suplementares durante la supervisión del cumplimiento de esta Sentencia,
en caso de que los objetivos de la medida no sean verificados satisfactoriamente.

F) Otras medidas solicitadas

184. Los representantes solicitaron que se realice un “[a]cto público de pedido de


disculpas públicas”; que se ordene al Estado “constru[ir] una cancha deportiva o un
comedor comunitario con el nombre ‘Jimmy Guerrero Meléndez’”, y “que una plaza en
el Estado Falcón lleve el nombre de […] ‘Ramón Antonio Molina Pérez’, para preservar la
memoria de la víctima”. También solicitaron que se ordene a Venezuela “[la] creación

177
Cfr. Declaración pericial de Ignacio Cano (expediente de prueba, fs. 11569 a 11572). La Corte,
igualmente, en relación con las medidas de no repetición ordenadas, deja sentado que advierte los
señalamientos de los peritos Briceño León y Alston sobre una situación actual en que actuaciones de fuerzas
de seguridad resultan lesivas de derechos humanos en forma desproporcionada sobre personas en situación
de pobreza (cfr. declaraciones periciales de Roberto Briceño León y de Philip Alston).

53
de una [C]omisión de la [V]erdad respecto [de] ejecuciones extrajudiciales con
información cualitativa y cuantitativa”.

185. La Corte considera que la emisión de la presente Sentencia y las medidas de


satisfacción y garantías de no repetición ya ordenadas, aunadas al resto de las
reparaciones que se disponen en esta Sentencia, resultan suficientes y adecuadas para
remediar las violaciones sufridas por las víctimas. Por tanto, no estima necesario ordenar
medidas consistentes en realizar un acto público de responsabilidad o asignar con el
nombre de Ramón Molina o Jimmy Guerrero a instalaciones deportivas, un comedor o
una plaza, como tampoco disponer la creación de una Comisión de la Verdad.

G) Indemnizaciones compensatorias

186. La Comisión solicitó que se reparen integralmente las violaciones a derechos


humanos en su aspecto material e inmaterial, mediante medidas de compensación
económica. Los representantes requirieron que la Corte que “determine en equidad la
cantidad correspondiente al daño material”. Pese a ello, aduciendo jurisprudencia,
solicitaron que se tomen como “parámetro” los montos de US$ 65,000.00 por concepto
de lucro cesante y de US$ 300.00 por de gastos funerarios. En cuanto al daño inmaterial,
solicitaron que la Corte “otorgue US$ 60,000.00 en equidad”, a Jimmy Guerrero y Ramón
Molina; “US$ 50,000.00 a los padres, hermanos e hijos de Jimmy Guerrero, como
también a la señora Soleida Morillo de Molina y sus hijos y US$ 15,000.00 a la sobrina
de Jimmy Guerrero”.

187. La Corte ha advertido que el daño material supone la pérdida o detrimento de


los ingresos de las víctimas, los gastos efectuados con motivo de los hechos y las
consecuencias de carácter pecuniario que tengan un nexo causal con los hechos del
caso178. Asimismo, ha establecido que el daño inmaterial puede comprender tanto los
sufrimientos y las aflicciones causados a la víctima directa y a sus allegados, como el
menoscabo de valores muy significativos para las personas, así como las alteraciones,
de carácter no pecuniario, en las condiciones de existencia de las víctimas o sus
familias179.

188. Este Tribunal entiende que, dada la naturaleza de los hechos y violaciones
determinadas en la presente Sentencia, las víctimas han sufrido daños materiales e
inmateriales que deben ser compensados. Sin perjuicio de ello, los representantes no
refirieron suficientes elementos probatorios respecto a los montos de daño material que
alegan180. La Corte estima procedente determinar en equidad, a fin de reparar en forma
unificada o conjunta los daños materiales y los inmateriales, como compensación de los
mismos, los siguientes montos dinerarios, a favor de cada una de las víctimas, de
acuerdo a lo que se indica a continuación:

178
Cfr. Caso Bámaca Velásquez Vs. Guatemala. Reparaciones y Costas. Sentencia de 22 de febrero de
2002. Serie C No. 91, párr. 43, y Caso Guachalá Chimbo y otros Vs. Ecuador, párr. 257.

179
Cfr. Caso de los “Niños de la Calle” (Villagrán Morales y otros) Vs. Guatemala. Reparaciones y Costas.
Sentencia de 26 de mayo de 2001. Serie C No. 77, párr. 84, y Caso Guachalá Chimbo y otros Vs. Ecuador,
párr. 261.

180
La Corte advierte que los representantes solicitan ordenar la indemnización por los conceptos de daño
emergente y lucro cesante, sin embargo, indicaron que “debido al transcurso del tiempo, las víctimas no
cuentan con los comprobantes de los gastos”. Si bien señalaron los montos de US$ 65.000,00 por lucro cesante
y US$ 300,00 por concepto de gastos funerarios, la Corte no posee suficientes elementos para calcular el daño
material.

54
a) Jimmy Rafael Guerrero Meléndez: US$ 150,000.00 (ciento cincuenta mil dólares
de los Estados Unidos de América);
b) Ramón Antonio Molina Pérez: US$ 130,000.00 (ciento treinta mil dólares de los
Estados Unidos de América);
c) Nieves Ramón Guerrero Pérez (padre de Jimmy Guerrero): US$ 15,000.00
(quince mil dólares de los Estados Unidos de América);
d) Emilia Coromoto Meléndez (madre de Jimmy Guerrero): US$ 15,000.00 (quince
mil dólares de los Estados Unidos de América);
e) Franklin Felipe Guerrero Meléndez (hermano de Jimmy Guerrero): US$ 10,000.00
(diez mil dólares de los Estados Unidos de América);
f) Yarelis Mercedes Guerrero Meléndez (hermana de Jimmy Guerrero): US$
10,000.00 (diez mil dólares de los Estados Unidos de América);
g) Jean Carlos Guerrero Meléndez (hermano de Jimmy Guerrero): US$ 10,000.00
(diez mil dólares de los Estados Unidos de América);
h) María Guadalupe Guerrero (hija de Jimmy Guerrero): US$ 10,000.00 (diez mil
dólares de los Estados Unidos de América);
i) Francisco José Guerrero (hijo de Jimmy Guerrero): US$ 10,000.00 (diez mil
dólares de los Estados Unidos de América);
j) Jimmy Eliécer Guerrero Colina (hijo de Jimmy Guerrero): US$ 10,000.00 (diez
mil dólares de los Estados Unidos de América);
k) Jiannibeth Stephanny Colina (hija de Jimmy Guerrero): US$ 10,000.00 (diez mil
dólares de los Estados Unidos de América);
l) Diliana Colina (hija de Jimmy Guerrero): US$ 10,000.00 (diez mil dólares de los
Estados Unidos de América);
m) Fraily Danaee Guerrero Chirinos (sobrina de Jimmy Guerrero): US$ 5,000.00
(cinco mil dólares de los Estados Unidos de América);
n) Anny Jesenia Colina García (pareja de Jimmy Guerrero): US$ 15,000.00 (quince
mil dólares de los Estados Unidos de América);
o) Soleida Morillo (esposa de Ramón Molina): US$ 15,000.00 (quince mil dólares de
los Estados Unidos de América);
p) Alexander Ramón Molina Morillo (hijo de Ramón Molina): US$ 10,000.00 (diez
mil dólares de los Estados Unidos de América);
q) Yanna Kari Molina Morillo (hija de Ramón Molina): US$ 10,000.00 (diez mil
dólares de los Estados Unidos de América);
r) Yazmín Molina Morillo (hija de Ramón Molina): US$ 10,000.00 (diez mil dólares
de los Estados Unidos de América);
s) Endy Molina Morillo (hijo de Ramón Molina): US$ 10,000.00 (diez mil dólares de
los Estados Unidos de América) y,
t) Ramón Molina Morillo (hijo de Ramón Molina): US$ 10,000.00 (diez mil dólares
de los Estados Unidos de América).

189. Cada uno de los montos asignados respecto a Jimmy Guerrero y Ramón Molina
deberá ser repartido entre sus familiares declarados víctimas en la presente sentencia,
de acuerdo con lo siguiente: a) el monto asignado a Jimmy Guerrero será repartido, en
partes iguales, entre sus hijos y su pareja, de modo tal que a su pareja le corresponde
el 50%, y el otro 50% debe ser repartido en partes iguales entre cada uno de sus cinco
hijos identificados en esta Sentencia (supra párrs. 165 y 188); b) el monto asignado a
Ramón Molina será repartido del mismo modo; es decir, en partes iguales, entre sus
hijos y su esposa, de modo tal que a su esposa le corresponde el 50%, y el otro 50%
debe ser repartido en partes iguales entre cada uno de sus cinco hijos identificados en
la presente Sentencia (supra párrs. 165 y 188). En cualquier otro caso, distinto de los

55
ya señalados, en que una persona beneficiaria hubiera fallecido antes de la emisión de
la presente Sentencia, el monto de indemnización asignado a dicha persona será
repartido, en partes iguales, entre sus familiares declarados víctimas en la presente
Sentencia que se encuentren vivos a la fecha de emisión del fallo. En su defecto, deberá
ser entregado a sus derechohabientes, conforme al derecho interno aplicable. En caso
de que alguna persona beneficiaria muriera después de la fecha de emisión de la
presente Sentencia, y antes de cobrar la indemnización, rige lo dispuesto en el título J
del presente Capítulo, relativo a la modalidad de cumplimiento (infra párrs. 198 a 203).

190. Del mismo modo esta Corte dispone que el Estado deberá pagar la suma de US$
6,000.00 (seis mil dólares de los Estados Unidos de América) para cada una de las
personas familiares de los señores Jimmy Guerrero y Ramón Molina declaradas víctimas
en la presente Sentencia, a fin de que tales personas puedan sufragar los gastos de los
tratamientos psiquiátricos y/o psicológicos que sean necesarios (supra párr. 172). Esa
suma de dinero deberá ser pagada por el Estado sin condición alguna ni bajo el deber
de rendir cuentas. El Estado debe efectuar el pago a la mayor brevedad posible, y en el
plazo máximo de un año, contado a partir de la notificación de la presente Sentencia. Si
por causas atribuibles a las personas beneficiarias no fuese posible el pago de la cantidad
determinada dentro del plazo máximo indicado, el Estado quedará eximido del pago. En
caso en que una persona beneficiaria de esta medida, dirigida a sufragar gastos de
tratamientos, hubiera fallecido antes de la emisión de la presente Sentencia, como
también en caso en que alguna persona beneficiaria muriera después de la fecha de la
emisión de la presente Sentencia, y antes de cobrar el monto señalado, el Estado
quedará eximido de efectuar el pago.

H) Costas y gastos

191. Los representantes solicitaron que se ordenara al Estado el pago de las costas
originadas tanto a nivel nacional, en la tramitación de los procesos judiciales, como a
nivel internacional, en el trámite del caso ante la Comisión y la Corte, por un monto de
US$ 99,908.46 para COFAVIC y US$ 12,202 para CEJIL.

192. Las costas y gastos hacen parte del concepto de reparación, toda vez que la
actividad desplegada por las víctimas con el fin de obtener justicia, tanto a nivel nacional
como internacional, implica erogaciones que deben ser compensadas cuando la
responsabilidad internacional del Estado es declarada mediante una sentencia
condenatoria. En cuanto al reembolso de las costas y gastos, corresponde al Tribunal
apreciar prudentemente su alcance, el cual comprende los gastos generados ante las
autoridades de la jurisdicción interna, así como los generados en el curso del proceso
ante el Sistema Interamericano, teniendo en cuenta las circunstancias del caso concreto
y la naturaleza de la jurisdicción internacional de protección de los derechos humanos.
Esta apreciación puede ser realizada con base en el principio de equidad y tomando en
cuenta los gastos señalados por las partes, siempre que su quantum sea razonable181.

193. La Corte ha señalado que es necesario que, al tratarse de alegados desembolsos


económicos, los representantes establezcan con claridad los rubros y la justificación de
los mismos182. En el presente caso, la prueba aportada por los representantes y la
argumentación correspondiente no permite una justificación completa de los montos

181
Cfr. Caso Garrido y Baigorria Vs. Argentina. Reparaciones y Costas. Sentencia de 27 de agosto de
1998. Serie C No. 39, párr. 82, y Caso Guachalá Chimbo y otros Vs. Ecuador, párr. 269.

182
Cfr. Caso Chaparro Álvarez y Lapo Íñiguez Vs. Ecuador, párr. 277 y Caso Guachalá Chimbo y otros
Vs. Ecuador, párr. 270.

56
solicitados183. La Corte decide, por entenderlo razonable, fijar, en equidad, el pago de
un monto total de US$ 45,000.00 (cuarenta y cinco mil dólares de los Estados Unidos
de América) por concepto de costas y gastos. Dicha cantidad deberá repartirse del
siguiente modo: US$ 35,000.00 (treinta y cinco mil dólares de Estados Unidos de
América) para COFAVIC y US$ 10,000.00 (diez mil dólares de los Estados Unidos de
América) para CEJIL. El Estado deberá entregar, a cada una de las organizaciones
indicadas, el monto dinerario que le corresponde, en el plazo de un año.

194. En el procedimiento de supervisión de cumplimiento de la presente Sentencia, el


Tribunal podrá disponer el reembolso por parte del Estado, a las víctimas o a sus
representantes, de los gastos razonables debidamente comprobados en dicha etapa
procesal184.

I) Fondos de Asistencia Legal de Víctimas de la Corte y la Comisión


Interamericanas

195. Debe dejarse sentado que, en el presente caso, el 20 de enero de 2020 la


Presidenta emitió una Resolución, comunicada a las partes y a la Comisión, que dispuso
que, “de conformidad con lo dispuesto en el artículo 31 del Reglamento del Tribunal” y
los artículos 2, 3 y 5 del Reglamento del Fondo de Asistencia Legal de Víctimas, resultaba
procedente la solicitud presentada por las víctimas de este caso, a través de sus
representantes, de acogerse al Fondo de Asistencia Legal de Víctimas de la Corte
Interamericana, por lo que se otorgaría apoyo económico para “solventar los gastos que
ocasionaría la presentación de declaraciones de […] víctimas o peritos, en una eventual
audiencia pública o por afidávit”185. En la Resolución de la Presidenta de la Corte de 13
de octubre de 2020 (supra párr. 10) se determinó que “la asistencia económica sea
asignada para cubrir los gastos razonables de formulación y envío de dos declaraciones
por affidávit que indiquen los representantes”.

196. De conformidad con los gastos debidamente acreditados por los representantes
y los comprobantes respectivos aportados por ellos, la Corte ordena al Estado el
reintegro a dicho Fondo de la cantidad erogada para el reintegro del costo de la
notarización de la declaración por affidávit de Fraily Guerrero, las cuales ascienden a la
cantidad de US$ 64.56 (sesenta y cuatro dólares de los Estados Unidos de América con
cincuenta y seis centavos). Este monto deberá ser reintegrado en el plazo de seis meses,
contados a partir de la notificación del presente Fallo.

183
En ese sentido, por medio del escrito de solicitudes y argumentos y documentación anexa, los
representantes adujeron que, por las acciones de litigio del caso en el proceso nacional y en el internacional,
COFAVIC había erogado US$ 91,002.43, más US$ 8,906.00 por gastos posteriores a la presentación del
referido escrito. No obstante, en documentación anexa a su escrito de solicitudes y argumentos refirieron
gastos por distintos rubros, como gastos por abogados, transportes y viáticos, viaje a la Comisión
Interamericana, y gastos administrativos, cuyo total es inferior a US$ 36,000.00. Además, a modo de ejemplo,
la Corte advierte que los representantes no especificaron la relación que guarda con el caso, los comprobantes
denominados “Formativo en el Estado de Falcón” ni los montos por “Vuelos Caracas – Las Piedras”. Asimismo,
con respecto a los gastos incurridos posterior a la presentación del Escrito de solicitudes y argumentos, los
representantes aportaron comprobantes de pago salarial emitidos por la misma organización.

184
Cfr. Caso Ibsen Cárdenas e Ibsen Peña Vs. Bolivia. Fondo, Reparaciones y Costas. Sentencia de 1 de
septiembre de 2010. Serie C No. 217, párr. 29, y Caso Guachalá Chimbo y otros Vs. Ecuador, párr. 271.

185
Caso Guerrero y Otros Vs. Venezuela. Resolución de la Presidenta de la Corte de 20 de enero de 2020,
punto dispositivo 2. Disponible en: http://www.corteidh.or.cr/docs/asuntos/guerrero_fv_2020.pdf.

57
197. Por otra parte, la Comisión solicitó que esta Corte ordenara al Estado de
Venezuela el reintegro de los gastos del Fondo de Asistencia Legal de Víctimas de la
Comisión Interamericana. La Corte nota que la Comisión no precisó el monto erogado
en este concepto, ni presentó documentación que lo avalara. Por otra parte, no indicó
cuál sería la base legal y el procedimiento para que este Tribunal se abocara a ordenar
y, eventualmente, supervisar el reintegro al fondo administrado por la Comisión. En tal
sentido, la Corte entiende que no corresponde ordenar como una medida dispositiva lo
solicitado, sino que dicho órgano deberá arbitrar el procedimiento que corresponda en
la esfera de sus atribuciones.

J) Modalidad de cumplimiento

198. El Estado deberá efectuar el pago de las indemnizaciones por concepto de daño
material e inmaterial y el reintegro de costas y gastos establecidos en la presente
Sentencia directamente a las personas y a las organizaciones que se indican, dentro del
plazo de un año, contado a partir de la notificación del presente Fallo, sin perjuicio de
que pueda adelantar el pago completo en un plazo menor, en los términos de los
siguientes párrafos.

199. En caso de que los beneficiarios fallezcan antes de que les sean entregadas las
indemnizaciones respectivas, estas se efectuarán directamente a sus derechohabientes,
conforme al derecho interno aplicable.

200. En lo que respecta a la moneda de pago de las indemnizaciones y reintegro de


costas y gastos, el Estado debe cumplir sus obligaciones monetarias mediante el pago
en dólares de los Estados Unidos de América o, de no ser esto posible, en su equivalente
en moneda venezolana, utilizando para el cálculo respectivo la tasa más alta y más
beneficiosa para las víctimas que permita su ordenamiento interno, vigente al momento
del pago. Durante la etapa de supervisión de cumplimiento de la sentencia, la Corte
podrá reajustar prudentemente el equivalente de estas cifras en moneda venezolana,
con el objeto de evitar que las variaciones cambiarias afecten sustancialmente el valor
adquisitivo de esos montos.

201. Si por causas atribuibles a los beneficiarios de las indemnizaciones o a sus


derechohabientes no fuese posible el pago de las cantidades determinadas dentro del
plazo indicado, el Estado consignará dichos montos a su favor en una cuenta o certificado
de depósito en una institución financiera venezolana solvente, en dólares
estadounidenses, y en las condiciones financieras más favorables que permitan la
legislación y la práctica bancaria. Si no se reclama la indemnización correspondiente una
vez transcurridos diez años, las cantidades serán devueltas al Estado con los intereses
devengados.

202. Las cantidades asignadas en la presente Sentencia como indemnización y como


reintegro de costas y gastos deberán ser entregadas a las personas y a las
organizaciones indicadas en forma íntegra, conforme a lo establecido en esta Sentencia,
sin reducciones derivadas de eventuales cargas fiscales.

203. En caso de que el Estado incurriera en mora, incluyendo en el reintegro de los


gastos al Fondo de Asistencia Legal de Víctimas de la Corte, deberá pagar un interés
sobre la cantidad adeudada, correspondiente al interés bancario moratorio en la
República Bolivariana de Venezuela.

58
IX
PUNTOS RESOLUTIVOS

204. Por tanto,

LA CORTE,

Por unanimidad,

DECIDE,

1. Aceptar el reconocimiento de responsabilidad internacional efectuado por el


Estado, en los términos de los párrafos 18 a 34 de la presente Sentencia.

DECLARA QUE,

2. El Estado es responsable por la violación del derecho a la libertad personal,


contenido en el artículo 7 de la Convención Americana sobre Derechos Humanos, en sus
numerales 1, 2, 3, 4 y 5, en relación con la obligación de respetar los derechos sin
discriminación, que surge del artículo 1.1 del mismo tratado, en perjuicio de Jimmy
Rafael Guerrero Meléndez, en los términos de los párrafos 91 a 99 y 102 a 110 de la
presente Sentencia.

3. El Estado es responsable por la violación del derecho a la integridad personal,


establecido en el artículo 5 de la Convención Americana sobre Derechos Humanos, en
sus numerales 1 y 2, en relación con la obligación de respetar los derechos sin
discriminación, que surge del artículo 1.1 del mismo tratado y con las obligaciones
establecidas en los artículos 1 y 6 de la Convención Interamericana para Prevenir y
Sancionar la Tortura, así como por la violación del mismo artículo 5.1, en relación la
obligación de respetar los derechos sin discriminación, que surge del artículo 1.1
indicado, en perjuicio de Jimmy Rafael Guerrero Meléndez, por los hechos de 17 de
febrero y 30 de marzo de 2003, respectivamente, en los términos de los párrafos 91 a
99, 112 a 119 y 127 y 128 de la presente Sentencia.

4. El Estado es responsable por la violación del derecho a la vida, reconocido en el


artículo 4.1 de la Convención Americana sobre Derechos Humanos, en relación con las
obligaciones de respetar y garantizar los derechos sin discriminación que surgen de su
artículo 1.1, en perjuicio de Jimmy Rafael Guerrero Meléndez, en los términos de los
párrafos 32 y 91 a 99 de la presente Sentencia.

5. El Estado es responsable por la violación del derecho a la vida, reconocido en el


artículo 4.1 de la Convención Americana sobre Derechos Humanos, en relación con la
obligación de respetar los derechos que surge de su artículo 1.1, en perjuicio de Ramón
Antonio Molina Pérez, en los términos del párrafo 32 de la presente Sentencia.

6. El Estado es responsable por la violación de los derechos a las garantías judiciales


y a la protección judicial, reconocidos en los artículos 8.1 y 25.1 de la Convención
Americana sobre Derechos Humanos, en relación con su artículo 1.1 y con los artículos
1, 6 y 8 de la Convención Interamericana para Prevenir y Sancionar la Tortura, en
perjuicio de Jimmy Rafael Guerrero Meléndez y sus familiares y los familiares de Ramón
Antonio Molina Pérez, en los términos de los párrafos 91 a 99 y 136 a 162 de la presente
Sentencia.

59
7. El Estado es responsable por la violación del derecho a la integridad personal,
establecido en el artículo 5.1 de la Convención Americana sobre Derechos Humanos, en
relación con su artículo 1.1, en perjuicio de los familiares de Jimmy Rafael Guerrero
Meléndez y de Ramón Antonio Molina Pérez, en los términos de loa párrafos 32, 127 y
128 de la presente Sentencia.

8. El Estado no es responsable por la violación al derecho a la integridad personal,


reconocido en el artículo 5 de la Convención Americana, en perjuicio de Ramón Antonio
Molina Pérez; tampoco es responsable, en relación con los hechos de 30 de marzo de
2003, por la violación del numeral 2 de dicho artículo, ni de los artículos 1 y 6 de la
Convención Interamericana para Prevenir y Sancionar la Tortura, en perjuicio de Jimmy
Rafael Guerrero Meléndez, en los términos de los párrafos 125, 126 y 129 de la presente
Sentencia.

Y DISPONE:

9. Esta Sentencia es por sí misma una forma de reparación.

10. El Estado llevará a cabo las investigaciones y procesos penales correspondientes


para investigar los hechos del caso, en los términos del párrafo 169 de la presente
Sentencia.

11. El Estado llevará a cabo los procedimientos pertinentes tendientes a determinar


las eventuales responsabilidades disciplinarias o administrativas por los hechos del caso,
en los términos del párrafo 170 de la presente Sentencia.

12. El Estado pagará las sumas destinadas para brindar tratamiento psicológico y/o
psiquiátrico a las personas familiares de los señores Jimmy Rafael Guerrero Meléndez y
Ramón Antonio Molina Pérez declaradas víctimas en la presente Sentencia, en los
términos de los párrafos 172 y 190 de la misma.

13. El Estado realizará las publicaciones indicadas en el párrafo 174 de esta


Sentencia, en el plazo de seis meses contado a partir de la notificación de la misma.

14. El Estado otorgará becas de estudio a los hijos de los señores Jimmy Rafael
Guerrero Meléndez y Ramón Antonio Molina Pérez declarados víctimas en la presente
Sentencia, de conformidad con lo establecido en los párrafos 175 y 176 de la misma.

15. El Estado realizará acciones para la capacitación y sensibilización de funcionarios


policiales del Estado Falcón, en los términos del párrafo 181 de la presente Sentencia.

16. El Estado publicará anualmente un informe oficial con los datos relativos a las
muertes producidas por parte de fuerzas policiales en todos los estados del país. Dicho
informe debe también contener información actualizada anualmente sobre las
investigaciones realizadas respecto a cada incidente resultante en la muerte de un civil
o de un integrante de fuerzas policiales, en los términos dispuestos en el párrafo 183 de
la presente Sentencia.

17. El Estado pagará las cantidades fijadas en los párrafos 188 y 193 de la presente
Sentencia, por concepto de daño material e inmaterial y costas y gastos, en los términos
de los párrafos 189 y 198 a 203 de la presente Sentencia.

18. El Estado reintegrará al Fondo de Asistencia Legal de Víctimas de la Corte

60
Interamericana de Derechos Humanos la cantidad erogada durante la tramitación del
presente caso, en los términos de los párrafos 196 y 203 de la presente Sentencia

19. El Estado rendirá al Tribunal un informe, dentro del plazo de un año contado a
partir de la notificación de la Sentencia, sobre las medidas adoptadas para cumplir con
la misma, sin perjuicio de lo establecido en el párrafo 174 de la presente Sentencia.

20. La Corte supervisará el cumplimiento íntegro de la Sentencia, en ejercicio de sus


atribuciones y en cumplimiento de sus deberes conforme a la Convención Americana
sobre Derechos Humanos, y dará por concluido el presente caso una vez que el Estado
haya dado cabal cumplimiento a lo dispuesto en la misma.

Redactada en español en San José, Costa Rica, el 3 de junio de 2021.

61
Corte IDH. Caso Guerrero, Molina y otros Vs. Venezuela. Fondo, Reparaciones
y Costas. Sentencia de 3 de junio de 2021.

Elizabeth Odio Benito


Presidenta

L. Patricio Pazmiño Freire Eduardo Vio


Grossi

Eduardo Ferrer Mac-Gregor Poisot Eugenio


Raúl Zaffaroni

Ricardo C. Pérez Manrique

Pablo Saavedra Alessandri


Secretario

Comuníquese y ejecútese,

Elizabeth Odio Benito


Presidenta

Pablo Saavedra Alessandri


Secretario

62

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