Lunes 18 de Mayo de 1998: La Transferencia. Clínica y Fundamentos
Lunes 18 de Mayo de 1998: La Transferencia. Clínica y Fundamentos
Lunes 18 de Mayo de 1998: La Transferencia. Clínica y Fundamentos
Clínica y fundamentos
49
La Transferencia. Clínica y fundamentos
trauma
psíquico síntoma
a es causa de b
50
La Transferencia. Clínica y fundamentos
a
c b
51
La Transferencia. Clínica y fundamentos
52
La Transferencia. Clínica y fundamentos
que lo rodean, pero de las que está aislado, dicho de otra manera: es
una representación? ¿o es algo de otro orden que el de la represen-
tación, es decir heterogéneo al orden de la representación?
53
La Transferencia. Clínica y fundamentos
Sí, habría como un único trauma ― lo que pasa es que este trauma ya
no sería del orden del acontecimiento, sino que, digamos, múltiples,
los más variados acontecimientos de la vida, pueden conectar con ese
problema básico que es lo incompatible de la castración, y eso enton-
ces funcionaría como elemento traumático que moviliza las defensas.
16
?
La diferencia es entre unverträglich, “inconciliable”, y unerträglich, “intolera-
ble” o “insoportable”. Cf. Sigmund FREUD, «Las neuropsicosis de defensa», en
Obras Completas, Volumen 3, Amorrortu editores, Buenos Aires, 1981. Cf. la no-
ta 18 de Strachey en la página 53.
54
La Transferencia. Clínica y fundamentos
55
La Transferencia. Clínica y fundamentos
Pero les decía que, en Freud mismo, hay elementos para pensar
que, pese a su intento de una progresiva ―no sé cómo decírselos, to-
davía― un progresivo camino en esta dirección, de que lo inconcilia-
ble es del orden de la representación, y esto hasta llegar a la represen-
tación de las representaciones, la representación de la castración... hay
no obstante elementos, en la teoría freudiana, que parecen resistirse
obstinadamente a entrar en este esquema. Uno, es el trauma, lo que
queda intocado de la noción de trauma ― porque Freud nunca aban-
dona, en verdad, la noción de trauma, lo que abandona es la teoría de
que la neurosis es resultado de uno o varios traumas: cuando él le es-
cribe a Fliess “ya no creo en mi neurótica”, en 1897, eso quiere decir
que ya no cree en la teoría de la génesis traumática de las neurosis,
pero la noción del trauma Freud la mantiene siempre, e incluso la va a
retomar, de una manera nueva, en 1920, en el texto de Más allá del
principio de placer... Entonces: el trauma, el ombligo del sueño... la
vagina ― la vagina, no sé si ustedes recuerdan el texto de 1908, «So-
bre las teorías sexuales infantiles». En ese texto Freud dice que estas
56
La Transferencia. Clínica y fundamentos
57
La Transferencia. Clínica y fundamentos
58
La Transferencia. Clínica y fundamentos
siones, sino a las neurosis mismas. La idea sería más o menos ésta: al-
guien que sería tal vez incapaz de usar sin una fuerte repulsión el ce-
pillo de dientes de su pareja, no tiene problemas para intercambiar sa-
liva en el beso amoroso... para no mencionar a todo lo demás que pue-
de eventualmente intercambiarse en el abrazo amoroso. La excitación
sexual incrementada, el aumento de la libido, decía Freud, levanta las
barreras del asco y del pudor...
59
La Transferencia. Clínica y fundamentos
?
Ricardo E. RODRÍGUEZ PONTE, «Lo real del trauma». Intervención en la Clase 7
del Seminario La Histeria. De Freud a Lacan, dictado con Rolando H. Karothy,
en la Escuela Freudiana de Buenos Aires, el 24 de Agosto de 1985. Publicado en
fichas, se encontrará su texto en la Biblioteca de la E.F.B.A.
18
?
Sigmund FREUD, Estudios sobre la histeria, en Obras Completas, Volumen 2,
Amorrortu editores, Buenos Aires, 1980. Cf. p. 298.
60
La Transferencia. Clínica y fundamentos
1) la roca de la degeneración
2) la roca de la alienación
3) la roca de la neurosis
19
?
Ricardo E. RODRÍGUEZ PONTE, Psicosis: la cuestión preliminar... y otras cues-
tiones. Seminario en la Escuela Freudiana de Buenos Aires, 1998. Publicado en
fichas.
61
La Transferencia. Clínica y fundamentos
Bueno, todas éstas son rocas que vuelven imposible la posición del
analista en tanto tal ante el caso...
62
La Transferencia. Clínica y fundamentos
LA TRANSFERENCIA EN 1895
?
Rolando H. KAROTHY, Ricardo E. RODRÍGUEZ PONTE, David SUSEL, «De la
suppositio al sujeto supuesto saber». Texto presentado en las Jornadas de la Es-
cuela Freudiana de Buenos Aires sobre La Transferencia, el 11 de Noviembre de
1892. Posteriormente publicado en Suplemento de las Notas, Nº 3, «La Transfe-
rencia», Escuela Freudiana de Buenos Aires, Bs. As., 1984.
63
La Transferencia. Clínica y fundamentos
21
?
op. cit., p. 275, el subrayado el mío.
22
?
op. cit., p. 285, el subrayado también es mío.
64
La Transferencia. Clínica y fundamentos
Segundo punto: ¿de qué orden es este saber? A este saber lo va-
mos a llamar, con Lacan, porque es un término de Lacan, saber refe-
rencial, para oponerlo a otro tipo de saber que Lacan, también, deno-
mina saber textual. ¿Por qué referencial? ¿Ustedes saben lo que es un
referente? En términos de la lingüística, tenemos el significante, el
significado ―o sea, lo que el significante significa― y el referente, es
decir, la cosa del mundo a la que alude, a la que designa, a la que se
refiere el signo. Entonces, ¿por qué digo que este saber que pone en
juego Freud en su suposición de saber es un saber referencial? Porque
este saber supuesto es un saber que tiene el carácter de una repre-
sentación, o de un grupo de representaciones, que aluden, que se re-
65
La Transferencia. Clínica y fundamentos
signo
algo alguien
66
La Transferencia. Clínica y fundamentos
Más bien, no. Más bien se trata del signo en el sentido de Peirce. Por-
que para Ferdinand de Saussure el signo es esa entidad de dos caras,
una cara es el significante y la otra cara es el significado, unidos en
una relación que es la significación. Incluso, esta definición del signo,
Saussure la da en la medida en que al construir su objeto, el objeto de
su lingüística, el signo, para hacerlo debe excluir el “algo”. La lingüís-
tica saussuriana, por método, se desentiende del referente. La de-
finición lacaniana del signo está tomada de Peirce, y este signo no es
una entidad de dos caras, como el signo saussuriano, sino una relación
entre tres elementos: el signo, el algo y el alguien, relación que es de
“representación... para”. También el “alguien” está excluído metodo-
lógicamente de la lingüística saussuriana. En la definición lacaniana
del signo es importante destacar lo ternario de la relación. El signo re-
presenta al algo, y lo representa para alguien: el alguien sostiene la re-
lación entre el signo y el algo al que representa. Inversamente, nada es
signo para alguien si no representa algo para él. Y podríamos agregar:
entre el algo y el alguien, media el signo.
67
La Transferencia. Clínica y fundamentos
signo signo
23
?
Sigmund FREUD, La interpretación de los sueños, en Obras Completas, Volu-
men 4, Amorrortu editores, Buenos Aires, 1979, p. 304.
68
La Transferencia. Clínica y fundamentos
signo signo
Está bien. Retomo los pasos que he dado. El signo implica una rela-
ción de representación entre él mismo y su referente, el algo, relación
24
?
Jacques LACAN, Seminario 21, Les non dupes errent, inédito. Cf. clase del 20 de
Noviembre de 1973.
69
La Transferencia. Clínica y fundamentos
Pero les había empezado a decir que por esta vía del signo que
remite a otro signo, vamos a encontrar que eso es lo que en verdad ca-
racteriza al procedimiento freudiano, y lo que nos permite decir que
en el procedimiento freudiano, más allá de esta ideología relativa a un
“saber referencial”, Freud trabajaba con otro tipo de saber que no se
funda en esa relación entre el signo y el referente, sino en una relación
entre un signo con otro signo. A este saber fundado en la relación en-
tre los signos entre sí, desprendidos de sus relaciones con los referen-
tes, lo llamaremos, con Lacan, saber textual.
70
La Transferencia. Clínica y fundamentos
Al final de la reunión pasada les pedí que leyeran el caso del olvido de
la palabra aliquis, en el segundo capítulo de la Psicopatología de la vi-
da cotidiana. Si lo tienen fresco, voy a evocar de ese caso unas pocas
cosas.25 Lo importante es esto, ustedes ven que cuando ese señor, el
compañero de viaje de Freud, acepta la invitación de Freud... ¡Es
difícil entrar por la mitad del caso! Les recuerdo que ese joven quiso
pronunciar una frase, una frase que además es una cita ―lo que es in-
teresante, y de entrada nos da acceso al sujeto de la enunciación: en
ese punto, él se hace representar por las palabras de otro―, una cita
que es de Virgilio, del libro IV de La Eneida, de Virgilio, y que habría
pronunciado la reina Dido ―una mujer despechada―, a saber, la frase
Exoriare aliquis nostris ex ossibus ultor!, frase que expresa un anhelo,
un “¡ojalá!”, un anhelo de venganza contra los hombres infieles a la
palabra dada: “¡Que alguien surja de mis huesos como vengador!”
―ese “alguien”, aliquis, es entonces el hijo de quien ella espera que la
resarza de la infidelidad del padre―.
Bueno, les voy a decir que La Eneida debería figurar entre la biblio-
grafía necesaria para leer a Freud, aparte de que en sí misma es de una
lectura apasionante, porque incluso el epígrafe inicial de La interpre-
tación de los sueños es una cita de ese libro de Virgilio, esta vez una
frase pronunciada por la diosa Hera: Flectere si nequeo supero, Ache-
ronta movebo: “si no puedo conmover a los dioses de arriba, moveré a
los del Aqueronte, a los del Averno” ―Hera, otra mujer despechada,
25
?
Ricardo E. RODRÍGUEZ PONTE, «Aliquis para recordar», intervención en la se-
gunda reunión del Seminario Problemas Fundamentales del Psicoanálisis, or-
ganizado por la Escuela Freudiana de Buenos Aires en la Facultad de Filosofía y
Letras de la Universidad de Buenos Aires, el 13 de Mayo de 1986. Fichas de la
E.F. B.A., Nº 1011.
71
La Transferencia. Clínica y fundamentos
estaba furiosa con su esposo Zeus, inaugurando una tradición que las
generaciones de todos los tiempos han mantenido―. Bueno, pero
reveamos un poquito la historia. Cuando cae Troya ―esta historia la
relata Homero, en La Ilíada y en La Odisea―, los aqueos, los griegos,
incendian Troya y liquidan a casi todos los troyanos. Uno de los pocos
que logra escapar es justamente Eneas, quien va así a convertirse en el
héroe del libro de Virgilio. Al escapar, Eneas salva también a su
padre, Anquises, llevándolo en sus hombros, porque Anquises ya
estaba viejito...
72
La Transferencia. Clínica y fundamentos
26
?
Jacques LACAN, Seminario 5, Las formaciones del inconsciente. Traducción de
Ricardo E. Rodríguez Ponte para circulación interna de la E.F.B.A. — Cf. la
Clase 2, del 13 de Noviembre de 1957.
73
La Transferencia. Clínica y fundamentos
?
cf. Jacques LACAN, Seminario 10, La angustia. Inédito.
74
La Transferencia. Clínica y fundamentos
75
La Transferencia. Clínica y fundamentos
76
La Transferencia. Clínica y fundamentos
S > Sq
77
La Transferencia. Clínica y fundamentos
78
La Transferencia. Clínica y fundamentos
79
La Transferencia. Clínica y fundamentos
Sí, hasta ahora quise simplemente introducir estos términos, como pa-
ra que se vayan haciendo el oído a los mismos quienes en la primera
reunión manifestaron desconocerlos absolutamente: significante, suje-
to, saber... No es mi intención introducir todavía el sujeto supuesto
saber. Ojalá tengamos tiempo para llegar al Seminario 11, por ejem-
plo, para ver cómo surge esta noción como tal, y, efectivamente, llegar
a la Proposición del 9 de octubre de 1967..., donde Lacan proporciona
su fórmula, el matema de la transferencia. Por ahora, me limito a
evocarlo anticipadamente. Es incluso por eso que forcé en la lectura
algo que, como tal, no está en Freud, es decir, la idea de que en el nú-
cleo patógeno pudiera haber algo heterogéneo al campo del lenguaje.
80
La Transferencia. Clínica y fundamentos
Sí, lo que aparece ahí es lo que Freud llama “la persona del médico”,
que Lacan sustituirá por “la presencia del analista”. Tendremos que
hacer una diferencia entre “persona” y “presencia”. Digamos que en
lugar de eso desconocido, interior y también exterior a mí mismo, lo
que aparece es un desconocido del lado del Otro a quien le hablo. O
dicho de otra manera: que sólo puedo llegar a eso que me es éxtimo,
como decía Lacan, por el rodeo del Otro, e incluso del otro. No hay
acceso directo a ese núcleo éxtimo.
Hasta la próxima. Les sugiero que relean el Caso Dora, para re-
visar los momentos de ese historial en el que Freud proporciona una
doctrina de la transferencia, no la mejor, para decirlo de algún modo,
pero sí la que suele circular como noción eficaz entre los practicantes.
Es la que aparece en Para Tí, si es que sigue saliendo esa revista, o en
Damas y Damitas... ¿Cuál? Bueno, en Luna, está bien, esa noción nos
deja en la luna. Pero ustedes leerán de Lacan su «Intervención sobre la
transferencia», en los Escritos, que es de 1951 y bastante fácil de leer.
Chau.
81