Fundamentos Epistémicos de Una Propuesta Curricular para La Formación Integral

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Fundamentos epistémicos de una propuesta curricular para la formación

integral.

Presentado Por:

Luz Daris Acuña Mancera


Magister en Educación (Unisimón)
[email protected]

María Isabel Castro Castaño


Magister en Administración y Planificación Educativa (UMECIT)
[email protected]

Cesar Álvaro Cueto Diaz


Magister en filosofía (Uninorte)
[email protected]

Ana Cristina Díaz Ortega


Magister en administración y planificación educativa (XXXX)
[email protected]

Martha Lucía Gómez Avellaneda


Master of Arts in Education (Online Education)
[email protected]

Panamá, noviembre 16 de 2021

Universidad Metropolitana de Educación, Ciencia y Tecnología


Programa de Doctorado en Ciencias de la Educación
Corrientes Pedagógicas y filosóficas en Educación Superior
Fundamentos epistémicos de una propuesta curricular para la formación
integral.

Podemos Se puede definir la Formación Integral como el proceso continuo,


permanente y participativo que busca desarrollar armónica y coherentemente todas
y cada una de las dimensiones del ser humano (ética, espiritual, cognitiva, afectiva,
comunicativa, estética, corporal, y socio-política), a fin de lograr su realización plena
en la sociedad. Es decir, vemos ver el ser humano como uno y a la vez
pluridimensional, bien diverso como el cuerpo humano y a la vez plenamente
integrado y articulado en una unidad.

La formación integral es uno de los aspectos más importantes que ocupa la


atención de la educación en nuestros días. Educar integralmente, compromete a
todos los actores educativos. Si la formación integral es el común denominador de
las Instituciones de Educación Superior e Instituciones de Educación Básica y
Media, en sus Proyectos Educativos Institucionales (PEI) y en sus Proyectos
Pedagógicos, puesto que lo declaran como elemento fundante y transversal,
entonces es válido preguntar ¿Cuáles son sus fundamentos epistemológicos? ¿Por
qué, muchas veces no deja de ser solo escritura y letra muerta en el papel?, porque
con frecuencia no se asume como el deber ser, en el sentido de responsabilidades
individuales y colectivas. ¿FF: Esta es la respuesta a la pregunta?, si es así
conectarla

Para la construcción del currículo en la formación integral deben tenerse en


cuenta aspectos como la planificación basada en un diagnóstico de las necesidades
e intereses individuales y grupales de los estudiantes y deben plantearse a corto,
mediano y largo plazo; la organización de las actividades seleccionadas según las
características de los estudiantes, también la organización de los espacios y
materiales que sean flexibles y que incorporen elementos del medio, la organización
del tiempo flexible para cada actividad, la organización de los estudiantes teniendo
en cuenta los niveles de desarrollo y por último la evaluación que abarca tres líneas
de acción, niños, familia y personal; la evaluación se realiza de forma diagnóstica
con el fin de detectar y determinar los objetivos que guiarán el proceso y los medios
utilizados para conseguirlos, formativa para modificar los medios educativos
empleados con el propósito de mejorar el proceso y sumativa cuando se desee
determinar el grado de logro de los objetivos o el progreso alcanzado en diferentes
áreas de desarrollo, respecto a experiencias deseadas o solución de problemas
detectados.

Algunos beneficios del currículo integral son contemplados ¿Donde son


contemplados? ya que este es flexible a los modelos de guía, para la intervención
educativa; induce al educador a la investigación y al reconocimiento del trabajo en
equipo y promueve actividades y proyectos educativos que se relacionan con los
intereses de los estudiantes. La Formación Integral sirve, entonces, para orientar
procesos que busquen lograr, fundamentalmente, la realización plena del hombre y
de la mujer, desde lo que a cada uno de ellos les corresponde y es propio de su
vocación personal. También, contribuye al mejoramiento de la calidad de vida del
entorno social, puesto que ningún ser humano se forma para sí mismo y para
mejorar él mismo, sino que lo hace en un contexto socio-cultural determinado con
el objeto igualmente de mejorarlo.

En cuanto al rol del educador podemos observar que es el artífice de un


ambiente estimulante, oportuno y adecuado para que el estudiante pueda crear su
propia forma de ser y acceda a su plenitud como ser humano, individual y social que
necesita no solo la posibilidad de expresar su interioridad y desarrollar su sentir, su
pensar y su actuar, sino también el poder encontrar en su medio las referencias
para crear su propio proyecto de vida, descubrir su propia escala de valores, la que
responderá a la necesidad psicológica de todo hombre, el tener su propia identidad.

Se forma integralmente, entonces, en todos los espacios, con la participación


activa de todas las personas y los procesos existentes en nuestras Instituciones; es
decir, abarcando la vida toda, y el ámbito o el medio ambiente que la favorece. En
este proceso se busca hacer consciente y explicitar el así llamado currículo ‘oculto’.
Es necesario precisar que cuando en formación integral se habla de trabajo en el
aula, no sólo se refiere al salón de clase sino también a todo el ámbito educativo; y
por lo mismo, las acciones y los procesos que se emprendan deben permear todas
las actividades y acciones que lo conforman. En este sentido, la estrecha relación
que pueda existir entre el docente y el estudiante será definitiva para alcanzar la
formación integral, porque juntos construyen conocimiento y crecen como personas.

Una de las principales características de un currículo que propenda por la


formación integral de los estudiantes es su carácter inclusivo, de allí que la
Constitución Política de Colombia de 1991 determina que la educación es un
derecho fundamental, el cual busca reducir las desigualdades, disminuir las brechas
sociales y fomentar la equidad. Y es que, resulta inconcebible educar sobre bases
de discriminación y desigualdad, de allí que integralidad supone inclusión.
El sistema educativo entonces, debe ser garante de que este derecho se
haga efectivo y ofrecer una educación pertinente con igualdad de oportunidades,
protegiendo especialmente la diversidad cultural y étnica que habita el territorio
nacional, además inclusiva, buscando evitar cualquier tipo de discriminación con
respecto a clase social, género, forma de pensar, nivel social y principalmente
protegiendo a los niños, niñas y adolescentes con cualquier tipo de
discapacidad. En la escuela inclusiva todos los alumnos se benefician de una
enseñanza adaptada a sus necesidades y no sólo los que presentan necesidades
educativas especiales. (UNESCO, Inclusión Internacional, Fundación HINENI,
2000)

Así las cosas, la escuela se debe convertirse en un espacio donde convergen


la pluralidad nacional y es desde el currículo que se debe buscar el desarrollo
integral de los estudiantes, el currículo debe ser susceptible de hacer las
modificaciones y adaptaciones necesarias que se requieran a fin de garantizar a
todas las personas el derecho a la educación en igualdad de oportunidades. En
relación a esto, Gómez Novoa (2011) sostiene que los sistemas educativos deben
plantear - a la luz de políticas Inclusivas – acciones que permitan desarrollar, al
interior de las instituciones, programas y proyectos pedagógicos que den respuesta
y reconozcan las diferentes características y necesidades de los niños, niñas,
jóvenes y adultos en situación de exclusión. Así mismo, Lindqvist, (1994) afirma
que:
"Todos los niños/as y jóvenes del mundo, con sus fortalezas y
debilidades individuales, con sus esperanzas y expectativas, tienen el
derecho a la educación. No son los sistemas educativos los que tienen
derecho a cierto tipo de niños/as. Es por ello, que el sistema educativo de un
país es el que debe ajustarse para satisfacer las necesidades de todos los
niños/as y jóvenes…". Lindqvist, (1994).

Es por tanto importante para una educación integral, que se facilite el


aprendizaje a niños, niñas y adolescentes en igualdad de oportunidades pensar en
un currículo flexible que esté centrado en el estudiante, que permita romper la
cultura homogeneizadora en las instituciones que considera que todos los
estudiantes aprenden de la misma forma.

Pertinencia

De acuerdo con la Unesco (1998), la función del establecimiento educativo


es formar integralmente al estudiante promoviendo la adquisición de competencias
metodológicas en un marco de permanente reflexión humanista. La pertinencia de
la educación debe evaluarse en función de la adecuación entre lo que la sociedad
espera de las instituciones y lo que éstas hacen. Ello requiere normas éticas,
imparcialidad política, capacidad crítica y, al mismo tiempo, una mejor articulación
con los problemas de la sociedad y del mundo del trabajo, fundando las
orientaciones a largo plazo en objetivos y necesidades societales, comprendidos el
respeto de las culturas y la protección del medio ambiente.

En este sentido, la pertinencia curricular se entiende como el relacionamiento


coherente, y conveniente de las orientaciones curriculares con el contexto
geográfico, social y cultural y con las características concretas e intereses del
educando. Por otro lado, el artículo 76 de la ley 115 de 1994, señala como
propósitos del currículo la formación integral y la construcción de identidad
cultural. Es decir, un currículo pertinente es esencial para la formación integral.

Las instituciones para adecuar su oferta educativa en relación a los


contextos, entorno social, cultural, intereses individuales y familiares de los
estudiantes, cuenta con la autonomía escolar descrita en el artículo 77 de la ley 115
de 1994. Es así, como la institución desarrolla su plan educativo a través del
currículo, por medio del cual se concretan las concepciones pedagógicas y
filosóficas de la educación impartida.

No obstante, el concepto de pertinencia toma diferentes acepciones


dependiendo de la óptica que se mire, es decir, el para qué se educa: el enfoque
funcional de la educación con respecto al sector productivo, articulación con el
mercado laboral, la investigación y producción de conocimiento y el de la
perspectiva de la movilidad social, las expectativas individuales, familiares y de la
comunidad. Académicos coinciden en que se debe formar ciudadanos con sentido
de pertenencia a su entorno, a través de un sistema educativo que responda a las
necesidades y desarrollo de su contexto y las potencialidades de los educandos.

Estas dos tendencias generan una tensión cada vez más compleja teniendo
en cuenta que el enfoque funcional atiende solo a los requerimientos del sector
productivo mientras se desatienden las necesidades específicas de las
comunidades, regiones y del ser sintiente, afectivo, crítico, espiritual, ético, estético,
político, es decir, un desconocimiento de lo misional de la educación: el cultivo de
lo humano. Por otro lado, como expresa Zubiría (2017), existe un divorcio, entre
los niveles de la básica, la media y superior, no hay un diálogo que permita la
articulación para la formación integral en el núcleo básico, la exploración de
intereses y desarrollo de las potencialidades del educando, de tal forma que pueda
aproximarse con mayor precisión a su vocación y elección universitaria.

En este contexto, surge un interrogante ¿Cuáles son los fundamentos


epistémicos Qué debe contener una propuesta curricular es pertinente con la
formación integral? Existen algunas propuestas, entre otras, la de desarrollo
humano integral basado en competencias (Villarini 2018) fundamentada en el
desarrollo humano integral, conceptúa las competencias como cualidades
deseables del ser humano en cuanto persona y ente social y a la persona como un
ser biopsicosocial en proceso de desarrollo en el marco de la naturaleza y de una
comunidad cultural.

En palabras de Moisés Wasserman, lo pertinente es ofrecer muchas


opciones, educar bien en lo básico y estimular la imaginación, la discusión, la
experimentación y la crítica.

Fundamentos filosóficos- epistemológicos del currículo para la formación


integral.

FF: Para enriquecer la propuesta, se debe sintetizar en máximo tres párrafos cada
uno de los dos fundamentos que hasta ahora se tienen: Humanismo y teoría crítica,
e incluir otros dos o tres fundamentos epistemológicos.

Teniendo claro que el currículo es un conjunto de criterios, lineamientos,


planes de estudio, metodologías, entre otros, que tienen como fin la formación de
los estudiantes y la construcción de una identidad cultural y nacional, y que,
además, el currículo debe responder a las necesidades y expectativas reales que
tiene una comunidad en particular. Es hora de mencionar algunas corrientes
filosóficas y/o epistemológicas que pueden contribuir a la construcción de una
propuesta curricular enfocada hacia la formación integral de los estudiantes.

El humanismo.

La primera corriente filosófica/ epistemológica que resaltamos es el


humanismo. El humanismo etimológicamente hablando es un término polisémico ya
que puede interpretarse de varias maneras, pero de forma general el humanismo
se puede entender como una doctrina o pensamiento que afirma la importancia de
la dignidad humana y el carácter racional de los hombres. Además, enfatiza su
autonomía, libertad y capacidad para transformar la sociedad en la que nace. Esta
corriente de pensamiento surge en el siglo XIV en Italia y se hace de la mano del
renacimiento para extenderse por toda Europa. Filosóficamente hablando sus
primeros representantes fueron Erasmo de Rotterdam, Tomas Moro y Nicolás
Copérnico. El humanismo primitivo tuvo entre sus principales fines: la sustitución
del teocentrismo por el antropocentrismo, desarrollar las ciencias y áreas del
conocimiento, romper con la edad media y sus valores y hacer más accesible el
conocimiento para todas las personas.

Por otro lado, a nivel de educación, el humanismo es un enfoque curricular


centrado en la persona. Como principales representantes podemos mencionar a J.J.
Roseau (siglo XVI), John Dewey (1986), A. Maslow (1908) y Carl Rogers (1902).
Precisamente este último pensador nos ofrece una definición sobre el enfoque
curricular humanista: “El enfoque humanista es un enfocado en la formación
personal. Este enfoque tiene como propósito ayudar en la formación como persona
del estudiante y facilitar el aprendizaje; el profesor por su parte se ve como una guía
y el estudiante como un ente activo; es un enfoque básicamente global que busca
la libertad responsable”. (Rogers. Carl 1973). De igual forma Rogers sostiene que
el alumno desarrollará su aprendizaje, cuando llegue a ser significativo, por tal razón
es importante que el estudiante considere que el tema que el docente le está
proponiendo es importante para sus objetivos personales, ya que le pondrá mucho
más interés al estudio y aprenderá más y mejor. De igual forma, sostiene que el
docente debe promover el aprendizaje de forma cooperativa e innovadora, esto hará
atractivo el tema para el discente.

Ahora bien, en términos generales, en cuanto al rol del estudiante, el


humanismo sostiene que el alumno debe ser un individuo ubicado en el contexto
social, biológico, político y cultural, debe ser una persona crítica a lo que acontece
a su alrededor y debe ser responsable con sus decisiones. En cuanto al rol del
docente dice que éste actúa como orientador, debe tener estrategias didácticas de
conocimientos relacionados con psicología social, evolutiva y educativa, además,
se involucra con el estudiante viéndolo como un ser humano con potencialidades y
limitaciones.

Para los humanistas el currículo tiene algunas características particulares,


primero que todo el currículo debe ser flexible, ya que es importante conocer y
trabajar con las limitaciones, potencialidades y necesidades del estudiante, en
segundo lugar, debe promover un clima emocional cálido, es decir la relación entre
docentes y estudiantes debe ser de respeto, confianza y credibilidad. En tercer
lugar, debe ser integrador de dominios afectivos e intelectuales, es decir, debe tener
en cuentas las emociones, los afectos, los valores, las habilidades y destrezas. Por
último, el currículo debe ser ilimitado, esto es, ayudar al máximo a incrementar las
potencialidades de las personas (aspectos positivos- valores)

De acuerdo a los párrafos anteriores, podemos observar que el currículo


humanista posee elementos que, de aplicarse de forma correcta, pueden ayudar a
la formación integral de los estudiantes, tarea que no es fácil y más en estos tiempos
posmodernos, donde la cultura de lo fragmentado está a la moda y el relativismo
moral es cada vez más marcado. De allí, la labor docente de crear un currículo
pertinente que ayude a humanizar y educar integralmente a los estudiantes. En
palabras de Peñaloza, W: “El currículo debe responder al propósito último de toda
educación que es humanizar, socializar, culturar. Un currículo que vaya contra todo
esto no será educativo sino des-educativo y a la larga, mortal para el grupo
humano”. (Peñaloza, Walter 1995)

Así pues, podemos sintetizar que un currículo humanista que propenda por
la educación integral de los estudiantes posee por los menos las siguientes cinco
características. Primero, permite formar holísticamente a los hombres, segundo,
desarrolla un pensamiento creativo y participativo, tercero, exalta los valores éticos
y morales de las personas, cuarto, promueve en el estudiante la libertad y la
responsabilidad y por último promueve el aprendizaje afectivo.

Teoría crítica.

Esta corriente filosófica/ epistemológica tiene como sus mayores


representantes a: Max Horkheimer (1895-1973); Theodor W. Adorno (1903-1969);
Herbert Marcuse (1898-1979); Jürgen Habermas (1929-) esta corriente apuesta por
la transformación de las estructuras sociales de la realidad y la autorreflexión critica,
se asemeja al paradigma Interpretativo, Aunque añade un componente ideológico.

La teoría crítica de la sociedad se propuso interpretar y actualizar la teoría


marxista. Por ello entiende que el conocimiento no es simple reproducción
conceptual de los datos objetivos de la realidad, sino una auténtica formación y
construcción de esta.

La teoría crítica se opone radicalmente a la idea de teoría pura que supone


una separación entre el sujeto que contempla y la verdad contemplada. Dicho de
otra forma, la praxis y los intereses teóricos y Extra-teóricos que se dan en
determinado momento histórico, revisten un valor teórico-cognitivo. Pues, son el
punto de vista a partir del cual se organiza el conocimiento y los objetos de dicho
conocimiento.

Por otro lado, Pedagógicamente, La teoría crítica plantea que el proceso


educativo debe permitir lograr nuevas explicaciones a las verdades alcanzadas en
ciencias. El objetivo principal en la enseñanza es potenciar a los alumnos para que
se hagan cargo de su propio aprendizaje.

La teoría crítica implica la formación de alumnos a partir de sus reflexiones y


valoraciones críticas y con ello modificar algo de la socioculturalidad, que es
necesario esa intervención. La teoría crítica constituye una superación dialéctica de
la perspectiva positivista e interpretativa y con ello asume el principio de interés que
guía su conocimiento general de él. La teoría crítica considera el aprendizaje grupal
como relevante para que los estudiantes se apropien de nuevos conocimientos,
respecto a su interés, de hecho para Habermas (1996), el conocimiento nunca es
producto de individuos o grupos humanos con preocupaciones alejadas de la
cotidianidad; por el contrario, se constituye siempre en base a intereses de han ido
desarrollándose a partir de necesidades naturales de la especie humana y que han
sido configuradas por las condiciones históricas y sociales. Por otro lado, Popkewitz
(1988 citado en Alvarado y García, 2008) afirma que algunos de “los principios de
la corriente sociocrítica son: (a) conocer y comprender la realidad como praxis; (b)
unir teoría y práctica, integrando conocimiento, acción y valores; (c) orientar el
conocimiento hacia la emancipación y liberación del ser humano; y (d) proponer la
integración de todos los participantes, incluyendo al investigador, en procesos de
autorreflexión y toma de decisiones consensuadas, las cuales se asumen de
manera corresponsable” (p. 190).

Así mismo, Escudero (1987, citado en Ricoy, 2006, p. 18) considera que los
presupuestos más característicos del paradigma socio crítico vinculados a la
educación son los siguientes:

• Visión holística y dialéctica de la realidad educativa. La educación no es


aséptica ni neutral y en ella influyen las condiciones ideológicas, económicas,
culturales, etc. que la rodean, influenciándola de modo positivo y negativo.
• Asume una visión democrática del conocimiento. Todos los sujetos
participantes en la investigación son participantes activos comprometidos,
que comparten responsabilidades y decisiones.
• La investigación trata de plantearse y generarse en la práctica y desde ella,
partiendo de la contextualización de ésta y contando con los problemas, las
necesidades e intereses de los participantes.
• Apuesta por el compromiso y la transformación social de la realidad desde la
liberación y emancipación de los implicados. (Vera Sagredo, 2020)

En cuanto al docente, esta corriente de pensamiento concibe al profesor como


un individuo intelectual transformativo y tiene tres tareas: la enseñanza como
práctica transformadora, la escuela como esfera democrática y el fomento a un
discurso público democrático.

Teniendo en cuenta los párrafos anteriores, podemos notar que esta corriente
epistemológica tiene suficientes elementos que de aplicarse correctamente puede
contribuir a la formación integral de los estudiantes. La corriente socio-critica ayuda
a despertar en los estudiantes actitudes y habilidades críticas, especialmente
pensamiento crítico, que lo ayuda a transformar su entorno y ser un ser activo en la
construcción social. Hoy más que nunca se necesita de habilidades como la
cooperación, especialmente en la construcción de conocimiento, pero también, del
deseo de cambio que solo surge cuando las personas son conscientes de la realidad
en la que se desarrollan y fruto de un análisis crítico, buscan transformar su entorno
y florecer en mejores condiciones para todos.

Por último debemos mencionar que tanto el humanismo como la teoría-crítica


son corrientes epistemológicas que pueden aportar para la formación integral de los
estudiantes, pero obviamente no son las únicas, existen otras corrientes como por
el ejemplo el paradigma emergente o de la complejidad de Edgar Morin que también
puede contribuir de manera significativa, como tantos otros, no obstante para
nosotros, el humanismo y la teoría crítica tienen gran relevancia ya que sus aportes
resultan muy pertinentes y adecuados y que además responden efectivamente al
contexto social postmoderno en que nos desenvolvemos. Somos conscientes del
reto de educar en el siglo XXI y por tal le apostamos a un currículo que propenda
por la formación integral, que además sea inclusivo y pertinente con las necesidades
y expectativas de la comunidad.

En los fundamentos filosóficos y epistemológicos de la formación integral se


encuentra el significado a las relaciones derivadas de su contacto con el cosmos,
con el grupo social en el contexto histórico que vive, y así lograr acceder a su propia
humanidad, desarrollando no solo sus valores biológicos sino también valores
morales; logrando la conexión del estudiante con su cultura, su historia,
conquistando su singularidad y alcanzado su propia libertad.

Referencias

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https://www.eltiempo.com/opinion/columnistas/moises-wasserman/educacion-
pertinente-educacion-en-colombia-116420

Adecuar este párrafo de los fundamentos psicológicos porque no es coherente,


darle sentido dentro de la propuesta, ¿donde se nombran las étapas?

Dentro de los fundamentos psicológicos se nombran las etapas


cualitativamente distintas unas de otras, , en cada una se plantea un tema o
problema fundamental que hay que superar, Erikson, (1950), - “Adquisición de un
sentido de confianza básica, versus un sentido de desconfianza”, - Adquisición de
la autonomía versus la vergüenza y la duda”, - la Adquisición de un sentido de
iniciativa versus un sentido de culpa. Además, el mismo autor plantea que: “a través
del juego el niño acepta mejor las experiencias de su frustración, supera sus
fracasos, facilita el desenvolvimiento del yo y estimula su autonomía”.

Por otro lado, Piaget, (1969), atribuye una importancia fundamental a la


interacción del niño con el medio en su proceso de desarrollo y de aprendizaje; el
niño es considerado como ser activo en el aprendizaje, este “aprende” o “reinventa”
organizando y reorganizando sus experiencias. Así vemos que, los fundamentos
pedagógicos muestran diferentes principios como el Principio de la actividad –
autoactividad que posee características de necesidad y muchas veces se exterioriza
como un desborde de energía; el Principio de la singularidad que es la observación
constante de cada niño con el propósito de detectar sus necesidades, intereses y
las características de su entorno físico y social; el Principio de la comunicación en
el que están las formas de expresión ya sea corporal, gráfica, plástica, mímica o
verbal; y otros principios no menos importantes como la autonomía, la flexibilidad y
el equilibrio. Igual este párrafo, darle sentido dentro de la propuesta

es válido preguntar ¿Es la formación integral el fin último y primordial de la


educación para el siglo XXI?,

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