Sacrosantum Concilum

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Sacrosantum Concilum.

Capítulo 1.
Principios Generales para la reforma y fomento de la sagrada Liturgia.

Resumen.
Dios quiere que todos los hombres se salven, por eso Cristo fue enviado, El a su
vez envió a los apóstoles llenos del Espíritu Santo a predicar el santo evangelio y a
anunciar que el Hijo de Dios con su Muerte y Resurrección, nos libró del poder de
Satanás, y nos condujo al Padre. Nos invita también a realizar la obra de salvación
mediante el sacrificio y los sacramentos en torno a la vida litúrgica.

“Cuantas veces comamos de la cena del Señor, proclamamos su muerte hasta que
vuelva.” El día de pentecostés fue el día en que la Iglesia se manifestó al mundo. Desde
aquel tiempo con perseverancia se reunían a escuchar la enseñanza de los apóstoles, se
reunían a la fracción del pan, alabando a Dios, es así como la Iglesia nunca se a dejado
de reunir para celebrar el misterio Pascual.

Cristo, está presente en el sacrificio de la Misa, sobre todo bajo las especies
eucarísticas. Esta presente con fuerza en todos los sacramentos, en la palabra y por último
cuando la Iglesia suplica y canta Salmos. Toda celebración litúrgica por ser obra de Cristo
sacerdote y de su cuerpo es la Iglesia es acción sagrada por excelencia.

En la liturgia terrena tomamos parte en aquella liturgia celestial, cantamos al señor


el himno de gloria con todo el Ejército celestial. Veneramos la memoria de los Santos.

La sagrada liturgia no agota toda la actividad de la Iglesia. Además, es necesario


que antes los hombres sean llamados a la fe y a la conversión. Por eso a los no creyentes
la Iglesia proclama el mensaje de salvación para que todos los hombres conozcan al único
Dios verdadero y a su enviado Jesucristo a los creyentes les debe predicar la fe y la
penitencia, prepararlos para los sacramentos.

La liturgia es la cumbre de la Iglesia, ésta impulsa a los fieles a que con los
sacramentos pascuales sean concordes a la piedad y a la renovación de la alianza, Además
la eucaristía mana hacia nosotros la gracia y la santificación de los hombres en Cristo y
aquella glorificación de Dios.

Es necesario que los fieles se acerquen a la sagrada liturgia con recta disposición
de ánimo pongan su alma en consonancia con su voz y colaboren con la gracia divina.
Los pastores deben vigilar que en la acción litúrgica no sólo se observen las leyes relativas
a la celebración válida y lícita, sino que también que los fieles participen en ella
consciente activa y fructuosamente.

El cristiano, llamado a orar en común, debe orar al padre en secreto, orar sin tregua.
se recomiendan los ejercicios piadosos del pueblo cristiano, con tal que sean conformes
a las leyes y a las normas de la Iglesia, es preciso que estos mismos ejercicios se organicen
teniendo en cuenta los tiempos litúrgicos. La Santa madre Iglesia desea que se lleve a
todos los fieles a la participación plena consciente y activa de las celebraciones litúrgicas
además los pastores de almas deben aspirar a ella por medio de una educación adecuada.
Los profesores que se elijan para enseñar la asignatura de sagrada liturgia deben
formarse a conciencia para su misión e institución destinados específicamente a ello. Los
profesores asignados a las materias de sagrada liturgia teología dogmática sagrada
escritura biología espiritual y pastoral procurarán exponer el misterio de Cristo y la
historia de la salvación de modo que quede bien clara su conexión con la liturgia.

En los seminarios y casas religiosas, los clérigos deben adquirir una formación
litúrgica de la vida espiritual. aprendan a observar las leyes litúrgicas de modo que en los
seminarios e institutos religiosos la vida esté totalmente informada de espíritu litúrgico.
A los sacerdotes se les ha de ayudar a comprender lo que realizan en las funciones
sagradas y a vivir la vida litúrgica.

Los pastores de almas fomenten con diligencia y paciencia la educación litúrgica y


la participación de los fieles conforme a su edad condición géneros de vida y grados de
Cultura religiosa. Las transmisiones radiofónicas y televisivas de acciones sagradas serán
discreta y decorosamente bajo la dirección y responsabilidad de una persona idónea a que
los obispos hayan destinado a este menester.

La reglamentación de la sagrada liturgia es de competencia exclusiva de la sede


apostólica en el Obispo. Nadie, aunque sea sacerdote añada quite o cambie cosa alguna
por iniciativa propia a la liturgia. No se introduzca invocaciones si no lo exige una utilidad
verdadera es cierta de la Iglesia. Evítese las diferencias notables de ritos entre territorios
contiguos.

En la celebración litúrgica la importancia de la Sagrada Escritura es sumamente


grande, Hay que fomentar aquel amor suave y vivo hacia esta misma. Las acciones
litúrgicas no son acciones privadas pertenecen a todo el pueblo de la Iglesia, pero cada
uno de los miembros de este cuerpo recibe un influjo diverso.

En las celebraciones litúrgicas, cada cual ministro o simple fiel, al desempeñar su


oficio, para todo y sólo aquello que le corresponde por naturaleza de la acción de las
normas litúrgicas. Los acólitos los, lectores, comentadores y cuántos pertenecen a la”
Schola cantorum”, Ejerzan su oficio con la sincera piedad y orden que conviene a tan
gran Ministerio y les exige con razón al pueblo de Dios. Es preciso que cada uno se ha
instruido para cumplir su función debida y ordenadamente.

Para promover la participación se fomentarán las aclamaciones del pueblo las


respuestas la salmodia las antífonas los cantos y también las acciones o gestos y posturas
corporales. Guardarse, además, a su debido tiempo coma un silencio sagrado. Que en las
rúbricas esté prevista la participación de los fieles.

En la liturgia, Dios habla a su pueblo; Cristo sigue anunciando el Evangelio y el


pueblo responde a Dios con el canto y la oración. Las oraciones que dirige a Dios el
sacerdote representan a Cristo. Los ritos deben ser sencillos, breves, claros, evitando las
repeticiones. Debe haber lectura de la sagrada escritura las fuentes principales de la
predicación serán la sagrada escritura y la liturgia. Inculque se la catequesis litúrgica.
Fomente se las celebraciones sagradas de la palabra De Dios en las vísperas de las fiestas
más solemnes como lo son a viento y Cuaresma y los domingos y días festivos.
La traducción del texto litúrgico a la lengua vernácula ad usarse en la liturgia debe
ser aprobada por la competente autoridad eclesiástica territorial antes mencionada. La
Iglesia no pretende imponer una rígida uniformidad. Sino que por la fe o al bien de toda
la comunidad respeta y promueve el genio y las cualidades peculiares de las distintas
razas y pueblos. Sí puede, conserva íntegra lo que en las costumbres de los pueblos
encuentran que no esté indisolublemente vinculado a supersticiones.

Corresponderá a la competente autoridad eclesiástica territorial adaptar dentro de


los límites establecidos en las direcciones típicas de los libros litúrgicos la competente
autoridad eclesiástica considerar considerará con solicitud y prudencia los elementos que
se pueden tomar de las tradiciones.

El obispo debe ser considerado como el gran sacerdote de su Grey. La principal


manifestación De la Iglesia se realiza en la participación plena y activa de todo el pueblo
Santo de Dios en las mismas celebraciones litúrgicas. No le es posible al obispo presidir
personalmente en su Iglesia a toda su Grey, debe por necesidad erigir diversas
comunidades de fieles. Entre ellas sobresalen las parroquias distribuidas localmente bajo
un Pastor que hace las veces de obispo, ya que representan a la Iglesia visible y trabajar
para que florezca el sentido comunitario parroquial.

Conviene que la competente autoridad eclesiástica territorial contribuya una


comisión litúrgica con la que colaboran especialistas de las Ciencias litúrgica, música,
Arte Sacro y pastoral. La comisión tendrá como tarea encausar la acción pastoral litúrgica
y promover los estudios y experiencias necesarias cuando se trate de adaptaciones que
deben proponerse a la sede apostólica.

Crítica.

Me parece muy interesante este apartado del Concilio Vaticano segundo, porque
marca un antes y un después en la Iglesia. La liturgia sin perder su esencia cambia
radicalmente, y algo que me gusta mucho es que se vuelve más accesible al pueblo. Se
pone una estructura firme para que todos podamos profesar una misma fe y para evitar
esas desviaciones que a veces pasan. En la actualidad veo que muchas de las reglas que
están en el Concilio no se llevan a cabo, pero creo que más importante que eso es la
finalidad de la liturgia, mientras no se pierda esa esencia y el pueblo se siga sintiendo
identificado con ella y sobre todo que le siga gustando pues no habría tanto problema. El
problema es que puede que estas variaciones que no deberían de existir hagan que este
mismo pueblo se confunda. También me llamaba la atención que se busca que por lo
menos en un territorio o en zonas muy cercanas se busque una uniformidad de la liturgia,
esto me parece muy bueno sobre todo para el estilo de vida que se vive en la actualidad
en donde muy probablemente a la familia pueda viajar y salir de su lugar de origen y
asistir a una celebración eucarística y aún no esté en su lugar de origen se siguen sintiendo
identificada. Ahora que he leído este apartado he comenzado a analizar esos cantos o
frases que algunas veces se expresan en latín. Esto nos puede hacer creer que estamos
retrocediendo o por lo menos así lo siento yo. Yo preferiría que toda la liturgia fuera en
la lengua local porque al final de cuentas la liturgia está hecha para todos y si el pueblo
no puede cantar junto con el coro un “Señor ten piedad”, puede no sentirse identificada y
no vivir ese momento de la liturgia al 100%. También se me hace muy interesante que se
nos eduque a todos en la liturgia para no ir a hacer u ofrecer mi servicio sólo por hacerlo,
sino que puedo entenderlo por qué se hace y para qué y puedo ofrecer un mejor servicio.
aunque bien esto último no se lleva mucho de la práctica ya que he escuchado comentarios
como “No hay que explicarles no lo van a entender”. Siento que es la responsabilidad de
los consagrados y sacerdotes y de cualquier persona que tenga el conocimiento educar a
todos en la liturgia. Otra cosa que se me hizo muy importante fue que a pesar de que en
ese tiempo la tecnología no estaba muy desarrollada como lo es actualmente sobre todo
hablando de los medios de comunicación, esto se haya tomado en cuenta. las
recomendaciones que se dan en el Concilio no se están llevando a cabo porque expresa
que se tiene que poner un representante que se encargue de regular todo esto con
autorización del Obispo, y como esto no se lleva a cabo, suceden muchas cosas que vemos
en la actualidad. Vemos personas que son consagradas apoyando cuestiones no cristianas
porque se dejan llevar por la globalización. Y propondría se estableciera a alguien que
intente regular todo lo qué tiene que ver con redes sociales en las comunidades cristianas.
Sería muy importante que esta persona sea alguien preparado y con experiencia porque
al final de cuentas se trata de evangelización digital.