Te Vas o Te Quedas Libroelectronico

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TESIS DE MENCIÓN HONORÍFICA

¿TE VAS
O TE QUEDAS?
VARIACIÓN EXPLICATIVA EN EL FENÓMENO
DE ABANDONO DE VIVIENDA EN TIJUANA,
BAJA CALIFORNIA
FRANCISCO LARA GARCÍA

UNIVERSIDAD NACIONAL AUTÓNOMA DE MÉXICO


INSTITUTO FONDO NACIONAL DE LA VIVIENDA PARA LOS TRABAJADORES
DEL
COORDINACIÓN DE HUMANIDADES
PROGRAMA UNIVERSITARIO DE ESTUDIOS SOBRE LA CIUDAD
FACULTAD DE ARQUITECTURA
¿TE VAS
O TE QUEDAS?
VARIACIÓN EXPLICATIVA DEL
FENÓMENO DE ABANDONO
DE VIVIENDA EN TIJUANA,
BAJA CALIFORNIA
¿TE VAS
O TE QUEDAS?
VARIACIÓN EXPLICATIVA DEL
FENÓMENO DE ABANDONO
DE VIVIENDA EN TIJUANA,
BAJA CALIFORNIA
Francisco Lara García
Mención Honorífica Tesis de Maestría.
Premio Internacional de Tesis de Investigación 2016,
La Vivienda Social. Innovación y Tecnología

Universidad Nacional Autónoma de México


Coordinación de Humanidades
Programa Universitario de Estudios sobre la Ciudad

México 2018

R
¿Te vas o te quedas?
Variación explicativa del fenómeno de abandono
de vivienda en Tijuana, Baja California
Francisco Lara García

Primera edición electrónica 2019.

d. r. © Universidad Nacional Autónoma de México


www.unam.mx

Coordinación de Humanidades
Circuito Mario de la Cueva s/n
Ciudad Universitaria, Delegación Coyoacán. c.p. 04510, Ciudad de México
www.coord-hum.unam.mx

Facultad de Arquitectura
Circuito Interior s/n
Ciudad Universitaria, Delegación Coyoacán,
c.p. 04510, Ciudad de México
www.arquitectura.unam.mx

Programa Universitario de Estudios sobre la Ciudad


República de Cuba, núm. 79,
Centro Histórico, Delegación Cuauhtémoc
c.p. 06010, Ciudad de México
www.puec.unam.mx

Instituto del Fondo Nacional de la Vivienda para los Trabajadores


www.infonavit.org.mx

Graciela Chávez Olvera


departamento de publicaciones puec-unam
Belinda Cornejo
traducción
Asdriel Téllez
diseño editorial y formación tipográfica
Margarita Marroquín Parducci
corrección de estilo
ISBN: 978-607-30-1539-4

Derechos reservados conforme a la ley. Queda prohibida la reproducción total o


parcial de esta obra por cualquier medio o procedimiento, comprendidos la reprografía
y el tratamiento informático, la fotocopia o la grabación, sin la previa autorización por
escrito del titular de los derechos de esta edición.

Hecho en México / Made in Mexico


PREMIO INTERNACIONAL DE TESIS
DE INVESTIGACIÓN 2016: VIVIENDA SOCIAL.
INNOVACIÓN Y TECNOLOGÍA
El Instituto del Fondo Nacional de la Vivienda para los Trabajadores (Infonavit) está com-
prometido con la generación de conocimiento en materia de vivienda, con el objeto de que
nuestras directrices estén cada vez más orientadas hacia la demanda en busca de generar va-
lor para los trabajadores, sus familias y comunidades, a través de soluciones que les permitan
incrementar su patrimonio y calidad de vida, de una forma sostenible a lo largo de su vida
laboral y durante su retiro.
Es por esto que el Infonavit, a través del Centro de Investigación para el Desarrollo Sos-
tenible (cids), en colaboración con la Facultad de Arquitectura y el Programa Universitario
de Estudios sobre la Ciudad (puec) de la Universidad Nacional Autónoma de México (unam),
convocó el año pasado al Premio Internacional de Tesis de Investigación 2016 “Vivienda so-
cial. Innovación y tecnología”, con el propósito de reconocer las aportaciones surgidas de las
tesis de maestría y doctorado en este campo del conocimiento, los nuevos métodos y estrate-
gias de análisis sobre problemas relacionados con la vivienda y las condiciones de habitabili-
dad y sus contribuciones para diseñar innovadoras políticas públicas en la materia.
Este esfuerzo conjunto del Infonavit y la unam busca estimular a los estudiantes de
posgrado, en los ámbitos nacional e internacional, a desarrollar investigaciones de calidad
orientadas a proponer proyectos que contribuyan a resolver las diferentes problemáticas que
presenta la vivienda en el siglo xxi.
El tema de la convocatoria 2016 fue “Vivienda social. Innovación y tecnología” y se
inscribieron un total de 61 tesis de posgrado, 36 en la categoría de tesis de maestría y 25 en
la categoría de tesis de doctorado, procedentes de diferentes universidades internacionales y
centros de investigación: Universidad de Buenos Aires y Universidad Nacional de La Plata, de
Argentina; Universidad Mayor de San Andrés de Bolivia; Pontificia Universidad Católica
de Chile, Universidad de Chile; Universidad Nacional de Colombia; Universidad de Costa
Rica; Universidad Federal de Bahía, Universidad Federal de Río de Janeiro, Universidad Fede-
ral de Minas Gerais y Universidad de São Paulo de Brasil; Universidad de Sevilla, Universidad
de Zaragoza, Universidad de Ramón Llull, Universidad Politécnica de Cataluña y Universi-
dad Politécnica de Madrid, España; Harvard University, University of Illinois at Chicago y

7
Columbia University, Estados Unidos; Université Paris 1 Panthéon Sorbonne de Francia;
Escola Superior Gallaecia, Portugal; The University Of Sheffield y Architectural Association
School of Architecture del Reino Unido, y Universidad Central de Venezuela.
Por parte de México participaron la Universidad Autónoma de Aguascalientes, Uni-
versidad Autónoma del Estado de México, Universidad Anáhuac, Universidad Autónoma
de Nuevo León, Universidad Autónoma Metropolitana, Universidad de Colima, Instituto
Tecnológico y de Estudios Superiores de Occidente, a.c., Instituto Politécnico Nacional, Ins-
tituto Tecnológico de Chetumal, Escuela de Gobierno y Transformación Pública, Campus
Monterrey y la Universidad Nacional Autónoma de México.
El Jurado Calificador del Premio estuvo presidido por el arquitecto Marcos Mazari
Hiriart director de la Facultad de Arquitectura de la unam e integrado por los doctores Jordi
Borja de la Universitat Oberta de Catalunya, Diane E. Davis de la Harvard University,
Francisco Sabatini de la Pontificia Universidad Católica de Chile y Alicia Ziccardi de la unam.
Los principales temas abordados por los participantes fueron: la vivienda y su entor-
no ambiental, social, económico, cultural y las condiciones de habitabilidad de la vivienda,
presentando trabajos de investigación que muestran aportes significativos. La evaluación de
las tesis fue realizada por el Jurado Calificador aplicando los siguientes criterios: contenido y
estructura, marco teórico, técnicas de investigación y aporte a este campo de conocimientos.
También se consideraron aspectos formales tales como la capacidad argumentativa, la clari-
dad en la exposición y la adecuada redacción.
Las tesis ganadoras constituyen una valiosa contribución al avance científico y al cono-
cimiento de la complejidad de las condiciones de vivienda y habitabilidad que prevalecen en
las diferentes ciudades, asentamientos humanos y regiones en las que se localizan. Tam-
bién destacan la importancia de que las políticas públicas en la materia no sólo busquen
disminuir el déficit habitacional privilegiando criterios financieros sino que garanticen la
calidad de la vivienda y el espacio público, promuevan la participación de la ciudadanía y sus
organizaciones sociales y garanticen su sostenibilidad.

Lic. David Penchyna Grub


Director General del Instituto del Fondo Nacional para la Vivienda de los Trabajadores
Ciudad de México, marzo de 2017.

8
ÍNDICE
Agradecimientos.........................................................................................11
Acknowledgements....................................................................................15
Panorama general.......................................................................................19

Capítulo I. El complejo panorama del abandono de vivienda


en tijuana...................................................................................27
Sólo falta que tú me abandones: ¿a dónde se fueron?................ 32
No puedo obligarte a quererme: las explicaciones........................ 35
¿No es posible ganarle al destino?: el falso destino
de la crisis de abandono en Tijuana................................................... 43
Crisis económica...................................................................................... 44
Fracasos en las políticas, distancia de los centros
urbanos y servicios.................................................................... 47
Criminalidad y violencia............................................................ 51
La migración................................................................................ 52
Tú sabrás si te vas o te quedas: variaciones en
las explicaciones sobre el abandono de vivienda en Tijuana...... 55

Capítulo II. Historia de la vivienda social en México............................61


Las raíces de la vivienda minimalista................................................ 62
El modernismo se extiende: traducción mediante
la revolución............................................................................................. 64
El diseño como patronato: la construcción de multifamiliares
en la Ciudad de México......................................................................... 69
De la intervención del estado a las políticas facilitadoras........... 72
Políticas actuales de vivienda en México......................................... 77
Traducciones de la política de vivienda social en México............ 79

Capítulo III. Historia del desarrollo urbano y la vivienda


en tijuana................................................................................83
Financiamiento y crecimiento urbanos............................................. 84
La apatía federal y sus intereses/ciclos............................................ 86

9
El desarrollo urbano privado: la autoconstrucción y
el latifundismo urbano.......................................................................... 90
Tijuana hoy: panorama de abandono e informalidad................... 94
La subordinación del Estado a lo privado: la historia
del crecimiento urbano en Tijuana..................................................... 96

Capítulo IV. La distancia y la corrección: la validación de las


explicaciones locales del abandono de vivienda.............99
Metodología............................................................................................. 99
Trabajo cualitativo..................................................................... 101
Trabajo cuantitativo.................................................................. 103
Interpretación del trabajo cualitativo................................................ 105
Lejos-lejos.................................................................................... 112
Medio-medio............................................................................... 112
Cerca-cerca.................................................................................. 119
Complejidad versus simplicidad: comparación escalar.................. 122
Combinación de métodos: el modelaje de la distancia
mediante regresión de mínimos cuadrados ................................... 125
Interpretación.......................................................................................... 130

Capítulo V. Discusión: posicionalidad y simplificaciones


en la evaluación del problema.............................................133

Capítulo VI. Tú sabras si te vas o te quedas: memorando


de investigación y recomendaciones de políticas...........149

Apéndice: construcción de variables.......................................................155

Bibliografía...................................................................................................157

10
AGRADECIMIENTOS

Este manuscrito no hubiera sido posible sin el consejo, el apoyo y las


aportaciones de un sinnúmero de personas que me gustaría recono-
cer al principio de este texto.
Primeramente, ha sido mi gran fortuna estudiar y trabajar con
una investigadora tan distinguida como la Dra. Diane Davis, quien
no sólo ha actuado como mi asesora de tesis durante mis dos años
en la gsd, sino también como maestra y mentora durante la maestría.
Quiero extenderle mi agradecimiento más sincero por su apoyo in-
condicional y sus críticas atentas durante el desarrollo de esta tesis.
Además, la oportunidad de trabajar como miembro de Rethinking
Social Housing in Mexico (Reshim) ha sido una experiencia sin pa-
ralelo, que siempre será un referente en mi formación académica.
También les debo un gran reconocimiento a varios miembros
de la plantilla docente que han sido fuente de consejo y comentarios
para el proyecto desde su comienzo. Un agradecimiento especial se
le reserva al profesor Michael Hooper, quien dio el mejor seminario
de investigación del que he formado parte y quien siempre estaba
listo con palabras de confianza y aliento para nuestra generación de
maestrantes. Igualmente, quiero agradecer a Chris Herbert, Ann

11
¿Te vas o te quedas?

Forsyth y Sai Balakrishnan por sus comentarios incisivos y prove-


chosos en diferentes etapas de la redacción.
La investigación para esta tesis junto la investigación del equi-
po Reshim de Harvard, durante el trabajo de campo en Tijuana. Me
gustaría dar las gracias al infonavit por el esfuerzo para alentar la
investigación sobre el tema de la vivienda en años recientes y por
otorgarme permiso especial para acceder y usar sus bases de datos
durante el transcurso de la investigación.
Del mismo modo, debo reconocer las contribuciones de un
gran número de personas en Tijuana y México, que me brindaron
apoyo logístico y técnico. Incluida en ese grupo esta Mayra Melgar
López, cuyas fotos espectaculares han sido una constante inspira-
ción. Ojalá este texto le haga justicia a su fotografía. Al mismo tiem-
po quiero dar las gracias al Colegio de la Frontera Norte en general, y
especialmente a Carlos de la Parra por el recorrido por la ciudad
y por servir como base de apoyo para lo que se ofreciera. Adicional-
mente, cabe reconocer los esfuerzos y el tiempo de Armando Díaz,
Nydia Garduño, Mónica Fragoso, René Peralta y Graciela Bueno por
el apoyo a este estudio. Muchísimas gracias a Belinda Cornejo por su
indispensable ayuda en la traducción y preparación final del texto.
No es exageración decir que no existiría la versión en español sin su
ayuda. Por último, un gran agradecimiento al equipo del Progra-
ma Universitario de Estudios sobre la Ciudad en la unam por sus
consejos editoriales, paciencia, y confianza de que este manuscrito
merecía ser libro.
Ningún proceso de tesis sería exitoso sin la ayuda de ami-
gos y colegas. Fui muy afortunado en poder trabajar hombro con
hombro con los miembros del equipo Reshim –Fernando Granados,
Davi Schoen, Nélida Escobedo y Margaret Scott–, quienes, estan-
do inmersos en el tema de la vivienda social, fueron esenciales para
empujar mis ideas al siguiente nivel. Además, les quiero dar un re-
conocimiento especial a Fernando, Nélida y a Sagrario Estrella por
su ayuda con la edición, redacción y lectura del manuscrito final.

12
Agradecimientos

También vale la pena mencionar a Santiago Fernández, Javier Leal,


Roberto Ponce, John McCartin y Paul Lillehaugen por brindarme
sus consejos en diferentes momentos. Un saludo especial a los
camaradas que aguantaron mi presentación de Thesisgiving, Liza,
Jasmine, Jay, Faizan, Jason and Shiyue –espero que haya valido la
pena el guajolote.
Primordialmente, esta tesis y mi tiempo en Harvard han re-
forzado la importancia de la familia –la nueva y la de siempre– en
el desenvolvimiento de cualquier proceso creativo. Lo escrito en este
documento es un testamento tanto a los esfuerzos y contribuciones
de mis familiares, como al tiempo que se dedicó a su elaboración.
Quiero empezar con los miembros más nuevos de mi familia.
Me quedaría corto al decir que estaba nervioso de venirme a vivir a
Boston, especialmente con la expectativa de vivir tan de cerca de mis
suegros. No se justificó mi nerviosismo. Nunca me había sentido tan
en casa, apoyado y querido fuera de la familia inmediata, como me
sentí con la familia Duncan Carrier. Jill, David y Sam, las palabras
no son suficientes para expresar la gratitud por todo lo que han he-
cho por mí en estos dos años. La disponibilidad para ser mis lectores,
la voluntad de llevarme al tren cuando iba tarde y la posibilidad de
comida casera, entre muchas otras cosas, han hecho de Ashmont
Hill mi segundo hogar. El año que viene hay muchas cosas incier-
tas de la aventura que empezamos yo y Sarah, pero algo es seguro:
extrañaré muchísimo Dorchester.
Otra persona que se merece un reconocimiento especial es mi
editora de facto, Sarah Duncan. Fuera de mí, ella es la única persona
que ha leído cada palabra de cada versión de esta tesis de maestría.
Dicen que el escritor sólo vale lo que valga su editor. Si eso es cierto,
me gané la lotería. Sarah, has sido maravillosa pareja durante este
proceso. Te debo mil gracias por los trastes que lavaste cuando no
podía y los sábados que pasaste leyendo el borrador más reciente.
No habría llegado tan lejos sin ti a mi lado. Y, ciertamente, nunca me
hubiera imaginado llegar a Harvard si no te hubiera conocido.

13
¿Te vas o te quedas?

Por supuesto, también quiero agradecer a mis papas, Francisco


e Hilda, quienes a diario son mi inspiración personal e intelectual.
Soy afortunado de tener papás capaces de darme una crítica mor-
daz y apoyo incondicional simultáneamente –que me puedan dar
coscorrones cuando me los merezco y un abrazo cuando lo necesito.
Asimismo, quiero mencionar a mi hermana, Andrea, que siempre
me empuja a ser el mejor ejemplo que pueda. Me emociona mucho
pensar en todas las cosas que tiene en tu futuro, no tan lejano.
Por último, quiero agradecer a toda la familia, mis tíos y tías,
primos y primas, por esta tesis. Su fortaleza, ética de trabajo y gene-
rosidad inigualables sembraron el camino para que pudiera darme el
lujo de hacer posgrado y dedicar mi vida a la investigación. En parti-
cular, quiero dar las gracias a Pedro Villanueva García y a Juan Car-
los Flores García por su ayuda en el trabajo de campo en Mexicali, y
a la familia Fontes García por darme casa durante la investigación.
Sin embargo, y sobre todo, el agradecimiento mayor lo reciben mis
abuelas y abuelo, doña Elodia Valencia Vázquez, doña Olga Pérez
García y don Ramón García Hernández, que amontonados en casas
pequeñas y barrios populares consiguieron educar y criar a 18 hijos
de los que pueden estar orgullosos. Ésta tesis es para ellos.

14
ACKNOWLEDGEMENTS

This thesis would not have been possible without the advice, sup-
port, and critique of a great number of people which I wish to ac-
knowledge at the beginning of this text.
First, it has been my great fortune to study under and work
for a superb scholar, Diane Davis, who has not only acted as my
thesis advisor during my two years at the gsd, but also as a mentor
throughout the Master’s degree. I want to extend my most heartfelt
gratitude for her continued support and thoughtful critique during
the development of this thesis. Moreover, the chance to work as a
member of Rethinking Social Housing in Mexico (Reshim) has
been an invaluable experience and will always figure as one of the
formative experiences of my academic career.
I also owe a great deal of gratitude to several other members
of the faculty who have offered their advice and comments for this
project since its inception. A special thank you is reserved for
Professor Michael Hooper, who taught the best research seminar
I have taken to date and was a constant source of encouragement
for all the thesis students. I am also grateful to Chris Herbert, Ann
Forsyth, and Sai Balakrishnan for their incisive and helpful com-
ments at different times during the writing process.

15
¿Te vas o te quedas?

Research for this thesis was conducted alongside the inves-


tigations of Harvard’s reshim team during field visits to Tijuana.
I want to thank infonavit for the efforts they have made in promot-
ing research on this important topic in recent years, and for granting
me special access and use of valuable data sets throughout the elabo-
ration of this research.
Additionally, I am indebted to a great number of people in
Tijuana who provided logistical and technical support. I owe a great
debt of gratitude to Mayra Melgar Lopez whose amazing pictures
have been a source of constant inspiration for anyone who sees
them. I can only hope that this text does your photography justice.
I also want to thank El Colegio de la Frontera Norte generally, and
Carlos de la Parra especially for arranging a tour of the city for me
and serving as a safety net in case of disaster. I also want to ac-
knowledge the time and efforts made on behalf of this study by
Armando Diaz, Nydia Garduño, Mónica Fragoso, René Peralta, and
Graciela Bueno. I owe a great debt to Belinda Cornejo for her indis-
pensable help in the translation and final preparation of this text.
It is no exaggeration to say that the Spanish version of this thesis
would not exist without her help. Finally, I am extremely grateful to
the staff at puec-unam for their editorial advice, patience, and firm
belief that this manuscript deserved to be a book.
No thesis process could successfully come to a conclusion
without a little help from friends and colleagues. I was extremely
fortunate to be surrounded by a cadre of fellow reshim teammates–
Fernando Granados, Davi Schoen, Nélida Escobedo, and Margaret
Scott– who were just as immersed in the housing question and were
fundamental in pushing my ideas to the next level. I especially want
to offer recognition to Fernando, Nélida and Sagrario Estrella for
agreeing to read and edit the final draft of this manuscript. I also
want to thank Santiago Fernández, Javier Leal, Roberto Ponce, John
McCartin, and Paul Lillehaugen who offered useful advice for this

16
Acknowledgements

thesis at one point or another. I also want to give a shout out to all
my friends who sat through my now infamous Thesisgiving presen-
tation. Liza, Jasmine, Jay, Faizan, Sojo, Miguel, Jason, and Shiyue
–I hope the turkey was worth it–.
Fundamentally, however, this thesis and my entire time at
Harvard has reinforced the importance of family –both old and
new– in any creative undertaking. What is contained in this docu-
ment is as much a testament of their support and input, as it is about
the time it took to put it down on paper.
I want to start by thanking the newest members of my family.
It would be an understatement to say that I was nervous about
moving to Boston, and especially about the prospect of living so
close to my suegros. I had no reason to be. I have never felt so wel-
come, supported and loved outside of immediate family as I have in
the Duncan-Carrier house. Jill, David, and Sam –there are no words
to express my gratitude for everything you have done for me in the
last two years–. The availability you have shown to be my readers,
the willingness to shuttle me back and forth from the T when I’m
running late, the prospect of a warm meal after a cold and hectic
day, among many other things, have made Ashmont Hill feel like a
second home. There are many things that are uncertain about the
adventure me and Sarah will be starting next year, but one thing is
certain –I know I am going to be homesick for Dorchester–.
Another person who deserves special recognition here is my
Editor-in-Chief, Sarah Duncan. She is the only other person besides
me who has read every word of every version of this Master’s thesis.
They say that a writer is only as good as their editor, and if that’s the
case then I won the lottery. You have been incredible throughout
the entire writing process. Thank you for doing the dishes when I
couldn’t and giving up Saturdays to read the latest draft. I know
I wouldn’t have gotten this far without you by my side. I certainly
would have never imagined myself at Harvard if I hadn’t met you.

17
¿Te vas o te quedas?

Of course, I would like to sincerely thank my parents, Fran-


cisco and Hilda, who serve as a personal and intellectual inspi-
ration every day. I am so fortunate to have parents that can offer
both scathing critique and unconditional support, who can give me
coscorrones when I deserve them and hugs when I need them. I also
want to mention my sister, Andrea, whom I adore and pushes me
to be the best role model I can be. I can’t wait to see you do better
things than me.
Most importantly, I want to thank all of my extended family,
my tíos and tías, primos and primas, for this thesis. Their work ethic,
grit and incredible generosity paved a path that has given me the
luxury of a graduate education and a life of inquiry. Specifically,
I want to acknowledge Pedrito Villanueva and Juan Carlos García
for their help on the ground in Mexicali, and la familia Fontes for
opening up their home to me during my time in the field. However,
above all, I want to recognize my abuelas and abuelo, doña Elodia
Valencia, doña Olga Pérez, and don Ramón García, who lived in over-
crowded houses in barrios populares and raised 18 kids they can be
proud of. This thesis is written for them.

18
PANORAMA
GENERAL:

En Tijuana hay una crisis de abandono de vivienda, evidenciada


por los monumentales paisajes de viviendas desocupadas que re-
saltan por toda la ciudad. En todo México se ha vuelto cada vez
más común esta situación; el gobierno mexicano ha informado que
hay más de 5 millones de hogares desocupados en el país, cuya tasa
de desocupación se calculan en 14% por todo el país –la más alta
en Latinoamérica–. Las regiones a lo largo de la frontera norte de
México se han visto particularmente afectadas; en esta área las ciuda-
des suelen ostentar tasas de desocupación de más de 20%. Tijuana no
es la excepción. A escala nacional, es una de las áreas metropolitanas
con las tasas de abandono más altas, pues, según cálculos confiables,
la quinta parte de su abasto de vivienda está vacía. Actores de di-
versos sectores han ofrecido explicaciones variadas del fenómeno y
han señalado distintos factores como la recesión económica, la so-
breproducción de vivienda, la calidad de la vivienda, la violencia
y la migración. Las limitaciones de estos marcos de referenciase ha-
cen evidentes cuando se examina la distribución desigual de la des-
ocupación en Tijuana. Esta incongruencia nos exige reconsiderar si
quizás debiéramos plantearnos una pregunta diferente al investigar

19
¿Te vas o te quedas?

el abandono de vivienda, que se enfoque menos en los factores que


impulsan la desocupación en las ciudades, y en lugar de ello, indague
lo que impulsa el abandono de vivienda en una escala menor de aná-
lisis, incluyendo al nivel del barrio o colonia, o incluso familiar. Con
ese fin, esta tesis busca responder la pregunta de cómo pueden expli-
carse las variaciones en las explicaciones del abandono de vivienda,
enfocándose en Tijuana como estudio de caso. La tesis se basa en la
suposición de que si comprendemos mejor los patrones situacionales
de abandono a menor escala, estaremos en una mejor posición para
proponer políticas urbanas de manera proactiva, que mitiguen las
fuerzas que impulsan el abandono.
Para entender mejor la naturaleza de los factores específicos
en Tijuana, y tomando con seriedad el siguiente llamado de los aca-
démicos a incorporar de una manera más completa el estudio de la
historia a la evaluación de los complejos procesos sociales y las po-
líticas, esta tesis comienza examinando detalladamente, primero, la
historia de la vivienda social en México y, después, la historia del
crecimiento urbano en la ciudad de Tijuana. En el segundo capítulo,
argumento que a lo largo del último siglo se han traducido estudios
sobre la producción de vivienda social, que el Estado mexicano ha al-
terado y modificado para adaptarlos a las exigencias políticas de un
momento particular. La primera traducción se asienta firmemente
en los imperativos sociales-humanistas de la Revolución mexicana,
lo que llevó a la construcción de viviendas con un marcado propósito
social, que reflejaba los ideales igualitarios de los arquitectos, pla-
neadores y funcionarios gubernamentales revolucionarios. Después
de esto vino una segunda traducción en la cual se intensificó el papel
político que ha desempeñado históricamente la construcción de vi-
vienda en México. Durante este periodo, aumentó la prevalencia de
la vivienda como patronazgo al usarla como concesión para hacerse
de la lealtad de los trabajadores sindicalizados y los empleados de go-
bierno, o bien para apaciguar potenciales levantamientos populares
en los momentos de crisis política.

20
Panorama general

El giro más reciente en la política de vivienda en México, la


tercera traducción, es la subyugación de la asignación de viviendas
a paradigmas que enfatizan la eficiencia mercantil y la asignación
racionalizada de recursos, lógica que por primera vez coloca en pri-
mer plano consideraciones exclusivamente de tipo económico para
la vivienda mexicana. Aunque esta racionalidad ha tenido un éxito
impresionante al cubrir la brecha cuantitativa en cuanto a vivienda,
ha sido ineficaz para ofrecer viviendas adecuadas para las personas
que las habitan.
Después de plantear el desarrollo de la política de vivienda a
lo largo del último siglo en México, en el tercer capítulo se revisa la
bibliografía sobre la urbanización en Tijuana, producida desde que
la familia Argüello se imaginó que Zaragoza –ahora conocida como
Tijuana podría ser un asentamiento viable en la orilla de México.
Trazo el crecimiento de Tijuana, de un poblado apacible de 242 per-
sonas a una caótica metrópoli de la informalidad, las comunidades
transnacionales y olas intermitentes de una intensa intervención es-
tatal. Argumento que la urbanización de la ciudad más grande de
México ha sido impulsada principalmente por actores informales o
privados, proceso que ha sido consecuencia del esporádico interés
federal y la debilidad de las autoridades locales. A causa de esto, a la
larga la vivienda en Tijuana se ha producido de manera progresiva e
informal, lo que ha provocado una distribución increíblemente di-
versa, complicada y conflictiva de los patrones de uso de suelo por
toda la ciudad, que han carecido sobre todo de cualquier dirección o
regulación por parte del Estado. Sin embargo, este aparente caos en
la vivienda se alteró de manera sustancial durante el surgimiento de
la tercera traducción de las políticas de vivienda social, cuando Baja
California y la región del norte se convirtieron en los destinos prefe-
ridos para la construcción de viviendas financiadas por el gobierno.
Esto ha creado un tejido urbano en que se intercalan los barrios le-
vantados de manera irregular con los fraccionamientos geométrica-
mente planeados. Ésta, la más reciente traducción de las políticas de

21
¿Te vas o te quedas?

vivienda, con su aunada huella de viviendas financiadas por el go-


bierno, también ha traído consigo un fenómeno nuevo en la ciudad:
el abandono de vivienda.
Para responder la pregunta de cómo pueden explicarse las
variaciones intraurbanas del abandono de la vivienda en Tijuana,
realicé una investigación con métodos mixtos. El uso del método
mixto en esta tesis refleja muchas de mis ideas sobre la investigación
en el terreno de la planeación urbana. Primero, el factor determi-
nante de la investigación debe ser el tema de interés y no el método.
Segundo, no hay un solo método que sea por sí mismo capaz de cap-
turar la complejidad del proceso urbano, de ahí la necesidad de com-
binar las visiones y perspectivas metodológicas para comprender
mejor las realidades complejas. Tercero, al privilegiar un método, la
investigación urbana acepta los prejuicios inherentes a dicho méto-
do, así como el riesgo de representar los procesos sociales como reali-
dades unidimensionales. El paradigma de los métodos mixtos se basa
en que la recolección y el análisis de datos por medio de métodos
cualitativos y cuantitativos proporcionan una serie de hallazgos más
robusta que puede explicar las interacciones entre múltiples escalas y
agentes, así como los problemas que están en evolución constante,
como el del abandono de vivienda en Tijuana. Sin embargo, el de-
safío real es integrar los pasos de la investigación, para no terminar
con una serie dispar de análisis inconexos.
Metodológicamente, hice lo siguiente. En primer lugar, recurrí
a narraciones sobre el abandono y usé herramientas de investigación
cualitativa, incluyendo entrevistas no estructuradas con actores cla-
ve de la vivienda en la ciudad, aunadas a observaciones de campo he-
chas desde el automóvil y observaciones directas realizadas en Tijua-
na a lo largo de siete semanas. La meta fue identificar los principales
argumentos e ideas con que los distintos actores explican el abando-
no de vivienda en la ciudad. Las entrevistas revelaron la importancia
de la escala al momento de interpretar el abandono, mostrando que
el grado de separación respecto a los habitantes –ya sea en términos

22
Panorama general

de escala o en términos de interacción– tiene un efecto importante


en las interpretaciones que ofrecen los actores que entrevisté. Según
muestra mi análisis, los actores en el peldaño superior de la jerar-
quía política mostraron mayor tendencia a ofrecer representaciones
simples del problema y su solución, en contraste con los actores al
nivel del campo, que describieron interacciones complejas entre los
factores traslapados que se combinan en distintos momentos para
provocar el abandono de vivienda.
En segundo lugar, con la idea de complementar este análisis
con las herramientas usadas frecuentemente para informar sobre la
formulación de las narrativas y los puntos de vista dominantes en
cuanto al abandono de vivienda, también desarrollé un modelo es-
tadístico con respecto al barrio o la colonia para identificar y medir
la influencia de los factores físicos y contextuales en el abandono de
vivienda. Una aplicación reflexiva del análisis de regresión demostró
la utilidad de éste, además de exponer las muy reales limitaciones
de esta metodología para desarrollar interpretaciones amplias del
abandono. Las limitaciones impuestas por los pocos datos disponi-
bles, así como las definiciones contradictorias de indicadores clave
como el abandono y la desocupación, promueven una simplificación
excesiva que no logra capturar el rango de los procesos que causan
el abandono de vivienda a lo largo del tiempo. Sin embargo, a la es-
cala del barrio o la colonia, el modelo estadístico facilitó la compren-
sión del papel que desempeñan los factores localizados y los procesos
impulsados por el sitio, debido a los cuales es difícil explicar el aban-
dono de vivienda y los fenómenos urbanos mediante extrapolacio-
nes y generalizaciones. Los resultados son congruentes con el trabajo
de campo, ya que las entrevistas con los actores locales derivaron en
relatos que revelan una manera rica y diversa de entender las causas
del abandono de vivienda en Tijuana, pero que, de manera similar,
evidencian las limitaciones de esta perspectiva granular al tratar de
conectar el fenómeno con las fuerzas más grandes que están en jue-
go, en y alrededor de la ciudad.

23
¿Te vas o te quedas?

Estos resultados sugieren tres conclusiones generales: la prime-


ra, que las Onavi –acrónimo para los organismos nacionales de vi-
vienda en México–, al diseñar iniciativas políticas e intervenciones,
deben definir los problemas locales, ya que eso promueve la funcio-
nalidad e incorpora múltiples perspectivas. La segunda, que la eva-
luación y el diseño de programas deben tomar en cuenta el locus de
análisis y la escala de acción, ya que la “distancia” afecta la manera
en que los agentes explican el abandono de vivienda. Finalmente,
en su forma más abstracta, refirman el valor de realizar estudios de
métodos combinados, no sólo por la fortaleza que aporta la triangu-
lación a la representación adecuada de un fenómeno, sino también
por la capacidad que tiene cada metodología de dirigirse a una escala
espacial de análisis distinta.
La primera conclusión, que es una observación más bien epis-
temológica, tiene implicaciones para quienes estamos involucra-
dos en el análisis de políticas en general y de políticas de vivienda
en particular. Ésta nos advierte que consideremos más seriamente
cómo es que el locus de análisis –que defino como la distancia, ya
institucional práctica, respecto a un problema– y la escala de acción
que tienen los actores a su disposición, por ejemplo, un agente mu-
nicipal o federal, pueden afectar la manera en que los legisladores,
especialistas e investigadores entienden los problemas e idean las
soluciones.
La predisposición actual a lanzar hipótesis sobre las causas del
abandono desde una perspectiva predominantemente cuantitativa
y a gran escala, que surge de las agencias centralizadas en la Ciudad
de México, no ha permitido que los funcionarios del gobierno ni la
academia proporcionen un diagnóstico completo del fenómeno del
abandono de vivienda, ni que eviten los peores excesos de la simpli-
ficación estatal descrita por James Scott (Scott, 1998). Por desgracia,
esto ha resultado en recomendaciones y evaluaciones políticas que
no sólo portan una disposición inherentemente cuantitativa, sino
además un sesgo escalar. En consecuencia, una de las conclusiones

24
Panorama general

de este trabajo es hacer un llamado para que las agencias guberna-


mentales y los investigadores del abandono de vivienda incorporen
mayor variedad de metodologías en su evaluación de los programas
de vivienda, además de incluir distintas escalas para evaluar y defi-
nir en sus valoraciones, los problemas del abandono. En este último
punto hace falta, la voluntad de actuar, definir un acceso más gene-
ralizado a datos de mayor calidad sobre el estado de la vivienda en
el país, así como un aumento en el financiamiento de los trabajos de
investigación.
Asimismo, en lo referente a la política, los hallazgos de esta
tesis complementan y se basan en los recientes llamados a comenzar
a tratar la casa como más que un simple “objeto” y en lugar de ello,
concebirla como un “sujeto” (Davis, 2015). Además de este cambio
cognitivo crucial, una reconfiguración epistemológica que nos exige
alejarnos de los confines territoriales de la unidad de vivienda e ir
hacia una concepción más amplia de la casa como un catalizador de
valor urbano, según mi análisis, el sujeto de la vivienda debe tratarse
que permita a los varios “sujetos” de la vivienda–definiciones que
muestran grandes divergencias dependiendo del posicionamiento
institucional y escalar de los actores– para entrar a las iniciativas e
intervenciones políticas. Según mi argumento, al cambiar la escala
de la definición del problema, los grupos de interés serán más capa-
ces de crear políticas que traten la vivienda como parte integral de
un tejido urbano saludable, y que además lleven a la construcción
de viviendas que sí sean apropiadas para su contexto.
Finalmente, en un sentido más epistemológico, se ha demostra-
do que los estudios basados en métodos combinados resultan valio-
sos y necesarios para entender el abandono de vivienda en México.
Esto es cierto no sólo por la fortaleza que aporta la triangulación
para la adecuada representación de un fenómeno, sino también pa-
ra consolidar el entendimiento en las distintas escalas espaciales.
Al combinar entrevistas detalladas con el análisis de regresión, se
confirmó que las experiencias locales, ofrecen una imagen más clara

25
¿Te vas o te quedas?

de los problemas del abandono, así como representaciones que son,


cuantificablemente, tan “verdaderas” como las representaciones más
simples concebidas en el ámbito nacional. Hoy, la mayoría de los es-
tudios que examinan el abandono se basan sobre todo en metodo-
logías cuantitativas para sus evaluaciones. Esto ha resultado en una
uniformidad metodológica que no representa el problema adecua-
damente.
Me gustaría terminar con un tono más optimista. El estu-
dio de la historia de las políticas de vivienda social en México nos
muestra que éstas están en un estado de flujo constante, y que pasan
por distintas interpretaciones, dependiendo de las exigencias de los
momentos particulares. La traducción actual, como su subyacente
compromiso epistémico con la racionalidad económica por encima
de todo lo demás, se queda muy corta respecto al ideal de vivienda
que se sostuvo durante la Revolución mexicana. Esto puede verse
como un fracaso o como una oportunidad. Quienes lo ven como una
oportunidad saben que no tiene que ser así. En concreto, considero
que llegó el momento para la siguiente traducción de la política de
vivienda en México, pero una que sólo quedará consolidada median-
te una considerable modificación de las maneras en que hemos tra-
dicionalmente entendido la vivienda. Esta tesis es sólo una parte de
esa agenda más amplia; tarea crucial si hemos de tener mayor éxito
en construir viviendas que respondan a las necesidades de los mexi-
canos. A fin de cuentas, si hemos de detener el abandono de las casas,
no sólo en Tijuana sino en el resto del país, nuestra tarea más urgente
es cambiar nuestra lente.

26
CAPÍTULO I

EL COMPLEJO PANORAMA
DEL ABANDONO DE VIVIENDA
EN TIJUANA

La primera vez que escuché de Valle de las Palmas –lugar de Tijuana


donde se encuentran dos desarrollos de vivienda de interés social–
aún estaba en la universidad. Un grupo de alumnos y yo fuimos invi-
tados a la Clinton Global Initiative University (cgiu) a presentar un
programa de educación binacional que estábamos implementando
en la frontera Arizona-Sonora. Nuestro grupo se reunió con otros
cuyas iniciativas se trabajaban en México y que, a juicio de cgiu,
eran casos notables de emprendimientos innovadores. Durante mi
sesión, entre los panelistas estaba una representante de Urbi Desa-
rrollos, en ese tiempo uno de los desarrolladores de vivienda más
grandes de México. Ella hizo una presentación sobre los planes de
Urbi para construir una nueva “ciudad sostenible” totalmente en
la periferia de Tijuana. La presentación me impactó tanto que, aún
después de todos estos años, puedo recordar vívidamente las her-
mosas ilustraciones de hogares equipados con paneles solares y la
entusiasta exposición sobre las ecotecnologías de última generación,
que serían utilizadas en la nueva ciudad. La joven que hizo la pre-
sentación habló de una manera emotiva y convincente sobre el be-
neficio social que proyectos como el de Valle de las Palmas podían
traer, en especial para los pobres de México. Su proyecto era muy

27
¿Te vas o te quedas?

atractivo y tenía el sello de aprobación de la cgiu. Sin embargo, a


pesar del entusiasmo causado por su proyecto, por el cual admito
que me dejé llevar, la participación de un desarrollador comercial de
vivienda junto con la de un exalcalde y el director ejecutivo de una
organización sin fines de lucro parecía fuera de lugar. Para al-
gunos de nosotros era extraño que un desarrollador de vivienda,
con fines de lucro, participara en un panel sobre la reducción de la
pobreza a lo largo de la frontera, y en particular en una conversa-
ción dirigida a aprovechar las experiencias de un servidor público,
cuyo trabajo buscaba reducir la violencia, y las de una ong dedicada
a promover el bienestar comunitario. No obstante, hicimos de lado
nuestro escepticismo y de todos modos aplaudimos efusivamente al
final de la presentación.
La siguiente vez que oí hablar sobre los desarrollos en Valle de
las Palmas fue varios años después y bajo circunstancias muy dife-
rentes. Acababa de empezar mis estudios de maestría en la Gradua-
te School of Design (gsd) en Harvard, y recientemente me habían
contratado como asistente de investigación del proyecto Rethinking
Social Housing Mexico (Reshim), con la tarea específica de coordi-
nar el caso de estudio en Tijuana. En este nuevo contexto y casi cinco
años después, los desarrollos en Valle de las Palmas ya no iban de la
mano de la innovación, ni siquiera de la sustentabilidad. Pasado el
entusiasmo y extinguido el esplendor anterior, esta vez sólo se usa-
ban dos palabras para referirse a ellos: fracaso y abandono.
La razón del cambio en la narrativa la entendí hasta que visi-
té los desarrollos. Cuando entras en carro al fraccionamiento Valle
de las Palmas1 te sorprende el panorama de abandono. Había visto

  Valle de las Palmas puede hacer referencia a un sitio geográfico en el municipio de Tijuana,
1

o bien, a un desarrollo de vivienda ubicado en el Valle de las Palmas. Hay dos desarrollos de vi-
vienda importantes en esa localidad, ambos construidos por importantes desarrolladores de
vivienda mexicanos: el fraccionamiento Valle de las Palmas (Grupo geo) y Valle San Pedro (Urbi
Desarrollos). Las dos empresas hicieron grandes inversiones en el área como preparación para un
crecimiento urbano que nunca se materializó. Hoy, los dos fraccionamientos sufren por la falta
de servicios, así como por las altas tasas de abandono. En lo que sigue, usaré Valle de las Palmas
para hacer referencia al sitio geográfico en lugar del desarrollo específico de Valle de las Palmas de

28
Capítulo I • El complejo panorama del abandono de vivienda en Tijuana

FOTOGRAFÍAS 1. VALLE DE LAS PALMAS

De izquierda a derecha: caseta de seguridad abandonada a la entrada del Fracciona-


miento Valle de las Palmas. Las instalaciones médicas se localizan dentro de un tráiler
al lado de una tienda OXXO; Cartelera a la salida del desarrollo promoviendo a la misma
como “Pueblo Mágico”; viviendas sin acabar al entrar a Valle de las Palmas; dentro
de una vivienda abandonada en un torre condominal; Capilla improvisada y centro de
servicio del municipio.
Fuente: Mayra Melgar López.

fotografías en el periódico y leído relatos sobre la vida en estos barrios


periféricos, pero nada se compara con la experiencia de estar ahí.
Aunque no parecían planeados, los desarrollos de Valle de las
Palmas no son un accidente; son la culminación de un proceso de

geo, ya que los dos fraccionamientos están básicamente en las mismas condiciones. Si hiciera algún
comentario específico sobre el desarrollo de geo, aclararé que estoy haciendo referencia al fraccio-
namiento Valle de las Palmas.

29
¿Te vas o te quedas?

planeación que comenzó a inicios de 2000 y que duró décadas. El


gobierno estatal de Baja California y el municipal de Tijuana, con
base en proyecciones según las cuales el mismo municipio se vería
rebasado por el crecimiento demográfico para el año 2030, inicia-
ron un proceso de planeación para construir una ciudad satélite en
Valle de las Palmas, a unos 40 km del centro de Tijuana. Teniendo
en mente la llegada de dos millones de personas más, se desarrolló
un Plan Maestro que incorporó una tasa de crecimiento de 150%. En
retrospectiva, la Organización para la Cooperación y el Desarrollo
Económicos (ocde) ha calificado al Plan Maestro Valle de las Palmas
de “excesivamente ambicioso” y “poco realista” (ocde, 2015). Uno de
los desarrollos cuya construcción se planeó en el Valle de las Palmas
fue el fraccionamiento Valle San Pedro, que sería levantado por Urbi
Desarrollos, la misma desarrolladora nacional que realizó su presen-
tación en la Clinton Global Initiative. En su etapa inicial, se planeó
la construcción de 10 000 casas, y se previeran hasta 160 000 uni-
dades para alojar aproximadamente a 640 000 nuevos habitantes
(ocde, 2015). El desarrollador y el gobierno del estado prometían la
creación de nuevos empleos en el área y garantizaron que se aplicaría
lo último en materia de diseño urbano y manejo sustentable para el
desarrollo del sitio. Para promover el plan, el estado incluso asignó
fondos para la construcción de un nuevo campus de la universidad
estatal. Este proyecto fue muy elogiado; se le calificó como el futuro
de la planeación urbana sustentable en México y se convirtió en el
primer Desarrollo Urbano Integral Sustentable (duis) del país.2 La

2
  En su Estudio de Política Urbana de México, publicado en 2015, la ocde ofrece una descripción
general del programa duis. El siguiente fragmento, que cito ampliamente, ofrece un excelente re-
sumen de la génesis y el propósito original del programa: “En 2009 se estableció la iniciativa de
Desarrollos Certificados (antes Desarrollos Urbanos Integrales Sustentables, duis) como respuesta
al desarrollo urbano no planificado en todo el país, consecuencia de la acelerada construcción de
vivienda. La iniciativa busca facilitar la elaboración de desarrollos con planes maestros, compactos
y sustentables, que incorporen muchas de las mejores prácticas en la planeación internacional:
uso combinado de suelo, diversidad en las opciones de vivienda, proximidad a las redes de em-
pleo y transporte, acceso a los servicios urbanos, además de medidas relacionadas con un manejo
sustentable del agua y los desperdicios, la reducción de la emisión de gases con efecto inverna-
dero y eficiencia energética. La certificación la otorga la Comisión Intersecretarial de Vivienda,

30
Capítulo I • El complejo panorama del abandono de vivienda en Tijuana

Clinton Global Initiative no fue la única organización internacional


en alabarlo. Recibió numerosos premios y reconocimientos, inclu-
yendo la única invitación a México a la Expo 20l0 de la World Cam-
paign de la onu-Hábitat. En esa época, la onu-Hábitat declaró que
Valle San Pedro, era “un ejemplo para los países que buscan promo-
ver su desarrollo, particularmente en lo que se refiere a la creación
de oportunidades y empleos” (Ochoa Movis, 2010).
Con el tiempo, el descontento reemplazó el entusiasmo. Sólo
se construyeron 2 700 unidades y la crisis financiera detuvo la cons-
trucción del resto de las viviendas; ello llevó a Urbi, junto con las
otras desarrolladoras –Grupo geo y homex–, al borde de la quiebra.
Hasta 2016 no se había cumplido la promesa de crear empleos en
la zona, y el desarrollo aún no se ha municipalizado porque el área
carece de servicios básicos e infraestructura urbana. Los frecuentes
apagones y la falta de agua potable, exacerbados por la lejanía de los
centros de empleo y el aumento de la criminalidad, han obligado a
muchos habitantes a abandonar sus hogares y buscar fortuna en otra
parte. En 2014 el infonavit, la promotora y financiadora de vivienda
más importante de México, calculó que 7% de las casas de Valle San
Pedro estaban desocupadas (ocde, 2015). Un empleado de geo que
trabajaba en el fraccionamiento Valle de las Palmas, me informó
que unas 200 de las 2 000 unidades en la zona estaban abandonadas.
Además de la impresión que causa el estado de deterioro de
estos desarrollos, lo que más me sorprendió fue que el abandono de
vivienda no se limita a Valle de las Palmas; toda la ciudad de Tijuana
está salpicada por el problema del abandono. La Tijuana en que yo
crecí, a principios del siglo pasado, no era así. Ciertamente era des-
ordenada y desarticulada, como es el caso de la mayoría de las ciu-
dades fronterizas de México. Sin embargo, no recuerdo haber visto
tantas casas abandonadas, y en definitiva no recuerdo los paisajes
desolados que se ven hoy día.

compuesta por representantes de 17 ministerios y otras agencias”. [Nota de la traductora: Cita


traducida directamente].

31
¿Te vas o te quedas?

Esta experiencia suscitó en mí un intenso interés en el fenó-


meno del abandono. ¿Por qué estaba sucediendo? ¿Quiénes eran
las personas que dejaban sus hogares? ¿Por qué ciertas áreas de la
ciudad se veían peor que otras? Y, el infonavit y los desarrollado-
res de vivienda del país, ¿podían haber hecho conciencia y evitado
este fenómeno?

SÓ LO FALTA QU E T Ú M E A BA ND O NE S :
¿A D ÓN D E SE F U E RO N?
Muy pronto me di cuenta de que las amplias franjas de casas aban-
donadas no eran un fenómeno exclusivo de la ciudad de Tijuana;
desde los comienzos del milenio se habían vuelto un elemento ubi-
cuo del tejido urbano de casi todas las ciudades más importantes de
México. En 2010, el inegi publicó los resultados del Censo General
de Población y Vivienda, que se realiza cada diez años. Las tabu-
laciones finales registraron un hecho asombroso: en el país había
cerca de cinco millones de casas deshabitadas, lo que significa que,
de los aproximadamente 35 millones de unidades de vivienda en el
país, 14.2% se encuentran desocupados –una de las tasas de desocu-
pación más elevadas de América Latina (Monkkonen, 2014; ocde,
2015) –. Ahora bien, por sí misma, una tasa de desocupación no es
necesariamente problemática. Los especialistas en vivienda recono-
cen desde hace mucho que cada mercado de vivienda tiene una tasa
de desocupación la cual ocurre de manera natural como producto de
la rotación residencial o del reacondicionamiento de las unidades
de vivienda. Sin embargo, cuando la desocupación sobrepasa esta
tasa natural y puede provocar externalidades negativas que son
problemáticas (Rosen y Smith, 1983). Éste es ciertamente el caso del
fraccionamiento Valle de las Palmas, donde las casas abandonadas
han sido saqueadas y vandalizadas. Más allá del problema del aban-
dono residencial, estas zonas también se han convertido en luga-
res donde la calidad de vida es terrible. Es frecuente que este tipo
de barrios o colonias salgan en las noticias a causa de la criminalidad,
los problemas de transporte y lafalta de servicios. Paavo Monkkonen,

32
Capítulo I • El complejo panorama del abandono de vivienda en Tijuana

MAPA 1. LOCALIZACIÓN DEL TRABAJO DE CAMPO EN TIJUANA, BAJA CALIFORNIA

Fuente: Elaboración propia.

FOTOGRAFÍAS 2. VALLE DE LAS PALMAS

De izquierda a derecho: viviendas sin acabar en San Antonio. Fraccionamiento del


total de las viviendas del fraccionamiento, 10% de ellas están abandonadas. Valle de
las Palmas.
Fuente: Francisco Lara y Mayra Melgar López.

uno de los principales especialistas en la vivienda en México, afir-


ma que la tasa de desocupación actual en el país está por encima de
lo que podría considerarse estructural, y calcula que se encuentra
alrededor de 4% por encima del promedio internacional. A modo
de comparación, la tasa de desocupación de las unidades en renta
en los Estados Unidos ha tenido una variación de 5 a 10% desde los
años sesenta. Según otro estudio, la tasa promedio de desocupación
en Estados Unidos se ha movido alrededor de 7% (bbva, 2011).

33
¿Te vas o te quedas?

CUADRO 1. VIVIENDA FINANCIADA POR EL GOBIERNO EN LA ZONA METROPOLITANA


DE TIJUANA
Vivienda financiada
Total de vivienda Vivienda
Municipio % % por el gobierno %
deshabitada total
(2006-2014)

Playas
5 982 0.05 35 799 0.06 1 506 0.01
de Rosarito

Tijuana 111 482 0.89 549 651 0.88 111 387 0.98

Tecate 7 201 0.06 36 876 0.06 503 0

ZM Tijuana 124 665 1 622 326 1 113 396 1

Fuente: Elaboración propia con base en el cpv de 2010 y el ruv 2006-2014. En Davis et
al. (2016b).

El abandono no está distribuido de manera uniforme en las


distintas regiones del país. El norte de México se ha visto especial-
mente afectado, ya que a menudo las ciudades a lo largo de la fronte-
ra ostentan tasas de desocupación de más de 20%.3 De las diez áreas
metropolitanas de México con las tasas de desocupación más altas
del país, seis están ubicadas precisamente en la frontera México-
Estados Unidos (ocde, 2015). Tijuana no es la excepción; padece una
de las tasas de abandono de vivienda más elevadas del país. Aunque
los cálculos varían, en 2015 la ocde informó que Tijuana se encuen-
tra entre las diez áreas metropolitanas de México con las tasas de
desocupación más altas a escala nacional. Según el cálculo de las
cifras de desocupación del Censo de 2010, hay alrededor de 124 665
unidades desocupadas en la zona metropolitana, lo que equivale
a una tasa de desocupación de poco más del 20%. La gran mayo-
ría de estas casas (89%) está dentro de los confines del municipio de
Tijuana, y la mayor cantidad de unidades abandonadas, en el centro
de la ciudad o en zonas periféricas, hacia el sur y el oeste (Davis et
al., 2016b). Sin embargo, un análisis más detallado muestra que las
tasas de abandono son desproporcionadamente altas en unas cuan-

3
  Por ejemplo, además de Tijuana, cuatro ciudades de la frontera México-Estados Unidos tienen
tasas de desocupación extremadamente elevadas: Juárez (24%), Reynosa (24%), Nuevo Laredo
(21%) y Mexicali (20%). (ocde, 2015).

34
Capítulo I • El complejo panorama del abandono de vivienda en Tijuana

tas áreas de la zona metropolitana, considerando su participación


en el inventario total de viviendas del que dispone la ciudad. Las
áreas de mayor abandono se localizan en la periferia de la ciudad,
en específico en las delegaciones de San Antonio de los Buenos,
Sánchez Taboada y La Presa, y en la zona de Valle de las Palmas.
Los mapas de la página siguiente muestran la niveles de concentra-
ción del abandono en la ciudad, primero en términos absolutos y
después proporcionalmente.

NO P U E DO O B L I G A RT E A QU E R E R M E : L AS EXPL ICACION E S
Pocas personas discrepan de las cifras antes mencionadas. Resultaría
difícil negar que en el país hay una cantidad desproporcionada de
unidades desocupadas. Si las cifras por sí mismas no bastan como
evidencia, las imágenes y los relatos valen mil palabras. Hasta aquí
llega el consenso. Más allá de reconocer que existe un problema,
hay poco acuerdo en cuanto a qué es lo que causa que las personas
abandonen sus hogares.
Un rápido repaso de los relatos sobre el tema en los medios nos
muestra una amplia gama de explicaciones sobre el aumento en la
prevalencia del abandono; explicaciones que van desde las fallas en
el sistema judicial (Sandoval Alarcón, 2012) hasta los recientes cam-
bios en las políticas de vivienda a partir de que Enrique Peña Nie-
to asumió la presidencia (Ocampo, 2013). Sin embargo, algunas de
las explicaciones más comunes parecen girar en torno a los asuntos
económicos, a menudo respecto al otorgamiento de hipotecas im-
pagables (Agencia Fronteriza de Noticias, 2014; Muñoz Ríos, 2013;
Replogle, 2014) o a los cambios en los ciclos económicos (Reyes y
Cabrera, 2013; Sandoval Alarcón, 2012), o a la mala calidad de la vi-
vienda, en cuanto a los servicios (Burnett, 2014; Muñoz Ríos, 2013;
Reyes y Cabrera, 2013; ZETA, 2013) o a la infraestructura disponible
(Burnett, 2014; Muñoz Ríos, 2013). Vale la pena mencionar que estas
dos últimas explicaciones con frecuencia se mencionan en referencia
a la mala conducta de los promotores o a supervisión inadecuada por
parte del gobierno.

35
¿Te vas o te quedas?

En cuanto a estos dos actores, otra explicación común hace re-


ferencia a la sobresaturación del mercado habitacional ocasionada
por una vigorosa política nacional de producción de vivienda (Bur-
nett, 2014; Molina, 2013). Otras explicaciones incluyen la criminali-
dad (Replogle, 2014; Reyes y Cabrera, 2013; ZETA, 2013), la distancia
física y el aislamiento social de estos nuevos desarrollos (Burnett,
2014; Ortiz Struck, 2015; Replogle, 2014; ZETA, 2013), así como la
migración (El Universal, 2011; Reyes y Cabrera, 2013).
Varios académicos han intentado someter a escrutinio estas
hipótesis. Por ejemplo, se han hecho trabajos sobre el desempleo
(Monkkonen, 2014; Sánchez y Salazar, 2011), la calidad de la vi-
vienda (Eibenschutz Hartman y Goya Escobedo, 2010; infonavit,
2010), la sobreproducción (bbva, 2011; López y Peña, 2016; Maycotte
Pansza y Sánchez Flores, 2010; Monkkonen, 2014; Sánchez y Sala-
zar, 2011), la distancia respecto a los centros urbanos (bbva, 2011;
Eibenschutz Hartman y Goya Escobedo, 2009, 2010; Maycotte

MAPA 2. CONCENTRACIÓN ESTADÍSTICAMENTE SIGNIFICATIVA DEL MONTO


TOTAL DE VIVIENDAS DESHABITADAS EN TIJUANA

Fuente: Elaboración propia con base en el Censo de Población y Vivienda 2010.

36
Capítulo I • El complejo panorama del abandono de vivienda en Tijuana

Pansza y Sánchez Flores, 2010), la criminalidad (bbva, 2011; Fuentes


y Hernández, 2014; García Moreno, 2012; Monkkonen, 2014) y la
migración (bbva, 2011; Monkkonen, 2014; Sánchez y Salazar, 2011).
Es cierto que la mayoría de estos estudios son de naturaleza explora-
toria, y que la producción científica sobre el abandono de vivienda
en México es sorprendentemente reducida, considerando la ampli-
tud y gravedad del fenómeno. Para dar a los lectores una idea sobre
la escasez de trabajos académicos sobre el tema, cito lo que en 2014
Monkkonen escribió: “En el caso de México hay, sorpresivamente,
sólo un artículo académico escrito sobre este asunto” (Monkkonen,
2014). Aunque esto ya no es del todo cierto, sí es una muestra de la
carencia de bibliografía al respecto.
Entre las primeras obras que examinaron la preponderancia
del abandono está la de Maycotte y Sánchez (2010), quiénes, en un
análisis más amplio sobre las implicaciones de la política nacional
de vivienda en las ciudades, señalan un aumento alarmante en las

MAPA 3. CONCENTRACIÓN ESTADÍSTICAMENTE SIGNIFICATIVA DEL PORCENTAJE DE VIVIENDAS


DESHABITADAS EN TIJUANA

Fuente: Elaboración propia con base en el Censo de Población y Vivienda 2010.

37
¿Te vas o te quedas?

viviendas desocupadas en Ciudad Juárez –hasta 50% del parque


de viviendas en algunos barrios o colonias–. Ellos atribuyen el au-
mento en el abandono al exceso de oferta en la construcción de
vivienda, activado por el relajamiento de los reglamentos financie-
ros en la política nacional de vivienda. Además, en un congreso rea-
lizado en 2010 Eibenschutz y Goya sugirieron que la distancia de
los centros urbanos y los mediocres servicios básicos seguramen-
te aumentarían la incidencia del abandono (Eibenschutz Hartman
y Goya Escobedo, 2010).
La mayor parte de las obras recientes tienen una deuda de gra-
titud con dos estudios importantes publicados en 2011. El primero
es un informe escrito por el Servicio de Estudios Económicos del
banco español bbva sobre la desocupación en el contexto de una
descripción más amplia de la salud del mercado de bienes raíces en
México. El estudio del banco bbva (2011) fue uno de los primeros
en plantear como hipótesis el vínculo entre la migración y la des-
ocupación de vivienda, con la observación de que 56% de las vivien-
das abandonadas en el país se concentran en áreas con un balance
migratorio negativo o en el norte del país. Además, descubrieron
que los municipios que muestran mayor probabilidad de desocu-
pación de vivienda son aquellos donde está presente alguna de las
siguientes condiciones socioeconómicas:
• El municipio cuenta con más de 15 000 habitantes.
• Una alta proporción de la población tiene más de 60 años.
• La población tiene niveles educativos relativamente bajos.
• El acceso a los servicios de salud en el municipio es limita-
do en general.
• La tasa de parque de vivienda que carece de al menos un
electrodoméstico básico4 es elevada.

4
  Éstos eran hogares donde hacía falta cualquiera de los siguientes artículos o servicios: lavadora,
refrigerador, televisión, vehículo, computadora, internet, teléfono fijo o celular.

38
Capítulo I • El complejo panorama del abandono de vivienda en Tijuana

El bbva también examinó una cantidad limitada de atributos


de la vivienda, y descubrió que la probabilidad de hallar un muni-
cipio con tasas de desocupación más altas que el promedio nacional
era 56% mayor en los municipios donde sucedía cualquiera de las
siguientes casos:
• La población trabaja en otro municipio.
• La proporción de la población que compró casa propia
es elevada.
• Los propietarios son quienes, de hecho, habitan las casas.

Por último, concluyeron que la sobreoferta definitivamente es


un factor relevante, ya que los aumentos más pronunciados en la des-
ocupación ocurren en las áreas con mayor proporción en cuanto a la
construcción de vivienda. Ésta es una alusión velada al norte del país
donde, debido a la mayor cantidad de trabajadores asalariados que
trabajan en los centros urbanos de producción, se concentra un al-
to porcentaje del financiamiento del gobierno (Monkkonen, 2009).
El informe también advierte a los desarrolladores de vivienda que el
ritmo de la construcción de vivienda debía adecuarse a la demanda,
y que las viviendas que construían debían, contar al menos, con los
servicios básicos. También recomendaron el fortalecimiento de pro-
gramas para la educación de los consumidores, para así garantizar
prácticas sensatas en la compra de casas, por el lado de la demanda.
Otra de las primeras publicaciones al respecto es un artículo
escrito por dos académicos de El Colegio de México. La intención
de éste fue describir las tendencias de las cifras del recién emitido
Censo de 2010 y plantear hipótesis acerca de las causas. Con base en
la labor realizada por bbva, Sánchez y Salazar confirmaron que ha-
bía una concentración espacial del abandono de vivienda en el norte
de México; tres estados tenían fronterizos la mayor proporción de
vivienda desocupada en el país: Chihuahua (19.1%), Baja California
(19%) y Tamaulipas (18.6%). En términos de la tasa de aumento del
abandono de vivienda, Baja California tiene la segunda más elevada,
con un aumento de 67% desde 2005. Esta tasa sólo es superada por el

39
¿Te vas o te quedas?

estado sureño de Quintana Roo, con un impresionante aumento de


88% en unidades desocupadas en 5 años.
Aunque el trabajo no confirma sus hallazgos estadísticamen-
te, Sánchez y Salazar señalan que hay algunos patrones potenciales
en la distribución del abandono. Pusieron su atención en los estados
con mucho abandono, como Baja California, donde suele haber si-
multáneamente tasas altas de desempleo, debido a la reestructura-
ción económica y a los elevados niveles de violencia asociados con el
narcotráfico. También reafirman la hipótesis planteada por bbva de
que la migración podría tener alguna relación con la desocupación,
además de la probable contribución de las viviendas financiadas por
el gobierno al abandono.
En los últimos años estos artículos han recibido más atención.
El trabajo de Monkkonen de 2014, es quizá el estudio más sólido rea-
lizado hasta la fecha.5 Este autor llevó a cabo un análisis de regresión
de la desocupación en las 100 zonas urbanas más grandes de Méxi-
co, poniendo a prueba explícitamente las conexiones que Sánchez y
Salazar propusieron como hipótesis en 2011. Como era de esperarse,
halló una estrecha relación entre la desocupación y tres de los fac-
tores propuestos: la migración internacional, la violencia asociada al
narcotráfico y la presencia de viviendas financiadas por el gobierno.
En lo referente al desempleo, la relación resultó ser más tenue.

5
Al momento de la publicación de este libro ha comenzado a surgir una nueva generación de tra-
bajos, estimulados, en parte, por las agencias de vivienda en México, que han financiado estudios
hechos en universidades y centros de investigación. Es especialmente notable estudio de Monteja-
no y Caudillo, publicado después de la presentación de este estudio en 2016. Debido a lo reciente
de la publicación, sus conclusiones no fueron incorporadas al contenido general de este libro. Sin
embargo, presentan un rango de hipótesis nuevas que ofrecen explicaciones más sofisticadas de lo
que impulsa el abandono. Por ejemplo, al ir más allá de los conceptos estándar de la distancia, los re-
sultados de su regresión hallaron una relación entre las medidas de compacidad, la fragmentación
urbana y las viviendas deshabitadas. Además, pusieron a prueba factores previamente pasados por
alto en la bibliografía, incluyendo los usos de suelo, el acceso al transporte público, el ambulantaje
y otros que se han identificado como indicadores de mayor calidad de vida en otros contextos.
Es interesante que sus modelos tengan algunos resultados que parecieran contradictorios, lo que
demuestra la fuerte necesidad de desarrollar más estudios sobre los mecanismos causales y de las
variables explicativas particulares. Independientemente de sus limitaciones, este tipo de investiga-
ciones es un paso hacia la dirección correcta. (Montejano Escamilla y Caudillo Cos, 2016).

40
Capítulo I • El complejo panorama del abandono de vivienda en Tijuana

Monkkonen también puso a prueba otras variables, incluyen-


do la tasa de crecimiento de la población, la densidad de población y
un indicador de marginación, aunque éstas resultaron ser poco rele-
vantes. En otro estudio reciente se descubrió una relación estadísti-
camente significativa entre la desocupación de vivienda y los robos
en Ciudad Juárez, lo que confirma que el alto nivel de desocupación
tuvo un efecto positivo en delitos de tipo patrimonial (Fuentes y
Hernández, 2014).
Además del limitado corpus académico, también hay informes
del gobierno –no todos distribuidos ampliamente– producidos por
los diversos organismos que trabajan en el ámbito de la vivienda en
México, un conjunto de agencias denominadas Onavis.6 A partir
del Plan Financiero 2011-2016, el infonavit,7 en particular, planteó
una agenda institucional para tratar de evaluar los factores que im-
pulsan el fenómeno de la desocupación. Este documento anunció la
inauguración de varias iniciativas internas de investigación, “en se-
guimiento al interés manifiesto del Instituto por conocer a fondo la
dimensión y las causas de la problemática de la vivienda deshabita-
da” (infonavit, 2009). El informe en sí mismo contiene algunas ci-
fras interesantes, incluyendo el sorprendente cálculo de que 26% de
las viviendas financiadas por el infonavit de 2006 a 2009 se hallan
deshabitadas actualmente.
También incluyó los resultados de una encuesta aplicada a 188
afiliados del infonavit, que incluía la pregunta: ¿Por qué no vive ac-
tualmente en su casa financiada por el gobierno? De los encuesta-

6
  Onavis es el acrónimo de Organismo Nacional de Vivienda. Se utiliza para hacer referencia a
todas las agencias involucradas en el desarrollo de vivienda en México, incluyendo el infonavit,
fovisste, conavi, entre otros.
7
infonavit es una institución gubernamental en función desde 1973. Su acrónimo significa Ins-
tituto del Fondo Nacional de la Vivienda para los Trabajadores”. En los capítulos 2 y 3 hablaré
a detalle de su historia, pero, en resumen, el infonavit esencialmente funciona como un banco
hipotecario respaldado por el gobierno y financiado por un impuesto de 5% sobre la nómina de las
empresas. En 2005 la organización era responsable de 70% del volumen de préstamos para la vi-
vienda social (Monkkonen, 2009) y, en la última década, ha proporcionado 6 millones de créditos
o préstamos individuales para vivienda (ocde, 2015), por lo que es la fuente de financiamiento para
la vivienda más importante del país.

41
¿Te vas o te quedas?

dos, 38% respondió que era por la falta de servicios o equipamientos


básicos; mientras que 31% afirmó que se hallaba demasiado lejos del
trabajo, la escuela o la familia; 10% respondió que no habitaba su
casa porque la veían como una inversión, y otro 10%, que la casa era
de mala calidad; 7% dijo que la casa era demasiado chica y una pro-
porción menor (3%) respondió que era insegura.
Desde la publicación de este plan financiero, ya se finaliza-
ron los proyectos de investigación programados (infonavit, 2010,
2012a, 2012b). Por desgracia, sus hallazgos no han sido ampliamente
difundidos, por lo que sus conclusiones son más difíciles de revisar.
Mediante el uso de fuentes secundarias ha sido posible aproximar
conclusiones respecto a sus hallazgos para incluirlos aquí, pero hasta
la fecha no están disponibles para el público. De acuerdo con la ocde
y Monkkonen, los informes encargados comenzaron con la rea-
lización de una encuesta general sobre el estado de la vivienda en
seis ciudades diferentes, incluyendo Tijuana. Esto fue necesario por-
que el infonavit no hace con regularidad ningún inventario sobre
la condición de su parque de vivienda (ocde, 2015). Tras aplicar la
encuesta, dieron seguimiento por teléfono a 309 derechohabientes8
o afiliados al infonavit, quienes confirmaron que ya no habitan sus
casas. Cuando se les preguntó por qué habían decidido irse, contes-
taron que una de las razones principales fue que la casa otorgada
estaba demasiado lejos de centros de empleo (infonavit, 2012b). En
este mismo estudio también se informa que cierta cantidad de indi-
viduos (13%) aceptó los préstamos para vivienda por temor a perder
la oportunidad de hacerlo, y que otro 18% lo hizo simplemente como
inversión.9 En este estudio el instituto también se señala que la ma-

8
  En términos generales, la palabra derechohabiente hace referencia a cualquier persona que tenga
derecho a recibir las prestaciones de alguna institución gubernamental. En este caso, se refiere
específicamente a los trabajadores afiliados a las instituciones de financiamiento del gobierno
como infonavit, fovisste, conavi, etcétera. Cualquier trabajador que labore para un empleador
privado, trátese de una empresa pequeña o de una gran empresa de inversión, está afiliado al
infonavit. En cuanto comienza a recibir su salario, se le inscribe automáticamente en el sistema
de vivienda.
9
  A partir del documento de la ocde o del trabajo de Monkkonen, no queda claro si estas dos

42
Capítulo I • El complejo panorama del abandono de vivienda en Tijuana

yoría de los dueños tenían la intención de mudarse en algún momen-


to a sus casas, y que algunos incluso expresaron satisfacción por su
decisión de adquirir esas casas.10
Aunque esta clase de estudios son sin duda valiosos, su en-
foque los limita al análisis del consumidor individual y sus razo-
nes específicas, pero no hacen a una evaluación comprensiva de la
vivienda ni de las condiciones del ambiente que la rodean. Prestar
atención no solo a la vivienda, sino al entorno urbano entero, no
solamente nos ofrece una comprensión más matizada del aban-
dono de vivienda, y coadyuva a la formulación de intervenciones
innovadoras. Por ejemplo, si el abandono es un problema de decisio-
nes individuales, entonces el infonavit podría cambiar sus políticas
de subsidios en cuanto a la ejecución de hipotecas. Si tiene que ver
con el diseño de la vivienda, entonces la política deberá enfocarse
en modificar aspectos físicos de la vivienda. Si tiene que ver con los
servicios en el barrio, entonces se deberá responder a ello a la hora
de vender terrenos o cuando se consttuya la vivienda.
En general, al revisar las explicaciones comúnmente presentadas
en los medios, los trabajos académicos y las instituciones de gobierno,
se produce un retrato bastante complicado de las causas del aban-
dono. Sin embargo, al reflexionar sobre la validez de estas explica-
ciones, específicamente con relación a Tijuana, surgen más dudas
respecto a su aplicabilidad en contextos como el urbano.

¿NO ES POSIBLE GANARLE AL DESTINO?:


EL FALSO DESTINO DE LA CRISIS DE ABANDONO EN TIJUANA
Por sí mismas, estas explicaciones señalarían a Tijuana como una
desafortunada víctima de las circunstancias. Con una proporción
elevada de “migrantes”, niveles históricos de violencia al comienzo

cifras (13% y 18%) se refieren a una muestra nacional de afiliados del infonavit o a los 309 afiliados
entrevistados por teléfono.
10
  Tampoco queda claro, a partir del documento de Monkkonen, de dónde surge esta observación.
Puesto que este haciendo referencia a los dueños de casas deshabitadas,ya que la observacion pre-
suntamente se basa en los 309 individuos encuestados por el infonavit.

43
¿Te vas o te quedas?

del milenio (Sánchez y Salazar, 2011), la proximidad con Estados


Unidos y un gran volumen de vivienda, es comprensible que Tijuana
tenga tasas tan altas de casas deshabitadas. Sin embargo, aunque en
apariencia estas hipótesis logran ser descriptivas, se quedan cortas al
momento de formular un mecanismo sólido y una evaluación tem-
poralmente adecuada de las precondiciones que están empujando
a la gente fuera de sus hogares. En otras palabras, son bastante efi-
caces para señalar ciertas características relacionadas con el aban-
dono, pero no logran dar explicaciones lógicas respecto a dicha
relación mutua.
A continuación, con mayor detalle exploraré algunas de las
contradicciones, examinando por qué éstas son insuficientes para
explicar el fenómeno en Tijuana. Como aclaración, no estoy sugi-
riendo que estos razonamientos no tengan ningún efecto o que no
sean importantes. Más bien pretendo mostrar que no explican ca-
balmente el fenómeno y nos dejan con más preguntas que respuestas.

CR I SI S ECON ÓM I C A
La crisis económica global es uno de los puntos más comentados
con referencia al aumento del abandono de vivienda, especialmente
considerando la sensibilidad de la industria maquiladora respecto
al dinamismo de la economía estadounidense. De acuerdo con un
funcionario del infonavit, el ciclo de la economía internacional y
los correspondientes periodos de depresión y auge en la economía
mexicana son una razón crítica para el abandono de casas (Sando-
val Alarcón, 2012). El bbva, Sánchez y Salazar, y Maycotte repiten
esta afirmación. En principio, esta explicación parece poco pro-
blemática. Aquí la suposición es que la contracción de la economía
mexicana causó una pérdida de empleos desproporcionada entre
las personas en el norte de México, lo que a su vez provocó retrasos
en los pagos de las hipotecas de vivienda y a la larga contribuyó al
abandono. Desafortunadamente, aquí los tiempos no son tan sen-
cillos. En principio, las ciudades del norte comenzaban a mostrar

44
Capítulo I • El complejo panorama del abandono de vivienda en Tijuana

signos de desocupación elevada incluso antes de la crisis económica


global de 2008. Si recordamos que los cálculos de la desocupación
internacional eran de alrededor de 10%, el censo de 2005 informó
que Baja California tuvo una tasa de desocupación cercana a 14% y
Chihuahua, también en el norte, tuvo una tasa de desocupación de
16% (Sánchez y Salazar, 2011).
Al revisar los datos del municipio de Tijuana, vemos una ima-
gen algo distinta a la de los datos agregados del estado. Los cálculos
de la tasa de desocupación de Tijuana, para 2005, arrojan 12%, una
tasa menor al promedio nacional, más alineada con lo que se espe-
raría de la desocupación estructural (cuadro 2). De hecho, esta cifra
es mucho más congruente con la idea convencional de que la desocu-
pación tiene que ver con la reestructuración económica, consideran-
do que el censo informó que en 2010 la desocupación era de 20%.
Sin embargo, aún hay razones para mostrarnos escépticos respecto
a esta conclusión. En primer lugar, nos empuja a preguntar por qué
Tijuana es especial en comparación con otros municipios de Baja
California, como Playas de Rosarito que tuvo una tasa de desocupa-
ción del 20%, y Mexicali, que tuvo una tasa de casi el 16%, además de
pensar acerca de las diferencias entre Tijuana y municipios de otros
estados como Coahuila y Chihuahua.

CUADRO 2. VIVIENDA DESHABITADA EN BAJA CALIFORNIA, 2005 Y 2010


2005 2010

Vivienda Vivienda
Municipio Total Porcentaje Total Porcentaje
deshabitada deshabitada

Ensenada 20 704 143 073 14% 25 621 167 922 15%

Mexicali 45 644 286 338 16% 64 419 340 776 19%

Tecate 4 538 30 734 15% 5 982 35 799 17%

Tijuana 51 536 423 601 12% 111 482 549 651 20%

Playas de
6 456 30 869 21% 7 201 36 876 20%
Rosarito

Fuente: Elaboración propia con base en el Censo de Población y Vivienda 2005 y 2010.

45
¿Te vas o te quedas?

En segundo lugar, aquí la línea del tiempo no es del todo clara.


La crisis de 2008 también coincidió con un periodo de violencia his-
tórica en Tijuana, que duró de 2008 a 2010. Ciertamente es posible
que el aumento en la desocupación tuviera que ver más con el nar-
cotráfico, y que la crisis económica global haya sido mera coinciden-
cia. Esto comienza a parecer aún más probable cuando se examina la
tasa de posicionamientos de las hipotecas para viviendas financiadas
por el gobierno entre 2008 y 2009. Si el aumento en el abandono se
relaciona con la reestructuración económica o el incremento del des-
empleo, que según las observaciones de Sánchez y Salazar se agudi-
zaron precipitadamente de 2008 a 2009, entonces uno esperaría ver
un fuerte descenso en la cantidad de créditos hipotecarios otorgados
en esos años (figura 1). Éste no es el caso –en términos del volumen
de viviendas levantadas, la construcción de viviendas tuvo algu-
nos de sus mejores años hasta 2010–. Fue hasta 2011 que el mercado
se contrajo por completo, y esto sucedió tras la captura de datos
del censo final.

FIGURA 1. CONSTRUCCIÓN ANUAL DE VIVIENDA POR DESARROLLADORES EN TIJUANA (2006-2014)

Fuente: Elaboración propia con base en el Registro Único de Vivienda.

46
Capítulo I • El complejo panorama del abandono de vivienda en Tijuana

¿Sugiere esto que la reestructuración económica no tuvo na-


da que ver con el abandono? No necesariamente. Parece bastante
razonable pensar en un posible retraso del declive en el sector de
la vivienda, a consecuencia del declive de 2008. No obstante, si
hemos de explicar la desocupación a partir de la crisis económica,
entonces debemos aclarar un poco la temporalidad del fenómeno.
¿Hay un retraso entre el momento del desempleo y aquel en que
comienzan los derechohabientes a atrasarse con los pagos de las hi-
potecas? ¿Qué tan largo es ese periodo? Además, ¿cómo se relaciona
esta cifra con las elevadas tasas de desocupación en las zonas del centro
de la ciudad, que tienen pocas viviendas financiadas por el gobierno?
En relación con esta explicación, aún quedan demasiadas pre-
guntas sin responder.

FRAC AS O S E N L AS P O L Í T I CAS, DISTAN CIA DE LOS CE N TROS


U R BA NO S Y S E RV I C I O S
Otra explicación muy difundida entre los desarrolladores, legisla-
dores y académicos por igual es el fracaso de las políticas públicas
(García Peralta, 2010; Ibarra Altamirano, 2016; Maya Pérez, 2008;
Paquette Vassalli, 2009; Villavicencio Blanco y Durán Contreras,
2003). Dando fe del humor legendario de la gente de México, muchos
se refieren a las casas financiadas por el gobierno como “ratoneras”
o “pichoneras” por su tamaño reducido. Sin embargo, estas descrip-
ciones suelen venir acompañadas de un complemento determinativo
revelador; no son sólo pichoneras, son pichoneras del infonavit.
Además de enfocarse en el tamaño de las viviendas, también
se considera que la distancia de las viviendas respecto a los centros
urbanos, así como la falta de una infraestructura y servicios adecua-
dos son el resultado de fallas en las políticas, no sólo por parte de
las Onavis sino también de las autoridades municipales y estatales
que no han cumplido con las promesas de ofrecer servicios, como
alumbrado público, agua, drenaje y escuelas públicas. Pero ¿qué tan
bien se sostienen estas explicaciones si las examinamos a detalle?
Quizá la mejor manera de mostrar las contradicciones sea mediante

47
¿Te vas o te quedas?

una serie de mapas. Para los lectores que no están familiarizados con
la huella urbana de Tijuana, incluyo el mapa 4 como referencia. En
rojo están los barrios o las colonias consideradas parte del centro de
la ciudad, con las colonias circundantes en negro.
La concentración espacial de la desocupación, representada
gráficamente, vuelve problemático el argumento de que el fenóme-
no es producto de la distancia y la infraestructura inadecuada, en
primer lugar, porque la desocupación es mayor en las zonas centrales
y, en segundo lugar, porque estas zonas tienden a ser las que tienen
los mejores servicios en la ciudad.
Al examinar los mapas del financiamiento gubernamental en
la ciudad también vemos un panorama más complicado. El mapa
5 se basa en datos del Registro Único de Vivienda (ruv)11 de todas
las viviendas financiadas con recursos públicos en Tijuana, entre
2006 y 2010. Después convertimos esto en un mapa de con un gra-
diente de desocupación que identifica las áreas de mayor inciden-
cia (hotspot), usando el instrumento de densidad (kernel density) de
ArcGIS. En rojo (hotspots) se indican las áreas de mayor concentra-
ción de viviendas financiadas por el gobierno en la ciudad.
Al superponer este mapa al del total de la desocupación, po-
demos comenzar a observar que las viviendas financiadas por el
gobierno ciertamente son parte de la ecuación, pero por sí mismas
no dan cuenta de todo el fenómeno.
El mapa deja en claro que estas viviendas se concentran princi-
palmente en tres zonas de Tijuana que sufren de alta desocupación:
Valle de las Palmas, delegación La Presa y la parte sur de la delega-
ción Sánchez Taboada. Aún así, en muchas de las áreas que tienen
algunas de las cifras de desocupación más altas del municipio, es
evidente la ausencia de viviendas financiadas por el gobierno. Esto
nos ayuda a entender que esta historia no se trata sólo de la llegada

 El ruv es una base de datos donde deben registrarse todas las personas que utilicen financia-
11

miento del gobierno para la vivienda, incluyendo a los desarrolladores y los individuos. Entró en
funciones en abril de 2004. Los datos presentados aquí fueron proporcionados por el infonavit,
bajo el auspicio de Rethinking Social Housing in Mexico.

48
Capítulo I • El complejo panorama del abandono de vivienda en Tijuana

de las viviendas del gobierno a un barrio o colonia –para después


expulsar a la gente– la historia definitivamente es más complicada.

MAPA 4. BARRIOS DE TIJUANA

Fuente: Elaboración propia con base en el Censo de Población y Vivienda de 2010.

MAPA 5. VIVIENDAS FINANCIADAS POR EL GOBIERNO (DATOS DE PUNTOS)

Fuente: Elaboración propia con base en el Registro Único de Vivienda.

49
¿Te vas o te quedas?

MAPA 6. VIVIENDAS FINANCIADAS POR EL GOBIERNO (DENSIDAD DE KERNEL)

Fuente: Elaboración propia con base en el Registro Único de Vivienda.

MAPA 7. DESOCUPACIÓN TOTAL Y DENSIDAD DE KERNEL DE LA VIVIENDA


FINANCIADA POR EL GOBIERNO

Fuente: Elaboración propia con base en el Registro Único de Vivienda y el Censo de


Población y Vivienda de 2010.

50
Capítulo I • El complejo panorama del abandono de vivienda en Tijuana

En su documento de 2015, Monkkonen especula que este pa-


trón refleja una clase especial de “suburbanización” de la vivienda
en México, consiste en que las personas abandonan sus casas bien
ubicadas para irse a las zonas periféricas donde pueden cumplir su
sueño de ser propietarios. Afirma esto con base en la relación es-
tadística que halló en la presencia de viviendas financiadas por el
gobierno en las zonas centrales, pero no en las zonas de las periferias
urbanas en 100 ciudades de México.
Desafortunadamente, como vimos en los mapas anteriores,
éste no parece ser el caso de Tijuana, donde hay cantidades impor-
tantes de casas desocupadas, tanto en las zonas centrales como en
las que se podrían considerar zonas periurbanas de la ciudad. Por
lo tanto, si el patrón actual de la desocupación de la vivienda no es
producto de la “suburbanización”, entonces ¿a dónde se están yendo
todos? La respuesta no es obvia, pero lo que sí queda claro es que esta
historia no se trata sólo de las viviendas financiadas por el gobierno.

C R I M I NA L I DA D Y V I O L E NCIA
Otro tema que debemos esclarecer es la relación de la desocupación
con la violencia y la criminalidad. Hay pocas o ninguna prueba de
que la violencia sea causa o efecto de la desocupación. El bbva (2011),
Monkkonen (2014) y Fuentes y Hernández (2014) han logrado vali-
dar esta relación mediante el trabajo estadístico, aunque García Mo-
reno (2012) pone en duda esta afirmación en Ciudad Juárez. Ambas
parecen explicaciones plausibles. No resultaría sorprendente que,
por ejemplo, tras una balacera entre narcotraficantes, una familia
preocupada se reubicara en una colonia más segura. A la inversa, si
seguimos la lógica de la teoría de las ventanas rotas y su bibliografía
(Kelling y Wilson, 1982), sería bastante razonable sugerir que una
casa abandonada puede ser invadida por pandillas criminales que,
aprovechándose de la oportunidad, comienzan a vender drogas y a
la larga causan un aumento en la violencia de los alrededores. Com-
plicando el asunto aún más, estos procesos podrían ser epifenome-
nales. Bien podría ser que en un barrio o una ciudad lo que inicia el

51
¿Te vas o te quedas?

fenómeno es el aumento de las actividades violentas, mientras que


en otro barrio el aumento de casas desocupadas permite la conso-
lidación de pandillas criminales peligrosas. Es más, estos procesos
podrían operar en una trayectoria circular, en la cual lo primero
causa la desocupación inicial que después provoca el aumento de
otras actividades criminales en los hogares circundantes.
El tratamiento irreflexivo del tema de la desocupación de vi-
vienda provoca contradicciones en la bibliografía. Por ejemplo,
mientras que Fuentes y Hernández (2014) presentan argumentos
para explicar que en Ciudad Juárez la desocupación ha contribui-
do al aumento en la criminalidad, Monkkonen, bbva y Sánchez y
Salazar argumentan que la violencia es factor causal del aumento
de la desocupación. La distinción no es trivial, ya que para cada es-
cenario las soluciones a futuras serían diferentes. Si, por un lado, la
causa primaria es la violencia, entonces las manos de las agencias de
vivienda y desarrollo urbano están atadas. Pueden tratar de influir
en la situación de seguridad a través de la forma construida, pero al
final sus acciones serán secundarias respecto a una implementación
más amplia de iniciativas contra la inseguridad. Si, por otro lado,
la desocupación de viviendas es precursora importante de la violen-
cia, entonces el efecto que podría tener la planeación urbana sobre
la violencia es enorme; el diseño y la planeación de ciudades deberán
ser prioridad para el gobierno federal e incluirse en la estrategia de
defensa nacional.

L A MI GRAC I ÓN
En lo relativo a la migración, ocurre una trampa ontológica simi-
lar, aunque levemente diferente. Hasta donde he podido rastrear, la
hipótesis sobre el efecto de la migración tiene su origen, al menos
en cuanto a bibliografía, en la publicación de 2011 de bbva. En este
artículo los autores comentan que las regiones “tradicionalmente
expulsoras de mano de obra o con un saldo neto migratorio anual
predominantemente negativo” contribuyen de manera importante
a la proporción de casas deshabitadas en el país, con 33% del total

52
Capítulo I • El complejo panorama del abandono de vivienda en Tijuana

de las viviendas desocupadas en México. Sin embargo, separan con


cuidado los estados con un balance negativo de migración de los es-
tados de la frontera, los cuales, según muchos indicadores, también
tienen altos índices de migración.
Por desgracia, en las subsiguientes exploraciones del efecto de
la migración sobre la desocupación se pierden los matices con que
se trata este tema en el documento de bbva. La explicación causal
en Sánchez y Salazar se adjudica sin sentido crítico a la migración
interna, suposición que se transfiere al trabajo de Monkkonen sobre
el tema.
Cuando se evalúa el efecto de la migración en los estados de la
frontera y, en especial en las ciudades fronterizas, este tratamiento
excesivamente generalizado de la migración presenta problemas. En
Oaxaca y Zacatecas, estados al sur de México, la inferencia parece-
ría natural al ofrecer una relación intuitiva y vinculada con la mi-
gración y la desocupación de vivienda (por ejemplo, los migrantes
abandonan sus hogares por una vida mejor en Estados Unidos). En
el norte de México estas cifras son más ambiguas. Un ejemplo es la
manera en que Monkkonen se basa en el promedio de hogares en
que al menos un miembro vive actualmente en el extranjero como
variable sustitutiva para medir la migración. El uso de esta medida
parece bastante apropiado para un contexto en la zona centro de
México que ha sido históricamente punto de origen de mano de obra
migrante. Sin embargo, entre más al norte nos movamos, más poten-
cia pierde esta lógica. Después de todo, en las ciudades fronterizas es
común que haya familias con algún miembro que vive en San Diego
o El Paso. Estos familiares, ¿son migrantes internacionales de la mis-
ma manera que un jornalero de Oaxaca que se va a Chicago?
Otras mediciones de la migración incluidas en el censo no son
mejores. En el censo de 2010 se mide la “migración” con base en otras
dos preguntas: “¿Naciste en este estado?” y “¿Estabas viviendo en el
estado en el 2005?”. Aunque estos indicadores funcionan bien para
capturar el flujo de movilidad de la población dentro del país, no
son muy buenos para llegar a conclusiones sobre la migración

53
¿Te vas o te quedas?

externa. Nuevamente, es razonable esperar que en Toluca, Estado de


México, o Xalapa, Veracruz, haya una probable correlación entre el
porcentaje elevado de personas nacidas en el exterior y los altos ni-
veles de emigración e inmigración. No obstante, en lo que se refiere a
las ciudades fronterizas, estos indicadores resultan más confusos que
útiles. Por ejemplo, entre los tijuanenses es muy común que sus hijos
nazcan en hospitales en San Diego (Velasco Ortiz, 2007). ¿Sería co-
rrecto considerar a esos individuos expatriados como estadouniden-
ses? Y ¿qué pasa con la familia que decide reubicarse temporalmente
en San Diego? Si decide regresar a su vieja casa en Tijuana, justo al
otro lado de la frontera, ¿son inmigrantes de la misma manera en
que lo es alguien que llega a Tijuana de Sinaloa?
La proximidad con Estados Unidos y la existencia de comu-
nidades transfronterizas en Tijuana complican las ideas tradiciona-
les de lo que significa ser migrante en México. Las preguntas del
censo no se diseñaron para mostrar estos matices sutiles, y por ello
terminan metiendo en el mismo saco categorías de personas que
no son comparables. Dado el carácter impreciso de las preguntas so-
bre migración en el censo, no es de sorprender que haya una correla-
ción estadística entre la migración y el abandono. Por su naturaleza
misma y según el censo, Tijuana es y siempre ha sido una ciudad
de inmigrantes. En el censo de 2010 se informa que 45% de los ha-
bitantes de Baja California nació en otro estado o país, la segunda
tasa más elevada en México. El municipio de Tijuana por sí mismo
mostró una proporción aún mayor de población “migrante”: 52% los
habitantes de la ciudad nació en otro lugar fuera del estado (inegi,
2011). Esto contrasta con las tasas nacionales que están sólo un poco
por encima de 17.4% (inegi, 2015). Sin embargo, la simple presencia
de inmigrantes no significa que la migración sea el fenómeno impul-
sor. Podría estar ocurriendo a pesar de la presencia de inmigrantes
en lugar de ser su causa.
Además, la consideración detenida del proceso para la adquisi-
ción de una hipoteca, especialmente por medio del financiamiento
del infonavit, reduce la plausibilidad de esta hipótesis. En primer

54
Capítulo I • El complejo panorama del abandono de vivienda en Tijuana

lugar, el financiamiento otorgado por infonavit no está disponi-


ble para cualquiera: tienes que ser un trabajador con empleo for-
mal y una pensión. Asimismo, la aprobación de una hipoteca no es
una prestación inmediata al momento en que adquieres el empleo.
Para cumplir los requisitos debes ahorrar durante meses, o incluso
años, mediante el fondo de pensiones, después de lo cual obtienes
un préstamo que te comprometes a pagar durante 30 años. Si fue-
ras un migrante sin ataduras en Tijuana, alguien que estuviera bus-
cando abandonar el barco para saltar a Estados Unidos en cualquier
momento, ¿por qué decidirías comprometerte con una casa? El acto
mismo de comprar una casa revela un deseo de estabilidad y la exis-
tencia de recursos para planear para el futuro.
Aún no estoy listo para hacer totalmente de lado esta hipótesis.
Todavía puedo imaginarme maneras en que la inmigración, como
fenómeno, podría tener relación con el abandono de vivienda, pe-
ro sería necesario teorizar aún más sobre los mecanismos causales y
especificar la naturaleza del fenómeno. Es posible que aquí la migra-
ción sea una variable mediadora que, de hecho, está capturando el
efecto de otra cosa. Por ejemplo, dadas las tasas paralelas del aumen-
to del abandono de vivienda en Quintana Roo, podría especularse
que este fenómeno tiene que ver sobre todo con la naturaleza de la
mano de obra en estos estados, que operan respectivamente en la
maquilas y en el turismo, por lo que la estructura del sector laboral
es más vulnerable que en otras partes del país. De cualquier forma,
por el momento no hay pruebas suficientes para concluir que éste es
un factor importante en cualquier sentido, y hace falta hacer más
investigación.

T Ú S A B RÁS S I T E VAS O T E QU E DAS :


VA R I AC I O NE S E N L AS EX P L ICACION E S S OB R E
E L A B A ND O NO DE V I V I E NDA E N TIJUAN A
Las contradicciones e incongruencias manifiestas en todas las expli-
caciones anteriores son, de alguna manera, producto del contexto
donde se formuló la hipótesis. Aunque la forma como Monkkonnen

55
¿Te vas o te quedas?

y Fuentes y Hernández comparan la desocupación de vivienda es


mucho más refinada, las hipótesis que guían sus análisis se plan-
tearon desde un perspectiva macro, ya que se apoyan en los análisis
de bbva y Sánchez y Salazar, que usan al estado o municipio como
su unidad analítica. La realización de un análisis de este tipo por sí
misma no es en realidad una mala práctica analítica, pero sí captura
mejor ciertos tipos de datos que otros. Este análisis también crea
problemas de comparabilidad, ya que los estados y municipios no
son unidades espaciales uniformes y estandarizadas. Esto es espe-
cialmente cierto en Baja California, donde los municipios son mucho
más grandes que en otros estados.12 Con sólo cinco municipios, la
superficie promedio de sus municipios es de 14 023 km2, sólo por
debajo de Baja California Sur (14 735 km2). Comparemos esto con la
Ciudad de México, recién incorporada como el estado número 32 del
país, donde el área total de la superficie promedio de los municipios
(delegaciones) es de sólo 94 km2. Asimismo, el tamaño promedio de
los municipios a nivel nacional es de 803 km2(iieg, 2010). Aún en el
municipio de Tijuana, el más pequeño de los cinco municipios baja-
californianos, tiene una extensión mayor al promedio, con un área
total de 1 234 km2.
El riesgo que se corre, sobre todo en el caso de Baja California,
es que sea menospreciado o exagerado el efecto putativo de cier-
ta variable, no por los cambios que suscite, sino por el tamaño de
la unidad de análisis. También implica la desafortunada e infundada
suposición de que la desocupación está distribuida de manera ho-
mogénea a lo largo del municipio, según lo demuestran las obras de
Monkkonen y Fuentes y Hernández. Éstas suposiciones latentes, así
como las incertidumbres que causan en el análisis, nos piden recon-
siderar si estamos o no planteando la pregunta adecuada al tratar de

  Esto se debe, en parte, a la historia especial de Baja California, que no se convirtió en estado
12

oficial hasta 1952. Antes de eso era Territorio Federal, administrado por el gobierno federal. Cuan-
do finalmente se incorporó como estado, se dividió en menos unidades administrativas de las que
suelen haber en México; el promedio de municipios en el país, por estado, es de 77 –Baja California
y Baja California Sur sólo tienen cinco municipios cada uno, la menor cantidad en el país–.

56
Capítulo I • El complejo panorama del abandono de vivienda en Tijuana

decodificar qué causa la desocupación de vivienda en Tijuana. Quizá


una pregunta más pertinente sería tratar de ver cómo se explica la
desocupación de vivienda dentro de la ciudad: ¿Es la calidad de
la vivienda, o es algo que tiene que ver con la población, o relacio-
nado con la geografía? Considerando que la mayoría de las hipótesis
sobre el abandono de vivienda se plantearon de una visión nacional,
me pareció que sería un buen punto de partida examinar el fenó-
meno mediante un análisis más reducido, comenzando por las na-
rrativas al nivel del campo en una ciudad en particular, en este caso
Tijuana. Con este fin, el resto del estudio está dedicado a responder
esta pregunta: ¿cómo se pueden explicar las variaciones de las ex-
plicaciones sobre el abandono de vivienda en Tijuana? Debo aclarar
que es una pregunta dirigida a evaluar los discursos narrativos, así
como la causalidad de los mismos. Elegí Tijuana por su alto nivel de
abandono de vivienda, reflejado tanto en las cifras como en el imagi-
nario social de sus ciudadanos.
Considero que indagar al respecto es atractivo por un par de
razones. La primera es que se han hecho pocos trabajos que formu-
len los mecanismos del abandono de vivienda en cuanto a la ciudad
mexicana. Los documentos del infonavit son la excepción, pero
puesto que no están disponibles para el público no hay muchas ma-
neras de revisar o incluso ampliar sus observaciones Además, la pre-
gunta propuesta tiene el beneficio de incorporar un creciente corpus
de trabajo dedicado a examinar y evaluar la calidad de vida en
los desarrollos de vivienda en México, muchos de estos textos
enfocados específicamente en los fraccionamientos construidos por
el infonavit.13
La segunda razón es más práctica. Una revisión del ámbito ur-
bano tiene el potencial de esclarecer los instrumentos políticos que
no se han tomado en cuenta previamente por considerar que el pro-
blema es demasiado macro como para que las Onavis influyan en él.
Ésta es una de las conclusiones a las que llega Monkkonen al final

  Inclán Valadez (2013) y Espinoza Ortiz (2014) tratan este tema adecuadamente.
13

57
¿Te vas o te quedas?

de su documento. Yo argumentaría que en lugar de entender los fe-


nómenos estructurales mayores como determinantes primarios del
abandono –situación que, debo agregar, es más difícil de tratar–
debemos reorientar nuestras energías hacia investigar de los facto-
res sobre los cuales pueden influir el gobierno, el sector privado y,
más importante aún, la sociedad.
El argumento y el análisis completos se presentan en los cinco
capítulos que siguen a éste. Tomando en serio los recientes llamados
de los académicos para involucrarnos de manera más completa en
un estudio cuidadoso de la historia al evaluar las políticas sociales
(Woolcock, Szreter y Rao, 2011), y para estar totalmente de acuerdo
con que esa clase de evaluaciones conducen a una reflexión más ho-
nesta y clara sobre los fracasos y éxitos de las políticas públicas, así
como a un mejor entendimiento de las trayectorias de impacto que
quizá tengan estas iniciativas (Woolcock, 2009), en los capítulos dos
y tres se analiza el contexto en que se ha desarrollado el abandono de
vivienda en México.
En el capítulo dos se explora la historia de la vivienda social
en México, argumentando que desde la Revolución mexicana la vi-
vienda social ha pasado por una serie de “traducciones” que reflejan
las exigencias políticas del Estado mexicano. Mientras que histórica-
mente las políticas de vivienda han impulsado el aparato burocrático
que las administra a estar en sintonía con las necesidades materiales
y sociales de los usuarios, la “traducción” más reciente parte de una
lógica más estrecha que privilegia la eficiencia económica y la esta-
dística de producción sobre cualquier otra consideración.
En el tercer capítulo se examina de manera más detallada el
desarrollo urbano de Tijuana, rastreando su crecimiento desde la
época prerevolucionaria, cuando la ciudad se llamaba Zaragoza y
estaba escasamente poblada, hasta su reciente transformación en
una metrópoli trasnacional. A lo largo de este capítulo se argumenta
que como consecuencia directa del esporádico interés federal en la
región y la limitada autoridad de los agentes locales, la urbaniza-
ción de Tijuana la han dirigido principalmente actores informales y
los grandes intereses privados. El tejido urbano resultante crea una

58
Capítulo I • El complejo panorama del abandono de vivienda en Tijuana

condición urbana compleja, en la cual los actores a menudo están


en conflicto por el control del suelo, lo que origina un panorama de
gobernanza complicado de navegar para los administradores, dise-
ñadores y planeadores urbanos.
En el cuarto capítulo se presenta la investigación empírica
sobre el tema del abandono de vivienda en Tijuana; se detallan los
resultados de un intenso trabajo de campo y aplicación de entre-
vistas, junto con un análisis estadístico de la desocupación, según
los factores propuestos por la bibliografía revisada y entrevistas.
Estos dos análisis ponen de relieve los efectos que puede tener una
escala de análisis particular en las explicaciones potenciales del
abandono de vivienda. El análisis ilustra cómo las evaluaciones en
las escalas de acción y el locus de análisis superiores tienen el poten-
cial de representar equivocadamente y simplificar excesivamente los
mecanismos que conducen al abandono de vivienda, los cuales según
argumenta este estudio, son fuerzas complejas combinadas que inte-
ractúan de manera irregular a lo largo del tiempo y del espacio.
En el quinto capítulo se examinan las implicaciones de estos
resultados, contextualizando sus contribuciones y su alineación con
la bibliografía sobre la simplificación estatal, la creación de valor ur-
bano, el análisis de desviación positiva y la definición del problema.
El libro concluye con un memorándum de política que resume
los resultados y las reflexiones que, a mi consideración, ofrece una
investigación de este tipo a los creadores de políticas, investigadores
y grupos de interés en cuanto a la política de vivienda en México.

59
C A P Í T U L O II

HISTORIA
DE LA VIVIENDA SOCIAL
EN MÉXICO

Para entender mejor la raíz de la actual crisis de abandono de vi-


vienda en Tijuana, realicé una investigación bibliográfica sobre la
historia de la vivienda social en México. Aquí resumo algunas de
mis conclusiones en cuanto a su relación con la situación actual, y
las organizó en bajo un marco donde se agrupan según sus varias
iteraciones o “traducciones” en el tiempo.
Resultaría difícil hablar acerca de esta historia, o del paradig-
ma actual de la vivienda, sin antes referirnos a la vivienda mínima,
concepto extraordinariamente resistente que se planteó por pri-
mera vez desde un enfoque racional para resolver los problemas de
la vivienda, hacia finales del siglo xix. La idea germinó en Europa a
mediados del siglo xx. A partir de entonces, el concepto se extendió
a otros países, conservando su alma racionalista, pero adaptándose a
los contextos sociales y políticos locales. En este capítulo se exa-
minan los tiempos y ritmos de la difusión de la vivienda mínima,
según la adoptaron los urbanistas y legisladores mexicanos desde
el periodo de la posrevolución hasta el neoliberalismo contemporá-
neo. El principal argumento es que, si bien a lo largo del tiempo se
ha compartido un discurso modernista racionalista, ha habido im-
portantes diferencias contextuales, en lo referente a las ideologías
y visiones políticas dominantes en México, que moldearon de

61
¿Te vas o te quedas?

muchas maneras la “traducción” que se hizo de este modelo. El


capítulo termina con una exposición sobre las consecuencias de la
vivienda minimalista en México aunada a la lógica impulsada por
el mercado.

L AS RAÍ C ES D E L A V I V I E NDA M I NI M A L I STA


En la bibliografía sobre planeación y arquitectura, el término vi-
vienda minimalista suele atribuirse a la arquitectura modernista y
funcionalista que surgió a comienzos del siglo xx (Mumford, 2000).
Al enfrentarse a las situaciones de vivienda cada vez más terribles
en las ciudades en vías de industrialización, así como a la excesi-
va destrucción desatada por las guerras mundiales, los arquitectos
modernistas se dieron a la tarea de idear una solución arquitectó-
nica racional y ordenada. El Congrès International d'Architecture
Moderne (ciam o Congreso Internacional de Arquitectura Moder-
na) se organizó precisamente con ese objetivo. Aunque durante el
primer congreso no se discutió abiertamente el asunto de la vivien-
da, en el segundo ciam de 1929, la vivienda mínima se volvió el tema
único de debate, con el título “Sobre la vivienda para la existencia
mínima”, y siguió siendo recurrente en las ediciones subsiguientes
(Mumford, 2000; Zamorano Villarreal, 2013).
El segundo ciam arrancó en octubre de ese año en Frankfurt,
escenario elegido deliberadamente por el comité organizador. Des-
de 1926, el arquitecto funcionalista Ernst May desarrolló en Frank-
furt un experimento de construcción de vivienda mínima para los
trabajadores. Con el apoyo de una coalición de empresarios indus-
triales, funcionarios municipales y arquitectos, May logró construir
12,000 unidades de vivienda encarnando en sus construcciones los
principios de la producción en masa de Taylor (Zamorano Villarreal,
2013). Los arquitectos visitantes hicieron una gira por los conjuntos
residenciales, cuya solución de diseño se basó en el estilo Zeilenbau
(construcción en filas), que hacía mucho tiempo caracterizaba a las
barracas militares; las subsiguientes discusiones en las sesiones del
congreso giraron en torno a ello (Mumford, 2000).

62
Capítulo II • Historia de la vivienda social en México

El congreso se inició con una conferencia titulada “Los funda-


mentos sociológicos de la vivienda mínima para la población obrera
de la ciudad”, de Walter Gropius, fundador de la Bauhaus y pensador
a la vanguardia del modernismo. En este discurso, expuso la natura-
leza evolutiva de la unidad familiar y dedicó una parte importante
de su charla a la emancipación de las mujeres en la sociedad lo que,
a su consideración, alteraría drásticamente la forma de la vivienda
en el futuro. Escribió que este paradigma en transformación “genera
ideas sobre nuevas formas de hogares maestros centralizados, que
eximen parcialmente a la mujer individual de sus labores domésticas
mediante una organización centralizada mejorada capaz de realizar-
las mejor y con una mayor economía que ella misma” (Gropius, 1929).
Concluyó que: “Se requiere una formulación totalmente nueva [para
la vivienda], basada en el conocimiento de los requisitos sociológi-
cos y naturales mínimos, libre del velo de las necesidades históricas
del imaginario tradicional. Debemos intentar establecer estándares
mínimos para todos los países, con base en los hechos biológicos así
como en las condiciones geográficas y climáticas”. Se aventuró a afir-
mar que la mejor manera de cubrir estas necesidades sería mediante
edificios altos de departamentos, para usar sus palabras, una “cuota
de vivienda” que respondiera a la naturaleza cada vez más individua-
lizada de las personas.14 El también afamado representante impres-
cindible del movimiento moderno, Charles-Édouard Jeanneret-Gris,
Le Corbusier, llevó este argumento aún más lejos en el discurso de
cierre del congreso. Si bien Gropius había admitido que podrían
haber variantes en cuanto a las medidas mínimas para dar cabida
a las diferencias climáticas y culturales, Le Corbusier describió el
hogar como “una secuencia regular de funciones”, similar a un
problema de tránsito, que podía determinarse de manera precisa
mediante la ciencia arquitectónica. Prescribió la estandarización,
industrialización y taylorización ajuste como un elíxir contra la
“pobreza” de las construcciones tradicionales (Mumford, 2000).

14
  N. T.: citas traducidas directamente.

63
¿Te vas o te quedas?

En el segundo ciam se concluyeron las deliberaciones acerca de


la Existenzminimun con una exhibición de 207 planos de pisos para
vivienda mínima, que incluían áreas de pisos que iban desde un mí-
nimo de 23 m2 por unidad hasta un máximo de 91 m2. Esta exposi-
ción estuvo de gira por Europa y después se recopiló en un libro, Die
Wohnung für das Existenzminimum, la primera publicación oficial de
la ciam (Mumford, 2000). Aunque esta conferencia inicial estuvo
lejos de formar un frente definitivo, la experimentación y los debates
que ocurrían en los círculos modernistas de Europa comenzaron a
ganar impulso en otras partes del mundo. Gropius se volvió director
de la Escuela de Arquitectura de Harvard, y después le abrió paso a
su colega, el español Josep Lluis Sert, para que se convirtiera en el
decano de la Graduate School of Design (Klemek, 2011; Mumford,
2000). Muy pronto, por todo Estados Unidos, se estaban constru-
yendo proyectos inspirados en los compromisos modernistas con la
racionalización y el funcionalismo, como las infortunadas torres re-
sidenciales Pruitt-Igoe, en San Luis Misuri (Espinoza Ortiz, 2014).
Sin embargo, la influencia de estos debates no se limitó a Europa y
Estados Unidos. La narrativa funcionalista rápidamente halló oídos
receptivos en otras partes, incluyendo América Latina.

EL M OD ER N I SM O S E EXT I E NDE :
TRAD UCC I ÓN M E DI A NT E L A R EVO LU C I Ó N
Más allá de la vivienda, a inicios de los años sesenta la imagen pro-
totípica de la fuerza del movimiento en la región fue la construcción
a gran escala de Brasilia, la nueva capital de Brasil, con principios
totalmente modernistas. En México la arquitectura internacional
–otro nombre del movimiento modernista– halló sus defensores
entre los muralistas de la Escuela Mexicana de Pintura, vínculo
intelectual ideado por funcionarios del Estado posrevolucionario,
en particular el primer secretario de Educación, José Vasconcelos
(Carranza, 2010; Guillén, 2004). Como director de la agencia encar-
gada directamente de la educación artística y arquitectónica, Vas-
concelos adoptó una postura activista, encargando a las luminarias

64
Capítulo II • Historia de la vivienda social en México

del movimiento muralista –Diego Rivera, José Clemente Orozco y


David Alfaro Siqueiros– que pintaran murales que glorificaran
el proyecto nacional revolucionario en las fachadas públicas (De
Anda, 2006; Guillén, 2004). Según Guillén, esta decisión tuvo con-
secuencias importantes en el desarrollo posterior de la arquitectura
modernista en México, ya que inyectó tradiciones nativas y temas
indígenas a lo vernáculo, tanto en el arte como en la arquitectura.
Aún más relevante fue que restringió el diseño de la construcción al
pensamiento modernista (por ejemplo, enormes paredes de cemento)
y le dio forma a los gustos arquitectónicos de la ola funcionalis-
ta que estaba por llegar. Otro ejemplo de la conexión muralismo-
arquitectura fue que, el mismo Diego Rivera, como director de la
Escuela Central de Artes Plásticas, presionó obstinadamente para
que se incluyeran los diseños utilitarios en el programa de arquitec-
tura (Guillén, 2004). Al abrigo de esta apasionada defensa del tra-
bajo de los arquitectos europeos, surgió un primer grupo de arqui-
tectos modernistas, entre los cuales estaban Juan O’Gorman, Mario
Pani, Juan Segura, Francisco Serrano y Enrique Yáñez. O’Gorman,
fascinado de joven por el Vers une architecture de Le Corbusier, se
volvió un defensor activo del funcionalismo en las décadas de los
veinte y los treinta. Durante un periodo de nueve años, construyó
casas, escuelas, departamentos y edificios, guiado por un compromi-
so con la racionalidad y la eficiencia. En ese tiempo argumentó que
“no debemos olvidar que los hombres son sólo animales racionales,
y proceder por cualquier medio que no sea el de la mayor eficiencia
mediante el mínimo esfuerzo, es proceder irracionalmente” (Moder-
nity and the architecture of Mexico, 1997).15
La vivienda mínima halló a su primer defensor en Juan
Legarreta, arquitecto en ciernes de esa época que centró su trabajo
profesional en la vivienda para las masas. El título de su tesis, “Pro-
yecto para la construcción de vivienda para los trabajadores en su
expresión mínima”, tiene un notable parecido sintáctico con el tema

  N. T.: citas traducidas directamente.


15

65
¿Te vas o te quedas?

general del segundo ciam y muestra que su autor estaba consciente


de las discusiones que se desarrollaban en Europa (Zamorano Villa-
rreal, 2013). El breve periodo que trabajó Legarreta como arquitec-
to en México, fue un parteaguas para el movimiento nacional de
la vivienda. Después de ganar del primer premio en un concurso
para el diseño de la vivienda de los trabajadores, los planos de Lema
Múzquiz se convirtieron en la base para la construcción de algunas
de las primeras unidades de vivienda del gobierno en México, finan-
ciadas, primero, por el gobierno local en la capital y después por el
gobierno federal (De Anda, 2008; Zamorano Villarreal, 2013).
Legarreta diseñó una vivienda unifamiliar de 54 m2, la cual se
tomó como unidad prototipo de vivienda para las colonias Balbuena
y San Jacinto y tiene un gran parecido con las propuestas planteadas
por Ernst May y Walter Lompe, también arquitecto alemán, lo que
ha llevado a algunos conocedores a sugerir que se basó mucho en
sus trabajos (Zamorano Villarreal, 2013). Además, según Zamorano,
el diseño de Legarreta se alineó más estrechamente con los princi-
pios discursivos e ideológicos de los modernistas alemanes que con
los de otras luminarias, como Le Corbusier, según lo evidencia el
hecho de que colocó a las mujeres como las principales administra-
doras de las actividades diarias del hogar, así como su compromiso
con una práctica con conciencia social. Al final, estas formas no fue-
ron adoptadas en el desarrollo último de sus conjuntos residenciales.
La vida de Juan cesó abruptamente en un accidente automovilístico,
antes de que se terminara la construcción de su vivienda mínima, y
el financiamiento gubernamental se orientó hacia otras tipologías
por razones políticas. Sin embargo, sus experimentos en la empresa
tentativa de la oferta estatal de vivienda fueron los primeros en su
clase e influyeron en las siguientes generaciones de planeadores y
diseñadores del país (De Anda, 2008).
A pesar de sus inclinaciones funcionalistas y de su arquitec-
tura racional, sería erróneo ubicar al grupo de mexicanos que pro-
movían la arquitectura internacional en la misma categoría que
los modernistas europeos. Hay diferencias importantes entre la

66
Capítulo II • Historia de la vivienda social en México

arquitectura del “modernismo mexicano” y el mainstream europeo de


esa época. Además de la apropiación de espacios en las paredes para
los murales, se dio una mexicanización del paradigma modernista al
incluir materiales tradicionales de construcción como estuco, adobe
y madera. El uso recurrente de temas indígenas y la preocupación
por la estética no estaban presentes en el modernismo occidental
(Guillén, 2004). Asimismo, los arquitectos mexicanos entendieron
el modernismo como más que un simple proyecto de diseño estético
traído de Europa; tenía la meta más amplia de cumplir con las am-
biciones sociales, políticas y económicas de la Revolución mexicana
(Carranza, 2010; García Canclini, 2005; Guillén, 2004). Aunque en
Estados Unidos la importación del modernismo condujo al urban re-
newal demoledor, que fue la comidilla de críticos como Jane Jacobs,
los primeros experimentos de la ‘vivienda’ modernista en México
tuvieron un éxito relativo. Muchas de las primeras familias que se
mudaron a los barrios de Legarreta prosperaron en esas casas, y por
muchas generaciones posteriores vivieron ahí. El Conjunto Urbano
Presidente Alemán, de Mario Pani, sigue siendo una pieza celebrada
del legado arquitectónico de México, no sólo por su forma sino tam-
bién por el éxito social de la comunidad residente. En esa época la
vivienda mínima no había sido despojada de sus raíces sociales fi-
lantrópicas, para darle rienda suelta a su forma más pura. Se le tenía
que interpretar como una “arquitectura revolucionaria”, que man-
tenía intactos su compromiso con la justicia social y su preocupa-
ción por los grupos marginados, y había que reconciliarla con las
metas para la consolidación del país de las élites políticas e indus-
triales (Davis, 2005, 2014; Guillén, 2004). De hecho, varios agentes
de cambio social usaron el modernismo como plataforma ideológica
para promover sus respectivas agendas.
Sin embargo, conforme se utilizaron cada vez más los prin-
cipios modernistas en México para justificar las políticas de de-
molición urbana y la industrialización nacional, y no en aras de la
redistribución y el avance hacia una sociedad sin clases, surgieron
polémicos debates del valor de su continuidad. La vanguardia de los

67
¿Te vas o te quedas?

arquitectos y artistas de izquierda, que fueron algunos de los pri-


meros exponentes del modernismo internacional, terminó por con-
vertirse en sus más acérrimos críticos. O’Gorman, quien alguna vez
fue aclamado como el más puro de los discípulos mexicanos de Le
Corbusier, se desilusionó tanto por la apropiación del modernismo
arquitectónico para el lucro comercial que abandonó por completo
su práctica, y se dedicó a pintar escenas heroicas y nacionales que
aún pudieran estar al servicio de los objetivos colectivistas de la
Revolución mexicana (Carranza, 2010).
Más allá de expresar las ambiciones revolucionarias, la vivien-
da modernista fue una herramienta política. Desde los primeros
días de la revolución, los líderes políticos prometieron otorgar vi-
viendas para granjearse lealtades políticas de clases sociales que
de otro modo hubieran apoyado la rebelión (Aldrete, 1983; García
Peralta, 2010; Perló Cohen, 1979). En 1921, por ejemplo, el general
Álvaro Obregón asignó 10 millones de pesos a las viviendas de los
trabajadores, para así aliarse con un sindicato influyente. Como
concesión a los profesionistas y burócratas que dirigían el servicio
civil, el régimen de Calles creó un fondo especial para las viviendas
de los empleados estatales incapacitados o retirados (Perló Cohen,
1979). A la larga, estas concesiones fragmentarias se institucionaliza-
ron dentro de la burocracia del Estado mexicano, que manejaba las
redes de financiamiento según las alianzas políticas que quisieran
fomentar los que detentaban el poder. El ofrecimiento de unidades
habitacionales completas, como las propuestas por May, Gropius
y otros en el segundo ciam, era sólo una de más entre una amplia
gama de las “prestaciones” de vivienda que otorgaba el gobierno. Es-
to quería decir que la “prestación” preferida dependía en gran me-
dida de la política nacional vigente que, durante la primera mitad
del siglo xx, dio preferencia a la asistencia para la regularización y
a las rentas por encima de las nuevas construcciones (Davis, 1994).
Por ejemplo, mientras Legarreta diseñaba Lema Múzquiz teniendo a
los trabajadores en mente, los obreros exigían que las colonias obre-
ras informales recibieran estatus legal y conexiones con los servicios

68
Capítulo II • Historia de la vivienda social en México

oficiales por parte del presidente Lázaro Cárdenas, en lugar de casas


terminadas. El presidente Manuel Ávila Camacho, en cambio, puso
las atención del gobierno mexicano en las necesidades de los arren-
datarios y de sus sindicatos en la Ciudad de México, al mismo tiem-
po que fomentó la construcción y regularización de casas propias
(Perló Cohen, 1979).
La fragmentación del aparato de vivienda mexicano, cuyos ves-
tigios persisten hasta la fecha, planteó desafíos en cuanto al tiempo
y la escala de la producción de la vivienda mínima. En primer lugar,
la dependencia del financiamiento de acontecimientos políticos
exógenos proporcionaba pocas garantías de que hubiera un com-
promiso con la inversión sostenida que requería la producción al
estilo del taylorismo. Además, las diferentes prestaciones de vivien-
da ofrecidas por el gobierno mexicano limitaron el volumen de la
producción de una sola tipología lo que evitó que los productores
se beneficiaran de las economías de escala. Este paradigma sólo co-
menzó a cambiar durante la presidencia de Miguel Alemán, cuando
–predeciblemente– la política desempeñó un papel definitivo.

E L DI S E ÑO CO M O PAT RO N ATO: L A CON STRU CCIÓN


D E M U LT I FA M I L I A R E S E N L A CIU DAD DE M ÉXICO
La presidencia de Miguel Alemán, de 1946 a 1952, quedó marcada
por una rigurosa tendencia a favorecer la construcción de casas por
parte del Estado, por encima de la asistencia para la regulación de
tierras o rentas. El legado de esta política son los grandes complejos
de bloques de departamentos, más comúnmente llamados vivienda
multifamiliar colectiva, que suelen mencionarse como distintivos de
la arquitectura modernista en México. Lo anterior motiva dos pre-
guntas: ¿Qué variación en el ambiente político propició este cambio
de paradigma?; y ¿por qué adoptó este paradigma la vivienda estatal?
Si bien en términos absolutos la cantidad de unidades cons-
truidas durante este tiempo es relativamente pequeña, sí representó
un cambio importante en el papel del Estado en cuanto a la oferta

69
¿Te vas o te quedas?

de vivienda.16 La presidencia de Alemán coincidió con un periodo en


que se precipitó el crecimiento demográfico y económico en México,
denominado el milagro mexicano. Además, alrededor de esta época,
se finalizó la consolidación del poder político en la estructura cor-
porativista del Partido de la Revolución, por encima de la oposición
enérgica de los obreros industriales. El alineamiento de estos dos
procesos independientes creó un escenario social plagado de con-
flictos, que finalmente halló cierto alivio en la vivienda.
El financiamiento de la construcción de grandes complejos
residenciales respondió a dos objetivos políticos: reforzar una indus-
tria de la construcción aún incipiente, medida considerada favorable
entre los círculos de empresarios industriales que habían apoyado
el ascenso al poder de Alemán; y proporcionar empleos en la cons-
trucción para trabajadores no calificados que de otra manera hubie-
ran sido reclutados por la oposición al régimen (Davis, 1994; García
Peralta, 2010). Alemán consolidó la efectividad de su gesto hacia el
sector privado al acompañarlo estratégicamente de la entrega de vi-
vienda a sectores clave. Aunque parte del financiamiento se liberó
para la construcción de casas para los trabajadores, los principales
beneficiarios fueron las clases burócratas que trabajaban para el go-
bierno y cuyo sindicato tenía un gran peso político. Al asegurarse el
apoyo de los empresarios industriales urbanos y escindir cualquier
posible alianza entre los distintos sectores trabajadores, Alemán
logró superar cualquier desafío a su autoridad (Davis, 1994; Perló
Cohen, 1979).
Estas observaciones tratan sobre el ambiente político que lle-
vó al surgimiento de la vivienda multifamiliar, pero no explican de
manera adecuada la tipología vertical que ésta adoptó. Después
de todo, si la vivienda era tan sólo una ofrenda para aplacar a las
distintas clases dentro del panorama mexicano, ¿qué importan-
cia tenía la forma? La respuesta a esta pregunta es compleja. En su

De 1947 a 1950, el gobierno otorgó 92 millones de pesos en hipotecas, casi la misma cantidad
16 

otorgada durante los 20 años anteriores (Perló Cohen, 1979).

70
Capítulo II • Historia de la vivienda social en México

libro Vivienda colectiva de la modernidad en México, el arquitecto


Enrique de Anda Alanís examinó este asunto de manera rigurosa
y completa. Según De Anda, se eligió la tipología vertical por dos
razones: por el cálculo económico y por consideraciones de urba-
nística. Para los financiadores del proyecto, especialmente para los
miembros de la burocracia que supervisaron estas construcciones,
las preocupaciones económicas eran, por mucho, las más importan-
tes de las dos. Para ellos no cabía duda de que construir más alto era
la tipología más rentable. Eso les permitiría construir en el centro
de la ciudad y aumentar la cantidad de unidades que podrían caber
en un lote. Además, puesto que la construcción se haría en áreas ya
urbanizadas, los costos asociados con las mejoras a infraestructura
y otros servicios serían limitados. La exasperación expresada por un
administrador respecto a los hogares multifamiliares de Lagarreta
revela estos esfuerzos previos por ofrecer vivienda se consideraron
ineficientes: “[Lagarreta y sus socios] no produjeron más realizacio-
nes efectivas que las 700 casas que fueron construidas por el depar-
tamento del D.F. en el periodo comprendido en los años 1933 a 1946”
(A. Zamora, 1952, en De Anda, 2008). Sin embargo, la tipología
multifamiliar también respondió con eficacia al proyecto político
de Alemán. Como se mencionó antes, la construcción de multifa-
miliares respondió directamente al patrocinio dirigido a las clases
urbanas, las cuales valoraban estos complejos en particular por su
proximidad a la ciudad. Además, no se perdió de vista que cualquier
mejora que resultara de la construcción de las torres aumentaría
de manera indirecta el valor de los terrenos, lo que significó pagos de
dividendos para las élites citadinas, dueñas de las propiedades, que
apoyaron activamente a Alemán.
En cuanto a las consideraciones de diseño, en las mentes de los
arquitectos mexicanos, la lógica de la vivienda vertical mínima iba
en paralelo con la de los arquitectos europeos. Sería difícil exagerar
la influencia del llamado de Gropius a considerar las viviendas verti-
cales como prototipo de la “vivienda mínima” y el Plan Voisin de Le
Corbuisier. De Anda llegó incluso a afirmar que Mario Pani aceptó

71
¿Te vas o te quedas?

las suposiciones de la arquitectura modernista sin realizar un exa-


men crítico. Escribió que “en la forma y el contenido de la respuestas
y soluciones que fue apuntando Pani, hay un mismo tono que a mi
juicio no alcanza a satisfacer pasado el tiempo, lo que quizá se hu-
biera esperado de un arquitecto de tan amplia visión como lo fue él
mismo; en sus respuestas faltaba la firmeza conceptual resultado de
razonamientos a los que se hubiera llegado desplegando la ima-
ginación en la búsqueda de las posibles opciones para la ciudad”
(de Anda, 2008). Esto no quiere decir que no se pensara en el lugar
que la vivienda vertical podría tener al darle forma al paisaje urba-
no. Pani consideró la vivienda vertical como una manera de impe-
dir la autoconstrucción, que desde su punto vista era culpable del
“deplorable” estado de la vivienda en México. No era el único en
compartir esta perspectiva. Entre algunos de los incipientes planea-
dores de la ciudad, la construcción de densas torres residenciales en
el centro ofrecía una ruta para la racionalización de los flujos migra-
torios, se desbordaban hacia la Ciudad de México y los cuales habían
urbanizado la ciudad de manera decididamente descontrolada, im-
predecible y horizontal.
Al final, el viraje del Estado hacia la construcción de vivienda
no transformó el papel de la vivienda en el proceso político. A pesar
del parteaguas que resultó ser la presidencia de Alemán en las polí-
ticas sobre vivienda en México, no se alteró el papel de la vivienda
como un bien comercializable en la relación cliente-patrón del Es-
tado. Si bien aumentó la eficiencia y se amplió la distribución –las
masas tuvieron acceso a la adquisición de vivienda –, al respecto
las políticas siguieron siendo cooptadas para fines políticos. La ex-
pansión del aparato de vivienda moderno no es la excepción.

DE LA I N T ERVENC I Ó N D E L E STA D O
A LAS POLÍ T I C AS FAC I L I TA DO RAS
Después de las secuelas del movimiento estudiantil de 1968 y de
la represión que le siguió, el presidente Luis Echeverría dedicó su
mandato a restablecer la confianza pública y apaciguar a los parti-

72
Capítulo II • Historia de la vivienda social en México

dos perjudicados por su predecesor. Se ha argumentado que el cum-


plimiento formal del “derecho a la vivienda” mediante la creación
de fondos estatales para la vivienda conllevó muchas concesiones
a cambio de paz política (Aldrete, 1983; García Peralta, 2010). Des-
taca en particular la creación del Instituto del Fondo Nacional de la
Vivienda para los Trabajadores (infonavit) en 1972 lo que incluyó
prestaciones de vivienda para un sector que había sido tradicional-
mente excluido: los trabajadores privados. El gobierno dio un paso
poco común al designar un consejo directivo, para el instituto que
incluyó la representación equitativa de los trabajadores organizados,
los patrones y el gobierno, se argumentó que una dirección tripar-
tita garantizaría la distribución equitativa de los recursos. Algunos
consideran que la inclusión de estas nuevas partes, especialmen-
te las organizaciones de trabajadores, fue señal del poder político
recién adquirido por los jefes sindicales (Aldrete, 1983; García
Peralta, 2010). Desde esta interpretación, no es de sorprender que
la asignación de créditos se manejara por medio de un sistema de lo-
terías oscuras que tendían a favorecer a los sindicatos representados
en la junta directiva del instituto hasta su liberalización (Monkko-
nen, 2009). Además, García Peralta sugiere que ser miembro del
consejo directivo representaba para los funcionarios del infonavit
la oportunidad de extraer rentas. Los individuos de los tres sectores
constituyentes de la junta directiva se aprovecharon del aumento
en el flujo de efectivo a partir de la nueva política de vivienda de
México, y crearon empresas de construcción que se beneficiarían
directamente de las actividades del instituto. Vale la pena señalar
que dos de los promotores de vivienda privados más exitosos de
México, Urbi Desarrollos y Casas geo, lograron su prominencia al-
rededor de esta época (Sánchez Corral, 2012).
Sorprendentemente, la incursión del Estado en el ámbito de
la vivienda no condujo de manera inmediata a la adopción genera-
lizada de un solo modelo modernista para la vivienda. Si acaso, el
involucramiento del gobierno diversificó el parque inmobiliario y
la ubicación de las construcciones. A pesar de la ferviente defensa

73
¿Te vas o te quedas?

de los multifamiliares en la Ciudad de México, las agencias inmo-


biliarias se involucraron en la construcción de muchas casas unifa-
miliares, dúplex y triplex, además de torres residenciales en todas
las escalas. En el centro de la ciudad promovieron la construcción de
viviendas verticales con cambio de uso en pequeños lotes, así como
el desarrollo de grandes planes maestros con más de mil casas en
las zonas periféricas (García Peralta y Puebla Cadena, 1998; Puebla
Cadena, 2002). En un estudio realizado por García y Puebla, la can-
tidad de complejos de infonavit construidos en la Ciudad de Méxi-
co, desde la creación de la agencia hasta 1992, nos da una idea de la
proporción con que se construyó cada uno. Según los autores, el
infonavit desarrolló un total de 256 complejos residenciales en esa
época, que sumaban un total de 228,806 hogares. De estos complejos,
198 eran considerados como sitios de desarrollo pequeños, 40 media-
nos y los 18 restantes grandes.17 Durante ese tiempo, la construcción
se dio sobre todo en los grandes complejos (49%), seguida de 28% en
los medianos y 23% en los pequeños. Vale la pena mencionar que en
los primeros años del trabajo del infonavit (1973-1977) la mayor
parte de la construcción de viviendas fue en las grandes áreas de
desarrollo y no en los sitios pequeños, donde se habrían que cons-
truir predominantemente edificios residenciales con viviendas múl-
tiples (García Peralta y Puebla Cadena, 1998). Es escasa la bibliogra-
fía que intente explicar las variadas tipologías y la espacialidad de la
vivienda estatal durante este periodo, pero la inclusión formal del
sector laboral dentro del aparato de vivienda podría dar cuenta
de este cambio. Puesto que los grupos laborales eran heterogéneos,

  En García y Puebla, (1998), los complejos se clasifican de la siguiente manera: pequeños: menos
17

de 1 000 viviendas, medianos: de 1 000 a 3 000 viviendas, y grandes: más de 3 000 viviendas.
En su mayoría, los complejos grandes abarcan desarrollos de planes maestros construidos en la
periferia, que deben funcionar como localidades independientes y suelen incluir distintas clases de
viviendas. Los complejos medianos se construyen en lotes vacíos ubicados en zonas intermedias y
periféricas que ya forman parte del tejido urbano. Estos suelen tener un solo prototipo de vivienda.
Los proyectos chicos se levantan en lotes urbanizados dentro de la ciudad y suelen estar confor-
mados por grupos de multifamiliares verticales.

74
Capítulo II • Historia de la vivienda social en México

fue necesario modificar las concesiones para responder de manera


efectiva a las diferentes necesidades de los trabajadores mexicanos.
Hay que hacer una advertencia respecto de esta afirmación.
Aunque la información anterior parezca sugerir que la oferta de
vivienda se diversificó mediante las políticas del infonavit, también
hubo una marcada tendencia a la estandarización y la racionaliza-
ción de las unidades individuales de vivienda (Boils, 1995), aunada
a la reducción del espacio habitable (Puebla Cadena, 2002; Sánchez
Corral, 2012). En su análisis de 76 prototipos para vivienda, emitidos
por varias agencias inmobiliarias, Boils concluye que:
“Podemos afirmar que los prototipos representan un sugestivo intento
por hacer menos complicada la solución en la vivienda pública. Esto, sin
duda, conlleva elementos positivos, en la medida que facilita las tareas
de formulación […] De igual forma, en los prototipos, subyace la idea de
racionalidad en la concepción y la resolución espacial de la vivienda;
entendido lo racional como resultado lógico, ordenado y en respuesta
a necesidades y condiciones objetivas, o que al menos pretenden serlo.”
(Boils, 1995).

Ofrece ejemplos de las instituciones inmobiliarias que han re-


ciclado prototipos durante décadas, adaptándolos levemente para
responder a la disminución de los espacios; por ejemplo, la compre-
sión de la cocina en una “cocineta” con dimensiones idénticas a las
de la recámara. Argumenta que estas decisiones se tomaron prin-
cipalmente para economizar en las prácticas de construcción, pero
también para simplificar el proceso de reducción.
Predeciblemente, la racionalización del diseño de las unidades
de vivienda social coincide con una racionalización similar de la
asignación de los créditos de vivienda y de las mismas instituciones
inmobiliarias. El Banco Mundial se involucró en la vivienda mexi-
cana a partir de la década de 1970 (García Peralta, 2010; Puebla Ca-
dena, 2002). De hecho, la lógica tras la creación de fondos para pro-
mover el desarrollo de la vivienda a por medio del sector privado se
deriva en gran medida de las pautas creadas por el Banco Mundial.

75
¿Te vas o te quedas?

Con el impulso de los ajustes estructurales y la neoliberalización, el


Banco Mundial comenzó a abogar por la transformación de las agen-
cias vivienderas a escala global, argumentando que un sistema de
facilitación financiera de vivienda sería mucho más eficiente que el
suministro estatal directo. En México, eso significó que la promoto-
ra de vivienda más importante, el infonavit, abandonara la función
de constructora que desempeñó tradicionalmente para dedicarse
por completo a los préstamos, reforma que comenzó con mayor
ímpetu con el Programa Nacional de Vivienda, durante la adminis-
tración de Salinas (Monkkonen, 2009; Puebla Cadena, 2002). Es-
ta transición se describe con mayor detalle en el destacado libro de
Puebla (2002) en el cual argumenta que está situación estuvo mar-
cada por la sustitución del “intervencionismo estatal” a favor de “las
estrategias facilitadoras”.
Con el pretexto de la eficiencia, se entregó la administración
del infonavit a un grupo de especialistas financieros que termina-
ron por transformarlo en un banco hipotecario. La transparencia
se volvió una prioridad, al igual que la predictibilidad de la asigna-
ción de préstamos y la racionalización de cualquier subsidio. En esta
época el gobierno cortejó activamente al sector privado, intentando
convencerlo de que sería rentable construir con estos préstamos y
ofreciendo el relajamiento de las reglas a cambio de su mayor involu-
cramiento. Las reformas continuaron durante el final de esa década y
en los primeros años del nuevo milenio, con y la administración de
Fox. Se eliminaron las barreras para los préstamos y se relajaron
los criterios de elegibilidad, todo ello con el objetivo de aumentar
el número de préstamos. Las reformas funcionaron. Se disparó la
construcción de viviendas por parte de inmobiliarias privadas. El
infonavit pasó de emitir 70,000 préstamos al año a fines de la dé-
cada de 1980, a 100 000 préstamos en 1998, y a más de 420 000
en 2006. La agencia iba por buen camino para cumplir la meta del
gobierno de Fox de otorgar 750,000 préstamos de hipoteca al año a
los mexicanos (Monkkonen, 2009; Zárate, 2001).

76
Capítulo II • Historia de la vivienda social en México

P O L Í T I C AS AC T UA L E S DE V IV IE N DA E N M ÉXICO
Aunque sería difícil establecer una conexión definitiva entre la
vivienda de interés social de hoy y las propuestas de vivienda mí-
nima del segundo ciam,18 es difícil pasar por alto los paralelismos
arquitectónicos e ideológicos entre ambas. Incluso se parecen físi-
camente. Comparemos un típico desarrollo de vivienda en Tijuana,
con los primeros experimentos del desarrollo de viviendas míni-
mas a inicios del siglo xx.
El parecido va más allá de la fachada arquitectónica. Para lo-
grar una construcción de vivienda a gran escala de este tipo, un gru-
po de inmobiliarias frecuentemente denominadas “las tres grandes”
–Casas geo, urbi Residencial y homex– adoptó prácticas de cons-
trucción y ventas salidas directamente del reglamento modernista:
estandarizar, taylorizar y producir en masa. Se le ha denominado “el
modelo maquila de producción de vivienda”, que a principio de la
década de 1970 permitió construir viviendas en un volumen que Le
Corbusier apenas podría haber imaginado (Alegría Olazábal, 2008;
Boils, 2008; Villavicencio Blanco y Durán Contreras, 2003).
“Las tres grandes” tuvieron un éxito sorprendente en lo que
hacían y fueron extremadamente rentables. Antes de la liberaliza-
ción, en realidad no había ningún sector nacional de producción de
vivienda digno de mencionarse. Para 2004, sólo nueve construc-
toras inmobiliarias nacionales operaban en todo el país controla-
ban más de 25% del mercado nacional de la vivienda (Monkkonen,
2009). Su modelo de producción es en esencia el siguiente: primero
se estandarizarán de las dimensiones de los hogares para cumplir
con el espacio mínimo permitido por las leyes municipales, redu-
ciendo el espacio habitacional de su modelo más barato –vivienda
económica– hasta sólo 29 m2 por unidad, y amentando el tamaño

18
  No sería inverosímil pensar que los diseñadores y desarrolladores de vivienda hubieran estado
expuestos a estas ideas. La profesionalización de la arquitectura en México coincide con la pro-
moción del modernismo en la arquitectura por parte de los muralistas. De ahí se desprendería
que los currículos desarrollados en la Ciudad de México se adoptaran en otras partes del país y las
generaciones subsiguientes de diseñadores los estudiarán (Guillén, 2004).

77
¿Te vas o te quedas?

FOTOGRAFÍAS 3. VIVIENDAS MODERNISTAS Y VIVIENDAS FINANCIADAS POR EL


GOBIERNO MEXICANO

Ernst May, Römerstadt, Frankfurt, 1929. Viviendas abandonadas, Tijuana, México,


Fuente: SLUB Dresden / Deutsche 2014. Fuente: Fotografía por el autor.
Fotothek / Paul Wolff).

Walter Gropius, Törten-Dessau, 1928. Casas geo, Valle de las Palmas, Tijuana,
Fuente: Bauhaus-Archiv Berlin. México, 2015.
Fuente: Fotografía por el autor.

Walter Gropius, Törten-Dessau, 1928. Casas geo, Valle de las Palmas, Tijuana,
Fuente: Bauhaus-Archiv Berlin. México, 2015.
Fuente: Fotografía por Mayra Melgar
López.

78
Capítulo II • Historia de la vivienda social en México

a partir de ahí según la capacidad de pago del consumidor. Lue-


go se separaron todos los componentes del proceso de desarrollo
–desde la adquisición de tierras, hasta el reclutamiento de habitan-
tes, pasando por la asignación de créditos– en departamentos hiper
especializados, con personal experto entrenado en tareas asigna-
das. Finalmente, lograron economías de escala mediante la prefa-
bricación de tantos materiales como fuera posible antes de iniciar
la construcción, ensamblando lo menos posible ya en el sitio, lo que
redujo así cualquier costo superfluo de mano de obra y transporte.
Si hubo alguna vez un modelo constructivo que llegara al pináculo
de la producción de una unidad unifamiliar con la menor canti-
dad de dinero posible, fue éste.
Aunque en un principio este proceder se consideró una polí-
tica exitosa, con el paso de tiempo quedaron muy claros los límites
sociales de los desarrollos y su impacto destructivo dentro de la ciu-
dad. Los hogares criminalmente pequeños planteaban en sí mismos
un desafío, el cual se complica a causa de promesas no cumplidas
en cuanto a la oferta de servicios públicos, incluyendo drenaje,
electricidad y escuelas. Además, en su celo por reducir costos, las
inmobiliarias construyeron en zonas periféricas donde el precio de
la tierra es más barato.

T RA DU CC I O NE S DE L A P O LÍTICA DE V IV IE N DA S OCIAL
E N M ÉX I CO
La historia de la vivienda social en México demuestra que las ideo-
logías no son irrelevantes ni carecen de precedentes, en cuanto
a la forma y calidad de las viviendas. A partir de la Revolución, la
vivienda en México se ha vinculado íntimamente con una episte-
mología subyacente, lo que ha tenido implicaciones profundas en
la forma y la relevancia de esa forma para sus habitantes. Éstas se
han presentado como tres “traducciones” con las cuales se ajustaron
las políticas de vivienda, para responder a las idiosincrasias nacio-
nales predominantes.

79
¿Te vas o te quedas?

La primera traducción se manifestó en las aspiraciones socio


humanísticas de la Revolución mexicana, cuyas inquietudes igua-
litarias estuvieron en primer plano para los diseños de vivienda
ofrecidos por los artistas y arquitectos revolucionarios, así como por
los planeadores y funcionarios que trabajaron desde el Estado. La
segunda traducción fue el resultado del papel estratégico desempe-
ñado por los tratos sociohistóricos del Estado mexicano. Fungiendo
como una herramienta importante para impulsar la legitimidad del
Estado o garantizar la lealtad de grupos sociales influyentes, la for-
ma que cobró la vivienda tuvo de por medio, en gran medida, las
exigencias políticas de los tratos particulares entre agentes políticos.
Durante los tiempos de prosperidad económica, cuando el poder
político residía en las élites industriales y la clase media urbana, el
gobierno diseñó sus políticas de vivienda para granjearse su lealtad y
entorpecer las alianzas que pudieran llevar a levantamientos popu-
lares perturbadores. En los tiempos de agitación social generalizada,
el Estado amplió la cobertura de sus prestaciones de vivienda para
apaciguar a las partes marginadas.
La traducción tercera y vigente es única: aunque la eficiencia
económica ha sido siempre una preocupación para la oferta de vi-
vienda, el momento actual representa la primera vez en la historia de
México en que la vivienda mínima se ha traducido exclusivamente
en una narrativa sólo racional sobre la asignación de recursos y
la eficiencia de mercado. La racionalización del aparato mexicano de
vivienda, aunada al surgimiento del neoliberalismo y la adopción
de las pautas de vivienda originadas por el Banco Mundial, ha li-
mitado la asignación de inversiones para vivienda exclusivamente
a los proyectos impulsados por el mercado. Estos cambios han coin-
cidido con la disminución del poder político de los trabajadores
organizados y otros grupos de la sociedad civil, lo que ha ocasionado
la pérdida del papel del mediador que las instituciones de raíz social
desempeñaban al infundirle a las políticas de vivienda una dimen-
sión no económica.

80
Capítulo II • Historia de la vivienda social en México

No cabe duda de que las políticas neoliberales de vivienda


en México han producido viviendas suficientes para albergar a las
masas; produjeron millones de hogares y permitieron que el gobier-
no federal proclamara su éxito al atender la demanda de vivienda.
Desafortunadamente, el volumen no ha conducido a un buen urba-
nismo ni a ciudades sustentables. La uniformidad del paisaje urbano,
el espacio habitacional mínimo que se ofrece, la ubicación periférica,
lo limitado de los servicios y espacios públicos, así como la falta de
oportunidades de empleo han contribuido a la epidemia de abando-
no de hogares que dejó a México con unas de las tasas de vivienda
deshabitada más elevadas en América Latina. Tanto el urbanismo des-
colorido como el aumento en el volumen de viviendas, han sido el
resultado final de las políticas facilitadores que colocaron al sector
privado como protagonista en la construcción de viviendas. Esta pri-
vatización se opone casi diametralmente a la primera “traducción”
de la política de vivienda en México. Al desistir de su papel como
guía en las políticas de vivienda para el sector privado, el Estado
mexicano abandonó el mandato sociohumanitario inherente a las
políticas de vivienda.
La traducción neoliberal de la vivienda mínima ha permitido
al modernismo adoptar su form más pura y funcional, tan carac-
terística de proyectos fallidos como el de Pruitt-Igoe, en Estados
Unidos. Ha dado pie a la proliferación de un modelo de vivienda
estandarizado, que puede producirse en masa en maquilas ensam-
bladoras, y que da a la ciudad un orden que refleja la lógica del sector
privado. Aunque este modelo es ciertamente el más económico para
la producción de objetos que parecen casas, no es ideal para cons-
truir viviendas que cumplan con las necesidades sociales y físicas de
sus habitantes. Es irónico que en una época de eficiencia de mercado,
la calidad de la vivienda sea peor de lo que era cuando prevalecían
la búsqueda de rentas y patrocinios ilimitados. Con todo y sus inefi-
ciencias y oportunidades para la corrupción, el viejo sistema al me-
nos servía de contrapeso efectivo a las consideraciones meramente

81
¿Te vas o te quedas?

económicas. Después de todo, ¿por cuánto tiempo hubiera conser-


vado el Estado el apoyo de sus clientes, si comenzaba a premiar su
lealtad con casas invivibles?
Esto establece el escenario para la crisis moderna de la vivienda
en México y nos da una idea de cuáles son las raíces de los proble-
mas que se enfrentan hoy día. Sin embargo, antes de tratar lo que
esto ha significado para el abandono de vivienda en Tijuana, vale la
pena sumergirse un poco más en la historia, centrándonos esta vez
no sólo en las traducciones de las políticas, sino en la historia de la
urbanización de Tijuana.

82
C A P Í T U L O III

HISTORIA DEL DESARROLLO


URBANO Y LA VIVIENDA
EN TIJUANA

La marcada tendencia hacia la urbanización en México ha planteado


un panorama socioeconómico desafiante, que no ha sido totalmente
comprendido. Más allá de las tensiones que impone la aceleración
urbana a la infraestructura y los servicios, la rápida urbaniza-
ción ejerce presiones ambientales, políticas, económicas y sociales
muy complejas. Entre las consecuencias más destacadas del fenóme-
no de la urbanización está el presente reto de dirigir –hay quienes
dirían planear– el crecimiento urbano de manera productiva y equi-
tativa para sus habitantes. El escaso entendimiento de los procesos
de urbanización se debe, en parte, a que México es grande; hacen fal-
ta soluciones diferentes para las regiones diferentes. Para entender
mejor los problemas específicos de una región quisiera enfocarme en
un caso particular, así que en este capítulo indagaré la historia de la
urbanización y la vivienda en Tijuana.
Elegí examinar de cerca Tijuana porque, al ser una ciudad
fronteriza adyacente a San Diego, las preocupaciones sobre la ur-
banización desmesurada son particularmente prevalecientes. Dado
el elevado porcentaje de asentamientos informales y la proximidad
geográfica con Estados Unidos, la localidad tiene una morfología
única que, como lo han comentado muchos académicos, refleja la

83
¿Te vas o te quedas?

dominación política y económica del vecino del norte. Este docu-


mento procura identificar a los principales actores en el crecimiento
urbano de la ciudad, y formular, mediante esa identificación, algu-
nas hipótesis acerca de las acciones en que debería involucrarse el
gobierno para lograr el objetivo de construir una metrópoli justa.
Este se compone de cuatro partes: una breve historia del desarrollo
urbano y el contexto actual de la informalidad; un panorama
general de la intervención gubernamental en Tijuana; una explo-
ración del papel del sector privado en el desarrollo urbano y un
resumen sobre el estado actual de la urbanización en Tijuana.

F I N A N C I AM I EN TO Y C R EC I M I E NTO U R B A NO S
Se han dado muchas explicaciones acerca de cómo se inició Tijua-
na. Según la leyenda local, la ciudad central se asentó en el rancho
de una persona conocida en el siglo xvi simplemente como la “tía
Juana”. Como suele suceder, con el tiempo su nombre se contrajo
para darle su nombre a la ciudad actual. Otra versión es que lo de
“Tía Juana” proviene de una malinterpretación, por parte de un sa-
cerdote español, de la antigua palabra indígena tiguan, que signi-
fica “cerca del agua” (Rodríguez, 2009). Sea cual fuera el caso, lo
que no está en discusión es que en 1829 don Santiago Argüello, un
californiano adinerado, recibió el título de propiedad del Rancho
Tía Juana del gobernador de ambas Californias. En 1889 ese títu-
lo sirvió como base legal para establecer un asentamiento en esas
tierras (Piñera Ramírez). Según Herzog (1990), la transformación
de Tijuana, de rancho a ciudad, tuvo “una influencia mucho ma-
yor de Estados Unidos que de México”. La decisión del heredero de
Argüello de desarrollar esas tierras se tomó en una época de inten-
sa especulación de tierras en el sur de California y Baja California,
con el uso de capital de origen predominantemente estadounidense.
Impulsadas por el nuevo acceso a California, gracias a la expansión
del ferrocarril, las inversiones estadounidenses fueron responsa-
bles del desarrollo de la industria del algodón en Mexicali y de la
subdivisión de Ensenada. En conformidad con la época, el diseño

84
Capítulo III • Historia del desarrollo urbano y la vivienda en Tijuana

del primer plan urbano de Tijuana se orientó deliberadamente hacia


el norte, con el asentamiento principal adyacente a la frontera inter-
nacional y una oficina de aduana. Esta decisión, tomada sin duda por
razones prácticas, prefiguró la influencia desmedida que tendría la
proximidad con Estados Unidos en la población y el diseño urbano
de Tijuana.
Desde ese momento y hasta el presente, los auges y las quie-
bras de Tijuana se asemejan a lo que Piñera ha denominado una
“historia de rebote”, pues señala que el desarrollo de la ciudad es-
taba estrechamente ligado a lo que sucedía en el sur de California
y Estados Unidos (Zenteno Quintero, 1995). Para dar un ejemplo,
la Ley Volstead de 1919, que dio lugar a la Prohibición en Estados
Unidos, propició sin querer una edad de oro para el turismo en
Tijuana. En tan sólo un día, el 4 de julio de 1920, 65 000 estadouni-
denses y 12 000 autos entraron a una ciudad que contaba con apenas
1 000 habitantes. En cambio, la deportación masiva de mexicanos
durante la Gran Depresión a principios del siglo xx, así como la Ope-
ration Wetback, elevaran la tenencia informal de terrenos a lo largo
de la frontera cuando los trabajadores repatriados, al no tener los
medios para regresar al interior del país, establecieron asentamien-
tos ilegales en la periferia urbana (Ganster, 2008; Martínez, 2006).
No se puede exagerar la relevancia de este último punto en
relación con desarrollo urbano de la ciudad. Atraídas por el crudo
magnetismo de la economía estadounidense, y posteriormente por
el proyecto nacional de industrialización, la población de Tijuana
tuvo un gran aumento a partir de los años treinta. Los 242 habitan-
tes registrados por el censo de 1900 no podrían haberse imagina-
do que para 2010 más de 1.5 millones de personas considerarían el
rancho Tía Juana su hogar (sedesol, 2014; Zenteno Quintero, 1995).
De 1930 a 1990, la población de Tijuana aumentó por un factor de
66 –de 11 271 a 742 686 personas–, con tasas de crecimiento muni-
cipal que con frecuencia rebasaban 9%. En contraste, la población
nacional sólo se quintuplicó durante ese mismo periodo (Zenteno
Quintero, 1995).

85
¿Te vas o te quedas?

Este crecimiento desmedido ha tenido implicaciones espacia-


les importantes para el municipio. Históricamente, más de la mitad
de la urbanización de la ciudad se ha dado de manera irregular en
colonias populares (Monkkonen, 2008). La mayoría de las colonias
las crearon de manera espontánea migrantes de bajos recursos del
interior de país que no podían pagar los costos elevados de las zonas
con servicios en Tijuana. Buscaban tierras en los sitios menos de-
seables, en los cañones y a lo largo de las colinas, donde era posible
invadir tierras sin ser desafiados y podían establecer la propiedad
sobre ellas. Según Herzog, geográficamente los asentamientos esta-
ban ubicados en tres zonas generales:
(1) Al sudeste, a lo largo de la carretera a Tecate, inicialmente en la zona
de La Mesa, y después en las colonias aledañas y periféricas; (2) en las
colinas y cañones al sudeste del distrito financiero del centro –ahí fue
donde surgió una gran proporción de las comunidades irregulares más
pobres de la ciudad–; y (3) a lo largo de la costa en la zona de playas.

Al publicarse su libro en 1990, Herzog calculó que la pobla-


ción irregular oscilaba entre 38 y 42.5% de la población total de
Tijuana y ocupaba la cuarta parte del total del espacio urbano. Según
una cifra más actual, los asentamientos informales abarcan 57% del
área urbana (Rodríguez, 2009) y sus habitantes constituyen 64%
del total de la población municipal (Alegría, Ordóñez y Álvarez,
2008). El gobierno ha tenido que desarrollar su aparato de planea-
ción en este contexto de “irregularidad”, cuyo tema exploraremos en
la siguiente sección.

L A A PAT Í A F ED E RA L Y S U S I NT E R E S E S /C I C LOS
Decir que la informalidad ha desempeñado un papel fundamental en
la morfología de Tijuana no equivale a decir que el gobierno mexi-
cano no ha tenido ningún papel en él. De hecho, siempre ha habido
funcionarios del Estado mexicano involucrados en el desarrollo de la
ciudad, pero sólo de ciertos niveles del gobierno. Aquí es importante
distinguir los tres niveles de gobierno del Estado mexicano: el fede-

86
Capítulo III • Historia del desarrollo urbano y la vivienda en Tijuana

ral, el estatal (entidad federativa) y el municipal. Históricamente,


tanto en Tijuana como en todo México, el actor más importante de
estos tres ha sido el gobierno federal, con los actores locales cobran-
do un papel más predominante posteriormente.
El sistema político mexicano se caracteriza por la centraliza-
ción de su poder a escala nacional. En consecuencia, los programas
de infraestructura implementados en la ciudad, en su mayoría se
han decidido con base en la disponibilidad de financiamiento y
el interés de la capital. Desgraciadamente, esto con frecuencia ha
significado que los programas de infraestructura se encaminen al
cumplimiento de metas nacionales, en vez de al mejoramiento de
la calidad de vida al nivel local. Además, las mejoras se han imple-
mentado de manera asimétrica en áreas consideradas de mayor
importancia estratégica, lo que se manifiesta en proyectos poco
frecuentes de gran escala, en lugar de mejoras pequeñas y más con-
tinuas a los sistemas de alcantarillado o luz (Herzog, 1990). A conti-
nuación presento algunos ejemplos para ilustrar esto.
Una intervención federal durante la infancia de Baja California
tuvo que ver con las políticas de expropiación del presidente Lázaro
Cárdenas. Para 1937, el gobierno mexicano había comprado más de
19 000 hectáreas a una empresa estadounidense llamada Colorado
River Land Company, para el beneficio de unas 4 500 familias. A
pesar de las heroicas representaciones de Cárdenas como hombre del
pueblo, el historiador fronterizo Óscar Martínez argumenta que ese
tipo de concesiones de tierras tenía un propósito práctico. Cárdenas
deseaba poblar la frontera del norte para salvaguardarla contra las
expediciones obstruccionistas de personas como William Walker
(Martínez, 2006).
Herzog da el ejemplo del Programa Nacional de Frontera
(Pronaf) de 1965, que buscaba embellecer las ciudades y sentar las
bases para el futuro crecimiento económico a lo largo de la fronte-
ra. Vale la pena mencionar que este programa coincide con el apo-
geo del “milagro mexicano”, un periodo histórico en que se vio un
crecimiento económico estratosférico, vinculado con la industriali-

87
¿Te vas o te quedas?

zación por sustitución de importaciones. En Tijuana, por su ubica-


ción estratégica y cercanía con Estados Unidos, esto significó que se
daría prioridad a los proyectos que tuvieran que ver con el comercio,
la industrialización o el turismo. Las mejoras a la circulación se rea-
lizaron en las áreas de la ciudad donde se llevaban a cabo este tipo de
actividades, como Centro Viejo, Zona Río, Mesa de Otay y Playas
de Tijuana. Además, éstas implicaban una importante inversión en
infraestructura, vinculada con las maquiladoras en el parque in-
dustrial de Mesa de Otay. Esto ocurrió al tiempo que se construía
un nuevo puerto de entrada hecho a la medida específicamente de
esta sección de la ciudad, y se expandía el puerto de entrada de San
Ysidro (Herzog, 1990; Piñera Ramírez y Rivera Delgado, 2012).
Es imposible terminar esta exposición sin mencionar el mayor
proyecto estatal de esa época en Baja California: la canalización de
Zona del Río. Esta franja de tierra, ubicada en el corazón de Tijuana,
actualmente es el distrito empresarial y gubernamental de la ciudad.
También se ubica un lujoso centro comercial. Antes del proyecto,
era una planicie aluvial que muchos consideraban inutilizable, sin
embargo albergaba un asentamiento informal conocido por la gente
local como Cartolandia.19 El proyecto data de la administración
de López Mateos, propuso la instalación de un sistema de canales de
concreto a lo largo del río Tijuana para liberar bienes inmobilia-
rios de primera ubicados cerca del centro. Las obras se iniciaron en
julio de 1972 y el espacio liberado se destinó a los usos turísticos,
administrativos y comerciales que hoy lo caracterizan.
Este proyecto sigue siendo un tema controvertido en Tijua-
na. Fue necesario hacer una inversión multimillonaria en el cen-
tro de la ciudad en una época en que tan sólo 40% de la población
de Tijuana tenía acceso al agua potable. También fue necesario
el desplazamiento –brutal, según muchas versiones– de unas 5 000
familias a la periferia urbana, muchas de las cuales nunca recibie-

  Cartolandia por los materiales de mala calidad y reutilizados que los habitantes usaron para
19

construir sus casas.

88
Capítulo III • Historia del desarrollo urbano y la vivienda en Tijuana

ron una compensación apropiada (Herzog, 1985, 1990; Klagsbrunn,


1988; Valenzuela Arce, 1987, 1988). Éste podría considerarse el pro-
totipo de los proyectos que creyó necesarios el gobierno federal: a
gran escala, con ubicación estratégica y vinculados con objetivos
nacionales. Más importante aún, nos da una idea de lo que el gobier-
no federal estimaba prioritario para la ciudad y plantea la interro-
gante de si las instituciones locales hubieran tenido la misma idea.
La respuesta corta es sí. En ese tiempo, el gobernador de Baja
California tenía una relación estrecha con el presidente Luis Eche-
verría y abogó con éxito por proyectos que beneficiarían al Estado
(Piñera Ramírez y Rivera Delgado, 2012). Sin embargo, quizá la me-
jor respuesta es que probablemente no importaba, especialmente en
el ámbito municipal. En un marcado contraste con sus equivalentes
del orden federal, los funcionares estatales y municipales tenían muy
poca autoridad para implementar y manejar el desarrollo urbano
del país. Ello se reflejó muy bien en las respectivas asignaciones
presupuestarias de toda la federación, en 1975. En ese tiempo al go-
bierno federal se le asignó la mayor parte, con un presupuesto que
representaba 86% de todos los recursos públicos de la nación. El resto
fue repartido entre los estados y municipios, a los que se les asignó
12% y 2% respectivamente (Herzog, 1990).
Otro factor sumado a las limitaciones financieras de los acto-
res en Baja California fue la relativa juventud de las unidades admi-
nistrativas durante los periodos de mayor crecimiento urbano. No
fue hasta 1952 cuando Baja California se volvió un estado oficial –el
penúltimo estado en unirse a la república–; Tijuana se organizó
como municipio hasta 1954. Con anterioridad era nombrado terri-
torio y oficialmente se conocía como el Territorio Norte de Baja
California, por lo que era gobernado desde la Ciudad de México
(Genel, 2013; Piñera Ramírez y Rivera Delgado, 2012). Ante la falta
de experiencia y de suficiente capital humano, los registros de polí-
ticas urbanas municipales anteriores a 1970 son escasos, y fue hasta
1984 que se creó el primer plan maestro para Tijuana (Herzog, 1990;
Klagsbrunn, 1988).

89
¿Te vas o te quedas?

Quizá otro indicador de la capacidad limitada del gobierno


municipal para afectar el cambio urbano es la reducida cantidad que
se gastó en la infraestructura pública durante el periodo de la cana-
lización de Zona Río. De 1978 a 1982, por ejemplo, Herzog señala
que se gastó tan sólo 15% de un presupuesto de 3.2 mil millones de
pesos en mejoras al alcantarillado, mientras que se asignó más de la
mitad a la construcción de carreteras y a los grandes megaproyec-
tos, como los promovidos por el Pronaf. Sin embargo, es necesario
desarrollar más esta hipótesis, ya que el gasto asimétrico bien puede
ser un indicador de las preferencias en cuanto a gastos de los muni-
cipios, más que un indicador de poder.
Para terminar esta sección, quiero aclarar dónde nos deja es-
to, y agregar una complicación adicional. Tijuana tuvo un periodo
de crecimiento urbano claramente dirigido por el gobierno federal
mediante mejoras de infraestructura a gran escala, con el objetivo de
promover las metas nacionales. Sus nuevos gobiernos municipales y
estatales tenían medios limitados para implementar cualquiera de
sus ideas propias. Me he abstenido de hacer referencia a la tempo-
ralidad del interés federal en la ciudad, puesto que no ha sido cons-
tante. Hay gran cantidad de bibliografía en la que se documentan
las fluctuaciones del interés y la apatía capitalina en las tierras de la
frontera.20 Tijuana no es la excepción. En los periodos de apatía fede-
ral, Tijuana se queda vulnerable, con gobiernos estatales y municipa-
les débiles y susceptibles de explotación. Tristemente, esta debilidad
del gobierno se ha utilizado para promover de agendas personales.

EL D ESAR ROLLO U R BA NO P R I VA D O :
L A AUTOCON ST RU CC I Ó N Y E L L AT I FU ND I S M O U R B AN O
No hay mejor relato para ejemplificar la incapacidad municipal
en Baja California y para ilustrar la influencia de agentes privados
en Tijuana –muchos de ellos grandes propietarios– que la situación
de icsa en los años sesenta. icsa era una empresa de bienes raíces,

  Véase Martínez (2006).


20

90
Capítulo III • Historia del desarrollo urbano y la vivienda en Tijuana

con sede en la Ciudad de México formada por personas cercanas al


expresidente Miguel Alemán. En 1960, lograron obtener un título de
propiedad heredado por Alejandro Argüello, descendiente del dueño
original de las tierras del rancho Tía Juana. Aprovechándose de la
poca solidez de los cimientos legales de propiedad en la ciudad,21 icsa
argumentó, con éxito, que su adquisición le daba derechos sobre las
10 533 hectáreas del rancho Tía Juana, que en ese tiempo abarcaba
toda la ciudad de Tijuana. Se presentaron demandas legales y al final
el caso fue llevado ante la Suprema Corte de Justicia en la Ciudad de
México, la cual, en 1963, emitió un fallo a favor de icsa y ordenó la
entrega inmediata de las propiedades a la inmobiliaria, con excep-
ción de las oficinas y edificios públicos construidos antes de 1960.
Todo lo demás, incluyendo los edificios nuevos, ahora era propiedad
de icsa (Piñera Ramírez y Rivera Delgado, 2012).
La adquisición tuvo efectos inmediatos en la vida en la ciudad.
Citando la incertidumbre sobre la tenencia de la tierra, por un tiem-
po cesaron todas las construcciones y los préstamos en la ciudad, y se
organizaron muchos grupos ciudadanos para oponerse a la compra.
Además, esta increíble adquisición de toda una ciudad por parte de
una entidad privada tuvo una vida sorprendentemente larga. Tras
cinco años de batallas legales, el gobierno de Baja California expro-
pió los derechos de Santiago Argüello en 1965. Sin embargo, a pesar
de sus acciones, el tema permaneció sumido en disputas legales du-
rante una década más. Por ejemplo, un importante club campestre
se vio obligado a entregar sus tierras e instalaciones a la inmobiliaria
en 1971. Finalmente, el asunto de icsa sólo se resolvió mediante la in-
tervención del presidente Echeverría, quien negoció un acuerdo con
la inmobiliaria recibió una compensación de 42 millones de pesos a
cambio de renunciar a su reclamo de las escrituras (Piñera Ramírez
y Rivera Delgado, 2012).

 El presidente Emilio Portes Gil rescindió, en 1929, el reconocimiento de la propiedad a los
21

Argüello, pero después, en 1939, Lázaro Cárdenas les restituyó sus derechos sobre la propiedad.
Posteriormente, otro presidente –Abelardo L. Rodríguez– donó a un club campestre una gran
parcela de su propiedad (Piñera Ramírez y Rivera Delgado, 2012).

91
¿Te vas o te quedas?

Este caso podría parecer extraordinario, pero es de hecho bas-


tante representativo de la manera en que se llevaban a cabo los ne-
gocios en Tijuana. Debido a la presencia intermitente del gobierno
federal y a la incapacidad de las agencias locales para hacer valer los
reglamentos, otras partes actuaron según sus propios intereses con
muy pocas limitantes. Esto se manifestó de dos maneras en forma de
construcciones: el desarrollo de extensas porciones del territorio por
parte de empresas inmobiliarias, como intentó hacer icsa, y las mi-
croconstrucciones por parte de ocupantes urbanos en varias zonas
de la ciudad.
Hay abundantes ejemplos del primer hecho, con grandes pro-
pietarios de tierras que operaban dentro y fuera de los límites del
aparato estatal formal. La construcción de Playas de Tijuana, un ba-
rrio de clase alta cerca de la costa, lo inició una inmobiliaria (Genel,
2013), y había sospechas de que el proyecto de canalización de
Zona Río y la posterior expropiación de la franja costera, en Rosa-
rito, fueron realizadas a instancias de inmobiliarias (Herzog, 1990;
Hiernaux Nicolas, 1986). Esto es lo que Lossak denomina “latifun-
dismo urbano”, al señalar que en 1982 más de las dos terceras partes
de Tijuana eran propiedad privada, en su mayoría de unas cuantas
familias influyentes. En entrevista un representante de la ciudad,
que le ofreció una reflexión sobre los mecanismos informales que
usaron estos terratenientes para evadir los reglamentos de la ciudad
y dictar la urbanización en sus propios términos, relata:
"Ha habido personas que han sido propietarias de grandes extensiones
de terreno que no tenían un valor definido, urbanísticamente hablando,
entonces, se aprovecharon de algunos líderes políticos y les decían:
–¿Por qué no les regalas tierras a tus representados?
–Pues sí, cómo no. ¿Dónde?
–Vente, yo tengo unos terrenitos por acá en la ladera.
Entonces comenzó a asentarse gente en los terrenos regalados,
pero eso comenzó a dar valor a los terrenos del señor en las partes pla-
nas, que sabía que iba a subir la plusvalía. Esto siguió así, en la ciudad,
durante varios años, lo que permitió asentamientos muy irregulares sin

92
Capítulo III • Historia del desarrollo urbano y la vivienda en Tijuana

servicios. El gobierno no podía exigirles aportes a los propietarios, ya que


los terrenos eran regalados. Esto produjo una anarquía urbana espanto-
sa… Los propietarios, entonces, movieron a los líderes políticos para que
éstos exigieran al gobierno la introducción de servicios, y el gobierno
entra en acción para proporcionarles energía eléctrica, después agua y
drenaje. Así entonces, él que había regalado esos terrenos en las parcelas
ya tenía los servicios cerca, y le resultaba mucho más barato contratar
los servicios para urbanizar los terrenos que todavía quería vender".
Entrevista con Enrique Cobian, delegado político de la Mesa de
Otay, 1984; tomada de Lossak (1988).

Además, la concentración de las tierras en manos de unos


cuantos propietarios les daría a éstos una gran influencia sobre la
agenda urbana en el contexto del Estado corporativista mexicano.
Algunos han argumentado que el Partido Revolucionario Institu-
cional (pri) sólo era capaz de granjearse apoyo político en las ciuda-
des mexicanas a cambio de tierras urbanas y la oferta de servicios
(Monkkonen, 2012). Si esto es verdad, entonces los dueños de las
propiedades tendrían una influencia tremenda sobre los líderes po-
líticos locales, al ser propietarios del territorio municipal. Podría
argumentarse que en Tijuana los terratenientes siempre han tenido
la llave al poder político: para tener acceso a la tierra era necesa-
rio obtener patrocinio político.
Otra faceta de la influencia privada en los procesos de urbani-
zación en Tijuana proviene no sólo de las élites propietarias de tie-
rras, sino del conjunto de acciones realizadas por la gran cantidad
de ocupantes irregulares que le han dado forma al paisaje urbano.
Los miembros de estas colonias populares encarnan perfectamente
una actitud descrita en Morelia como el “modernizador popular”, el
perfil de los habitantes urbanos que, ante la escasez, intentan mo-
dernizar su medio ambiente para asegurar su propia supervivencia
material (Jiménez, 2012). Esto representó “un rechazo abierto de las
alternativas de vivienda, los mecanismos de control del Estado y
las manipulaciones que se esforzaron por imponerles” (Valenzuela

93
¿Te vas o te quedas?

Arce, 1987) (N. de la T: Cita traducida). Esto se aplica especialmen-


te a Tijuana, dada la tibieza histórica de las inversiones en vivienda
pública en la ciudad. México históricamente ha tenido una enérgica
promoción del desarrollo de la vivienda pública. Entre 1980 y 1990,
45% de todas las unidades de vivienda construidas a escala nacional
fue el resultado de programas financiados por el gobierno. Sin em-
bargo, Tijuana nunca fue uno de los destinos preferidos para estas
inversiones, ya que las casas financiadas por el sector público sólo
dan cuenta de 8% del total de construcciones (Rodríguez, 2009).
La actividad del infonavit en Tijuana es un excelente ejemplo de esta
negligencia. Para 1984, 12 años antes de que infonavit tuviera pre-
sencia en Tijuana, apenas se había construido 9 232 unidades. Según
las predicciones de los especialistas, en tan sólo ese año la demanda
de nueva vivienda rebasaría, al menos, las 10 000 unidades. Ade-
más, de las más de 25 000 solicitudes de crédito que recibió la agen-
cia durante este año, sólo se aprobaron 1 700 (Klagsbrunn, 1988).
A pesar de las tasas de crecimiento astronómicas en la ciudad, du-
rante el “milagro mexicano” y la construcción del canal de Zona Río,
sólo 6.7% de los gastos de todos los niveles de gobierno se destinaron
a la vivienda pública (Hiernaux Nicolas, 1986). Por ello, la única op-
ción realmente viable para la construir de vivienda en Tijuana es
la que la caracteriza hasta hoy día: la vivienda de autoconstrucción
y progresiva.

TI J UAN A HOY: PA NO RA M A DE A B A ND O NO
E I N FOR MALI DA D
Después de la creación del primer plan maestro de Tijuana, el apara-
to de planeación del municipio se fue haciendo más sofisticado. Para
complementar los esfuerzos federales de regularización emprendi-
dos por la Corett, en 1990 Baja California creó su propia agencia
estatal de regularización (Corette). No mucho tiempo después, el
ayuntamiento de Tijuana también creó su propia agencia de regula-
rización y fundó el Implan bajo el liderazgo del alcalde José Guada-
lupe Osuna Millán (Piñera Ramírez y Rivera Delgado, 2012). Desde

94
Capítulo III • Historia del desarrollo urbano y la vivienda en Tijuana

entonces, el Implan ha desempeñado un papel fundamental en


el desarrollo de varios planes maestros para la ciudad; siendo el
más reciente es el Plan Municipal de Desarrollo 2014-2016. En 2012,
a escala estatal y municipal, habían tres agencias encargadas de re-
gular las tierras: Fimt, Produtsa, e indivi, que se creó en 2008 tras
la fusión de la Corette y el Inett (Monkkonen, 2012).
Sin embargo, las innovaciones burocráticas no necesariamen-
te se han traducido en mejores resultados urbanos. En su análisis,
Monkkonen concluye que las agencias de regularización “no están
bien diseñadas en términos de las dos metas generalmente recono-
cidas de los programas de titulación de tierras: eficiencia en el mer-
cado de la tenencia e integración económica de los barrios bajos y de
sus habitantes” (Monkkonen, 2012) [N. de la T.: Traducción directa].
Monkkonen sugiere que lo más probable es que el diseño de estas
agencias, así como la naturaleza redundante de su mandato, sean
consecuencias del patronazgo político que resultó tras la elección
en 1989 del primer gobernador de México que no era del pri.
De manera similar, el contenido de algunos planos urbanos
locales revela esto, ya por falta de información ya por un total des-
apego de la realidad por parte del gobierno. Por ejemplo, si bien en
el Programa Sectorial de Vivienda del Estado de Baja California
2008-2013 se reconocen la informalidad y la falta de datos oficia-
les sobre el asunto, aún así el gobierno intentó cuantificar unidades
de vivienda que podían considerarse informales. Las cifras obteni-
das estaban tan lejos del consenso académico que podría acusárse-
les de ser deliberadamente engañosas.22 Esto señala un problema
más grande sobre la disponibilidad de datos en Tijuana. Es común
que las diferentes agencias del gobierno aporten cifras contradic-

22
  En el informe correspondiente comparan la cantidad de construcciones registradas oficialmente
con la cantidad de construcciones irregulares identificadas por indivi, la agencia a cargo de la
política de vivienda del estado. Para 2008 indivi sólo había identificado 107 607 construc-
ciones irregulares en todo el estado de Baja California, de las cuales la tercera parte estaba en
Tijuana. Según este cálculo, sólo 6% de las construcciones en Tijuana se considerarían irregulares
(indivi, 2008).

95
¿Te vas o te quedas?

torias. Además, no todos los datos están disponibles: hoy en día el


catastro tiene registradas 360 000 propiedades, pero se calcula que
le faltan al menos 150 000 (Rodríguez, 2009).
También hay pruebas que sugieren que las grandes entidades
privadas aún tienen capacidad para dictar la agenda urbana. Una
entrevista con una agencia de regularización en Tijuana mostró que
al día de hoy es muy común que los dueños de tierras trabajen desde
la lógica de “desarrolla primero, pide permiso después”, lo que signi-
fica que primero venden sus lotes de manera ilegal, luego urbanizan
y procuran regularizar sus propiedades (Monkkonen, 2012). De esta
manera, navegan sobre la burocracia de su elección, eludiendo los
reglamentos zonales y las cuotas de permiso aunadas a los mismos
que les impondría la ciudad, optando en lugar de ello por los servi-
cios ofrecidos por las agencias de regularización como Inett y Corett
(Monkkonen, 2012). Asimismo, según un análisis de la distribución
de los créditos del infonavit para la construcción de vivienda social,
el financiamiento de estos proyectos se concentra en las manos de
unas cuantas inmobiliarias. En el periodo 2006-2014, nueve inmo-
biliarias realizaron 77% de todas las construcciones del infonavit
en la ciudad, y sólo dos de ellas –geo y Urbi Desarrollos– daban
cuenta de más de 47% del total de las construcciones.23

L A SUB OR D I N AC I Ó N D E L E STA D O A LO P R IVA DO: L A HISTOR IA


DE L C R EC I MI ENTO U R BA NO E N T I J UA NA
Las evidencias sugieren que en Tijuana el desarrollo urbano lo
han llevado a cabo principalmente actores privados, tanto grandes
terratenientes como asentamientos humanos resultantes de una ex-
plosión demográfica. El gobierno federal ha tenido intervenciones
importantes, no obstante éstas intervenciones sólo han ocurrido
cuando coinciden con las agendas nacionales. La consecuencia de
esto son proyectos a gran escala que ofrecen beneficios asimétricos
a los habitantes de Tijuana, en lo social y en lo espacial. Además, el

  Esta información deriva del análisis sobre datos del ruv.


23

96
Capítulo III • Historia del desarrollo urbano y la vivienda en Tijuana

CUADRO 3. CONSTRUCCIÓN DE VIVIENDA POR DESARROLLADOR EN TIJUANA


(2006-2014)
Desarrollador Vivienda construida %

Monto total 113 396 100%

1 Urbi Desarrollos 36 707 32%

2 Casas geo 16 652 15%

3 Grupo Ruba 6 301 6%

4 Homex 6 033 5%

5 Casas ara 5 871 5%

6 ica Residencial 4 765 4%

7 Grupo Melo 4 291 4%

8 Ke Casas 3 794 3%

9 Frasa Desarrollos 3 163 3%

10 Otros 25 819 23%

Fuente: Elaboración propia con base en trabajo de campo y el ruv 2006-2014.

gobierno federal ha actuado de manera discontinua en la ciudad,


dejando al gobierno estatal y algunos de los gobiernos municipa-
les débiles y vulnerables a la explotación por parte del sector priva-
do, durante los periodos de ausencia federal. Últimamente, se han
hecho reformas que buscan empoderar a los gobiernos locales para
que tomen las riendas de la administración urbana. Según las últi-
mas investigaciones, éstos aún no han logrado insertarse en la admi-
nistración de la ciudad.
En consecuencia, la vivienda en Tijuana se ha producido en
gran medida de manera progresiva e informal, lo que ha devenido
en una distribución increíblemente diversa, complicada y conflicti-
va de los patrones de uso del suelo por toda la ciudad, con una direc-
ción o regulación estatal en términos prácticos nula. Desde antes de
la Revolución, a todas luces el gobierno ha estado ausente en cuanto
a la construcción de vivienda en Tijuana, lo que ha conducido a que
las viviendas se construyan de la misma manera que el resto de la
ciudad: informal y progresivamente. Sin embargo, el aparente “caos”

97
¿Te vas o te quedas?

de la vivienda cambió en esencia durante el surgimiento de la tercera


traducción de la política de vivienda social, al volverse Baja Califor-
nia y la región del norte los destinos preferidos para la construcción
de viviendas financiadas por el gobierno (bbva, 2011; Monkkonen,
2009). Esto ha creado un tejido urbano que alterna entre los barrios
irregulares y los fraccionamientos planeados, cuya ubicación se pue-
de ver en los mapas del capítulo uno. Las cifras ilustran la magni-
tud de este cambio. De 1973 a 1984, infonavit construyó menos de
10 000 casas en Tijuana. Comparémoslo con la construcción en esta
última fase, un periodo más o menos igual: de 2006 a 2014 el gobierno
financió y construyó 110,000 casas nuevas. Esta última traducción
en la política de vivienda, acompañada de la vivienda financiada
por el gobierno, también ha venido de la mano de un fenómeno
bastante nuevo en la ciudad: el abandono de viviendas.
Actualmente, dada la secuencia de sucesos que acabo de presen-
tar, no es difícil entender por qué tantas personas se han apresura-
do a señalar al gobierno como la razón principal del aumento en el
abandono de viviendas. Sin embargo, como se mencionó, ésta no es
la única razón, ya que el financiamiento del gobierno por sí mismo
difícilmente explica el fenómeno. Así que para indagar más a deta-
lle sobre las causas de la variación intraurbana en el abandono de
viviendas en Tijuana, utilicé una combinación de métodos de inves-
tigación. Ése es el tema del siguiente capítulo.

98
C A P Í T U L O IV

LA DISTANCIA Y LA CORRECCIÓN:
LA VALIDACIÓN DE LAS
EXPLICACIONES LOCALES
DEL ABANDONO
DE VIVIENDA
En este capítulo se examinan los resultados del presente estudio en
tres secciones. En la primera se detalla el marco conceptual de la
investigación y la metodología usada. En la segunda sección se ex-
ploran las narrativas sobre el abandono de vivienda en los alrededo-
res de Tijuana, con base en la “escala de acción”, la escala territorial
en la cual trabaja el entrevistado, y el locus de análisis, el grado de
separación respecto a los derechohabientes, puntos que considero
centrales para entender la variación explicativa del abandono de vi-
vienda en Tijuana. Conjuntamente, estos dos aspectos componen la
conceptualización de distancia. En la tercera sección del capítulo se
complementa la discusión de los datos cualitativos con un examen
del análisis cuantitativo, con base en los resultados del modelo mco.
El examen de los resultados cuantitativos destaca la importancia de
analizar áreas pequeñas (por ejemplo, un barrio o colonia) no sólo
para identificar y caracterizar el abandono de la vivienda, sino tam-
bién para realizar una planeación más íntegra.

M ETO DO LO G Í A
En resumen, esta investigación incluye un estudio de caso que se hizo
en la ciudad fronteriza de Tijuana, y se complementó con una regre-
sión multivariable sobre las variables vinculadas con el abandono,
incluyendo aquellas identificadas en la revisión bibliográfica. A fin

99
¿Te vas o te quedas?

de cuentas, el objetivo de mi propuesta era incrementar la densidad


causal, aunque de forma más general la pregunta de investigación
era indagar sobre la variación explicativa del abandono de vivienda
por agentes claves. Siendo más precisos, esta tesis responde a dos pre-
guntas que, a pesar de su estrecha relación, son distintas. La primera
es de ¿a qué se debe la variación de las explicaciones del abandono de
vivienda, y la segunda es: si tiene validez la variedad local. Aquí, la
triangulación no se dirige con exactitud al mismo objeto de inves-
tigación, sino a objetos que están íntimamente relacionados, en este
caso, la evaluación de un problema y las condiciones objetivas de esa
formulación del problema. Usando el esquema clasificatorio de
las tendencias de los estudios con métodos mixtos, propuesto por el
sociólogo Mario Small (2011), esta tesis sería una investigación basa-
da en la recolección mixta de datos (mixed data collection), que es no
anidada (non-nested), ni secuencial (sequential) ni complementaria
(complementary).
Aclarado lo anterior, los métodos empleados en el estudio res-
ponden a diferentes necesidades empíricas y, por lo tanto, tienen
un propósito diferente en relación con la pregunta mayor. En este
marco metodológico, el trabajo cualitativo, incluyendo las entre-
vistas detalladas, las visitas a los vecindarios, la observación par-
ticipante y la revisión hemerográfica, tiene como meta descubrir
el rango de narrativas que explicaría el abandono de viviendas y
la creación de un esquema capaz de ofrecer una interpretación del
porqué se dan estas variaciones. Ya creado este esquema, el trabajo
cuantitativo hace un acercamiento estadístico a un grupo de expli-
caciones que, por diversas razones, se han desatendido. Finalmente,
la modelación estadística sirve para complementar el entendimiento
cuantitativo, utilizando una herramienta de uso frecuente entre los
estudiosos de la vivienda para evaluar explicaciones cuya deriva-
ción es sumamente local. A continuación incluyo un mapa concep-
tual de mi metodología, así como una descripción más detallada de
la metodología cuantitativa y la cualitativa.

100
Capítulo IV • La distancia y la corrección

FIGURA 2. MARCO CONCEPTUAL DE LA INVESTIGACIÓN

Cualitativo Cuantitativo

Variables
Entrevistas
a profundidad Financiamiento Características
Esquema interpretativo de Gobierno sociales
Visitas
a vecindarios Hascinamiento Migración
Regresión
Discusión
Observación Servicios Educación MCO

participe Ubicación Transporte


Explicación local
Revisión Empleo Calidad
hemerográfica

Recolección Análisis Recolección Análisis

Fuente: Elaboración propia.

T RA B A J O C UA L I TAT I VO
El componente cualitativo de esta tesis consistió en entrevistas se-
miestructuradas, visitas de sitio y la observación de organizaciones.
El trabajo de campo se realizó en dos ocasiones, en enero de 2015
y junio de 2016, a lo largo de siete semanas. Si bien las visitas a los
sitios y las organizaciones fueron importantes para formular el com-
ponente cualitativo del análisis, las entrevistas con actores clave en
el tema de la vivienda, así como, expertos locales son el baluarte de
este análisis cualitativo. Durante la recolección de datos se aplicaron
un total de 29 entrevistas semiestructuradas. Se realizaron entre-
vistas con funcionarios gubernamentales que trabajan en los tres
niveles de gobierno, incluyendo empleados municipales, estatales y
federales. También entrevistaron a miembros del sector empresarial
y a desarrolladores privados. Además hubo conversaciones con aca-
démicos locales y empleados de organizaciones sin fines de lucro. En
el cuadro 4 se incluye un desglose detallado de las entrevistas:
Todas las entrevistas se hicieron con el auspicio de la iniciativa
de investigación Rethinking Social Housing in Mexico (reshim) di-
rigida desde el Departamento de Planeación Urbana en la Graduate
School of Design de Harvard (gsd, por sus siglas en inglés). En el
otoño de 2014 el autor fue contratado por reshim para realizar en-
trevistas sobre gobernancia y coordinación en la política de vivienda

101
¿Te vas o te quedas?

CUADRO 4. ENTREVISTAS POR SECTOR


Sector Número Número

Desarrolladores y Sector Privado 10

Gobierno 11

Municipal 6

Estatal 2

Federal 3

Sociedad Civil 8

Academia 4

ong 4

Total 29

Fuente: Elaboración propia.

en la ciudad de Tijuana. Puesto que las entrevistas eran semiestruc-


turadas y el contexto variaba de sitio en sitio, se procuró que el autor
persiguiera líneas separadas de indagación. Dada la gran prevalencia
del abandono en el área metropolitana de Tijuana, las conversacio-
nes al respecto surgieron de manera natural, lo que llevó a muchas
discusiones imprevistas sobre el abandono de vivienda en la ciudad.
Por instrucciones del Consejo de Revisión Institucional (irb,
por sus siglas en inglés), se solicitó el consentimiento verbal de cada
participante y se le informó de sus derechos como sujeto de la inves-
tigación. Puesto que las conversaciones eran para un proyecto apro-
bado por el irb, y con la confirmación del irb de Harvard, no fue
necesaria ninguna aprobación adicional del irb para esta tesis.
Se ofreció una copia del consentimiento informado de cada entrevis-
tado y se garantizó la confidencialidad de cada conversación. Aun-
que casi todas las conversaciones fueron grabadas, se tomaron notas
detalladas durante e inmediatamente después de cada conversación,
para asegurar la precisión en la documentación.
Además de las entrevistas semiestructuradas, se visitaron va-
rios barrios o colonias, y desarrollos (algunos con altos índices de
abandono, otros con bajos índices de abandono) por toda la ciudad.
La mayor parte de las visitas a los barrios ocurrió en auto y en horas

102
Capítulo IV • La distancia y la corrección

aleatorias del día, aunque algunas de las visitas de sitio se organiza-


ron con la ayuda de la delegación del infonavit en Baja California.
Se realizaron notas de campo durante las visitas y, cuando fue posi-
ble, se tomaron fotografías de las condiciones en cada barrio.
También, a lo largo de varios días, se realizaron observacio-
nes de dos organizaciones –Fundación Esperanza de México (fem)
y Provive– que trabajan en torno a la vivienda en Tijuana. Estas or-
ganizaciones ofrecen dos acercamientos drásticamente diferentes a
la producción de vivienda en la ciudad una, adoptando una ruta sin
fines de lucro, para la vivienda en los barrios populares de Tijuana, y
otra un modelo impulsado por el lucro que busca producir viviendas
deseables para el mercado mediante la creación de valor social. Sus
evaluaciones de la situación de la vivienda en la ciudad fueron úti-
les en el sentido de que proporcionaron pistas sobre las deficiencias
en la vivienda que procuraban atender. Se hicieron seis visitas en
total a estas organizaciones, cuatro a fem y dos a Provive.

CUADRO 5. TRABAJO DE CAMPO


Tipo Número

Visitas de barrio 10

Observación participante 6

Fuente: Elaboración propia.

T RA B A J O C UA NT I TAT I VO
El principal objetivo del componente cuantitativo de la metodología
fue validar el discurso narrativo de los grupos de interés y actores
clave involucrados en la producción de vivienda en Tijuana. Se rea-
lizó una regresión mco multivariable para poner a prueba la relación
entre el abandono de vivienda, según las mediciones del Censo de
Población y Vivienda de 2010, y las variables identificadas por las
personas entrevistadas. Además de las tres variables (financiamiento
de vivienda, violencia y migración internacional) identificadas por
Monkkonen, en el análisis de regresión se incluyeron características

103
¿Te vas o te quedas?

socioeconómicas y físicas adicionales. Inicialmente, se prepararon


datos para las 37 variables de análisis de las 539 ageb que la huella
urbana de Tijuana abarca; de ellas 10 fueron consideradas variables
independientes y 27, de control. Sin embargo, al avanzar el traba-
jo cualitativo y plantearse o rechazarse nuevas hipótesis, las varia-
bles cuantitativas cambiaron. En su versión final, se examinaron 23
variables divididas en dos subgrupos: indicadores físicos e indicadores
sociales. Éstos se compararon con la variable dependiente de la
vivienda desocupada refeljada en los datos censales.
Las medidas físicas incluyeron características que los entre-
vistados y los medios han identificado como el punto de origen del
abandono. Éstas incluyen indicadores de hacinamiento (promedio
de ocupantes por cuarto; superficie construida media de vivienda
financiada por el gobierno dentro de la ageb); la presencia de vivien-
da financiada por el gobierno (porcentaje de derechohabientes del
imss y vivienda financiada por el gobierno); calidad (medida según
el precio); disponibilidad de infraestructura básica (banquetas,
alumbrado público, transporte público y casas con electricidad y al-
cantarillado) y distancia.
Los indicadores sociales se incluyeron porque los entrevista-
dos expresaron varias teorías acerca de las características sociales
que, desde su perspectiva, hacían más probable el abandono de pro-
piedad. Éstas se relacionan con un bajo nivel de escolaridad, falta
de cuidadores, presencia de “vagos”, desempleo y pobreza. En res-
puesta a estas formulaciones, mediante siete variables se midieron
estas características sociales: grado promedio de escolaridad, pro-
porción de desempleo, porcentaje de viviendas privadas habitadas
que disponen de internet, porcentaje de población de 65 años o más,
porcentaje de población casada o unida de 12 años o más, porcentaje
de hogares con jefatura femenina, porcentaje de la población de 3
a 14 años que no asiste a la escuela. Además, aunque sólo se menciona
brevemente la migración como un factor explicativo en las entrevis-
tas cualitativas, se incorporaron dos medidas de migración –la pro-
porción de la población nacida en otro estado o entidad federativa y

104
Capítulo IV • La distancia y la corrección

la proporción de la población residente en otra entidad e 2005– en


respuesta a la bibliografía. Las estadísticas descriptivas completas
para las variables se pueden encontrar en el cuadro 6.
La mayor parte de los datos se descargó directamente del Censo
de Población y Vivienda (cpv) y están disponibles en el sitio web del
inegi.24 La información sobre la infraestructura en los barrios tam-
bién se derivó del cpv, pero de las tabulaciones de infraestructura y
el entorno urbano.25 Los puntos de datos usados para calcular la ubi-
cación de los coeficientes que sirvieron para calcular la distancia res-
pecto a los centros de empleo se tomaron del Directorio Estadístico
Nacional de Unidades Económicas (denue). Finalmente, se tuvo ac-
ceso al Registro Único de Vivienda (ruv), que contiene información
sobre la ubicación y las características físicas de la vivienda social,
por medio de la afiliación del investigador al proyecto Rethinking
Social Housing in Mexico (reshim). El infonavit proporcionó esta
información en bruto y los investigadores de la gsd la organizaron,
limpiaron y georeferenciaron durante el verano de 2014.

I NT E R P R ETAC I Ó N D E L T RA B AJO CUAL ITATIVO


Comencé explorando las narrativas de abandono de vivienda en
Tijuana mediante el uso de herramientas de investigación cualita-
tivas incluyendo entrevistas no estructuradas con actores claves. El
objetivo fue identificar los principales argumentos e ideas usados
por los distintos actores para explicar el abandono de vivienda. De
manera espontánea, los entrevistados enfocaron la conversación en
la ausencia de ciertas características de la vivienda, el barrio y el
entorno urbano. Según sus planteamientos, el abandono de los pre-
dios era el resultado natural de la ausencia de algún rasgo, por decir,
la falta de transporte público en el barrio o en contexto más amplio.
Aunque las narrativas destacaron algunos aspectos positivos de la

24
  En 2010 estos datos podían descargarse en http://www.inegi.org.mx/sistemas/consulta_resulta-
dos/ageb_urb2010.aspx?c=28111&s=est.
25
 Disponibles en http://www.inegi.org.mx/est/contenidos/proyectos/ccpv/cpv2010/tabulados_
urbano.aspx.

105
¿Te vas o te quedas?

CUADRO 6. OPERACIONALIZACIÓN DE VARIABLES EXPLICATIVAS


Variables

Grado promedio de escolaridad


Eduación Porcentaje de la población de 3 a 14 años que no asiste a
la escuela

Falta de Porcentaje de población desocupada


oportunidad, Porcentaje de viviendas particulares habitadas que
desempleo, pobreza disponen de Internet

Social Porcentaje de población de 65 años o más

Familia Porcentaje de población casada o unida de 12 años o más

Porcentaje de hogares censales con jefatura femenina

Proporción de la población nacida en otra entidad


Migración Proporción de la población residente en otra entidad
en 2005

Promedio de ocupantes por cuarto en viviendas


Calidad de particulares habitadas
la vivienda Porcentaje de vph que disponen de luz eléctrica, agua
entubada de la red pública y drenaje

Derechohabiantes Porcentaje de la población derechohabiente del imss

Porcentaje de vivienda financiada por el gobierno en


el ageb

Presencia de vivienda financiada por el gobierno (ordinal)

Vivienda financiada Precio promedio de vivienda financiada por el gobierno


por el gobierno/ dentro del ageb
calidad
Superficie construída media de vivienda financiada por
Físicos
el gobierno

Tipo de vivienda financiada por el gobierno dentro


del ageb

Disponibilidad promedio de banquetas


Espacios públicos
Disponibilidad promedio de alumbrado público

Transporte público Disponibilidad promedio de transporte público

Distancia a centros de servicio

Distancia Distancia a centros comerciales

Distancia a centros comerciales, de servicio y de gobierno

Nota: *p <0.05; ** p <0.01.


Fuente: Elaboración propia con base en el Censo de Población y Vivienda 2010,
el Registro Único de Vivienda 2014, vii denue.

106
Capítulo IV • La distancia y la corrección

CUADRO 7. ESTADÍSTICAS DESCRIPTICAS DE LAS VARIABLES EN TIJUANA, BAJA CALIFORNIA, A NIVEL DE ageb (N = 539)
Variables Media Mínima Máxima D.E

Proporción de viviendas particulares deshabitadas (vph) 0.19 0.00 0.86 0.11

Grado promedio de escolaridad 9.31 6.20 14.49 1.71

Porcentaje de población desocupada 0.05 0.00 0.15 0.02

Porcentaje de vph que disponen de Internet 0.36 0.00 0.97 0.21

Porcentaje de población de 65 años o más 0.04 0.00 0.15 0.03

Porcentaje de población casada o unida de 12 años o más 0.41 0.34 0.53 0.03
Social Porcentaje de hogares censales con jefatura femenina 0.26 0.10 0.49 0.06

Porcentaje de la población de 3 a 14 años que no asiste


0.17 0.00 0.43 0.05
a la escuela

Proporción de la población nacida en otra entidad 0.48 0.09 0.75 0.09

Proporción de la población residente en otra entidad


0.06 0.00 0.25 0.04
en 2005

Promedio de ocupantes por cuarto en viviendas


1.02 0.48 2.12 0.26
particulares habitadas

Porcentaje de vph que disponen de luz eléctrica, agua


0.93 0.01 1.00 0.14
entubada de la red pública y drenaje

Porcentaje de población derechohabiente del imss 0.46 0.09 0.85 0.14

Porcentaje de vivienda financiada por el gobierno 0.36 0.00 0.97 0.21

Presencia de vivienda financiada por el gobierno (ordinal) 0.16 0.00 1.00 0.37

Precio promedio de vivienda financiada por el gobierno


131,484.86 0.00 2,241,000.00 371,506.60
dentro del ageb

Superficie construída media de vivienda financiada por


13.41 0.00 176.75 34.21
Físicos el gobierno

Tipo de vivienda financiada por el gobierno dentro del ageb 0.50 0.00 5.00 1.23

Disponibilidad promedio de banquetas 2.06 0.00 3.00 0.59

Disponibilidad promedio de alumbrado público 1.77 0.00 3.00 0.45

Disponibilidad promedio de transporte público 2.67 0.00 3.00 0.34

Distancia a centros de servicio 2,282.73 70.11 9,583.57 1,776.42

Distancia a centros comerciales 2,129.78 32.56 12,703.32 1,861.46

Distancia a centros comerciales, de servicio y de gobierno 1,580.96 32.56 9,583.57 1,522.64


Por lo general, las variables del estudio se descargaron sin mucha modificación de las diversas fuentes que se usaron. Sin
embargo, el investigador elaboró dos grupos de variables: las variables sobre vivienda financiada por el gobierno (vfg) y los
indicadores de distancia. En el apéndice se incluye una descripción más detallada de cómo se construyeron estas variables.
Fuente: Elaboración propia con base en el Censo de Población y Vivienda 2010, el Registro Único de Vivienda 2014, vii denue.

107
¿Te vas o te quedas?

vivienda, su discurso en general describía un escenario negativo.


Consideremos las palabras de una activista que ha pasado mucho
tiempo en vecindarios con altos índices de abandono:
“Hay un sentido muy cabrón de carencia. Y no nada más porque no hay
dinero, pues… como que de todo.”

Esto me llevó a elaborar un esquema de categorías preliminar


en el que separaba las interpretaciones del abandono con base en la
presencia y ausencia de ciertos factores.
Además del énfasis del discurso en las carencias, la relación que
tenían los entrevistados con los habitantes parecía influir mucho en
la manera como éstos describían el fenómeno del abandono. Aun-
que inicialmente se organizaron las narrativas por sectores sociales
(desarrolladores, gobierno municipal, gobierno federal, etcétera),
tras varias reevaluaciones de los discursos quedó claro que el grado
de interacción de los entrevistados con los habitantes y el tiempo que
éstos pasaban en las colonias con alto índice de abandono influían
en cómo los entrevistados percibían los factores que explicaban el
abandono de vivienda. Esto me llevó a reorganizar mis ideas toman-
do en consideración el grado de interacción que los entrevistados
tenían con las personas más cercanas al abandono: los habitantes.
Al principio, esperaba encontrar una división material/social entre
los actores; quienes se encontraban en la cima iban a proporcionar
explicaciones más físicas sobre el tema del abandono, mientras que
los derechohabientes ofrecerían explicaciones más sociales.
Sin embargo, al analizar las explicaciones de los entrevistados
desde este enfoque, menos satisfecho estaba con su coherencia. No
era tanto que las explicaciones físicas desaparecieran por comple-
to en el momento más intenso de la interacción. Por el contrario,
en las conversaciones con los entrevistados que tenían mayor y más
estrecho contacto con los derechohabientes, las preocupaciones so-
bre el transporte, el tamaño de las viviendas o la falta de servicios
formaban gran parte de la conversación, si bien se hallaban integra-
dos dentro de la disfunción social que. Asimismo, en aquellas narra-

108
Capítulo IV • La distancia y la corrección

tivas que describen relaciones de forma más distante, las explicacio-


nes sociales no desaparecían del todo. En las conversaciones sobre el
abandono de vivienda, la situación de la economía mexicana desem-
peñaba un papel preponderante, así como la necesidad de que los tra-
bajadores de México contaran con una buena política de vivienda.
Lo anterior me llevó a reconsiderar el efecto de la distancia (físi-
ca frente a social), y la necesidad de replantear conceptualmente una
dimensión analítica que también incluyera en la participación sec-
torial de ciertos actores, aunque de manera más matizada de lo que
sugerirían sus etiquetas iniciales. Estas reflexiones forman parte del
marco analítico final, que quedó mejor representado en la figura 3.

FIGURA 3. DISTANCIA DEL ACTOR

Fuente: Imagen “House” cortesía de Juan Pablo Bravo.

Esta figura demostró ser una representación más sólida de la


articulación de la distancia de los actores que cualquiera de las an-
teriores. En ella la participación sectorial está representada por la
escala de acción, misma que describe el ámbito territorial en donde
se desenvuelve el entrevistado. La figura permitió organizar las en-
trevistas de manera más intuitiva, para evitar describir una posi-
ción uniforme de los sectores sociales, ya que, según se pudo apreciar
que los actores que trabajan dentro de un mismo sector, lo hacen
a distinta escala territorial. Por ejemplo, las agencias federales de
vivienda tienen empleados que operan en diferentes escalas. Éstas
incluyen la supervisión de operaciones nacionales y la supervisión

109
¿Te vas o te quedas?

de desarrollos habitacionales en colonias o barrios. Adicionalmen-


te, mi esquema analítico evalúa las interacciones entre los actores.
Este componente se representa mediante el locus de análisis, térmi-
no que describe el grado de interacción institucional o personal que
hay entre los actores y los derechohabientes o los habitantes de las
áreas residenciales en desarrollo. Estos dos componentes se com-
binan para integrar el tercer elemento de mi marco analítico: la
distancia.
En esta nueva versión del análisis se observan cambios sustan-
ciales respecto a los anteriores. En lugar de que la distancia entre
los actores aportara explicaciones sociales y materiales distintas en-
tre los extremos de la escala, evidenció diferencias en cuanto a la
complejidad de las posibles explicaciones. Más específicamente, con
base en mi análisis, los actores en el extremo superior de la jerarquía
política, en general, proporcionaron descripciones más simples del
problema y de su solución, en contraste, los actores en el extremo
inferior describieron interacciones complejas entre factores que se
traslapan y combinan en distintos momentos cuya consecuencia es
el abandono de vivienda. En resumen, cuanto más lejos estés del pro-
blema, más simple será tu explicación. Para ser aún más explícitos,
quienes tenían un locus de análisis elevado y una amplia escala de
acción mostraron una tendencia a mencionar indicadores sociales
y físicos discretos, mientras que quienes estaban en el extremo del
espectro hablaban con más frecuencia de procesos orgánicos sociofí-
sicos, cuya importancia relativa cambia con el tiempo. Esto se repre-
senta gráficamente en las figura 4 y 5.
A continuación, presento varios ejemplos para ilustrar con
claridad los cambios en la complejidad de las explicaciones, depen-
diendo de la distancia del actor. Comenzaré con un actor que tenía
la categoría más alta en la escala de acción y el locus de análisis, para
luego avanzar gradualmente hacia abajo, hasta llegar a la menor dis-
tancia. Organicé las narrativas considerando primero la escala de
acción y después el locus. Los datos se presentan de manera concisa
y al término de las transcripciones hago un análisis comparativo de

110
Capítulo IV • La distancia y la corrección

la información. Por razones de espacio, para llegar a las conclusiones


de este trabajo, sólo incluí a los actores que entran directamente en
la línea de distancia, aunque en el análisis también se incluyeron ac-
tores que trabajaban en escalas híbridas.

FIGURA 4. MARCO INTERPRETATIVO LOCUS-ESCALA

Fuente: Elaboración propia.

FIGURA 5. MARCO INTERPRETATIVO LOCUS-ESCALA CON DISTANCIA

Fuente: Elaboración propia.

111
¿Te vas o te quedas?

L E J OS -LEJ OS
Entre los entrevistados, quienes presentaron las interpretaciones
más simples del problema de abandono fueron aquellos que tenían
menos contacto con los derechohabientes.
La siguiente narrativa es de un empleado de gobierno estatal
que trabaja asuntos urbanos. Le pregunté explícitamente cuáles
creía que eran las causas del abandono de vivienda en el estado, y me
respondió lo siguiente:
“La dispersión y la calidad. Y no la calidad de la edificación, sino la ca-
lidad de los servicios con los que debe contar. [Se debe a] la calidad de
vivienda en términos de volumen y tamaño de las casas, pero también
de dotación de servicios. Y si no tengo escuelas cerca, parques […], trans-
porte, [eso] es algo. La política de vivienda de hace 10 años fue hacer
viviendas como locos. Hicimos casi 50 000 […] 60 000 [viviendas] al
año. En México, aparte, [la vivienda] se hizo dispersa… [y] eso causó
problemas [con] el transporte. Sin servicios y sin transporte […] las vi-
viendas se abandonaron”.

Según la experiencia de este participante, el abandono de vi-


vienda se atribuye de manera directa a sólo dos variables: la calidad
de la vivienda y la dispersión urbana. Es interesante su definición de
calidad, la cual no se limita al tamaño de la vivienda, sino incluye
también la presencia de servicios cruciales para la vida urbana, como
escuelas y parques. Además, la distancia entre las viviendas y los cen-
tros urbanos y la ausencia de transporte público son dos factores que
contribuyeron al abandono de vivienda. Con esta reflexión se puede
inferir que la solución al abandono es relativamente simple: cons-
truir casas más grandes, que estén más cerca del centro de la ciudad
y que cuenten con servicios públicos, como transporte y escuelas.

MED I O-MED I O
La siguiente escala de análisis es a un nivel intermedio. Los entrevis-
tados eran en su mayoría actores que interactuaban moderadamente
con los habitantes y, por la naturaleza de su trabajo se movían en

112
Capítulo IV • La distancia y la corrección

una escala territorial intermedia (por lo regular en ciudad o una


regional). En este caso, los entrevistados son sobre todo desarrolla-
dores de vivienda locales o empleados municipales, aunque también
se analizó la entrevista con un empleado federal que interactuaba
de manera regular con los habitantes de las áreas residenciales en
construcción. Ellos no sólo hablaron de la distancia o la vivienda,
sino de la ausencia de centros comunitarios, servicios de salud y
reglamentos municipales, entre otros factores:
“Los gobiernos empezaron a invertir en infraestructura cantidades im-
portantes, por ejemplo Valle Redondo, Valle las Palmas, Corredor 2000,
en donde no hay comercio, no hay trabajo, no hay equipamiento, escue-
las, en fin, hospitales, servicio médicos. Entonces, estás a las afueras de la
ciudad, en donde nomás hay vivienda.” (Desarrollador local).

Además, sus narrativas describen detalladamente las par-


ticularidades del contexto de Tijuana, que facilitaron la falta de
equipamiento urbano y otros aspectos que se consideraban esta-
ban fuera del control de los desarrolladores de vivienda. Por ejem-
plo, la escala del crecimiento demográfico de Tijuana y la con-
siguiente demanda de vivienda fueron temas recurrentes en las
conversaciones:
“La ciudad de Tijuana… por su crecimiento [poblacional]… requiere
estar creciendo. Hay una demanda [creciente] de vivienda… una deman-
da… por decir así, cautiva… y otra por las personas que emigran a la
ciudad… Tijuana no para de crecer, no para de exigir, no para de nece-
sitar viviendas. Así que no para… la oferta y la autoconstrucción.” (Em-
pleado municipal).

Los efectos de las decisiones tomadas en el nivel más altos del


gobierno también eran un tema recurrente. Las narrativas descri-
ben los efectos del movimiento nacional para la asignación de
créditos de vivienda en la ciudad de Tijuana, particularmente en el
mercado de ventas:

113
¿Te vas o te quedas?

“… los años anteriores, con todo este boom [de vivienda] que hubo… real-
mente yo creo que fue exagerado. ¿no? El infonavit respondió más a la
necesidad de colocar créditos que a la calidad [de la vivienda], que a
la oportunidad.” (Empleado municipal).

En algunos casos las narrativas sugieren la presencia de un


tipo de estafa por parte de las agencias federales de vivienda. Al-
gunos mencionaron que los cambios en los reglamentos básicamen-
te obligaban a algunos derechohabientes a volverse dueños de la
vivienda, imponiéndoles limitantes en cuanto a la manera en que
podían gastar sus contribuciones a las cuentas de ahorros, limitante
que antes no existía. Las siguientes narrativas describen un escena-
rio de sobreoferta en el mercado de viviendas, impulsada por una
demanda fabricada:
“Y ahorita hay muchas ventajas [en tu cuenta de ahorros]. Que si quieres
dejar tu dinero, ahí lo dejas. Es como un ahorro y cuando te jubilas lo
vas a recuperar... pero antes era esta [casa] o ésta. Entonces yo creo que
también eso fue parte de esa vivienda abandonada. El que te obligaron
de alguna manera a recuperar tu dinero… porque había quien decía
'es que no voy a recuperar [mis contribuciones a la vivienda]. De que lo
pierda, pues… me compro esta casita”. Sí, pero no lo podías ejercer por
aquí [zona central], entonces ibas y comprabas una casa en la periferia.
¡Ahí están muchas abandonadas, tiradas!” (Empleada federal).

“Entonces la gente dejó las casas, es más… la gente no fue a las casas.
A lo mejor fueron una vez, son casas que nunca fueron habitadas."
(Desarrollador local).

Por supuesto, las críticas no se limitaron al gobierno federal, y


también se hacían sobre las decisiones tomadas a escala estatal:
“Muchos de los problemas que sucedieron aquí en Tijuana fueron cuan-
do un gobernador le apostó a un polo de desarrollo y le invirtió ahí.
Entra otro gobernador y dice ‘no, yo no, yo quiero mi bebé’. Entonces se
fue e invirtió en otro. En caso específico, primero [fue] el Corredor 2000

114
Capítulo IV • La distancia y la corrección

y otro [fue] el Valle de las Palmas. No hubo planeación, infraestructura,


[ni] equipamientos tampoco. Entonces, los desarrolladores de vivienda
empezaron a construir y a vender. Ésa es una de las razones [de] todas las
viviendas abandonadas." (Desarrollador local).

La información municipal, describe el papel de los desarrolla-


dores en el abandono. Lejos de culpar a la industria de la vivienda, las
narrativas tienden a ser equilibradas.
“En Tijuana, en particular, tenemos un abanico muy amplio [de vivien-
da]. Te pudiera mencionar casos de promotores sin ningún problema y
tenemos casos de promotores con mil problemas. Existen algunos casos
[de] fraccionamientos que se llevan a cabo en un periodo de 5 años. Toda
la urbanización,…la edificación de vivienda, la promoción, la venta, la
entrega e inclusive [se] lleva a cabo el finiquito del trámite, que es
la entrega-recepción al ayuntamiento. Pero también te puedo hablar de
fraccionamientos que tienen 25 añosy el promotor no ha complementa-
do la entrega-recepción al ayuntamiento para su mantenimiento. Esos
casos son fraccionamientos en los que la urbanización está abandonada.
El ayuntamiento legalmente no puede dar mantenimiento a las vías pú-
blicas, al alumbrado, a los parques, porque el urbanizador todavía tiene
como propia esa responsabilidad… Te puedo hablar de fraccionamientos
en que no hemos tenido ni una sola queja con respecto a la edificación,
y te puedo hablar de casos en la tubería no es la requerida por regla-
mento o que el operante de la escalera no cumple ni con el mínimo.”
(Empleado municipal).

Interesantemente, algunas narrativas hicieron referencia de


un tipo de abandono de vivienda que no suele discutirse a detalle
el abandono por los mismos desarrolladores de vivienda y no por
los derechohabientes. Éste es un indicador de que el abandono de
vivienda es producto de la saturación del mercado en la ciudad
de Tijuana.
Este tipo de abandono era un dolor de cabeza para la ciudad,
ya que no había un proceso legal establecido para su manejo. Hasta

115
¿Te vas o te quedas?

que un desarrollo es municipalizado oficialmente, los desarrollado-


res cuentan con la responsabilidad legal de ofrecer los servicios urba-
nos, incluyendo el pago del alumbrado público y el mantenimiento
de parques. Una vez finalizada la entrega, la ciudad no tiene autori-
zación jurídica para entrar y ofrecer servicios, aunque el desarrolla-
dor haya desaparecido.
… existen algunos casos de fraccionamientos abandonados por los pro-
motores en los que ya no tenemos a quien requerirle, porque el promotor
ya se declaró en quiebra, ya se retiró de la plaza, ya no hay representación
legal. Para esos casos estamos en proceso de establecer un procedimiento
jurídico, no hemos definido el término pero estamos mencionando un
alusivo de adopción de fraccionamientos abandonados o recuperación,
¡no sé!” (Empleado municipal).

La siguiente era una respuesta típica cuando se preguntaba a


los entrevistados por el papel del municipio en la falta de los servi-
cios o infraestructura necesarios en los barrios periféricos. A escala
municipal, los informantes decían estar atados de manos, en gran
medida, porque no se les permitía actuar por impedimentos legales,
o porque no contaban con mecanismos legales para obligar a los de-
sarrolladores a incluir infraestructura importante,26 debido a que los
códigos municipales de Tijuana no se han actualizado en décadas:
“Revisa el reglamento. Nadie habla del centro comunitario dentro del
fraccionamientos [y] la unidad médica familiar …[dos] elementos bási-
cos que debe de tener una comunidad. Hablan del parque, pero te hablan
nada más de un área verde… Lo mismo pasa en la ciudad: todos apostán-
dole al mismo pedacito y no te dictan lineamientos sobre en qué lugar
debe estar.” (Empleada municipal).

Por supuesto, ésa no fue la única limitante que mencionaron.


Los participantes hablaron de problemas financieros del ayunta-

  Las escuelas son una excepción. En Baja California, los edificios escolares no son proporcionados
26

por los municipios, sino de la entidad federativa, es decir, el gobierno del estado de Baja California.

116
Capítulo IV • La distancia y la corrección

miento. Desde el punto de vista de los funcionarios municipales, se


carece de personal y de recursos. Cuentan con pocos vehículos en
funcionamiento para realizar las inspecciones, e incluso si éstos fun-
cionan, el personal no tiene conocimientos técnicos para verificar
que las construcciones cumplan con los requisitos básicos. Los fun-
cionarios municipales terminaban asesorándose con la Asociación
de Arquitectos local sobre proyectos especialmente complicados, o
basándose en el proceso de verificación del mismo infonavit para
confirmar que todo estuviera en orden.
Una característica de los actores en esta escala de contacto con
los derechohabientes es que articularon con más frecuencia los défi-
cits físicos en términos concretos. Esto contrasta con el discurso de
actores más distantes que hablaban más en términos técnicos o
de generalidades. La siguiente narrativa, presenta la visión de un de-
sarrollador de vivienda que habla sobre la distancia como un proble-
ma para los propietarios de las casas.
“… de allá donde estaban, dura una hora y media en llegar, diciendo ‘me
cuesta treinta, cuarenta pesos ir y regresar a mi área de trabajo, me gasto
100 pesos, 80 pesos diarios. ¡Pues no me sale!’. Para alguien que gana
tres, cuatro salarios mínimos y gastarse 60, 70 pesos en transporte pú-
blico y tres horas de traslado… –de ida y de vuelta a su casa–, pues no es
viable.” (Desarollador local).

Un elemento presente en las narrativas es la dimensión tempo-


ral de la creación de espacios urbanos viables. No siempre basta con
ofrecer la infraestructura necesaria; según los funcionarios munici-
pales, también era de suma importancia el orden en que llegarían los
equipamientos. En resumen, la falta de planeación urbana era una
característica definitoria de la proliferación del abandono.
“Sí, y luego decidieron desarrollar barrios periurbanos allá en Valle de
Guadalupe [y] en Valle de las Palmas… Tiene 15 años de iniciado el
desarrollo y éste está vacío. Están [las] casas abandonadas porque al prin-
cipio te decían ‘yo te acerco al trabajo, te cuesta menos el transporte’…

117
¿Te vas o te quedas?

No estaba planteado el tema del trabajo. En la ecuación no aparecían


áreas de producción, nada." (Empleado municipal).
“... Si cuando el promotor empieza a construir la vivienda ya hay una
escuela ahí operando, la situación va a ser totalmente diferente y tam-
bién si hay un centro comunitario operando con recursos. Te digo que
se… meta [a la gente] cuando esté operando el centro comunitario para
en realidad ir educando a la gente en el proceso.” (Empleada municipal).

Más allá de sólo estar en sintonía con las implicaciones sociales


de la forma construida, los entrevistados en este nivel de interacción
planteaban escenarios complejos sobre la intersección de la forma
construida y las relaciones sociales. Con esto iban más allá de las
meras caracterizaciones de la ausencia o presencia de objetos mate-
riales y procesos sociales, argumentando que ambos se retroalimen-
taban mutuamente. Esto se puede ver con claridad en la siguiente
narrativa de un empleado municipal:
“La gente no tiene la cultura del régimen [de condominio]. La gente no
conoce… Tú vete a las zonas, a las viviendas, y son viviendas pequeñísi-
mas donde hay mucho hacinamiento y donde ya traen problemas socia-
les. Es exactamente lo mismo, ese problema social de no haber analizado
o de no haber llegado [a ver la vivienda]. Yo sé que [la vivienda] es una
necesidad social también, y que la necesidad se genera desde el momento
en que una persona con el salario que gana no puede tener una vivienda
más grande, porque no le dan sus recursos para pagarla. Entonces te vas
a pichoneritas, pero te vas también a pichoneritas que no están acordes…
con la realidad de la familia que se va a incorporar al lugar. Entonces ese
impacto, esa densidad tan grande que crea hacinamiento, que crea pro-
blemas sociales y psicológicos y de todo tipo, es lo mismo que se podría
ver reflejado en una ciudad cuando no está preparada para recibir una
densidad habitacional también.” (Empleada municipal).

Finalmente, en este nivel los entrevistados empezaron a ofrecer


explicaciones no físicas, sino de una naturaleza más social o cultural.
Por ejemplo, un desarrollador menciona no la estructura financiera

118
Capítulo IV • La distancia y la corrección

de los acuerdos hipotecarios, sino lo que percibe como la falta de una


cultura del ahorro en México:
“El otro tema que siempre ha sido el problema, es la vivienda de inte-
rés social [y] hasta la vivienda residencial de primer orden. Es que en
México no tenemos cultura del ahorro, o sea, alguien te puede pagar mil
dólares al mes, pero no te puede desembolsar cinco mil dólares de engan-
che. Ese es un problema también… en donde prácticamente la gente que
compra una casa entra sin enganche, porque los créditos de infonavit
[lo permiten]. Entonces la gente entra a su casa sin desembolsar un centa-
vo, entonces no sienten ese arraigo, compromiso, de que bueno, pues me
costó x cantidad. Entonces, la gente deja las casas con mucha facilidad.”
(Desarollador local).

Otro identificó la falta de educación comunitaria como un


problema, tema también citado frecuentemente por quienes interac-
túan de manera más cercana con los derechohabientes:
“… otro tema [es] el que tiene que ver con crear comunidad. Le están
apostando a educar a la gente que va a vivir en esos [lugares], antes de...
Pues resulta que no, [a la gente] la tienes que educar cuando esté ya aden-
tro.” (Empleada municipal).

Adicionalmente, algunos entrevistados reflexionan sobre la


dificultad de crear programas que respondan de manera adecuada
a la aparente falta de respeto por el espacio comunitario, debido a las
particularidades de cada caso:
“… los problemas se enfrentan, en realidad, cuando estás [en el lugar] y el
problema no es un problema idéntico para todos. En cada lugar puede ser
el mismo problema, pero con sus peculiaridades porque la generación
del problema [parte de] diferentes edades…, actores, [y] situaciones”.
(Empleada municipal).

C E RC A- C E RC A
Los que se encuentran en el otro extremo de las interacciones,
es decir quienes interactúan con los propietarios de la vivienda

119
¿Te vas o te quedas?

describen ecosistemas sociales y físicos complejos. Estos últimos


interactúan con las condiciones materiales de la colonia o barrio,
pero con frecuencia operan de manera independiente de las mis-
mas. En sus narrativas, estos participantes describen con detalle
las batallas que tienen día a día con los habitantes y ponen en
evidencia la precariedad y el deterioro social en la colonia o ba-
rrio. La inseguridad fue un tema frecuente en las narrativas de
los participantes.
“También hay mucha inseguridad, en el contexto de la colonia. ¡Hay
pandillas! Hay una patrulla más o menos por allí, pero la delegación
está lejos. Entonces, cuando de veras hay un conflicto, nadie atiende.”
(Activista).

La criminalidad a escala del barrio o en colonia se atribuye a


la ausencia de custodios en el área, o de personas que protejan la
propiedad o proteja a los niños de ser victimizados. Puesto que los
adultos trabajan y prácticamente nunca están en casa, y pasan mu-
cho tiempo desplazándose a su trabajo en las zonas industriales, es
frecuente que los niños tengan que defenderse solos.
“… [Hay un] sentido de abandono en muchos sentidos, desde el abandono
familiar, [ya que] ellos [los niños] pasan la mayor parte del día solos en
casa. El abandono del cuidado, del sentido de protección, de acompaña-
miento, que son fundamentales en el crecimiento del niño.” (Activista).

Uno de los entrevistados caracterizó estas colonias o barrios


como ciudades dormitorio, o ciudades donde las personas que viven
ahí sólo llegan a dormir. La ausencia de adultos durante el día crea
toda clase de problemas, da la oportunidad a la criminalidad en un
contexto donde no hay supervisión adulta o policiaca, lo que vuelve
al barrio más inseguro para todos.
“Hay una cosa ahí muy cabrona de abandono de viviendas. Pura vivien-
da que es abandonada, y en menos de una semana ya está despedazada.
Se roban el metal de los cables, la tubería, los inodoros, las ventanas, los
marcos de las ventanas, o sea, queda la obra, con paredes y techos. Y

120
Capítulo IV • La distancia y la corrección

hay gente que monta guardia en la casa, para que nunca se queda sola la
casa.” (Activista).

Lo anterior pone aún más presión en los adultos que traba-


jan –ya que se esfuerzan mucho en cuidar a sus hijos– y los pone
en apuros: ¿Deben dejar de ir a trabajar para cuidar a sus niños y
atrasarse en el pago de la hipoteca? ¿O sigues yendo a la maquila con
la esperanza de que tus niños no se metan en problemas? Esto lleva
a estrategias para el cuidados de los hijos extremas, como la que nos
narra un entrevistado cuya casa es el espacio de protección:
“De las estrategias que utilizan las mamás para eliminar los peligros
[que enfrentan]… sus hijos es encerrarlos. Los dejan bajo llave adentro de
sus casas. ¡Eso es muy violento! O le dan un poco de dinero a una vecina
para que más o menos vigilen.” (Activista).

Esta descripción es bastante característica del tipo de respues-


tas que dieron los actores en esta escala de interacción. No hablaron
de lo físico en términos de las deficiencias materiales de la vivienda y
el entorno, sino en términos del deterioro de las interacciones socia-
les. Un ejemplo es la distancia. Aquí no se la menciona en términos
de costos, ni siquiera del tiempo per se, sino de calidad de vida:
“Dos horas dedicadas de ida, [más] dos horas dedicadas de regreso para
ir y regresar de trabajar, más una jornada de diez a doce horas. Pues…
¡dónde está el pinche tiempo para vivir!” (Activista).

En esta escala, los entrevistados escasamente hacían una co-


nexión entre los aspectos físicos o la falta de planeación urbana y la
disfunción social que rodea su entorno:
“No hay casa de la cultura. No hay talleres de arte, [o] de lo que sea. O
sea, no hay un gimnasio, Sí hay unas canchas, pero, pues, son uno de los
espacios públicos donde todos pueden estar ahí. Pero tampoco hay quien
entrene [a los niños] que haya un grupo de basquetbol de la colonia don-
de puedan ir […] A pesar de que no hay nada, hay Oxxos en cada esquina.
Entonce,s la alimentación a la que tenemos acceso [es inadecuada]. No

121
¿Te vas o te quedas?

hay siquiera tienditas en a las que tengas una diversidad y una variedad
[de alimentos]. En la tiendita está la maqueta. Todo empacado, ciertos
proveedores de alimento”.

CO MPLEJ I DA D VERSUS S I M P L I C I DA D : CO M PARACIÓN E S CA L AR


Para terminar esta sección, quiero comparar las narrativas de dos
participantes, ya que èstas me permitirán mostrar como el fenóme-
no del abandono puede simplificarse a lo largo de las diferentes dis-
tancias. ¿Recuerdan el caso del empleado estatal?
“La dispersión y la calidad. Y no la calidad de la edificación, sino la ca-
lidad de los servicios con los que debe contar se debe a la calidad de vi-
vienda en términos de volumen y tamaño de las casas, pero también de
dotación de servicios. Y si no tengo escuela cerca, parque, transporte,
eso es algo. La política de vivienda de hace 10 años fue hacer viviendas
como locos. Hicimos casi 50 000 y 60 000 viviendas al año. En México,
aparte se hizo dispersa, en México eso causó problemas para el trans-
porte. Sin servicios y sin transporte… las viviendas se abandonaron.”
(Empleado estatal).

Como se señaló, estas palabras son de un empleado del go-


bierno estatal que trabaja asuntos urbanos. Él describe la vivienda
de manera muy lineal (figura 6), sugiriendo implícitamente que el
remedio para el abandono de vivienda en el estado es bastante sim-
ple: reducir la dispersión y mejorar la calidad.
Compárese esta visión con de un actor que trabaja para un
desarrollador, el cual, por su posición, se encuentra en una escala de
acción intermedia. Dicho actor pasa tiempo en los desarrollos de vi-
vienda, lo que considero le daba un locus de análisis más granular. Al
preguntarle sobre los problemas en el barrio, él habla del caso de un
desarrollo donde los derechohabientes querían colocar una reja en la
entrada del área residencial, para proteger a sus familias:
“Otra cosa son las puertas. Pon tú que por acá viene la calle principal
y luego empiezan a decir [los derechohabientes] “pues es que nosotros
queremos cerrar y los que no den cuota ya no van a pasar”. Si unos cuan-

122
Capítulo IV • La distancia y la corrección

tos deciden cerrar la privada, está bien, pero no se le pueden negar el


acceso a nadie que viva adentro aunque esta persona no quiera pagar por
esa reja. También, si sucede algo, la policía no puede pasar, porque todo
es propiedad privada, todo. […] Imagínate si eres desarrollador ¿cómo
haces que la gente te pague para mantener la reja? La gente está preocu-
pada por comer, pero ahí están tus hijos.

En contraste con el empleado de gobierno estatal, quien des-


cribe el abandono de vivienda como un proceso de causa y efecto,
el que trabaja para los desarrolladores describe el abandono como
un proceso no lineal y en el cual intervienen muchos factores (figu-
ra 6). La desorganización provocada por la forma construida crea
un problema de acción colectiva que imposibilita el manejo de una
importante barrera física, lo que contribuye a incrementar los ni-
veles de criminalidad. ¿Dónde están las intervenciones en la zona?
¿Debieron haber ocurrido durante el diseño urbano del condomi-
nio, o a la primera señal de disfunción comunal, o para reducir la
criminalidad? Creo que las respuestas a estas interrogantes son par-
ticularmente claras.

FIGURA 6. EXPLICACIONES SIMPLES (LEJANA-LEJANA) VERSUS EXPLICACIONES


COMPLEJAS (INTERMEDIA-CERCANA)

Fuente: Elaboración propia.

123
¿Te vas o te quedas?

Por supuesto, para el análisis descrito en la figura 3, se reali-


zaron comparaciones entre otros actores. En el transcurso de siete
semanas, se realizaron 29 entrevistas a profundidad en la ciudad de
Tijuana, más de las cuales fueron analizadas para operacionalizar
mi marco conceptual (descrito en la figura 3, el cual me permitió
organizar coherentemente las narrativas de los actores.

FIGURA 7. MARCO INTERPRETATIVO LOCUS-ESCALA CON ENTREVISTAS

Fuente: Elaboración propia.

Además del análisis del discurso y la construcción de catego-


rías teóricas, se realizó una evaluación cuantitativa para conocer
la relación entre el abandono de vivienda y las variables físicas y so-
ciales. Para complementar este análisis, decidí utilizar una herra-
mienta que se usa frecuentemente en la academia y los circuitos de
políticas públicas para respaldar la formulación de narrativas y pun-
tos de vista dominantes. Hice modelajes estadísticos para evaluar al-
gunas de las hipótesis formuladas por los entrevistados. Sin embar-
go, en lugar de realizar este análisis a escala macro lo hice desde el
ámbito del barrio o la colonia, para identificar y calibrar la influen-
cia de los factores físicos y contextuales en el abandono de vivienda.

124
Capítulo IV • La distancia y la corrección

CO M BI NAC I Ó N DE M ÉTO DOS : E L M ODE L AJE DE L A DISTAN CIA


M E D I A NT E R EG R E S I Ó N D E M ÍN IM OS CUADRADOS 27

El análisis de los datos cualitativos me permitió elaborar una lista


de explicaciones acerca de la vivienda abandonada, las cuales fueron
resultado del análisis de los niveles cercano e intermedio de mi mar-
co conceptual. En el cuadro 7 se presenta un resumen de los factores
vinculados con el abandono de vivienda según el análisis cualitativo.

CUADRO 8. FACTORES QUE EXPLICAN EL ABANDONO DE VIVIENDA (DISTANCIA INTERMEDIA O CERCANA)


Intermedia o Cercana

Ausencia de: Presencia de:

Familiares Inversión propietaria Aburrimiento Coerción por infonavit

Seguridad* Economía Migración Pobreza*

Explicaciones Crecimiento
Oportunidades Educación Segregación social*
sociales demográfico

Demanda

Cultura Comunitaria*

Comercio Regulación municipal* Homogeniedad*

Empleo* Regulación infonavit* Distancia*

Conducta
Escuelas Tamaño de la vivienda*
de los desarrolladores*
Explicaciones Policía Centros comunitarios* Vandalismo
físicas
Infraestructura* Espacios públicos*

Servicios de salud*

Consistencia/planeación*

Calidad de la vivienda*

*Ésta explicación se planteó más de una vez.


Fuente: Elaboración propia.

  En la versión defendida de esta tesis, en la descripción textual de la regresión mco están inverti-
27

dos los valores de los coeficientes. Aunque esta inversión no afecta la conclusión final del documen-
to, en esta versión se corrigieron. En el cuadro y la gráfica los valores no se afectaron.

125
¿Te vas o te quedas?

El objetivo del análisis cuantitativo fue describir la relación


entre el abandono de vivienda y las variables físicas y sociales.
Para el análisis de esta asociación se utilizó información del Censo
de Población y Vivienda 2010 y se incluyeron las variables descritas
anteriormente en el cuadro 5.
Primero, se calculó el coeficiente de correlación de Pearson pa-
ra medir la colinealidad entre las variables independientes, así como
su relación con la variable dependiente. Como se puede observar en
el cuadro 8, cuatro de las 23 variables incluidas en el análisis no fue-
ron estadísticamente significativas: el promedio de habitantes por
habitación, el porcentaje de viviendas habitadas con electricidad y
agua, el precio promedio de la vivienda financiada por el gobierno
y la iluminación pública. La correlación positiva más elevada que se
observó fue la proporción de la población residente de otros estados
en 2005, la distancia de los centros de servicios y la proporción de
población casada. Las correlaciones negativas, respecto a las vivien-
das abandonas, se hallaron en la proporción de la población de 65
años o mayor, la proporción de desempleados y el promedio de dis-
ponibilidad de banquetas.
Para examinar la relación entre viviendas desocupadas y las
anteriores variables se creó un modelo multilineal. La selección de
los modelos se realizó usando la función de regresión lineal paso a
paso (stepwise). Debido a que algunos indicadores eran colineales se
definieron varios modelos tomando en consideración la literatura y
los datos derivados del trabajo de campo cualitativo. Con base en
este criterio se excluyeron siete variables del análisis: la proporción
de población nacida en otra entidad, las viviendas financiadas por el
gobierno (ordinales), el precio promedio de las viviendas financia-
das por el gobierno dentro del ageb, promedio del área de superficie
construida de viviendas financiadas por el gobierno dentro del ageb,
el tipo de vivienda financiada por el gobierno dentro del ageb, la
distancia respecto de los centros comerciales y la distancia respecto
de los centros de servicio.

126
Capítulo IV • La distancia y la corrección

CUADRO 9. CORRELACIÓN BIVARIADA (PEARSON'S R) ENTRE LAS VARIABLES INDEPENDIENTES Y


LA VIVIENDA DESHABITADA
Proporción de viviendas
Variables
particulares deshabitadas

Grado promedio de escolaridad .215**

Porcentaje de población desocupada -.239**

Porcentaje de vph que disponen de internet -.105*

Porcentaje de población de 65 años y más -.217**

Porcentaje de población casada o unida de 12 años y más .488**


Social
Porcentaje de hogares censales con jefatura femenina -.135**

Porcentaje de la población de 3 a 14 años que no asiste a la escuela .254**

Proporción de la población nacida en otra entidad .221**

Proporción de la población residente en otra entidad en 2005 .577**

Promedio de ocupantes por cuarto en viviendas particulares habitadas -.050

Porcentaje de vph que disponen de luz eléctrica, agua entubada de la red


.050
pública y drenaje

Porcentaje de población derechohabiente del imss .368**

Porcentaje de vivienda financiada por el gobierno en el ageb .347**

Presencia de vivienda financiada por el gobierno (ordinal) .223**

Precio promedio de vivienda financiada por el gobierno dentro del ageb .074
Superficie construída media de vivienda financiada por el gobierno .108*
Físicos
Tipo de vivienda financiada por el gobierno dentro del ageb .190**
Disponibilidad promedio de banquetas -.258**
Disponibilidad promedio de alumbrado público -.036
Disponibilidad promedio de transporte público -.106*
Distancia a centros de servicio .417**
Distancia a centros comerciales .337**
Distancia a centros comerciales, de servicio y de gobierno .415**

Nota: *p <0.05; **p < 0.01.


Fuente: Elaboración propia con base en el Censo de Población y Vivienda (cpv) 2010, el Directorio Estadístico
Nacional de Unidades Económicas (denue) 2014 y el Registro Único de Vivienda (ruv) 2006-2014.

El modelo resultante incluyó el porcentaje de viviendas desocupadas co-


mo variable dependiente y otras siete variables independientes: la propor-

127
¿Te vas o te quedas?

ción de población residente en otra entidad en 2005, la pro-


porción de población casada de 12 años o más, el porcentaje
promedio de ocupantes por cuarto en las viviendas particulares ha-
bitadas, la distancia respecto de los centros comerciales, oficinas de
servicios y de gobierno, el porcentaje de viviendas particulares ha-
bitadas que disponen de internet, el grado promedio de escolaridad,
y el porcentaje de población de 3 a 14 años que no asiste a la escuela.

CUADRO 10. MODELO DE REGRESIÓN PASO A PASO (STEPWISE ) RELATIVO AL


PORCENTAJE DE VIVIENDAS DESHABITADAS EN TIJUANA, BC (2010)
Variables Coeficientes Coeficientes
Sig.
independientes no estandarizados estandarizados (Beta)

Proporción de la población residente en otra


0.74314 0.24658 .000
entidad en 2005

Porcentaje de población casada o unida de 12


0.46602 0.11993 .001
años y más

Promedio de ocupantes por cuarto en viviendas


-0.14131 -0.33392 .000
particulares habitadas

Distancia a centros comerciales, de servicio y


0.00001 0.19103 .000
de gobierno

Porcentaje de viviendas particulares habitadas


-0.39958 -0.76614 .000
que disponen de internet

Grado promedio de escolaridad 0.04778 0.75056 .000

Porcentaje de la población de 3 a 14 años


0.22825 0.11372 .026
que no asiste a la escuela

N 539

R2 Ajustada .562

R 2
.567

Fuente: Elaboración propia con base en el Censo de Población y Vivienda (cpv) 2010,
el Directorio Estadístico Nacional de Unidades Económicas (denue) 2014 y el Registro
Único de Vivienda (ruv) 2006-2014.

Todos estos coeficientes fueron estadísticamente significativos


en el nivel de 0.05. El modelo explicaba 56% de la variación (R 2).
Los coeficientes se estandarizaron para hacer posible una interpre-
tación más intuitiva de los resultados. Usando los valores beta, la

128
Capítulo IV • La distancia y la corrección

variable con mayor efecto sobre la desocupación de vivienda fue el


porcentaje de viviendas particulares con internet (-0.76), seguida
del nivel promedio de escolaridad (0.75) y después la medida de haci-
namiento utilizada en el censo. Cinco variables mostraron una rela-
ción positiva con la desocupación de vivienda, mientras que sólo dos
mostraron una relación negativa.
La desocupación de vivienda estuvo asociada positivamente
con la proporción de población residente en otros estados. Por ca-
da unidad de incremento en la proporción de recién llegados con
un aumento de 0.25 en la proporción de vivienda desocupada. Estos
resultados son congruentes con la hipótesis propuesta por Sánchez y
Salazar y reconfirman los hallazgos de Monkkonen en 2012.
Las tasas de matrimonio se incluyeron en el análisis debido a
la posible ausencia de cuidadores, la desintegración familiar, así co-
mo la presencia elevada de madres solteras en los barrios con alta
desocupación. Sorprendentemente, el porcentaje de población casa-
da mostró un efecto positivo en el aumento de la desocupación de
vivienda, ya que por cada unidad de crecimiento de dichas tasas se
observó un incrementó de 0.12 en la proporción de vivienda des-
ocupada. Este resultado fue inesperado por la suposición de que el
matrimonio era señal de estabilidad residencial. Los resultados no
corroboran esta hipótesis.
El promedio de ocupantes por habitación mostró una relación
negativa respecto a la desocupación de vivienda. Esto también fue
inesperado. El discurso predominante identifica el hacinamiento
como fuerza impulsora de la desocupación de vivienda. La regresión
no corroboró esta afirmación. De hecho, el modelo muestra que por
cada unidad de incremento en el número promedio de personas
por habitación se observa un reducción de 0.33 en la proporción de
vivienda desocupada.
De manera similar, el discurso convencional identifica la dis-
tancia respecto a los centros de abasto de alimento, servicios y de
gobierno como un factor importante para la desocupación de vi-
vienda. Los datos indican una relación positiva, ya que por cada au-

129
¿Te vas o te quedas?

mento de distancia (kilómetros) entre la vivienda y dichos centros


se observa un aumento en la desocupación de vivienda, aunque el
efecto es menos intuitivo que el de otras mediciones. La distribución
beta nos ofrece una interpretación más legible de las unidades en que
las variables son distintas: cada kilómetro de aumento en la distan-
cia va aunado a un aumento de 0.19 en la desocupación de vivienda.
El porcentaje de viviendas particulares habitadas que dispo-
nen de internet se usó como una variable sustitutiva para el estatus
socioeconómico. Como se esperaba, esta relación fue negativa
respecto a la desocupación de vivienda, ya que un incremento en
la proporción de los hogares con internet mostró un decremento
0.77 puntos en la desocupación de vivienda.
En el análisis se concluyó una medida de educación para res-
ponder a la hipótesis de que la falta de ésta era una característica
impulsora en los barrios con alta desocupación. Se halló una relación
entre el nivel educativo promedio y la desocupación, pero fue opues-
ta a lo que se esperaba. Entre mayores son los niveles de educación,
mayor es la desocupación. De nuevo, la diferencia en unidades hace
menos clara la comparación, pero los valores beta muestran que por
cada aumento en el nivel escolar se observa un aumento de 0.75 uni-
dades en la proporción de desocupación de viviendas (cuadro 4).
El modelo estadístico sugiere que los factores sociales están
más con el abandono de vivienda que los factores físicos. En línea
con el discurso convencional y con base en el trabajo cualitativo, no-
sotros suponíamos que, por ejemplo, los factores físicos estarían más
ligados a la desocupación de viviendas que la distancia. Al construir
un modelo de regresión mco con los factores físicos, éstos no fueron
estadísticamente significativos (cuadro 5).

INT ER PR ETAC I Ó N
Entonces, ¿qué significan estas cifras? ¿Qué nos dicen sobre las
causas del abandono en Tijuana? Aunque con los resultados no
es posible establecer relaciones de causalidad para la asociación en-
tre factores sociales y físicos y el abandono de vivienda en Tijuana,

130
Capítulo IV • La distancia y la corrección

CUADRO 11. MODELO DE REGRESIÓN MCO RELATIVO AL PORCENTAJE DE


VIVIENDAS EN TIJUANA, BC, DESHABITADAS (2010)
Variables Coeficientes Coeficientes
Sig.
independientes no estandarizados estandarizados (Beta)

Proporción de la población resi-


0.75744 0.25133 .000
dente en otra entidad en 2005

Porcentaje de población casada


0.40400 0.10397 .010
o unida de 12 años y más

Promedio de ocupantes por


cuarto en viviendas particulares -0.16741 -0.39558 .000
habitadas

Distancia a centros comerciales,


0.00001 0.20221 .000
de servicio y de gobierno

Porcentaje de viviendas particu-


lares habitadas que disponen -0.42013 -0.80555 .000
de internet

Grado promedio de escolaridad 0.05179 0.81358 .000

Porcentaje de población
-0.41108 -0.10802 .020
de 65 años y más

Porcentaje de la población
de 3 a 14 años que no asiste a 0.27622 0.13762 .008
la escuela

Porcentaje de población
-0.06989 -0.08683 .034
derechohabiente del IMSS

Porcentaje de vivienda
financiada por el gobierno en -0.00195 -0.00347 .916
el AGEB

Porcentaje de población
0.18226 0.03815 .291
desocupada

N 539

R Ajustada
2
.566

R 2
.575

Fuente: Elaboración propia con base en el Censo de Población y Vivienda (cpv) 2010,
el Directorio Estadístico Nacional de Unidades Económicas (denue) 2014 y el Registro
Único de Vivienda (ruv) 2006-2014.

los resultados me permiten concluir lo siguiente: primero, hay li-


mitaciones en los datos censales, particularmente, en la definición
de indicadores clave como el abandono y la desocupación que, si no

131
¿Te vas o te quedas?

se basan en una hipótesis sólida relacionada con el contexto, pueden


llevar a una simplificación excesiva del fenómeno del abandono. En el
caso de nuestra pregunta de investigación, los métodos cuantitati-
vos resultan insuficientes para capturar el rango de los procesos que
conducen al abandono de vivienda, por lo que el uso de métodos
mixtos permitió tener un panorama más amplio del fenómeno.
Más importante aún es el modelaje estadístico a escala de
los barrios o colonias, el cual muestra que los agentes municipales
y locales no están equivocados en sus evaluaciones del problema.
Los factores localizados y los procesos impulsados por el lugar cier-
tamente influyen en el abandono de vivienda en la ciudad. Muchas
de las variables que identificaron los actores locales evidencian al-
guna asociación con la desocupación. Los rasgos de la población,
incluyendo el porcentaje de la población no local, el estatus socioe-
conómico y el educativo mostraron asociaciones importantes. Otras
variables, como el porcentaje de matrimonios y el hacinamiento,
fueron en sentido contrario al esperado. Aunque tendría que hacer-
se más trabajo de campo para desarrollar una hipótesis amplia sobre
la direccionalidad de las asociaciones (por ejemplo, ¿por qué la des-
ocupación tiene una relación positiva con las tasas de matrimonio?
¿Es porque las personas casadas tienden a asentarse en barrios con
alta desocupación, o porque las personas casadas permanecen en estos
barrios en mayor cantidad?) Lo que resulta claro es que éste no es un
problema totalmente social ni solamente físico. El abandono es
un fenómeno social y físico complejo. En la siguiente sección se dis-
cutirán las implicaciones de esta observación, en particular para las
políticas públicas.

132
CAPÍTULO V

DISCUSIÓN: POSICIONALIDAD
Y SIMPLIFICACIONES
EN LA EVALUACIÓN
DEL PROBLEMA

Estos resultados sugieren tres conclusiones generales: en primer


lugar, que en la evaluación y el diseño de los programas deberían
considerarse cuidadosamente como el locus del análisis (el grado de
interacción personal que el actor tiene con derechohabientes) y la
escala de acción (la escala territorial en que se desenvuelve el actor),
ya que la distancia afecta las explicaciones de los agentes sobre el
abandono de vivienda. En segundo lugar, los Onavis deberían definir
los problemas localmente, pues así se promovería la funcionalidad
e incorporación de múltiples perspectivas en el desarrollo de políti-
cas públicas. Por último, en su forma más abstracta, se reafirma el
valor de realizar estudios con métodos mixtos, no sólo por la fuerza
que la triangulación de métodos cualitativos y cuantitativos aporta
a la representación adecuada de un fenómeno, sino también por las
posibilidades que aporta cada metodología para estudiar distin-
tas escalas espaciales de análisis.
La primera conclusión, que es una observación más bien teó-
rica epistemológica, conlleva implicaciones para quienes estamos
involucrados en el análisis de las políticas en general y de las políticas
de vivienda en particular. Nos advierte que consideremos con mayor
seriedad cómo el locus de análisis y la escala de acción, que tienen a su

133
¿Te vas o te quedas?

disposición los actores (por ejemplo, agentes municipales o federa-


les) –conjuntamente constituyendo la distancia, ya sea institucional
o práctica, de un problema– pueden afectar la manera en que los le-
gisladores, profesionales e investigadores entienden los problemas y
trazan las soluciones. Como muestran los resultados, los actores de
diferentes escalas ofrecen explicaciones muy contrastantes de lo que
conduce al abandono de vivienda en Tijuana. En un extremo, los
actores describieron el abandono de vivienda en términos demasia-
do generales, con base en las deficiencias físicas, el retraso cultural
o la caída de la demanda a raíz de la recesión económica. En el otro
extremo, la tendencia era subrayar los procesos sociales y culturales
del abandono. A diferencia de los procesos de abandono explica-
dos mediante un lente de mayor escala, éstos no eran considerados
como procesos discretos que no interactúan entre sí. Para los actores
que observan el fenómeno a menor escala, el medio construido repre-
senta un factor importante en la vida del barrio o la colonia, lo que
en algunos casos crearía condiciones invivibles. Hablan de lo físico
como si fuese el escenario de una obra de teatro –paisajes siempre
presentes ante el desenvolvimiento de las experiencias cotidianas
de los habitantes–. En ocasiones este escenario se vuelve parte im-
portante de la vida diaria, al crear impedimentos reales alrededor de
los cuales el drama se ve obligado a desarrollarse. En otras ocasiones
es un factor secundario, un simple telón de fondo para las compli-
cadas negociaciones entre familias, vecinos y agentes municipales.
La cruda diferencia entre las evaluaciones de las causas del
abandono –desde tratar el abandono de vivienda como una ecuación
lineal con algunas variables desconocidas en la escala superior, has-
ta describirlo como la confluencia de muchos factores que, juntos,
intervienen para crear un sistema disfuncional– se asemeja notable-
mente al proceso de simplificación del estado, planteado de manera
convincente en las obras de James C. Scott.
La simplificación del Estado describe la forma de crear y mani-
pular el conocimiento por parte de las grandes instituciones que bus-
can de intereses estrechamente definidos. Según Scott, este tipo de

134
Discusión: posicionalidad y simplificaciones en la evaluación del problema

simplificación es común en muchas organizaciones grandes, pero


destaca en las acciones del Estado (Scott, 1995, 1998). Sin embargo,
lejos de ser simplificaciones pasivas que se traducen en información
descifrada con facilidad por los agentes estatales, Scott argumenta
que el acto mismo de simplificación trae como resultado la manipu-
lación del mundo real, que a la larga lo hace más fácil de medir, de
manipular aún más y, a fin de cuentas, de controlar. Usa la metáfora
de la cocina para expresar cómo cree que esto ocurre. Puesto que los
administradores y los burócratas tienen poco interés en ofrecer una
imagen detallada del mundo, y las realidades sociales y naturales son
demasiado complicadas para consumirse crudas, el Estado pasa por
un proceso de abstracción que “cocina” los hechos para darles una
forma “digerible” para el Estado.
Para ilustrar este punto, Scott se basa en una parábola particu-
larmente memorable de la silvicultura científica, una sub disciplina
del cameralismo que buscaba reducir el manejo gubernamental
a una serie de principios científicos, en este caso relativos a la admi-
nistración de los bosques. Describe cómo la aplicación de estas téc-
nicas de manejo –mediadas por el interés de los monarcas en contar
con un indicador confiable del rendimiento de los ingresos made-
reros– terminó por transformar fundamentalmente el bosque para
que reflejara ese número. Así lo describe Scott:
“Con esta finalidad se despejó la maleza, se redujo la cantidad de especies
(con frecuencia al monocultivo), la siembra se realizó simultáneamente
y en filas derechas en grandes tramos. […] Una tendencia a la regimenta-
ción en el sentido estricto de la palabra. Los árboles del bosque eran aco-
modados en filas estrechas, por así decirlo, para ser medidos, contados,
derribados y reemplazados por nuevas hileras de conscriptos semejantes.
En el límite, no era necesario ver el bosque en sí; podía ser leído con exac-
titud desde los cuadros y mapas en la oficina del silvicultor.” (Scott, 1995)
[N de la T: Traducido directamente del inglés].

Hay una clara analogía entre esta situación y la vivienda mexi-


cana, especialmente en la producción de vivienda social. Aquí, la

135
¿Te vas o te quedas?

casa es a la vivienda financiada por el gobierno lo que el normal-


baum (árbol estandarizado) es para el bosque. El gobierno creó una
métrica para cuantificar con facilidad su éxito en el mercado de vi-
vienda, pero al hacerlo despojaron a las casas de componentes clave
para sus funciones centrales, las del hogar.
Vale la pena señalar que esta métrica en exceso simplificada
en un inicio servía a los intereses de todos; hay un fuerte argumento
que en la política de vivienda el Estado mexicano vio una oportuni-
dad de matar tres pájaros de un tiro: crecer la economía, ofrecer una
nueva prestación social y apuntalar al sector privado. A los desarro-
lladores se les dio licencia cabal para construir y al mismo tiempo
hacerse de ganancias considerables. Los derechohabientes, muchos
de los cuales ya habían vivido en condiciones de hacinamiento y en
viviendas construidas con materiales precarios, podrían cumplir el
sueño largamente anhelado de hacerse propietarios, y el gobierno
estimularía la economía mientras impulsaba una ambiciosa agenda
de prestaciones sociales. ¿Qué podía salir mal?
El grado de simplificación estatal resulta aparente en algu-
nas de las afirmaciones de los desarrolladores y los funcionarios del
gobierno, quienes en ocasiones hablaron de manera explícita de las
racionalizaciones subyacentes que impulsaron sus acciones. Sus
aseveraciones también subrayaron que el Estado no era el único pro-
penso a usar una sola métrica para interpretar el éxito; el sector
privado, que evaluaba el mercado, y las gigantescas promotoras de la
vivienda, que alimentaron el frenesí, mostraron la misma tendencia:
“geo, urbi, homex, todos jugaban el mismo juego, de las mismas reglas.
Las empresas valían por la cantidad de casas que construían, no por la
cantidad de casas que vendían, pues cuando les cambiaron las reglas, tro-
nó […] Entonces la ambición siempre gana, ése es el problema, ésas eran
las reglas. Así lo dijo una vez un director, dijo: ‘en el momento que me
llevaron con Dios, me encontré al vato de geo y al de homex sentados
juntos. No es como que yo estaba haciendo otras cosas, pues todos está-
bamos jugando el mismo juego’.”

136
Discusión: posicionalidad y simplificaciones en la evaluación del problema

Esta simplificación de los problemas también podía observarse


cuando se hablaba de las presiones por parte del gobierno central
a las oficinas locales de gobierno, durante el apogeo del boom de
la vivienda:
“A ti, Baja California te tocan tantos créditos, a Chiapas, tantos. ¿Qué
andan haciendo pa’ colocar?, ¿qué haces? ¡Ferias! ¡Vete a la maquila!
¡Ofrece y además pon logo [del instituto] y vende!”.

Sin embargo, al comenzar a hacerse evidentes las contradic-


ciones internas de esta métrica; al rehusarse las complejidades del
ecosistema de la vivienda a ser simplificadas en una sola unidad
de medida, el consenso empezó a deteriorarse y las limitaciones de
esta métrica en particular comenzaron a hacerse totalmente apa-
rentes. Quedó claro que la idea de la vivienda como unidad discreta
privilegiaba la lógica de mercado de los desarrolladores de vivienda,
a expensas de los derechohabientes, quienes consideraban —y desde
luego aún consideran— la casa como un ancla clave para la colonia
o el barrio. Consideremos esta cita de un empleado del infonavit al
hablar sobre los cambios que han caracterizado al instituto durante
los últimos años:
“El objetivo del infonavit en otros momentos se enteró cuantitativa-
mente, en el déficit de la vivienda, y creo que en los últimos 10, 12 años el
infonavit fue muy exitoso en colocar créditos […] El problema es que,
bueno, la colocación de créditos en esta nueva realidad no puede ser, […]
como solía ser. Sí tenemos métodos para avanzar en esa colocación, sí te-
nemos que seguir ofreciendo créditos a la vivienda nueva, sí nos interesa
que se siga produciendo vivienda. Pero no a cualquier costo.”

En retrospectiva, podría parecer obvio que es una mala idea


reducir la complejidad del ecosistema de vivienda a fórmulas y métri-
cas, e ignorar por completo los componentes que dan como resultado
un hogar exitoso, como el tejido comunitario, el apego simbólico y
los cambios en la estructura de la familia. Esta omisión ha desempe-

137
¿Te vas o te quedas?

ñado un papel determinante en los malos resultados que ha dado el


instituto en los últimos años en cuanto a vivienda.
No obstante, el defecto fatal en la política de vivienda en Méxi-
co no es algo insólito en el panteón de las acciones para el desarrollo
social. La política federal de vivienda se formuló como una iniciativa
de oferta de servicios en que una burocracia weberiana prototípica
elaboró una solución técnica para un problema dado. Esta práctica se
ha replicado una y otra vez por todo el mundo. En esencia, la oferta
de vivienda es un ejemplo perfecto de lo que Pritchett y Woolcock
llaman servicios discrecionales con uso intensivo de transacciones,
políticas que “encarnan intrínsecamente la tensión entre dos objeti-
vos deseables para los servicios públicos que sean ‘tecnocráticamente
correctos’ y que respondan a las necesidades a nivel local” (Pritchett
y Woolcock, 2004). En el caso de México, el péndulo osciló demasia-
do hacia la tecnocracia a expensas de dar respuesta a las necesidades
de las personas. Esto de ninguna manera sugiere que la política de
vivienda deba regresar a la manera anterior de hacer las cosas, sino
que hay un recubrimiento de verdad, un propósito, en la “irraciona-
lidad racional” del Estado, descrita por Perlo Cohen en las políticas
de vivienda anteriores. Ahí está el valor de examinar las distintas
iteraciones de este concepto perdurable; ello nos empuja a pensar
sobre nuestro contexto y a visualizar cómo recuperar lo positivo de
las versiones anteriores de las políticas de vivienda de interés social
en México.
En la situación actual, la predisposición de las agencias de la
Ciudad de México a lanzar hipótesis sobre las causas del abando-
no, desde una perspectiva sobre todo cuantitativa a escala macro, no
ha permitido a los funcionarios del gobierno ni a la academia
proporcionar un diagnóstico completo del fenómeno del abandono
de vivienda, y tampoco ha podido evitar los peores excesos de la sim-
plificación estatal. Desafortunadamente, esto ha derivado en reco-
mendaciones y evaluaciones políticas que muestran no sólo una dis-
posición cuantitativa inherente, sino también una tendencia escalar.

138
Discusión: posicionalidad y simplificaciones en la evaluación del problema

FIGURA 8. EL ENTENDIMIENTO DEL ABANDONO HOY

Fuente: Elaboración propia.

Además, en la presente tesis hay hallazgos complementarios


que se basan en llamados recientes que piden tratar la casa como
más que un simple “objeto”, y en vez de ello comenzar a concebirla
como un “sujeto”. Diane Davis describe el estatu quo epistemológico
que rige dentro del gobierno:
“La mayoría ha sido entrenada para considerar las casas como objetos,
refugios que protegen contra los elementos; una tipología de la vivienda
que minimiza los costos de construcción y maximiza la facilidad de uso;
o una forma de construcción cuya materialidad encarna la confluencia
entre la disponibilidad de recursos, el ingenio en el diseño, los deseos
de los consumidores y las dinámicas del mercado. Sin embargo, algu-
nos de los experimentos de vivienda más inspirados, tanto en el pasado
como en el presente, los produjeron aquellos que conciben la casa como
un sujeto: concebida como una construcción material capaz de propiciar
nuevos acuerdos sociales, de producir geografías alternativas del espacio
y de transformar paisajes urbanos de maneras que se cree un urbanis-
mo más vibrante y, por lo tanto, nuevas posibilidades para la creación de
un valor urbano.” (Davis, 2015).29

29 
Traducido directamente del inglés.

139
¿Te vas o te quedas?

Davis argumenta a favor de una reconfiguración epistemo-


lógica, que exige alejarse de los confines territoriales de la unidad
de vivienda para ir hacia una concepción más amplia de la casa como
catalizadora del valor urbano. Mi análisis, además de apoyar este
cambio cognitivo crucial, sostiene que el tema de la vivienda debe
tratarse tomando en cuenta varios locus de análisis, lo que permitiría
a los distintos “sujetos” de la vivienda —definiciones que difieren
de manera importante dependiendo del posicionamiento institucio-
nal y escalar de los actores—tener consideración igualitaria en las
iniciativas e intervenciones políticas. Mi argumento es que al cam-
biar la escala del problema-definición, los grupos de interés serían
más capaces de crear políticas que consideren la vivienda como parte
integral de un tejido urbano saludable, lo que además daría como
resultado viviendas apropiadas para su contexto.
El infonavit ha comenzando a mostrarse abierto a alterar la
escala de intervención y diseñar programas que respondan mejor
a los problemas de pequeña escala, por ejemplo Pintemos México
un programa para el barrio o la colonia que busca apoyar la reha-
bilitación mediante murales y arte (infonavit, 2016); Arrendavit
programa piloto que permite usar créditos del infonavit para el
mercado de arrendamiento (ocde, 2015); y la Fundación Hogares or-
ganización sin fines de lucro que trabaja para mejorar la calidad de
vida y las condiciones sociales mediante la intervención comunitaria
(Schoen, 2016).
Se trata de iniciativas relativamente exitosas que muestran
que el infonavit está consciente de que en el pasado sus programas
operaban a una escala demasiado grande, por lo que están intentan-
do adaptarse en este sentido. Por supuesto, estos esfuerzos no deben
abandonarse y es importante usarlos como base para el futuro, pero
siguen siendo insuficientes por sí mismos. Aunque el principal pro-
pósito de este documento es argumentar a favor de la incorporación
del concepto de “distancia” al pensamiento y la investigación de po-
líticas públicas dominantes, quiero aclarar que no pretendo sugerir

140
Discusión: posicionalidad y simplificaciones en la evaluación del problema

que los cambios dialécticos sólo deban ocurrir en los ejes de la escala
de acción y el locus de análisis. Mi modelo no descarta otras dimen-
siones igual de importantes para la creación de conocimientos –es
sólo una de muchas que puede haber–. Para que sea realmente holís-
tica la construcción de viviendas que promuevan un valor urbano
por parte de los Onavis, éstos no sólo deberán usar mi concepto ana-
lítico de la “distancia” en su acercamiento a los problemas, sino que
además deberán incorporar distintas dimensiones cuyo desarrollo
vaya más allá del ámbito de esta tesis.

FIGURA 9. OTRAS POSIBLES DIMENSIONES DE NUESTRO ENTENDIMIENTO


DEL ABANDONO

Fuente: elaboración propia.

Ésta es la debilidad de los programas que acabo de mencionar.


Aunque los objetivos por lograr son loables y productivos, desafor-
tunadamente reflejan las preferencias disciplinarias de un grupo
pequeño y selecto de personas, en este caso, la experiencia de pla-
nificadores urbanos, diseñadores urbanos y arquitectos. Adaptando
un poco la metáfora de Charles Lindblom, los programas nuevos
no representan una mejoría a un aparato estatal que usa “puros pul-
gares y sin dedos”, es decir, un Estado incapaz de actuar con sutileza.
Más bien, representan la inserción de más “pulgares” ásperos al
panorama de la vivienda, los pulgares de los planificadores urbanos,
diseñadores urbanos y arquitectos, que aportan sus puntos de vista y

141
¿Te vas o te quedas?

formas de “cocinar” los distintos problemas. Nuestros conocimien-


tos particulares son valiosos y ciertamente necesarios en algunas
situaciones, pero nunca podrán reemplazar los “dedos” de las políticas
públicas, que se encuentran en las experiencias, los conocimien-
tos de base y las necesidades reales de las personas que viven todos
los días en los hogares financiados por el gobierno.
Hasta cierto punto, las simplificaciones del Estado son inevi-
tables. No es, ni debería ser, la labor de los Onavis capturar y com-
prender cada aspecto del problema de la vivienda. No sólo resultaría
en exceso laborioso, sino potencialmente improductivo para lograr
la misión de ofrecer vivienda digna para los trabajadores y los pobres
de México. Sin embargo, cualquier nuevo enfoque político deberá in-
cluir en su adn el reconocimiento de que el infonavit no podrá re-
presentar los intereses de todos, de tal modo que la diversidad
de perspectivas se amplié (disciplinarias, escalares, sectoriales, etcé-
tera). De esta forma protegería del monopolio de las directrices polí-
ticas por parte de un solo grupo de actores o un objetivo particular,
que hasta el momento han sido los intereses de los desarrolladores y
las prioridades del crecimiento económico.
Una manera de comenzar a hacer esto sería permitir que el
infonavit desista de su papel de liderazgo en la definición del pro-
blema de vivienda, y que comience a asumir la función de facilitador
de voces múltiples en diferentes escalas, con distintas conexiones con
el problema, para que se discutan cabalmente las rutas potenciales
para una colonia, municipio o ciudad determinados. Esto ayudaría a
sobrepasar las válidas preocupaciones sobre la facilitación financie-
ra de la tercera traducción de la política de vivienda en México, dis-
cutida en el capítulo 2, y así se iniciaría un avance hacia una cuarta
traducción de la política de vivienda. Para hacer una variación sobre
el argumento de Davis, los Onavis, y en especial el infonavit, debe-
rían reinventarse como facilitadores de la creación de valor urbano,
pasando de la mera facilitación de vivienda a la facilitación de un
buen urbanismo.

142
Discusión: posicionalidad y simplificaciones en la evaluación del problema

Seguramente habrá críticas contra este cambio fundamental.


Uno podría preguntar: ¿un enfoque así no estaría demasiado locali-
zado? ¿Aumentarían los costos de producción de vivienda a tal gra-
do que se verían afectadas las economías de escala, necesarias para
que la vivienda para todos los trabajadores mexicanos sea fiscalmen-
te viable? ¿No sería esto equivalente a darse por vencido demasiado
pronto ante el ideal de la “vivienda digna” para todos los trabajadores
mexicanos? La cuestión está bien planteada. Cuando se les pregun-
ta acerca de las fallas en la política de vivienda en México, los fun-
cionarios del infonavit se apresuran a responder que la facilitación
financiera no fracasó. El instituto tuvo gran éxito en producir casas,
que es lo que se le pidió que hiciera. Aunque podría considerarse
esta respuesta como mera logomaquia, cuya intención es desviar la
responsabilidad por la situación de vivienda en la nación, hay cierto
grado de verdad en dicha afirmación. Durante los últimos 20 años,
el infonavit ha tenido un gran éxito en la producción de objetos que
parecen casas, si bien con graves defectos en cuanto a la calidad. En
esencia, al estandarizar, taylorizar30 y producir viviendas en masa,
el infonavit resolvió el problema de escala que había enfrentado la
vivienda en décadas anteriores.
La oferta de vivienda vive inherentemente las tensiones natu-
rales de lo que Michael Woolcock llama “las múltiples esquizofre-
nias” del desarrollo internacional, en específico que “lo pequeño es
y no es bello” a la vez, y que “todos y nadie creen en la moderni-
zación” (Pritchett, Woolcock y Andrews, 2013; Woolcock, 2015). La
entrega de vivienda está atrapada entre el deseo de hacer algo que
responda a lo local y el deseo de lograr un cambio sistemático. Estas
tensiones pueden volverse paralizantes, genuinos clichés31 que

30
  Taylorizar es hacer un proceso más eficiente mediante la división de una tarea productiva en
segmentos simples y discretos. El nombre se deriva de Fraderick Winslow Taylor, un ingeniero
industrial norteamericano.
31 
“‘Un modelo único para todos’ no significa que ‘cualquier cosa le cabe a cualquier cosa’ o que
‘todo se vale’; si no hay pautas respecto a qué cabe dónde, es mera perogrullada.” (Pritchett y Wool-
cock, 2004).

143
¿Te vas o te quedas?

Pritchett y Woolcock fustigan por ser conducentes a la inacción, así


como a iniciativas de desarrollo sin sentido. Ellos argumentan a fa-
vor de una tercera vía, un modelo alternativo para la construcción
de vivienda, que apuntale la capacidad productiva de la maquila de
vivienda, mientras se da espacio a la flexibilidad e imprevisibilidad
inevitables que conllevan las vidas de las personas. ¿Qué aspecto
tendría esto?
Hay un creciente conjunto de obras que buscan hallar este
equilibrio, es decir, que buscan concebir una ruta alternativa para
el desarrollo, una que –como escribe Michael Woolcock– emplee
la fuerza del desarrollo con “D” mayúscula (escala y cambio sistemá-
tico), junto con los beneficios de una con “d” minúscula (que respon-
da a lo local y flexible) (Woolcock, 2015). Es una tradición basada en
las observaciones de muchos grupos de académicos que han aludido
a algunos principios generales de gobernanza, subrayando la nece-
sidad de enfocarse en marcos para el gobierno que sean “suficiente-
mente buenos” y no perfectos (Andrews, Pritchetty Woolcock, 2013;
Woolcock, 2015).
Un grupo de profesores y profesionales de la Escuela de
Gobierno John F. Kennedy, de la Universidad de Harvard, ha traba-
jado para articular estos principios en una estrategia coherente que
responda a las observaciones de los académicos, así como a las frus-
traciones de los profesionales del desarrollo social. A esta respuesta
la han llamado pdia, Adaptación Iterativa Orientada a la Resolución
de Problemas (por sus siglas en inglés, Problem-Driven Iterative
Adaptation). En palabras de Michael Woolcock:
“Un rasgo clave de pdia es su enfoque en la resolución de problemas, no
en la venta de soluciones; es decir, no considera que el papel principal de
la profesión del desarrollo sea identificar las soluciones en las ‘mejores
prácticas’ universales para los problemas comunes (aunque, sin duda, en
sectores claramente técnicos, como el de la ingeniería, algunos de éstos
existen) y promoviéndolas como ‘la respuesta’ —la respuesta más efi-
ciente y efectiva, confirmada por ‘expertos’— sino, más bien, trabajar
para crear soluciones específicas para el contexto (las que se adecuen

144
Discusión: posicionalidad y simplificaciones en la evaluación del problema

mejor) para problemas específicos del contexto, cuya naturaleza preci-


sa a menudo no resulta obvia, especialmente para las personas ajenas.”
(Woolcock, 2015).32

Además, hay otro conjunto de trabajos especializados que


comienzan a argumentar a favor del estudio de los resultados po-
sitivos como una prioridad de investigación justificable y robus-
ta (Grindle, 2004; Hirschman, 1992; Pascale, 2010; Sanyal, 2007).
Esta forma de aprendizaje es más congruente con la manera en
que los seres humanos tradicionalmente hacen descubrimientos o
mejoras: documentando y reaccionando al estado de “excepción
observable” (Pascale, 2010).
Estas dos series de estudios comparten la idea de que un in-
grediente crucial para alcanzar el desarrollo es la definición de los
problemas; esencialmente, la idea de que el mero acto de formu-
lar preguntas para las políticas puede afectar la efectividad de las
iniciativas, porque éstas establecen suposiciones en el papel y de-
finen a priori las metas de las políticas. Estas bibliografías sostie-
nen que el realineamiento de la investigación con la exploración de
resultados positivos nos alejará de seguir buscando el porqué
del fracaso de las políticas —un objetivo a menudo infructuoso
e improductivo— y, en lugar de ello, permitirá responder una pre-
gunta más útil: ¿cómo es que algo fracasa o triunfa? De un modo
aún más práctico, Andrews et al. argumentan que “enfocarse en
los problemas prevalecientes es la manera más directa de rectificar
el prejuicio de las formas externamente prescritas hacia las nece-
sidades internas de funcionalidad; garantiza que los problemas se
definan a nivel local en lugar de determinarse desde el exterior, y
pone la responsabilidad en el desempeño y no en el cumplimiento”
(Andrews et al., 2013).
Considero que centrar la atención en la definición de los pro-
blemas es una manera de comenzar a visualizar la transición de los

32 
Traducido directamente del inglés.

145
¿Te vas o te quedas?

Onavis a la facilitación de buen urbanismo. Al comenzar con algo


tan concreto como la definición de un problema, los agentes tie-
nen un incentivo para involucrarse activamente, de modo que sus
intereses se vean representados durante el proceso de formulación.
Además, si la definición de un problema es correcta, e involucra a
una multiplicidad de actores, y yo agregaría, una multiplicidad de
“distancias”, la acción programática puede actuar como una pode-
rosa fuerza conciliadora que, al basarse en una sensación generaliza-
da de legitimidad y consenso (Andrews, 2014; Andrews et al., 2013;
Pritchett, Woolcock y Andrews, 2013), incrementaría la probabili-
dad de ser implementada con éxito, así como el potencial para que
crezcan futuras oportunidades de coordinación y colaboración. Esto
además ayudaría, mediante intervenciones viables y contextualmen-
te relevantes, a evitar el “mimetismo isomorfo”, que ocurre cuando
se diseñan estrategias de organización que imitan las apariencias de
las organizaciones exitosas, pero cuyo funcionamiento es pobre den-
tro del contexto en que, se supone, deben funcionar (Andrews et al.,
2013; Pritchett et al., 2013). En otras palabras, una buena definición
de los problemas puede ayudar a evitar la promulgación de “solucio-
nes en búsqueda de un problema” o “soluciones a las soluciones de
un problema”.
Naturalmente, hay ocasiones en que resulta menos útil adop-
tar un enfoque para enfatizar las definiciones de los problemas. En
Pascale et al., se señala que para los problemas con soluciones técni-
cas precisas (por ejemplo, las vacunas) no es necesario buscar una
desviación positiva. Sin embargo, el problema de la vivienda no en-
tra en esta categoría. Al final, una política de vivienda social tiene
las tres características, identificadas por Pascale, que la convier-
ten en una buena candidata para el análisis de desviación positiva:
1) está inmersa en un sistema social complejo; 2) es una política que
requiere de cambios sociales y de comportamiento, en este caso, por
parte tanto de los usuarios como de los productores 3) implica so-
luciones plagadas de consecuencias impredecibles o involuntarias.
Además, es una buena candidata para pdia porque no es un progra-

146
Discusión: posicionalidad y simplificaciones en la evaluación del problema

ma prototípico de oferta de servicios que responda a una solución


tecnocráticamente “correcta”; una buena política de vivienda por
fuerza requerirá gran cantidad de decisiones administrativas dis-
crecionales, específicas para la localidad, y flexibles.
Finalmente, desde una perspectiva más epistemológica, se ha
demostrado que los estudios con métodos mixtos son valiosos y
necesarios no sólo para el estudio del abandono de vivienda, sino
también para un mejor diseño, producción, uso y valor social de
las viviendas en México. En resumen, el trabajo cualitativo nos ha
demostrado que la “distancia” de un actor respecto del problema
tiene un efecto en la complejidad de las explicaciones que los acto-
res ofrecen al describir el abandono. Entre más lejos esté el actor de
la escala y el locus del abandono de vivienda, más simples son sus
explicaciones. Sin embargo, puesto que la complejidad no equiva-
le a “tener la razón”, las explicaciones más complejas que ofrecie-
ron los actores desde una distancia cercana o media fueron puestas
a prueba mediante un modelo estadístico, para ver si había alguna
base empírica para sus afirmaciones. Un estudio reflexivo sobre el
análisis de regresión reveló la utilidad de éste, además de exponer
las muy reales limitaciones de las metodologías cuantitativas para
desarrollar interpretaciones amplias sobre el abandono. Las limitan-
tes impuestas por la deficiente disponibilidad de datos, así como las
definiciones conflictivas de indicadores clave, como el abandono y
la desocupación, promueven una simplificación excesiva que en
efecto no logra capturar el rango de los procesos que conducen al
abandono de vivienda a lo largo del tiempo. Sin embargo, la re-
gresión mco en las escalas del barrio o la colonia facilitó la com-
prensión del papel que desempeñan los factores localizados y los
procesos impulsados por el sitio, que hacen del abandono de vivien-
da y sus fenómenos urbanos acompañantes algo difícil de explicar
mediante extrapolaciones y generalizaciones brutas. En esencia, el
modelo estadístico confirmó que las experiencias locales no sólo pro-
porcionan imágenes más ricas de los problemas del abandono, sino
también imágenes tan cuantificablemente “verdaderas” como las

147
¿Te vas o te quedas?

descripciones simples. El valor de emplear métodos mixtos en la


investigación de estos temas se encuentra en la fuerza que aporta
la triangulación para la adecuada representación de un fenómeno,
pero también en la capacidad de cada metodología de hablar de un
locus de análisis y una escala de acción distintos, entre otras dimen-
siones temporales, políticas y semánticas. En síntesis, una metodo-
logía mixta es capaz de contrarrestar esta predisposición hacia la
uniformidad metodológica, lo que evita los peores excesos de la sim-
plificación del Estado y proporciona una mejor comprensión de un
fenómeno urbano con múltiples agentes y escalas.
Por último, no es el propósito de esta tesis describir con pre-
cisión cómo podría o debería verse el problema de la vivienda en
México.33 Solo quiero sugerir que los Onavis deben pensar seriamen-
te en maneras de incorporar el análisis locus-escala, para facilitar
iniciativas programáticas que permitan la definición local de los
problemas y la experimentación con escalas distintas de vivienda en
el país, además de incentivar investigaciones que empleen con más
frecuencia los métodos mixtos. Para esto definitivamente será nece-
sario un cambio de pensamiento, por parte de los principales actores
de la vivienda en México, pero considero que vale la pena este cam-
bio de pensamiento si nos conduce a mejores resultados para el país.

  Esta tarea se recoge con más seriedad en dos informes del equipo Rethinking Social Housing in
33

Mexico (reshim), de la Graduate School of Design. Véase Davis et al. (2016a, 2016b).

148
C A P Í T U L O VI
TÚ SABRAS SI TE VAS
O TE QUEDAS: MEMORANDO
DE INVESTIGACIÓN Y
RECOMENDACIONES
DE POLÍTICAS
Se han aventurado diversos planteamientos para explicar el cre-
cimiento desmesurado del stock de vivienda abandonada en
México. Los medios de comunicación registran algunas de las ex-
plicaciones más comunes, incluyendo el declive económico asocia-
do con la crisis mundial,34 la pobre calidad de las construcciones
promovidas por los grandes desarrolladores,35 la implementación
deficiente de las políticas de vivienda,36 la criminalidad37 y la mi-
gración,38 entre otras.
Desafortunadamente, la abundante especulación acerca de las
causas del abandono no se ha reflejado de la misma manera en la pro-
ducción académica al respecto. Aunque hay trabajo de investigación
sobre la relación del abandono con el desempleo,39 la calidad de la
vivienda,40 la sobreproducción,41 la dispersión urbana,42 la criminali-
dad43 y la migración,44 estas discusiones son tratamientos prelimina-

34
  Agencia Fronteriza de Noticias (2014); Muñoz Rios (2013); Replogle (2014).
35
  Burnett (2014); Muñoz Ríos (2013); Reyes y Cabrera (2013); ZETA (2013).
36
  Burnett (2014); Molina (2013).
37
  Replogle (2014); Reyes y Cabrera (2013); ZETA (2013).
38
  El Universal (2011); Reyes y Cabrera (2013).
39
  Monkkonen (2014); Sánchez y Salazar (2011).
40
  infonavit (2010).
41
  bbva (2011); Monkkonen (2014); Sánchez y Salazar (2011).
42
  bbva (2011).
43
  bbva (2011); Fuentes y Hernández (2014); Monkkonen (2014).
44
  bbva (2011); Monkkonen (2014); Sánchez y Salazar (2011).

149
¿Te vas o te quedas?

res realizados por un número reducido de autores. Para dimensionar


la carencia de este tipo de investigaciones, el Dr. Paavo Monkkonen,
conocido por sus estudios referentes al financiamiento de vivienda
de interés social en México, señaló en 2014 que “[…] en el caso de
México, hay sorpresivamente un solo artículo académico escrito so-
bre [la vivienda abandonada]”.45
Debido a las repercusiones de la vivienda deshabitada en el en-
torno urbano y en la sostenibilidad y el desarrollo económico de la
ciudad, este trabajo busca detallar los estudios sobre el tema. Asimis-
mo, pretende hacer una aportación original: crear un entendimiento
de los factores que inciden en las explicaciones de los actores cla-
ve y las limitaciones de éstas al momento de reflejar la complejidad
de este proceso.
Las conclusiones de este trabajo resultan de la aplicación de
una metodología mixta en que se combinaran entrevistas detalla-
das y modelos estadísticos. El análisis reveló que la “separación” del
actor en términos espaciales, o grado de interacción personal, tie-
ne un efecto importante sobre el tipo de explicaciones que un actor
clave es propenso a ofrecer, independientemente del posicionamien-
to sectorial que éste tenga (i.e. sector gobierno, privado, sociedad
civil). Más en concreto, la investigación muestra que la “distancia”
—un marco conceptual que consiste en la escala de acción (la escala
territorial en que se desenvuelve el actor) y el locus de análisis (el
grado de interacción personal que el actor tiene con derechoha-
bientes)— incide plenamente en la complejidad de la explicación
propuesta. Los actores en los niveles más altos de la jerarquía, sien-
do funcionarios estatales o representantes de cámaras de comercio,
son proclives a ofrecer representaciones de los procesos causantes
del abandono de vivienda en términos simples y dan soluciones que
reflejan ese entendimiento sencillo. Esta simplicidad contrasta mu-
cho con la de actores locales que expresaban interacciones complejas
entre factores que se traslapaban e interactuaban.

  Monkkonen (2014).
45

150
Tú sabras si te vas o te quedas: memorando de investigación

La validez de las explicaciones más complejas, aquellas ofreci-


das desde una “distancia” media o cercana, se sometió a una prueba
empírica mediante una regresión mco. Los resultados confirmaron
que los grupos de interés locales dan evaluaciones sobre el abando-
no cuya validez es cuantificable, al ser estadísticamente significativa
para una serie de variables. Este resultado sugiere que no deben dar-
se por sentadas las evaluaciones locales del problema del abandono,
ya que representan valoraciones de sus ejes impulsores que son legí-
timas y, a menudo, más precisas para un sitio determinado.
Aunque la investigación no resuelve el problema de la iden-
tificación de los factores que más repercuten en el abandono, sí se
concluye que la predisposición de explicar las causas del abandono
usando metodologías sólo cuantitativas o a escala macro no ha per-
mitido que las instituciones gubernamentales ni la academia hagan
diagnósticos adecuados del fenómeno. Desafortunadamente, esto ha
traido como resultado en acciones, iniciativas y procesos de evalua-
ción que implican no sólo un sesgo metodológico y escalar, sino que
además son inadecuadas para minimizar el abandono de vivienda
de forma efectiva.
La investigación de esta tesis deriva en tres propuestas que
recomiendan la incorporación de estrategias multiescalares y mul-
tiagentes en la provisión de vivienda de interés social. Las recomen-
daciones son congruentes con la bibliografía sobre la simplificación
estatal, la creación de valor urbano, los análisis de desviación posi-
tiva y la definición de problemas. Se mencionan a continuación en
orden de importancia:
1. Las evaluaciones y el diseño programático deberían considerar
específicamente el locus de análisis y la escala de acción al mo-
mento de idear nuevas intervenciones.
Como se ha mencionado en este ensayo, la “distancia,” el
efecto híbrido del locus de análisis y la escala de acción
pueden afectar la manera como las autoridades, los profe-
sionales e investigadores entienden las causas del abando-
no y elaboran propuestas para intervenir. La uniformidad

151
¿Te vas o te quedas?

metodológica y escalar en el estudio de la vivienda, que


actualmente privilegia los entendimientos cuantitativos
y a escala macro (cabe resaltar que ésta es la “distancia”
más tendiente a la simplificación), no ha permitido una
representación matizada de las causas del abandono de vi-
vienda en México. Al desarrollar políticas o proyectos de
investigación en el futuro, los responsables deberán tener
presente si en realidad están incluyendo diversas “dis-
tancias” en su proceso operativo. Al no hacerlo, corren el
riesgo de actuar sobre el problema equivocado y hacer po-
líticas poco efectivas para el contexto deseado.

2. Los Organismos Nacionales de Vivienda (Onavis) deberían em-


prender iniciativas que permitan la definición de problemas
locales, porque esto promovería la funcionalidad de progra-
mas e incorporaría una diversidad de entendimientos a los pro-
cesos de políticas públicas.
Hasta cierto punto, las simplificaciones por parte del go-
bierno son inevitables. Esta tendencia se debería reconocer
e incorporar al adn institucional de cualquier iniciativa
nueva, para diseñar políticas de tal manera que se diversi-
fiquen las perspectivas (disciplinarias, escalares, sectoria-
les, etcétera) al crear dichas políticas públicas y protegerlas
así contra la monopolización de un solo interés en la pro-
moción de la vivienda.
Una forma de hacer esto es precisamente permitir
que el infonavit deje su papel como definidor de proble-
mas y adopte uno como facilitador de la definición local
y creador de valor urbano. Este tipo de planteamien-
to tiene varios beneficios. Primero, al empezar con algo
concreto como la definición de los retos asociados con el
abandono, los diversos agentes tienen un incentivo para
participar activamente, ya que cada agente tendrá un inte-
rés y perspectiva propios que querrán representar durante

152
Tú sabras si te vas o te quedas: memorando de investigación

la formulación de una acción. Más importante aún, si la


definición del problema se hace de forma transparente y
justa, desarrollándose mediante mecanismos de consulta
que incorporen una multiplicidad de perspectivas y una
multiplicidad de “distancias,” este proceso podría devenir
en una coordinación orgánica entre los actores más clave.
El proceso de consulta, fundamentado en un espíritu de
legitimidad y consenso, incrementará la probabilidad
de una implementación exitosa y fomentará las posibilida-
des de una colaboración a futuro. Esto evitaría el “mimetis-
mo isomorfo”, es decir, la adopción de estrategias progra-
máticas que imitan las apariencias de programas exitosos,
pero que son poco funcionales para el nuevo contexto.

3. La investigación sobre la vivienda en México debería, con más


frecuencia, incorporar metodologías mixtas para acercarse
más fielmente a la naturaleza multidimensional del abandono.
De forma aún más general, este estudio demuestra el valor
y la necesidad de que la investigación recurra a métodos
mixtos con más frecuencia, no solamente para escudriñar
el tema de la vivienda abandonada, sino para observar las
otras dimensiones del diseño, producción, uso y valoración
social de la vivienda en México. La conveniencia de esta
estrategia recae en la fortaleza que aporta la triangulación
analítica inherente al enfoque mixto en la representación
adecuada de un fenómeno, que incorpora de forma natural
diferentes locus de análisis y escalas de acción, incluyen-
do dimensiones temporales, políticas y semánticas en la
investigación. Esto ayudará a evitar la proclividad de
las grandes instituciones dar explicaciones sobresimplifica-
das de procesos que en realidad son dinámicos y complejos.

Quiero cerrar este trabajo con una nota de optimismo. Según


un estudio de la historia de la política social de vivienda en México,

153
¿Te vas o te quedas?

ésta se encuentra en un estado de flujo constante. La presente traduc-


ción, con su subyacente compromiso epistemológico con la raciona-
lidad económica por encima de todo, está muy lejos de los ideales de
vivienda propugnados por la Revolución mexicana. Esto puede verse
como un fracaso o como una oportunidad. Quienes lo ven como una
oportunidad saben que no tiene que ser así. En concreto, ya es mo-
mento de que haya una nueva traducción para la política de vivienda
en México, pero para ello hace falta una intensa modificación de
las maneras en que hemos entendido tradicionalmente a vivienda.
Esta tesis es sólo una parte de esa agenda más amplia; una tarea que
será crucial si queremos lograr una construcción de vivienda
que responda a las necesidades de los mexicanos. A fin de cuentas, si
hemos de detener el abandono de las casas, no sólo en Tijuana sino
en el resto de México, en un sentido más amplio la tarea más urgente
es cambiar nuestra manera de ver y analizar la política de vivienda.

154
APÉNDICE:
CONSTRUCCIÓN DE VARIABLES

Las variables sobre la vivienda financiada por el gobierno (vfg)


fueron las más simples de construir. Gracias al trabajo de los inves-
tigadores de la Graduate School of Design, especialmente Charlie
Brennan, los datos brutos del ruv se convirtieron en a datos pun-
tuales georeferenciados, compatibles con los shapefiles de los ageb
en Tijuana. Usando la función count de Arcgis, se contabilizaron
las vfg dentro del ageb. Éstas, luego, se dividieron entre el número
de viviendas particulares registradas por el cpv para obtener una
proporción. En algunos casos, el total de vfg excedía el número
total de viviendas por el censo. En estos casos, se dio por sentado
que 100% de las casas en el ageb eran vfg. En último lugar, a pesar
de que los datos del ruv corren de 2006 al 2014, sólo se contabili-
zaron casas construidas hasta 2010 para evitar la inclusión de casas
que no existían al aplicarse el censo.
La creación de las variables de distancia fue un poco más com-
pleja. Previamente, en una ciudad policéntrica como Tijuana, sería
un error partir de una medida que toma como referente el centro
geométrico. Más aún, al quejarse de la lejanía de la vivienda de
los centros urbanos, los derechohabientes y actores clave no están
aludiendo la distancia que hay del centro geométrico; les interesa
la inaccesibilidad a centros de comercio, de servicios e institucio-
nes gubernamentales. Por lo tanto, el primer paso al construir esta
medida fue identificar las áreas con estas características en Tijuana.

155
¿Te vas o te quedas?

Para lograrlo, se consultó el denue, el registro más compresivo de


las unidades económicas en el país, que contiene la localización e
información sectorial de un gran número de actividades que gene-
ran valor económico. Éstas se separaron por sector, se reclasificaron
en tres grupos —centros de comercio, centros de servicios, y centros
de gobierno—46 y se contaron por ageb.
Con base en estos números, se crearon coeficientes de localiza-
ción (LC), un coeficiente que captura la importancia económica de
una comunidad en relación con la importancia económica de un área
mayor por definirse, en este caso, el municipio de Tijuana (Comtois,
2017). Éste se calculó usando la siguiente formula:

En esta fórmula Esa es el número de empleos en dado sector s


en tal ageb a, Ea es el número total de empleos en tal ageb a, Es es el
número total de empleos en tal sector s en toda la ciudad, y E es el
monto total de empleos en Tijuana.
De ahí, se creó un mapa que visualizaba los diferentes LC,
lo que posibilitó la identificación de centros en la ciudad. La varia-
ble de distancia, por lo tanto, mide la distancia lineal al ageb más
próximo con un LC elevado, en vez de la distancia lineal al centro
geométrico de la ciudad.
Aunque al momento de publicación estos datos no estaban lis-
tos para su consulta libre en internet, sería un placer compartirlos
con quien se interese en usarlos sin propósito de lucro y citando al
investigador como su fuente.

46
 El denue usa el Sistema de Clasificación Industrial de América del Norte (scian) para catego-
rizar las unidades económicas. Usando este sistema, unidades cuyo código empezaba con 43 o 46
se clasificaron como unidades comerciales. Unidades cuyo código empezaba con 61 (institucio-
nes de educación), 62 (instituciones de salud) o 71 (instituciones culturales) se clasificaron como
unidades de servicios. Por último, unidades cuyo código era 93 se clasificaron como servicios
de gobierno.

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167
ÍNDICE DE CUADROS,
FIGURAS, FOTOGRAFÍAS Y
MAPAS
Cuadros
Cuadro 1. Vivienda financiada por el gobierno en la zona
metropolitana de Tijuana............................................................ 34
Cuadro 2. Vivienda deshabitada en Baja California, 2005 y 2010....... 45
Cuadro 3. Construcción de vivienda por desarrollador
en Tijuana (2006-2014)................................................................ 97
Cuadro 4. Entrevistas por sector................................................................. 102
Cuadro 5. Trabajo de campo.......................................................................... 103
Cuadro 6. Operacionalización de variables explicativas......................... 106
Cuadro 7. Estadísticas descripticas de las variables en Tijuana,
Baja California, a nivel de ageb (n = 539).............................. 107
Cuadro 8. Factores que explican el abandono de vivienda
(distancia intermedia o cercana)................................................ 125
Cuadro 9. Correlación bivariada (Pearson's r) entre las variables
independientes y la vivienda deshabitada............................ 127
Cuadro 10. Modelo de regresión paso a paso (stepwise )
relativo al porcentaje de viviendas deshabitadas
en Tijuana, BC (2010).................................................................. 128
Cuadro 11. Modelo de regresión MCO relativo al porcentaje
de viviendas en Tijuana, BC, deshabitadas (2010) ............. 131

Figuras
Figura 1. Construcción anual de vivienda por desarrolladores
en Tijuana (2006-2014)................................................................ 46
Figura 2. Marco conceptual de la investigación....................................... 101
Figura 3. Distancia del actor.......................................................................... 109
Figura 4. Marco Interpretativo locus-Escala............................................. 111
Figura 5. Marco Interpretativo locus-Escala con Distancia................... 111

169
Figura 6. Explicaciones simples (lejana-lejana) versus
explicaciones complejas (intermedia-cercana)...................... 123
Figura 7. Marco interpretativo locus-escala con entrevistas................ 124
Figura 8. El entendimiento del abandono hoy......................................... 139
Figura 9. Otras posibles dimensiones de nuestro entendimiento
del abandono.................................................................................. 141

Fotografías
Fotografías 1. Valle de las Palmas................................................................ 29
Fotografías 2. Valle de las Palmas............................................................... 33
Fotografías 3. Viviendas modernistas y viviendas financiadas
por el gobierno mexicano................................................... 78

Mapas
Mapa 1. Localización del trabajo de campo en Tijuana,
Baja California................................................................................... 33
Mapa 2. Concentración estadísticamente significativa
del monto total de viviendas deshabitadas en Tijuana......... 36
Mapa 3. Concentración estadísticamente significativa
del porcentaje de viviendas deshabitadas en Tijuana............ 37
Mapa 4. Barrios de Tijuana............................................................................ 49
Mapa 5. Viviendas financiadas por el gobierno
(datos de puntos)............................................................................. 49
Mapa 6. Viviendas financiadas por el gobierno
(densidad de kernel)........................................................................ 50
Mapa 7. Desocupación total y densidad de kernel de la vivienda
financiada por el gobierno............................................................. 50

170
¿Te vas o te quedas?
Variación explicativa del fenómeno de abandono
de vivienda en Tijuana, Baja California
esta edición, en formato electrónico (4.2 MB), fue coordinada
y preparada por el Departamento de Publicaciones del
Programa Universitario de Estudios sobre la Ciudad
de la Coordinación de Humanidades, unam.

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