Tarea 3.1 La Problematica Etica y Moral

Descargar como pdf o txt
Descargar como pdf o txt
Está en la página 1de 6

Michaell Santos Castillo 100633076

Unidad 3- La problemática ética y moral.


3.1 Conceptos e importancia
La moral es el conjunto de hechos psicológicos, facultades y tendencias habituales del
hombre hacia la práctica de las buenas costumbres, es la ruta más clara del cumplimiento del
deber y la práctica de la honestidad, mediante la sugestión educativa como ayuda eficaz para
ejercicio de ella.
La ética es el procedimiento conducente hacia el dominio de la moral, traza reglas, mediante
teorías positivas, Para la perfección del hombre. Por lo tanto, la ética reúne el bien y el deber
en un punto de vista denominado virtud, que es la práctica de la moralidad.
La acción de la ética y la moral influye sobre el individuo, en base de las normas impuestas
por el ambiente social donde vive, obligándolo a obrar de acuerdo con el medio, frente a las
sanciones legales basada habitualmente en la opinión pública y la justicia. La ética es la
disciplina filosófica que estudia el comportamiento moral del hombre en sociedad.
3.2 Moral y ética, diferencias
Moral.
Es el estudio filosófico de la moral y es teórico. Surge en la interioridad de una persona,
como resultado de su propia reflexión y elección. Influye en la conducta de una persona, pero
desde su misma conciencia y voluntad. Es el valor descubierto internamente en la reflexión
de una persona. Necesita la moral para sacar sus conclusiones, explicarla, elaborar sus
hipótesis y teorías.
Ética.
Los actos humanos. En fin, hablar de los actos humanos seria hablar de la vida misma y de
como nosotros afrontamos tales actos, bajo qué grado de libertad los tomamos, si son
influidos por órdenes, costumbres o caprichos.

3.3 Los valores morales.


Los valores morales son el marco de acción teórico que sirve de forma fundamental para
orientar la acción práctica. Los valores morales no son un esquema fijo en cada persona.
Cada ser humano va formando sus propios valores morales tomando en cuenta algunos
condicionantes, por ejemplo, loa formación que ha recibido en la infancia. Los valores son
dignidades de las cosas, de las actividades, realizaciones, aspiraciones y finalidades de las
personas y por supuesto de las propias personas. Los valores morales se basan en la
honestidad de ser fiel a uno mismo. Las personas pueden caer en contradicciones internas,
por ejemplo, las personas que valoran la fidelidad pueden caer ante la tentación de la
infidelidad. En ese caso, una persona que es contraria a sus valores morales sufre
contradicciones mientras que una persona que es coherente con sus principios internos es
feliz a nivel de tranquilidad interior y paz.
lOMoAR cPSD| 10218709

3.4 Los Actos Humanos


En todo acto humano se pueden distinguir tres elementos o factores principales que son:
1. Elemento cognoscitivo: es el conocimiento de lo que se hace, aunque no se sepa
cuales sean las consecuencias de esos actos.
2. Elemento volitivo: todo acto humano va influenciado por la voluntad, la cual presiona
tal acto. De nuestra voluntad dependen todos nuestros actos.
3. Elemento ejecutivo: es la consecuencia de nuestra voluntad interna, ya que esta la
impulsa a la realización de actos externos, este momento del acto ya ha sido
influenciado por los dos elementos anteriores; el entendimiento y la voluntad, lo cual
indica que nuestros actos ya han sido analizados previamente.
Los actos humanos.
Se llama acto humano aquel que procede de la voluntad deliberada del hombre, son aquellos
actos que nos diferencian de los demás animales.
Entre los actos humanos se pueden citar; los violentos, los naturales y los propiamente
dichos actos del hombre.
1. Actos violentos: son los que el hombre realiza por la coacción de un agente que lo
obliga a ejecutarlos, contra su voluntad interna.
2. Actos naturales: son los que preceden de las potencias vegetativas y sensitivas, sobre
las que el hombre no tiene ningún control voluntario y son enteramente comunes de
los animales.
3. Actos del hombre: son los que proceden del hombre sin ninguna deliberación o
voluntariedad.

3.5 La Estructura Del Acto Moral


El acto moral
Es el acto voluntario que se lleva a cabo en una situación de conflicto entre la razón y lo que
genéricamente puede llamarse inclinaciones (pasiones, tendencias, sentimientos, intereses,
deseos, entre otros) teniendo en cuenta la ley moral. A este «tener en cuenta la ley moral»,
Kant llama «representación de la ley» y el acto moral es, según él, aquel en que lo pensado
como objetivamente necesario por la razón se impone también a la voluntad como
subjetivamente necesario.
Motivación
Por motivación puede entenderse como aquello que impulsa a actuar o perseguir
determinado fin. El motivo que nos puede impulsar a defender a un compañero de una
injusticia o el deseo de ayuda mutua, o el bien el deseo de notoriedad.
Conciencia del fin que se persigue
En toda acción hay una anticipación ideal del resultado que se pretende alcanzar, el fin
trazado por la conciencia implica la decisión de alcanzarlo, dicho fin se prefigura, se anticipa,
así el sujeto consiente del fin se decide a realizarlo.
Conciencia de los medios
El acto moral implica no solo los motivos, sino la conciencia de un fin y la decisión de
realizarlo, pero la decisión en muchos casos presupone la elección entre varios fines posibles,
lo que hace que la conciencia escoja uno, que nos daría un resultado ideal, no efectivo, pero
preferible a los otros posibles.
Cuando hablamos de los pasos que hay que seguir necesariamente para completar el acto
moral, para conseguir el fin propuesto, estamos hablando de los medios. Estos se hallan
respondiendo a la pregunta '¿cómo?'
El elemento que completa la estructura de los actos morales es el resultado efectivo de los
mismos, sus consecuencias (Buenas o malas).
Estructura del acto moral
El doble plano estudiado de lo normativo y lo factico en la moral, que encontremos en ella
normas y principios que buscan regular la conducta de los hombres y por otro lado, un
conjunto de actos humanos que se ajustan a las normas cumpliendo su exigencia de
realización.
Un acto moral por ejemplo es acudir en ayuda de un amigo que es atacado en la calle, o
devolver algo que nos ha sido prestado, son actos sujetos a la sanción de los demás, lo que
daría la aprobación o condena, de acuerdo con las normas morales comúnmente aceptadas.
Fases o aspectos del acto moral
Aunque a veces la persona es impulsada a actuar bajo fuertes pasiones como: los celos, la
envidia, la ira, la venganza, entre otros.
También por impulsos incontenibles, que son rasgos negativos de su carácter: crueldad,
egoísmo, avaricia, y otros. En los que puede no darse cuenta de los motivos de su conducta.
Los motivos inconscientes de la conducta humana pertenecen a la irracionalidad que Freud
llama ''Instintos'' Para lograr un triunfo no se justifica el empleo de medios como la calumnia,
el soborno, la injuria, y otros.
Para obtener un fin moralmente elevado, los medios deben ser adecuados a la naturaleza
moral del fin y la situación concreta en que se presenta.
El acto moral es una totalidad indisoluble de diversos elementos que son: motivos, fines,
medios, resultados y consecuencias objetivas.
En conclusión, podemos decir que las características internas de la acción humana para que
sea considerada un verdadero acto humano y, por lo mismo, moral, esto es, susceptible de ser
aprobado o rechazado. En la consideración moral de un acto se tienen en cuenta la
motivación (por una causa digna o, al contrario, por afán de notoriedad), el fin, del que se ha
de tener conciencia y ha de querer ser logrado mediante la acción, la elección adecuada de los
medios (no todo medio es moralmente bueno), el resultado de la acción (bueno y querido) y
sus consecuencias (previstas) en una situación concreta dada Quiere decir esto que, en orden
a que un acto sea moralmente bueno, lo ha de ser el motivo que lo impulsa, la finalidad con
que se hace, los medios que se usan, y el resultado y las consecuencias que se derivan de él
lOMoAR cPSD| 10218709

necesariamente. Además, el sujeto humano ha de ser consciente, no sólo de lo que le impulsa


a actuar, de sus fines y de los medios, sino del resultado y de sus consecuencias, que han de
preverse razonablemente. El acento de la moralidad no debe cargarse únicamente sobre la
intención del sujeto o sobre el tipo de acción que el sujeto realiza, sino sobre ambas cosas a la
vez, de forma indisoluble.

3.6 La Valoración Y Los Problemas Morales


La valoración moral consiste en el hecho de atribuir, adjudicar, un valor a una acción humana
determinada. La valoración es una reacción humana ante un hecho o un acontecimiento. En la
valoración, la voluntad aprueba o repudia. Los actos humanos son producto de la libertad y la
responsabilidad del hombre. Su calidad o no se valora según criterios morales.
En la valoración intervienen el sujeto que valora, el objeto de la valoración y el resultado de
la valoración o juicio de valor. El sujeto que valora, el hombre mismo, tiene voluntad para
decidir lo que ha de valorar y de dimensionar su acto propio.
La valoración implica conceptos diferentes para cada persona. No obstante el hombre ha
tratado de fijar escalas de valores que le permitan una medición constante o estándar.
Valorizar es una operación del hombre para determinar el peso de una cosa.
El objeto de la valoración puede ser tangible o intangible. Es el hombre quien determina esta
condición mediante un acto decisorio.
Los valores y las estimaciones varían con el individuo, con la familia, con la sociedad, con la
época. Es un hecho el carácter histórico de la valoración. La historia muestra los cambios que
ha sufrido la conciencia moral; cada pueblo, cada época propone una escala de valores acorde
con su circunstancia.
Para que un efecto o consecuencia pueda tener relevancia desde el punto de vista moral, es
necesario que ese efecto haya sido previsto, y que se produzca siempre o la mayor parte de
las veces como consecuencia de la acción que se ha emprendido; una vez admitido este
presupuesto, estamos en condiciones de valorar si es lícito emprender una acción que tiene un
efecto tolerado.
El papel de la Ética consiste en encontrar un criterio objetivo para estudiar y comprender el
fenómeno de la valoración, sin olvidar su sentido histórico.
El problema de la valoración plantea a la Ética dos retos: la definición de lo que es bueno y
como establecer un concepto objetivamente válido del valor bondad. Para explicar el
concepto de lo bueno la Ética debe explicar en qué consiste lo malo o el vicio moral. Así,
pues, el valor de lo bueno implica o remite a su contrario al desvalor de lo malo.
Lo que la moral juzga no es la acción, sino el acto de la voluntad que la ejecuta. Lo
moralmente bueno o malo, por lo que a la acción se refiere, es la decisión de la voluntad, el
tender la voluntad hacia esa acción concreta. Su ejecución no es lo fundamental: si alguien
decide hacer algo malo, y no puede ejecutarlo por cuestiones de imposibilidad física, ya ha
obrado mal porque tiene una voluntad mala, y lo mismo sucede con una decisión buena. Aun
así, el que la acción se ejecute de hecho hace completo el acto de la voluntad y, por esta
razón, la acción consumada tiene más peso moral que la solamente decidida y no realizada.
Por tanto, para analizar la bondad o maldad de una actuación, además de la previsión e
intención, es necesario examinar la decisión junto con la acción que lleva aparejada.
Nuevamente, hablar sólo de objeto moral con respecto a la decisión-acción, del mismo modo
que hablar sólo de fin con respecto a la intención, es confuso, pues cambia el acento de la
moralidad, de la voluntad que realiza la acción, donde realmente radica el peso de la
moralidad, al "algo" humano de la acción realizada.

3.7 La Responsabilidad Moral


Es aquella en la que se toma responsabilidad sobre un suceso específico o persona, poniendo
la moral por sobre lo demás. Se trata entonces de la responsabilidad que se relaciona con las
acciones y su valor moral. Desde una ética consecuencialista, dicho valor será dependiente de
las consecuencias de tales acciones. Sea entonces al daño causado a un individuo, a un grupo
o a la sociedad entera por las acciones o las no-acciones de otro individuo o grupo.
En una ética deontológica, en cambio, tales acciones tendrán un valor intrínseco,
independiente de sus consecuencias. Desde esta perspectiva, es un sistema de principios y de
juicios compartidos por los conceptos y las creencias culturales, religiosas y filosóficas, lo
que determina si algunas acciones dadas son correctas o incorrectas. Estos conceptos son
generalizados y codificados a menudo por una cultura o un grupo, y sirven así para regular el
comportamiento de sus miembros. De conformidad a tal codificación se le puede también
llamar moralidad, y el grupo puede depender de una amplia conformidad a tales códigos para
su existencia duradera.
Desde el punto de vista de la organización social, la responsabilidad moral se diferencia de la
responsabilidad jurídica por su carácter interno. La responsabilidad moral se refiere
principalmente al carácter interno de las conductas (la conciencia o intención de quien ha
actuado), sin importar aspectos externos como el hecho de que éstas hayan sido descubiertas
o sancionadas. Por el contrario, los procesos jurídicos no son necesariamente procesos de
intención (por ejemplo, la prescripción del delito de robo por el mero transcurso del tiempo
puede invalidar la responsabilidad jurídica sin invalidar la responsabilidad moral).
La responsabilidad moral ocupa un lugar cada vez más importante en la opinión pública
cuando la adjudicación de la responsabilidad jurídica a través de los tribunales es insuficiente
para cerrar casos como son, por ejemplo, escándalos de corrupción ligados al ocultamiento de
cifras en la contabilidad de empresas, derramamiento de petróleo en zonas naturales,
financiamientos ilegales de campañas y escándalos de corrupción política.
El término aparece también en la discusión de temas como determinismo o libre albedrío,
puesto que sin la libertad es difícil ser culpado por las propias acciones, y sin esta
responsabilidad moral la naturaleza del castigo y la ética se convierten en una interrogante.
3.8 La Obligación Moral
La obligación moral se define como la presión que ejerce la razón sobre la voluntad, enfrente
de un valor. Por ello, está lejos de ser una presión originada en la autoridad, o en la sociedad,
o en el inconsciente, o en el miedo al castigo. La obligación moral no es la obligación que se
lOMoAR cPSD| 10218709

siente por la presión externa, ni mucho menos ese tipo de acción psíquica originada por el
inconsciente.
Cuando una persona capta un valor con su inteligencia, se ve solicitada por dicho valor, y
entonces la inteligencia propone a la voluntad la realización de tal valor. Pero la inteligencia
presiona suavemente, sin suprimir el libre albedrío; simplemente ve una necesidad objetiva y
como tal la propone a la voluntad para su realización. Se trata pues, de una exigencia propia
de la razón, fundamentada en un valor objetivo, pero nacida en lo más íntimo y elevado de
cada hombre: su propia razón. Por lo tanto, la obligación moral es autónoma y no incompatible
con el libre albedrío.
Procesos de fundamentación
La base de la obligación, tal como se explicó, es la razón frente a un valor. Por esto se dice
que el fundamento próximo de la obligación moral es el valor. Y no solo en el plano
subjetivo, sino que también en el plano objetivo, ya que, la ley es la expresión de un valor
originada en la razón. Esta misma ley la cualidad de producir en el sujeto, que se guía por su
recta razón, el sentimiento de obligación. A esto se le llama obligatoriedad de la ley,
propiedad típica y que se deduce a partir del valor expresado por ella. En otras palabras: el
hombre, con su razón, trasciende al plano de los hechos y percibe el valor de las leyes, con
esto el mismo se impone una obligación o exigencia de tipo racional, sin menospreciar su
libre albedrío y su autonomía. Esta es la fundamentación inmediata de la obligación moral.

También podría gustarte