Vidas Re Paralelas
Vidas Re Paralelas
Vidas Re Paralelas
Cogote
Sin el fundamento en el que se basa el pescueso práctico sobre cada uno de los chakras
individuales que vamos a describir en otros apartados.
Los escritos que nos ha legado la tradición mencionan un número elevado de chakras:
88.000. Esto significa que en el cuerpo humano apenas existe ningún punto que no sea
un órgano sensible para la recepción, transformación y retransmisión de energías. Sin
embargo, la mayoría de estos chakras son muy pequeños y desempeñan un papel
subordinado en el sistema energético. Existen aproximadamente 40 chakras secundarios
a los que se asigna una mayor importancia. Los más importantes de ellos se encuentran
en la zona del bazo, en la nuca, en las palmas de las manos y en las plantas de los pies.
Los siete chakras principales, situados a lo largo de un eje vertical junto a la mitad
anterior del cuerpo, son tan decisivos para el funcionamiento de las zonas más
fundamentales y esenciales del cuerpo, del espíritu y del alma del hombre, que hemos
dedicado un capítulo a cada uno de ellos. En dichos capítulos podrás consultar qué
cualidades anímico-espirituales específicas están relacionadas con cada uno de los
chakras, qué zonas corporales están sujetas a su influencia, cómo repercuten los
bloqueos de cada uno de los chakras, y muchas cosas más.
Esta ilustración muestra una vista lateral de los chakras en forma de
embudo, sus uniones con el canal principal en la columna vertebral, así
como su posición más allá del cuerpo material.
Los chakras pueden girar hacia la derecha o hacia la izquierda. Aquí puede
reconocerse un principio contrapuesto en el hombre y la mujer, o una
complementación en la expresión de las energías de diferente “especie"
puesto que los mismos chakras que en el hombre giran hacia la derecha (en
el sentido de las agujas del reloj), en la mujer giran hacia izquierda, y
viceversa.
Entre estos dos chakras discurre el Sushumna, al que están unidos todos los
centros energéticos a través de sus «peciolos» y que alimenta a todos ellos
de fuerza vital. Es el canal a través del cual asciende la denominada energía
Kundalini, que reposa, «enrollada como una serpiente», en el extremo
inferior de la columna vertebral, y cuya puerta de entrada es el centro
radical. La energía Kundalini representa la energía cósmica de la creación,
que en la sabiduría india también se denomina Shakti o la manifestación
femenina de dios. Este aspecto activo del ser divino provoca todas las
manifestaciones de la creación. Su polo opuesto es el aspecto puro, amorfo
y autoinherente del ser divino, en el que incidiremos con más detalle más
adelante.
Después comienza un nuevo ciclo de otros siete años, pero esta vez con el
patrón fundamental del segundo chakra. Así, año tras año recorremos una
etapa evolutiva más, que se compone del tema fundamental septenario y de
siete temas principales de un año. Después de 5 x 7 años alcanzamos
aproximadamente la mitad de nuestra vida. Después de 7 x 7 años de vida
terminamos un ciclo completo de 49 años. De forma que al entrar en el
quincuagésimo año de vida comienza una etapa totalmente nueva, tenemos
efectivamente la oportunidad de comenzar otra vez desde el principio, pero
esta vez en una «octava superior» de la evolución.
Cada año que pasa nos espera un nuevo tema principal, y cada siete años
un nuevo tema fundamental; en este proceso los temas se complementan
siempre de la forma más óptima. El conocimiento del significado y la función
de cada chakra nos indica el camino para aprovechar de forma óptima cada
año concreto en beneficio de nuestra evolución. Además, nos permite
comprender con mayor profundidad la evolución de nuestros hijos y darles
siempre el tipo justo de dedicación y estímulos que más valiosos les
resultarán en una época determinada.
1er chakra.
Energía vital original, confianza original, relación con la tierra y el mundo material,
estabilidad, capacidad de imponerse.
2º chakra.
3er chakra.
4º chakra.
Desarrollo de las cualidades del corazón, amor, simpatía, compartir, apoyar con el
corazón, desinterés y altruismo, entrega, sanación.
5º chakra.
6º chakra.
7º chakra.
Por nuestra auténtica naturaleza somos uno con esa fuerza que se
manifiesta en las vibraciones y leyes regulares infinitamente variadas, en los
colores y formas, en los aromas y sonidos de toda la creación. No estamos
separados de nada. El núcleo más íntimo de nuestro ser vive en comunión
inseparable con el ser absoluto, inmutable, omnipresente, que denominamos
Dios y que ha producido y penetra todas las áreas de la existencia relativa.
Esta existencia pura ilimitada es por naturaleza la gloria.
Tan pronto como el silencioso y calmo océano del ser divino se encrespa en
olas de alegría, comienza el baile de la creación, de la cual también nosotros
somos una forma de manifestación y en la que podemos participar, en todos
sus planos, a través de nuestros cuerpos no materiales y del cuerpo físico.
Esto se corresponde con una reacción al bloqueo marcada por el yang. Pero
como si se produce una expresión de las energías, hacia el interior del
chakra pueden fluir nuevas energías, que volverán a descargarse de la
misma forma inadecuada.
A esta edad el niño no tiene aún un concepto del tiempo. Cuando llora por
soledad o por hambre, no sabe si este estado terminará, y fácilmente es
presa de la desesperación. Por contra, si se satisface de inmediato su
exigencia, se forma en él la confianza de que esta tierra proporciona a sus
hijos todo cuanto necesitan para mantener su cuerpo y satisfacer sus
necesidades físicas. El niño puede abrirse, tanto en el plano físico como en
el plano no material, a las energías nutricias y protectoras que dispone para
nosotros nuestro planeta madre.
Ahora es muy importante que los padres no traten de imponer al niño una
actitud determinada, pues en ese caso comenzará a retraer las emociones y
a reprimirlas en cualquier forma. Si, por el contrario, el niño aprende a vivir
sencillamente sus emociones, a aceptar la existencia de las mismas y a
tratarlas lúdicamente, podría disolver en poco tiempo todas las improntas
emocionales negativas.
Los padres deberían entender que un niño de esa edad no expresa ninguna
negatividad. Si se pone colérico, sólo es debido a que se ha decepcionado
una necesidad natural. Los gritos enrabietados y las pataletas liberan el
bloqueo producido, y así liberan al niño. Sin embargo, a la mayoría de los
padres les resulta difícil aceptar a su hijo tal como es con su expresión
emocional, puesto que ellos mismos no tienen las cosas muy claras. Aman a
su niño cuando hace esto o deja aquello, y con ello le transmiten el siguiente
mensaje: «Siendo así no eres lo suficientemente bueno».
Cuando entre los padres y el niño existe una lucha de poder porque los
padres piensan que sólo pueden educar al niño imponiéndole su voluntad,
tal lucha tiene su punto culminante en el tercer año de vida. Si entonces el
niño no se siente querido y aceptado en su personalidad en crecimiento, se
bloquean las energías del chakra del plexo solar. De mayor le faltará la
confianza y el valor para vivir su personalidad individual, para configurar su
existencia según ideas propias y para aprender de las experiencias
negativas. En lugar de eso, se adaptará o intentará controlar su mundo.
Puede que los menos de nosotros hayamos ido a unos padres que poseían
un entendimiento tan profundo y un amor tan desinteresado que entre sus
amorosas y expertas manos se fundieron, hasta desaparecer, las últimas
estructuras restrictivas del cuerpo emocional. Esto no significa más que lo
siguiente: que en esta vida nuestra misión y nuestro destino es desarrollar el
comprensivo amor hacia nosotros mismos que disolverá los bloqueos y
salvará las partes no deseadas e impuestas de nuestra alma. Sin ser
conscientes de ello, nuestros padres son los primeros maestros que, con su
conducta, hacen referencia a nuestras debilidades, de forma que, partiendo
del dolor y del sentimiento de carencia, acabamos buscando vías para
recuperar la integridad interior. Después asumen esta tarea otras personas y
situaciones vitales que atraemos inconscientemente, y que sirven como
espejo para las partes anímicas de nosotros que hemos reprimido en la zona
sombría de nuestra psique.
Existen fundamentalmente dos vías para actuar sobre nuestros chakras con
un efecto liberador y armonizador. El primer camino consiste en exponer los
chakras a vibraciones energéticas que se aproximen a las frecuencias con
las que vibra de forma natural un chakra sin bloqueos y que funcione
armónicamente. Estas vibraciones energéticas podemos encontrarlas, por
ejemplo, en los colores luminosos puros, en las piedras preciosas, en los
sonidos y en los aceites esenciales, y también en los elementos y en las
múltiples formas de manifestación de la naturaleza.
Tan pronto como a nuestros chakras afluyen frecuencias que son más
elevadas y más puras que las que corresponden a su estado actual,
comienzan a vibrar con mayor rapidez, y las frecuencias más lentas de los
bloqueos se van disolviendo progresivamente. Los centros energéticos
pueden absorber nuevas energías vitales y retransmitirlas sin obstáculos a
los cuerpos no materiales. Es como si, a través de nuestro sistema
energético, soplara una fresca brisa. El prana que afluye carga el cuerpo
etérico que, a su vez, transmite la energía al cuerpo físico. También fluye
hasta dentro del cuerpo emocional y del cuerpo mental, donde también
comienzan a disolverse los bloqueos, puesto que sus vibraciones son más
lentas que las de la energía que fluye a su interior. Finalmente, el pulso de la
energía vital afecta a los nadis de todo el sistema energético, y el cuerpo, el
espíritu y el alma comienzan a vibrar de forma más elevada, y a irradiar
salud y alegría.
Todos nos hemos encontrado más de una vez con personas que dicen que
no pueden relajarse. Esas personas necesitan permanentemente distracción
o actividad, incluso en su tiempo libre o en vacaciones, y cuando alguna vez
no hacen nada siempre queda el diálogo interior. Tan pronto como alcanzan
la paz externamente sienten una intranquilidad interior. En estas personas el
mecanismo de autocuración es tan activo que los bloqueos comienzan a
disolverse de inmediato tan pronto como se instaura algo de tranquilidad en
el sistema energético. Sin embargo, como las personas afectadas no
comprenden este mecanismo, huyen una y otra vez a la actividad,
reprimiendo así el procesamiento y la depuración de las energías
bloqueadas.
También a veces nos encontramos con personas que han intentado forzar la
apertura de los chakras practicando de forma desproporcionada y sin ser
guiados por nadie, por ejemplo, determinados ejercicios de Kundalini yoga, y
acaban inundados de los contenidos inconscientes del chakra
correspondiente. Del intento de rechazar estos contenidos pueden surgir a
veces bloqueos más profundos. Tampoco es raro que suceda que alguien
que ha iniciado un camino espiritual solo active sus chakras superiores y
mantenga inconscientemente los bloqueos de los chakras inferiores, puesto
que no quiere identificarse con los contenidos que se liberan. Una persona
de éstas puede ser que tenga acceso a maravillosas vivencias procedentes
de los ámbitos de sus chakras superiores, y, sin embargo, puede sentir
profundamente en su interior una carencia o un vacío. La alegría
incondicional, el sentimiento de alegría vital completa y de seguridad en la
vida sólo pueden surgir si todos los chakras están uniformemente abiertos y
sus frecuencias vibran en el plano más alto posible.
Existe una analogía sencilla que puede aclarar estas relaciones. Si tienes
miedo de una persona y la rehuyes, nunca la conocerás en todo su ser al
completo. Si, por el contrario, le dedicas tu atención y le haces sentir tu
incondicional amor, irá abriéndose a ti paulatinamente. Conocerás que tras
sus comportamientos negativos, que tú has condenado, no hay otra cosa
que el ansia de satisfacción decepcionada. Tu comprensión le ayudará a
recorrer el camino hacia una satisfacción real. En esta analogía, a tus
emociones le ocurren lo mismo que a esa persona.
El yo superior es esa parte del alma que nos une con la existencia divina. Es
ilimitado en el espacio y en el tiempo. Por ello tiene acceso en todo
momento al conocimiento integral que afecta tanto a la vida en el universo
como a nuestra vida personal. Si nos confiamos a su guía, nos conducirá por
la vía más recta y directa hacia la unidad interior, y los bloqueos existentes
en nuestro sistema energético se disolverán de la forma más suave posible.
Una irradiación activa hacia el exterior representa en todos los casos una
buena protección. Tan pronto como hayas aprendido a aceptarte como eres
e irradies abiertamente tus energías, las vibraciones negativas exteriores no
podrán penetrar en la corona de rayos surgida de ti. Aun cuando
permanezcas interiormente relajado y completamente sereno, las tensiones
de la atmósfera no encontrarán ningún eco en ti y no podrán asentarse en tu
interior o influirte negativamente.
Otra protección muy eficaz es la que ofrecen los aceites esenciales; que
deberías aplicar directamente sobre los chakras. Llenan tu aura de una
irradiación pura y neutralizan tensiones e influencias no armónicas, que
provienen del exterior hasta tu aura.*