NEU-INF-EVA. Solovieva & Col. 2017.
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Correspondencia: Maestría en diagnóstico y rehabilitación neuropsicológica, Facultad de
Psicología, BUAP. Yulia Solovieva: [email protected]; Luis Quintanar Rojas:
[email protected]
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herencia biológica de la especie humana. Por esta razón podemos afirmar que el
desarrollo psicológico del niño, a diferencia del desarrollo de los animales, es de tipo no
predeterminado, es decir, no definido desde el punto de vista hereditario, sino que
depende de la forma de organización del proceso de adquisición de la experiencia
histórico-cultural del hombre. El desarrollo de un animal está predeterminado
completamente por su herencia, la cual, siendo más flexible en animales superiores, le
permite adquirir conductas más complejas a partir de la experiencia individual que reciben
del medio que les rodea.
La característica de la estructura mediatizada señala la participación necesaria de
signos o instrumentos psicológicos en todas las acciones del niño. Estos signos son producto
de la cultura, se someten a la transformación histórica y pueden ser internos o externos. La
particularidad de estos signos como instrumentos, es que con ellos se modifica, no el mundo
externo real, sino la vida psíquica interna del niño. No obstante que Vigotsky (1995a) se
refería principalmente al uso del lenguaje como medio de excelencia, existen otros tipos de
medios externos e internos, cuya cantidad es infinita. Ejemplos de estos signos pueden ser
los tipos de alfabetos verbales, los signos matemáticos y musicales, los símbolos religiosos y
artísticos, los conceptos científicos, los sistemas de gestos y las expresiones faciales, etc. Un
ejemplo de este signo psicológico se representa en la figura 1.
En este ejemplo se puede observar una representación simbólica, a través de la
cual el hombre, en la era paleolítica, no modificaba al mundo externo, sino a sí mismo,
influyendo sobre sus propias percepciones y emociones, precisando sus necesidades y
determinando sus creencias e imaginaciones. De esta forma, es posible establecer las
diferencias entre un instrumento práctico y un instrumento psicológico. El instrumento o
herramienta satisface las necesidades prácticas y le permite al hombre transformar el
medio externo de acuerdo a ellas, mientras que el uso del instrumento psicológico no se
limita a objetivos pragmáticos. Este último le permite al ser humano influir sobre sí mismo.
Actualmente no es posible imaginar que el ser humano realice algún tipo de
actividad sin la participación de los instrumentos psicológicos. Esto es lo que diferencia al
ser humano de los animales.
Finalmente, el carácter consciente, voluntario y autorregulable de los procesos
psicológicos, muestra que desde la edad infantil el ser humano pasa por las etapas de
adquisición de la reflexión y la regulación de su comportamiento propio. Esta vía se inicia
desde la acción de regulación dividida entre el adulto y el niño (nivel extra cerebral o inter-
psicológico), pasa por la etapa en la cual el niño se regula a través de su propio lenguaje
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externo o egocéntrico (etapa del lenguaje externo) y culmina con la etapa de regulación
plenamente psíquica, a través del lenguaje interno propio del niño (etapa intra-
psicológica).
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conjunto de zonas unidas funcionalmente para la realización de una acción concreta del
niño.
Consideremos estos niveles con el ejemplo concreto de la acción de la escritura de
una oración al dictado. Es evidente que para escribir es necesario percibir la información
que llega por la vía auditiva, es necesario describir los sonidos que se perciben, encontrar
el grafema correspondiente a cada fonema, organizar la escritura en el espacio de una
hoja de papel a través de secuencias motoras fluentes, verificar todo el proceso y en su
caso, corregir los errores. Este ejemplo muestra la complejidad del proceso de la
escritura, aún sin referirnos a su sustrato cerebral.
Así, desde el punto de vista de su estructura psicológica, la realización de esta
acción requiere de la participación de las siguientes operaciones:
• El análisis fonológico del lenguaje.
• La elección de las letras y sus elementos.
• La organización de la escritura.
• La verificación.
En un sujeto adulto alfabetizado, estos procesos constituyen operaciones, debido a
que se realizan de manera automatizada y no se reflejan en su conciencia. Pero en un
alumno de primer grado de primaria, estos procesos constituyen acciones, debido a que la
realización de cada una de ellas le exige un nivel consciente de regulación. Veamos cuáles
son los mecanismos cerebrales que participan en cada una de estas operaciones (tabla 1).
Integración fonemática
Análisis fonológico del lenguaje Integración cinestésica
Retención audio-verbal
Percepción espacial analítica
Elección de letras y sus elementos Percepción espacial global
Retención visuo-espacial
Organización de la escritura Percepción espacial global
Organización secuencial motora
Programación y control
Verificación Activación general
Neurodinámica
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De acuerdo a la tabla 1 se puede observar que para una sola operación participan
varios mecanismos cerebrales y que, en su totalidad, la acción de la escritura constituye
un sistema funcional complejo. Analicemos el funcionamiento de estas operaciones.
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acuerdo a Luria (1969), que une las series de grafías a través de los movimientos finos y
fluentes de la mano del niño.
Verificación de la escritura
En lo que se refiere a la operación de verificación de la escritura, esta requiere de
la participación de dos mecanismos cerebrales: la programación y el control y la
activación general. El mecanismo de programación y control permite mantener el objetivo
previamente establecido, no desviarse hacia estímulos ajenos a la acción de la escritura,
ni por los deseos inmediatos que pueden surgir durante el trabajo y cumplir con todas las
reglas aprendidas para la ejecución. Por su parte, la activación cerebral general es
necesaria para la distribución de todos los esfuerzos del organismo del niño. Se trata de
un fondo de trabajo cerebral que permite regular y mantener el estado de alerta, en caso
de la presencia de errores o dificultades específicas.
Las pruebas que se utilizan para la evaluación neuropsicológica infantil incluyen
tareas específicas para cada uno de los mecanismos mencionados. Cada uno de los
mecanismos neuropsicológicos se relaciona con el trabajo específico que realizan las
zonas o conjunto de zonas cerebrales particulares (Tabla 2).
Tabla 2. Relación entre mecanismos neuropsicológicos y zonas cerebrales (conjuntos de
zonas cerebrales).
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Figura 5. Copia de la casa realizada por un niño preescolar con déficit de atención.
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Consideraciones finales
El diagnóstico neuropsicológico, que se realiza a través de la identificación de los
mecanismos neuropsicológicos, puede mostrar una dinámica positiva de su desarrollo o
un déficit en su formación (Akhutina, 1999). Los factores que muestran un desarrollo
negativo se comprenden como la causa inmediata de las dificultades en la realización de
las acciones u operaciones durante el aprendizaje escolar. En estos casos, el análisis
psicológico permite determinar qué acciones y operaciones sufren durante la realización
de uno u otro tipo de actividad por parte del niño.
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Conclusiones
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