Competencias y Habilidades Profesionales
Competencias y Habilidades Profesionales
Competencias y Habilidades Profesionales
Competencias y
capacidades
profesionales
Programa Desarrollo Profesional
1. Autoconocimiento
Capacidad para reconocer las propias potencialidades y límites personales y profesionales y definir
medidas correctoras. Tomar conciencia de la influencia de nuestros puntos fuertes y débiles con
relación a nuestros objetivos y con relación a las personas con las que interactuamos.
• Capacidad de identificar los propios factores personales y competenciales fuertes y débiles y
definir el propio Mapa competencial.
• Capacidad de identificar los factores estructurales y personales que suponen una oportunidad
o una amenaza para alcanzar los propios objetivos.
• Definir medidas correctoras a las amenazas o barreras.
• Capacidad de identificar las competencias clave a adquirir y / o mejorar, en relación con el perfil
profesional de un/a directivo/a de una organización.
• Capacidad de construir una imagen profesional realista y positiva valorando y confiando en las
capacidades propias y en la capacidad para convertirse en un referente por su equipo, el resto
de la organización y del entorno.
• Capacidad de autoevaluar la realización del propio trabajo en el seno de su área y organización.
2. Capacidad de aprendizaje
Mantener una actitud positiva orientada a nuestro desarrollo personal, profesional y / o empresarial,
buscando la autorrealización y la superación de los retos que nos encontramos por el camino. Movilizar
los recursos necesarios para adquirir y / o mejorar aquellas competencias necesarias para lograr
nuestros objetivos, en general, y las requeridas por el perfil profesional del / la directivo/a, en
particular.
• Ser capaz de actualizar los conocimientos adquiridos a lo largo de la propia trayectoria personal,
profesional y empresarial.
• Ser capaz de contextualizar los conocimientos adquiridos y aplicarlos en el ejercicio de las
funciones.
4. Relación interpersonal
Capacidad para relacionarse satisfactoriamente con las personas del entorno, aceptando la diversidad
y creando la confianza necesaria con las personas que forman el equipo, y con otras personas e
instituciones con las que nos relacionamos (otros equipos, accionistas, socios/as, patrones,
stakeholders, etc.), tanto interna como externamente.
• Valorar y tratar con igualdad de condiciones, respeto y comprensión a todos / as los / as
miembros de su equipo y de la organización.
6. Responsabilidad
Capacidad para implicarse con la actividad de su área y de la organización, comprometerse con sus
objetivos y asumir las obligaciones propias del cargo. Realizar las funciones buscando la máxima
calidad, cumpliendo con los plazos fijados. Invertir los recursos necesarios para ejercer la actividad
(tiempo, información, red de relaciones, etc.) teniendo en cuenta los diferentes contextos. Asumir las
7. Adaptabilidad
Capacidad crítica, constructiva y positiva para generar estrategias de respuesta a los cambios ya las
nuevas exigencias de cada situación y del entorno.
• Ser capaz de adaptar el Plan estratégico de su área o de la organización integrando las nuevas
oportunidades que se vayan detectando.
• Ser capaz de modificar las actuaciones que no se adecuen a un nuevo escenario, entorno o
situación, con el ritmo y el tiempo adecuados.
• Dotar de flexibilidad los procesos de trabajo y de toma de decisiones y ser capaz de ser flexibles
con el tiempo y el tipo de relación que se establece con su equipo y demás la organización.
• Capacidad de estar orientados / as hacia el cambio permanente, como una oportunidad de
aprendizaje constante, necesaria para mejorar el potencial de la organización.
• Generar respuestas alternativas cuando no se han alcanzado los objetivos previstos o en
aquellos casos en los que las estrategias definidas no dan los resultados esperados.
8. Negociación
Capacidad para buscar el consenso ante una situación en la que existen necesidades, intereses y
posicionamientos diferentes, utilizando argumentos claros y suficientes encaminados a alcanzar
acuerdos satisfactorios, entre las personas implicadas, que permitan alcanzar los mejores resultados
para toda la organización.
• Acercar posicionamientos ante una situación en la que existen discrepancias, posturas
contrapuestas y necesidades diferentes.
• Ser capaz de buscar acuerdos satisfactorios, ante situaciones de conflicto con las diferentes
personas e instituciones implicadas (equipos, accionistas, equipo directivo, stakeholders, etc.).
• Tener la capacidad de definir y potenciar estrategias que generen un impacto positivo para toda
la organización, por encima de intereses o necesidades individuales.
• Capacidad para facilitar la toma de acuerdos que prioricen los intereses colectivos, siendo capaz
de renunciar a intereses individuales y favoreciendo las relaciones a largo plazo entre todas las
personas e instituciones implicadas.
• Tener capacidad de influenciar e inclinar al resto de personas hacia nuestro posicionamiento,
aportando argumentos óptimos, en cantidad y calidad, y tomando como base la consecución
de los intereses y objetivos de toda la organización.
1. Inteligencia social. Las organizaciones valoran de forma positiva a los profesionales que
detectan rápidamente las emociones de quienes los rodean y adaptan su comunicación a ello.
Siempre ha sido una habilidad clave en los procesos de selección, pero actualmente resulta
decisiva, ya que en los nuevos entornos laborales los empleados deben cooperar y construir
relaciones con grandes grupos de personas en diferentes contextos.
3. Culturalidad y diversidad. El éxito de los profesionales que trabajan en entornos diversos viene
por su capacidad para identificar los puntos en común (objetivos, prioridades, valores, etcétera)
que trascienden a sus diferencias y que les permiten construir relaciones y trabajar en equipo
de forma eficaz.
4. Pensamiento computacional (Big Data). Los reclutadores valorarán los candidatos que incluyan
en sus currículos el análisis estadístico y habilidades de razonamiento cuantitativo. La capacidad
para traducir grandes cantidades de datos abstractos y comprenderlos, es una habilidad muy
demandada.
5. Mentalidad creativa. En un mundo tan expuesto a los datos, los profesionales preferidos por
las empresas serán aquellos que representen y desarrollen métodos de trabajo enfocados a los
resultados de forma creativa, que permitan a las empresas salirse de la línea seguida por todos
y liderar el terreno de la innovación.
6. Ser capaz de tomar decisiones con sentido. La robotización permitirá optimizar muchos
procesos y, al mismo tiempo, dará lugar una demanda creciente de aquellas funciones que las
máquinas no pueden hacer. Así, el pensamiento crítico, es decir, tomar decisiones con sentido,
al ser una facultad que no puede ser codificada, será una de las habilidades que más se
demandará para crear una visión única y crítica.
7. Educación mediática. La capacidad para evaluar y desarrollar el contenido que procede de los
distintos canales de comunicación y utilizarlos como un elemento de persuasión será un plus
para conseguir trabajo. Los profesionales tienen que estar preparados para evaluar de la misma
10. Colaboración virtual. En una realidad donde el trabajo en equipo está formado por personas
en diferentes partes del mundo, es imprescindible desarrollar la capacidad de trabajar de forma
productiva en soledad de forma remota y, al mismo tiempo, demostrar que se está presente y
se participa en las decisiones.
En el mismo orden, el World Economic Forum estima que para el año 2025 la tecnología se ocupará de
desarrollar más del 50% de las tareas de los profesionales. Estas son algunas de las competencias y
habilidades que los profesionales del futuro deberían desarrollar en el 2020, según el WEF:
Habilidades de comunicación. Saber comunicarse de manera efectiva ayuda a crear y transmitir una
argumentación sólida y persuasiva, adaptando el discurso a las necesidades y expectativas del
interlocutor. Se trata de una competencia esencial de las relaciones profesionales y personales que
facilita la consecución de objetivos.
“Si no sabéis comunicar bien con los demás, no sabréis convencer ni motivar. Si no sabéis comunicar,
estaréis mal informados y no podréis dirigir ni controlar con eficacia.”. Robert Papin
Saber liderar y gestionar equipos. En cualquier entorno laboral existe la figura de un líder que dirige
al equipo de manera eficiente. Pero liderar implica no solo habilidades directivas, sino también saber
adaptarse a los diferentes perfiles de colaboradores, motivar, comunicar, supervisar, controlar y
orientar.
Adaptación a las nuevas tecnologías. ¿Sabías que más del 80% de los procesos de transformación
fracasan por la falta de cultura digital de los empleados? La combinación de habilidades ‘soft’ y
tecnológicas, es el mix perfecto para afrontar con éxito los cambios a los que se enfrentan las
organizaciones.
No hablamos solo de habilidades técnicas como los conocimientos de software de gestión e-learning,
el big data o inteligencia artificial, también la capacidad de adaptarse a la ineludible transformación
digital de las empresas. Por ello, es imprescindible fomentar el desarrollo de competencias digitales
como identidad y reputación digital, el liderazgo 2.0 o el learning agility, que impulsen el talento de tu
equipo, convirtiéndolos en el motor de la transformación de tu empresa.
“Toda empresa que no se adapte y se transforme con la era digital acabará desapareciendo”.
Roberto Menéndez
“El 70-80% del éxito en la edad adulta proviene de la inteligencia emocional. Daniel Goleman
Automotivación y desarrollo constante. Para los profesionales, tener una mentalidad de desarrollo
constante es un valor al alza dentro de cualquier organización. Hacer frente a cualquier reto, contar
con una mentalidad de desarrollo y apostar por el aprendizaje constante aumenta nuestras
capacidades y fortalezas del equipo. ¿Cómo conseguirlo? Fomenta la creatividad e innovación de tus
colaboradores, desarrolla el aprendizaje learning agility o capacidad de aprender de una forma ágil,
adaptada a lo que cada situación requiere, e impulsa hábitos de automotivación.
“La creatividad implica romper con patrones establecidos para mirar las cosas de otra forma.»
Edward de Bono
o Liderazgo
El buen emprendedor deberá ser el líder de su nueva empresa o responsabilidad que ocupe. Será él
quien sirva de guía a los demás colaboradores y quien empuje al equipo hacia el objetivo marcado. Su
misión dentro del grupo será motivar, involucrar y crear un sentimiento de pertenecer a un grupo, de
tal forma que todo el equipo tenga la automotivación y las ganas suficientes para poner todo su
esfuerzo y energía en perseguir esa idea, oportunidad o sueño que todos comparten.
Cinco cualidades esenciales que necesita un emprendedor (siguiendo el documento en inglés con
subtítulos en español): Five Critical Skills That Entrepreneurs Need2:
Los emprendedores son aquellos que toman la iniciativa cuando otros dudan, son aquellos que dan un
paso al frente cuando otros reculan y, sobre todo, son aquellos que toman una decisión cuando otros
no saben qué hacer. Esta es la esencia del emprendedor, tomar las riendas cuando los caballos se han
desbocado y nadie se atreve a cogerlas.
No se puede dejar la maquinaria parada esperando que aparezca una señal que nos ilumine el camino.
El emprendedor debe ser la luz que guíe al resto, debe ser quien establezca el camino a seguir, la
decisión a tomar. No puedes esperar a que otro tome tus decisiones, porque puedes quedarte
esperando eternamente. Por ese motivo, es importante rodearse de gente con talento y
emprendedora, más que tú a poder ser, para que cuando tú te atasques te puedan señalar la ruta a
seguir, pero sin olvidar que la luz que guía tu empresa eres tú y sólo tú.
2 http://ecorner.stanford.edu/authorMaterialInfo.html?mid=366
Si tienes una idea, pero no sabes expresarla, de poco te sirve. Un emprendedor debe tener el don de
la palabra. Ser hábil en la comunicación facilitará todo el proceso de empezar un negocio, puesto que
si realmente no eres capaz de transmitir una idea ni transmitir unos objetivos de forma cristalina las
dificultades se incrementan, puesto que tus colaboradores no harán lo que realmente estás pensando.
Esta comunicación interna debe ser de doble dirección. Igual que tú tienes que comunicarte con tus
colaboradores, también ellos tienen que comunicarse contigo y debes ser capaz de escuchar y tomar
nota de lo que te digan.
Si vas a solicitar financiación, para tu proyecto es esencial saber transmitir tu idea y los valores que
representa. Debes transmitir tu pasión por el proyecto para que tus interlocutores se vean inmersos
en esa pasión.
Un vídeo sobre las Claves de un buen orador en una de las sesiones de SeedRocket: Las claves del buen
orador en seedrocket3
Esta es una de esas cualidades esenciales que todo emprendedor debe tener, la capacidad de
levantarse cada mañana y empezar a trabajar con ganas e ilusión.
Además de la motivación, hay que creer en uno mismo, en nuestra idea y en nuestras posibilidades. Si
tú no crees en tu idea, los demás tampoco se la creerán. Tienes que ser determinado y tener confianza
en ti mismo, en el proyecto y también en el equipo de personas de las que te rodeas. Debes creer en
tu idea, debes creer que tu idea va a aportar algo de valor a la gente y saber compartir y apasionar al
resto.
o Perseverancia y constancia
Cuando se inicia un nuevo proyecto hay que trabajar en él hasta que se llegue a la meta. No se pueden
dedicar ratos de vez en cuando.
Emprender es como una carrera de fondo, exige preparación previa y durante la carrera es
imprescindible la constancia y la perseverancia. Uno no se puede parar para descansar, porque si lo
haces, otro llegará y te adelantará. Cuando empezamos con una nueva iniciativa hay que dedicarle
tiempo y ese tiempo ha de ser lo más constante posible.
Donde otros se rinden, el emprendedor sigue y sigue con tesón y constancia, demostrando que si se
quiere, se puede: ¡creer para ver!
3 http://www.youtube.com/watch?v=6cYMFHNroqc&feature=player_embedded
El tiempo es oro y que debes organizar tu jornada laboral de manera que optimices al máximo tu
tiempo. Ahora eres un emprendedor, estás comenzando tu negocio (o proyecto) y el tiempo es valioso
y escaso. Te acompañará la flexibilidad, pero tendrás que estar siempre pendiente de tu proyecto.
Organízate cada día, ponte metas y objetivos (diarios, semanales o quincenales) para que no pierdas
el tiempo pensado ¿y ahora qué hago? Si no, “ya he terminado con esto y paso a lo siguiente”. También
es determinante tener la capacidad de priorizar las cosas. Muchas ocasiones dedicamos demasiado
tiempo y esfuerzos a tareas insignificantes. Debemos tener claro qué es importante y qué no lo es.
Como todo emprendedor, tu vida será tu trabajo. Pero tampoco es recomendable ser las 24 horas un
emprendedor frenético, ya que puede derivar en la frustración y en el coloquial “quemarse”.
Deberás encontrar un equilibrio entre tu trabajo de emprendedor y tu vida como pareja, padre, madre,
amigo, etc. Los momentos de relax y de socializar no deben desaparecer del todo de tu vida, puesto
que sirven de catalizador para la motivación, la satisfacción y la productividad.
o Viviendo el riesgo
Esta es una característica que está ineludiblemente ligada al emprendedor. No debe temer al riesgo.
El emprendedor se enfrenta a lo desconocido y a una nueva situación en la que por mucho que crea
tener controlados todos los aspectos, siempre habrá un componente de riesgo más o menos elevado.
o Orientación al propósito
Tenemos un proyecto y queremos llevarlo a cabo. Tenemos una meta. Tenemos un objetivo. Tenemos
nuestro Propósito. Y siempre debemos tenerlo en mente para que todas nuestras acciones nos lleven
a conseguirlo. Probablemente el camino que seguiremos no será exactamente lo que habíamos
planeado. Habrá que tomar desvíos, decisiones con las que no contábamos, pero en ningún caso
debemos apartarnos del fin que nos ha llevado a emprender.
No hay que cegarse en el objetivo. Hay que tener la habilidad de salirse de la foto y ver la situación del
proyecto desde fuera, desde una perspectiva más global. Ser capaces de ver dónde y cómo estamos,
ya que en ocasiones nos cegamos con llegar a la meta y no vemos los errores o cabos sueltos que
vamos dejando por el camino.
Una de las características de cualquier empresa es que vende su producto. En alguna clase de Harvard
se cuenta que un grupo de universitarios, en una clase de simulación de Marketing, tenían que fabricar
zapatillas de deporte y venderlas. Podían hacerlas baratas, caras, de un solo tipo, de todos los tipos y
modelos, etc. Un mes después, todos los análisis que realizaban uno de los equipos demostraban que
sus zapatillas eran las mejores del mercado y a un precio muy competitivo. Pero sus ventas eran muy
bajas. Cuando le preguntaron al profesor su respuesta fue muy reveladora: “Exacto, vuestras zapatillas
son las mejores en todos los sentidos y el precio es muy competitivo, pero ¿Quién conoce la existencia
de vuestras zapatillas?” Se habían empeñado en hacer el mejor producto, pero comercialmente eran
un desastre. Moraleja: De nada sirve tener lo mejor, si no somos capaces convencer y vender.
o Know-how financiero
Es evidente que antes de poner en marcha cualquier proyecto es imprescindible realizar un plan
financiero del mismo: presupuestos, balances, previsiones, etc. Fallar en las previsiones, se puede
fallar. Acertar plenamente es complicado. Pero lo que no puede hacer un buen emprendedor es fallar
en las previsiones por no disponer de los conocimientos necesarios para llevarlos a cabo.
El emprendedor debe tener cabeza para los números, al menos a grandes rasgos, o tener a un cabeza
de los números de mucha confianza cerca. Cuando te embarcas en tu propia empresa (y más si
inviertes tu propio dinero) no vale con “seguro que los números salen”. Hay que plasmarlos en una
hoja de cálculo y ver si realmente salen.
Hoy en día tenemos al alcance numerosas herramientas que nos permiten de una manera sencilla y
rápida tejer una red de conocimiento, tanto para dar a conocer nuestra idea (en aras de buscar
inversores), para promocionar nuestros productos y servicios o para compartir y ampliar
conocimiento.
Las redes sociales nos abren un nuevo camino para expandir y captar conocimiento. En las redes
podemos crear comunidades con personas y empresas con nuestras mismas inquietudes, que nos
puede ayudar a desarrollar nuestra idea y nos aportarán puntos de vista que hasta ahora no habíamos
visto.
Si creas una buena red, tendrás acceso al know-how de personas de todas partes del mundo, con
enriquecedoras experiencias y que pueden ser de utilidad para construir nuestro negocio. Además,
son excelentes herramientas donde buscar talento del cual rodearte para que forme parte de tu
proyecto de una manera más directa.
Las mejores empresas fueron creadas en tiempos de crisis, momento en el que la creatividad y el
talento son más importantes que el dinero. “Estamos en el Talentismo, no en el Capitalismo”. Por eso
1. Tener PASIÓN por lo que se hace es de sentido común ya que aumentará el entusiasmo, la
paciencia y la tolerancia a la presión. Pero la pasión no es suficiente porque debe regularse
haciendo FOCO para evitar la dispersión de energía y la pérdida de vista de los objetivos.
2. VISIÓN DE FUTURO y orientación a resultados, el emprendedor debe desarrollar su sensibilidad
para leer el mercado, entre líneas, descifrar tendencias y anticiparse. Los resultados de hoy son
consecuencia de decisiones pasadas.
3. El emprendedor tiene que TOMAR DECISIONES sin contar con todos los datos, en medio de la
incertidumbre, y luego ir ajustando las estrategias.
4. El emprendedor debe trabajar teniendo en cuenta su COMPROMISO y la MEJORA CONTINUA,
con el deseo de hacer las cosas bien y no “para salir del paso”.
5. ASUMIR RIESGOS para poder pasar del mundo de las ideas al mundo de las acciones y del
verdadero negocio.
6. Es imprescindible manejar bien el mundo de las RELACIONES, ya sea con inversores,
empleados, clientes, proveedores o administración. Se trata más de ir consolidándose que de
crecer por crecer.
7. Ser emprendedor es SABER VENDER. Las empresas viven de lo que venden y de nada sirve un
producto o servicio que no esté orientado al cliente y a aportarle soluciones. Hay que trabajar
en la diferenciación para ser la opción elegida.
Y, si nos centramos en los cuatro roles (habilidades) del emprendedor, en su nicho de mercado,
destacaríamos que son:
Tan importante es detectar lo que el mercado quiere/necesita como aquello que ni quiere ni necesita.
Personas que han iniciado proyectos, que han visto una oportunidad inmensa, un hueco en el mercado
se han lanzado a la piscina sin realmente analizar el mercado para ver si su idea es necesaria,
solucionará la vida a sus usuarios o simplemente si gusta. A ti te puede gustar mucho, pero a la gente
quizá no.
Un emprendedor norteamericano llamado John Osher, a quien le pareció una gran idea crear un
pequeño aparato de pilas donde ponías tu chupachups o piruleta, accionabas un botón y el chupachups
daba vueltas sólo. La idea era algo ridícula y no fue un gran éxito, aunque llegó a vender su empresa
(incluidas las girapiruletas) por la poco despreciable cantidad de 120 millones de dólares. Pero el caso
es que ese inventó no fue un éxito. Pensó tener una gran idea y no se fijó en que nadie (o muy pocos)
realmente querrían que su piruleta o chupachups diera vueltas sólo.
Puedes tener una gran idea o tener en mente una nueva empresa, pero si tú no luchas y trabajas por
y para ella, nadie lo va a hacer por ti. En cualquiera de las situaciones o aspectos de tu nueva empresa,
tú eres quien tiene solucionarlas.
La financiación no vendrá sola, la gente no aparecerá sin más para ayudarte. Cuando te encuentres
atascado, no esperes que se desatasque solo. Si un potencial proveedor no atiende tus llamadas y
necesitas contar con esos materiales para seguir avanzando, no puedes esperar a que te devuelva la
llamada. Insiste, vete a verlo o busca un nuevo proveedor. Pero nunca dejes que otros te hagan parar
el ritmo.
Tú eres el emprendedor, tú eres quien necesita que se hagan las cosas y debes marcar el ritmo. Toma
las riendas y haz que las cosas funcionen como deberían.
Aunque ser grande es una actitud, un error muy común cuando se empieza una empresa es
entusiasmarse demasiado y querer ser el rey de reyes desde el momento cero. Cuando te planteas
comenzar una empresa tienes que ver hasta donde puedes llegar. Es mejor empezar despacio y con
seguridad que querer abarcar demasiado.
Muchas veces pensamos que si nuestro producto es mejor que el de la competencia (y puede serlo) y
si la competencia vende un millón de unidades por todo el mundo, nosotros podemos hacer lo mismo,
porque somos mejores. Y ese puede ser nuestro único error, pero un error fatal. Hay que medir
nuestras capacidades y posibilidades para que nuestra nueva empresa tenga éxito. Obviamente, si
Una vez nos embarquemos en un proyecto emprendedor ya no valen las excusas. Nuestra meta es
crear nuestra empresa, nuestro negocio, nuestra vida. Muchos emprendedores se quedan en el
camino porque ante cualquier contratiempo se derrumban, empiezan a echar la culpa a factores
externos, cuando el único problema es que ese emprendedor, realmente no lo es.
Los emprendedores no ponen excusas para no seguir adelante, no se abaten cuando algo sale mal ni
echan la culpa a terceros cuando algo no funciona. Los emprendedores siempre deben tener una
actitud positiva y proactiva, y deben crecerse antes las dificultades.
Aquí radica la diferencia entre un emprendedor y el resto de las personas. El emprendedor es aquel
que antes los problemas, busca siempre soluciones.
Un antiguo proverbio africano dice “Si quieres ir rápido camina solo, pero si quieres llegar lejos
camina acompañado”.
Un error común que tienen algunas personas que quieren emprender un negocio es creer que ellos lo
pueden hacer todo. Es mi idea y la quiero sólo para mí. Pero raramente una sola persona podrá crear
su empresa él o ella sola. ¿Se puede hacer? Sí, ejemplos hay muchos, pero más ejemplos hay de
personas que querían hacer las cosas ellos solos, sin ayuda de nadie, y al final se quedaron sin nada.
Si tienes un buen proyecto, busca gente con talento y pasión que te ayude, que supla aquellos aspectos
en los que tú flaquees. Porque nadie sabe hacerlo todo bien y siempre habrá gente que sepa hacer
algo (o algos) mejor que tú. Si descubres tus debilidades y las refuerzas con las personas adecuadas, el
éxito estará más cerca.
Los errores y fracasos no deben echarte atrás ni deben frenar tus ansias de innovar y emprender. Todo
lo contrario. Cuando intentas abrir una nueva empresa y resulta ser un fracaso, es la mejor lección que
puedes aprender. Date la vuelta y mira lo que has hecho bien y lo que has hecho mal. Encuentra donde
has fallado y en la siguiente oportunidad que pase por tus manos ya no cometerás los mismos errores.
El libro The Innovator’s DNA, escrito por tres conocidos académicos de la Brigham Young University, el
INSEAD y la Universidad de Harvard, fue resultado de un estudio de seis años realizado a 25 líderes
innovadores (Amazon, Apple, Google, Skype, eBay, PayPal y otros) y la entrevista a más de 3.000
ejecutivos y 500 emprendedores que iniciaron sus propias compañías o inventaron nuevos productos.
Los autores del estudio son: Jeffrey H. Dyer; profesor de estrategia en Brigham Young University y
profesor adjunto del Wharton School de la Universidad de Pennsylvania. Hal B. Gregersen; profesor de
liderazgo en INSEAD, UAE, y en Fontainebleau, Francia. Clayton M. Christensen; profesor de la Escuela
de Negocios de la Universidad de Harvard.
Explica, en términos prácticos, los principios de gestión necesarios para generar y ejecutar un proceso
continuo de ideas de negocios innovadoras en una empresa.
Identifican cinco competencias que poseen, en distintos grados de desarrollo, estos innovadores
exitosos y que están en los que llaman el “ADN de los innovadores”. Éstas son: la asociación, el
cuestionamiento, la observación, las redes, y la experimentación.
o Redes (network). Otra parte vital del ADN del Innovador es que éstos requieren validar las
ideas o pensamientos con otras personas que pueden no estar en su ámbito laboral o familiar
inmediato. En este sentido, los innovadores realizan un constante esfuerzo en conocer y
compartir conversaciones con personas diferentes para observar nuevas formas de
pensamiento. Este especial proceso de creación de redes es otra de las características de los
innovadores donde a diferencia de la mayoría de los ejecutivos – quienes establecen redes
para acceder a recursos, venderse a sí mismos o a sus compañías – los innovadores establecen
redes con personas que tienen diferentes clases de ideas y perspectivas para rebotar sus ideas
y extender sus propios dominios de conocimiento. Es como cuando una página Web nos lleva
a otra página y así hasta que, eventualmente, encontramos una nueva idea o servicio
En resumen, las empresas más innovadoras en el mundo cuentan con líderes que entienden la
innovación en un nivel profundamente personal. Llevan la carga innovadora con un cociente de alto
descubrimiento de ideas y negocios. Los resultados de las investigaciones realizadas sobre las
empresas más innovadoras del mundo por los autores de este libro, revela que el ADN de las
organizaciones innovadoras refleja también la actitud y creencias de sus fundadores o líderes
principales, con el tiempo también son un reflejo de su gente, de sus valores y de los procesos
internos que ocurren dentro de la empresa.