Diagnóstico Endodoncia
Diagnóstico Endodoncia
Diagnóstico Endodoncia
El manejo de los síntomas no solo va asociado al trabajo con respecto al tratamiento, sino que además
lleva un componente afectivo en el cual nosotros debemos ser muy empáticos y tratar de acompañar al
paciente en esta situación de dolor, que muchas veces llevan días sintiendo sin poder resolver. Por lo tanto,
es muy importante que podamos hacer un muy buen manejo de la parte emocional, como apoyo, antes
de comenzar con el tratamiento o la parte de la anamnesis o revisión.
Anamnesis General: Siempre nos vamos a dirigir al paciente hablando sobre sus enfermedades, alergias,
si toma medicamentos, su historial de operaciones, etc., no solamente en la parte dental.
Se debe ser minuciosos e ingeniosos en la forma de preguntar, porque muchas veces los pacientes no
consideran medicamentos, como la Aspirina de niños, que generan repercusiones importantes en la
coagulación, por lo tanto, es importante anotarlo en la ficha clínica.
También es muy importante dimensionar las alergias, por ejemplo, el látex, el cloro, la clorhexidina, los
antibióticos, porque muchas veces los pacientes creen que como es un procedimiento dental esto no va a
tener una repercusión mayor.
cuenta, lo que finalmente va a definir el motivo de consulta y, así guiar el procedimiento y tratamiento.
Si bien muchas veces les pacientes llegan derivados para realizarse una endodoncia, también en otras
ocasiones el paciente viene porque desea mejorar la parte estética o tiene una caries en algunos dientes,
por lo que es importante conocer cuál es el motivo de consulta principal, asociado al motivo de consulta
endodóntico y, frente a eso, manejar lo que debemos realizar.
Estas características son súper importantes de conocer y manejar porque podemos ayudar a nuestro
paciente a entender un poco mejor lo que está sintiendo.
La intensidad, uno de los factores que determina la respuesta, se puede medir a través de la escala VAS
(escala análoga visual o EVA), a través de números, o en el caso de niños a través de imágenes, que nos
permiten identificar qué tan intenso o qué tan fuerte es el dolor.
Este dolor siempre va a estar asociado del umbral del dolor del paciente y también del complejo subjetivo
del paciente, frente a otros tipos de dolores, experiencias con las cuales llegan que van determinando
también cómo describe su propio dolor.
Nunca hay que cuestionar lo que dice el paciente, siempre se debe creer la intensidad que señala.
Análisis clínico: Terminada la anamnesis obtenemos un contexto del paciente que permite proceder al
análisis clínico.
El análisis clínico se basa en la inspección y exploración, palpación y percusión. Estos aspectos son los que
nos van a permitir como clínicos obtener una imagen objetivo del cuadro. A todo lo que ya relató el paciente,
le vamos a poner caras y formas; vamos a empezar a buscar a partir de lo que nos contó lo que está
ocurriendo y qué es lo que está dañado o lo que recibe estímulos negativos, para así poder resolverlos
1. INSPECCIÓN Y EXPLORACIÓN. La inspección inicia siempre desde afuera hacia adentro. Si somos
ordenados en definir desde dónde hacia dónde voy a trabajar, logramos recopilar de mejor manera
los antecedentes del paciente. somos muy desordenados, probablemente nos saltemos alguna
característica muy importante del paciente que estamos evaluando.
Comenzamos de la parte extraoral, donde vamos a analizar si existen o no asimetrías, si hay cambios
de coloración, edema, fístulas, ulceraciones o hiperplasias, ver por qué el paciente llegó; vamos
juntando la información a la anamnesis y lo que vemos en la parte clínica.
Existen características, afecciones que son tan evidentes que veremos desde el momento que entran
a nuestra clínica, mientras que hay pacientes donde está recién comenzando el cuadro, donde éste se
manifiesta como un poco más callado, pero que debemos evaluar y consignar de todas maneras.
Debemos observar al paciente de diferentes ángulos y consignar en nuestra ficha lo que encontremos.
Imaginemos que no vemos una situación, y cuando la paciente venga a nuestra segunda sesión y
recién ahí nos demos cuenta, puede que nos genere la incertidumbre de que a lo mejor nuestro
tratamiento no está funcionando y esto comenzó a empeorar. Mientras que, si hacemos una
observación previa correcta y lo tenemos consignado, entendemos que esto es un proceso que está
en evolución, mientras no empeore, y que se irá solucionando con el tratamiento que apliquemos. En
conclusión, debemos ser bien minuciosos.
En el examen intraoral, realizamos la revisión de nuestro tejido siempre de más a menos, partiendo
siempre por las mucosas, cómo se encuentra la encía, la mucosa de carrillo, la lengua, su base.
Como Odontólogos somos los principales agentes que reconocemos algunos tipos de cáncer de la
zona oral, y en reconocer alteraciones que podrían asociarse a enfermedades autoinmunes, pudiendo
guiar a los pacientes en relación a dónde ir, qué hacer, ayudarlos en forma temprana a identificar este
tipo de lesiones.
No partimos por los dientes en sí, sino que a nivel macro, tejidos blandos a los dientes, evaluando
asimetrías, cambios de coloración o textura, edema, fístulas, ulceraciones, hiperplasias, profundidad de
sondaje (determina el estado de la zona de sostén), fracturas/fisuras (evaluar con técnicas de tinción) e
higiene, que también serán factores a considerar en el pronóstico del paciente.
2. PALPACIÓN. Tocamos los tejidos, evaluamos un lado respecto al otro, siempre vemos ambos lados,
comparando con el lado contralateral, porque muchas veces hay formaciones más normales en
nuestros pacientes, por ejemplo, torus, que nos pueden hacer pensar que hay alguna cosa alterada.
Identificar la textura, si hay o no movilidad, a qué altura se encuentra si es que tuviera, cómo se
encuentran los tejidos en general. Lo mismo con la lengua y las zonas externas que hemos nombrado
anteriormente. Siempre nos va a permitir determinar por percepción táctil la consistencia, textura,
adherencia, movilidad, presencia de nódulos linfáticos regionales, nódulos dolorosos musculares.
3. PERCUSIÓN. Tanto en vertical como horizontal. Esta percusión permite entender un poco más cuando
nos encontramos frente a cuadros de afección de tejido apical y perirradicular, donde la percusión por
lo general nos va a indicar que hay alguna alteración, y también nos permite identificar lesiones como
fracturas, fisuras.
Si el paciente tiene claridad respecto al diente afectado se hace mucho más sencillo porque vamos
directamente a ese diente, si coincide con lo que observamos clínicamente también es más fácil identificar.
En caso de que el paciente no tenga claro cuál es el problema o diente afectado, este análisis de
sensibilidad nos va a permitir ir descartando.
1. Test térmicos Encontramos el test térmico frío, que se puede aplicar a través de sistemas como, por
ejemplo, el cloruro de etilo. Hay un montón de marcas en el mercado, lo importante es utilizar
siempre aquellas que tienen -50° o menos, porque valores mayores no van a generar alteración o
modificación del estado pulpar como se espera.
El test térmico de calor en donde vamos a aplicar, por ejemplo, de una barra de gutapercha, donde
vamos a aplicar primero en el diente sano y luego comparamos en el diente alterado; utilizar
vaselina.
2. Test eléctrico Corresponde a la estimulación de las fibras nerviosas a partir de un aparato que genera
un circuito cerrado, provocando pulsaciones sobre el tejido del diente por segundos. Las pulsaciones
aumentan en intensidad hasta que el paciente relata si es que ya sintió o no el estímulo; así se mide
la respuesta comparando con el diente contralateral (si no tenemos el contralateral, comparamos
con uno de volumen parecido). Es importante que el diente este seco y que la pinza toque la
estructura del diente. Para ello se debe utilizar un algodón, no secar con aire. Esta prueba solamente
entrega información nerviosa, no habla sobre el aporte sanguíneo pulpar.
FALSO (+)
• Restauraciones extensas de metal
• Pacientes jóvenes y ansiosos
• Respuesta de tej. periodontal
• Dientes multirradiculares; diag. SCR diferente
FALSO (-)
• TDA
• Calcificaciones; impide la transmisión del estímulo
• Rizogénesis incompleta
• Pacientes con AINE y/o tranquilizantes
Podemos tener resultados alterados frente a estos estímulos, donde encontramos los falsos positivos,
asociados principalmente a la utilización de los estímulos sobre dientes que tienen restauraciones de metal
extensas, donde la estimulación se intensifica, o respuestas cerca del tejido periodontal donde activamos
tejido externo.
Los resultados falsos negativos se asocian principalmente a traumatismos dentoalveolares, donde la pulpa
está en un estado de recuperación y no se logra medir en forma adecuada, por lo que no se recomienda
realizar test pulpar en dientes con traumatismos recientes. Los pacientes en tratamiento con AINES y/o
tranquilizantes generan un cambio en el umbral del dolor y en la reacción al apagar la sensación real del
dolor.
1. Test mecánico o de la cavidad Test que se realiza sin anestesia y en última instancia, cuando todavía
no logramos localizar o saber si efectivamente el diente está con problemas. Prácticamente no se
utiliza. Se hace con una fresa muy pequeña, sin anestesia y con aislamiento, en donde uno
comienza a entrar poco a poco, acercándonos a la zona pulpar. Si el paciente relata respuesta al
acercamiento, detenemos el procedimiento y sellamos. En cambio, si seguimos y no relata
respuesta, se asocia a un cuadro de necrosis y ahí entonces ya tendríamos que realizar el
tratamiento de conducto.
2. Test de la anestesia Test coadyuvante para dolores referidos o irradiados, es decir, cuando no
tenemos claro el origen, si es arriba o abajo, si es el lado izquierdo o derecho, por lo que se hace un
bloqueo de diferentes zonas para identificar. Facilita exclusión de focos dolorosos; desfocalizar.
3. Test de láser Dopper Permite evaluar la vitalidad pulpar en base al flujo sanguíneo pulpar. A través
de un láser se envía una longitud de onda por los vasos sanguíneos, donde van a medir la cantidad
de eritrocitos o glóbulos rojos que hay dentro del componente vascular pulpar. A medida que va
dando la respuesta obtenemos: si es que hay mayor respuesta, asociamos que existe un diente con
vitalidad adecuada; cuando no hay respuesta se asocia a un diente cercano a la necrosis pulpar.
Este aparato tiene excelentes resultados, pero es de alto costo y es mucho más aparatoso, por lo
que es difícil encontrarlo en forma convencional.
Consideraciones test de vitalidad pulpar
• Advertir al paciente la naturaleza del test
• Informar qué se espera de sus respuestas
• En cuanto a la espera de las respuestas del paciente, siempre esperar 5-6 sg, después de eso
debemos retirar el estímulo para no generar daños
• Instruir al paciente a levantar su mano al sentir el estímulo y bajarla al detenerse
• Varios estímulos para alcanzar el umbral que produzca dolor, en algunos casos. En algunos casos
es necesario efectuar varias veces el mismo test, emitir varios estímulos para obtener la respuesta
clara
• Esperar varios segundos antes de aplicar el test al otro diente
Análisis radiográfico
Lo más importante es considerarlo efectivamente un complemento. Se debe evaluar de la forma más
ordenada posible, iniciando siempre por el tipo de radiografía que tenemos, considerar la parte coronaria,
luego la parte radicular, el SCR, y terminar con los tejidos de soporte y adyacentes. Este orden nos va a
permitir finalmente no saltarnos ninguna parte y dejar todo consignado.
Análisis complementarios
Se utilizan principalmente cuando tenemos pacientes con alteraciones o, por ejemplo, para tomarle la
presión a un paciente antes de comenzar el procedimiento o la realización de interconsultas en caso de
tener un paciente con un estado sistémico comprometido, donde contamos con el permiso del médico
tratante para poder realizar el procedimiento en sí.
o Simples: control de temperatura corporal, presión arterial (> pacientes con HTA).
o Externos: exámenes de laboratorio o interconsultas
Exámenes de Laboratorio.
• Hemograma: anemias, infecciones, leucemias
• Glicemia: infecciones recurrentes y procesos de cicatrización.
• Calcemia: tumores óseos
• Fosfatemia: disfunciones en paratiroides
• Cultivos bacterianos: infecciones rebeldes que no ceden a antibioterapia tradicional
• VIH
• Biopsias