Fenomenología Trascendental

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Fenomenología trascendental

La fenomenología trascendental es una corriente filosófica fundada por Edmund


Husserl en un intento de renovar la filosofía como una ciencia estricta de un
conocimiento progresivo y con un método propio que permita el alcance de la verdad
objetiva en la descripción del fenómeno. La fenomenología asume la tarea de describir
el modo en el cual el mundo-en-sí se hace presente en la subjetividad, para-sí,
determinando sus diferentes estructuras esenciales.

El adjetivo "trascendental" que acompaña a fenomenología se utiliza para distinguir a


esta de otras formas de fenomenología, surgidas en reacción con el pensamiento de
Husserl, que abandonan la pretensión de ser filosofía trascendental. La fenomenología
trascendental se inscribe en la tradición de la filosofía trascendental que tiene sus raíces
en Descartes, pero más claramente en Kant y el idealismo alemán. Pese a que la
fenomenología trascendental se ha referido prácticamente durante todo el siglo XX a la
filosofía de Edmund Husserl, la exégesis contemporánea sugiere que ciertos periodos
del pensamiento de Martin Heidegger, podrían adscribirse también a esta corriente.

En reacción a la fenomenología trascendental, han emergido muchas de las grandes


corrientes de la así llamada filosofía continental del siglo XX, tales como la
deconstrucción, el postestructuralismo, el pensamiento de la otredad, la posmodernidad
y el existencialismo.

Desarrollo histórico de la fenomenología trascendental

Pese a que se suele decir que la fenomenología trascendental tiene su origen en el


primer tomo de las Ideen zu einer reinen Phänomenologie und phänomenologischen
Philosophie (Ideas I), no existe consenso acerca de si la fenomenología de la que
Husserl hablaba ya desde 1900 no podría considerarse como trascendental incluso antes
de 1913. Lo que sí es un hecho es que en la primera edición de la Logische
Untersuchungen de 1900/1901 (que luego recibió una segunda edición con correcciones
posterior a la escritura de Ideas I) Husserl caracteriza a la fenomenología como
"psicología descriptiva", no reconociéndose ella como sucesora de la filosofía
trascendental.

En las Investigaciones lógicas Husserl presenta una aguda crítica al psicologismo, y


desarrolla algunos conceptos heredados de la filosofía de su maestro Brentano, como el
de vivencia e intencionalidad, que posteriormente ocuparán un lugar central en la
fenomenología trascendental. Por vivencia ha de entenderse la unidad entre un acto
intencional de cualquier tipo (percepción, imaginación, recuerdo, deseo, etc.) y el objeto
que es alcanzado en esa vivencia, el objeto intencional (lo percibido, lo imaginado, etc.).
Por otra parte, con intencionalidad se describe la propiedad de las vivencias de estar
referidas siempre a algo.1 Así, la vida de conciencia es caracterizada como
necesariamente intencional, esto es, que todas las vivencias se refieren necesariamente a
alguna forma de objeto. A los objetos entendidos como correlatos necesarios de
vivencias, Husserl los denomina objetos intencionales.

La fenomenología aparece en esta obra como una ciencia que debe de proceder
conforme a un método. Este método recibirá luego de las Investigaciones lógicas
múltiples correcciones y ampliaciones en los siguientes trabajos de Husserl. Debe
observarse, sin embargo, que hasta 1913 no se hablaba aún de la epojé, de la reducción
fenomenológica y de la reducción trascendental, que son condición sine qua non para
convertir el análisis psicológico de las vivencias en un análisis propiamente filosófico.
(Como antecedente, puede observarse que en las lecciones de Die Idee der
Phänomenologie se habla de reducción gnoseológica).

Otro elemento metódico es la apelación a una mereología, o teoría de los todos y las
partes, a partir de la cual se han de distinguir entre partes independientes y partes no
independientes de las esencias de los objetos intencionales. Con esto es posible describir
las relaciones entre estas partes en términos de fundamentación.2 Por último, el método
supone también una teoría del cumplimiento de las vivencias intencionales. (A este
cumplimiento lo denominará más tarde, en Ideas I, evidencia, "Evidenz").

De acuerdo con esta teoría, la pregunta por el sentido intencional se responde a partir de
las vivencias perceptivas en las que se captan objetos reales o ideales. En cuanto a este
último punto, Husserl afirma que también en las vivencias que tienen ideas como
objetos intencionales es posible distinguir entre vivencias que presentan a sus objetos y
vivencias que sólo los mentan de manera vacía (esta mención vacía es una posibilidad
que surge con el lenguaje). Por ello cabe pensar en las vivencias en las que se captan o
intuyen ideas como vivencias análogas a aquellas en las que se percibe un objeto real.
Desde este punto de vista los objetos son inconcebibles sin su referencia a las vivencias
en las que se muestran: el postulado de una cosa en sí, independiente de la vida de
conciencia, es absurdo.

Así pues, en resumen, en las Investigaciones Lógicas la fenomenología ya es concebida


una ciencia que estudia las estructuras esenciales de las vivencias y los objetos
intencionales, así como relaciones esenciales entre tipos de vivencias y de objetos
intencionales. Por otro lado, el propósito de la fenomenología tal y como es propuesta
en esta obra consistiría en la aclaración epistemológica de la lógica pura, que
comprendería también a la matemática, a partir del cumplimiento de las vivencias
intencionales de las objetividades lógicas.3

Ideas I

Ideas relativas a una fenomenología pura y una filosofía fenomenológica, también


conocida como Ideas I, es la primera publicación donde aparece el tema de la epojé
trascendental: la operación mediante la cual Husserl propone acceder a la subjetividad
trascendental o conciencia pura mediante una serie de pasos o reducciones.4 Una de
estas reducciones es la reducción eidética, que consiste en tomar las objetividades que
se presentan a la consciencia como meros ejemplares de esencias que se obtienen por
variación eidética. Este método ya había sido introducido en las Investigaciones
Lógicas. No es este el caso de la reducción trascendental, que aparece por primera vez
en esta obra en la forma de una desconexión o puesta entre paréntesis de la creencia en
la realidad del mundo.5 Quien ejecuta esta reducción descubre de manera radical el
mundo en tanto que mundo vivido por él, pues con la desconexión de la creencia en la
realidad del mundo el fenomenólogo se concentra necesariamente en el campo de la
vida de conciencia en la que éste aparece y adquiere incluso su carácter de realidad.
Sólo con la desatención del mundo en tanto que mundo real es posible prestar atención
al mundo tal y como es vivido por nosotros. Mientras que la reducción trascendental
abre el campo de la consciencia pura, la reducción eidética permite captar lo que ahí
aparece en términos de esencias y de relaciones esenciales. A la actitud en la que
vivimos cotidianamente cuando no hacemos filosofía, Husserl la denomina actitud
natural. A la actitud en la que nos mantenemos en la reducción trascendental —y que,
lo sepa o no el filósofo, es propia de toda filosofía— la denomina actitud
trascendental.

A partir de esta obra toda la fenomenología de Husserl se desarrollará como


fenomenología trascendental. Por lo demás, en Ideas I este proyecto adquiere ya
claramente el perfil de una filosofía que tiene como tarea esclarecer el sentido que el
mundo tiene para nosotros en nuestra vida cotidiana. Esto se debe a que la vida misma
sobre la que el fenomenólogo reflexiona tiene un carácter intencional que coincide con
una noción ampliada de significación que Husserl denomina ‘sentido’ (Sinn) en Ideas
I.6 Husserl observa que tras la reducción trascendental toda vivencia intencional sigue
teniendo una estructura doble: un lado noético y un lado noemático. Mientras que lo
noético se refiere a la forma en que algo es vivido, lo noemático se refiere a aquello a
lo que apunta la vivencia como su objeto.7 En la correlación intencional entre noesis y
nóemas las vivencias se entretejen en estructuras sintéticas. Antendiendo a ello se puede
hablar de una sintaxis de las vivencias que es análoga a la del lenguaje, pero mucho más
fundamental.8 A las investigaciones fenomenológicas sobre las síntesis en las que el
mundo y las cosas en él adquieren su sentido, Husserl las llamó investigaciones
constitutivas.

En obras posteriores Husserl propondrá varias formas de llevar a cabo las distintas
reducciones que conducen a la subjetividad trascendental. Aquí es importante hacer una
observación sobre el término reducción, en alemán "Reduktion". En su libro
Introduction to Phenomenology, Robert Sokolowski propone interpretar este término en
el sentido de “re-conducción”, conforme a la etimología latina re-ducere.9 Esta
interpretación del término reducción es congruente con el papel que este concepto juega
en la fenomenología trascendental.

La fenomenología aparece públicamente por primera vez como fenomenología


trascendental en Ideas I. De esta obra en adelante será claro para Husserl que la tarea de
la filosofía entendida de esta manera es explicar el origen y el sentido del mundo al
reflexionar sobre la experiencia intencional.10 De acuerdo con ella, el mundo es aquello
a lo que se refiere nuestra experiencia y al mismo tiempo el contexto en el que vivimos.
Como contexto el mundo es siempre algo implícito. Así que para explicitar el sentido de
esto implícito es necesario primero dejar de suponerlo como fundamento de la
experiencia y recuperarlo como término objetivo al que ésta se refiere. Esto es lo que
pretende la reducción trascendental.

Husserl planeó su obra Ideas relativas a una fenomenología pura y una filosofía
fenomenológica en tres tomos. El único tomo terminado fue el primero, al que nos
hemos referido en este apartado. El segundo y el tercer tomo fueron publicados de
manera póstuma.

Metodología

En lo que se refiere al método, se vale de la reducción eidética, la reducción


trascendental y el análisis intencional para explicitar el sentido del mundo en tanto que
mundo (o del ser en tanto que ser) y de las cosas en él, así como para exponer las leyes
esenciales inherentes a nuestra consciencia del mismo. En todas las obras sistemáticas
publicadas por Husserl consta un bosquejo de su programa, y parte de él comprende la
fundamentación última de las ciencias empíricas (o ciencias de hechos, como la
biología) y de las ciencias eidéticas (o ciencias de esencias, como la geometría), así
como la elucidación de lo mentado en sus conceptos.

Muchos de los conceptos y las tesis de la fenomenología trascendental sólo pueden ser
comprendidos a cabalidad tras la ejecución de la reducción trascendental y tras el
esfuerzo por entender a qué se refieren a partir de la experiencia propia. Este es uno de
los sentidos del llamado a ir a las cosas mismas, en contraposición a quedarse en meras
construcciones de palabras y castillos en el aire.11 Uno de los conceptos centrales de la
fenomenología trascendental es el de intencionalidad, que procede de la tradición
escolástica y en última instancia del concepto aristotélico de “logos”.12 Otro de sus
conceptos fundamentales es el de evidencia o intuición, que es una ampliación del
concepto de percepción y que se refiere a una verdad más originaria que la
proposicional: esta verdad es la de lo que aparece.

En la fenomenología trascendental se deshace la oposición entre empirismo y


racionalismo, pues en la medida en que llama a dirimir todas las cuestiones sobre la
verdad última de las cosas en las experiencias evidentes que tenemos de ellas, puede
considerarse una forma radical de empirismo; sin embargo, en la medida en que asume
que el orden racional del mundo nace en la experiencia intencional, puede considerarse
también una forma de racionalismo.

Pocos de los discípulos y de los primeros lectores de Husserl compartieron el espíritu de


hacer de la fenomenología un proyecto verdaderamente colectivo. Por el contrario, la
historia del movimiento fenomenológico que tiene sus raíces en Husserl parece estar
dominada por el deseo de filósofos que aspiran a superarse unos a otros. De ahí que la
unidad de lo que se denomina con el título genérico de fenomenología sea la mayoría de
las veces superficial, cuando no meramente histórica. Sin embargo, a principios del
siglo XXI esta forma colectiva de hacer filosofía y su proyecto pasan por un
renacimiento en gran parte del mundo.

Meditaciones cartesianas

Lógica Formal y Lógica Trascendental, La crisis de las ciencias europeas y la


fenomenología trascendental, Ideas II, hace referencia a la maduración de la
fenomenología trascendental.

De las obras sistemáticas que Husserl alcanzó a terminar en vida, las más maduras son
Meditaciones cartesianas (1931) y Lógica Formal y Lógica Trascendental (1929). La
lectura de estas dos obras es imprescindible para comprender el proyecto de la
fenomenología trascendental frente a las acusaciones de platonismo y solipsismo. Entre
otras cosas, en ellas Husserl incorpora sus descubrimientos relativos a la conciencia del
tiempo13 para esclarecer la temporalidad de las objetividades reales e ideales,14 y sus
descubrimientos relativos a la empatía —la consciencia intencional en la que captamos
a los otros en virtud de su aparecer corporal15 — para esclarecer la forma en que somos
conscientes de la intersubjetividad.16
Durante sus últimos años, Husserl preparaba otra obra sistemática de la cual sólo la
primera parte pudo publicarse en un periódico para inmigrantes: La crisis de las
ciencias europeas y la fenomenología trascendental (1936). Sin embargo, se publicaron
de manera póstuma partes adicionales de este trabajo.17 Se trata de una introducción a la
fenomenología trascendental que recupera críticamente muchos hallazgos históricos de
la filosofía y que pretende dar cuenta del sentido de las explicaciones de las ciencias
modernas y de su necesidad de fundarse en investigaciones fenomenológicas que tienen
como tema al mundo de la vida. Además, en ella Husserl revisa críticamente diversas
formas de llevar a cabo la reducción fenomenológica.

Mención aparte merece el segundo volumen de sus Ideas relativas a una fenomenología
pura y una filosofía fenomenológica, que Husserl se negó a publicar en vida por
considerarlo inacabado y problemático. Esta obra, en la que Husserl trabajó entre la
década de 1910 y principios de la de 1920, ejerció gran influencia en muchos
fenomenólogos que tuvieron acceso a ella, como Martin Heidegger y Maurice Merleau-
Ponty. En ella se anticipan problemáticas que cobrarán mucha importancia en sus obras
posteriores, como los conceptos de motivación, mundo de la vida y persona, así como la
constitución de la corporalidad y de la intersubjetividad.

Génesis de la reducción trascendental

Husserl introduce explícitamente por primera vez la idea de una “reducción


gnoseológica” en La idea de la fenomenología (1907). El desarrollo filosófico de esta
idea irá adquiriendo una complejidad cada vez mayor conforme a una cierta maduración
en su pensamiento. Por ello la reducción trascendental no debe ser vista como un "giro"
sorprendente y contradictorio en la obra de Husserl respecto de sus Investigaciones
lógicas, como se ha pensado a veces. En esta última obra,18 Husserl habla ya de “una
aprehensión fenomenológica pura desconectadora (ausschaltende) de todas las
posiciones trascendentes” y de un “yo fenomenológicamente reducido”. Es cierto que
estas palabras, como muchas otras de la misma tendencia, fueron introducidas
únicamente hasta 1913, año de la segunda edición de las Investigaciones Lógicas y de la
publicación de Ideas I. Sin embargo, en aquellas investigaciones podemos ver la
predelineación de un radicalismo filosófico que impide hablar de un viraje
autocontradictorio. Ya en la primera edición de esa obra (1900-1901) Husserl hablaba
de la distinción entre “el yo de las vivencias” (Ichleib) y el yo empírico, de la
delimitación del “yo psíquico puro” a su “contenido fenomenológico”, y de cómo a
través de esta delimitación el yo “se reduce” (es reduziert sich) a la unidad de la
conciencia. Ahora bien, es en sus lecciones de 1907, publicadas con el título de La idea
de la fenomenología, donde Husserl expone por primera vez con toda claridad y
sistematicidad la idea de la fenomenología en relación con lo que más adelante (1913)
sería llamado “reducción trascendental”. Ahí sostiene que “sólo por medio de una
reducción –a la que vamos a llamar ya reducción fenomenológica– obtengo un dato
absoluto, que ya no ofrece nada de trascendencia”.19 Desde un punto de vista
retrospectivo la obra de Husserl parece implicar, en el camino que va de Investigaciones
lógicas a Ideas I, pasando por La idea de la fenomenología, un énfasis creciente en
ciertos puntos que tendían desde el principio hacia cierto radicalismo filosófico. Para
poner otro ejemplo, en los primeros parágrafos de la primera de las Investigaciones
lógicas Husserl hablaba, apuntando ya a desarrollos que más adelante habrían de
conducir a la reducción trascendental, del “principio de la falta de supuestos”,
entendidos como supuestos ontológicos, y hacía referencia a la fenomenología pura
como “terreno de investigaciones [ontológicamente] neutrales”. En concordancia con
esto dice también que sus investigaciones “no tenían tema ontológico” y que la
fenomenología pura no hace ni la menor afirmación sobre existencias reales (reales
Dasein).

En fin, las diferencias entre la primera y la segunda edición de las Investigaciones


Lógicas ofrecen un campo de estudio para la determinación del progreso en la filosofía
de Husserl y para entender su camino hacia la reducción trascendental como el
transcurso de un énfasis radicalizador.

Referencias

1.

 Husserl, Edmund, Investigaciones Lógicas, 2 (traducción de Manuel g. Morente y José Gaos),


Alianza Editorial, Madrid, 2002. P. 498.
  Véase la cuarta investigación.

  Husserl, Edmund, Investigaciones Lógicas, 2 (traducción de Manuel g. Morente y José


Gaos), Alianza Editorial, Madrid, 2002, p. 386; Rudolf Bernet, et al, An Introduction to
Husserlian P^henomenology, Northwestern University Press, Evaston, Illinois, 1999, p. 53.

  Husserl, Edmund, Ideas relativas a una fenomenología pura y una filosofía


fenomenológica. Libro primero (traducción de José Gaos), FCE, México, 1997, parágrafo 36.

  Husserl, Edmund, Ideas relativas a una fenomenología pura y una filosofía


fenomenológica. Libro primero (traducción de José Gaos), FCE, México, 1997, parágrafo 10.

  Husserl, Edmund, Ideas relativas a una fenomenología pura y una filosofía


fenomenológica. Libro primero (traducción de José Gaos), FCE, México, 1997, p. 296.

  Husserl, Edmund, Ideas relativas a una fenomenología pura y una filosofía


fenomenológica. Libro primero (traducción de José Gaos), FCE, México, 1997, parágrafos 85,
86 y 96.

  Sokolowski, Robert. Phenomenology of the Human Person. Cambridge University Press.


2010.

  Robert Sokolowski, Introduction to Phenomenology, Cambridge University Press, 2000.

  Véase Eugen Fink, "La filosofía fenomenológica de Edmund Husserl ante la crítica
contemporánea", en Acta Fenomenológica Latinoamericana, volumen 1, Circulo
Latinoamericano de Fenomenología, Pontificia Universidad del Perú, 2003, pp. 361-428.

  Véanse el parágrafo 4 de Meditaciones Cartesianas y el parágrafo 19 de Ideas I, de


Husserl, así como el parágrafo 7 de Ser y tiempo, de Heidegger. Para una mejor comprensión
de este llamado en Husserl y Heidegger, véase Antonio Zirión Quijano, "La noción de la
fenomenología y el llamado a las cosas mismas", en Escritos de Filosofía, Buenos Aires, 2003,
número 43.
  Dominik Perler, Ancient and Medieval Theories of Intentionality, Brill, Leiden-Boston-Köln,
2001.

  Véanse Husserl, Edmund, Lecciones de fenomenología de la conciencia interna del tiempo


(traducción de Agustín Serrano de Haro), Editorial Trotta, Madrid, 2002; Husserl, Edmund,
Analyses Concerning Passive and Active Synthesis. Lectures on Trascendental Logic (traducción
de Anthony Steinbock), Kluwer Academic Publishers, Carbondale, Illinois, USA, 2001.

  Husserl, Edmund, Lógica formal y lógica trascendental. Ensayo de una crítica de la razón
lógica (traducción de Luis Villoro y revisión de Antonio Zirión Quijano), UNAM, México, 2009.

  Véanse Husserl, Edmund, Problemas fundamentales de la fenomenología (traducción de


César Moreno y Javier San Martín), Alianza Editorial, 1994;Husserl, Edmund, Ideas relativas a
una fenomenología pura y una filosofía fenomenológica. Libro segundo: Investigaciones
fenomenológicas sobre la constitución, (traducción de Antonio Zirión Quijano), UNAM, México,
2005.

  Husserl, Edmund, Meditaciones cartesianas (traducción de José Gaos y Miguel García-


Baró), FCE, México, 1996.

  Husserliana VI. Die Krisis der europäischen Wissenschaften und die transzendentale
Phänomenologie. Eine Einleitung in die phänomenologische Philosophie. Hrsg. von Walter
Biemel. Nachdruck der 2. verb. Auflage. 1976.

  Véanse los parágrafos 2, 4, 12, 14 y 16 de la quinta investigación.

19.  HUSSERL, Edmund, La idea de la fenomenología. Cinco Lecciones, trad. de Manuel


GARCÍA-BARÓ, Fondo de Cultura Económica, México; Madrid; Buenos Aires 1982, p. 55

Véase también

 Edmund Husserl (1859-1938)


 Alexander Pfänder (1870-1941)
 Max Scheler (1874-1928)
 Adolf Reinach (1883-1917)
 Dietrich von Hildebrand (1889-1977)
 Roman Ingarden (1893-1970)

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