Ficha 7
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Ficha 7
II
1. Arístides de Atenas
a. Tenemos muy pocos datos biográficos de Arístides de Atenas.
b. Solo la escasa información que nos ofrece Eusebio de Cesarea en su Historia
ecclesiastica.
c. Concretamente es Eusebio de Cesarea quien nos dice que Arístides fue un
filósofo de la ciudad de Atenas y que escribió una apología al emperador
Adriano.
d. Durante muchos años se consideró perdida esta obra.
e. Sin embargo, en 1878 fue publicado un manuscrito del siglo X, fragmento
armenio de una apología intitulada "Al emperador Adriano César de parte
del filósofo ateniense Arístides."
f. El año 1889, Rendel Harris descubrió en el monasterio de Santa Catalina del
monte Sinaí una traducción completa en sirio de esta apología.
g. Esta versión siríaca permitió a J. A. Robinson probar que el texto griego de
la apología no solamente existía, sino que había sido publicado bajo la forma
de una famosa novela religiosa relacionada con Barlaam y Josafat, atribuida
a Juan Damasceno, donde se realiza una defensa del cristianismo.
h. Además, también se han publicado dos grandes fragmentos del texto original
griego (c.5 y 6 y 15,6-16,1) de un papiro del British Museum.
i. En esta Apología afirma: a) la virginidad de María; b) la verdadera humanidad
de Cristo al tomar su carne de María; c) el paralelismo, María hija del hombre
y Cristo Hijo de Dios.
2. Melitón de Sardes
3. Apócrifos del s. II
a. Entre los numerosos apócrifos del s. II merecen especial atención: 1) El libro
judeo-cristiano La Ascensión del profeta Isaías; 2) Las Odas de Salomón; 3) Los
oráculos sibilinos.
b. La Ascensión del profeta Isaías se trata de un escrito cristiano que se compuso
en la primera mitad del siglo II. Narra la ascensión de Isaías a los siete cielos
y su contemplación de la Trinidad. Para algunos autores se trataría de un
escrito de tintes docetas debido a su procedencia judeo-cristiana. El tema de
la concepción virginal se utiliza para reforzar la preexistencia de Cristo. De
tintes docetas, para algunos autores. Respecto a María, cuenta la concepción
misteriosa y el nacimiento virginal de Jesús para el asombro de todos.
c. La Odas de Salomón contiene cuarenta y dos poemas líricos atribuidos al rey
Salomón. Algunos autores también piensan en su origen doceta o gnóstico.
También afirma la virginidad de María.
d. Los oráculos sibilinos son una colección de XV libros donde una serie de
profecías son pronunciadas por Sibila, una importante profetisa de la
antigüedad. Se afirma la virginidad de María.
4. Virginidad de María
a. De todo lo estudiado hasta ahora se puede extraer una conclusión
importante.
b. Ya sea desde un ambiente ortodoxo como doceta siempre se afirma la
virginidad de María.
c. Evidentemente con intereses doctrinales distintos. Los ortodoxos para
confesar la divinidad del Hijo. Los docetas para negar su verdadera
humanidad.
d. De hecho, Tertuliano, frente al docetismo y gnosticismo, para defender la
realidad de la humanidad de Cristo, afirma que su cuerpo no es un cuerpo
celestial, sino que nació realmente de la propia substancia de María (ex Maria)
hasta el extremo de negar la virginidad de María in partu y post partum.
TEXTO I: EUSEBIO DE CESAREA SOBRE ARÍSTIDES DE ATENAS
También Arístides, varón fiel en la profesión de nuestra religión, dejó, igual que Cuadrato,
una apología de la fe, dirigida a Adriano. Su escrito está también en manos de muchos
(Historia ecclesiastica 4, 33)
Los mandamientos del mismo Señor Jesucristo los tienen grabados en sus corazones, y ésos
guardan, esperando la resurrección de los muertos y la vida del siglo por venir. No adulteran,
no fornican, no levantan falso testimonio, no codician los bienes ajenos, honran al padre y a
la madre, aman a su prójimo y juzgan con justicia. Lo que no quieren se les haga a ellos no
lo hacen a otros. A los que los agravian, los exhortan y tratan de hacérselos amigos, ponen
empeño en hacer bien a sus enemigos, son mansos y modestos... Se contienen de toda unión
ilegítima y de toda impureza. No desprecian a la viuda, no explotan al huérfano; el que tiene,
le suministra abundantemente al que no tiene. Si ven a un forastero, le reciben bajo su techo
y se alegran con él como con un verdadero hermano. Porque no se llaman hermanos según
la carne, sino según el alma... Están dispuestos a dar sus vidas por Cristo, pues guardan con
firmeza sus mandamientos, viviendo santa y justamente según se lo ordenó el Señor Dios,
dándole gracias en todo momento por toda comida y bebida y por los demás bienes... Este
es, pues, verdaderamente el camino de la verdad, que conduce a los que por él caminan al
reino eterno, prometido por Cristo en la vida venidera (Apología XV 3-11).
Dios descendió del cielo y tomó carne de una virgen judía, y así habitó en una hija del hombre
el Hijo de Dios (Apología II, 5).
(Polícrates de Éfeso) le llama Melitón, el eunuco (célibe), que vivió enteramente en el Espíritu
Santo, que yace en Sardes, aguardando la visita del cielo cuando resucite de entre los muertos
(Historia ecclesiastica 5, 24, 5).
En efecto, nuestra filosofía floreció primeramente entre los bárbaros y se extendió entre tus
gentes bajo el glorioso imperio de tu antecesor Augusto y se ha convertido en una cosa de
buen agüero. Porque desde entonces el poder de Roma ha aumentado en extensión y en
esplendor. Tú eres ahora su sucesor deseado y seguirás siéndolo junto con tu hijo, si
defiendes la filosofía que creció con el Imperio y empezó con Augusto. Tus antepasados la
honraron también junto a las demás religiones. La prueba más convincente de su bondad es
que el florecimiento de nuestra doctrina ha coincidido con el feliz principio del Imperio y
que a partir del reinado de Augusto no ha ocurrido nada malo, antes bien todo ha sido
brillante y glorioso de acuerdo con las oraciones de todos (Historia ecclesiastica 4,26,7-8).
Porque, nacido como Hijo, conducido como cordero, sacrificado como una oveja, enterrado
como un hombre, resucitó de los muertos como Dios, siendo por naturaleza Dios y hombre.
El es todo: por cuanto juzga, es Ley; en cuanto enseña, Verbo; en cuanto salva, Gracia; en
cuanto que engendra, Padre; en cuanto que es engendrado, Hijo; en cuanto que sufre, oveja
sacrificial; en cuanto que es sepultado, Hombre; en cuanto que resucita, Dios. Este es
Jesucristo, a quien sea dada la gloria por los siglos de los siglos (Homilía sobre la Pasión del Señor
8-10)
Este es el que se hizo carne en una virgen, cuyos (huesos) no fueron quebrados sobre el
madero, quien en la tumba no se convirtió en polvo, quien resucitó de entre los muertos y
levantó al hombre desde las profundidades de la tumba hasta las alturas de los cielos. Este es
el cordero que fue inmolado, éste es el cordero que permanecía mudo, éste es el que nació
de María, la blanca oveja (Homilía sobre la Pasión del Señor 70-71).
La Espíritu abrió la matriz de la Virgen y ella recibió concepción y dio a luz, y la Virgen llegó
a ser una Madre con muchas misericordias. Y entró en labor de parto y dio a luz un Hijo, sin
incurrir en dolor. Y porque Ella no estaba suficientemente preparada, y no buscó una partera
(porque Él la trajo a dar a luz así). Ella por su propia voluntad dio a luz como los humanos.
Y lo parió abiertamente, y lo hizo con gran dignidad. Y lo amó en sus pañales y lo cuidó
tiernamente, y lo presentó con Majestuosidad. Aleluya (Las Odas de Salomón XIX, 6-10).
El ángel dijo: “Acoge, oh Virgen, a Dios en tu seno inmaculado. Dicho esto, Dios espiró un
soplo de gracia sobre aquella muchacha dulce […] Permaneció temblorosa […] Después, de
pronto, su corazón se llenó de gozo y alegría ante el anuncio, sonrió, derramó lágrimas llena
de gozo y conmovida su mente por el pudor. Le sobrevino la fuerza del Señor y el Verbo
voló a su seno.