Play Grounds: Aldo Solano Rojas
Play Grounds: Aldo Solano Rojas
Play Grounds: Aldo Solano Rojas
PLAY
GROUNDS
DEL MÉXICO MODERN O
S
A L D O SOL ANO R O J A S
PLAYGROUNDS
DEL MÉXICO
MODERNO
Primera edición, 2018
D. R. © 2018, Aldo Solano Rojas
D. R. © 2018, derechos de edición
mundiales en lengua castellana: Promotora
Cultural Cubo Blanco A.C., Palma 40,
tercer piso, Centro Histórico, C.P. 06010,
Ciudad de México, México
+5255 55103079
[email protected]
www.cuboblanco.org
ISBN: 978-607-96533-3-0
Impreso en México – Printed in Mexico
MÉXICO MODER N O
Colección dirigida por Inbal Miller Gurfinkel
Carlos Mérida. Proyecto para columpio (Multifamiliar Juárez, 1950).
Parques y jardines 53
Luis Barragán
Fabián Medina Ramos
Fernando González Gortázar
Alberto Pérez Soria
Abstracción y Centros de Convivencia Infantil
Unidades habitacionales 97
Pedro Miret
Teodoro González de León
El Cohete de Tlatelolco
Mathias Goeritz
Sebastián
Bibliografía 165
7
AGRADECIMIENTOS
Arq. Fabián Medina Ramos, Arq. David Lozano Díaz, Arq. Fernando
González Gortázar, Julieta González, Carlos Villasana Suverza,
Alberto Pérez Rodríguez, Richard Oosterom, Lance Wyman, Dra.
Silvia Segarra Lagunes, Dr. Rodrigo Gutiérrez Viñuales, Alejandro
Rubalcava, Tiago Pinto De Carvalho, Eva Posas, Maia Fernández
Miret, Kirén Miret, James Oles, Daniel Díaz Monterrubio, Manuel
Alcalá, Miriam Carreño, Aarón Jassiel Pérez Vázquez, Gabriela
Burkhalter, Dolores Cobielles, Edgar Hernández, Edwina Portocarrero,
Christophe Prehu, Daniel Vizcarra y María Estela Duarte.
9
INTRODUCCIÓN
INTRODUCCIÓN 11
Por otro lado, la falta de diseñadores industriales en
México fue otro factor que dio pie a esta alianza entre artistas
y arquitectos. Debido a que la carrera universitaria de diseño
industrial no existió en México sino hasta mediados de los años
sesenta, el mobiliario urbano estuvo a cargo de arquitectos y —
en menor medida— artistas hasta ese entonces. En el caso de los
arquitectos, el diseño de mobiliario urbano era considerado una
labor secundaria y menos reconocida por tratarse de objetos poco
evidentes, mientras que para los artistas esta actividad funcionó
como una suerte de investigación sobre principios emocionales,
espirituales y de participación.
En el caso del mobiliario urbano infantil, el cruce de caminos
de experimentación entre artistas y arquitectos es más evidente
e interesante. En los aparatos de juego podemos identificar las
exploraciones plásticas y escultóricas de los arquitectos, así
como la experimentación con formas arquitectónicas por parte de
los artistas.
A diferencia de Estados Unidos o Europa, el mobiliario ur-
bano infantil en México estuvo íntimamente relacionado con los
programas públicos y de ambiciosas dimensiones que el gobierno
central trató de implementar con el objetivo de homogeneizar la
infraestructura del país. Asimismo, esta tarea no estaba exenta de
intenciones propagandísticas y de reafirmación ideológica. Es por
ello que en México hubo una gran cantidad de ejercicios tempranos
de reproducción masiva del mobiliario urbano y mobiliario urbano
infantil, mientras que en otros países europeos, por ejemplo, la
creación de piezas únicas y prácticamente autogestionadas por
artistas y arquitectos era la norma.
Esto, por supuesto, tiene que ver también con el cambio
ideológico que trajo la revolución de 1910. La pretensión del
gobierno mexicano por impulsar la infraestructura para el ocio,
el juego y los deportes estuvo administrada por las grandes cor-
poraciones a cargo del cumplimiento de las promesas de la revo-
lución. Asimismo, la idea del control total de la población fue
una influencia temprana del modelo soviético, que trajo consigo
campañas nacionales de control del ocio y del cuerpo mediante la
incorporación de clases de educación física en todos los niveles
escolares.
En medida de lo posible, el Estado trató de vigilar las ac-
tividades de sus ciudadanos en todos los aspectos. En un inicio,
INTRODUCCIÓN 13
(formalmente) moderno y el México rural, visto como atrasado e
ignorante por las clases dominantes de las ciudades. Incluso los
programas educativos, como las misiones culturales o las escue-
las rurales, así como las publicaciones oficiales, constantemen-
te reparaban en este contraste. Esto se puede ver en la portada
que el artista catalán Josep Renau diseñó para Hombre y pueblo
de Gabriel García Maroto en 1940, un fotomontaje en el que dos
escenas opuestas se contraponen: en primer plano un tlachiquero
con su burro y un maguey representan al espacio rural, mientras
que en el registro superior una plataforma de clavados de con-
creto armado parece apuntar hacia el progreso. La composición
es aún más violenta cuando se toma en cuenta el entorno árido de
donde se yergue la plataforma de saltos —tipología arquitectóni-
ca inevitablemente ligada al agua y al optimismo modernizador de
México4—, pues pareciera que el progreso lleva intrínsecamente
la irrigación al campo tanto de agua como de progreso.
El mobiliario urbano y los aparatos de juego modernos tu-
vieron un papel fundamental en los procesos de sanidad nacional,
así como en la creación de un espacio público controlado por el
Estado (que, además, se contraponía al espacio rural, carente de
orden). La ciudad —con todos sus componentes dentro y fuera del
espacio público— terminó por englobar las intenciones moderniza-
doras del Estado mexicano y llegó, incluso, a las regiones más
remotas del país en forma de unidades habitacionales.
El mobiliario urbano infantil es entonces la evidencia de las
políticas modernizadoras del país y del éxito del movimiento de
integración plástica, de la mano de políticas públicas oficiales.
Pero también es el testimonio de otros factores importantes de
aquel periodo histórico: la ausencia de diseñadores industriales
en México hasta entrado el siglo XX, la libre participación de
artistas y arquitectos en la construcción del espacio público y
la influencia del Estado en las iniciativas privadas.
Recientemente, la historia del arte ha dirigido su atención
hacia el espacio público y ha tratado de recuperar importantes
fragmentos de la historia urbana5, del mobiliario urbano y del
INTRODUCCIÓN 15
juego en las ciudades6. Muy valiosas investigaciones han ordena-
do la historia del mobiliario urbano7, otras se han enfocado en
el mobiliario urbano infantil europeo y estadounidense8, y otras
tantas han analizado el nacimiento de tipologías arquitectónicas
educativas a lo largo del siglo XX como consecuencia de las po-
líticas pedagógicas y sociales preocupadas por los niños9.
La presente publicación se une a esta tarea al estudiar la
compleja historia de los aparatos de juego en México, siendo
la primera sobre este tema. Las imágenes que ilustran este libro
provienen directamente de archivos familiares, ya que al retratar
a los niños jugando en las zonas infantiles también se fotogra-
fiaron involuntariamente los aparatos de juego; de archivos de los
propios arquitectos, quienes han conservado planos y fotografías
de estos objetos que, la mayoría, han sido destruidos o modifica-
dos. Finalmente, muchos de los playgrounds fueron inmortalizados
en tarjetas postales de prácticamente todas las décadas del siglo
XX como testimonios de la modernización del país con una proyección
al extranjero.
A continuación se revisará desde cómo los gobiernos posre-
volucionarios se aproximaron al niño como una nueva clase social
hasta las intenciones de gestión total del Estado sobre el cuerpo
de sus ciudadanos. También se hablará sobre la inmensa ampliación
de la infraestructura nacional durante las décadas de 1940-1970 y
de la participación de artistas y arquitectos en esta labor. Otro
fenómeno que se analiza en estas páginas es el ordenamiento de la
vivienda, que ayudó a diseminar la necesidad de incluir áreas de
juego infantiles, públicas y al aire libre. Finalmente, este libro
trata de ilustrar la evidente integración plástica que se vació en
el diseño y planeación de los playgrounds en México.
LOS PLAYGROUNDS
DE LA POSGUERRA
El panorama y las formas de los juegos infantiles cambiaron
significativamente hasta después de la segunda guerra mundial,
cuando artistas y arquitectos se involucraron en el diseño y
planeación de las ciudades, sobre todo en el periodo de recons-
trucción de Europa. En general, las áreas de juegos infantiles
antes de la reconstrucción se encontraban únicamente dentro de
las escuelas, por lo que los niños no tenían un área asignada
y segura dentro de las ciudades fuera del horario de clases.
28 Este tipo de mobiliario urbano, que obedece a funciones recreativas para di-
versos públicos, como pueden ser juegos infantiles, mobiliario deportivo (ca-
nastas de baloncesto, porterías de fútbol, artefactos para hacer ejercicio,
etc.) u otros objetos como conchas acústicas, foros o tableros de ajedrez
serán englobados en esta investigación como mobiliario urbano lúdico, aunque
el principal interés es el de los juegos infantiles.
29 Testimonio de Stephen Merrett, quien tenía cinco años cuando los nazis bom-
bardearon Londres y parte de su vecindario, Leytonstone, quedó destruido.
Merrett menciona que los niños recibieron con entusiasmo estos nuevos espa-
cios abiertos y abandonados ya que después de la escuela no tenían ninguna
zona en donde jugar. Testimonio contenido en: http://www.bbc.co.uk/history/
ww2peopleswar/stories/62/a2009062.shtml. Article ID: A2009062
30 Roy Kozlovsky, The Junk Playground, pp. 5-10.
31 Sørensen diseñaría sus primeras zonas de juego durante la ocupación nazi de
Copenhage, utilizando, además de los baldíos, chatarra y desechos producidos
por la guerra. Amy Fusselman, Savage Park: A Meditation of Play and Risk for
Americans Who Are Nervous, Distracted, and Afraid to Die, Houghton Mifflin
Harcourt, 2015, p. 71.
DISENADORES, ARTISTAS
Y PLAYGROUNDS
Fue a partir de la década de 1960 que los artistas empezaron
a incursionar en el diseño de juegos infantiles de lleno. Tal
es el caso del Sculpture Continuum del escultor estadounidense
Oliver O’Conner Barrett, diseñado para la feria mundial de Nueva
York de 1963 a 1964. Este proyecto constaba de una serie de es-
culturas para que los niños treparan en una zona abierta. Estos
módulos, vistos desde ciertos ángulos señalados por pilotes con
orificios, formaban las figuras de ciertos animales, y fuera
de esta perspectiva solo se percibían como figuras abstractas.
Los pilotes con orificios fungían como visores estratégicamente
situados para que el juego óptico funcionara. Así, la experi-
mentación artística le proporcionó a los niños una diversión
doble: por un lado las esculturas funcionaban como trepaderos
de formas abstractas, mientras que por otro eran un acertijo
visual que ejercitaba la mente e imaginación de los chicos40.
Otro ejemplo de la implementación de juegos infantiles en
el marco de exhibiciones similar al de O’Connor Barrett es Il
giochi per bambini41 (1968), proyectado por el diseñador y ar-
tista italiano Enzo Mari para la Exposición de Diseño en Piedra
y Cantera en Carrara, Italia. Esta zona de juegos consistía en
un área rectangular delimitada por placas de mármol travertino
que formaban un vestíbulo que rodeaba el área de juegos42. La
delimitación parcial daba intimidad además de funcionar como una
43 Alexandra Lange, The Design of Childhood: How the material world shapes in-
dependent kids, Bloomsbury Publishing, Londres, 2018, p. 243.
44 Bruce Altshusler, Isamu Noguchi, su vida y obra.
47 Un ejemplo del uso de símbolos o logros nacionales son los juegos de la era
espacial. Durante la carrera por el espacio entre la URSS y Estados Unidos
los juegos infantiles en ambas regiones empezaron a diseñarse como naves es-
paciales, cohetes y satélites, con un fuerte tenor nacionalista.
48 Tim Gill, No Fear, p 35.
49 Ídem, p. 37.
52 Conocido como “El apóstol del árbol”, Miguel Ángel de Quevedo fue un impor-
tante ingeniero, arquitecto y conservacionista de principios del siglo XX en
México. Su principal legado fue arbolar la Ciudad de México y conservar las
zonas lacustres del valle central del país. David Siller, Uno de estos días,
Plaza y Valdés, 1988, p. 143.
53 William H Beezley, Judas at the Jockey Club and Other Episodes of Porfirian
Mexico, p. 65.
particular.
68 Rafael Fierro Gossman, La gran corriente ornamental del siglo XX, p. 143.
69 El uso del mobiliario urbano, en este caso el decorativo, como juego infantil
habla de la libertad de los niños de apropiarse de la ciudad para crear sus
juegos. Richard Dattner lo señalaría muchos años después: cuando no existe
ningún mobiliario lúdico infantil, los niños tienen que abrirse camino para
cubrir sus necesidades de juego, tomando cualquier cosa del entorno urbano como
soporte lúdico: mobiliario urbano, edificios o esculturas. Richard Dattner,
Design For Play, pp. 7-15.
Fig. 8. Zona de columpios del Parque Miguel Hidalgo, mejor conocido como Parque
PARQUES Y JARDINES 55
LUIS BARRAGÁN
Uno de los primeros ejercicios de urbanización y diseño de
mobiliario urbano e infantil es la remodelación del Parque
de la Revolución, en la ciudad de Guadalajara. Esta remodelación
fue sometida a concurso en 1935 y el ganador fue Luis Barragán,
asociado con su hermano Juan José Barragán78. Este proyecto con-
templó una nueva traza de urbanización, el diseño de mobiliario
urbano y la construcción de locales comerciales al aire libre
y zonas de juego.
En el diseño de este parque, Barragán usó el concreto sin
ningún tipo de disfraz, dejando irradiar la fuerza del material.
El concreto, moldeado en formas geométricas a partir del círculo
y de curvas, invade al parque en forma de plazas, bancos y
farolas.
El parque originalmente se conformaba de una gran manzana
—que después fue partida por la mitad a causa de la ampliación
de una avenida— y una serie de senderos diagonales que se en-
cuentran en pequeñas plazas circulares con sombrillas, bancos
y plataformas. Estas plataformas delimitaban y protegían las
zonas de juego para los niños, así como estructuras con múlti-
ples usos, como las sombrillas-bancos-resbaladillas, un mueble
de concreto multifuncional con una compleja optimización de los
centros de las plazoletas que no solo servían de descanso, sino
de plataformas y elevaciones de estos juegos infantiles, una
especie de plazas elevadas solo para los niños.
Las sombrillas de concreto y metal estaban situadas en la
zona de juegos, que también estaba dotada de columpios metálicos
y subibajas esquematizados y con potentes ángulos rectos, así
como columpios concéntricos con diseños muy interesantes. Toda
esta área estaba delimitada por un muro con vanos triangulares
de mampostería.
El tema recurrente del Parque de la Revolución es el
círculo. Para esta época, el recurso del concreto sin disimulo
llamó la atención, y aunque podría catalogarse dentro del estilo
streamline, también podríamos hablar de un Barragán temprano
que empieza a experimentar con el paisajismo y con un estilo
propio. Hoy en día, la mayoría de los juegos infantiles, también
PARQUES Y JARDINES 57
58 PLAYGROUNDS DEL MÉXICO MODERNO
La urbanización de este parque estuvo a cargo ← Figs. 11, 12. Parque de los
del ingeniero Juan Manuel Magallanes79, quien por Venados, 1953. México ciu-
PARQUES Y JARDINES 59
60 PLAYGROUNDS DEL MÉXICO MODERNO
FABIÁN MEDINA RAMOS
El arquitecto Fabián Medina Ramos nació en 1935 ← Fig. 13 Fabián Medina Ramos,
PARQUES Y JARDINES 61
una cordillera. El juego, por
su aglomeración de volúmenes,
invita al niño a penetrarlo,
como si se tratara de un la-
berinto tridimensional, a la
vez que funciona como escalera
de acceso a las resbaladillas
y soportes de los columpios.
El juego está situado en el
centro de la plaza y rodeado
de gravilla, de esta forma es
un pabellón de juegos con múl-
tiples funciones, incluyendo
el menos evidente: un arenero
circundante.
El lenguaje plástico del
juego está acentuado por el
color, que va del rojo al ama-
rillo y al azul, y que lo hace
contrastar aún más con el en-
torno histórico de Mezquitán.
Este fue el primer aparato de
juego —o escultura juego, como
él mismo lo definió— diseñado
por el arquitecto, en el que
la pieza escultórica se adap-
Fig. 14. Fabián Medina Ramos, juego para casa par- ta a la escala, actitudes y
ticular, escultura en mármol, Guadalajara, Jalisco, actividades lúdicas del niño
1953. Archivo Arq. Fabián Medina Ramos. usuario81. En este juego po-
demos identificar el inicio
de una constante en todos los diseños lúdicos de Medina Ramos:
la multifuncionalidad de los aparatos de juegos, que los hacen
accesibles a niños de varias edades sin ser programáticos.
PARQUES Y JARDINES 63
Dos años después, en 1967, el arquitecto de origen austria-
co Alejandro Zohn82 invitaría a Medina Ramos a participar en la
remodelación del Parque Morelos, también en Guadalajara.
Alejandro Zohn fue un importante arquitecto del movimiento
moderno mexicano y del movimiento de integración plástica. Nació
en Viena en 1930 y tras sobrevivir al holocausto nazi en Europa
con solo ocho años de edad, migró a la ciudad de Guadalajara,
en donde estudió arquitectura e ingeniería civil, y en donde
produjo la mayoría de sus obras de madurez. Colaboró con ar-
quitectos contemporáneos como Félix Candela y trabajó para el
gobierno proyectando muchas obras de carácter público, todas
con un fuerte lenguaje brutalista e inserto de lleno en el mo-
vimiento moderno.
La remodelación de este parque contempló una traza nueva,
una serie de monumentos funerarios de héroes nacionales, fuen-
tes, bancos y una zona infantil83. Esta última fue innovadora por
sus juegos en forma de animales de concreto. Con un lenguaje
geométrico muy cercano al brutalismo, el área infantil rompió
con lo establecido al menos en el ámbito nacional.
Esta zona infantil dispone a distintos animales en torno a
una fuente circular: rinoceronte, hipopótamo, camello, cocodrilo
jirafa, oso, ballena, elefante y serpiente. Cada animal repre-
senta un tipo de juego distinto, con inclinaciones que pueden
servir como resbaladillas, volúmenes que facilitan ser escala-
dos o huecos para esconderse. La idea de Medina Ramos fue hacer
una zona de juegos amigable para una amplia variedad de edades:
el cocodrilo, al ser horizontal, responde a la escala de niños
más pequeños, mientras que el hipopótamo es un poco más grande,
y así subsecuentemente, hasta llegar a la jirafa, el juego más
alto de todos.
El lenguaje de estos animales nuevamente está entre el
escultórico, el arquitectónico y el del diseño industrial. Se
trata de piezas únicas de animales muy esquematizados con la
impronta de la cimbra y, en un principio, con el concreto al
natural sin ningún tipo de pintura; además, cada una tiene una
base propia de hormigón que la eleva del piso.
PARQUES Y JARDINES 65
Figs. 19, 20. Fabián Medina Ramos y Alejandro Zohn, zona infantil del Parque
84 María Teresa Favela Fierro, Política cultural del Instituto Nacional de Bellas
Artes, concursos y bienales de escultura, INBA, 2016, p. 288.
85 Isabel Tovar de Arechederra y Magdalena Mas, Ensayos sobre la Ciudad de México,
INBA, 1994, p.85.
PARQUES Y JARDINES 67
68 PLAYGROUNDS DEL MÉXICO MODERNO
Figs. 21, 22, 23, 24, 25, 26, 27, 28. Fabián Medina Ramos y Alejandro Zohn,
PARQUES Y JARDINES 69
como director de artes visuales en las Casas de la Cultura de
Guadalajara. Según el arquitecto, esta acción mostró al público
que los niños eran capaces de apropiarse del espacio de manera
libre y a través del juego.
Pocos años más adelante, a finales de los setenta, Medina
Ramos proyectaría un pabellón de juego a base de volúmenes
variados de concreto, llamado Colina infantil. Basado en las
tablillas de estambre y cera de abeja de los huicholes nayari-
tas, este juego estaba dispuesto en varios niveles de colores
diferentes y desde arriba estas capas formaban coloridos patro-
nes concéntricos. El juego nuevamente ofrecía varias funciones
lúdicas para los niños usuarios: deslizarse por las resbaladi-
llas, escalar, brincar, etcétera, todo esto de manera libre y
casi abstracta, muy similar a sus proyectos anteriores, como el
juego de Mezquitán o los animales del Parque Morelos. En este
proyecto, que nunca fue construido y del que solo sobrevive la
maqueta, Medina Ramos conjugó el ejercicio escultórico con el
diseño de mobiliario urbano infantil.
Poco después, en la década de 1980, Medina Ramos continuaría
desarrollando la idea lúdica del espacio público y, específica-
mente, la de su cocodrilo del Parque Morelos. En las ampliacio-
nes del Eje Norte Sur que atraviesa la ciudad de Guadalajara,
Medina Ramos colocó caimanes de concreto para dividir las la-
terales de los carriles centrales. Aprovechándose del nombre de
estos objetos de concreto prefabricados, el arquitecto los recreó
de forma literal. Además de funcionar como autoreferencia en el
espacio público, esta acción humorística en medio del paisaje
urbano es una discreta broma que, sin ser un aparato de juego
infantil, juega también con el nombre de un elemento común de la
infraestructura vial.
Medina Ramos colaboró con muchos arquitectos contemporá-
neos de Guadalajara, haya sido desde la integración plástica,
el urbanismo o el diseño de áreas infantiles. Su vasto trabajo
en el diseño de aparatos de juego lo coloca en un lugar espe-
cial dentro de la historia de esta tipología, especialmente en
el caso de Guadalajara, donde arquitectos locales desarrollaron
un lenguaje urbanístico y arquitectónico para esta ciudad.
PARQUES Y JARDINES 71
Figs. 30, 31. Fabián Medina Ramos, happening para niños, Guadalajara, Jalisco,
Ramos.
PARQUES Y JARDINES 73
FERNANDO
GONZÁLEZ GORTÁZAR
Otro ejemplo de la autonomía de Guadalajara res- ← ↑ Figs. 34, 35. Fernando
el del trabajo de Fernando González Gortázar, uno para la zona infantil del
de los más audaces en borrar la línea entre arte Parque Amarillo, Guadalajara,
PARQUES Y JARDINES 75
Por la variación de altura entre los muros que lo componían,
el laberinto funcionaba como un trepadero, el cual se podía
escalar y brincar desde él. En realidad, gracias a su tamaño,
todo el conjunto era un aparato de juego aunque no se utilizara
como laberinto, pues también podía servir como pared para jugar
frontón o futbol, o como un espacio en el que los niños podían
perseguirse o esconderse.
Los colores del laberinto —amarillo y blanco— estaban en
sintonía con La gran puerta y el resto del parque, de tal ma-
nera que el aparato de juego se situaba en el mismo nivel que
el resto del parque. Asimismo, esto permitía una perfecta con-
gruencia entre el juego y la investigación plástica, cromática y
participativa del programa del parque. El laberinto es un juego
atípico en la tipología de mobiliario urbano infantil en México
y González Gortázar pudo haber sido de los pocos en crear un
laberinto moderno en el país.
Desafortunadamente, el laberinto fue demolido antes de su
finalización, y hay muy poca documentación fotográfica. Sin em-
bargo, su planeación ilustra el interés que arquitectos y escul-
tores tenían en experimentar libremente el diseño de mobiliario
urbano infantil, que, en este caso, estaba inserto dentro de un
proyecto escultórico y de integración plástica.
Otro caso de la integración plástica entre espacio urbano
y mobiliario urbano infantil fue el de la Plaza Fuente (1973).
Para este espacio, González Gortázar proyectó cuatro conjuntos de
elevaciones prismáticas en medio de una plaza pública que dialo-
gan con las escalinatas de acceso y que originalmente estuvieron
pensados como fuentes, todo esto a través de un poderoso lenguaje
brutalista. Estas elevaciones tienen diferentes alturas acorde
a la escala infantil. Parte de la idea original del arquitecto
fue que funcionaran como aparatos de juegos para trepar y como
fuentes.
No obstante, desde su inauguración, las autoridades han
evitado que los niños activen los juegos, negándole al proyecto
su principal objetivo. Esto, además, convierte a estos conjuntos
escultóricos en arte público sin ninguna funcionalidad, pues
las fuentes, además, se apagaron poco tiempo después, lo que
significó la mutilación del proyecto 87.
PARQUES Y JARDINES 77
Los trabajos de
Medina Ramos y González
Gortázar en el espa-
cio público apuntan
a la especialización
y a una voluntad de
abordar libremente el
juego infantil dentro
de las ciudades. Más
aún, su obra evidencia
cuán aparte se desarro-
lló Guadalajara en el
ámbito del diseño de
mobiliario urbano in-
Fig. 36. Zona infantil de la Unidad Deportiva Santa María, fantil en relación al
Guadalajara, Jalisco, ca. 1960. Archivo Municipal de la Ciudad resto del país. Mientras
de Guadalajara. que en la capital y los
demás estados se uti-
lizaban aparatos de juego producidos masivamente como fruto de
programas nacionales, Guadalajara aprovechaba a sus arquitectos
locales para formular un mobiliario urbano infantil original.
Incluso fuera del entorno artístico, Guadalajara también
formuló sus propios aparatos de juego desde la institución, cer-
canos a los producidos en serie pero con ciertas particulari-
dades. Esto se hace evidente en la zona de juegos de la Unidad
Deportiva Santa María, de la década de 1960, en donde los co-
lumpios, resbaladillas, volantines y subibajas, a pesar de no
ser ejercicios escultóricos, sí son de diseño original y local.
Esto reafirma la autonomía de la capital jalisciense en cuanto
al diseño del espacio público y sus componentes. Los juegos de
esta unidad deportiva son un buen ejemplo de los programas ar-
quitectónicos globales, en los que el mismo lenguaje se imponía
en todo el proyecto, incluyendo el mobiliario urbano infantil,
pero en los que no existía un concepto de integración plástica
ni la participación de artistas.
PARQUES Y JARDINES 79
ALBERTO PÉREZ SORIA
Durante esta época también hubo otros proyectos relacionados con
los aparatos de juego a escala nacional, impulsados por nuevas
instituciones, que tuvieron un alcance fuera del espacio público.
El más importante ejemplo son las esculturas-juegos promovidas
por el Instituto Nacional de Protección a la Infancia (INPI),
que se colocaron en guarderías estatales y plazas de unidades
habitacionales, aunque su principal destino fueron los parques
públicos.
El INPI nació en 1961 por decreto del presidente Adolfo
López Mateos con el principal objetivo de proveer a los niños
de todo el país de alimentación y vestido88. Posteriormente en
1977 se convertiría en el Instituto Mexicano para la Infancia y
la Familia89, que derivaría, en los años noventa, en el Sistema
Nacional para el Desarrollo Integral de la Familia (DIF). Como
parte del programa del INPI se construyeron albergues y clínicas,
se repartieron los llamados desayunos escolares y se rehabili-
taron parques y jardines infantiles, muy acorde con las ideas
de principios del siglo XX del Child-Saving Movement.
La rehabilitación de parques iniciada en 1970 incluyó la
fabricación y diseño de mobiliario urbano infantil y la debida
planeación y urbanización de estos espacios. Para cumplir con
esta vasta tarea se usó la fabricación en serie de juegos de
concreto. El tema principal fueron los animales, cuyas formas y
proporciones se adaptaron a las necesidades lúdicas de los niños,
incluyendo huecos para esconderse y superficies para trepar.
El diseño fue encargado originalmente al escultor Alberto
Pérez Soria90. Nacido en 1938, Pérez Soria fue un escultor egre-
sado de la Academia de San Carlos, en donde fue alumno de Manuel
Silva Guerrero y Luis Ortíz Monasterio91. A pesar de su bajo
perfil, fue un artista prolífico con grandes intervenciones en
el espacio público, autor del grupo escultórico de la fuente El
mito del agua y de la Fuente monumental de Nezahualcóyotl ambas
el mismo artista podemos conocer el repertorio ori- Soria, embalaje de las ma-
PARQUES Y JARDINES 81
Figs. 42, 43, 44, 45, 46, 47, 48, 49.
PARQUES Y JARDINES 83
Fig. 50. Niños utilizando uno de los animales de concreto del INPI, Azcapotzalco,
Bolívar Moguel.
Dolores Cobielles.
PARQUES Y JARDINES 85
Figs. 53, 54, 55, 56, 57, 58, 59. Alberto Pérez Soria / INPI, 1969. Aspecto
autor, 2018.
PARQUES Y JARDINES 89
Fig. 60. Trepadero de formas cilíndricas, zona de juegos del Jardín Pushkin,
Fig. 61. Trepadero geométrico, zona de juegos del Parque Mariscal Santa Cruz,
Ciudad de México, ca. 1970. (Destruido en 2018). Fotografía del autor, 2016.
96 Ana María Torres, Isamu Noguchi: A Study of Space, Monacelli Press, Nueva
York, 2000, p. 43.
PARQUES Y JARDINES 91
→ Fig. 62. Zona de Estos aros forman un prisma triangular, en el que los
juegos del Centro círculos se proyectan conforme se añaden los niveles,
de Convivencia creando túneles superpuestos que funcionan como esca-
Infantil del Bosque lones. El juego tiene un interesante juego visual que,
de Chapultepec, ca. aunado a la variedad de colores aplicados a cada círcu-
1960. Fotografía: lo, pareciera ser un diseño muy cercano al op art, con
Miguel Ángel Ruíz. un ritmo vibrante y un máximo aprovechamiento de las
figuras geométricas.
Para el momento en el que podemos ubicar su popularización
(la década de 1960), el trepadero de cincuenta aros tiene un
diseño sobresaliente en comparación con sus semejantes contem-
poráneos hechos del mismo material —tubo doblado— y sus dimen-
siones nos señalan una intención modular y de relación abierta
con el espacio a ocupar. Podemos hablar de un modelo inserto de
lleno en la estética del diseño de vanguardia de los sesenta;
su calidad modular, el juego óptico, rítmico y la aplicación de
colores brillantes nos confirman su actualización. El diseñador
de este juego, como muchos otros, quedó en el anonimato institu-
cional, algo muy común en aquellos años. Este juego también se
produjo masivamente, y fue distribuido en prácticamente todo el
país. Podemos ubicarlo, por ejemplo, en una tarjeta postal de
esta misma década, que retrata el Parque de los Niños Campechanos
en el sureño estado de Campeche conviviendo con otros juegos de
concreto.
La construcción de trepaderos de tubo doblado siguió en-
frentando experimentaciones y la invención de diversos modelos,
como el ondulante de Tlatelolco del que se hablará más adelante,
o el modular circular de Chapultepec, que fueron probablemente
de los primeros ejemplos de mobiliario urbano infantil en ser
verdaderos ejercicios de reproducción a escala industrial y ma-
siva. Existen modelos que están en sintonía con los realizados
en Estados Unidos dentro de la llamada era espacial, que mezclan
líneas curvas con ángulos rectos y retículas asimétricas. Llama
la atención que dentro de los parques públicos y sus renovacio-
nes se utilizaran principalmente dos materiales, el hormigón y
el tubo doblado, y que los muebles más reproducidos hayan sido
los de hormigón y no mayoritariamente los de tubo doblado, que
hubieran sido más baratos y rápidos de producir.
Otros ejemplos interesantes de la abstracción y estili-
zación geométrica de las figuras son los animales de concreto
Fig. 64. Anónimo, tarjeta postal del Parque de los Niños Campechanos, Campeche,
PARQUES Y JARDINES 95
del Deportivo Xochimilco de 1964. Un caracol, un elefante y una
jirafa colados en concreto armado se repiten a lo largo de las
áreas verdes de este centro social. El tratamiento de estos
juegos es interesante por tener varias funciones sin necesi-
dad de mostrarlas tal cual, similar a los juegos brutalistas
de Medina Ramos. El elefante es trepadero y resbaladilla, el
caracol está destinado a niños de menor edad y estatura y la
jirafa es trepadero, con escalones en sus manchas a manera de
huecos y resbaladilla a la vez. Se trata de una esquematización
de las formas en un tratamiento casi bidimensional, con placas
de concreto de treinta centímetros de espesor que están hechas
para ser vistas de perfil. Los juegos son tan angostos que sus
bases proyectadas hacia afuera a manera de cruces son evidentes,
hechas para poder sostener a los animales.
Estos animales pueden ser un antecedente a los de Pérez
Soria, aunque se alejan de su lenguaje escultórico y plástico,
pues se trata más bien de un diseño multifuncional que optimiza
el material. Los animales fueron producidos a mediana escala y
dan muestra de varias constantes en el diseño de los playgrounds
de este momento: el uso del concreto, la temática de los anima-
les con programas iconográficos libres y la idea de abarcar las
necesidades lúdicas de los niños dentro de la infraestructura
deportiva.
UNIDADES HABITACIONALES 99
Este complejo seguía los principios urbanísticos de Le
Corbusier y funcionaba como una ciudad independiente98. Entre
los servicios de esta ciudad cuasi autónoma se incluían piscina
pública, tiendas de alimentos, gimnasio, andadores y parques
públicos, y una guardería del Instituto Mexicano del Seguro
Social (IMSS)99. Esta guardería, que estaba situada en uno de los
módulos externos, fue decorada con murales de Carlos Mérida100,
y contaba también con un jardín o área de juegos. Los juegos
de este jardín eran metálicos y en la documentación fotográfica
solo se pueden observar subibajas y resbaladillas a base de tu-
bos doblados. El diseño de los subibajas y de los barandales de
las resbaladillas recuerdan al tardío streamline estadounidense,
una clara anacronía frente al funcionalista y moderno proyecto
de Pani.
Esta guardería se complementaba con la temática animal de
los murales de Carlos Mérida y con otro del mismo autor en uno
de los pasillos de entrada titulado El juego de los niños con
un lenguaje más abstracto. Aunque Mérida no proyectó los jue-
gos de la guardería, estos le otrogaron una atmósfera festiva e
infantil a una inmenso bloque de vivienda mediante los animales
coloridos y esquematizados.
También de Pani, junto con el arquitecto José Luís Cuevas,
es la Unidad Habitacional IMSS Santa Fe, de 1957. Los arquitectos
fueron menos tímidos en cuanto a la integración de artistas en
este proyecto, así como en la construcción de centros cívicos y
sociales en el centro del bloque de viviendas. Entre estos ser-
vicios y puntos sociales está una concha acústica diseñada por
el arquitecto Félix Candela y una guardería con un muy peculiar
arenero en su patio de juegos. Este arenero sorprende con un
libre trazo en forma de estrella con las puntas ensanchadas y
redondeadas que podría apuntar a una influencia de las trazas
libres y curvas de los jardines de Noguchi o de Roberto Burle
Marx101, y está hecho a partir de un murete de concreto casi al
ras del jardín que lo rodea.
102 Erik Velásquez García (coord.), Nueva historia general de México, pp. 653-693.
103 Rubén Ballinas, La Magdalena Contreras, p. 15.
104 Ramón Valdiosera Berman, Francisco Eppens, UNAM, Ciudad de México, 1988, p. 125.
105 A.A.V.V., Arte y arquitectura del Instituto Mexicano del Seguro Social, p. 103.
106 Pedro Miret fue un arquitecto paisajista antes de dedicarse a las letras y al
guionismo; también fue escultor y director de cine. Colaboró con colegas de la
talla de José Luis Benlliure y Félix Candela, y también con Alejandro Prieto.
Uno de sus pocos proyectos arquitectónicos fue el de los juegos infantiles de
la Unidad Independencia. Ver Javier Perucho, Pedro F. Miret, una cronología.
107 Para leer más sobre Tatsugoro Matsumoto ver A.A.V.V., 200 mexicanos que nos
heredó el mundo, Instituto Nacional de Migración, Centro de estudios migra-
torios, Ciudad de México, 2010.
Fig. 72. Pedro Miret, aspecto actual de un pódium para niños en un área de
Fig. 73. Pedro Miret, anteproyecto para zona infantil de la Unidad Independencia,
Fig. 75. Pedro Miret, anteproyecto para el trepadero en forma de pez, lápiz
Fig. 76. Pedro Miret, anteproyecto para zona infantil de la Unidad Independencia,
Fig. 77. Pedro Miret, aspecto actual de uno de los trepaderos en forma de
Fig. 79. Pedro Miret, anteproyecto para trepadero en forma de camión, lápiz
Fig. 80. Pedro Miret, vista de una zona de juegos, 1960. Archivo Pedro Miret.
Miret, anteproyec-
infantiles, lápiz y
Pedro Miret.
do para la Unidad
Independencia, 1960.
tor, 2017.
← Figs. 84, 85. Teodoro González de León, juego para plaza pública en forma
de pez, colonia IMSS, Ciudad Sahagún, Hidalgo, 1962. Archivo Teodoro González
de León.
diseñado por Pani junto con Ricardo de Robina, entre Nonoalco-Tlatelolco, Ciudad
otros110. Este centro urbano de vivienda comprendía de México, 1964. Folleto pro-
114 El complejo fue pensado dentro de los lineamientos modernos de Hartung, inclu-
yendo mobiliario urbano, mobiliario lúdico e infantil, así como un conjunto
escultórico a la entrada del deportivo titulado La familia. Esta escultura
fue un antes y un después dentro del ambiente plástico y arquitectónico de
Guadalajara, llamando la atención de artistas como Mathias Goeritz y arquitec-
tos como Pascual Broid hacia la capital tapatía. Salvador Díaz García, Franz
Horst G. Hartung, p. 100.
126 A.A.V.V., Arte y arquitectura del Instituto Mexicano del Seguro Social, p. 85.
127 Aunque el trenecito no es mobiliario urbano infantil, sino un juego mecáni-
co, se tratará como tal debido al mobiliario construido en torno al aparato,
la estación, la señalización, etc. que sí forman parte del mobiliario urbano
pensado para el entretenimiento y la escala de los niños.
128 Begoña Hernández y Lazo, Demetrio Vallejo Martínez. Un luchador social (1910-
1985), Editorial Los Reyes y Fundación Cultural de Trabajdores de Pascual y
del Arte, A.C., Ciudad de México, 2011, p. 142.
129 Ídem.
130 Ídem.
131 Se trata del moderno edificio proyectado por Carlos Obregón Santacilia en
1940 sobre el Paseo de la Reforma. Víctor Jiménez, Carlos Obregón Santacilia.
Pionero de la arquitectura mexicana, p. 165.
132 Serge Fauchereau, op cit, p. 159.
133 Manuel González Freijo, Germán Cueto, hierros y sombras, p. 18.
134 Henry E. Bowling, Cement and Artificial Stone Sculpture of Mexico, p. 33.
135 Ver Antonio Luna Arroyo, Panorama de la escultura mexicana contemporánea, p. 120.
136 Roger Caillois clasifica la competencia en los juegos bajo la categoría agón,
dinámicas que buscan la superación del otro con el fin de mejorar las habi-
lidades de todos los participantes. Existe una contabilidad de resultados
y de puntuación, y una serie de normas y reglas que dan orden. Este tipo de
juegos busca la competencia entre uno o más antagonistas para demostrar una
superioridad de habilidades. Lo que llama la atención de este juego es que
apela al agón pero está dirigido a un público que tal vez aún no se intere-
sa en la competencia, es decir, a niños de muy corta edad. Esto se confirma
cuando Fernández Ledesma menciona que las posibles salidas de la pelota según
la pierna del beisbolista por donde baje sirven para contar los tantos para
poder tener una puntuación ganadora y una perdedora. Roger Caillois, Man,
Play and Games, p. 19.
tragabolas, guardería de
la Arquitectura Mexicana
Contemporánea.
137 El logotipo, así como la imagen general de la XIX Olimpiada, fueron crea-
dos por el diseñador gráfico Lance Wyman en un ejercicio colaborativo donde
también participaron los arquitectos Pedro Ramírez Vázquez y Eduardo Terrazas.
Wyman, nacido en 1937, fue uno de los más influyentes diseñadores gráficos del
siglo XX. También diseñó la señalización del Sistema de Transporte Colectivo
Metro de la Ciudad de México, el logotipo del Hotel Camino Real y muchos otros
símbolos del diseño gráfico e institucional mexicano. Linda King, Lance Wyman.
138 Existe una disputa por la autoría absoluta del logotipo de México 68, sin
embargo se le adjudica a Wyman casi de manera unánime, esto debido a que el
diseño fue concebido en un ambiente de colaboración, es por esto que la par-
ticipación de Ramírez Vázquez y Terrazas sigue siendo fundamental en el tema
del diseño de México 68. Olivier Debroise, Age of Discrepancies, pp. 38-41.
139 Entrevista del autor a Lance Wyman, Ciudad de México, 20 de enero, 2011.
140 Entrevista del autor a Lance Wyman, Ciudad de México, 20 de enero, 2011.
Vázquez.
144 Manuel Rosen Morrison fue un importante arquitecto mexicano de origen judío.
Colaboró en muchos proyectos con Ramírez Vázquez y con otros arquitectos de
la modernidad mexicana. Fue el responsable de la alberca olímpica Francisco
Márquez para la XIX Olimpiada, la alberca olímpica de Ciudad Universitaria
y sus respectivas plataformas de clavados (mobiliario lúdico). Manuel Rosen
Morrison, Architecture, p. 14.
cinas centrales del INPI, Ciudad de México, 1960. Arquitectura México no. 63,
septiembre de 1958.
PLAYGROUNDS
OF MODERN
MEXICO
CONTENTS
INTRODUCTION 5
Luis Barragán
Fabián Medina Ramos
Fernando González Gortázar
Alberto Pérez Soria
Abstraction and Shared Spaces for Children
Pedro Miret
Teodoro González de León
The Tlatelolco Rocket
Mathias Goeritz
Sebastián
INSTITUTIONAL PLAYGROUNDS 35
Germán Cueto
Lance Wyman
Pedro Ramírez Vázquez
MEXICO’S LATE-TWENTIETH-CENTURY
PLAYGROUND EQUIPMENT 41
FINAL CONSIDERATIONS 43
WORKS CITED 45
The movements surrounding modernism in Mexico that the central government sought to implement
were particularly prolific and—in synch with to homogenize the nation’s infrastructure.
needs arising from a State in expansion—de- The task was not free from propagandistic
fined the architectural language of Mexico’s intent or ideological reaffirmation. Thus in
twentieth century in all but its entirety. Mexico there were numerous early attempts to
The nation’s movement toward visual integra- mass-reproduce urban fixtures and playground
tion—sometimes known as síntesis de las artes equipment, whereas in some European countries,
(i.e., “arts synthesis”)—was an artistic-ar- for example, it was the norm for artists and
chitectural tendency that sought to integrate architects to create one-of-a-kind pieces they
visual artists’ work into contemporary archi- had all but overseen from beginning to end.
tecture during the first two-thirds of the Naturally this has also to do with ideolo-
twentieth century.1 In hand with the modern, gical changes to which Mexico’s 1910 revolu-
the movement filled Mexico with artistic and tion gave rise. Mexican government attempts to
architectural heritage, typically within pu- encourage infrastructure for leisure, play and
blic buildings, schools and hospitals. sport was administrated by large-scale bodies
Collaborations between muralists or sculp- charged with making good on the Revolution’s
tors, and architects and engineers (almost promises. Additionally, there was a notion of
always associated with official channels) total control over the population that came
in Mexico’s modern period have been widely from early, Soviet-style models, implying na-
observed.2 The outcomes of these collabo- tionwide campaigns to control leisure as well
rations can be appreciated in sundry hotel as the body by incorporating physical edu-
façades and numerous other structures. The cation classes into every educational level.
artist-architect link, however, also came Where possible, the State sought to oversee
to include public space, landscape design, its citizens’ activities in every aspect. At
urbanism, park-development and the design of first, such actions were racially motivated
5
urban fixtures for children. or sought to vindicate past wrongs, closely
As well, an absence of industrial desig- related to philosophical theories activated at
ners in Mexico was another factor that led Mexico’s prime ideological driver, its Ministry
to alliances between artists and architects. of Public Education (Secretaría de Educación
Since university degrees in industrial design Pública; acronym in Spanish: SEP) and, la-
did not exist in Mexico until the mid-1960s, ter, via a set of more complex institutions
urban fixtures were left to architects and, such as Mexico’s Social Security Institute
to a lesser degree, to artists. Among archi- (Instituto Mexicano del Seguro Social; acron-
tects urban fixture design was considered a ym in Spanish: IMSS), its National Child-
secondary task, less recognized for having Protection Institute (Instituto Nacional del
to do with less prominent objects. For ar- Protección a la Infancia acronym in Spanish:
tists, however, these tasks acted as a kind INPI) or the National Sporting Institute
of research on emotional, spiritual and in- (Instituto Nacional del Deporte). This was
clusion-related principles. justified as a fulfillment of revolutionary
With regard to playground equipment, the promises such as social security, universal
experimental crossroads between artists and education, land reform, etc.
architects is more apparent and interesting. The purpose of these high-profile insti-
In it we can identify architects’ visual and tutions was to respond to the same problems
sculptural explorations as well as experiments by promoting a healthy, athletic lifestyle
with architectural forms that artists made. among the lower classes; bringing citizens
Unlike in the US or Europe, Mexican play- closer to modernity; weaning it of religion
ground equipment in cities was intimately re- and “other social ills.” Labor-union promo-
lated to public programs, ambitious in scale, tion during the Lázaro Cárdenas presidential
1 Louise Noelle, Ricardo Legorreta. Tradición y modernidad, UNAM, Mexico City, 1989, P. 16.
2 The modern period in Mexican architecture can be said to have begun in 1910, with the outbreak of the Mexican
Revolution, and lasted until the advent of the international style at the end of the 1960s.
3 Regarding infrastructure expansion in Mexico from the 1940s to the 1970s, see: Bernardo Quintana Isaac (ed.)
El primer multifamiliar moderno, Fundación ICA/Fundación Miguel Alemán, Mexico City, 2017. Dafne Cruz Porcini
and Montserrat Sánchez Soler, Formando el cuerpo de una nación. El deporte en el México posrevolucionario
(1920-1940), Museo Estudio Diego Rivera y Frida Kahlo, Conaculta, INBA, Mexico City, 2011. Axel Arañó (ed.),
Arquitectura escolar SEP 90 años, SEP, Conaculta, Mexico City, 2011.
4 Aldo Solano Rojas, “Plataforma de clavados. Tipología del optimismo nacionalista mexicano.” Bitácora Arquitectura,
no. 57, pp 58-69, UNAM, Mexico City, 2018.
5 Adrián Gorelik, La Grilla y El Parque, Espacio público y cultura urbana en Buenos Aires, 1897-1936, Universidad
de Quilmes, Buenos Aires, 1998.
6 Mercedes Pineda and Teresa Ochoa Zabalegui (eds.), Playgrounds. Reinventar la plaza, Museo Nacional de Arte
Reina Sofía, Madrid, 2014.
7 Silvia Segarra Lagunes, Mobiliario urbano. Historia y proyectos, Universidad de Granada, Granada, 2012.
8 Gabriela Burkhalter, The Playground Project, Kunsthalle Zürich/JRP-Bingier, Zurich, 2016.
9 Marta Gutman and Ning de Coninck-Smith (eds.) Designing Modern Childhoods: History, Space and the Material
Culture of Children, Rutgers University Press, New Brunswick, 2008.
18 Butler, George D. Pioneers in Public Recreation. Burgess Publishing Company, Minneapolis, 1965. p. 57.
19 Kansas Historical Foundation, cat. DaRT ID: 224843.
20 Leland, Arthur and Lorna Higbee Leland, Playground Technique and Playcraft
21 “Is This the World’s First Playground Swing?”, Anthony Bond, Daily Mail, 8 May 2013.
22 Segarra Lagunes, Silvia, Mobiliario urbano, pp. 353-361.
23 Scott, Peter, Minor Railway Histories, p. 59.
24 In his categorization of “ride” types, French sociologist Roger Caillois identifies vertigo (or what he calls
ilinx) as one principal source of enjoyment. In this case the goal is to lose habitual control of the body to
momentarily destroy stability and create a playful panic that, however brief, removes the “rider” from rea-
lity. This type of “ride” also imagines group fun, cooperation when it comes to the urge for lack of control
and an order so that all participants can enjoy themselves. What most, if not all, urban playground equipment
has in common is that it has to do with apparatuses that assist this vertiginous yen: slides, swings, seesaws,
merry-go-rounds and even monkey bars, among others, are just variations or distinct mechanisms that in one or
another way bring on vertigo. Naturally this is not the only way children and adults can reach ilinx, since
much children’s play requires no apparatus whatsoever (e.g., spinning into dizziness, leaping from high places,
etc.). Caillois also maintains you can diagnose a society’s moral state by looking at its play: if we analyze
playgrounds’ formal characteristics from the end of the nineteenth century, we can detect a society that was
responding to rapid decline in major cities and consequent problems, practically and rapidly, with play devi-
ces whose only concern was function. In contrast, examples from the second half of the twentieth century that
called for expansive greenspaces, aesthetic integration and participation from architects and artists point to
optimism and enthusiasm for designing a better society through public and social infrastructure that was part of
wider-ranging programs free from the urgency found in earlier examples. Caillois, Roger, Man, Play and Games.
25 Gill, Tim, op. cit. pp. 24-31.
26 Cahan, Richard and Michael Williams, Edgar Miller and the Hand Made Home, p. 253.
27 Idem.
28 This type of urban fixture, ordered by recreational functions for various audiences—such as playground equi-
pment, sporting installations (basketball nets, goal posts, exercise equipment, etc.) or other objects like
band shells, stages or chess tables—will be included in the present study as urban play infrastructure, even
as playgrounds remain our principal object of interest.
29 Testimony from Stephen Merrett, who was five during the London Blitzkrieg when part of his neighborhood,
Leytonstone, was destroyed. Merrett mentions children enthusiastically received these new, open and abandoned
spaces since there was nowhere else to play after school. http://www.bbc.co.uk/history/ww2peopleswar/stories/62/
a2009062.shtml. Article ID: A2009062
30 Kozlovsky, Roy, The Junk Playground, pp. 5-10.
31 Sørensen went on to design the first play areas during the Nazi occupation of Copenhagen. Besides using vacant
lots, he incorporated junk and wartime garbage. Amy Fusselman, Savage Park: A Meditation of Play and Risk for
Americans Who Are Nervous, Distracted and Afraid to Die, Houghton Mifflin Harcourt, 2015, p. 71.
32 Marjory Allen of Hurtwood, Memoirs of an Uneducated Lady, p. 171.
33 Strauven, Francis, Aldo van Eyck: The Shape of Relativity, p. 100.
34 Strauven, Francis, op. cit., p. 154.
35 The lots the Planning Department assigned often turned out to be median strips, plazas or parts of preexisting
parks. This speaks of the need to offer this public service in densely-populated cities where there were no
such spaces. Of the more than sixty playgrounds van Eyck designed, none has survived, save for spaces desig-
nated for them and the tree and green space layouts the architect originally projected.
36 Strauven, Francis, op. cit. p. 166.
DESIGNERS, ARTISTS
AND PLAYGROUNDS
12
Starting in the 1960s artists began to get tation, in a framework of large-scale expo-
fully involved in playground design. Such sitions not unlike O’Connor Barrett’s, was
is the case with Sculpture Continuum by US Il giochi per bambini41 (1968), created by
sculptor Oliver O’Connor Barrett, designed in Italian designer and artist Enzo Mari for
1963-64 for the New York World’s Fair. The a carved and quarried stone exhibition in
project featured a sculpture series for chil- Carrera (Italy). The playground featured a
dren to climb in an open area. When seen from rectangular area framed by travertine mar-
certain designated angles through perforated ble slabs creating a vestibule around the
piers, its modules took on animal shapes; play area.42 This partial delimitation lent
outside that perspective they were perceived intimacy to the site in addition to working
as abstract figures. The perforated piers ac- as a surface for interaction, whether it was
ted as strategically placed viewfinders that a game of hide-and-seek or bouncing a ball.
allowed the optic game to function. Thus ar- Mari’s ensemble sought to show materials in
tistic experimentation offered twice the fun their all but raw state and create a space
to children at play: the sculptures worked exclusively for children. The notion of “zo-
as a jungle gym in abstract form at the same ning” that indicated openness and continuity
time they became a visual brain-teaser that recalls Aldo van Eyck’s Amsterdam ideas and
stimulated young minds and imaginations.40 experiments, as previously discussed.
Another example of playground implemen- Artists and sculptors’ participation in
43 Lange, Alexandra. The Design of Childhood: How the Material World Shapes Independent Kids, `Bloomsbury, London,
2016, p 243.
44 Altshusler, Bruce, Isamu Noguchi, su vida y obra.
45 Lange, Alexandra, p. 252.
46 Dattner, Richard, Design for Play, p. 23.
47 An example of national-symbol and -achievement use are playground features from the so-called “Space Age.”
During the space-race between the Soviet Union and the US, playground equipment in both nations began to be
fashioned in designs evoking spaceships, rockets and satellites, complete with strongly nationalist overtones.
52 Known as “the apostle of the trees,” Miguel Ángel de Quevedo was a prominent engineer, architect and conserva-
tionist in Mexico at the beginning of the twentieth century. His principal legacy was tree-planting throughout
the capital and conserving lake zones in Mexico’s Central Valley. Siller, David, Uno de estos días, Plaza y
Valdés, 1988, p. 143.
53 Beezley, William H., Judas at the Jockey Club and Other Episodes of Porfirian Mexico.
54 Jackson Albarrán, Elena, Seen and Heard in Mexico, p. 46.
55 Ibid.
56 List Arzubide was an important figure from estridentismo, (roughly, “strident-ism”) a Mexican avant-garde.
His literary works include the stories in Troka, el poderoso, a commission from Mexico’s Ministry of Public
Education. “Powerful” Troka is a fantastic character who recruited young people and children to be a part of
modernity and man’s dominion over nature, a somewhat intimidating superhero who unambiguously affirmed notions
of leaving behind rural Mexico’s poverty, ignorance and superstition to open up to modern and technological
innovation.
57 Estridentismo (roughly, “strident-ism”) was a Mexican artistic and literary avant-garde. Its first manifesto
dates from 1921 and brought together photographers, playwrights, poets and graphic artists; the estridentistas
actively collaborated on book publishing, promotion, theatre production and painting exhibitions. The school’s
main concerns were incorporating popular culture, exaltation of the modern and its repercussions in everyday
life, as well as the formation of a universal and cosmopolitan society. Estridentismo was strongly influenced
by Futurism, Cubism and Dadaism; its most prominent and active members included Manuel Maples Arce, Germán
List Arzubide, Ramón Alva de la Canal, Fermín Revueltas and Luis Quintanilla, among others. Becerra, Gabriela
(coord.), Estridentismo. Memoria y valoración. To read more on estridentismo, see Lydia Klich, The Noisemakers:
Estridentism, Vanguardism and Social Action in Postrevolutionary Mexico, University of California Press, 2018.
58 Cueto, also an estridentista, was a member of the Liga de Artistas y Escritores Revolucionarios (LEAR) and
an important sculptor in the nation’s modernist movements. He involved himself with artistic and architectural
integration movements and collaborated with important modernist architects. Cueto moved freely between groups,
trends and disciplines including sculpture, painting, puppet-making, etc. See Fauchereau, Serge, Germán Cueto.
59 Caplow, Deborah, Leopoldo Méndez, Revolutionary Art and the Mexican Press, p. 122.
60 Fell, Claude, José Vasconcelos. Los años del águila, p. 444.
61 Debroise, Olivier, Angelina Beloff: ilustradora y grabadora, p. 11.
62 Florescano, Enrique, El juguete mexicano, p. 62.
63 Chapulín. La Revista del Niño Mexicano, Secretaría de Educación Pública, no. 1, March 1942, p. 1.
64 Jackson Albarrán, Elena, Children of the Revolution, p. 36.
65 Andrade Briseño, Magdalena and Taller 32, Utopia no utopia, Museo Estudio Diego Rivera y Frida Kahlo, 2005, p. 16.
66 Marion O’Donell, Maria Montessori, Bloomsbury Publishing, 2014, p. 120.
LUIS BARRAGÁN
One early exercise in urbanization and design unfinished concrete was provocative, and
for urban and children’s fixtures was remode- though it might be catalogued as part of the
ling Guadalajara’s Parque de la Revolución. streamline-moderne style, we can also speak of
The renovations were subject to a 1935 design an early Barragán who has begun to experiment
contest whose winner was a young Luis Barragán, with landscape design and a signature style.
in partnership with his brother Juan José.78 Today, most of the park’s playground equip-
The project called for a new urban layout, ment, also made of concrete, as well as the
public fixture design, constructing open-air central circle and a fountain have been lost;
retail spaces and playgrounds. however, the circular platforms that marked
For the park’s redesign, Barragán used off the play areas still stand as do the other
completely exposed concrete that allowed the fixtures. The Parque de la Revolución is an
material itself to transmit its strength. important antecedent to playground design in
Molded in geometric shapes that emerged from Mexico, and to architect-participation in such
20
circles and curves, it intervenes in park spaces’ construction, as well as with regard
space via plazas, benches and lampposts. to the relevance of a demarcated children’s
The park had originally occupied a large area and the large-scale dimension playgrounds
block—later bisected to widen an avenue—and a could take on.
series of diagonal paths fanning out from small Little came to pass in the playground de-
circular plazas featuring canopies, benches sign field in Mexico City, despite the fact
and platforms. The platforms demarcated and many new parks were opened, until the Parque
protected children’s play areas, as did mul- de los Venados was completed in the Colonia del
tiple-use features such as canopy-bench-slide Valle district in 1953. Bordered by División
structures, for a complex optimization of the del Norte, Dr. Vértiz, Miguel Laurent and
plazas’ central spaces that not only offered Municipio Libre Avenues, which connected new
rest, but as well, at the level of the play- subdivisions in the south of the city to the
ground equipment’s platforms and elevations, downtown area, in its day this park was the
a kind of higher plane for children only. city’s second largest after Chapultepec. Its
Concrete and metal canopies were insta- official name is Parque Francisco Villa, but
lled in a play area that also featured metal the presence of several stag sculptures has
swings and stylized seesaws with imposing led to its nickname, Parque de los Venados.
right angles, as well as concentric swing Juan Manuel Magallanes was charged with
sets of quite compelling design. Finally the the park’s development;79 the Mexico City
area was fenced in by a wall of triangular municipal government’s commission called for
masonry spans. immense greenspaces, two fountains and a ex-
The circle is Parque de la Revolución’s pansive playground that featured a concrete
recurring theme. For its day, the use of slab supporting numerous slides and swings,
86 For more on Fernando González Gortázar, see Fernando González Gortázar. Escritos reunidos, Consejo Nacional
para la Cultura y las Artes, 2004; Laura Zohn, Manuel Larrosa and Fernando González Gortázar, Fernando González
Gortázar, INBA, 1968; and Laura Zohn, La nostalgia amotinada. Diez arquitectos opinan sobre identidad y con-
servación, ITESO, 1996.
92 The interviewee did not disclose the promotor’s name for personal reasons. Pérez Rodríguez, Alberto. Interview.
Solano Rojas, Aldo, 5 February 2018.
93 These concrete fixtures would seem to take inspiration in designs by Eero Saarinen, specifically his Tulip
dining set. Fixtures the Mexico City government manufactured, we find them in parks and public gardens, in
housing development patios, and plazas, and at recreational centers.
94 Romero, Héctor Manuel, Enciclopedia temática de la Delegación Cuauhtémoc, DDF, Mexico City, 1994, p. 182.
95 Candela perfected a technique for concrete shells and hyperbolic paraboloids; this set’s support presents a
quite close, similar shape. Candela also participated in public projects, specifically in park and recreational
center renovations alongside Alejandro Zohn. Burian, Edward R., Modernity and Architecture in Mexico, p. 46.
96 Torres, Ana María, Isamu Noguchi: A Study of Space, Monacelli Press, New York, 2000, p. 43.
102 Velásquez García, Erik, (coord.), Nueva historia general de México, pp. 653-693.
103 Ballinas, Rubén, La Magdalena Contreras, p. 15.
104 Berman, Ramón Valdiosera, Francisco Eppens, UNAM, Mexico City, 1988, p. 125.
105 A.A.V.V., Arte y Arquitectura del Instituto Mexicano del Seguro Social, p. 103.
106 Pedro Miret was a landscape architect before becoming a writer and scriptwriter; he was also a sculptor and
film director. He collaborated with colleagues as esteemed as José Luis Benlliure and Félix Candela, as well
as Alejandro Prieto. One of his few architectural projects was the playground at Unidad Independencia. See
Perucho, Javier, Pedro F. Miret. Una cronología.
107 To learn more about Tatsugoro Matsumoto see A.A.V.V, 200 mexicanos que nos heredó el mundo, Instituto Nacional
de Migración, Centro de Estudios Migratorios, Mexico City, 2010.
MATHIAS GOERITZ
This era’s blurred borders between sculpture making it a perfect play fixture.118 Mixcoac’s
and playground equipment are revealed in the La pirámide is a fine example of a sculpture
case of Matias Goeritz’s La pirámide (“The inviting interaction and integration both
Pyramid”; 1969) a piece that did not start with the setting and the user, in this case
off as a playground fixture but, thanks to children who climbed the structure freely by
its nature as urban sculpture as well as its using its negative spaces.
setting, was used for play from its first years That said, the piece was not originally
of existence. The sculpture still stands in conceived of as playground equipment, unlike
one of the two plazas originally laid out at other contemporary examples we’ll look at la-
the Torres de Mixcoac housing development in ter, for which visual artists designed exclu-
southern Mexico City. sively play-related structures for children.
The complex was designed by architects Thus, unlike Goeritz, later architects and
Abraham Zabludovsky and Teodoro González de sculptors created pieces imagined as play-
León, erected between 1968 and 1971.115 It ground equipment from the start.
favors pedestrian users since its sculptures During the 1968 Mexico City Olympic Games,
32
invite individuals to explore and interact. Goeritz was a member of the Cultural Olympiad’s
La pirámide consists of three prism-like, organizing committee and oversaw the Ruta de
triangular walls connected at a central point; la amistad (i.e., “The Friendship Trail”),
blocks are stacked so the voids between them a series of sculptures erected along the ci-
form a geometric screen that appears to be ty’s beltway, the Periférico. The monumental
a pyramid with a triangular base,116 quite pieces represented participating nations and
similar to others of Goeritz’s visual-inte- endowed the city with urban sculptures and
gration exercises, such as the entrance screen monuments.119 Artists that had significant
at Legorreta’s 1968 Hotel Camino Real or the in-depth playground design experience in other
1964 fence at Smith, Kline & French.117 parts of the world—especially Hungarian Pierre
In a photo of the recently opened housing Székely and Mexico’s Germán Cueto120—took a
complex from the early 1970s, we can see chil- role in planning these public sculptures.
dren clambering freely across the sculpture This coincides with an interest in public,
114 The complex was imagined in line with Hartung’s modern idiom, to include urban fixtures, playground equipment,
and a sculpture group at the recreational center entrance, entitled La familia. This sculpture was a watershed
in Guadalajara’s visual arts and architecture milieu that brought the city attention on the part of artists like
Mathias Goeritz and architects such as Pascual Broid. Díaz García, Salvador, Franz Horst G. Hartung, p. 100.
115 Adrià, Miquel, Teodoro González de León.
116 Kassner, Lily, Mathias Goeritz, p. 172.
117 Noelle, Louise and Ricardo Legorreta. Tradición y modernidad, pp. 24, 26.
118 Use of this type of urban sculpture calls to mind a series of bandshells built throughout Mexico at various
housing developments and other subdivisions. These objects’ sculptural nature, as well as their function, verge
on the ludic, since they also serve as theatrical forums and have become social and cultural centers in their
environments.
119 A.A.V.V., El retorno de la serpiente y la invención de la arquitectura emocional, p. 102.
120 Specifically Hombre corriendo, the “station” at the Ciudad Universitaria campus’s Estadio Universidad. Fauchereau,
Serge, Germán Cueto, p. 170.
SEBASTIÁN
An additional example of urban fixtures re- The play fixture lies within a children’s
lated to public sculpture and playground area that also serves as a public plaza, a spa-
equipment is work by Enrique Carbajal (pro- ce endowed with oversized planters and cement
fessionally known as Sebastián). In 1977 he benches. Manufactured only once, the fixture
designed a playground for the Quinta Eugenia is still in place, making it a unique piece
housing complex in southern Mexico City.123 that appeals more to urban fixture design than
The project, overseen by architects Mario to a sculptural project of purely aesthetic
Schjetnan and José Pérez Maldonado,124 fea- intentions. We contemplate an industrial de-
tures a long, narrow central patio, like a sign exercise that verges on experimentation,
street, that functions as the development’s yet far removed from Sebastián’s characte-
lighting, socialization and ventilation axis. ristic visual idiom. This approximation to
33
A Matias Goeritz sculpture marks the plaza’s urban-fixture industrial design is determined
central point. by the material the artist chose, bent pipe
Sebastián’s piece is made up of an approxi- and sheet-metal which—along with the piece’s
mately five-meter-high cube and is derived dimensions—converts it into an easily repro-
from one of the artist’s previous exercises, duced playground fixture that could function
involving hexaconic cubes.125 The structure is as a module in practically any plaza. The
formed by truncated cones that face a single piece, in addition to Goeritz’s sculpture and
point to form a smaller cube at the center the housing complex itself, remain in place.
of the sculpture, which serves as access to Sebastián’s play fixture is remarkably we-
sheet-metal slides formed by the lower sec- ll-preserved and children still use it.
tions of two of the cones; finally, there is Made entirely of metal, the piece is a
a climbing bar at the center of the cube. complex geometric study that breaks with the
The ensemble sits beneath an umbrella that traditional slides’ shapes, at the same time
is also the cube’s upper face, supported by it crosses over into public sculpture and
a middle-pole that pierces the center of the incorporates a number of different kinds of
piece. Originally, the roof was decorated with play fixture into a single module (slide,
space-related elements—enamel-painted pla- climbing bars, tubes). Strongly influenced
nets, satellites and stars—another reference by kineticism, the sculpture/play structure
to “space” themes and in close dialogue with presents the illusion of being a mobile play
the rockets at Tlatelolco and Guadalajara. object, that, however, never really moves.
126 A.A.V.V., Arte y arquitectura del Instituto Mexicano del Seguro Social, p. 85.
127 Though the miniature railroad is a mechanical ride and not playground equipment per se, it will be treated as
such due to the installations and fixtures that were built around the ride, the station, signaling equipment,
etc, that do form part of urban installations planned at child-sized scales and for children’s entertainment.
128 Hernández y Lazo, Begoña, Demetrio Vallejo Martínez. Un luchador social (1910-1935), Editorial Los Reyes and
the Fundación Cultural de Trabajadores Pascual y del Arte, Mexico City 2011, p. 142.
GERMÁN CUETO
Another important example of public-fixture sculptural production. Among other observa-
design from the highest institutional pre- tions, he mentions a corpus of large-scale
cincts comes from a 1977 text by Gabriel artworks for public spaces, as well as the
Fernández Ledesma (1900-1983), who writes sculpture entitled El tragabolas (“the ba-
of his friend and colleague Germán Cueto’s ll-eater”).130 Fernández Ledesma defines it
129 Idem.
130 Idem.
LANCE WYMAN
Political propaganda—wittingly or not—became “Mexico 68” logo reproductions,137 in concentric
part of the playground equipment design pro- letters principally designed by Lance Wyman.138
cess. Clear examples arose within the framework These sculptures were installed outside sports
of 1968’s XIXth Olympiad in Mexico City. As venues, at key points throughout the city and
part of the Olympic program and in parallel at tourist sites. They were also put up in the
with the Ruta de la Amistad sculpture series, Olympic Village, a complex that was to become a
37
the city filled with all manner of temporary housing development after the games. Not sur-
urban fixtures that helped visitors find com- prisingly, children quickly adopted the logo’s
petition venues, oriented tourists and rea- letters as play equipment, as did some adults
ffirmed Mexico’s sporting and overall festive as can be seen in images from the Olympiad’s
atmosphere. inauguration, in which a large-scale module
Such is the case with three-dimensional was put up at Olímpico Universitario stadium.
131 Specifically, Carlos Obregón Santacilia’s modern tower, planned in 1940 for siting on Mexico City’s Paseo de
la Reforma boulevard. Jiménez, Víctor, Carlos Obregón Santacilia. Pionero de la arquitectura mexicana, p. 165.
132 Fauchereau, Serge, op cit, p. 159.
133 González Freijo, Manuel, Germán Cueto, hierros y sombras, p. 18.
134 Bowling, Henry E., Cement and Artificial Stone Sculpture of Mexico, p. 33.
135 See Luna Arroyo, Antonio, Panorama de la escultura mexicana contemporánea, p. 120.
136 Roger Caillois classifies play-competence within the category of agon, dynamics that seek to overcome the other
in order to improve all participants’ abilities. Results and scoring are counted; there is a series of norms
and rules that lend order. These sorts of games foster competition among one or more contestants to demonstrate
superior ability. One of the game’s interesting aspects is that is calls for agon but is aimed at audiences—spe-
cifically, very young children—that may have yet to take an interest in competition. As much is confirmed when
Fernández Ledesma mentions that balls’ possible exits from the depicted baseball player’s legs constitute goals
leading to winning and losing scores. Caillois, Roger, Man, Play and Games, p. 19.
137 Lance Wyman (b. 1937), one of the twentieth century’s most influential graphic designers, created the logo and
the XIXth Olympiad’s general image, in a collaborative exercise that included architects Pedro Ramírez Vázquez
and Eduardo Terrazas. He also designed signage for the Mexico City subway system, the Hotel Camino Real logo and
numerous other symbols of Mexican graphic and institutional design. King, Linda, Lance Wyman.
138 Since the design was conceived of in a collaborative atmosphere, there is controversy surrounding the “Mexico
68” logo’s definitive authorship. Though it has been almost unanimously attributed to Wyman, Ramírez Vázquez and
Terrazas’s participation in the “Mexico 68” design is fundamental as well. Debroise, Olivier, Age of Discrepancies,
pp. 38-41.
139 Author’s interview with Lance Wyman, Mexico City, 20 January 2011.
140 Author’s interview with Lance Wyman, Mexico City, 20 January 2011.
141 Herzog, Lawrence, Global Suburbs, p. 136.
145 Goldman, Shifra M., Pintura mexicana contemporánea en tiempos de cambio, p. 133.
146 Klein, Naomi, No logo, p. 243.
150 Zavala, José Carlos, “Sufren percance juegos infantiles en su traslado,” Periódico Correo, Irapuato, Guanajuato.
24 December 2014.
47
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