Fuentes de Financiacion y Seleccion de Inversiones
Fuentes de Financiacion y Seleccion de Inversiones
Fuentes de Financiacion y Seleccion de Inversiones
financiación y
selección de
inversiones
Selección de inversiones en activos
financieros
Índice
• Introducción
• Los mercados financieros
• Renta fija y renta variable. Rentabilidad
• Deuda pública y deuda privada
• Fondo de inversión
• Productos derivados
• Fiscalidad de los activos financieros
para las empresas
• Inversiones económicas. Evaluación de
inversiones. Criterios de selección de
inversiones.
• Aplicación financiera de la hoja de
cálculo
© Eva Forcadell Papiol
Todos los derechos reservados
© de esta edición, UOC X, 2019
1. Introducción
El sistema financiero de una nación, región o conjunto de Estados, está formado por el
conjunto de instituciones, medios y mercados cuya finalidad es canalizar el ahorro de los
ciudadanos, las empresas y las Administraciones Públicas, y dirigirlo hacia la demanda de
préstamos para el consumo y la inversión.
Agentes financieros: Son las unidades económicas que tienen recursos disponibles
(superávit), las que solicitan esos recursos (déficit) y las entidades que tienen como
finalidad ponerlos en contacto.
Activos financieros: Son las herramientas (títulos) que utiliza el sistema financiero
para facilitar el intercambio de los recursos.
Todos estos elementos que forman el sistema financiero son los agentes financieros, y
podemos distinguir entre:
Un ejemplo de intermediarios financieros serían los bancos, las cajas de ahorros, las
cooperativas de crédito, las entidades de financiamiento, las sociedades de cartera,
las instituciones de inversión colectiva, las compañías de seguros y los fondos de
pensiones.
Las características de los activos financieros son principalmente tres: la liquidez, el riesgo y
la rentabilidad. Todas las características se pueden dar en diversos grados, que serán los
que utilizará el inversor para configurar su cartera.
La rentabilidad (R) de un activo está determinada por la liquidez (L) y el riesgo (r):
R = F(L,r)
Entre los tipos de activos financieros más frecuentes podemos encontrar el propio dinero,
los depósitos bancarios, los préstamos, bonos, letras y las acciones de empresas. En la
clasificación de los activos financieros se pueden utilizar distintos criterios y según el criterio
que se emplee se pueden describir distintos tipos.
o Deuda pública: a corto, medio y largo plazo. Los bonos y letras del tesoro público son
activos financieros emitidos por el gobierno como medio de financiación.
o Renta fija privada: es similar a la deuda pública pero son activos emitidos por
empresas privadas.
o Acciones: las acciones son activos financieros de renta variable emitidos por
empresas privadas cuyos dividendos se ven afectados, entre otros factores, por el
entorno social, económico y político.
o Pólizas de seguros.
o Bancos Centrales
o Tesoro Público
Poner en contacto a todo el mundo que quiera intervenir en él, de forma que
ofertantes y demandantes puedan manifestar sus deseos de compraventa de activos.
Como más elevado sea el grado de cumplimiento de estas funciones, más alto será el grado
de eficiencia de un mercado financiero.
En un mercado perfecto hay libre movilidad de recursos; no hay obstáculos que impidan el
juego libre de las fuerzas de mercado con referencia a la determinación de los precios, sino
que hay información completa tanto para compradores como para vendedores de las ofertas
y demandas y de las condiciones del mercado.
o Los mercados intermediados: son aquellos en los que por lo menos uno de los
agentes participantes en la operación es un intermediario financiero. Ejemplos de
este tipo de mercado son la banca y el mercado hipotecario.
Entre las funciones del mercado monetario está la financiación para equilibrar el
déficit del Estado, facilitar el logro de los objetivos de política económica y,
principalmente, proporcionar la posibilidad de obtener títulos o valores con elevada
liquidez y rentabilidad con el fin de conservar una parte de la riqueza.
Anteriormente, el sistema financiero español estaba controlado por los bancos, sometido a
una fuerte regulación que dificultaba cualquier actuación en general. Esta regulación
permitía obtener beneficios a las entidades financieras, debido a que ofrecía productos más
ventajosos y se dificultaba la competencia de precios en el mercado. La única competencia
entre entidades financieras era la de volumen de negocio y, por este motivo, se configuró
una estructura bancaria con una densa red de oficinas que, a su vez, hoy todavía actúa
como barrera de entrada de la banca extranjera en el mercado bancario español.
Por el contrario, la desregulación más grande también ha provocado una complejidad más
grande de los mercados y, como consecuencia, una inestabilidad más grande,
entendimiento como una volatilidad más grande de los mercados.
Actualmente los mercados financieros tratan de situarse allá donde se encuentran los
productos y materias priman que están en auge y poseen gran beneficio actual o futuro. Ello
no indica que las bolsas vayan a desplazarse allá donde están los activos preciados en
cuestión, sino que hoy día a través de canales virtuales en todos los lugares del planeta se
puede invertir sobre otros bienes lejanos físicamente. La facilidad y la democratización del
acceso a los servicios financieros han supuesto en las aplicaciones móviles y la banca
digital el punto de arranque y eclosión de las finanzas online. Gracias a su desarrollo se ha
conseguido un mayor acceso de pequeños inversores a grandes posibilidades de inversión
a través de las plataformas de trading online (se encargan de realizar un estudio de los
mercados mediante el análisis técnico y el análisis fundamental para invertir en diferentes
instrumentos financieros con el objetivo de obtener un beneficio) y de su apalancamiento
financiero (consiste en utilizar algún mecanismo (como deuda) para aumentar la cantidad de
dinero que podemos destinar a una inversión) con algunos productos, a los que de otra
forma sería imposible acceder como hasta ahora ocurría.
Por otra parte, la globalización, definida como una creciente integración e interconexión de
varios mercados domésticos en un único mercado financiero internacional ha cambiado
dramáticamente el entorno económico y ha modificado el sistema financiero. La
Por último, ha tenido lugar la innovación financiera en la evolución del mercado financiero.
La innovación financiera es la creación de nuevos instrumentos o servicios de carácter
financiero. Su objetivo es proporcionar nuevas oportunidades de cobertura de riesgos,
completar los mercados existentes, reducir los costes de transacción de carácter no fiscal y
corregir las imperfecciones del mercado.
El termino ética se origina del griego ethos cuyo significado es “costumbre”, por lo que se ha
definido a la ética como “la doctrina de las costumbres que van encaminadas a la
consecución de un fin justo”. La ética en la industria de la inversión se enfoca en las
decisiones que abordan cuestiones morales del bien y del mal. Dado que la percepción de la
ética está definida en función de la época, las sociedades, los individuos y las situaciones
que se presentan, y estas variables están en constante cambio, es un tanto complicado
Podemos apostar que la ética pudo haber evitado situaciones de quiebra de algunas
instituciones evitando comportamientos de conflictos de intereses, sistemas de
remuneración enfocados a la ganancia y no al propio bienestar social, operaciones de
arbitraje regulatorio para reducir controles llegando al engaño y fraude. De igual forma otra
función de la ética es la de la contribución para la creación de un clima diferente en el sector
financiero y en la prevención de crisis por medio de generación y sostenimiento de
confianza. Se puede decir que la confianza se ha perdido por la falta de transparencia en los
productos financieros estructurados, así como por los comportamientos no éticos de las
entidades y personas que los venden.
De forma que cualquier persona que se encuentre relacionada con el mundo financiero -
desde los analistas hasta los reguladores– ocupa una posición que tiene que permitir
generar la confianza que comporta actuar siguiendo una ética profesional y financiera. Es
por eso que es importante ordenar éticamente la profesión a través de códigos de ética
profesional.
El cálculo más simple de la rentabilidad es, como su nombre indica, la rentabilidad simple.
Es la forma de expresar la variación del valor de un activo, durante un periodo de tiempo,
suponiendo que los beneficios que genera se producen al final del periodo. En este tipo de
cálculo no se tiene en cuenta el factor tiempo.
La fórmula es la siguiente:
Decidimos comprar un piso por 25.000 € y al cabo de cinco años lo vendemos por 30.000€.
En esos cinco años, hemos recibido 6.000 € de alquiler y hemos tenido unos gastos de
3.000 €.
O compramos acciones del Banco X por el valor de 15.000 €. Al cabo de un año las
vendemos por 12.500 €. En ese año hemos recibido 500 € en dividendos y nos han cobrado
150 € en comisiones.
Tal y como se ha comentado, esta es la forma más simple de calcular la rentabilidad, pero el
proceso real es mucho más complejo. En los apartados posteriores donde trataremos los
criterios de selección de inversiones entraremos en detalle en estos cálculos.
El accionista cuenta con una serie de derechos cuyo ejercicio requiere un mayor
compromiso que los del inversor en renta fija: mayor seguimiento de la información,
participación en su caso en la Junta General de Accionistas o delegación del voto,
etc.
Aunque tradicionalmente en la renta fija los intereses del préstamo estaban establecidos de
manera exacta desde el momento de la emisión hasta su vencimiento, actualmente existen
otras posibilidades más sofisticadas. Frecuentemente los intereses son variables estando
referenciados a determinados indicadores, generalmente tipos de interés (Euribor, etc.),
índices bursátiles, o incluso a la evolución de una determinada acción, índice, etc., teniendo
a veces otras características especiales.
De este modo podemos decir que los productos de renta fija, son
aquellos productos que emiten las empresas u organismos
públicos para captar financiación del público general.
Por tanto, en estas operaciones aparecen dos figuras, como no podía ser de otro modo: el
emisor y el comprador. El que emite los títulos se denomina emisor y se compromete, tras
un periodo de tiempo prefijado, a devolver al comprador, tanto el capital inicial como unos
intereses también fijados de antemano. La fecha en la que se fija el fin de la obligación del
“préstamo” se denomina vencimiento. Por otra parte, el comprador se convierte en acreedor
del organismo emisor. Esto es, que posee el derecho a que el emisor le pague la deuda
adquirida con él, tanto el capital como los intereses.
A priori, según todo lo que hemos visto, parece poco probable que a la fecha de vencimiento
haya algún riesgo de impago, sobre todo, en la renta fija pública, ¿verdad? Pero, ¿y qué
pasa si quieres vender el título antes de la fecha de vencimiento? Quizás no se te haya
ocurrido, pero estos títulos también se pueden negociar en el mercado y no es necesario
agotar el plazo de vencimiento.
Cabe recordar que los tipos de interés y los precios se mueven inversamente, de
forma que una disminución del tipo de interés representa una subida de precios de
renta fija, y a la inversa.
La única opción que se tiene como inversor de evitar este riesgo es mantener el título
hasta la fecha de vencimiento.
Pagarés de empresa. Los pagarés de empresas son títulos de deuda emitidos por
entidades privadas para cubrir sus necesidades de financiación a corto plazo.
Confieren a sus tenedores un derecho económico sobre la empresa (es decir, los
convierten en acreedores).
Los pagarés de empresas tienen algunas características en común con las Letras del
Tesoro:
o Se emiten a muy corto plazo (menos de dieciocho meses), por lo que su liquidez es
alta.
La gran diferencia es que mientras las Letras del Tesoro son emitidas por el
Gobierno, los pagarés lo son por empresas privadas. Su riesgo dependerá entonces
de la calidad de la empresa. Debido a este incremento del riesgo, su rentabilidad
suele ser algo superior a la que ofrecen las Letras del Tesoro (prima de riesgo). Es
aconsejable consultar la información de las emisiones registradas en la CNMV
(Comisión Nacional del Mercado de Valores).
Bonos y obligaciones. Los bonos y obligaciones son títulos que representan una
parte de una deuda, a favor de su tenedor, y emitida por una entidad para la
financiación de un proyecto. Los títulos de renta fija privada son emitidos por
empresas privadas. Su rentabilidad y riesgo previstos tienen que ver con la
En España, cuando estos títulos se emiten a entre dos y cinco años se denominan
bonos y cuando se emiten a plazo superior se denominan obligaciones. El plazo de
reembolso es la única diferencia entre un bono y una obligación. En otros países, el
término “bono” es genérico para todos los plazos de vencimiento.
o Otras combinaciones.
El warrant se negocia por separado del activo al cual aparece ligado. Su titular puede
venderlo en cualquier momento o ejercitarlo en el momento que corresponda. En
este sentido, el propietario de un warrant esperará a que el activo de renta fija suba
de precio por encima del pactado en el warrant para así ejercitar el derecho de
compra a un precio inferior al de mercado. En caso contrario, puede optar por
desprenderse del warrant. Es decir, llegado el vencimiento del warrant el
obligacionista comprará la acción a la que da derecho cuando su precio sea inferior
al de mercado, y no lo hará en caso contrario.
Obligación cupón cero. Las obligaciones cupón cero son obligaciones con
vencimiento fijo y sin interés explícito. Es decir, la entidad que la adquiere no paga
regularmente, según el período fijado, un interés por haberla comprado. La
rentabilidad de este instrumento radica en que fue emitido con descuento a un precio
más bajo que su valor nominal. Así, el inversor logrará ganancias al vencimiento de
esta obligación debido a que cobrará el valor de amortización, que es superior al de
adquisición.
o Se trata de valores que tienen asociado un riesgo muy reducido ya que su valor
teórico coincide con su duración y la reinversión de los intereses es segura.
Obligaciones indexadas. Las obligaciones indexadas son títulos de renta fija que
varían las cantidades de los capitales de la contraprestación según un índice de
referencia (en el caso de obligaciones indexadas a tipo de interés sería, por ejemplo,
el Euribor, y en el caso de obligaciones indexadas a índice de bolsa, por ejemplo, el
Íbex).
La variabilidad de las cantidades con respecto al índice puede ser total o parcial, es
decir, puede haber un tramo de las cantidades definido como fijo y otro como
variable. Además, la variabilidad puede afectar a los intereses, el principal o los dos.
o Por lo demás, pueden tener las mismas características que el resto de títulos de
renta fija (cupón fijo o variable, valor de reembolso por nominal o con prima, pueden
ser convertibles, emitirse con warrant…).
Emisiones bonificadas. Las emisiones bonificadas son activos de renta fija privada
con un tratamiento fiscal favorable que consiste en la retención real de una cantidad i
la posibilidad de declarar posteriormente una retención más elevada. Se suelen
emitir al final del año fiscal i disfrutan de un tratamiento fiscal ventajoso, ya que están
emitidas por determinadas empresas públicas o privadas que desarrollan una
actividad de especial interés social (compañía eléctrica por ejemplo) y que destinan
los recursos captados al financiamiento de obras o servicios de interés público.
o Posibilidad de “separación”, esto es, se puede dividir cada bono en “x” valores que se
llaman strips, uno por cada pago que la posesión del bono dé derecho a recibir. De
esta forma, de un Bono a 5 años podrían obtenerse 6 strips: uno por cada pago de
cupón anual o el pago de rendimientos anual, y un sexto por el principal , al cabo de
los 5 años.
La evolución del mercado bursátil se mide a través de diferentes índices que reflejan los
movimientos en los precios de los diferentes productos, activos o títulos.
Las acciones. Una acción forma parte del capital total en el que está dividido una
empresa. Cada institución está constituida por un número determinado de acciones
que serán repartidas entre sus socios. Y, cada una de estas acciones podrá ser
transmitida libremente entre sus accionistas. Por tanto, el verdadero significado de
una acción da lugar a una inversión que de alguna manera define cómo está
constituido el capital social de una empresa.
Las acciones son títulos de renta variable debido a que su retribución no es fija, y
conceden al titular derechos económicos y políticos:
o Derecho preferente de suscripción (DSP): Cuando una sociedad lleva a cabo una
ampliación de capital, o emite obligaciones convertibles en acciones, los accionistas
gozan de preferencia en la suscripción de nuevas acciones. Este derecho se negocia
en bolsa.
Son varios los tipos de acciones que constituyen el tejido empresarial pero según los
derechos que se conceden destacamos las siguientes:
o Acciones sin voto. En este tipo de acciones los accionistas no tienen derecho alguno
de participar en las juntas generales. Únicamente podrán disfrutar del cobro de los
dividendos.
o Acciones rescatables. Este tipo de acciones de emiten para que sean rescatables, es
decir, que puedan ser amortizadas por la sociedad en unas condiciones
predeterminadas, que se tienen que determinar en los estatutos.
Son índices bursátiles, por ejemplo, el Dow Jones (EE.UU), el Ibex35 (España), S&P500
(EE.UU) y el CAC40 (Francia).
Los fondos públicos. Los fondos públicos o efectos públicos son títulos de renta fija
correspondientes a deudas que han sido emitidos por instituciones públicas o por el
mismo Estado.
Las características de estos títulos son que disponen de la garantía del Estado o de
la entidad pública que los ha emitido, aunque el tipo de interés que tienen solo ser
inferior a los títulos de renta fija emitidos por las entidades privadas, dado el riesgo
más bajo inherente al emisor.
Por ello, cuando hablamos a nivel global debemos distinguir entre la deuda pública y la
deuda privada de un país. Aunque en muchas ocasiones está relacionada, debemos tener
en cuenta que no tienen por qué ir en la misma dirección.
Por ello, la deuda pública viene a ser la fuente de financiación de las administraciones
públicas cuando necesitan liquidez para llevar a cabo todos sus planes y objetivos. El estado
y sus organismos son los encargados de emitirla a corto, medio o largo plazo (dependiendo
cuáles sean su objetivo y sus necesidades) y, según quién la adquiera, podemos distinguir
entre interna y externa.
Este tipo de activos financieros públicos cuentan con un nivel de riesgo sustancialmente
menor que otros procedentes del ámbito privado. Motivo por el cual las letras del Tesoro
poseen niveles de rentabilidad más bajos. Se consideran de los activos financieros con
menor riesgo que existen en el mercado. Esta herramienta es el principal instrumento con el
que cuenta un país para obtener financiación en el corto plazo. No suelen ofrecer cupones
anuales debido a su corto plazo. Que como hemos comentado es inferior a 18 meses. Lo
más común es que las letras tengan plazos de 3, 6, 9 y 12 meses. En resumen, las
características de las letras del Tesoro son:
Se identifican por la conocida referencia técnica, que se inicia con la letra L más
seis dígitos que coinciden con la fecha de vencimiento en orden inverso o americano,
y finalmente dos dígitos de control suplementarios.
Las letras del Tesoro se cotizan en el mercado por rentabilidad expresada en forma
de tipos de interés y base 360. Como son títulos emitidos en el descuento, este tipo
de interés se determina por la diferencia entre el importe efectivo pagado en el
momento de adquirir la letra del Tesoro y el importe nominal que se recibirá en el
vencimiento del título.
Las letras del Tesoro son emitidas al descuento. Es decir, en cuanto al importe de
las peticiones competitivas y no competitivas que cada peticionario puede presentar
en las subastas, el valor nominal de cada letra es de 1.000 euros como mínimo. Los
títulos se adquieren por debajo del nominal. Al finalizar la operación la diferencia
entre el precio de adquisición y el valor de la letra (1.000 euros) es el interés de la
operación.
No hay importe máximo para las operaciones competitivas, en cambio, para las
operaciones no competitivas el importe máximo es de cinco millones de euros.
Como se emiten en el descuento, no tienen ningún interés explícito. Los intereses de las
letras del Tesoro están implícitos en la diferencia entre el precio de compra y el valor
nominal (que se recibe en la amortización), o entre el precio de compra y el de venta, si se
venden antes del vencimiento.
Para calcular la rentabilidad que obtiene el inversor hay que distinguir entre Letras con
vencimiento a menos de 1 año y a más de 1 año:
𝑁
𝑃=
1 + 𝑖 ∗ 𝑡/𝑇
Siendo:
"P" el precio que paga por la Letra
"N" el valor nominal de la letra (importe que reciba al vencimiento)
“i” la tasa de interés
“t” tiempo expresado en número de días
“T” base 360
𝑁
𝑃=
(1 + 𝑖)𝑡/𝑇
Los rendimientos implícitos de las letras del Tesoro, cualquiera que sea el perceptor -
residente o no, persona física o jurídica-, se consideran rendimientos del capital mobiliario.
Esto representa que los rendimientos de las letras del Tesoro:
Otro concepto importante de las Letras del Tesoro es la subasta, que es el procedimiento
de emisión de las Letras del Tesoro, en la cual cualquier persona, ya sea física o jurídica
puede presentar una petición, si bien lo normal es que los particulares no operen por cuenta
propia sino que lo hagan mediante una entidad gestora del mercado (bancos, cajas de
ahorro, sociedades de valores, etc.). Los procedimientos para suscribirse son los siguientes:
Acudiendo a la subasta mediante oferta no competitiva, de forma que las letras del
Tesoro se adquirirán al precio mínimo ponderado resultante de la subasta.
Las subastas se realizan ordinariamente cada quince días, en viernes alternos. Las
subastas de carácter competitivo, se realizaran cada quince días, los miércoles anteriores a
los viernes de emisión. Se convocaran previamente por el Tesoro con la publicación de un
calendario en el BOE a principios de año.
En este enlace de la web del Tesoro Público, podemos encontrar la subasta de las letras del Tesoro:
http://www.tesoro.es/deuda-publica/
A diferencia de las Letras, son títulos con pago de intereses periódico (cupón).
Recordemos que las Letras tienen una rentabilidad implícita (diferencia entre el
precio que pagamos y el que recibimos a vencimiento), mientras que los Bonos
tienen una rentabilidad explícita (pago periódico de intereses).
Su valor nominal unitario es de 1.000 euros, aunque su precio de compra puede ser
superior o inferior.
Los bonos y obligaciones del Estado desde 1989 sólo están representados en forma
de anotaciones en cuenta y, por tanto, no son susceptibles de transformación en
título-valor.
Se identifican por la referencia que se inicia con diez dígitos (Los cuatro primeros son
ceros, los cuatro siguientes son la referencia cronológica por orden de emisión y los
dos últimos, dígitos de control), seguida de la letra B, para los bonos, y O, para las
obligaciones, más las siglas EST (de Estado). En la práctica, las emisiones se
identifican por los cuatro dígitos que siguen un orden cronológico
Los bonos y obligaciones cotizan en el mercado por precio ex cupón (Precio sin
considerar el cupón corrido). El precio de un bono u obligación lleva asociada una
rentabilidad implícita denominada TIR que considera la rentabilidad del título
teniendo en cuenta no sólo el tipo de interés al que se emitió, sino también la
rentabilidad de reinversión de los cupones. Es decir, los bonos y obligaciones,
además de generar una rentabilidad propia del cobro los cupones anuales, poseen
Acudiendo a la subasta mediante oferta no competitiva, de forma que los bonos y/o
obligaciones solicitados se adquieren al precio medio ponderado resultante de la
subasta.
Por último, las subastas de los bonos y obligaciones tienen un carácter competitivo y se
realizan con periodicidad mensual la primera semana de cada mes (los martes para bonos a
tres años y obligaciones a diez años) y los miércoles (para bonos a cinco años y para
obligaciones a quince y treinta años).
Según el criterio temporal, la deuda privada o los activos de renta fija privada se pueden
agrupar en dos grandes bloques:
La liquidez: suelen tener menor liquidez y, por tanto, mayor dificultad para
desprenderse del activo antes de su vencimiento.
El riesgo: al tratarse de emisiones de empresas éstas suelen tener más riesgo que
las emisiones públicas, consideradas como de riesgo nulo al estar garantizadas por
el Estado. En la valoración del riesgo asumido en las emisiones de deuda de
empresas privada es muy importante la opinión de las empresas de calificación
crediticia o rating.
5. Fondo de inversión
En esta sección se describen las características generales y el funcionamiento de los fondos
de inversión.
La sociedad gestora adopta las decisiones de inversión y ejerce todas las funciones de
administración y representación del fondo. Es por ello, que ésta invierte todo el dinero
aportado por los ahorradores (partícipes) en distintos activos financieros (renta fija, renta
variable, derivados, depósitos bancarios), que constituyen el patrimonio del fondo. La
evolución de dichos activos en los mercados de valores determinará la obtención de unos
La entidad depositaria custodia el patrimonio del fondo (valores, efectivo) y asume ciertas
funciones de control sobre la actividad de la gestora, en beneficio de los partícipes.
El ahorrador puede acceder a una cartera de valores muy amplia, que en muchos
casos no estaría a su alcance si invirtiese de forma individual. De esta manera,
aumentan sus posibilidades de controlar los riesgos mediante la diversificación en
distintos productos.
Las decisiones de inversión las toma un inversor profesional, con dedicación plena y
que, por lo general, dispone de la formación adecuada para realizar las mejores
inversiones posibles, teniendo en cuenta la coyuntura de los mercados y la situación
económica general.
En los fondos tradicionales, este cálculo es realizado por la gestora diariamente. La difusión
del valor liquidativo es obligatoria a través de la página web de la entidad o de los boletines
de las Bolsas de Valores, según se indique en el folleto del fondo; también suele realizarse a
través de la prensa o de difusores de información económica.
Existen dos conceptos que nos pueden ayudar para tener una idea más aproximada del
riesgo que tiene incorporado un determinado fondo de inversión:
Fondos globales: Son los que no tienen definida con precisión su política de
inversión, y por ello, no encajan en ninguna de las categorías anteriores. Son fondos
que tienen libertad para no fijar de antemano los porcentajes que van a invertir en
renta fija o variable, la moneda en que estarán denominados los activos en los que
invierta o la distribución geográfica de la inversión.
o Ordinarios, que invierten mayoritariamente en renta fija, renta variable y/o derivados.
o De fondos, que invierten mayoritariamente en otros fondos de inversión.
o Subordinados, que invierten en un único fondo de inversión
o Índice, cuya política de inversión trata de replicar un determinado índice.
o Cotizados (ETF), cuya peculiaridad es que se negocian en las bolsas de valores,
como las acciones.
Si se quiere invertir en un fondo, se debe conocer bien el propio perfil de inversor. Es decir,
los objetivos que se tienen para invertir, la situación económica, el horizonte temporal que se
tiene para logar los objetivos y el nivel de riesgo que puede y se quiere asumir.
Para elegir el fondo que mejor se adapte a los propios intereses y objetivos es interesante
tener en cuenta las siguientes cuestiones:
o Los inversores con perfil de riesgo bajo tienen poca tolerancia a las pérdidas, y
pueden preferir obtener menores rentabilidades a cambio de asegurar la
preservación del capital.
o Los inversores con perfil de riesgo medio están dispuestos a asumir determinados
niveles de pérdidas, a cambio de la posibilidad de obtener cierta rentabilidad.
o Los inversores con perfil de riesgo alto tienen poca aversión al riesgo, sus
expectativas de rentabilidad son elevadas y están dispuestos a aceptar fuertes
pérdidas de capital.
Comisiones: Las comisiones que cargan los fondos de inversión son otro elemento
que deben tener en cuenta los inversores a la hora de elegir, ya que pueden tener
una incidencia significativa sobre la rentabilidad.
Junto a las comisiones, existen otros gastos que también tienen repercusión en la
rentabilidad final. Los gastos totales soportados (TER, Total expenses ratio) incluyen
las comisiones de gestión y depositario, los servicios exteriores y otros gastos de
explotación. Cuanto menor sea este porcentaje, mayor beneficio para los partícipes.
Por eso, es muy importante que se valore de forma crítica la publicidad y el inversor
debe consultar a su entidad financiera cualquier duda en relación con las
características y riesgos de los fondos que le interesen.
6. Productos derivados
Los instrumentos derivados han alcanzado una expansión muy importante en los mercados
financieros, tanto en el ámbito nacional como en el internacional. El conocimiento de los
instrumentos derivados empieza a ser imprescindible para cualquier profesional vinculado a
las finanzas, tanto para aquellos que participan directamente en los mercados financieros,
como para los usuarios de productos financieros que, directa o indirectamente, utilizan
productos derivados en operaciones de inversión / especulación o de cobertura.
Los principales tipos de derivados son los futuros, opciones y warrants, entre otros, que
explicaremos a continuación.
La parte que acordó comprar el activo subyacente en el futuro, el comprador del contrato, se
dice que toma la posición en largo; por su parte, el vendedor toma la posición en corto y es
la parte que acuerda vender el activo en el futuro. Esta terminología refleja las expectativas
de las partes – el comprador espera que el precio del activo suba, mientras que el vendedor
desea o espera que baje.
Hay que tener en cuenta los conceptos estar largo y estar corto. Estar largo hace referencia
a que quien compra contratos de futuros, adopta una posición larga, por lo que tiene el
derecho a recibir en la fecha de vencimiento del contrato el activo subyacente objeto de la
negociación. Básicamente significa comprar hoy para vender mañana o invertir hoy para
mañana recuperar el nominal más las plusvalías.
Estar corto significa que quien vende contratos adopta una posición corta ante el mercado,
por lo que al llegar la fecha de vencimiento del contrato deberá entregar el correspondiente
activo subyacente, recibiendo a cambio la cantidad de dinero acordada en la fecha de
negociación (venta) del contrato de futuros. Básicamente significa financiarse hoy con la
venta del activo que aún no tenemos, tomando la obligación de devolver el activo mañana.
Hay que recordar que un contrato futuro es muy similar a un forward, con la diferencia de
que el futuro se negocia con contratos estándares para todas las operaciones que prevean
los mismos términos contractuales y la suscripción de éstos se lleva a cabo en bolsas
organizadas y no directamente entre dos contrapartes. Se puede definir un forward como
futuros negociados en mercados no organizados.
Forward Futuros
6.3. Opciones
Una opción es un contrato que implica un derecho para el comprador y una obligación para
el vendedor, a comprar (o vender) una determinada cuantía del activo subyacente en un
plazo estipulado a un precio convenido de antemano (precio de ejercicio).
El precio de la opción es lo que el comprador paga por obtener ese derecho y se denomina
prima. Llegada la fecha de vencimiento, al comprador le interesará o no ejercerlo en función
de la diferencia entre el precio fijado para la operación y el precio que en ese momento
tenga el subyacente en el mercado de contado.
Como ya se ha señalado anteriormente, las posiciones que puede tomar una opción son de
compra o de venta.
Opción de compra (call). Cuando una opción genera beneficios, diremos que está
in the money (ITM); cuando genere pérdidas, out the money (OTM) y cuando no
genere ni beneficios ni pérdidas, es decir, cuando coinciden el precio de mercado del
subyacente y el precio del ejercicio de la opción, diremos que la opción está at the
money (ATM).
Opción de venta (put). En este caso, mientras el precio del activo subyacente sea
inferior al precio del ejercicio, la opción de venta o put, tanto de compra como de
venta, estará out the money (OTM). Así, el comprador de la put obtendrá ganancias
ilimitadas y el vendedor pérdidas ilimitadas.
Si el precio del activo subyacente es igual al precio del ejercicio, la opción put estará at the
money (ATM). En este sentido, ni el comprador ni el vendedor obtienen beneficios ni
pérdidas.
Por el contrario, mientras el precio del activo subyacente sea superior al precio del ejercicio,
la opción put, tanto de compra como de venta, estará in the money (ITM). Por ello, el
comprador obtendrá unas pérdidas iguales al importe de la prima pagada por la opción y el
vendedor una ganancia igual a este importe.
Por otro lado, unas de las principales finalidades de la negociación de las opciones son las
siguientes:
6.4. Warrants
Un warrant es un producto negociable que incorpora el derecho de comprar o vender un
activo (subyacente) a un precio de ejercicio y para un plazo determinado.
Los activos subyacentes pueden ser muy diversos: hay warrants sobre valores de renta
variable (acción o cesta de acciones), negociados en mercados españoles o extranjeros;
warrants sobre índices nacionales o extranjeros, sobre tipos de interés, divisas, materias
primas, etc.
Según las posibilidades de ejercicio, los warrants pueden ser de tipo americano (es posible
ejercerlos durante toda la vida del warrant, hasta vencimiento) o de tipo europeo (sólo se
pueden ejercer en la fecha de vencimiento). En España, los warrants más complejos sólo se
dirigen a inversores cualificados.
6.5. Certificados
Los certificados son valores que replican un activo subyacente y su evolución, dando
derecho a recibir un determinado importe sobre el nominal del certificado en función de la
6.7. CFD
Los Contratos por Diferencias (CFD, del inglés Contracts for Difference) son contratos en los
que un inversor y una entidad financiera acuerdan intercambiarse la diferencia entre el
precio de compra y el precio de venta de un determinado activo subyacente (valores
negociables, índices, divisas, tipos de interés y otras activos de naturaleza financiera).
Son productos no estandarizados por lo que el inversor debe considerar las posibles
particularidades y riesgos específicos que pudieran presentar en cada caso (negociación de
forma bilateral, cotización fuera de mercados regulados, riesgo de contraparte…).
Además se trata de productos apalancados con alto riesgo, que pueden ocasionar pérdidas
superiores al capital inicial desembolsado.
Con todo esto, podemos decir que las principales características de los CFD son las
siguientes:
Se trata de productos apalancados con alto riesgo, que pueden ocasionar pérdidas
superiores al capital inicial desembolsado: a mayor apalancamiento, mayor riesgo.
Pueden existir costes derivados de mantener posiciones largas de un día para otro:
considere cómo pueden afectar al resultado final de su inversión.
Las ganancias o pérdidas patrimoniales (GPP) son las variaciones en el valor del
patrimonio del contribuyente cuando se cambia la composición de este, si la renta no está
sujeta a impuesto por otro concepto.
Los rendimientos del capital mobiliario (RCM) son las rentas procedentes de elementos
patrimoniales, bienes o derechos de naturaleza mobiliaria de los que es titular el
contribuyente y que no están afectos a actividades económicas, como por ejemplo, cuando
recibimos intereses por un depósito o dividendos por unas acciones
Los rendimientos del capital mobiliario (RCM) son las rentas procedentes de elementos
patrimoniales, bienes o derechos de naturaleza mobiliaria de los que el contribuyente es
titular y que no están afectos a actividades económicas y se calcula según el tipo de
rendimiento:
Obtenidos por la participación en fondos propios e intereses, cupones y otras
remuneraciones por cesión a terceros de capital:
Las ganancias o pérdidas patrimoniales (GPP) son las variaciones en el valor del patrimonio
del contribuyente cuando se cambia la composición de este, si la renta no está sujeta a
impuesto por otro concepto.
En el IRPF se recogen todas las rentas obtenidas por un contribuyente. La base imponible
es la valoración monetaria del hecho imponible y comprende la base general, en la que
tributan, por ejemplo, los rendimientos del trabajo, y la base del ahorro, donde se encuentran
la mayoría de los productos financieros (además, tiene un tipo impositivo más bajo). Saber
en dónde y cómo tributa cada producto es fundamental cuando queremos compensar
nuestras rentas.
Primero se compensan entre sí los saldos positivos y negativos de los rendimientos del
capital mobiliario que hemos tenido durante el año fiscal. Si tras esa operación continúa
habiendo saldo negativo en el capital mobiliario, se puede compensar con el saldo positivo
de las ganancias y pérdidas patrimoniales, con un límite del 25%. Finalmente, si todavía
queda saldo negativo, tenemos los cuatro ejercicios siguientes para compensarlo, siguiendo
el mismo orden descrito anteriormente.
No todas las rentas tienen retención. Hay productos financieros como las letras del tesoro,
ETF, derivados y divisas que no están sujetas a retención, mientras que hay otros productos
que tienen dos fuentes de renta -rendimientos explícitos e implícitos, en los que solo la renta
explícita está sujeta a retención. Es el caso, por ejemplo, de las acciones, en las que el
dividendo tiene retención, pero la venta no. Lo mismo sucede con los intereses de las
cuentas y depósitos o los cupones de los bonos.
Por otro lado, los productos que solo tienen una fuente de renta, como los fondos de
inversión, los seguros de vida, los pagarés de empresa, los bonos cupón cero y los planes
de pensiones, siempre tienen retención.
Gracias al ahorro de los diferentes agentes económicos, las empresas pueden conseguir los
recursos que necesitan para poder llevar a cabo sus inversiones, a partir de las cuales la
empresa espera conseguir unos beneficios. Por lo tanto, para que pueda haber inversión,
hay de haber ahorro.
Se han dado muchas definiciones de inversión, todas tienen como denominador común el
concepto del sacrificio del consumo actual por una esperanza de beneficio futuro. Pero
quizás la más amplia y acertada es la expresada por Pierre Massé:
Para entender mejor esta definición, veamos un ejemplo: el caso de una empresa que
invierte una cierta cantidad de dinero en la adquisición de una máquina. El acto de comprar
la máquina conlleva renunciar, por ejemplo, a pagar facturas a proveedores al contado, pero
la empresa espera conseguir con la máquina unos ingresos superiores a la cantidad
invertida.
Hay que tener en cuenta que la inversión de las empresas posibilita el crecimiento
económico.
En caso de que los flujos de caja sean diferentes, T se obtiene de la acumulación de los
diferentes flujos de caja hasta llegar al desembolso inicial. Si el número de años no da un
resultado exacto, se hace una aproximación considerando que el flujo de caja se recupera
de manera continua durante el año.
Si el cálculo se realiza sobre el desembolso inicial, este incluirá tanto el pago por
adquisición del activo fijo como el efectuado por la adquisición del activo circulante
necesario para desarrollar el proyecto de inversión, y la fórmula es:
Consiste en actualizar todos los flujos netos de caja en el momento actual (momento cero) y
obtener el valor capital en este momento. Las cantidades se deben sumar o restar según
representen entradas o salidas monetarias provocadas por la inversión. Se trata de un
criterio que necesita la fijación de una tasa de descuento para poder realizarlo.
La función VNA permite obtener los valores actualizados de los flujos de caja, igualmente
espaciados, producidos al final de cada período, a una determinada tasa. Para obtener el
VAN hay que restar al valor de la función VNA el desembolso inicial.
La TIR se obtiene directamente dándole el rango de valores de las celdas que contengan los
valores para los que se quiere calcular la TIR (desembolso inicial y flujos de caja). En la
mayoría de problemas que efectuamos en esta unidad, la obtención del VAN implica un
cálculo relativamente sencillo si tenemos una calculadora científica. El cálculo de la TIR, en
cambio, cuando más de dos flujos de caja se convierte en un proceso de resolución
complicado.
La hoja de cálculo permite obtener también la representación gráfica del VAN según el tipo
de interés. Se puede observar cómo decrece el valor del VAN a medida que aumenta el tipo
de interés. El valor de la tasa para la que el VAN es igual a 0, es decir, el punto de corte de
la función con el eje de abscisas representa la TIR.
9.1. VAN
La opción más sencilla para el cálculo del VAN es utilizando la fórmula que trae el Excel por
defecto.
Como en cualquier trabajo que se haga en Excel, lo primero será tener organizada la
información. En este sentido, se puede crear un cuadro muy parecido al siguiente:
Tabla Excel con la información para el cálculo del VAN. Fuente: elaboración propia.
En la fila 2 se incluyen los flujos de caja, positivos o negativos, que haya generado la
inversión. Para entenderlo, siguiendo este ejemplo, si se observa la casilla E2, esta quiere
decir que al final del periodo 3 (ya sea el mes 3 o el año 3) se ha generado un flujo de caja
positivo de 15.000 euros.
Lo normal para realizar los cálculos del VAN es poner, como vemos en el ejemplo, en la
casilla B2 la inversión inicial en negativo, asignada al momento cero del proyecto.
Una vez se tienen todas las variables de los flujos de caja y la inversión, se establece la tasa
de descuento. Por ejemplo se propone el 10%, ubicándola en una casilla aparte, la casilla
B4, para, si en un momento dado queremos cambiarla, lo podamos hacer sin tener que
cambiar las fórmulas posteriormente. Para calcular el VAN de la inversión, escribiremos en
la barra de fórmulas: =(VNA(B4;C2:G2)+B2)
Tabla Excel con ejemplo para el cálculo del VAN. Fuente: elaboración propia
En el caso de que el VAN hubiera sido igual o menor que cero, el proyecto de inversión no
generaría beneficios o directamente generaría pérdidas por los que no debería llevarse a
cabo.
Tabla Excel con la obtención del valor de la TIR. Fuente: elaboración propia.
En este caso, en el período de 0 a 5 años, obtenemos una TIR del 52%, esto indica que esta
inversión, en un período de 5 años produciría una rentabilidad del 52%.