RL - Los Profetas de Israel

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LOS PROFETAS DE ISRAEL

Reseña del Libro

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Presentado a

Dr. Efraín Salcedo

Southwestern Baptist Theological Seminary

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Como requisito parcial

Para la clase OLDTS 3323 IS: Antiguo Testamento II (Job-Malaquías)

Semestre de Primavera 2022

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Por

Fernando Rojas

8 de abril 2022
Bibliografía

Wood, Leon J. The Prophets of Israel. Baker Publishing Group. 1979. Edición para Kindle

creada 2012. 578 pp.

Introducción

El libro “Los Profetas de Israel”, escrito por el Dr. Leon J. Woods es un compendio de

los distintos profetas que forman parte del antiguo testamento bíblico. El libro describe las

múltiples facetas de los distintos personajes que Dios usó para dictar su mensaje al pueblo de

Israel. El doctor Woods, quien vivió de 1918 a 1977, estudió su licenciatura y su maestría en el

Seminario Teológico Calvino, y obtuvo estudios de postgrado por medio el Instituto Oriental y la

Universidad del Estado de Nueva York, obteniendo un doctorado por medio de la Universidad

Estatal de Michigan. Fue presidente y decano académico en el Colegio Bíblico de Gran Rapids.

Fue escritor de una docena de libros, algunos publicados de manera póstuma, como este libro, y

fue editor de la Nueva Versión Internacional de la Biblia en inglés (NIV).

Resumen del Contenido

Wood divide el libro en dos partes generales, la primera explicando detalladamente el

oficio del profeta, entrando en distintos detalles acerca de eso, y la segunda ahondando

específicamente en la vida de los profetas del pueblo de Israel. Esta segunda parte se divide en

tres distintas secciones que veremos más adelante en este resumen.

En la primera parte, Wood explica con gran detalle el oficio del profeta. Habla acerca de

la identidad del profeta, su llamado especial y otros detalles que son parte esencial de cada

profeta bíblico. También el autor da el contexto de los “profetas” en poblaciones vecinas a los

israelitas, por todo el medio oriente, mostrando las diferencias entre esos profetas adivinadores y

los profetas israelitas que hablaban el mensaje revelado de Dios. Habla del debate entre que, si

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los profetas israelitas dependían del éxtasis, como lo hacían los vecinos, o no. Continua en los

capítulos cuatro y cinco definiendo los distintos títulos para los profetas y describiendo sus las

funciones del profeta, conforme al llamado de Dios, no a enseñar cosas nuevas, sino a recalcar lo

que Dios decía en conformidad a la ley. El capítulo seis trata de la obra del Espíritu Santo en el

trabajo del profeta, y el capítulo siete demuestra la identificación de falsos profetas entre el

pueblo de Israel. El último capítulo de esta parte hace un resumen general de la historia de los

profetas entre la historia del pueblo de Israel, el aumento en número, y su parte en la historia del

pueblo de Israel, desde antes de la monarquía, durante la monarquía, después de la monarquía y

aquellos profetas que no solo predicaron, sino que escribieron el mensaje que Dios les dio.

La segunda parte del libro profundiza más en la historia de cada profeta que se encuentra

en el antiguo testamento. La primera sección comienza hablando de los profetas que existieron

antes de la monarquía israelita, entre ellos Miriam, la hermana de Moisés, Deborah, y un profeta

sin nombre. Esto es seguido por la historia de Samuel, quien fue el profeta que participó en la

transición de liderazgo de jueces a reyes, estableciendo la monarquía, guiado por Dios, primero

ungiendo a Saul y después a David, cerrando la primera porción de la segunda parte del libro. En

la segunda sección de esta segunda parte, Wood entra en los profetas que fueron parte del reino

unido y que sirvieron durante los reinados de David, Salomón y Jeroboam. Wood continúa

escribiendo después de esto acerca de los profetas que sirvieron después de la división del reino,

durante los reinados de Roboam y Josafat, entre otros. El capítulo trece habla de Elías, quien

profetizó durante el reinado de Acab, de quien se continúa hablando en el capítulo siguiente

junto a otros reyes y es seguido por el capítulo dedicado al profeta Eliseo, que cierra la segunda

sección de la segunda parte del libro. Por último, la tercera porción de la segunda parte del libro

habla acerca de los profetas que escribieron los libros proféticos que forman parte del canon

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bíblico del antiguo testamento. En esta porción, que se divide de manera cronológica, desde el

siglo nueve antes de Cristo hasta el tiempo postexílico, encontramos en el capítulo nueve a

Abdías y a Joel, seguidos en el capítulo diez por Oseas, Amos, y Jonás. El capítulo once trata

con los profetas del siglo octavo, Isaías y Miqueas, seguidos en el siguiente capítulo por Nahum,

Sofonías y Habacuc. El capítulo veinte se enfoca en Jeremías, el ultimo de solo cuatro profetas

que reciben su propio capítulo, debido a tanta información disponible acerca de ellos, siendo los

otros Samuel, Elías y Eliseo. Este seguido por los profetas del exilio, Daniel y Ezequiel,

cerrando la historia con los profetas postexílicos, Hageo, Zacarías y Malaquías.

Evaluación Critica

El trabajo de Wood es excelente en su investigación profunda del llamado a la profecía y

de los profetas que pertenecieron a Israel. La definición clara de lo que es y lo que no es

profecía es de mucha ayuda al lector. Es en estas descripciones donde se puede encontrar lo que

hacía distintos a los profetas de Israel de los “profetas” vecinos. En la definición clara y bíblica

de lo que un profeta de Dios debe ser, el lector puede comparar, no solo lo que eran los

“profetas” de la antigüedad – adivinos guiados por el demonio, o charlatanes buscando ganancia

personal – pero también puede compararlos con lo que en la actualidad muchos llaman el oficio

o el llamado del profeta – también adivinos guiados por el demonio, o charlatanes buscando

ganancia personal.

Wood escribe claramente lo que un profeta israelita debía hacer. No era su trabajo

reinventar la rueda o traer nuevas enseñanzas al pueblo, sino interpretar el mensaje que Dios

daba constantemente al pueblo de regresar a Él y de obedecer Su ley. Es la constancia del

llamado a la obediencia y a la devoción a Jehová lo que mostraba en muchas veces la

credibilidad de los distintos profetas en las distintas épocas.

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Wood hace un buen trabajo no solo en su definición del llamado y el oficio del profeta,

sino también en sus divisiones históricas de los distintos grupos de profetas. La mención de

profetizas es un punto importante porque muestra al lector que desde el principio Dios tiene un

llamado para todos los que le siguen, tanto varones como mujeres, y que Él puede usar a ambos

géneros para llevar el mensaje a los que son de Su pueblo. De igual manera la mención de los

profetas “sin nombre” le recuerda al lector que no se necesita un reconocimiento por la

perpetuidad para llevar a cabo los mandatos de Dios, y que es la obediencia y no la fama lo que

da longevidad al legado de una persona.

Wood detalla en cada periodo de tiempo cómo Dios usaba a distintas personas de

distintos trasfondos para hablar a las personas que Él desea alcanzar. Desde personas en lugares

de alta influencia como Daniel, a personas con mayor contacto con la gente de bajos recursos,

como Ezequiel, dos contemporáneos llamados a un tiempo similar, a distintas audiencias, con

mensajes similares: un llamado al remanente a permanecer fieles y ver la soberanía de Dios aún

en medio de las circunstancias adversas.

Los distintos capítulos ayudan al lector a ver el avance cronológico de la historia israelita

entretejida con las historias de los profetas contemporáneos de cada generación. Es este avance

cronológico, desde la salida de Egipto, pasando por el periodo de jueces, la monarquía, el exilio

y hasta el tiempo del regreso de los exiliados, lo que ayuda a ver la presencia y la fidelidad de

Dios para con su pueblo Israel, aun cuando el pueblo no había sido siempre fiel.

Gracias a las divisiones que el autor hace en su obra, es fácil distinguir las distintas

maneras en que Dios actuaba en el avance de la historia de su pueblo. Puede verse la diferencia

en cómo el pueblo vivía sin un régimen central en el tiempo de los jueces, y el caos que existía

en ese tiempo, aun en lo que se sabe de los hijos de Samuel, que impulsó la petición del pueblo

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para pedir un rey. Durante la monarquía del reino unificado la historia se ve de manera distinta,

pero aun ahí se ve a Dios actuando y hablando a los reyes, y advirtiendo de lo que vendría a los

que desobedecían. Pueden verse los resultados trágicos en la división del reino, pero aun ahí

Dios sigue hablando a su pueblo por medio de los distintos profetas, y se manifiesta Su

misericordia sobre el pueblo aun cuando los reyes eran malvados e ignoraban el consejo de los

profetas. Es importante también ver cómo crece la necesidad de guardar los mensajes de los

profetas para la posteridad como avanza la historia israelita, y los profetas comienzan a escribir

sus mensajes y son guardados por sus seguidores, desde el noveno siglo antes de Cristo en

adelante, hasta el tiempo de Malaquías, lo cual se pudo guardar a pesar de los cuatrocientos años

de silencio entre Malaquías y la llegada de Jesús, y que seguramente ayudó a los magos, a los

sabios y a los que esperaban su venida para reconocer como autentico a ese salvador.

El libro de Wood tiene muy poco que se le puede criticar por la calidad de su contenido,

pero cabe mencionar que es definitivamente un libro académico, lo cual en ocasiones puede

sentirse un tanto seco por tanta información. Podría en ocasiones parecer una enciclopedia de los

profetas al brindar al lector tanta información personal de cada profeta. No que sea

necesariamente malo, pero en ocasiones puede ser difícil leer tantos datos sin agobiarse por tanta

información. El índice puede ser una gran herramienta para la persona que desee saber más

acerca de un profeta en específico, pero difícilmente este será un libro que el lector tomará para

su lectura completa más de una vez, como lo pueden ser otros libros.

De igual manera, el capítulo ocho es un tanto redundante, ya que la segunda parte del

capítulo resume en gran manera lo que la segunda parte del libro va a profundizar, describiendo a

los profetas premonárquicos, a los monárquicos y a los escritores. Todos estos siendo ya parte de

lo que la segunda parte del libro trata.

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A pesar de esas críticas menores, la calidad del contenido del libro es excelente. El autor

en muy pocas ocasiones basa lo que escribe en opiniones personales, y al contrario de esto, se

limita a escribir lo que está respaldado por la misma biblia, por escritores de la antigüedad, y por

escritos contemporáneos a los profetas de los que está escribiendo en ese capítulo, demostrando

un alto grado de investigación académica al igual que un gran refreno de agregar sus propias

ideas, conjeturas o puntos de vista que en muchas ocasiones se pueden encontrar en libros como

este.

Conclusión

En conclusión, la obra de Wood es de muy buena calidad, y muy recomendable para

cualquier persona que quiere profundizar su conocimiento de los profetas de la historia bíblica.

El conocer el trasfondo personal e histórico de cada profeta ayuda a entender más y mejor el

mensaje que traía a la gente de su época, y como debía afectar a esa generación específicamente.

Es el contexto histórico lo que ayuda al exegeta a interpretar correctamente las escrituras

sagradas, lo cual lo llevará a una aplicación adecuada para el tiempo presente. Sin saber lo que

Dios quiso decir a la audiencia original, es fácil que el interprete aplique incorrectamente la

enseñanza para la audiencia actual. Este libro de Wood es una gran herramienta para todo

interprete, maestro y predicador de la Biblia a no caer en esa trampa.

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