Trabajo Fin de Estudios Ventilación Mecánica e Intubación Endotraqueal

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EXPERTO UNIVERSITARIO DE POSGRADO EN

CUIDADOS ENFERMEROS AL PACIENTE


PEDIÁTRICO CON PROBLEMAS
RESPIRATORIOS (Edición 1) 2022-2023

Protocolo de cuidados de enfermería al paciente


pediátrico sometido a intubación endotraqueal y
ventilación mecánica.

María del Carmen Moreno Castro


Protocolo de cuidados de enfermería al paciente pediátrico sometido a intubación
endotraqueal y ventilación mecánica.

1. RESUMEN 3
2. INTRODUCCIÓN 4
3. MARCO TEÓRICO 5
3.1. INTUBACIÓN ENDOTRAQUEAL 5
3.1.1 Indicación para el procedimiento de intubación 5
3.1.2 Técnica de intubación 6
3.1.3 Complicaciones en la intubación y postintubación. 8
3.2. VENTILACIÓN MECÁNICA 9
3.2.1 Modos de ventilación 9
3.2.2 Cuidados durante la ventilación mecánica: 10
3.2.3 Cuidados una vez instaurada la ventilación mecánica: 12
3.2.3.1 Manejo de las posibles alarmas en el ventilador como cuidado de la
ventilación:
3.3 HIGIENE RESPIRATORIA: 15
3.4 CUIDADOS DEL TUBO ENDOTRAQUEAL (TET) 15
3.5 APOYO EMOCIONAL Y COMUNICACIÓN: 16

4. CONCLUSIONES: 17

5. BIBLIOGRAFÍA: 19

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1. Resumen

El objetivo de este trabajo es desarrollar un protocolo de cuidados de enfermería para


pacientes pediátricos sometidos a intubación endotraqueal y ventilación mecánica. Estos
procedimientos son comunes en el entorno hospitalario y requieren una atención
especializada para garantizar la seguridad y el bienestar del paciente. Este protocolo
proporcionará directrices claras y basadas en la evidencia para el cuidado de estos
pacientes, abordando aspectos como la monitorización, la higiene respiratoria, la
prevención de complicaciones y el apoyo emocional tanto al paciente como a sus
familiares.

Los cuidados de enfermería desempeñan un papel fundamental en el manejo y la atención


de los pacientes pediátricos sometidos a intubación endotraqueal. La intubación
endotraqueal es un procedimiento médico comúnmente utilizado en el ámbito de la
medicina para asegurar una vía aérea permeable y facilitar la ventilación en aquellos
pacientes que presentan dificultades respiratorias agudas o crónicas.

Los pacientes pediátricos sometidos a intubación endotraqueal presentan un conjunto


único de desafíos clínicos. Los pacientes pediátricos suelen ser vulnerables y requieren
una atención especializada y centrada en su edad, desarrollo y necesidades específicas.
Además, el proceso de intubación endotraqueal en sí mismo puede ser estresante y
traumático para el niño y su familia, lo que enfatiza la importancia de un enfoque integral
y holístico en la atención de enfermería.

Vamos a profundizar en los cuidados necesarios para garantizar una atención óptima. Se
examinarán los aspectos clave de la intubación, incluyendo la preparación previa, el
procedimiento en sí mismo y los cuidados posteriores. También se abordarán las

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complicaciones potenciales asociadas con la intubación endotraqueal en pacientes
pediátricos y cómo prevenirlas o manejarlas de manera efectiva.

Asimismo, se destacará la importancia de establecer una comunicación adecuada con el


paciente pediátrico y su familia, así como el manejo del estrés y el apoyo emocional
durante todo el proceso. Los profesionales de enfermería desempeñan un papel crucial
como facilitadores de cuidados integrales, proporcionando información, educación y
apoyo tanto al niño como a sus familiares.

En resumen, este trabajo pretende brindar una visión general de los cuidados necesarios
para garantizar una atención de calidad al paciente pediátrico sometido a intubación
endotraqueal y ventilación mecánica. A través de una revisión exhaustiva de la literatura
científica y de la experiencia clínica, se proporcionarán recomendaciones prácticas y
basadas en la evidencia para optimizar el cuidado y mejorar los resultados en esta
población específica de pacientes.

2. Introducción

La intubación endotraqueal y la ventilación mecánica son técnicas utilizadas en el manejo


de la vía aérea y la respiración de pacientes pediátricos con compromiso respiratorio
grave. Estos procedimientos son necesarios en situaciones de insuficiencia respiratoria,
apnea, cirugías o lesiones traumáticas. Sin embargo, el cuidado de estos pacientes
requiere una atención minuciosa y especializada por parte del personal de enfermería para
evitar complicaciones y garantizar una recuperación exitosa.

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3. Marco teórico

3.1. Intubación endotraqueal

La intubación endotraqueal es un procedimiento médico comúnmente utilizado en


pacientes pediátricos que requieren apoyo respiratorio o anestesia general. Consiste en la
inserción de un tubo endotraqueal a través de la boca o la nariz del niño hasta la tráquea,
asegurando una vía aérea permeable y permitiendo la ventilación mecánica controlada.

3.1.1 Indicación para el procedimiento de intubación

La intubación endotraqueal está indicada en:

• Insuficiencia respiratoria con necesidad de VMI.


• Apnea.
• Obstrucción de la vía aérea superior: epiglotitis, laringitis, anafilaxia,
traumatismos de la mandíbula o laringe, lesión térmica de la vía aérea
(incendios), etc.
• Ausencia de reflejos protectores de la vía aérea.
• Acumulación de secreciones pulmonares.
• Ventilación electiva: pacientes con hipertensión intracraneal o
inestabilidad hemodinámica

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3.1.2 Técnica de intubación

Los pasos a seguir para realizar correctamente dicha intubación son:


1. Preparación previa a la intubación:
• Revisión del equipo necesario.
• Verificación y calibración de los monitores.
• Administración de sedación y analgesia.
• Obtención de consentimiento informado.

2. Procedimiento de intubación endotraqueal:

• Preparación: Reúne todo el equipo necesario


• Fuente de O2, mascarilla y bolsa autoinflable.
• Aspirador y sondas de aspiración.
• Laringoscopio con palas curvas y/o rectas.
• Tubos endotraqueales del número apropiado y 0,5 superior
inferior. Se recomiendan con neumotaponamiento
(recomendaciones Proyecto Neumonía Zero).
• Jeringa para hinchado del neumotaponamiento.
• Lubricante.
• Pinzas de Magill (si intubación nasotraqueal).
• Fiador para dar forma al tubo durante la intubación.
• Dispositivo de fijación: esparadrapo o dispositivo específico.
• Guantes.
• Monitorización (ECG, pulsioximetría, tensión arterial y
Capnografía).
• Fármacos: atropina, sedantes, relajantes y analgésicos.

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• Preoxigenación: Se administra oxígeno suplementario al paciente
mediante mascarilla facial o bolsa autoinflable con reservorio antes de
iniciar el procedimiento. Nos aseguramos de mantener una saturación de
oxígeno adecuada. Utilizar la maniobra frente- mentón con posición neutra
de la cabeza en el lactante, y con hiperextensión en el caso del niño mayor.
Si se sospecha lesión de la columna cervical, utilizar la triple maniobra o
tracción mandibular.
• Posicionamiento: Coloca al paciente en posición supina con el cuello
extendido. Utiliza una toalla o cojín debajo de los hombros para elevar el
área cervical.
• Sedación e inducción: Administra medicamentos sedantes y analgésicos
apropiados según la edad y el peso del paciente.
1. Atropina: para evitar bradicardia vagal.
2. Anestésicos sedantes: propofol, ketamina, midazolam.
3. Analgésico: Ketamina y Fentanilo
4. Paralizante: succinilcolina, Vecuronio, Rocuronio, Cisatracurio
• Relajación muscular: Si es necesario, administrar un relajante muscular
para facilitar la intubación. Los relajantes musculares comunes utilizados
en pediatría incluyen succinilcolina y rocuronio.
• Laringoscopia: Inserta el laringoscopio en la boca del niño, desplazando
la lengua hacia un lado. Visualiza la glotis mediante la iluminación
proporcionada por el laringoscopio. Inserta el tubo endotraqueal por la
glotis hasta llegar a la tráquea.
• Confirmación de la posición del tubo: Utiliza métodos de confirmación
adecuados para asegurar la colocación correcta del tubo endotraqueal,
como la detección del movimiento del pecho, la auscultación de los
sonidos respiratorios bilaterales y la medición de la capnografía.

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• Fijación del tubo: Una vez confirmada la posición adecuada del tubo, lo
fijamos en su lugar con cinta adhesiva o dispositivos de fijación para evitar
el desplazamiento.
• Conexión a la ventilación mecánica: Conecta el tubo endotraqueal al
dispositivo de ventilación mecánica y ajusta los parámetros respiratorios
según las necesidades del paciente.

3.1.3 Complicaciones en la intubación y postintubación.

Vigilar las posibles complicaciones durante la intubación, que podrían ser:


• Reflejos de protección de la vía aérea: laringoespasmo, tos, náuseas,
estornudo, broncoespasmo, bradicardia sinusal, arritmias.
• Hipertensión pulmonar.
• Aumento de la presión intracraneal.
• Aumento de la presión intraocular.
• Mecánicas: daño de dientes y tejidos blandos, hemorragia, perforación
traqueal, neumotórax.
• Aspiración pulmonar.

Vigilar posibles complicaciones postintubación, una vez instaurada:


• Edema laríngeo.
• Granuloma.
• Parálisis de cuerdas vocales.
• Estenosis subglótica y/o traqueal.
• Infección broncopulmonar

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3.2. Ventilación mecánica

La ventilación mecánica es un procedimiento terapéutico vital utilizado en el cuidado


de pacientes pediátricos que presentan insuficiencia respiratoria o compromiso de la
función pulmonar. Consiste en el suministro de aire o mezclas de gases en los
pulmones a través de un dispositivo externo, como un ventilador mecánico, con el
objetivo de mantener una oxigenación adecuada y facilitar la eliminación del dióxido
de carbono.

3.2.1 Modos de ventilación

Existen diferentes modos de ventilación mecánica que se adaptan a las


necesidades individuales de cada paciente. Entre ellos se incluyen:
o Ventilación controlada por volumen (VCV): Se establece un volumen tidal
predefinido que se entrega a una frecuencia respiratoria establecida. Es
especialmente útil en pacientes pediátricos con patologías que afectan la
complacencia pulmonar.
o Ventilación controlada por presión (PCV): Se establece una presión
inspiratoria predefinida y la ventilación se controla mediante el tiempo.
Puede ser beneficioso en pacientes con pulmones rígidos o con
compromiso cardiovascular.
o Ventilación de soporte: El paciente respira espontáneamente y el
ventilador ofrece soporte adicional en función de la demanda respiratoria.
Este modo de ventilación se utiliza cuando el paciente puede participar de
manera activa en la respiración.
o Ventilación de alta frecuencia (VHF): Se utilizan frecuencias respiratorias
superiores a las convencionales, generalmente superiores a 60

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respiraciones por minuto. Este modo de ventilación puede ser útil en
pacientes con daño pulmonar grave.

3.2.2 Cuidados durante la ventilación mecánica:

• Vigilancia clínica: a través de observación, auscultación y palpación.


• Monitorización continua del estado de ventilación y oxigenación: generalmente con
la oximetría de pulso, capnografía, electrocardiografía, presión arterial invasiva/no
invasiva. La monitorización además engloba la valoración del estado neurológico,
cardiovascular, respiratorio, renal y gastrointestinal.
• Valoración del estado neurológico: esta exploración incluye siempre la valoración del
nivel de conciencia y el examen de las pupilas, a través de:
o La escala de coma de Glasgow, que valora de forma objetiva y cuantificada la
gravedad de la alteración neurológica, evalúa tres parámetros
independientes: apertura de ojos, respuesta verbal y respuesta motora.
o Exploración de las pupilas se valora el tamaño, la simetría y la reactividad a la
luz; se realiza en todos los pacientes ventilados de forma continuada.
• Valoración del estado cardiovascular: evalúa la perfusión periférica por medio de la
temperatura, tiempo de llenado capilar y color de la piel; y la perfusión central con el
pulso, la frecuencia cardíaca, presión arterial, presión venosa central, presión en la
arteria pulmonar y gasto cardíaco, a través de:
o Presión Venosa Central (PVC): los rangos normales descritos de PVC son: baja:
< 5 cm de agua, normal: entre 5 y 12 cm de agua y alta: > 12 cm de agua.
o Gasto Cardiaco: o débito cardíaco es el volumen de sangre expulsado por un
ventrículo en un minuto.

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• Valoración del estado respiratorio: valora el estado de oxigenación por medio del
color de la piel, frecuencia y movimientos respiratorios, ventilación en ambos campos
pulmonares, radiografía de tórax y gasometría. Con respecto a la frecuencia
respiratoria, el primer indicio de compromiso hemodinámico es la taquipnea e
hiperventilación, por medio:
o Oximetría de pulso: indica la cantidad de hemoglobina que transporta
oxígeno en relación con su capacidad de transportarlo.
o Capnografía: por medio de una cámara detectora colocada entre el circuito
del ventilador y el tubo o traqueotomía, se mide la concentración de dióxido
de oxígeno (CO2) exhalado al final de la espiración. Es muy útil para evaluar la
permeabilidad de la vía aérea artificial y alertar al personal clínico sobre la
necesidad de succión de secreciones Los valores normales de CO2 están en el
rango de 35-45 mmHg a nivel del mar.
o Gasometría: es la medición de los gases disueltos en la sangre, mediante la
cuantificación de pH, presión de dióxido de carbono, bicarbonato sérico,
lactato y electrólitos séricos: sodio (Na), potasio (K) y cloro (Cl). Es útil para
llevar a cabo un diagnóstico, complementar la etiología y establecer
tratamiento en el paciente críticamente enfermo.
• Valoración del estado gastrointestinal: los pacientes pediátricos con nutrición enteral
pueden presentar una bronco aspiración en cualquier momento de la evolución, esto
se da en los casos de alteración de la motilidad gástrica y retraso del vaciamiento, lo
que es muy frecuente en el paciente pediátrico crítico bajo sedación y ventilación
mecánica, por lo que es indispensable la colocación de sonda nasogástrica u
orogástrica dependiendo del diagnóstico.
• Valoración del estado urinario: la manera más exacta para valorar y medir el gasto
urinario es colocar una sonda vesical de Foley, apropiada para la edad del menor, y
cuantificar cada hora; un gasto urinario de 1 a 3 ml/kg/h es un buen indicador de un
volumen intravascular adecuado. Si es menor puede indicar hipovolemia, perfusión

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renal pobre por activación de los mecanismos compensatorios para preservar
corazón y cerebro, o secreción inadecuada de hormona antidiurética.

3.2.3 Cuidados una vez instaurada la ventilación mecánica:

Una vez intubado el paciente, enfermería será la responsable de la adecuada


monitorización de las constantes vitales y de los parámetros respiratorios, comprobar la
adaptación del paciente al ventilador vigilando cambios en la frecuencia o profundidad
respiratoria, así como el nivel de sedación mediante la escala de Glasgow o la valoración
de las pupilas entre otros.

Salvo contraindicación, la posición del paciente será de semifowler o fowler 30-45º, se


realizarán las actividades de enfermería encaminadas a prevenir úlceras por presión
(hidratación, cambios posturales si fuera posible, adecuada nutrición…) y en general los
cuidados propios del paciente inconsciente (higiene adecuada, nutrición, eliminación…).

La fijación del tubo deberá evitar las extubaciones accidentales y será recomendable
cambiar el sitio de fijación cada cierto tiempo para evitar heridas por presión en las zonas
de apoyo del tubo. La comprobación de la posición del TET (Tubo Endotraqueal) deberá
realizarse al menos una vez por turno y la aspiración de secreciones siempre que sea
necesario, pero intentando minimizar, siempre que sea posible, las intervenciones para
evitar tanto las desconexiones como las posibles infecciones y microtraumas en la vía
aérea.

Los filtros de los ventiladores se repondrán según protocolo establecido o siempre que
sea necesario (aumento de la humedad), las tubuladuras se mantendrán sin agua en su
interior y la cascada de humidificación dispondrá siempre de agua para tal uso.
La neumonía asociada a la ventilación mecánica, es la que se produce en pacientes con
>48 horas de intubación endotraqueal y que no estaba presente, ni en periodo de

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incubación, ni en el momento de la intubación. Se incluyen las neumonías diagnosticadas
en las 72 horas posteriores a la extubación o retirada de la traqueostomía.
• Higiene estricta de manos en el manejo de la vía aérea.
• Posición semiincorporada (30°).
• Intubación orotraqueal o nasotraqueal.
• Tubos endotraqueales y cánulas de traqueostomía con balón y control de la
presión del neumotaponamiento (12‐25 mmHg).
• Descontaminación orofaríngea por turno con clorhexidina.
• Aspiración de secreciones:
o Aspiración secreciones endotraqueales en seco con preoxigenación y
sistema cerrado.
o Evitar desconexiones del respirador.
o Evitar la instilación rutinaria de SSF a través del tubo endotraqueal (TET)
antes de la aspiración de secreciones bronquiales.
o Manipulación aséptica de sondas aspiración.
o Aspiración cerrada con técnica aséptica y abierta con técnica estéril.
o No sobrepasar el límite marcado según el tamaño de la sonda de
aspiración.
o Aspiración al retirar la sonda y lavado de la sonda (sistema cerrado) con
SSF.
o Tiempo de permanencia en el TET < 15 segundos.
o Aspiración orofaríngea al terminar el procedimiento.

• Evitar cambios rutinarios de tubuladuras, humidificadores y tubos traqueales o


o Recambio de tubuladuras: cuando estén sucias.
o Cambio del sistema de aspiración cerrado cada 72 horas.
o Cambio del filtro espiratorio cuando esté mojado o visiblemente sucio.

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3.2.3.1 Manejo de las posibles alarmas en el ventilador como cuidado de
la ventilación:
Además de conocer los diferentes parámetros del ventilador, será
necesario identificar las diferentes alarmas que puedan surgir durante el
manejo del paciente sometido a ventilación mecánica.
▪ Alarma de presión alta: Comprobar adecuada colocación del TET
y de las tubuladuras (posibles acodamientos), comprobar y aspirar
secreciones del paciente si fuera necesario. Considerar si el estado
de consciencia del paciente es el adecuado (posible mordedura del
TET).
▪ Alarma de presión baja: Comprobar si hay desconexiones o fuga
del TET (comprobar neumotaponamiento si lo hubiera).
▪ Volumen corriente inspirado y espirado: Si no coinciden
comprobar agua en las tubuladuras por condensación, aumento del
espacio muerto por humidificadores, conexión de nebulizadores,
fuga del TET, etc…
▪ Volumen minuto alto: observar adaptación y nivel de consciencia
del paciente.
▪ Volumen minuto bajo: Fugas de aire, demasiada sedación…
▪ Frecuencia respiratoria alta: Valorar si el paciente tiene nivel de
consciencia por debajo del requerido para la modalidad
respiratoria, mala adaptación, dolor…
▪ Frecuencia respiratoria baja y/o apnea: Valorar si la sedación es
superior a la requerida o si la Frecuencia respiratoria no es
adecuada a la modalidad elegida.

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3.3 Higiene respiratoria:

La higiene respiratoria durante la intubación endotraqueal pediátrica es fundamental para


prevenir infecciones y complicaciones asociadas. Estas son algunas prácticas importantes
a llevar a cabo:
• Lavado de manos: Esto ayuda a minimizar el riesgo de infecciones.
• Uso de equipo estéril: Durante la intubación, se debe mantener un entorno lo más
limpio posible. Además, se deben emplear campos estériles para cubrir al paciente
y reducir la contaminación.
• Esterilización del equipo: Todo el equipo utilizado en la intubación endotraqueal,
como tubos endotraqueales, laringoscopios y sondas, debe estar estéril.
• Técnica aséptica: Durante el procedimiento, se debe mantener una técnica
aséptica estricta. Esto implica evitar tocar superficies no estériles, así como
minimizar la contaminación cruzada al manipular el equipo médico o realizar
cualquier manipulación en la vía aérea del niño.
• Uso de antibióticos profilácticos: En algunos casos, especialmente en
procedimientos quirúrgicos prolongados o en niños con alto riesgo de infección,
se puede administrar antibióticos profilácticos antes de la intubación para prevenir
infecciones.
• Vigilancia y seguimiento: vigilar cualquier signo de infección respiratoria, como
fiebre, secreción excesiva o dificultad respiratoria. Si se detectan signos de
infección, se deben administrar antibióticos específicos.

3.4 Cuidados del tubo endotraqueal (TET)

El TET en el paciente ingresado en una UCIP suele estar fijado con esparadrapo,
colocando siempre en la piel apósitos protectores hidrocoloides. Existen dispositivos de
fijación específicos, utilizados con mayor frecuencia en el paciente neonatal.

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• Comprobación por turno y siempre que sea necesario de la fijación adecuada del
tubo endotraqueal (distancia introducida correcta, esparadrapos secos, limpios y
correctamente colocados).
• En la gráfica de enfermería siempre debe registrarse la distancia en cm a la que
está introducido el tubo endotraqueal.

3.5 Apoyo emocional y comunicación:

Es importante aportar información clara y comprensible a los padres sobre el


procedimiento y la evolución del paciente, además de brindarles apoyo emocional
durante la hospitalización.
La colaboración con otros profesionales de la salud en el manejo integral del paciente
será de gran importancia para ofrecer al niño y familiares el mayor estado de bienestar
posible.

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4. Conclusiones:

El protocolo de cuidados de enfermería al paciente pediátrico sometido a intubación


endotraqueal y ventilación mecánica es una herramienta fundamental para proporcionar
una atención de calidad y segura. Los cuidados adecuados durante estos procedimientos
contribuyen a la prevención de complicaciones y a la pronta recuperación del paciente.

La implementación de este protocolo en el entorno hospitalario puede mejorar en gran


medida los resultados clínicos y la satisfacción de los pacientes y sus familias.

En conclusión, este trabajo sobre la intubación endotraqueal y la ventilación mecánica en


pacientes pediátricos ha permitido profundizar en los cuidados de enfermería necesarios
para garantizar una atención óptima a esta población vulnerable. Algunas conclusiones
que me gustaría destacar son las siguientes:

1. La intubación endotraqueal en niños requiere un enfoque individualizado y


adaptado a las características anatómicas y fisiológicas de cada paciente. El uso
de tubos endotraqueales de tamaño adecuado, la consideración de las cánulas de
estilo y el posicionamiento correcto del tubo son aspectos fundamentales para
garantizar una vía aérea segura y eficaz.
2. La sedación y analgesia adecuadas son esenciales para minimizar el malestar y la
ansiedad durante la intubación endotraqueal pediátrica. El manejo del dolor y el
estrés contribuyen a una experiencia menos traumática tanto para el niño como
para sus padres.
3. La comunicación efectiva y la participación de los padres son elementos clave en
el cuidado de enfermería durante el procedimiento de intubación endotraqueal.
Brindar información clara, educación y apoyo emocional contribuyen a una mayor
comprensión y aceptación por parte de la familia.

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4. El monitoreo continuo de los signos vitales, la oxigenación, la ventilación y la
presión de las vías respiratorias es fundamental para detectar y prevenir posibles
complicaciones durante la intubación endotraqueal pediátrica. La vigilancia
constante garantiza una respuesta oportuna frente a cualquier evento adverso.

En resumen, este trabajo ha puesto de manifiesto la importancia de los cuidados de


enfermería en la intubación endotraqueal pediátrica y la ventilación mecánica. A través
de la aplicación de conocimientos especializados, habilidades técnicas y un enfoque
centrado en el niño y su familia, los profesionales de enfermería desempeñan un papel
fundamental en el manejo y la atención integral de los pacientes pediátricos sometidos a
este procedimiento.

En mi caso particular no he tenido ocasión alguna de realizar la técnica de intubación


endotraqueal ya que las áreas de pediatría en las que he asistido como enfermera no
incluyen la UCIP. Sin embargo, sí que tendré la oportunidad de visualizar y aprender
manualmente dicha técnica cuando realice el próximo año la residencia como estudiante
residente de “enfermería pediátrica” donde espero poder aplicar este y muchos más
conocimientos que en este experto universitario he tenido la oportunidad de aprender
teóricamente.

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5. Bibliografía:

1. Álvarez Guerrero, M., Alexandra Guamán Méndez, S., Viviana Quiñonez Cuero, J.,
Dante Páez Moreno, J., General HECAM Miguel Ángel Moreira, G., Técnico HECAM Lic
Germania Mier Luna, D., Sara Alexandra Guamán Méndez, L., Carlos Ponce Pérez, R.,
& General de Calidad HECAM Dra Gloria del Rocío Arbeláez Rodríguez, C. (n.d.).
Nursing Care in patients with invasive mechanical ventilation in the Pediatric
Intensive Care Unit AUTORIDADES EQUIPO DE REDACCIÓN Y AUTORES EQUIPO DE
REVISIÓN Y VALIDACIÓN . EDICIÓN GENERAL
https://doi.org/10.36015/cambios.v18.n1.2019.392

2. Asenjo, C. A., & Pinto, R. A. (2017). FUNCTION AND ANATOMY OF RESPIRATORY


SYSTEM DURING THE CHILDHOOD. Revista Médica Clínica Las Condes, 28(1), 7–19.
https://doi.org/10.1016/j.rmclc.2017.01.002

3. Merino Leiva, D., Viadas Núñez, S., Hernández Fernández, A., Ortega Rey, E., Badía
Romano, E., & Martín Gracia, C. (2022). Ventilación mecánica invasiva en pediatría.
Cuidados de enfermería. Revista Sanitaria de Investigación, ISSN-e 2660-7085, Vol. 3,
No.5,2022,3(5),32.
https://dialnet.unirioja.es/servlet/articulo?codigo=8466813&info=resumen&idioma=
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4. Católica Valencia, U. de, & Vicente Mártir, S. (2020). Cuidados de enfermería


en niños sometidos a ventilación mecánica Invasiva. Una revisión narrativa de la
bibliografía. https://riucv.ucv.es/handle/20.500.12466/1273

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