El Misticismo de Los Escultores Japoneses en México. Kiyoshi Takahashi, Sukemitsu Kaminaga, Kiyoto Ota y Hiroyuki Okumura
El Misticismo de Los Escultores Japoneses en México. Kiyoshi Takahashi, Sukemitsu Kaminaga, Kiyoto Ota y Hiroyuki Okumura
El Misticismo de Los Escultores Japoneses en México. Kiyoshi Takahashi, Sukemitsu Kaminaga, Kiyoto Ota y Hiroyuki Okumura
El misticismo de los
escultores japoneses en México:
Kiyoshi Takahashi, Sukemitsu Kaminaga,
Kiyoto Ota y Hiroyuki Okumura
Director de arte
Enrique Hernández Nava
Cuidado de la edición
Amadís Ross González, Carlos Martínez Gordillo y Marta Hernández Rocha
Formación
Yolanda Pérez Sandoval y José Luis Rojo Pérez
Imágenes de cubierta
Kiyoshi Takahashi, El sol blanco, 1986.
Sukemitsu Kaminaga, Monumento descanso del trueno, 1983.
Kiyoto Ota, Génesis III (copia), 2000.
Hiroyuki Okumura, Mensajero, 2008.
isbn: 978-607-605-365-2
Agradecimientos 9
Introducción 11
Consideración final 99
1
María Teresa Favela Fierro, Los salones y concursos de escultura del inba en México, años
sesenta, tesis para obtener el título de doctora en Historia del Arte, Facultad de Filosofía y
Letras, Universidad Nacional Autónoma de México, 2006.
2
María Teresa Favela Fierro, Trienales de escultura, inba. Cambios en el arte escultórico en
las décadas de 1970 y 1980, México, Centro Nacional de Investigación, Documentación e
Información de Artes Plásticas, 2012 (colección Addenda, núm. 23).
12 MARÍA TERESA FAVELA FIERRO
3
Véase Kauro Kato, “Acercamiento a la influencia del movimiento muralista mexicano
en el arte contemporáneo de Japón”, www.journals.unam.mx/index.php/crónicas/article/
view/17312/16505.
14 MARÍA TERESA FAVELA FIERRO
Oscar Wilde
1
Jorge Alberto Manrique ha sido un profundo y sincero admirador del hombre, del artista
y de la obra de Kiyoshi Takahashi desde que ocupó el cargo de director de la Escuela de
Historia de la Facultad de Filosofía de la Universidad Veracruzana, en Jalapa, de 1961 a 1962.
2
“Escultura de Kiyoshi Takahashi que el gobierno japonés destinó a México”, Excélsior,
México, D. F., 4 de agosto de 1975.
UNIVERSO ABIERTO: KIYOSHI TAKAHASHI 17
3
Rufino Tamayo, folleto de la exposición Obras de Kiyoshi Takahashi, Sala Internacional,
Museo Nacional de Arte Moderno, Instituto Nacional de Bellas Artes, ciudad de México, 1
al 30 de abril de 1960.
4
Rafael Villar, “Kiyoshi Takahashi”, en Los caminos de la forma y del volumen, México,
Gobierno del Estado de Veracruz, Instituto Veracruzano de Cultura, 1996, p. 78.
UNIVERSO ABIERTO: KIYOSHI TAKAHASHI 19
5
Entrevista con Rafael Villar por María Teresa Favela Fierro, Jalapa, Veracruz, 20 agosto de 2013.
6
Jorge Alberto Manrique, “Kiyoshi Takahashi en el Museo Tamayo”, La Jornada, sección
Cultura, México, D. F., 9 de agosto de 1988, p. 26.
20 MARÍA TERESA FAVELA FIERRO
Chi, 1964
Madera, 180 x 67 x 41 cm.
Premio La Venta en la Segunda Bienal Nacional de Escultura, 1964.
7
María Teresa Favela Fierro, Los salones y concursos de escultura del inba en México, años
sesenta, tesis para obtener el título de doctora en Historia del Arte, Facultad de Filosofía y
Letras, Universidad Nacional Autónoma de México, 2006, p. 376.
8
Entrevista con Rafael Villar, loc. cit.
UNIVERSO ABIERTO: KIYOSHI TAKAHASHI 21
Sol, 1967
Cemento armado, 750 x 1 500 x 750 cm.
Ruta de la Amistad.
UNIVERSO ABIERTO: KIYOSHI TAKAHASHI 23
Obra escultórica
9
Héctor Gaitán-Rojo, “Monumental e íntima, la obra de Takahashi”, Punto, sección Artes
Visuales, 22 de agosto de 1988, p. 30.
10
Patricia Pérez Walters, “Huellas decisivas dejó México en la obra y vida de Kiyoshi Taka-
hashi “, El Sol de México, México, D. F., 14 de octubre de 1988, p. 3.
11
Idem.
26 MARÍA TERESA FAVELA FIERRO
Nos legó una muy buena escuela en todos sentidos —asegura Adalberto
Bonilla—; la simplicidad que aprendí de él implica mucha complejidad. Cap-
té perfectamente la esencia plástica del maestro, capté muy bien la forma de
trabajar una escultura sin bocetarla, pues comienzo directamente a trazar y el
material me va sugiriendo los temas; la técnica de los japoneses, especialmente
la de piedra es muy depurada. Los artistas japoneses que tienen conocimiento
del legado de Takahashi han llegado a Jalapa para trabajar.12
Como ejemplo está la pieza Flor de mi tierra, sin fechar, estructurada con
formas sencillas y superficies rugosas que se conjugan con las pulidas en una
sobriedad extrema que produce una sensación de paz y equilibrio interior.
Por su parte, Rafael Villar aprendió de su profesor la técnica para pulir
la piedra y al mismo tiempo dejar y permitir texturas sobre la superficie del
material; antes de trabajar con un diseño hay que dialogar con la materia
para que ésta vaya pidiendo lo que se necesita, pero con sumo cuidado,
porque hay que saber cuándo detenerse.13 Heredó la inclinación estilística
hacia la abstracción de su maestro, como queda claro en la talla en madera
Rumor de la orilla de 1998. La inspiración de esta obra quizá la encontró
en el puerto de Veracruz: el vaivén rítmico de las olas y sus ondulaciones
irregulares quedó reflejado en la madera, donde el juego de matices pro-
porciona riqueza visual; estas formas ondulantes terminan encajadas en un
12
Entrevista con Adalberto Bonilla por María Teresa Favela Fierro, Jalapa, Veracruz, 21
agosto de 2013. El maestro Bonilla ha obtenido varios premios por su obra y ha expuesto
tanto individual como colectivamente; formó parte del plantel de investigadores del Ins-
tituto de Artes Plásticas de la Universidad Veracruzana, y actualmente está jubilado. Fue
co-fundador del Jardín de las Esculturas. Véase Los caminos de la forma y el volumen,
México, Gobierno del Estado de Veracruz, Instituto Veracruzano de Cultura, 1996, y Luis
Segundo Román Alarcón (producción y realización), Adalberto Bonilla, video de la serie
Artistas del Instituto de Artes Plásticas, México, Universidad Veracruzana, 2009. Cabe hacer
una aclaración: en este capítulo y a manera de ejemplo de la influencia y trascendencia de la
enseñanza de Kiyoshi Takahashi a dos de sus alumnos, Rafael Villar y Adalberto Bonilla,
se ha incluido información biográfica y una obra de estos artistas.
13
Después de estudiar en la Escuela de Artes Plásticas de la Universidad Veracruzana, el maestro
Villar hizo un viaje de estudios a Japón a la Escuela de Bellas Arte de Kanazawa. Director y después
profesor de la Facultad de Artes Plásticas de dicha universidad, colaboró con Takahashi en una
escultura monumental en Mure-ChŌ, Kagawa, en 1989, y ahí coincidió y conoció a Hiroyuki Oku-
mura cuando éste acababa de terminar sus estudios en la Escuela de Kanazawa; fue co-fundador
del Jardín de las Esculturas. Véase Los caminos de la forma y del volumen, op. cit.
UNIVERSO ABIERTO: KIYOSHI TAKAHASHI 27
14
Patricia Pérez Walters, op. cit.
15
Jorge Alberto Manrique, “Kiyoshi Takahashi en México”, en Orientes-Occidentes. El arte
y la mirada del otro. xxvii Coloquio Internacional de Historia del Arte, Instituto de Inves-
tigaciones Estéticas, Universidad Nacional Autónoma de México, 2007, p. 49.
UNIVERSO ABIERTO: KIYOSHI TAKAHASHI 29
Cabeza, 1959
Madera, 46 x 21 x 26 cm.
Foto: Jorge Acevedo.
16
Jorge Alberto Manrique, “Kiyoshi Takahashi y la escultura contemporánea (sus obras en
Xalapa)” La palabra y el hombre, núm. 24, Jalapa, octubre-diciembre de 1962, p. 602, http://
cdigital.uv.mx/handle.
30 MARÍA TERESA FAVELA FIERRO
17
El investigador Paul Westheim se refiere a una botánica mítica cuando se habla de plantas
en las religiones prehispánicas, es decir, un aspecto esencial de la cosmovisión precolombina
es el que explica los fenómenos de la naturaleza como eventos, aflicciones y victorias de las
deidades; además, otorga valor a las plantas por el hecho de que poseen un espíritu o son
la morada de un dios. Las plantas destacan no tanto por sus cualidades biológicas, sino por
lo que llama cualidad mítica. Paul Westheim, Ideas fundamentales del arte prehispánico en
México, México, Alianza Editorial, Era, 1991. Véase Manuel Alberto Morales Damián, “El
hombre y medio ambiente en el pensamiento prehispánico”, en Patricia Fournier y Fernando
López (coords.), Patrimonio, identidad y complejidad social. Enfoques interdisciplinarios,
México, Instituto Nacional de Antropología e Historia, 2010, p. 72.
UNIVERSO ABIERTO: KIYOSHI TAKAHASHI 31
del zapote y las partes donde la gubia y el cincel dejaron una evidente
huella del artista. Al igual que en el arte precolombino, Takahashi intentó
dar expresión plástica al concepto de lo divino hasta donde lo permitiera
la condición humana. En el Tláloc prehispánico, los dos anillos alrededor
de los ojos simbolizan serpientes que se convirtieron en su signo; de esta
manera, en las representaciones de esta deidad se sustituía con frecuencia su
cabeza. En el caso del artista nipón, incluyó en su composición una forma
redonda que emula uno de sus ojos.
En Vínculo de 1968, esculpida en mármol y bronce, con las marcas del mar-
tillo, mantuvo un diálogo introspectivo con su materia prima; de lo narrativo
de obras anteriores dio paso a formas básicas, simples y esenciales. Otra pieza
muy interesante por su contenido intrínseco con reminiscencias prehispánicas
es Máscara de 1971, en granito negro. Nos remite inevitablemente a las másca-
ras teotihuacanas; parecen cuencas oculares enormes que desafían al espectador,
trabajadas perfectamente pero con detalles cedidos por la brutalidad del cincel.
La escultura Recuerdo de Palenque núm. 2 de 1983-1985, en bronce y
mármol, es de contenido anecdótico. A este respecto, Shigenobu Kimura
señala que “después de contemplar la arquitectura de El templo del sol en
UNIVERSO ABIERTO: KIYOSHI TAKAHASHI 33
18
Shigenobu Kimura, “Exhibición de antiguas civilizaciones mexicanas”, Journal Tokyo,
Japón, 1971.
34 MARÍA TERESA FAVELA FIERRO
19
Patricia Pérez Walters, op. cit.
36 MARÍA TERESA FAVELA FIERRO
20
Ryuichi Yahagi estudió la licenciatura de escultura con Kiyoshi Takahashi en la Universidad de
Bellas Artes de Kanazawa, Japón. Reside en México desde 2010 y es egresado del posgrado
de Artes y Diseño de la Escuela Nacional de Artes Plásticas, unam. Investigador en el Ins-
tituto de Artes Plásticas de la Universidad Veracruzana en Jalapa, en donde imparte cursos y
talleres; además, es docente de escultura en la Facultad de Artes Plásticas de la Universidad
Veracruzana.
Encantamiento de la piedra: Sukemitsu Kaminaga
Oscar Wilde
1
Isamu Noguchi (1904-1988) nació en Los Ángeles, California, y entre 1927 y 1928 trabajó
en París con el escultor rumano Constantin Brancusi. Después viajó a Inglaterra, China y
México. Sus esculturas se caracterizan por formas abstractas pulimentadas, en las que combina
la sencillez oriental con la sofisticación del arte occidental.
38 MARÍA TERESA FAVELA FIERRO
Cuando llevaba una vida de artista en Nueva York, Isamu Noguchi me aconsejó
venir a radicar a México, ya que él aseguraba que mi vida artística sería mucho
más rica y productiva. Me proporcionó el nombre del director del Museo de
Arte Moderno en ese entonces, el señor Fernando Gamboa. Decidido, ingresé
a México en enero del año de 1976.
Ya instalado, visité al señor Gamboa y al comunicarle mi inquietud me re-
comendó a su vez con el señor Waldemar Sjölander de La Esmeralda. Fui muy
bien recibido por él, era una persona muy tranquila y callada; inmediatamente
me pude dar cuenta que era un gran maestro.2
2
Sukemitsu Kaminaga, texto leído por María Teresa Favela en la mesa redonda “Aportación
plástica y profesional de Waldemar Sjölander”, México, Museo Dolores Olmedo, 18 de
noviembre de 1998.
ENCANTAMIENTO DE LA PIEDRA: SUKEMITSU KAMINAGA 39
Me dio la oportunidad de crear cinco obras, las cuales a su término tenía que
fotografiar e irlas a entregar en compañía del señor Sjölander. Al entregarlas
me pidieron que trazara algunos bosquejos de proyectos que tuviera en mente
para llevar a cabo en México. El señor Sjölander observó pensativo mis dibujos.
Finalmente, me otorgaron hacer uso, con toda la libertad, de las aulas de La
Esmeralda para realizar mis obras.
La conversación con Sjölander siempre la llevaba a cabo con el diccionario
español-japonés y japonés-español en mano. El maestro tenía un gran sentido
del humor y con frecuencia me platicaba de su natal Suecia. Fui varias veces
invitado a su casa y me mostraba sus obras en su estudio y pude observar que
eran de un gusto refinado. Indudablemente era un artista con ese rasgo cultural
europeo.
En un viaje por los países nórdicos tuve la oportunidad de permanecer en
Suecia durante cinco días. Tuve la impresión de que era un país muy característi-
co dentro del mundo artístico europeo. Posterior a ello regresé a Nueva York, a
Japón y finalmente a México. No fue sino hasta que llegué a aquí que me enteré
del fallecimiento del maestro [1988]. La obra de Sjölander encarna un enorme
sentido étnico, y como gran artista que es ocupa un lugar muy importante dentro
del arte mexicano.3
3
Idem.
4
Fernando Gamboa, catálogo de la exposición Sukemitsu Kaminaga. 20 esculturas de 1976
a 1978, Museo de Arte Moderno, México, marzo-agosto de 1978.
40 MARÍA TERESA FAVELA FIERRO
Actividad docente
las clases —a pesar de que hablaba muy poco español— sí se entendían, porque
se comunicaban en el lenguaje de los escultores. Durante la asignatura todos
tenían la libertad creativa y docente para realizar sus piezas, previa asesoría y
dirección de Kaminaga. Sus alumnos aprendieron mucho de él con tan sólo
verlo trabajar sus esculturas y las herramientas que usaba, pero sobre todo de su
actitud, ésta entendida como el compromiso y la buena planeación con su obra.6
Que fuera japonés siempre admiró a sus alumnos. Los nipones son minu-
ciosos y, sobre todo, tienen una gran capacidad de concentración. Se vuelcan
hacia adentro de su ser y hacia su pieza y casi se abstienen de hablar.7 Eso
representa sustraer el espíritu de aquella esencia y tener la capacidad de
plasmarlo, en este caso, en la escultura. Esto es realizarse como artista. Sólo
por dar un ejemplo, “cuando estaban en su clase, frente a todo el grupo les
decía ‘pieza, cariño, cariño’”, y se refería a que uno debe amar lo que hace.8
Para él era importante el color, por eso siempre combinaba y contrastaba
5
Teresa del Conde, “Sukemitsu Kaminaga in memoriam”, La Jornada, San Luis Potosí, 7
de marzo de 2000.
6
Entrevista con Carmen Hernández por María Teresa Favela Fierro, México, D. F., 6 de
mayo de 2014.
7
Idem.
8
Idem.
ENCANTAMIENTO DE LA PIEDRA: SUKEMITSU KAMINAGA 41
sus piezas con colores claros y oscuros; daba así énfasis al desarrollo de sus
ideas plásticas.
Generalmente utilizaba mármol negro, que es un material muy duro
para trabajar, pero a él no le importaba la dificultad de esta faena escultó-
rica, pues había que lograr, a como diera lugar, terminar la pieza. Recuer-
da su alumna Carmen que él se sentaba en una silla alta y con las manos
apoyadas en las piernas —como buen yudoca que era— observaba con
detenimiento y fruición a sus obras en proceso, como queriendo bocetar
mentalmente la escultura en el aire, y cuando se trataba de crear una pie-
za en madera le pegaba hojas de oro. Para ella, lo japonés consiste en lo
“minimalista, por la economía de elementos y formas, pero siempre muy
bien integradas en la composición”.9 Con unos cuantos elementos hacía
una composición que decía mucho con pocas palabras.
9
Idem.
42 MARÍA TERESA FAVELA FIERRO
Su colega de oficio, el maestro Alejandro Morales, quien desde esa época era
docente en La Esmeralda, afirma que Sukemitsu entendía bien el español,
pero lo hablaba poco; su obra se vendía mucho en Nueva York y que viajaba
constantemente a Japón para realizar piezas monumentales, generalmente
por comisión.10 Para transmitir sus conocimientos durante las clases, más
que platicar trataba de decir a sus alumnos que no fueran tan barrocos en la
creación de sus esculturas al acentuar: “¡no, simple!”. Esperaba que buscaran
la sencillez, y eso siempre les impactaba.11
Cuando tenía una piedra en bruto frente a él se quedaba observándola, re-
flexionando y dialogando con ella por largo tiempo. Se paraba, se sentaba, le daba
vueltas y quizá dos días después, una vez madurada la idea, empezaba a bocetar
y trazar. Morales sostiene que asimiló de los japoneses “ver y pensar antes de
actuar” para lograr los mejores resultados en cualquier ocupación profesional.12
Cuando Kaminaga tuvo que ir a Japón a tratarse de un mal cardiaco le
dijo a Morales: “operar corazón, cirujanos muy buenos japoneses, regreso,
encargo grupo”,13 pero nunca más retornó. Murió en enero de 2000.
10
Entrevista con Alejandro Morales por María Teresa Favela Fierro, México, D. F., 6 de
mayo de 2014.
11
Idem.
12
Idem.
13
Idem.
ENCANTAMIENTO DE LA PIEDRA: SUKEMITSU KAMINAGA 43
Producción escultórica
Deidades que representan ciertos ideales o simbolizan un poder abstracto. Véase capítulo
14
poéticos, de las obras, que hacen recordar al teatro medieval del culto ja-
ponés, se refleja su tradicional espiritualidad: igualmente, la forma cerrada
de sus esculturas es algo muy afín a nuestro propio sentir”.15 Días después de
la inauguración se publicó un artículo en el que se afirmaba que “combina
con una excelente técnica y un atrayente estilo muy personal con la capa-
cidad de síntesis y los refinamientos del arte japonés”.16
Los personajes de sus obras son ovoides, prismas, partes de círculos,
sin que por esta razón su producción sea estrictamente geométrica; además
las esculturas acusan lo macizo, la forma cerrada y los perfiles exactos. La
mayoría están realizadas en mármol ―sobre todo negro―, con algunas
excepciones en travertino, granito y ónix. Se expusieron esculturas como
Piedra blanco de marzo, en mármol, y Fuego fatuo. En la primera las formas
ovoides apenas van brotando, surgiendo, todavía no proclaman su indepen-
dencia del material; mientras en la segunda un ovoide va adquiriendo vida, de
su superficie emergen espirales para mostrar un sincretismo entre la cultura
nipona y la prehispánica.
Dentro de la serie de esculturas sobre demonios está Demonio dios, en
mármol: una gran piedra horadada erigida desde el suelo; de ella surgen
formas ovoides irregulares, aparentes gotas que saltaron cuando cobró vida
la piedra. Demonio dios 3 de 1978, del mismo material, es una enorme co-
lumna delgada que sostiene formaciones ovoides parecidas a las de la obra
anterior. Pero esos personajes tienen una significación diferente a las que se
les da, por ejemplo, en el cristianismo, es decir, demonio dios no se refiere
a un mal o a un pecado, sino a la personificación de un conjunto de fuerzas
(externas e internas) y tendencias que favorecen el anclaje del individuo en el
samsara (ciclo de nacimiento, vida, muerte y resurrección) oponiéndose así
a la iluminación, la liberación del sufrimiento y la realización espiritual; no
es una entidad viva, es simplemente el síntoma de la ignorancia espiritual.17
Para referirnos a la obra Trueno de niño, en mármol, hay que recurrir
a la leyenda de Kintaro, cuya traducción acostumbrada es “niño de oro”,
héroe del folclore japonés, de fuerza vigorosa que fue criado por una ogra
en las alturas del monte Ashigara; activo e infatigable, regordete, sano y
15
Fernando Gamboa, op. cit.
16
“Sukemitsu Kaminaga”, Excélsior, México, D. F., 9 de abril de 1978.
17
http://www.demonologia-del budismo.
46 MARÍA TERESA FAVELA FIERRO
al 28 de septiembre de 1985.
ENCANTAMIENTO DE LA PIEDRA: SUKEMITSU KAMINAGA 47
1984.
ENCANTAMIENTO DE LA PIEDRA: SUKEMITSU KAMINAGA 49
20
“El mundo necesita desarrollar su espíritu en el arte, dice Kaminaga: hoy inauguran la ex-
posición en el Museo del Palacio de Bellas Artes”, El Sol de México. Matutino, 10 de febrero
de 1984, p. 14.
21
Idem.
22
http://museo-oriental.es/ver_didáctica.asp.
50 MARÍA TERESA FAVELA FIERRO
23
Teresa del Conde, “Kaminaga”, catálogo de la exposición Kaminaga, esculturas, grabados,
caligrafías 1980-1983, Museo del Palacio de Bellas Artes, ciudad de México, marzo de 1984.
ENCANTAMIENTO DE LA PIEDRA: SUKEMITSU KAMINAGA 51
partiendo del principio de que “el uso de las manos es esencial en todos los
aspectos de la vida humana, el éxito de una obra de arte depende si el artista
lleva a cabo satisfactoriamente en el manejo físico del material”.24 Por tal
motivo, cuando llegó a México a observar de cerca el arte precolombino lo
primero que analizó fue cómo seleccionaban aquellos artistas el material
para sus piezas escultóricas. Las obras en esa ocasión fueron dispuestas de
manera que se lograra un equilibrio entre las esculturas al aire libre, ubicadas
encima de rocas blancas o bien en el suelo sobre la arena o sobre la yerba.
El tema recurrente del dios demonio surgió de nuevo en la muestra. En
Dios demonio de 1985, en granito y mármol, el color de las vetas oscuras
del mármol blanco proporcionan una visualización más dinámica. En otro
Dios demonio de 1983, en mármol, la combinación del granito claro con los
Desde que empecé a trabajar la escultura, he tenido un gran interés por el interior de las
cosas, esa parte íntima que no se puede ver fácilmente […] siento cierta energía interior en
esas masas […] Mis inquietudes sobre esa energía interna persistían. Percibí entonces que la
escultura es “un recipiente” que guarda dicha energía interior.
Kiyoto Ota1
1
Catálogo de la exposición Artistas que dibujan el aire. Artistas japoneses en México, Arte
Hoy Galería, México, D. F., abril de 2014, p. 15.
2
Merry MacMasters, “México, espacio de creación para artistas japoneses: Hagino”, La Jornada,
sección cultural, México, D. F., 13 de febrero de 2011, p. 2A.
56 MARÍA TERESA FAVELA FIERRO
Kiyoto Ota
Foto: Miki Otani de Ota.
3
Entrevista con Kiyoto Ota por María Teresa Favela Fierro, México, D. F., 23 de mayo de 2011.
CÓDIGO ÍNTIMO-MÍSTICO: KIYOTO OTA 57
Manantial, 1984
Piedras de mármol, 150 x 150 x 12 cm.
4
Ana Gloria Díaz Castro, catálogo de la exposición Centro de Investigación y Experimentación
Plástica, inba, Museo de Arte Carrillo Gil, México, D. F., septiembre-octubre de 1984, p. 3.
58 MARÍA TERESA FAVELA FIERRO
5
Los años ochenta del siglo xx ofrecieron un panorama diversificado en opciones plásticas.
No se excluyó a la escultura tradicional, que como método usa la talla, el labrado, la fundición
o el vaciado, sino que siguió coexistiendo con las nuevas tendencias hasta llegar al vanguar-
dismo de las instalaciones, que propusieron otra manera de apreciación. Esas características
fueron claramente visibles a lo largo de las trienales de escultura (1979, 1982, 1985 y 1988).
Véase María Teresa Favela Fierro, Trienales de escultura, inba. Cambios en el arte escultórico
en las décadas de 1970 y 1980, México, Centro Nacional de Investigación, Documentación
e Información de Artes Plásticas, 2012, p. 7 (colección Addenda, núm. 23).
60 MARÍA TERESA FAVELA FIERRO
magnífica talla de diferentes tonalidades del material; junto con las formas
geométricas y curvilíneas de una gran dinamicidad y ritmo, prevalece el
trabajo de la mano del artista, es decir, no es un molde prefabricado, un
diseño gráfico o de ciertos elementos que se van a integrar a la pieza. La
influencia plástica que ejerció su guía, Waldemar Sjölander, se observa cla-
ramente en esta pieza.
En 1982 el Comité de Selección y Adquisición de la trienal acordó otor-
gar, aparte de los consabidos premios-adquisiciones y menciones honorí-
ficas, menciones especiales a varios escultores que habían sido premiados
en el certamen anterior por haber mantenido la calidad de sus obras, entre
los que se encontraba el maestro Ota;6 esta situación se presentó porque el
jurado consideró dar la oportunidad de obtener los primeros galardones a
los nuevos talentos.
En la tercera trienal de 1985, Kiyoto obtuvo un premio de estímulo
(75 000 pesos) por Antes del Antiguo Testamento de 1985. Con un acento
atávico, es decir, prehistórico, la obra se ve influida por corrientes artísticas
como el arte povera y el arte mínimo. El artista expresó en una ocasión que
“es necesario tener fe, estar abierto a entender que, de pronto, frente a ti
está una pieza determinada cuya existencia es innegable, como la Coatlicue,
por ejemplo; si bien tiene acabados artesanales que yo no manejo, tiene vida
propia, es lo que llamo intransparencia. Hay que rescatar el sentido de los
antiguos, es necesario regresar a los orígenes”. 7
En cuanto a los materiales que ha utilizado para su producción escultó-
rica —madera y plomo— considera que son diferentes en el sentido de que:
la madera tiene edad, muere. Si la seco, se parte, todavía está viva. La piedra
asimismo tiene edad, diferente dureza y fragilidad. También hay que escuchar
su carácter. En una época no tenía tantas ideas mías, más bien escuchaba y daba
forma. La madera y la piedra tienen su carácter pero siempre quedaba insatisfe-
cho, quería dar algo más de mí mismo, mi expresión. El plomo me es una materia
atractiva. Empecé a darle vida. Es muy blando y no se puede sostener a sí mismo;
6
Los otros artistas galardonados con menciones especiales fueron Francisco Moyao, Víctor
Hugo Núñez y Jesús Mayagoitia.
7
Mariana Pría, “El resultado de dos años de trabajo, la muestra de Ota”, Unomásuno, México,
D. F., 26 de octubre de 1986, p. 25.
CÓDIGO ÍNTIMO-MÍSTICO: KIYOTO OTA 61
se le puede dar forma a la masa, pero es muy pesado, por eso empecé a utilizar
láminas para soportar la forma, así como fibra de vidrio y resinas.8
A pesar de su densidad y peso, Ota aligera el plomo por medio de las formas
creadas para poder trasmitir verdadero sentido espiritual.
Más de una veintena de exhibiciones individuales forman el bagaje pro-
fesional del escultor. Su obra ha sido mostrada en diferentes ciudades de
México y Japón. Por lo que se refiere a las colectivas, ha participado en una
infinidad de éstas —más de ochenta— presentadas en nuestro país, Estados
Unidos y Europa.
En 1986 el Museo de Arte Moderno presentó El templo del deseo, su
primera exposición individual. Su preocupación fue transmitir otro modo
de sentir en el que no sólo interviniera la vista sino que despertara todas las
potencialidades de los sentidos. La pieza omónima a la muestra nos recuerda,
8
Ángel Suárez Sierra, “12 escultores finimilenaristas en México”, http://www.arts-history.
mx/sitios/index, 30 de septiembre de 2010.
62 MARÍA TERESA FAVELA FIERRO
9
Su forma suele tener connotaciones simbólicas; su función es establecer una división entre
el mundo terrenal con el material, el espacio sagrado y espiritual.
10
Santiago Espinosa de los Monteros, “Estimado Kiyoto”, en catálogo de la exposición
Templo del deseo, Museo de Arte Moderno, México, D. F., octubre de 1986-enero de 1987.
11
Carlos Feitas, Arte japonés o la belleza de lo efímero, e-educativa.catedu.es/5001008/sitio…/
La_belleza_de_lo_efimero.pdf.
12
Mariana Pría, op. cit.
64 MARÍA TERESA FAVELA FIERRO
las esculturas de Kiyoto Ota parecen no haber sido tocadas por las manos ni
con herramienta alguna. Pero para lo que sí es necesario esa mano del escultor,
del filósofo del arte plástico: Kiyoto Ota, nos lo hace conocer en su transfor-
mación de creación: la mano es a veces importante, porque en los ojos hay una
13
Entrevista con Kiyoto Ota, loc. cit.
CÓDIGO ÍNTIMO-MÍSTICO: KIYOTO OTA 65
Con una nueva temática, la exposición El arco del tiempo15 de 1992 incluyó
la obra Montaña muda de 1991, en madera, aunque parece hecha en plomo; la
textura imita una piel muy corrugada de alguna especie de animal y yace como
una extraña construcción orgánica penetrada por gruesos tornillos.16 El autor
nos apremia, como observadores, a pensar más allá de esta apariencia, sea la
que sea, identificable con una montaña, un arbusto, la aurora o el tiempo, o
quizá sólo un misterio inescrutable hecha forma; busca la esencia intangible de
su ser, su existencia en aras del discurso interno de la escultura.
14
“Entrevista al maestro y escultor Kiyoto Ota”, México, D. F., 24 de noviembre de 2004,
pp. 151-152, sin mayores datos.
15
El Arco del Tiempo es un arco de piedra natural de 180 metros de altura, uno de los más
grandes del mundo en su género, ubicado en el cañón del río La Venta de Cintalapa, Chiapas.
También existen cuevas y cascadas en sus paredes y miradores.
16
Raquel Tibol, “Once esculturas de Kiyoto Ota”, Proceso, núm. 803, México, D. F., 23 de
marzo de 1992, p. 54.
66 MARÍA TERESA FAVELA FIERRO
La aurora, 1995
Lámina de plomo, 130 x 28 x 7 cm.
Foto: Jesús Sánchez Uribe.
Col. Jumex.
CÓDIGO ÍNTIMO-MÍSTICO: KIYOTO OTA 67
Recordemos que el maestro Ota proviene de una estirpe nipona donde los
artistas se encuentran en unión con las fuerzas invisibles, la meditación y la
observación paciente de la naturaleza… Lo esencial es la energía contenida
en el material, ya sea piedra o plomo, y éste último lo trabajó a lo largo de
más de una década.
Después de esta muestra, donde la utilización de metal fue el eje de su
materia prima, su experiencia fue que era difícil trabajarlo por ser muy tóxi-
co. Aunado a esto, Ota no suele permanecer por mucho tiempo en el mismo
tipo de creación escultórica, siempre va evolucionando a otras respuestas
de la materia, forma y conceptos plásticos y filosóficos. En este sentido, el
pilar en lámina de plomo titulado La aurora tiene una superficie acanalada
en forma horizontal, y presenta una serie de protuberancias como si el ar-
tista hubiera fácilmente oprimido e intervenido esa cubierta con sus dedos.
Dos esculturas realizadas para sitios públicos son Génesis III de 2000,
en granito negro, y Círculo blanco de 2005, en talla de mármol. La primera,
ubicada en Kagawa, Japón, es de formas abstractas imperfectas, rústica, y
pulida con gran simplicidad; consta de un bloque de piedra que sostiene a
otra en un punto de equilibrio inestable, como si fuera a romperse; repre-
senta el balance entre el hombre, el cielo y la tierra. La segunda se instaló
en el Jardín Botánico de Culiacán, Sinaloa, como parte de una idea para
68 MARÍA TERESA FAVELA FIERRO
17
El Jardín Botánico de Culiacán es un espacio público de diez hectáreas. Sus principales
funciones son la conservación de especies botánicas, la investigación científica, la educación
ambiental y la promoción cultural. Bajo la curaduría de Patrick Charpenel se logró conjuntar
a 37 artistas con reconocimiento internacional con el propósito de incorporar una colección de
piezas de arte a la zona que alberga la colección botánica, coadyuvando a vigorizar la experien-
cia del visitante en el recorrido por el jardín; al mismo tiempo, se buscó hacer conciencia del
reino vegetal y su relación con el ser humano, y de esta forma hacerlo meditar sobre asuntos
sociales y naturales. http://botanicoculiacan.org/descubreme/arte-contemporaneo/curaduría.
CÓDIGO ÍNTIMO-MÍSTICO: KIYOTO OTA 69
con formas frías, se convertía en materia de trabajo. Pero esta técnica impli-
caba altos costos de instalación, así como equipo de refrigeración no siempre
disponible.
El artista explica: “si a una escultura de campana en plomo le pones
escarcha se convierte en otra cosa. La campana tiene muchos significados,
avisa una boda o una muerte, pero con la cristalización ya no suena la cam-
pana y además se cubre de blanco”.18 Para el escultor, esta nueva solución
trajo consigo una pieza con vida, materializar el aire en algo sólido. De
hecho, es una materia invisible, de carácter efímero, más que el uso de la
madera o la piedra, porque de todas formas todo se convertirá en polvo.
Con este nuevo abordaje plástico Ota pretende crear una simbología que
signifique la representación “del fenómeno del universo de una manera
metafórica, como una intuición a través de la escultura”;19 es decir, de la
conciencia de la vida finita o la fugacidad de las cosas, como la escarcha,
en este caso.
En 2006 presentó la muestra individual Energía silenciosa, que significó
un descubrimiento del espacio interior de la escultura. Reunió formas sim-
ples y orgánicas, como la pieza Quinteto de 2003, en la cual cinco cuerpos
que forman un óvalo se encuentran armados con remaches en su superficie;
al igual que Aterrizaje suave, parecería que estamos frente a la presencia de
vestigios de una cultura ancestral. Además, incluyó otro tipo de piezas en
las que su fundamento fue la creación de atmósferas, la energía encerrada
en su interior y la posibilidad de habitarlas.
Se trata del diseño de un hábitat que nombró Úteruz, una representación
simbólica del útero femenino, en donde está permitido el flujo de luz, pues
las ranuras permiten que ésta se filtre, proporcionándole una atmósfera muy
serena; además, está el aroma que proviene del pino (de lo que están hechas
estas piezas) y, por supuesto, el tacto. Es una especie de capullo de mari-
posa con diseño arquitectónico. Realizado con tiras curvas de madera, los
fragmentos resultan de cortes realizados en vigas longitudinales, dispuestas
para formar un tipo de esfera que le proporciona sensación de movimiento
y apariencia de estar tejido.
18
Ángel Suárez Sierra, op. cit.
19
“Escultura japonesa de México”, julio de 1997, p. 4, sin mayores datos. Documento con-
sultado en el Museo de Arte Carrillo Gil, inba.
70 MARÍA TERESA FAVELA FIERRO
20
Ingrid Margit Sjölander Sobrino, Catalogación razonada de las esculturas habitables del
maestro Kiyoto Ota. Hacia la dilucidación estética del binomio naturaleza-recreación plástica,
tesis para obtener la licenciatura en Arte, Universidad del Claustro de Sor Juana, 2012, p. 27.
21
Octavio Paz, “Tres momentos de la literatura japonesa”, 1954, en Las peras del Olmo,
España, Seix Barral, 1974, pp. 117 y 118.
22
Idem.
23
http://crystaljungle2.wordpress.com.
CÓDIGO ÍNTIMO-MÍSTICO: KIYOTO OTA 73
Vista interior.
Viento, 2011
Cedro blanco y ventiladores, 300 x 376 x 120 cm.
24
“Kiyoto Ota 2”, parte 2, Dirección General de Televisión Universitaria, 21-06-2011.
76 MARÍA TERESA FAVELA FIERRO
En Japón tuve mi primer encuentro con la piedra, y llegué a México en busca de intensificar
mi conexión con la piedra, de identificar mi conexión con piedras de gran tamaño. Además
de las piedras, otras gratas sorpresas han sido el “tiempo mexicano”
y la palabra “espontaneidad”.
Hiroyuki Okumura1
1
Hiroyuki Okumura, “Mi tesoro: la espontaneidad”, en Las esculturas 1999-2013, México,
Art Design Books, 4 de agosto de 2013.
2
Gina Sotelo, “Hiroyuki Okumura, equilibrio y armonía en una sola expresión”, UniVerso,
El periódico de los universitarios, núm. 207, Jalapa, Veracruz, http://www.uv.mx/univer-
so/207/arte06.
80 MARÍA TERESA FAVELA FIERRO
3
Entrevista con Hiroyuki Okumura por María Teresa Favela Fierro, Jalapa, Veracruz, 22
de agosto de 2013.
4
Raquel Tibol, “Hiroyuki Okumura e Isao Sugiyama: escultores japoneses”, 1999, http://
www.proceso.com.mx/’p=180982.
ESPONTANEIDAD COMO LIBERACIÓN: HIROYUKI OKUMURA 81
Plástica escultórica
secciona la materia rocosa —mármol, roca, laja o cantera— para luego reacomo-
dar los fragmentos quebrados “sin disimular las heridas”. Con aglomeraciones,
incisiones y rayados hace que lo pétreo hable de muerte y vida, de rituales an-
cestrales y estremecimientos subjetivos. A la dura materia natural Okumura le
imprime las melancólicas emociones por un mundo perdido y las pulsaciones
de esperanza por lo entrañable de las relaciones humanas.6
5
Entrevista con Hiroyuki Okumura, loc. cit.
6
Raquel Tibol, op. cit.
7
Entrevista con Hiroyuki Okumura, loc. cit.
8
Idem.
82 MARÍA TERESA FAVELA FIERRO
Manta, 1995
Mármol, madera y cordón, 40 x 60 x 15 cm.
Foto: Jorge Acevedo.
9
Idem.
ESPONTANEIDAD COMO LIBERACIÓN: HIROYUKI OKUMURA 83
materia prima que usa Okumura: “el mármol despierta, es su oscura oscu-
ridad, manchado de color, rugoso de tonos”.10
Las fragmentaciones de la piedra las toma para “construir” sus escultu-
ras; son destrucciones y reconstrucciones que culminan en una formación
excepcional y perfectamente integrada, como la pieza Viejos tiempos II de
1999. Otra obra de la misma época es Primitiva, en mármol y roca volcánica;
asemeja a una estela, o quizá a una tablilla sumeria con su escritura cunei-
forme que registra el aspecto de los planetas del Sistema Solar, así como su
composición. O mejor, es una hoja hecha con mármol, sobre la cual Oku-
mura ha dejado la huella de su cincel para contarnos su experiencia ancestral
y dejar escrita su voz escultórica nipona y su marca eterna, “el trabajo final
será ofrecer una secuencia, un ritmo”.11
10
Luis Méndez Lavielle, “Hiroyuki Okumura”, en Los caminos de la forma y del volumen,
Gobierno del Estado de Veracruz, Instituto Veracruzano de Cultura, 1996, p. 56.
11
José Homero, “La persistencia de la memoria: los sedimentos de Hiroyuki”, en tríptico de
la exposición Eras. Hiroyuki Okumura, México, D. F., 9 de junio de 1999.
84 MARÍA TERESA FAVELA FIERRO
Primitiva, 1999
Mármol y roca volcánica, 80 x 48 x 20 cm.
Foto: Jorge Acevedo.
Jorge Brash, “H.O.: las luces de la piedra”, catálogo de la exposición Augurios. H. O.,
13
Cenizas, 2000
(frontal y posterior)
Mármol y madera, 75 x 42 x 14 cm.
Fotos: Adrián Mendieta.
coteca Diego Rivera, Instituto Veracruzano de Cultura, Jalapa, Veracruz, noviembre de 2000.
ESPONTANEIDAD COMO LIBERACIÓN: HIROYUKI OKUMURA 87
Yo sentía la fuerza que contiene la piedra, una energía que trataba de decirme
algo, que generaba simpatía y miedo al mismo tiempo.
Era una conexión misteriosa, algo fuera de lo cotidiano.
Entendí que las piedras guardan memorias antiguas. Y fue algo natural,
Aprender a dialogar con esas memorias para poder trabajar con ellas.16
15
Gina Sotelo, op. cit.
16
Hiroyuki Okumura, op. cit.
ESPONTANEIDAD COMO LIBERACIÓN: HIROYUKI OKUMURA 89
Yashiro, 2001
Mármol, 70 x 60 x 18 cm.
Foto: Adrián Mendieta.
17
Según la creencia popular, su función consiste en filtrar los sueños de las personas, dejando
pasar sólo las ensoñaciones positivas.
18
Federico Ramos Sánchez, díptico de la exposición Corazón de la tierra de Hiroyuki
Okumura,Galería Vértice México, Luis García Jasso, Guadalajara, Jalisco, abril de 2006.
ESPONTANEIDAD COMO LIBERACIÓN: HIROYUKI OKUMURA 91
Mensajero, 2008
Mármol, 75 x 92 x 24 cm.
Foto: José Manuel Ramírez Flores.
19
Entrevista con Hiroyuki Okumara, loc. cit.
20
Hiroyuki Okumura, op. cit.
21
Idem.
ESPONTANEIDAD COMO LIBERACIÓN: HIROYUKI OKUMURA 95
Reflexión, 2014
(frontal y posterior)
Mármol, 43 x 24 x 25 cm.
Fotos: Hiroyuki Okumura.
Octavio Paz, La casa de la presencia. Poesía e historia, Obras completas, México, Fondo
22
*
Octavio Paz, “Tres momentos de la literatura japonesa”, 1954, en Las peras del olmo, Seix
Barral, 1974, pp. 117 y 118.
**
Wassily Kandisky, De lo espiritual en el arte, España, Barral Editores, 1973, p. 13.
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Entrevistas
Mónica Bartilotti
Adalberto Bonilla
Carmen Hernández Cortés
Alejandro Morales Barros
Hiroyuki Okumura
Kiyoto Ota
Rafael Villar
Ryuchi Yahagi
Consejo Nacional para la Cultura y las Artes