Control de Lectura #2

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UNIVERSIDAD DE GUAYAQUIL

FACULTAD DE INGENIERIA

INDUSTRIAL

CARRERA DE INGENIERIA INDUSTRIAL

MATERIA:

PLANEACION ESTRATEGICA

TEMA: CONTROL DE LECTURA # 2 SEGUNDO PARCIAL

DOCENTE:

ECO. FAUSTO BENÍTEZ

GRUPO: F

INTEGRANTES:

Alexander Bolivar Bajaña Navarrete

Gaston Garcia Erick Rene

Bryan Figueroa

Nohely Pilligua Ortega

CURSO : 8 - 9
La eficacia operacional no es estrategia" aborda la diferencia entre la eficacia operacional (EO)
y la estrategia en el contexto empresarial. Durante las últimas décadas, muchas empresas se
han centrado en mejorar su eficacia operacional mediante la adopción de herramientas y
técnicas de gestión para aumentar la productividad, la calidad y la rapidez. Sin embargo, el
autor argumenta que confundir la eficacia operacional con la estrategia puede llevar a una
competencia destructiva y a una falta de ventaja competitiva sostenible.

La estrategia, según el autor, es mucho más que simplemente mejorar la eficacia en la


realización de actividades. Se trata de establecer una diferencia única que una empresa puede
mantener para entregar mayor valor a los clientes o lograr un valor comparable a menor costo.
La ventaja competitiva real proviene de la manera en que una empresa elige y realiza sus
actividades, no solo de la mejora continua de la eficiencia.

La eficacia operacional es importante y necesaria para el desempeño superior de una empresa,


pero no es suficiente para obtener una ventaja competitiva sostenible. A través de ejemplos
como la industria gráfica en EE. UU., se ilustra cómo la competencia por la eficacia operacional
puede elevar la frontera de la productividad para todos, pero no implica una ventaja relativa
para ninguna empresa en particular.

El artículo también critica la idea de que el posicionamiento estratégico es obsoleto en los


mercados y tecnologías dinámicas actuales. Aunque algunas barreras a la competencia se han
reducido con la globalización y la disminución de la regulación, el autor argumenta que muchas
empresas están luchando debido a su enfoque excesivo en la eficacia operacional en lugar de
desarrollar una estrategia sólida y diferenciada.

El artículo destaca la importancia de distinguir entre la eficacia operacional y la estrategia en la


gestión empresarial. Aunque ambas son esenciales para el éxito, la estrategia se centra en
establecer una ventaja competitiva sostenible mediante la elección y realización de actividades
únicas, mientras que la eficacia operacional busca mejorar la realización de actividades
existentes. La falta de una estrategia sólida puede llevar a una competencia destructiva y a una
incapacidad para mantener una ventaja competitiva en el mercado.

La estrategia empresarial es un tema fundamental para el éxito de cualquier organización,


pero a menudo es malentendida y mal aplicada. Muchas empresas confunden la eficacia
operacional con la estrategia, lo que las lleva a adoptar un enfoque incorrecto y a entrar en
una competencia destructiva con sus rivales. Este resumen se basa en un artículo titulado
"¿Qué es la estrategia? La eficacia operacional no es estrategia", que aborda esta problemática
y ofrece una perspectiva clara sobre cómo las empresas pueden diferenciarse y obtener una
ventaja competitiva sostenible.

El artículo comienza destacando cómo en las últimas décadas, los ejecutivos han aprendido a
operar de acuerdo con nuevas reglas que enfatizan la flexibilidad y la agilidad para adaptarse a
los cambios del mercado. La estrategia, que solía centrarse en el posicionamiento competitivo,
ha sido desestimada como estática y poco útil en los mercados dinámicos y tecnológicamente
cambiantes de hoy. En su lugar, se ha dado prioridad a la eficacia operacional, es decir, la
mejora continua en la eficiencia y productividad de las operaciones de la empresa.
Sin embargo, el artículo advierte que la eficacia operacional no es suficiente para alcanzar una
ventaja competitiva sostenible. Si bien es crucial para mejorar el desempeño general de la
empresa, no garantiza una posición única y valiosa en el mercado. Para lograr una ventaja
competitiva, una empresa debe ser capaz de ofrecer mayor valor a los clientes o crear valor
comparable a menor costo, o ambas cosas.

La ventaja competitiva se basa en la creación y ejecución de actividades específicas de manera


más eficiente o diferente a los competidores. Estas actividades son las unidades básicas de la
ventaja competitiva, y la ventaja total proviene de todas las actividades de una empresa, no
solo de algunas. Por lo tanto, la estrategia se centra en la elección y ejecución de estas
actividades para diferenciarse de manera significativa de la competencia.

El artículo destaca que muchas empresas han caído en la trampa de enfocarse demasiado en la
eficacia operacional y han descuidado la verdadera estrategia. Se han dedicado a implementar
herramientas y técnicas de gestión para mejorar su eficacia, pero han perdido de vista la
importancia de la diferenciación y la creación de valor para los clientes.

La competencia basada en la eficacia operacional lleva a una rápida difusión de las mejores
prácticas, lo que hace que sea difícil mantener una ventaja sostenible. Los competidores
pueden imitar rápidamente las mejoras en eficacia operacional, lo que reduce las ventajas
competitivas a corto plazo. Por lo tanto, la verdadera estrategia debe centrarse en actividades
únicas y difíciles de copiar para lograr una ventaja competitiva a largo plazo.

El artículo concluye enfatizando que tanto la eficacia operacional como la estrategia son
importantes, pero son conceptos diferentes y complementarios. La eficacia operacional es
necesaria para mejorar el desempeño general de la empresa, pero no es suficiente para
obtener una ventaja competitiva sostenible. La estrategia, por otro lado, se trata de tomar
decisiones difíciles sobre qué actividades realizar y cómo realizarlas de manera única para
diferenciarse en el mercado.

En resumen, el artículo destaca la importancia de comprender la diferencia entre eficacia


operacional y estrategia. Aunque ambas son cruciales para el éxito empresarial, la verdadera
ventaja competitiva proviene de una estrategia bien definida y ejecutada que se basa en
actividades únicas y difíciles de imitar. Aquellas empresas que logren equilibrar eficacia
operacional y estrategia estarán en una mejor posición para enfrentar los desafíos
competitivos y obtener un desempeño superior en el mercado.

Una de las razones por las cuales la eficacia operacional no ha sido suficiente para mejorar la
rentabilidad es la convergencia competitiva. A medida que las empresas realizan
benchmarking y se imitan mutuamente, tienden a volverse más similares entre sí. La
tercerización de actividades a proveedores eficientes también ha llevado a la homogeneización
de servicios. A medida que los competidores se igualan en términos de calidad, tiempos de
ciclo y asociaciones con proveedores, las estrategias convergen, y la competencia se vuelve
una lucha donde nadie puede ganar. Competir únicamente en base a la eficacia operacional
conduce a guerras de desgaste, y la única forma de detener esto es limitando la competencia.

La tendencia de consolidación de sectores a través de fusiones también se ha vuelto común en


el contexto de la competencia por la eficacia operacional. Las empresas, presionadas por el
desempeño, pero sin una visión estratégica clara, han optado por adquirir a sus rivales para
sobrevivir. Sin embargo, esta estrategia no siempre asegura ventajas competitivas reales y
duraderas.
En medio de la disminución de los retornos debido a un enfoque excesivo en la eficacia
operacional, se destaca la importancia de la estrategia competitiva. La estrategia implica ser
diferente y consiste en seleccionar deliberadamente un conjunto de actividades distintas para
entregar un valor único. Empresas como Southwest Airlines Company e Ikea ejemplifican cómo
la estrategia basada en actividades únicas puede generar ventajas competitivas significativas.

Southwest Airlines se ha posicionado estratégicamente ofreciendo vuelos cortos punto a


punto, a bajo costo, entre ciudades de tamaño mediano y aeropuertos secundarios. Su modelo
de negocios se diferencia de las aerolíneas tradicionales, ya que sus actividades están
diseñadas específicamente para maximizar la eficiencia en su tipo particular de ruta. Han
eliminado servicios como la comida a bordo y han adoptado un modelo de autoservicio para
agilizar las operaciones y reducir costos. La estrategia de Southwest ha sido exitosa al atender
a un segmento de clientes que valoran la conveniencia y precios bajos, lo que las aerolíneas
tradicionales no pueden ofrecer de manera similar.

Ikea, por su parte, se ha posicionado como un minorista internacional de muebles que ofrece
productos con estilo a bajo costo para consumidores jóvenes. Su estrategia se basa en una
cadena de valor única, donde se involucra directamente en el diseño y producción de sus
muebles modulares listos para armar, lo que les permite mantener precios competitivos.
Aunque los clientes deben hacer el montaje por sí mismos, Ikea ofrece servicios adicionales
que satisfacen las necesidades de su segmento objetivo, como guardería infantil en la tienda y
horarios prolongados para aquellos que trabajan.

La competencia basada únicamente en la eficacia operacional ha demostrado ser insuficiente


para mejorar la rentabilidad y puede llevar a la homogeneización de estrategias entre
empresas. La verdadera ventaja competitiva radica en la estrategia, donde las actividades
únicas y diferenciadoras permiten a las empresas destacar y ofrecer un valor único a sus
clientes. Empresas como Southwest Airlines e Ikea han demostrado que la estrategia basada
en actividades distintivas es esencial para sobresalir en un mercado altamente competitivo.

Una de las razones de la falta de éxito en la competencia es la eficacia operacional, ya que las
empresas se vuelven muy similares entre sí al imitar las mejores prácticas y tercerizar
actividades a proveedores eficientes. Esto conduce a la homogeneidad en el mercado, donde
ninguna empresa puede destacar realmente.

Además, se menciona que la consolidación de sectores a través de fusiones es una respuesta a


la competencia basada en la eficacia operacional. Las empresas adquieren a sus rivales para
sobrevivir, pero esto no garantiza una ventaja estratégica real.

El artículo enfatiza que las empresas deben centrarse en la estrategia, que se basa en
actividades únicas y distintivas. Para ilustrar este punto, se mencionan ejemplos como
Southwest Airlines y IKEA. Southwest ha logrado una posición estratégica distinta al ofrecer
vuelos cortos a bajo costo entre ciudades de tamaño mediano y aeropuertos secundarios,
mientras que IKEA se destaca al proporcionar muebles con estilo a precios bajos y utilizando
un modelo de autoservicio en sus tiendas.
el artículo destaca la importancia de la estrategia sobre la eficacia operacional en la
competencia empresarial. Centrarse en actividades únicas y distintivas puede ser la clave para
lograr una ventaja competitiva sostenible y superar la competencia basada únicamente en la
eficiencia operativa.

Posicionamiento basado en la variedad: Se refiere a la estrategia de una empresa de enfocarse


en la producción de un subconjunto específico de productos o servicios de un sector. Un
ejemplo es Jify Lube International, que se especializa en lubricantes para automóviles y no
ofrece otros servicios de reparación o mantenimiento. Otra empresa que adopta este enfoque
es Vanguard Group, líder en el sector de fondos mutuos, que ofrece una variedad de fondos de
inversión con un rendimiento predecible y costos bajos.

Posicionamiento basado en las necesidades: Esta estrategia busca satisfacer la mayoría o todas
las necesidades de un grupo particular de clientes. Se origina cuando existen grupos de
clientes con necesidades diferentes, y un conjunto de actividades hecho a medida puede
satisfacer mejor esas necesidades. Un ejemplo es Ikea, que pretende satisfacer todas las
necesidades mobiliarias de sus clientes objetivo.

El artículo destaca que estas estrategias de posicionamiento pueden ser efectivas para
diferentes tipos de clientes y que las empresas deben considerar cuidadosamente cuál es el
enfoque más adecuado para su mercado objetivo. Comprender y diferenciar estas fuentes de
posicionamiento es fundamental para establecer una ventaja competitiva sostenible en el
mercado.

En primer lugar, está el posicionamiento basado en la variedad, que se centra en la producción


de un subconjunto específico de productos o servicios de un sector. Esta estrategia se basa en
elegir variedades de productos o servicios en lugar de segmentos de clientes y tiene sentido
cuando una empresa puede producir mejor ciertos productos o servicios mediante diferentes
grupos de actividades. Por ejemplo, Jify Lube International se especializa en lubricantes para
automóviles y ofrece un servicio rápido y económico que atrae a muchos clientes, quienes
pueden dividir sus compras entre Jify Lube y otros competidores para diferentes servicios.

Estos dos enfoques de posicionamiento buscan ofrecer ventajas competitivas específicas y


atraer a diferentes segmentos de clientes. La estrategia de posicionamiento basada en la
variedad busca destacar en una determinada área de productos o servicios, mientras que la
estrategia de posicionamiento basada en las necesidades apunta a satisfacer todas o la
mayoría de las necesidades de un grupo específico de clientes.

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