¿Qué Es El Conocimiento?

Descargar como pdf o txt
Descargar como pdf o txt
Está en la página 1de 4

CAPÍTULO

El conocimiento
1
¿QUÉ ES EL CONOCIMIENTO?
Todas las personas tenemos conocimientos, pero en las distintas sociedades, e incluso en di-
versos grupos de cada comunidad, puede ser que tengan una noción diferente sobre qué es el
conocimiento.
Entre las concepciones usuales para nosotros, podemos deƜnir al conocimiento como una rela-
ción entre un sujeto y un objeto. Entendemos por sujeto de conocimiento a aquel ser humano
que se sitúa frente al objeto porque tiene como “objetivo” conocerlo; por tanto, el objeto de
conocimiento es aquello que el sujeto tiene frente a sí y desea conocer. El objeto no debe ser
necesariamente físico, puede ser una idea o un recuerdo; lo importante de esta relación es que,
una vez enfrentados, el sujeto iniciará el camino que lo llevará al conocimiento de su objeto. Ese
procedimiento se llama método.
Ahora bien, todo el tiempo el hombre está actuando como sujeto de conocimiento frente a un
objeto, pero el tipo de conocimiento que se entabla no es siempre el mismo. En la medida en que
el conocimiento sea claro, preciso, metódico, veriƜcable, sistemático, legal, explicativo y avance
permanentemente, hablamos de un conocimiento científico (ver recuadro). Podemos decir que
el conocimiento cientíƜco es riguroso porque es preciso, porque se fundamenta en teorías cientí-
Ɯcas, porque busca explicaciones racionales, ligadas a principios lógicos. DeƜnimos a la ciencia
no como un conjunto acumulativo y estático de conocimientos, sino como un corpus dinámico de
conocimiento riguroso, preciso y fundamentado, que permanentemente avanza, se modiƜca. En tal
sentido, el cientíƜco no es el gran acumulador de conocimiento, sino más bien, el gran generador
de problemas que buscan soluciones a diƜcultades o misterios de la realidad (natural, social, física,
etc.). El conocimiento cientíƜco, entonces, se remite permanentemente a la explicación racional y
lógica de los diferentes problemas que se plantean y, que en su mayor parte, mejoran la calidad de
vida de los seres humanos. Si tomamos en cuenta la revolución comunicacional o informática de las
últimas décadas, los avances en la medicina en cuanto a la prevención y curación de enfermedades
mortales o los adelantos que han posibilitado un mejor confort en el hogar (microondas, teléfono,
freezer), podemos entender la gran importancia de este tipo de conocimiento que, cuando se aplica
a Ɯnes prácticos, pasa a ser un adelanto tecnológico.
El saber vulgar, en cambio, no puede dar cuenta de este tipo de conocimiento, no es racional,
no aporta conclusiones comprobables, no es preciso ni tiene un asidero o sustento riguroso.

9
1 El conocimiento

Cuando alguien dice que ante el


dolor de cabeza “me deben curar el
mal de ojo” o frente a un problema
estomacal se dice que hay que curarle
“el empacho”, no se está reƜriendo a
una curación médica, de tipo lógica y
racional sino, más bien a una creencia
arraigada en ciertas prácticas religio-
sas y de tradición nativo-rural.

Por Quino

Lectura

El conocimiento científico
Es claro y preciso porque no busca explicaciones sin fundamento; es metódico porque
sigue un procedimiento riguroso para llegar a explicaciones fundamentadas; es verifica-
ble porque las hipótesis son avaladas por pruebas que se pueden constatar (aquí no se
tienen en cuenta las opiniones o creencias, solo las evidencias que verifican las hipótesis);
es sistemático porque es un conocimiento en donde las ideas están interconectadas entre
sí lógicamente en forma orgánica, de manera tal que si existe un cambio en las hipótesis
planteadas, se produce un cambio total en la teoría; es legal y explicativo porque este
conocimiento coloca los acontecimientos singulares dentro de pautas generales llamadas
leyes, que ponen a prueba la hipótesis; un enunciado de ley es una confirmación de la hi-
pótesis. Las explicaciones científicas no son solo causales –como en el saber vulgar–; hay
de diversos tipos como las de asociación, de composición, de conservación, globales, dia-
lécticas, teleológicas, etc. Justamente a partir de esto, el conocimiento científico avanza
permanentemente porque es dinámico, no tiene límites, no es final. No está exento de
error, puede ser superado, corregido, reemplazado.

10
CAPÍTULO 1
Con el conocimiento religioso pasa exactamente lo mismo. Sabemos que las religiones funda-
mentan sus verdades a partir de la existencia de una o varias divinidades, y el creyente acepta
esas verdades sin discusión, motivado por la fe y la creencia en ese dogma. Por ejemplo, la exis-
tencia de Moisés (en la Biblia) hasta el momento no ha podido ser demostrada cientíƜcamente
por la arqueología ya que no se han encontrado restos y evidencias concretas de su existencia.
O cuando alguien asegura haber visto llorar a la Virgen, no puede dar una explicación racional,
concreta, evidente sino que su explicación es a partir de la creencia en “milagros” que no tienen
sustento cientíƜco. Para la ciencia “los milagros no existen” aunque según el cientíƜco y Ɯlósofo
Blas Pascal, “...el corazón tiene razones que la razón no comprende”.
1
Lectura

El caso de Giordano Bruno


“A fines del siglo XVI, Giordano Bruno, un filósofo italiano que perteneció a la Orden de
los Dominicos en su juventud, más tarde hereje e intelectual errante por universidades y
cortes europeas hasta que la Inquisición pudo apresarlo, juzgarlo y condenarlo a morir en
la hoguera en el año 1600, (....) era un ferviente partidario de la astronomía copernicana y
veía en el descubrimiento del heliocentrismo no solo el avance de la verdad científica, sino
el comienzo de una liberación radical del pensamiento.”¹ Este fraile dominico había puesto
en duda los misterios de la Encarnación y de la Trinidad, atreviéndose a calificar como
“magia” los milagros de Jesús. Además de defender el sistema copernicano, incluyó la idea
de pluralidad de los mundos. Su obra capital, Sobre el infinito universo y los mundos, rebate
paso a paso la tradición aristotélica y declara posible la existencia de un universo y mundos
infinitos. Bruno era combativo y altanero, naturalmente se inclinaba a rebatir argumentos
y a discutir todo lo discutible. No aceptaba ninguna explicación sin fundamento racional;
su afán por el saber le causó problemas; su sentido de la vida, su concepción de Dios, lo
alejaban del dogma y esta posición bastó para etiquetarlo como hereje y ser juzgado por el
tribunal de la Inquisición. El resultado fue la condena por su búsqueda de un conocimiento
científico no ligado a lo religioso: el teocentrismo y el dominio espiritual y terrenal de la
Iglesia eran aún muy fuertes. La intolerancia y el fuego hablaron finalmente. Fue quemado
vivo en la hoguera ante la presencia de una multitud que horrorizada observaba el poder
“aleccionador y moralizador” de una Iglesia no dispuesta a resignar el monopolio del cono-
cimiento. Al cumplirse 400 años de esta muerte, la Iglesia pidió perdón por quemar vivo a
uno de los más brillantes filósofos y teólogos del siglo XVI, Giordano Bruno².

Notas:
1. José Emilio Burucúa, Gerardo Martín Glatsman "+0*&"+1,&"+1ģƜ ,ǽ &01,/&!")&!"!")-/,$/"0,. Pro-ciencia Conicet,
Ministerio de Cultura y Educación de la Nación, pág. 27.
2. Si bien pidió perdón, la Iglesia aclaró que no lo “rehabilita”. Al respecto remitirse a un artículo publicado en el diario
Clarín el 16 de febrero de 2000.

11
1 El conocimiento

Por Caloi

Ciencia y paradigmas
La epistemología es la ciencia que se ocupa de la producción, estructura y validación del conoci-
miento cientíƜco. Los epistemólogos analizan distintas problemáticas que hacen referencia al origen
del saber y su producción; la veracidad de una teoría, su estructura, el fundamento y Ɯnalmente a
su aplicación. A cada una de estas problemáticas se las denomina contexto. Hay relaciones entre
los contextos, y la epistemología debe descubrirlas.
Para epistemólogos como Thomas Kuhn (1922-1996), es fundamental la conducta de la comunidad
científica, ya que considera que la ciencia es un hecho social. La concepción que une a la comuni-
dad es una combinación de teoría, modos de valorar, concepciones metafísicas, maneras de ver la
experiencia. Este conjunto de prácticas característico de los cientíƜcos de una época determinada,
es conocido como paradigma: se trata del modelo que toda esa comunidad adopta para investigar.
Cuando ese paradigma presenta anomalías y se resiente, es reemplazado por otro .Este paso se
llama “revolución cientíƜca”. La historia de una disciplina es una sucesión de períodos de “ciencia
normal” y “revoluciones cientíƜcas”.³

Nota:
3. Di Tella, Torcuato y otros: & &,+/&,!"&"+ &0, &)"06,)ģ1& 0. Buenos Aires, Emece, 2008, pág. 225

12

También podría gustarte