La Conquista de Nicaragua. Documento para Busqueda

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La C,ong_uista

lc Nicara ua
¡or Francisco hcrnánlc¿ác C,órloba
C<ll\'QUl.'ffA UK NlCARI\GUA • COMENTARIO

LA CARTA DE PEDRARIAS DÁVILA, gobernador de Castilla


del Oro al emperador Carlos V, refiriéndole ciertos pormenores de
la conquista de Nicaragua por parte de su lugarteniente Francisco
Hemández de Córdoba, es ciertamente el único documento testi­
fical que se ha descubierto sobre ese interesante proceso de la his­
toria de Nicaragua y parece una transcripción de la información
original que este conquistador enviara al gobernador por manos
de Sebastián Benalcázar.
En la carta Pedrarias informa al soberano español sobre la fun­
dación de los tres primeros poblados españoles, León, Granada
y Bruselas y se menciona la presencia de los volcanes Masaya
y Momotombo, cuyas actividades sorprendentes en el año mismo
de la conquista-1524-parecen ser las primeras en su género
reportadas desde el Nuevo Mundo.
La información se refiere además a los destacamentos que
Córdoba envió a Honduras y El Salvador, posiblemente en busca
de minas de oro, y la escaramuza que tuvo que librar el capitán
Hemando de Soto contra Gil Gonzarez Dávila. Este último había
desembarcado en la costa norte de Honduras y venta en busca del

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m'.SCURIUMffiNTO� CONQUIS1A Y f::'.XPJ.OK,\('.fÚN' m; Nl<:AKAGUA

lago de Nicaragua, sin sospechar que Pedrarias !e estaba usurpan­


do fa conquista que había emprendido entre 1522 y 1523.
El gobernador despotrica contra Gil Gon2:ále2 y Fernández
de Oviedo, quienes se quejaron ante la Corte de los caprichos
y abusos de Pedrarias en Castilla del Oro. Para desgracia de los indí­
genas sometidos por Córdoba el déspota fue removido de Pana­
má y confirmado corno gobernador de la nueva provincia de Nica­
ragua El propio conquistador y lugarteniente sufrió de la venganza
de Pedrarias, quien le mandó a degollar por haber tratado de 'alzarse
con la tierra', como se llamaba entonces a todo intento de recla­
mar pata sí Jas tierras conquistadas.
La muerte inesperada del conquistador de Nicaragua también
borró tras eUa las hazañas de su conquista, quedándonos única­
mente el juicio que de él hiciera el cronista Oviedo: 'El capitán
Francisco Hemández, teniente general del gobernador Pedtatias
Dávila, y muy su acepto y querido, fue por su mandado a Nicaragua,
donde se dló muy buena maña, y era gentil y hábil poblador. Este
fund6 las ciudades de León y Granada, con sendas fortalezas en la
costa de la gran laguna, y reparti6 y encomendé los indios a los
pobladores cristianos; y estaba muy bien quisto comunmente de
todos los españoles, excepto de algunos capitanes particulares,
que le enemistaron de tal manera con el gobernador Pedratias, que
fue desde Panamá a buscarle, y le hizo un proceso a la soldadesca,
y le hizo cortar la cabeza, y no sin pesar a los más de su muerte
y con placer de tos particulares sus enemigos. Pero la verdad es que
él estaba tenido por crudo y de poca conciencia; y así me parece
que se hubieron con él crudamente, puesto que los méritos que ante
Dios tenía para merecer tal fin, no somos jueces de ello. Mas en
aquellas poblaciones, que he dicho, yo vi después que muchos
le suspiraban y loaban de buen poblador, y culpaban a sus émulos
de maliciosos y envidiosos y a Pedrarias de inconstante y acelerado
y mal juez. Perdone Dios a todos.'

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CONQUJSTA DI:: NICARA<ilu\ • COMENTARIO

EL ADELANTADO PASCUAL DE ANDAGOYA vino con Pedrarias al


oarién en 1514 y fue uno de sus más fieles seguidores, llegando
después a ser regidor de la ciudad de Panamá en 1521. También
fue explorador de la costa de Suramérica, el primero en traer nue­
vas de la existencia del Perú. Su Relación muestra aj respecto
la gran fidelidad por la causa de Pedradas, al cual parece justificar
por la muerte de Córdoba. Andagoya ofrece algunos pormenores
sobre la rebelión de este capitán, una vez conquistada Nicaragua,
contra el poder del gobernador de Castilla del Oro. El relato presen­
ta la cruda disputa y a veces la lucha entre los misrnos conquista­
dores por asegurar las nuevas tierras conquistadas. Andagoya
es e[ primero en emplear el término Nicarao, aunque refiriéndose
a la tierra visitada por Gil González. Fue también gran observador
de las costumbres indígenas, como veremos en otra parte, no obs­
tante el mordaz comentario que de él hiciera el cronista Fernán­
dez de Oviedo: 'Era Pascual de Andagoya hombre de noble conver­
sación y virtuosa persona pero falto de venturo o lato de conoci­
miento.'
, ,, ,
111.'i
ANTONIO DE HERRERA se refiere a las circunstancias de la con­
quista de Nicaragua copiando información de la carta de Pedradas,
la Relación de Andagoya y de otros cronistas; no obstante detalla lo
relativo a la confrontación entre las varias facciones españolas que
en ese tiempo hicieron avanzadas por la posesión de los territorios
de Honduras y Nicaragua, incluyendo la fallida intentona del con­
quistador de México por asegurar a su jurisdicción estas apartadas
provindas, en contra de las pretensiones de( gobernador de Casti­
/la del Oro. Resulta interesante considerar al respecto que los conquis­
tadores de ambas provincias: Gil González Dávíla, Francisco Hernán­
dez de Córdoba y Cristóbal de Olid, no vivieron 1o suficiente para
gozar de sus respectivas conquistas.

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Carta de l2edrarias Dávtla al Eímrerador
refiriendo el descubrimlento de Nícaragua
por lugarteniente Francisco T lernández Je Córdoba.
su

s.CC­A diez de este mes de abril de 25 [1525] Hegó aquí


a esta Ciudad de Panamá un mensajero de poniente que mi
Tenjente Francisco Pernández me envió. que se dice Sebastián
de Benalcazar, que se ha hallado en todo lo que se ha
hecho al poniente, con el cual me escribió e hizo saber las
cosas sígulcntes,
En el estrecho dudoso se pobló una villa que se dice Bruse­
las. en e] asiento de Brutina [Orotina], la cual tiene los llanos
por una parle y por la otra ]a mar, y por la otra la sierra donde
están las minas que serán a tres leguas; están los Indios pacífi-
cos, y este pueblo está en medio de toda la gente de aquellas
provincias; es muy buena comarca, tiene buenas agu� y aires
y montería y pesquería en cantidad; es la tierra fructífera, y de
buenas huertas y a propósito de pan de la tierra [maíz] que
lleva en abundancia.
De es Le pueblo a la provincia de Nequecheri hay 35 leguas, es
la tierra hasta aquí muy poblada y abundosa; en esta provincia
hay más término de tres legua.'i de poblado. en medio de ella se
fundó y pobló la nueva Ciudad de Granada; tiene en su comarca
hasta ocho mil vecinos naturales de la tierra. y tiene muy bue-
nos ríos y huertos y pesquerías y materiales; está [en la]
ribera de la mar dulce: hízose en esta Ciudad un muy suntuoso
templo. el cual está bien servido y adornado.
En la Provincia de Nicaragua [Rivas] no se hizo pueblo
porque ella es en sí grande. y está en el principio de la tierra,
y no hubo necesidad <le poblar allí.
De la dicha nueva Granada bajamos a la provincia de Ima­
bite: queda en medio la provincia de Masaya. que es grande

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Of.SCUflRIMIF.N'TO, CONQUISTA Y f.XPI.ORAC1Ü;"lf DR NIC:ARA(HJA

provincia y muy poblada, y la provincia de Enderi fTenderi


o Níndírí], y Managua: cabe esta provincia de Masaya sale una
boca de fuego muy grande, [el volcán] que jamás cesa de arder,
y de noche parece que toca en el cielo del gran fuego que es, y se
ve .15 leguas como de día. En esta provincia de ImahiLc y en medio
de ella se pobló la nueva ciudad de León. tiene en sus arrabales
15,000 vecinos de los naturales de la tierra, casados; hízose el
mejor templo en ella que en estas partes se ha hecho; cabe esta
ciudad de León está otro cerro muy alto [Momotombo],
y por encima de la corona sale el fuego, que se ve a la clara de día
y de noche por cinco bocas; a la redonda de este cerro hay muy
grande cantidad de azufre. Toda esta tierra es muy nana y hay
en ella muy grandes dos; en aJgunas partes hay falta de agua, algu-
nos de estos ríos están muy calientes, que apenas los pueden
pasar por el calor del agua, y hay una fuente que a la continua
hierve, tanto que metiendo un ave u otra cosa cruda sale cocida
incontinenti, y si Ja quieren asar.. a la calor del agua se asa pres�
Lamente. Está esta Ciudad (en la] ribera de la mar dulce, tiene
muchas y muy grandes huertas y árboles.
La mar dulce son dos bocas, y la una tiene treinta leguas de
ancho, y de la una a. la otra hay un estrecho [Tipitapa], por don-
de se sangra, y en medio de estas dos bocas está una laguna pcqulh,
ña [Tisma]: hay en ella muchas islas pobladas. Por esta mar dulce
echó al agua un bergantín. que es para nevar en piezas, el dicho
mi Teniente, para descubrir la mar dulce, con que se hoj(1 roda,
halllóse una salida de un río { San Juan] por donde sangra, por el
cual no pudo ir el. bergantín porque es de muchas piedras y va
muy recio y tiene dos grandes saltaderos [raudales], y fueron por
él en una canoa y no se pudo saber a donde va a pamr. créese que
sale a la Mar del. Norte.
Por medio de esta tierra fue otro Capitán [Gabriel Rojas]
con gente 80 leguas y halló la tierra [OJancho] muy poblada,
y hay muy grandes árboles de sándalo, cetrino, y do cedros
y pinos y de robles y quejigos y alcornoques en gran cantidad
y de los pinos se ha hecho y hace mucha pez.

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<.:ONQUISTA Dt NIC.\RA(,UA • CAK'fA J>I:: PJIDKARL'\S AL P.MPl::'.MOOlt

De esta Ciudad de Leán se fue [Hcmando de Soto] descu-


hriendo y pacificando hasta la gran Ciudad de Nequepio [El SaJ-
vador], que decían que era Melaca, adonde había llegado [Pedro
de] Aivarado con su gente de Cortés, y allí se vil> donde tuvo el
real [campamentoJ que tuvo y se vieron algunas cosas de las que
allí dejó, en especial una lombarda y ttlgijn calzado. De allí
se volvió la gente, y estando aposentados en una Ciudad que
se dice 'Ioreba) llegó Gil González con cierta gente de caballo
y escopeteros y ballesteros de pie, al cuarto tercio de la noche,
diciendo: 'San Gil, mueran, mueran los traidores'; y al ruido salió
el dicho Capitán [Soto] con la gente que tenía, y pelearon sin
saber quien eran y murieron algunos caballos y caballeros, y en
esto Gil González después de la gente y caballos muertos dio
grandes voces diciendo: .íth señor Capitán paz, paz por el Rey',
y el dicho Capitán Soto respondió, 'paz por el Emperador', y creyen-
do el dicho Capitán Soto que la dicha paz era verdadera y no fin1=>ri.-
da, retrajo a los suyos, aunque le fue dicho por sus compañeros
que lo hacía Gil González con maña, porque esperaba más gente;
todavía se desvió con su gente más que le vino, y como los lomó
sobre paz, viendo la ventaja de la gente que tenía, tornó a pelear,
y tomólc ciento treinta mil pesos de oro de la tierra bajo y cier-
tos despojos como si fueran sus enemigos; y visto Gíl GonzáJez
e) yerro que había hecho, y que 110 se podía sostener,
desamparó a su gente y dej6 la bandera y algunas alabardas
y una sma de caderas y otro repuesto y se fue con diez de caba-
llo y con veinte peones. Sobre lo cual me envió el dicho mi
teniente una probanza cerrada y sellada, e] traslado [copia} de la
que él envió a V.M., signado y me queda el original por la mala
tinta de que vino escrita, porque podría ser que yendo tanto
camino cuando allá fuera no se pudiera leer,
También dice que se ha convertido a Nuestra Santa Fe Cató-
lica, de su propia voluntad, más de cuatrocíentas mil ánimas
y continuamente vienen a demandar bautismo, porque quisie-
ron una Cruz de madera en un pueblo que se les había puesto

t Torda, actual frontera entre Hondura!. y El Sarvador.

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01:SCUBKIMll:'.Nt'O. CONQUISTA Y t;XPLORACIÓN lfü NICARAGUA.

y nunca la pudieron quemar, así moría toda la gente del pueblo


de pestilencia que no quedó ningún Indío: y visto este milagro
los Indios comarcanos y con otros milagros que han acaecido,
Juego vinieron a bautizar y pedir cruces. las cuales se las dan
con la mayor solemnidad que se puede. Así mismo en ciertas
Mezquitas donde aún no les habían dado imágenes de Nuestra
Señora .. cayeron rayos y se quemaron, y viendo esto los de aque-
llos pueblos vienen a pedir imágenes de Nuestra Señora y Cruz
y bautismo, y como hay pocos clérigos los mismos Indios vien-
do el auto que hacen los Clérigos se santiguan y se echan el agua
unos a otros.
Dice también que ha enviado a buscar minas de oro a la mar
del Norte.. y tíénese por cierto que las hay; y para el oro que tienen
habido y para lo demás que adelante hubieren y sacaren de las
minas, me envían a pedir fundición, la cual enviaré Jo más presto
que ser pueda.
F.J Tesorero Alonso de la Puente partirá con Ia ayuda de Dios
en fin de Mayo a más tardar o en fin de Junio con todo el oro que
tiene y lo que más viniere y se pudiere haber; y 110 v.a ahora ningu­
no porque este navío va solo y el dicho Tesorero llevará todo Jo
que acá hubiere para entonces, con la cual cuenta y razón de la
hacienda real que es y ha sido su cargo.
Esto es lo que ha hecho hacía el poniente por Jamar del Sur
con la armada que envié con e{ dicho Teniente Francisco Femán-
dez y gente. lo cual se hizo sin locar en la hacienda real de V.M.,
para ello me ayudaron algunas personas de estos de V.M.. _porque
mí hacienda no basta para tan grandes gastos como cada hora
se ofrecen.
Al levante por la mar del Sur tengo enviada otra armada
como le he escrito a V.M., a descubrir con el Capitán Pizarro mi
1bniente de Levante, con muy buena gente y buen aderezo donde
espero muy buenas nuevas cada hora de que Dios y V.M.
serán servidos y estos reinos ennoblecidos porque hay nuevas
de mucha riqueza. Plega a nuestro Señor guiarlo todo de mane-
ra que en algo pueda servir a V.M. Para esta armada de] levante

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UN DA
BOLAÑOS
CIÓ N
....... .¡
CONQUISTAD� NICAUAHUA. CARTA nu Pfü)RAHIAS AL EMPfiRADOfl.

me han ayudado con sus haciendas el reverendo Padre Dn. Fernan-


do de Luque, Maestre Escuela, y el dicho Capitán Pizarra
y Diego de Almagro. con aquella voluntad que verdaderos vasa-
llos de V.M debía hacer.
Entendiendo estoy en hacer navíos, y lo que es necesario para
traer aquí a esta Ciudad de Panamá la experiencia, donde más
certifican Pilotos que la traerán. Suplico a V.M. porque los gas-
tos de acá son muy grandes y para esto de experiencia es menes-
ter ayuda de V.M. me mande a favorecer y ayudar para ello
y así mismo mande proveer de religiosos y personas doctas que
doctrinen a los indios en las cosas de Nuestra Santa Fé Cat6H-
ca, porque hay acá mucha necesidad de ellos, sobre Jo cual va el
reverendo P. Fr. Francisco de Bovadilla, nuestro Procurador
y Provincial de la Orden de Santa María de la Merced de estos
Reinos, a hacer relación a V.Mala cual humildemente suplico
mande dar Audiencia porque es persona que da ejemplo y doctri-
na. ha fructificado mucho en la conversión de los Indios
y dado mucha consolación a los cristianos con sus predicacio-
nes y es persona que sabe las cosas de acá como testigo de vista,
el cual tiene fundadas ciertas casas de su santa religión y le
mande volver luego porque de su doctrina, así pam los ln<lios
como para los Cristianos, hay acá mucha necesidad, y le made
dar favor, para que traiga religiosos con que se aumente la Santa
Fé de Jesucristo, pues la principal cosa que V.M. me tiene manda-
do en que lo sirva es esto.
Aci he sabido que el Capitán Gil Gnnzález, olvidando los
beneficios que de mí recibió en estos reinos, y lo mucho que le
ayudé por servir a V.M. en la armada que trajo a su cargo. apar-
tándose de la verdad, ha informado a V.M. y a los de su muy alto
Consejo de cosas no ciertas, y así mismo un Oviedo (Gonzalo
Fernández] que ha estado acá sirviendo unos Oficios del secre-
tario López Cochíllos, y se fue huyendo secretamente por temor
a la pena que sus crímenes merecían, dicen que ha dado cierlos
capítulos contra mí, y porque en mí se ha de ejecutar más gra-
vemente que en otro la pena por cualquier culpa que haya come-

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Ut:SC.:UBRIMl�XTU, C.:ON(1(JIS1'/\ Y ll.XPLOKAC:IÓN rm NlCARAGUA

tído, muy humildemente suplico a V.M .. en remuneración de los


servicios que desde mi niñez he hecho o fue a los bienaventura-
dos católicos reyes de gloriosa memoria, vuestro abuelo y padre
y a V.M .• mande proveer de un juez sin sospecha que me venga
a tomar residencia. porque yo tengo por cierto que V.M. sería infor-
mado de mis servicios y yo quedaré libre de las inícuas informa-
ciones que los susodichos han hecho y dado contra mí. y tam-
bién suplico a V.M. me mande dar licencia para que vaya a besar
sus reales manos y pies. porque en el acatamiento de V.M. nin-
guno ose decir susodicho y si no lo cierto, porque quien con su
honra no cumple, no cumplirá con el servido de Dios ni de
Vuestra Majestad.

Tomado de
Colecc:ión Muñoz, Reai Academia de Historia de España
Tomo LXXVII, folios 140­149

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c;rónica de la �onquista según el
Adelantado !?ascua! de Andagoya

Hn el año 17 vino GH González de Avila con cierta capitulación de


S.M. al Darién. con gente y carpinteros de hacer navíos y toda la
munición para ello, para hacerlos en el río de la Balsa, y la hga-
zón de ellos llevó de España hecha: lo cual todo fue a desembar-
car aAcla, y el Gil Gonzdlez fue al Darién a que el Gobernador le
favoreciese para ello, y los navíos hizo en el río de la Balsa, y bajó
a ]a mar y pasó a la isla de las Perlas, y de allí el año del 19,
poblada Pananuí, vino allí con su armada. Este había de descu-
brir cierta cantidad de legua al poniente, por lo que capituló,
y así corrió Ja costa y lleg6 al golfo de Sanlúcar, que ya estaba
descubierto por Pedrarias,' que es el principio de la tierra de
Nicamo. y pasados al paraje donde ahora es Leán y Granada,
desembarcó y dié en un pueblo donde hallé en una mezquita
100.000 pesos de oro bajo.
Y como en la tierra se supo esto. vino sobre él mucha gente
de guerra, y se hubo de tornar a embarcar; no siendo parte para
poder resistirlos, y se volvió a Panamá, donde fundió el oro,
y desde allí se vino a España, y volvió a Santo Domingo e hizo
armada para ir por l londuras a poblar en Nicarao. En este tiem-
po, Pedrarias envió a un Francisco Hcrnandcz de Córdoba por
capitán y con gente bastante para ganar y poblar aquella tierra,
y éste entró ganando y conquistando aquella tierra, donde hubo
muchas escaramuzas y guerra, y pobló lo ciudad de León y Gra­
nada, y en ellas hizo fortalezas para defenderse.
Este Francísco Hemándcz que pobló aquella tierra, viéndo-
se poderoso de gente y tan vicioso de todo los demás, trató
de alzarse y no obedecer a Pedrarias, ni a ninguno que enviase;

1 E1 golfo de N',coya fue descubterto en octLJbre de 1519 por los pilotos Juan de caslañúda
Y Hemán Ponoo de León, enviados por d Alcalde de Panamc1, Gaspar de Espmosa, por ór­
denes de Pedrarias

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IJ�BRIMIJ::N'l'O. COSQUIS'fA Y F.XPU.lRJ\CIÚN UE NICAflA.GUA

y para esto hizo juntar los principales de estos dos pueblos para
que escribiesen a S.M. que se lo diese por gobernador, y los
capitanes Francisco Campañ6n y [Hernando del Soto no sola-
mente no vinieron en ello, mas antes le reprendieron In que hacía;
y temiéndose de ellos +que eran diez o doce que hacían conci-
lio por si para resistirle lo que quería hacer-prendió a! Soto y le
puso en la fortaleza de Granada, y el Francisco Campañón, con
los nueve que tenía de su parte, se fue a Granada y sacó de la
cárcel al Soto, y salieron todos diez al campo bien armados y sus
caballos. Y el Francisco Hernándcz, corno lo supo,
vino a Granada con hasta 60 hombres y hallóJos en eJ campo
que le estaban aguardando, y no los osó acometer porque tenía
por cierto que habían de matar a él antes que a nadie; y éstos
tomaron la vía de Panamá, y con mucho peligro y trabajo, de-
jando los caballos en el camino por no poderlos pasar. llegaron
ya descalzos, pasando de noche por los pueblos de indios
y tomando comidas se salían de ellos, y llegaron a la provincia
de Cheriqui, que es entre Burica y Nisca, que arriba decimos,
donde estaba un pueblo que un capitán Benito Hurtado había
poblado por mandato de Pedrarias, que se decía la ciudad de
Fonseca; y aquí se refrescaron. y este capitán les dié una canoa
en que vinieron hasta Nata. Y dando nueva y razón de lo que allá
pasaba a Pedrarias, aderezó navíos y gente para ir allá, y prendió
al Francisco Hernándcz y Je cortó la cabeza.
Esta dudad de Fonseca, después que pasaron por allí los
diez españoles, salió el capitán con cierta gente la vuelta de
Nicaragua, donde éstos vinieron, y metióse tanto en la tierra de
Nicaragua que el Francisco Hernández Je prendió y Je tomó la
gente; y así se despobló aquel pueblo, porque los que quedaban
en él visto que el capitán y la gente que con él íba no volvía.
se fueron tras ellos en €1 goljb de Sanlúcar, que era frontera de
los que iban de Panamá. Bl Francisco Hernández pobló una villa-
­Bruselas­y ésta, entendido que éi se quería alzar, se alzó de él.
y envió sobre ella y la despobló.
En este tiempo pasó el marqués del Valle (Hernán Cortés)

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f..'ONQlJJSfl\ DF. NICARAGUA• CHÓNICA DE ANUt\GOYA

cuando vino a Honduras por cerca de Nicaragua. Y el Francisco


Hemández. queriendo desasir de Pedrarlas, Je envió a decir que
viniese allí, y que Je daría la tierra. El Gil González, que salió de
santo Domingo en demanda de Nicaragua por la vía de Honduras,
encontró en una provincia que se dice Manalaca con el capitán
Soto que el Francisco Hernández había enviado u aquella parte;
y resistiéndole que no pasase adelante, el Gil González se detuvo,
y usando de maña con el trato de paz� él de gente, no Ie temió,
antes por estar muy cerca unos de otros no puso guarda en su
Rea], y una noche dio el Gi1 González en él y tomándolos descui-
dados los prendió y tomó las armas, y de la gent.e que salió a resis-
tírlc murieron dos hombres con dos arcabuces. Y no estando el
Gil Oonzález de tener en su compañía tal gente lo soltó y visto
que a Nicaragua no era parte para entrar, se volvió de allí a Puer-
to de Caballos. donde estaba Cristóbal de Olíd, capitán de Cortés,
y [Francisco de las] Casas, que era un capitán que había enviado
Cortés sobre él. Y el Gil González, estando Lodos en poder de
Cristóbal de Olid, un <lía estando comiendo le dieron de puña-
ladas y murió.
Estando ya Pedrarias en Nicaragua, envié> a un Martín Este-
te con cierta gente a pobJar en una provincia de Manalaca; y ha-
biendo poblado una Villa, envió don Pedro de Alvarado de Gua­
tlmala otro capitán diciendo que entraban en su gobernaci<'>n.
y ésto tornó el pueblo aJ Martín Estete, y él se vino huyendo
a Nicaragua solo, y pobló aquel capitán la villa de San Miguel,
que ahora es de la gobernación de Gua.tima.la.
Arriba decimos cómo Lope de Sosa ven fa por gobernador de
Tierra firme, el cual, en llegando al puerto del Darién, sin desem-
barcar murió. Después vino por gobernador de aquella tierra
Pedro de los Ríos, y estando Pedrarias en Nicaragua vino a Pana­
má a hacer residencia, y el Pedro de los Ríos fue a Nicaragua,
y al tiempo que llegaba vino por 1a provincia de Honduras un
Diego López de Salcedo, proveído de la audiencia de Santo
Domúzgo por gobernador de Honduras, y vínose a meter en
Nicaragua, y llegando entre ambos casi en un día a León, se díó

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DESCUBRJMJliNT01 t:ONQUJSTA Y tiXJ>.LOJIACIÓN DH NJCA.MGUA

tan buena maña con el asistente que quedaba allí por teniente
de Pedrarias, que sin traer provisiones para ello le recibieron
y echaron a] Pedro de los Ríos de la tierra, y se voJvió a Panamá.
En ese tiempo vinieron provisiones a Pedrarlas de la gober-
nación de aquella tierra, y fué allá. donde murió. Después de él
quedó el obispo Diego Alvarez Osorio por gobernador, el cual
murió dende a poco tiempo que gobernaba. Y quedó el 1icencia ..
do Castañeda. que era alcalde mayor en la gobernación: éste
hizo tales cosas, que sabido que venía por gobernador Rodrigo
de Contrcras, yerno de Pcdrarias. que no osándole a aguardar
se fue al Perú con toda su casa; y sabido que era pasado por
Panamá, se vino el licenciado a Santo Domingo. y de allí a esta
corte, donde murió. El Rodrigo de Contreras ha gobernado hasta
ahora que vino a esta corte preso, y le mandaron volver a hacer
residencia. No hizo en aqueJla tierra cosa buena que sea de contar,
antes persiguió a lo vecinos casados y honrados.
Tomado de
Reladón de los Sucesos de Pedrarias Oá"ila en las Provincias de fa Tierra Firme
Colección de los Viajes y Descubrimientos que hicieron por mar
los Españoles desde fines dei siglo xv
Martín Femández de Na.va"ete
e----�·,

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�onquista de J�icaragua
referida por R.ntonio de herrera

Mbro Quinto, Cap. XII


Que Francisco Hernández de Córdnva pobló a Granada,
en Nicaragua, lo que pasó entre su gen� y Gil Gonzálcz Oávila.

Francisco Hemández de Córdoba salió de Panamá con la arma-


da. que le díó Pedrarias, con voz de poblar en Nicaragua, dicien-
do que le pertenecía; porque primero que Gil González había
descubierto aquella tierra: y así era verdad, que hasta el golfo de
San Lúcar tenía descubierto. Pobló un villa en el Estrecho Dudo­
so, que llamó Bruselas, en el asiento de Urutina; que por una
parte tenía los llanos. y por la otra la mar, y la otra la sierra de
las minas. Pa.C16 treinta leguas adelante, a la provincia de Neque­
cheri; adonde fundó la nueva ciudad de Granada, en la orilla de
la laguna: y fabricó un templo muy suntuoso y una fortaleza,
porque aunque hasta entonces había tenido victoria, en muchos
reencuentros con los indios. por ser la tierra muy poblada. con-
venía asegurarse de ellos. y por entonces no hubo necesidad de
poblar en la provincia de Nicaragua [Rivas]: pasó de Granada
a la provincia de Ymahite, dejando en medio la de Masaia. gran-
de y bien poblada. Ll .evé un bergantín en piezas, con el cual hizo
descubrir y bojar toda la laguna, y hallósc salida a un río por
donde sangra. y no pudo navegar adelante el bergantín por haber
muchas piedras y dos raudales o saltos muy grandcsi
pero conñrrnáronse en que salía a la Mar del Norte. Envió a un
Capitán [Hojas] con alguna gente [que] anduvo ochenta leguas
por la tierra y hallóla muy poblada y con grandes arboledas,
de diversas suertes.
Llevó Francisco Hernández algunos religiosos, los cuales,
con mucho fervor [se] entendieron, por medio de los intérprc-
tes, en la predicación y en hacer los ejercicios católicos que eran

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NKARAGUA,C.A
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OliSCUBRlMJENTO, CONQtnSTA. Y RXPI.ORACJÓN DE NICARAGUA

necesarios, plantando cruces en las partes que les parecían más


convenientes. Y lo que más movió a los indios fue. que habien-
do hecho gran fuerzas en derribar una cruz de un lugar, nunca
la pudieron quitar ni quemar. y se morfa toda la gente de pesti-
lencia. Este mHagro con otros. que cada día se veían, admiró de
tal manera a los indios comarcanos, que infinito número de
ellos acudió a pedir cruces y bautizarse; y en ciertos templos.
donde no había entrado la señal de la Cruz. ni se habían puesto
imágenes. cayeron rayos y se quemaron. por lo cual todos los
pueblos pedían bautismo y las imágenes de Nuestra Señora;
y como había pocos clérigos, los mismos indios, a imitación de
los sacerdotes católicos, Re echaban agua unos a otros. De todo
esto di6 cuenta Francisco Hernández a Pedrarias, con Sebastián
Benalcázar, y le avisó que había descubierto que gente castella-
na andaba por cerca de aquella tierra. y que hasta entonces no
sabía de quien era, pero que con cuidado lo procuraba saber.
La gente de esta tierra decía que había descendido de la me-
xicana: su traje, lengua era casi como el de Méxicu y las mujeres
vestían muy bien. Tenían sus mercados en las plazas. adonde
contrataban con cacao por moneda Había muchas mujeres
hermosas; tenían por costumbre los padres, cuando eran
ya doncellas para casar, de enviadas a ganar para su casarnien-
to, y así andaban públicamente por toda la tierra, y en teniendo
lo que habían menester, las casaban, y los maridos estaban tan
sujetos a ellas, que �i se enojaban los echaban de casa, y aún ponían
las manos en eJlos y los hacían servir; y ellos iban a rogar a los
vecinos para que aplacasen a la mujer. También usaban que en
la noche del casamiento dormía el mayor sacerdote, que en su
lengua decían P11pa. con la novia. Tenían el sacríficio de hombres
y mujeres, y Ia disciplina, sacándose sangre de las lenguas con
que untaban a los f dolos. ofreciéndosela. Confesaban al Papa Ias
cosas que tenían por pecados. con que les parecía. que quedaban
libres.
Hay en estas provincias volcanes y es el principal el de
Masaia; de que se ha hablado. adonde los indios llevaban a o

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frccer doncellas, en ciertos tiempos, y las echaban dentro, pare-


dendo que con sus vidas aplacaban aquel fuego, que no abrasa-
se la tierra, y ellas iban muy alegres.
Habiéndose apercibido Gil González Dávila de la gente y vítua-
Jla que hubo menester en lu isla de Santo Domingo, se encaminó
a Honduras. para sin impedimento de Pedrarias, atravesar Nica­
ragua. L1eg6 a Guaimura, que así se llamaba primero la
Provincia de las Ybucras, y no pudiendo tomar a Puerto de
Caballos. excelente estancia para mucho número de navíos. y el
mejor puerto que ni en lo descubierto [había], con el mal tiem-
po echó a la mar algunos de los caballos que llevaba, de donde
Je quedó el nombre, y el tiempo le hizo decaer. hasta el Golfo
Dulce. Y por no tener reconocida la Tierra Firme. que le parecía
áspera y montuosa, acordó poblar un lugar que llamó San Gil de
Buena Vista, y los indios, deseosos de verle fuera de allí, Je mos-
traban la tierra de Honduras, rica y espaciosa; acordó meterse
en ella, pues era aquel su intento, por entre el cabo de Camarón
y Trujillo, dejando alguna gente en San Gil a cargo de Francisco
Riquelmc. Fue por la tierra adentro, pensando de hallar el Mar
del Sur y en el valle de U/ancho tuvo nueva de Francisco Hetnán-
dez de Córdoba y que su gente andaba cerca.
Ya Francisco Hemández, como tuvo noticia de la gente cas-
tellana que andaba a la parte del Norte. envió al capitán Soto,
con algunos soldados, para que tomasen lengua. Y estando
aposentado en Toreba, dió Gil González sobre él al cuarto tercio
de la noche. diciendo: 'San Gil, mueran los traidores.' Salió el
capitán Soto con su gente y pelearon y murieron algunos.
F.stando peleando, Gil González, a grandes voces, dijo: L1 Señor
Capitán. paz. paz por el Emperador' y creyendo Soto que esto se
hacía sin malicia, retiró a los suyos, aunque le dijeron que GH
Gon7.,ález era astuto, y que lo hacia por aguardar más gente. No
los creyó y así estuvieron los unos y los otros algunos días, en los
cuales Soto dió aviso a Francisco Hernández de Córdoba como
era Gil González el capitán que andaba en aquella tierra y los
pensamientos que Uevaha. Llegó más gente a Gil González, con

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Jo cual, sin respeto de la paz. díó sobre los soldados de Soto y los
dcsvelijó: y entre otras cosas les tomó ciento treinta mil pesos
de oro bajo que tenían.
Francisco Hemández, sabido que Gil González andaba en la
tierra, por no darle lugar a entrar en ella, se acercó más a él, y pobló
en medio de la provincia de Ymabue la ciudad de [.eón, con tem-
plo y fortaleza, así para la resistencia de Gil Gonzálcz, como
para la defensa de los indios, porque en sus arrabales había
quince mil vecinos.
No pareciendo a Gil González que estaba seguro, aunque
había desarmado a la gente de Soto, temiendo de francisco Her-
nándcz, soltó los presos y dejó la gente. y con el oro tomado
volvió a Puerto de Caballos, porque tuvo noticia que otra arma-
da había llegado a aquella parte, que era de Cdstc'>bal de Olid, e]
cuaJ poblé> luego, catorce leguas más abajo del Puerto de Caba­
llos, la villa. del Triunfa de la Cruz, habiendo tomado primero la
posesión por e] Rey, porque en tal día Lomó tierra, y nombró por
alcaldes y regidores y oficiales del Consejo a los que Cortés le había
señalado, aunque los bandos se echaban en nombre de] reyyde
Cristóbal de Olid, que se comenzó a entender que se Iba apar-
tando de la obediencia de Cortés, y corno atentamente miraba
como lo tomaba la gente. a unos con el temor atraía así y a otros
con premios, con que los sosegó y tuvo su voluntad. Envi6 diver-
sas tropas a reconocer la tierra, y él mismo fue algunas
veces. con tan ta templanza que nunca dió ocasión para que los
indios se quejasen. Halló el valle de Naco, [San Pedro Su.la] la
mejor tierra de aquella provincia, llano fértil, espacioso, cercado
de sierras, con anchos caminos. con muchas flores. frutas y ver-
duras muy deleitosas. casi semejante a Valencia. Supo también
que Gil Gcnzález andaba por allí, trato confederación con él
para contra Francisco l Iernández, con el cual tuvo algunos
reencuentros, pero sin mucho daño de Jos unos y de Ios otros;
y entretanto ya tenía Cristóbal de Olid descubiertas treinta
.
leguas de tierra, sin alteración de los naturales,
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Lü,ra No,10, (',ap. I


Que Pedrarias fac a Nicaragua. l�a i1utrur.ció11 que llevó
Pr,drn de lru Bio« para gobernar en Castilla del Oro.

Parti6 en el principio de) año Lle mil quinientos veinte y seis d


gobernador Pedrarias Dávíla, de Panan,á para Nicaragua, con
motívo de que. con deseo de servir al Rey, había enviado aforan-
dsco Hernández de Córdoba. con poder suyo y en nombre ele su
majestad. a pacificar las provincias de Nicaragua y poblarlas,
y que para abastecer la armada que le tlit', gasté cuanto tenía
y bu..l\CÓ mucho dinero prestado de sus amigos, con que quedó
muy adeudado; y que habiendo llevado orden paru que ele lo que
se gana.i.;e se pagase Jo que pertenecía al rey y a particulares Jo
que ge había gastado. y que lo demás se repartiese entre todos,
conforme a las ordenanzas y uso y costumbre de lu tierra.
HaJlá.ndn�e el dicho Francisco Hernández apoderado de las pro-
víncias y con mucha riqueza trató de alzarse, mmquc tuvo mu-
chos que dijeron que Pedrarias Uávila nu se movió sino por la no-
ticia que tnvo que Don Heruando Cortés quería pasar a Nicara­
glla, para defender de que no entrase en aquella tierra, que pre-
tendía que era de ID. gobernación de Castílla del Oro. y que ha­
biendo sabido que iba Pedro de los Bfos por sucesor, no quiso
aguardar la resldencía, En llegando a lH ciudad de León, prendió
a Prancisco Hemández y le cortó la cabeza, cosa que ruó mucho
sentimiento a los amigos de Francísco I Iernández, que negaban
estar alzados y afirmaban que cuando lo estuviera se defendiera
de Pedrarias, de manera que no le hubiera fácilmente a sus ma-
nos.
Tomado de
Historia General de los Hechos de Los CasteNanos
Libros Quinto y Nono

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