Complicaciones Puerperales
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Complicaciones Puerperales
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CAPÍTULO 37
Complicaciones puerperales
INFECCIÓN PÉLVICA PUERPERAL . . . . . . . . . . . . . . . . 666 fecciones, así como la preeclampsia y la hemorragia obstétrica,
constituyeron la tríada letal de las causas de muerte materna antes
INFECCIONES DE LAS MAMAS . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 675 y durante el siglo XX. Por fortuna, debido a los antimicrobianos
efectivos, la mortalidad materna por infección se ha vuelto poco
común. Creanga y asociados (2017) informaron los resultados del
Sistema de Vigilancia de la Mortalidad por Embarazo que contenía
las muertes maternas relacionadas con el embarazo en Estados
Unidos desde 2011 hasta 2013. La infección causó 12.7% de las
Uno no puede dejar de impresionarse con la gran proporción de muertes relacionadas con el embarazo y fue la segunda causa prin-
pacientes cuyos problemas se han originado por afecciones febri- cipal. En un análisis similar de la población de Carolina del Norte
les durante el puerperio, que en muchos casos se debieron clara- desde 1991 hasta 1999, Berg y sus colaboradores (2005) informa-
mente a la negligencia de las precauciones asépticas por parte del ron que 40% de las muertes maternas relacionadas con la infección
obstetra o partera. se podían prevenir.
—J. Whitridge Williams (1903)
⬛ Fiebre puerperal
Aunque la mujer que recientemente dio a luz es susceptible de
varias complicaciones en potencia graves, la infección de los órga- Varios factores infecciosos y no infecciosos pueden causar fiebre
nos pélvicos sigue siendo la fuente más importante de morbilidad puerperal, una temperatura de 38.0 °C (100.4 °F) o superior. La
y mortalidad maternas. Otras infecciones incluyen mastitis y absce- mayoría de las fiebres persistentes después del parto son causadas por
sos mamarios. Dicho esto, las complicaciones puerperales incluyen una infección del tracto genital. Utilizando esta definición conserva-
muchas de éstas encontradas durante el embarazo. Por ejemplo, dora de fiebre, Filker y Monif (1979) informaron que sólo alrede-
como se discutirá en el capítulo 52 (p. 1004), el tromboembolismo dor de 20% de las pacientes febriles dentro de las primeras 24
venoso durante el puerperio corto de 6 semanas es tan frecuente horas después del parto vaginal fueron con posterioridad diagnos-
como durante las 40 semanas previas al parto. Otros temas y cui- ticadas con una infección pélvica. Esto fue en contraste con 70%
dados puerperales se discuten en el capítulo 36. de aquellas después del parto por cesárea. Se debe enfatizar que
las fiebres por picos de 39 °C o más desarrollados dentro de las
primeras 24 horas después del parto pueden estar asociadas con
INFECCIÓN PÉLVICA PUERPERAL una infección pélvica virulenta causada por el estreptococo del
grupo A, que se analiza en la página 667.
Tradicionalmente, el término infección puerperal describe cualquier Otras causas de la fiebre puerperal incluyen la congestión
infección bacteriana del tracto genital después del parto. Estas in- mamaria; infecciones del tracto urinario, de laceraciones perinea-
les y de episiotomía o incisiones abdominales, y complicaciones reo fetal interno. Las mujeres con todos estos factores a quienes
respiratorias después del parto por cesárea (Maharaj, 2007). no se les administró profilaxis perioperatoria tuvieron una tasa de
Aproximadamente 15% de las pacientes que no amamantan desa- infección pélvica grave poscesárea de 90% (DePalma, 1982).
rrolla fiebre posparto por la congestión mamaria. Como se explicó En general, se acepta que la infección pélvica es más frecuente
CAPÍTULO 37
en el capítulo 36 (p. 659), la incidencia de fiebre es menor en las en mujeres con un estatus socioeconómico más bajo (Maharaj,
mujeres que amamantan. La “fiebre de los senos” rara vez supera 2007). Excepto en casos extremos que por lo regular no se ven en
los 39 °C en los primeros días posteriores al parto y generalmente este país, es probable que la anemia o la mala nutrición predispon-
dura más de 24 horas. Las infecciones urinarias son poco frecuen- gan a la infección. La colonización bacteriana del tracto genital infe-
tes después del parto debido a la diuresis normal encontrada en rior con ciertos microorganismos, por ejemplo, estreptococos del
ese momento. La pielonefritis aguda tiene un cuadro clínico varia- grupo B, Chlamydia trachomatis, Mycoplasma hominis, Ureaplasma
ble. El primer signo de infección renal puede ser fiebre, seguido urealyticum y Gardnerella vaginalis se ha asociado con un aumento
más tarde por sensibilidad en el ángulo costovertebral, náuseas y del riesgo de infección posparto (Andrews, 1995; Jacobson, 2002;
vómitos. La atelectasia después del parto abdominal es causada Watts, 1990). Otros factores asociados con un mayor riesgo de
por la hipoventilación y se previene mejor mediante la tos y la infección incluyen la anestesia general, el parto por cesárea para
respiración profunda en un horario fijo después de la cirugía. Se gestación múltiple, la edad materna joven y nuliparidad, induc-
cree que la fiebre asociada con la atelectasia proviene de la flora ción del parto prolongada, obesidad y líquido amniótico teñido de
normal que prolifera en forma distal obstruyendo los tapones meconio (Acosta, 2012; Leth, 2011; Siriwachirachai, 2014; Tsai,
mucosos. 2011).
nas, lo que aumenta la sinergia bacteriana. Otros factores que llo uterino y la vagina obtienen acceso al líquido amniótico duran-
promueven la virulencia son los hematomas y el tejido desvitaliza- te el parto. Después del parto, invaden el tejido uterino desvitali-
do. Aunque el cuello uterino y la vagina albergan de manera ruti- zado. La celulitis parametrial sigue con la infección del tejido
naria este tipo de bacterias, la cavidad uterina suele ser estéril conjuntivo fibroareolar retroperitoneal pélvico. Con el tratamien-
SECCIÓN 10
antes de la rotura del saco amniótico. Como consecuencia del tra- to temprano, la infección es contenida dentro de los tejidos para-
bajo de parto, el parto y las manipulaciones asociadas, el líquido metrial y paravaginal, pero puede extenderse profundamente ha-
amniótico y el útero se contaminan con bacterias anaeróbicas y cia la pelvis.
aeróbicas. Las citocinas intraamnióticas y la proteína C reactiva La fiebre es el criterio más importante para el diagnóstico de metritis
también son marcadores de infección (Combs, 2013; Marchocki, posparto. Intuitivamente, se cree que el grado de fiebre es propor-
2013). En estudios realizados antes del empleo de la profilaxis cional al grado de infección y al síndrome de sepsis. Las tempera-
antimicrobiana, Gilstrap y Cunningham (1979) cultivaron líquido turas suelen ser de 38 a 39 °C. Los escalofríos que acompañan a la
amniótico obtenido en el parto por cesárea en pacientes en traba- fiebre sugieren bacteriemia o endotoxemia. Las mujeres por lo
jo de parto con membranas rotas por más de 6 horas. Todos tenían general se quejan de dolor abdominal, y la sensibilidad parame-
crecimiento bacteriano, y en promedio, cada espécimen contenía trial se obtiene en el examen abdominal y el examen vaginal bima-
2.5 organismos. Los organismos anaeróbicos y los aeróbicos se nual. La leucocitosis puede variar de 15 000 a 30 000 células/µL,
identificaron en 63%, los anaerobios solos en 30% y los aerobios pero recuerde que el suministro en sí aumenta el recuento de leu-
solos en 7%. Los anaerobios incluyeron especies de Peptostrepto- cocitos (Hartmann, 2000). Aunque se puede desarrollar un olor
coccus y Peptococcus en un 45%, especies de bacteroides en un 9% desagradable, muchas mujeres tienen loquios de olor desagrada-
y especies de Clostridium en un 3%. Los aerobios incluyeron Ente- ble sin evidencia de infección, y viceversa. Algunas otras infeccio-
rococos en un 14%, estreptococos del grupo B en 8% y Escherichia nes, en particular las causadas por los estreptococos hemolíticos β
coli en 9% de los aislados. Sherman y colaboradores (1999) demos- del grupo A, pueden estar asociadas con loquios escasos e inodo-
traron posteriormente que los aislamientos bacterianos en el parto ros (Anderson, 2014).
por cesárea se correlacionaban con los que se tomaron de pacien-
tes con metritis a los 3 días después del parto. Los estreptococos Tratamiento
del grupo B, E. coli y enterococos son algunos de los aislados de
hemocultivos más comunes con metritis (Cape, 2013; O’Higgins, Si se desarrolla metritis no extensa después del parto vaginal,
2014). Aunque importante debido a la gravedad de las infecciones entonces el tratamiento con un agente antimicrobiano oral o in-
que causan, los clostridiales rara vez causan infecciones puerpera- tramuscular puede ser suficiente (Meaney-Delman, 2015). Sin
les (Chong, 2016). embargo, para infecciones moderadas a intensas, está indicada la
El papel de otros organismos en la etiología de estas infecciones terapia intravenosa con un régimen antimicrobiano de amplio
no está claro. Las observaciones de Chaim y colaboradores (2003) espectro. La mejora sigue de 48 a 72 horas en casi 90% de las
sugieren que cuando la colonización cervical de U. urealyticum es pacientes tratadas con uno de los diversos regímenes que se ana-
intensa puede contribuir al desarrollo de metritis. Para agregar evi- lizan a continuación. La fiebre persistente después de este inter-
dencia a estas observaciones, Tita y colaboradores (2016) informa- valo exige una búsqueda cuidadosa de las causas de la infección
ron recientemente que la profilaxis antimicrobiana de espectro pélvica refractaria. Éstas incluyen un flemón parametrial, un área
extendido basada en la azitromicina redujo las infecciones posope- de celulitis intensa; una incisión abdominal o absceso pélvico o
ratorias de parto por cesárea de 12 a 6% en comparación con los hematoma infectado, y tromboflebitis pélvica séptica. Según la ex-
agentes de betalactámicos administrados solos. Las infecciones por periencia de los autores, la fiebre persistente rara vez se debe a
clamidia se han relacionado con metritis indolente de inicio tardío bacterias resistentes a los antimicrobianos o debido a los efectos
(Ismail, 1985). Finalmente, Jacobsson y colaboradores (2002) infor- secundarios de los medicamentos. La paciente puede ser dada de
maron un riesgo triple de infección puerperal en un grupo de mu- alta después de haber estado afebril durante al menos 24 horas, y
jeres suecas en las que se identificó vaginosis bacteriana en el em- no se necesita más terapia antimicrobiana oral (French, 2004; Mac-
barazo temprano (capítulo 65, p. 1245). keen, 2015).
Cultivos bacterianos. Los cultivos de rutina del tracto genital obte- Elección de antimicrobianos. Aunque la terapia es empírica, el
nidos antes del tratamiento tienen poco uso clínico y agregan cos- tratamiento inicial después del parto por cesárea se dirige contra
tos significativos. Del mismo modo, los hemocultivos de rutina rara los elementos de la flora mixta que se muestran en el cuadro 37-1.
vez modifican el cuidado. En dos estudios anteriores realizados Para las infecciones posteriores al parto vaginal, hasta 90% de las
antes de la profilaxis perioperatoria, los hemocultivos fueron posi- pacientes responde a regímenes como la ampicilina más la genta-
tivos en 13% de las pacientes con metritis poscesárea en el Parkland micina. Por el contrario, la cobertura anaeróbica se incluye para
Hospital y en 24% en las del hospital del condado de Los Ángeles las infecciones después del parto por cesárea (cuadro 37-2).
(Cunningham, 1978; DiZerega, 1979). En un estudio finlandés pos- En 1979, DiZerega y sus colaboradores compararon la efectivi-
terior, Kankuri y colaboradores (2003) identificaron bacteriemia en dad de la clindamicina más la gentamicina con la de la penicilina
sólo 5% de casi 800 pacientes con sepsis puerperal. Los hemoculti- G más la gentamicina para el tratamiento de infecciones pélvicas
vos pueden ser razonables en aquellas con picos de temperatura después del parto por cesárea. Las pacientes a las cuales se les
extremadamente altos que pueden significar una infección virulen- administró el régimen de clindamicina-gentamicina tuvieron una
ta con estreptococos del grupo A. tasa de respuesta de 95%, y la mayoría todavía considera que este
es el estándar por el cual se miden otras (French, 2004; Mackeen,
2015). Porque los cultivos enterocócicos pueden ser persistente-
Patogenia y curso clínico
mente positivos a pesar de esta terapia estándar, algunos agregan
La infección puerperal después del parto vaginal involucra princi- la ampicilina al régimen de clindamicina-gentamicina, ya sea en
palmente el sitio de implantación placentaria, la decidua y el mio- un inicio o si no hay respuesta entre 48 y 72 horas (Brumfield,
metrio adyacente, o laceraciones cervicovaginales. La patogenia 2000).
de la infección uterina después del parto por cesárea es la de una Muchas autoridades recomiendan que los niveles de la gentami-
incisión quirúrgica infectada. Las bacterias que colonizan el cue- cina en suero sean monitoreados periódicamente. En el Parkland
CUADRO 37-2 Regímenes antimicrobianos para infecciones pélvicas después del parto por cesárea
Régimen Comentarios
Clindamicina + gentamicina
CAPÍTULO 37
“Estándar de oro”, 90-97% de eficacia, con monodosis de gentamicina una vez al día
MÁS
Ampicilina agregada al régimen con síndrome de sepsis o sospecha de infección
enterocócica
Clindamicina + aztreonam Gentamicina sustituida por insuficiencia renal
Penicilinas de amplio espectro Piperacilina, piperacilina tazobactam, ampicilina/sulbactam, ticarcilina, clavulánico
Cefalosporina Cefotetán cefoxitina, cefotaxima
Vancomicina Adicionado a otros regímenes por sospecha de infección por Staphylococcus aureus
Metronidazol + ampicilina + El metronidazol tiene una excelente cobertura anaeróbica
gentamicina
Carbapenem Imipenem/cilastatina, meropenem, ertapenem reservado para indicaciones especiales
Hospital, no se hace de modo rutinario si la paciente tiene una fun- cionar profilaxis después del parto vaginal quirúrgico o la extrac-
ción renal normal. La dosificación diaria y la dosificación múltiple ción manual de la placenta (Chongsomchai, 2014; Liabsuetrakul,
con la gentamicina proporcionan niveles séricos adecuados, y am- 2017). Pero, como se discutió, la profilaxis antimicrobiana en el
bos métodos tienen tasas de curación similares (Livingston, 2003). momento del parto por cesárea ha reducido de manera notable las
Debido a la potencial nefrotoxicidad y ototoxicidad con la gentami- tasas posoperatorias de infección pélvica y de herida. Numerosos
cina en el caso de una filtración glomerular disminuida, algunos han estudios han demostrado que los antimicrobianos profilácticos re-
recomendado una combinación de la clindamicina y una cefalospo- ducen la tasa de infección pélvica en un 70 a 80% (Chelmow, 2001;
rina de segunda generación para tratar a estas pacientes. Otros re- Dinsmoor, 2009; Smaill, 2014). El beneficio observado se aplica
comiendan una combinación de la clindamicina y el aztreonam, que tanto a la cesárea electiva como a la no electiva y también incluye
es un compuesto del monobactam con actividad similar a los amino- una reducción en las tasas de infección de incisión abdominal.
glucósidos. La profilaxis de dosis única con una dosis de 2 g de ampicilina
Los espectros de los antimicrobianos betalactámicos incluyen ac- o una cefalosporina de primera generación es ideal. Ambos igua-
tividad contra muchos patógenos anaeróbicos. Algunos ejemplos lan la eficacia de los agentes de amplio espectro o los regímenes
incluyen las cefalosporinas como la cefoxitina, el cefotetán, la ce- de dosis múltiples (American College of Obstetricians and Gyne-
fotaxima y la ceftriaxona, así como penicilinas de espectro exten- cologists, 2016b). Para las mujeres obesas, la evidencia apoya una
dido como la piperacilina, la ticarcilina y la mezlocilina. Los anti- dosis de 3 g de cefazolina para alcanzar concentraciones tisulares
microbianos betalactámicos son intrínsecamente seguros y, a óptimas (Swank, 2015). La profilaxis de espectro extendido con la
excepción de las reacciones alérgicas, están libres de toxicidad azitromicina agregada a la profilaxis de dosis única estándar redu-
importante. Los inhibidores de la betalactamasa, el ácido clavulánico, jo aún más las tasas de metritis poscesárea (Sutton, 2015; Ward,
el sulbactam y el tazobactam se han combinado con la ampicilina, 2016). Como se señaló con anterioridad, Tita y sus colaboradores
la amoxicilina, la ticarcilina y la piperacilina para extender su es- (2016) informaron que la infección uterina posoperatoria se redu-
pectro. El metronidazol tiene una actividad in vitro superior contra jo de 12 a 6% con la adición de la azitromicina a la cefazolina. A
la mayoría de los anaerobios. Este agente administrado con la am- las pacientes que se conoce están colonizadas con MRSA se les
picilina y un aminoglucósido brinda cobertura contra la mayoría administra la vancomicina además de una cefalosporina (capítulo
de los organismos encontrados en infecciones pélvicas graves. El 64, p. 1223).
metronidazol también se usa para tratar la colitis por clostridium Es controvertido si la tasa de infección se reduce aún más si el
difficile. antimicrobiano se administra antes de la incisión en la piel compa-
El imipenem y otros antimicrobianos similares están en la fami- rado con la administración posterior al pinzamiento del cordón
lia del carbapenem. Estos ofrecen una cobertura de amplio espec- umbilical (Baaqeel, 2013; Macones, 2012; Sun, 2013). El Colegio
tro contra la mayoría de los organismos asociados con metritis. El Americano de Obstetras y Ginecólogos (2016b) concluyó que la
imipenem se usa en combinación con la cilastatina, que inhibe su evidencia favorece la administración previa al parto. La antisepsia
metabolismo renal. Los hallazgos preliminares con el ertapenem de la piel abdominal perioperatoria previa a la cirugía con la clor-
indicaron resultados subóptimos (Brown, 2012). Parece razonable, hexidina-alcohol es superior al yodo-alcohol para prevenir infeccio-
tanto desde el punto de vista médico como económico, reservar nes en el sitio quirúrgico (Tuuli, 2016). Se pueden obtener efectos
estos medicamentos para infecciones no obstétricas graves. beneficiosos aditivos mediante la limpieza vaginal preoperatoria
La vancomicina es un glucopéptido antimicrobiano activo con- con enjuague con povidona y yodo o la aplicación de gel de metro-
tra las bacterias grampositivas. Ésta se usa en lugar de la terapia nidazol (Haas, 2014; Reid, 2011; Yildirim, 2012).
con betalactámicos para un paciente con una reacción alérgica de
tipo 1 y se administra para las presuntas infecciones debidas a
Otros métodos de profilaxis. Varios estudios han abordado el va-
Staphylococcus aureus y para tratar la colitis por C. difficile (capítulo
lor de los cultivos cervicovaginales prenatales. Estos se obtienen
54, p. 1048).
con la esperanza de identificar patógenos que podrían ser erradica-
dos para disminuir la incidencia de trabajo de parto prematuro,
Profilaxis perioperatoria corioamnionitis e infecciones puerperales. Desafortunadamente, el
El uso de profilaxis antimicrobiana perioperatoria es frecuente en tratamiento de infecciones vaginales asintomáticas no ha demos-
obstetricia. Aun así, ningún estudio riguroso ha evaluado propor- trado prevenir estas complicaciones. Carey y colaboradores (2000)
CAPÍTULO 37
la herida con presión negativa también se ha utilizado para preve-
nir infecciones de la herida en aquellas cerradas para cicatrizar
por intención primaria.
Muy pocos ensayos aleatorios han comparado el cierre de la
herida por vacío asistida con el cuidado convencional de la herida
(Semsarzadeh, 2015). Del mismo modo, su rentabilidad no se ha
estudiado a fondo, aunque el tiempo del proveedor se redujo sus-
tancialmente (Lewis, 2014). Desde su revisión, Mouës y sus cola-
boradores (2011) son más circunspectos sobre su uso para las he-
ridas abdominales interrumpidas debido a la escasez de datos.
Otras revisiones concluyen que la terapia de vacío es el método
más eficaz de cierre abdominal temporal para pacientes con heri-
das abdominales abiertas (Bruhin, 2014; Quyn, 2012).
Dehiscencia de la herida
FIGURA 37-2 Fascitis necrosante que afecta la pared abdomi-
La interrupción o dehiscencia de la herida se refiere a la separa-
nal y la incisión de Pfannenstiel. La piel se volvió rápidamente
ción de la capa fascial. Ésta es una complicación grave y requiere
oscura y gangrenosa, y se ve pus saliendo del ángulo izquier-
un cierre secundario de la incisión en la sala de operaciones. Mc-
do de la incisión. El extenso desbridamiento y la terapia de
Neeley y asociados (1998) informaron una tasa de dehiscencia
apoyo salvaron la vida.
fascial de aproximadamente 1 por cada 300 operaciones en casi
9 000 pacientes que se sometieron a cesárea. Aparte de la infec-
ción de la herida, la obesidad puede ser un factor de riesgo (Subra-
maniam, 2014). La mayoría de las dehiscencias se manifestaron
alrededor del quinto día posoperatorio y se acompañaron por una cuas de una infección fascial profunda. Un alto índice de sospe-
descarga serosanguínea. Dos tercios de las 27 dehiscencias fascia- cha, con exploración quirúrgica si el diagnóstico es incierto, puede
les identificadas en este estudio se asociaron con infección fascial salvar vidas (Goh, 2014). Perseguimos agresivamente la explora-
concurrente y necrosis tisular. ción temprana. Lo cierto es que, si la miofascitis progresa, la mujer
puede enfermarse de septicemia (capítulo 47, p. 921).
⬛ Fascitis necrotizante El diagnóstico precoz, el desbridamiento quirúrgico, los antimi-
crobianos y los cuidados intensivos son fundamentales para tratar
Esta infección infrecuente y grave de la herida se asocia con altas con éxito las infecciones necrotizantes de tejidos blandos (Gallup,
tasas de mortalidad. En obstetricia, la fascitis necrotizante puede 2002; Goh, 2014). La cirugía incluye un extenso desbridamiento de
involucrar incisiones abdominales, o puede complicar la episioto- todo el tejido infectado, dejando amplios márgenes de tejido san-
mía u otras laceraciones perineales. Como su nombre lo indica, la grante sano. Esto puede incluir un extenso descombrado abdomi-
necrosis tisular es significativa. De los factores de riesgo para la fas- nal o vulvar con desprendimiento y extirpación de la fascia abdo-
citis resumidos por Owen y Andrews (1994), tres de estos —la dia- minal, del muslo o de la nalga. La muerte es virtualmente universal
betes, la obesidad y la hipertensión— son relativamente comunes en sin tratamiento quirúrgico, y las tasas se acercan a 25%, incluso si
las personas grávidas. Al igual que las infecciones pélvicas, estas se realiza un desbridamiento extenso. Con una resección extensa,
complicaciones de la herida suelen ser polimicrobianas y son causa- se puede requerir más tarde una malla sintética para cerrar la inci-
das por organismos que forman la flora vaginal normal. Sin embar- sión fascial (Gallup, 2002; McNeeley, 1998).
go, en algunos casos, la infección es causada por una sola especie
bacteriana virulenta, como el estreptococo hemolítico β del grupo A
(Anderson, 2014; Rimawi, 2012). En ocasiones, las infecciones ne- ⬛ Abscesos anexiales y peritonitis
crotizantes son causadas por patógenos raramente encontrados Un absceso ovárico rara vez se desarrolla en el puerperio. Presumi-
(Chong, 2016; Swartz, 2004). blemente, estos son causados por invasión bacteriana a través de
Goepfert y colaboradores (1997) revisaron sus experiencias con una hendidura en la cápsula ovárica (Wechter, 1985). El absceso
la fascitis necrotizante. Nueve casos complicaron más de 5 000 par- suele ser unilateral y las pacientes típicamente lo presentan de 1 a
tos por cesárea, una frecuencia de 1.8 por 1 000. En dos mujeres, 2 semanas después del parto. La rotura es común y la peritonitis
la infección fue fatal. En otro informe, Schorge y sus colaboradores puede ser grave.
(1998) describieron a cinco pacientes con fascitis después del parto La peritonitis es poco frecuente después del parto por cesárea.
por cesárea. Ninguna de éstas tenía factores de riesgo predispo- Casi siempre está precedida por metritis, especialmente en casos
nentes, y nadie murió. de necrosis incisional uterina y dehiscencia. Sin embargo, puede
La infección puede afectar la piel, los tejidos subcutáneos su- provenir de una rotura de un absceso anexial o una lesión intesti-
perficiales y profundos y cualquiera de las capas fasciales abdomi- nal intraoperatoria inadvertida.
nopélvicas (figura 37-2). En algunos casos, el músculo también La peritonitis rara vez se encuentra después del parto vaginal,
está involucrado, miofascitis. Aunque algunas infecciones virulen- y muchos de estos casos se deben a cepas virulentas de estrepto-
tas, por ejemplo, las causadas por estreptococos hemolíticos β del cocos β-hemolíticos del grupo A u organismos similares. Es impor-
grupo A, se desarrollan en el posparto temprano, la mayoría de tante destacar que en las pacientes después del parto, la rigidez
estas infecciones necrotizantes no causa síntomas hasta 3 a 5 días abdominal puede no ser prominente con la peritonitis puerperal
después del parto. Los hallazgos clínicos varían, y con frecuencia debido a la laxitud fisiológica de la pared abdominal a causa del
es difícil diferenciar infecciones de heridas superficiales más ino- embarazo. El dolor puede ser intenso, pero con frecuencia, los
⬛ Flemón parametrial
Para algunas pacientes en las que se desarrolla metritis después de
un parto por cesárea, la celulitis parametrial es intensiva y forma
un área de induración -un flemón- dentro de las hojas del ligamen-
to ancho (figura 37-3). Estas infecciones se consideran cuando la
fiebre persiste por más de 72 horas a pesar de la terapia antimicro-
biana intravenosa (Brown, 1999; DePalma, 1982).
Los flemones suelen ser unilaterales y, con frecuencia, se limi-
tan al parametrio en la base del ligamento ancho. Si la reacción
inflamatoria es más intensa, la celulitis se extiende a lo largo de FIGURA 37-4 Tomografía computarizada pélvica que muestra
líneas naturales de escisión. La forma más común de extensión es necrosis de la incisión uterina con gas en el miometrio
lateralmente a lo largo del ligamento ancho, con una tendencia a (flechas). También se muestra un gran absceso parametrial
extenderse a la pared lateral pélvica. En ocasiones, la extensión derecho (a).
Estudios de imagen
Las infecciones puerperales persistentes se pueden evaluar me-
diante tomografía computarizada (CT, computed tomography) o re-
sonancia magnética (MR, magnetic resonance). Brown y sus colabo-
radores (1991) utilizaron imágenes por CT en 74 mujeres en las
que la infección pélvica era resistente al tratamiento antimicrobia-
no administrado durante 5 días. Encontraron al menos un hallazgo
radiológico anormal en 75% de estas pacientes, y en la mayoría, se
trataba de lesiones no quirúrgicas. En la mayoría de los casos, las
imágenes pueden usarse para disuadir la exploración quirúrgica.
FIGURA 37-3 Flemón parametrial izquierdo: la celulitis causa La dehiscencia incisional uterina, como la que se muestra en la fi-
induración en el parametrio adyacente a la incisión de histero- gura 37-4, a veces se puede confirmar sobre la base de las imágenes
tomía. (Reproducido con permiso de Worley KC. Postoperative de exploración por CT. Estos hallazgos deben interpretarse dentro
complications. In Yeomans ER, Hoffman BL, Gilstrap LC III, et al. del contexto clínico porque se pueden observar defectos aparentes
(eds.). Cunningham and Gilstrap’s Operative Obstetrics. 3a. ed. de la incisión uterina que se cree representan un edema incluso
New York: McGraw Hill Education; 2017.) después de un parto por cesárea sin complicaciones (Twickler,
CAPÍTULO 37
requerirse drenaje percutáneo para tratarlo de manera efectiva
(Shahabi, 2002; Swanson, 2008).
CAPÍTULO 37
antimicrobianos intravenosos desarrolle en mujeres después del parto cuando el crecimiento de
bacterias vaginales es exuberante (Chen, 2006; Guerinot, 1982).
Cuidados de la herida
El diagnóstico tardío y el tratamiento pueden estar asociados
Baño de asiento varias veces al día o hidroterapia con la mortalidad materna (Schummer, 2002). Crum y colabora-
Analgesia o anestesia adecuadas, puede ser necesaria dores (2002) describieron una muerte neonatal después del sín-
una analgesia regional o general para los primeros drome del choque séptico prenatal. La terapia principal es de apo-
desbridamientos yo, mientras que permite la reversión de la lesión endotelial
Lavado de la herida dos veces al día con solución de capilar. La terapia antimicrobiana que incluye estafilococo y co-
yodopovidona bertura estreptocócica se administra. Con evidencia de infección
Desbridar el tejido necrótico pélvica, la terapia antimicrobiana también debe incluir agentes
utilizados para infecciones polimicrobianas. Las pacientes con es-
Cierre cuando esté afebril y aparezca tejido color rosa,
tas infecciones pueden requerir un desbridamiento extenso de la
predomina el tejido de granulación saludable
herida y posiblemente una histerectomía. Debido a que la toxina
Preparación intestinal para la reparación de cuarto grado es tan potente, la tasa de mortalidad es correspondientemente alta
(Hotchkiss, 2003).
⬛ Absceso de seno
En un estudio poblacional de casi 1.5 millones de mujeres suecas,
la incidencia de absceso de seno fue de 0.1% (Kvist, 2005). Se debe
B sospechar un absceso cuando la defervescencia no se produce den-
tro de las 48 a 72 horas posteriores al tratamiento de la mastitis o
FIGURA 37-8 Mastitis puerperal con absceso mamario. A. La cuando una masa es palpable. Una vez más, la imagen ecográfica
fotografía muestra una superficie erizada, eritematosa y super- es valiosa. Los abscesos mamarios pueden ser grandes, y en un
puesta en el área de la infección del seno derecho. B. Imagen informe de caso, se liberaron 2 litros de pus (Martic, 2012). La te-
ecográfica de este absceso de 5 cm. (Usado con permiso de la rapia tradicional es el drenaje quirúrgico, que por lo regular requie-
Dra. Emily Adhikari.) re anestesia general. Lo ideal es colocar la incisión a lo largo de las
líneas de la piel de Langer para obtener un resultado cosmético
(Stehman, 1990). En los primeros casos, una sola incisión sobre la
porción más dependiente de la fluctuación suele ser suficiente. Los
abscesos múltiples, sin embargo, requieren varias fisuras y altera-
lamientos de CA-MRSA eran de embarazadas o mujeres en el pos-
ción de las lobulaciones. La cavidad resultante está empacada con
parto con mastitis puerperal. El MRSA adquirido en el hospital
una gasa, que debe ser reemplazada al final de las 24 horas por un
puede causar mastitis cuando el recién nacido se coloniza después
paquete más pequeño.
del contacto con el personal de enfermería que está colonizado
Una técnica utilizada más recientemente, menos invasiva, es
(Centers for Disease Control and Prevention, 2006). Stafford y co-
la aspiración con aguja guiada por ecografía con analgesia local.
laboradores (2008) encontraron una mayor incidencia de abscesos
Esto tiene una tasa de éxito de 80 a 90% (Geiss, 2014; Schwarz,
recurrentes en las personas con mastitis asociada a CA-MRSA.
2001). En un ensayo aleatorizado, Naeem y sus colaboradores
(2012) compararon el drenaje quirúrgico y la aspiración. Encontra-
⬛ Manejo ron que la aspiración resultó una curación más rápida a las 8 se-
Siempre que se inicie la terapia adecuada para la mastitis antes de manas, 77 versus 93%, respectivamente.
que comience la supuración, la infección por lo general se resuelve
dentro de las 48 horas. Como se comentó, la formación de absce-
sos es más común con la infección por S. aureus (Matheson, 1988). REFERENCIAS
La mayoría recomienda que la leche se extraiga del seno afectado
Acosta CD, Bhattacharya S, Tuffnell D, et al. Maternal sepsis: a Scottish
en un algodón y se cultive antes de comenzar la terapia. La iden- population-based case-control study. BJOG 2012;119(4):474.
tificación bacteriana y las sensibilidades antimicrobianas propor- American College of Obstetricians and Gynecologists. Prevention and
cionan información obligatoria para un programa exitoso de vigi- management of obstetric lacerations at vaginal delivery. Practice Bul-
lancia de infecciones nosocomiales (Lee, 2010). letin núm. 165, July 2016a.