11.P. Ceruti 2010 Evaluación de Procesos

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Evaluación de procesos

Paola Ceruti, 2010

La evaluació n de proceso sirve para medir cambio con el cliente, para saber la
evolució n respecto de los objetivos de la terapia. Ademá s, cuando hay cambios,
poder mirarlos con detenció n empodera al paciente y cuando no los hay, permite
tomar las decisiones terapéuticas correspondientes.

Se recomienda hacer evaluació n de proceso cada 4 sesiones aproximadamente y


puede tomar el tiempo de una o incluso dos sesiones.

A continuació n se explicar có mo hacer este tipo de evaluaciones de proceso,


alternando con ejemplos esta explicació n.

Primero se le explica al cliente qué es la evaluació n de proceso y se le dice que para


eso lo vamos a hacer poniendo nú meros, entonces, que elija una escala del 1 al 7, o
del 1 al 10, o del 1 al 100, la que le sea má s có moda o familiar.

Si elije por ejemplo del 1 al 7, se le explica que el 1 va a representar el peor estado


que ha vivenciado respecto de lo que lo llevó a consultar, y que el 7 representa el
estado en que el problema ya no está , con una mirada realista, dentro de lo posible,
o bien, que el problema ya está en un estado leve, es decir, que hay un cambio, lo
suficientemente significativo para ese problema.

Es bueno que no sea el terapeuta quien pone el título al aspecto que se está
evaluando, sino que sea el cliente quien define a qué se refieren con el motivo o los
motivos, por el/los cuales consultó .

Si hay má s de un problema o aspecto a evaluar se miden con escalas


independientes para cada motivo o á rea. Por ejemplo, se puede hacer una escala
para medir como se encuentra respecto de la sintomatología que presentaba en un
comienzo y otra para evaluar la relació n con su hijo. Si el cliente no considera
algú n aspecto importante a evaluar, el terapeuta lo puede agregar al final.

Luego de definida la escala y el aspecto a evaluar se le pregunta:

T: Cuá ndo llegaste a la primera sesió n en qué nú mero estaba esa dificultad y en
qué nú mero está hoy?

Ejemplo:

Título puesto por el cliente: la depresió n


T: Cuá ndo llegaste a la primera sesió n en qué nú mero estabas respeto de tu
depresió n y en qué nú mero está s hoy?
P: Llegué en un 3 y hoy estoy en un 4,5.

Luego el terapeuta comienza a preguntar respecto de esa puntuació n en 4


dimensiones: acció n, emoció n, pensamiento y cuerpo. Se comienza con una
pregunta general y a partir de esa respuesta se va indagando en las demá s á reas.

T: có mo era estar en 3?
P: estaba negativo, creía que no había salida, mis pensamientos eran negativos
frente a todas las situaciones.
T: Entonces pensabas que no había salida y tus pensamientos eran negativos y
respecto de lo que sentías có mo estabas?
P: Triste, no podía disfrutar de nada
T: y qué estabas haciendo o habías dejado de hacer?
P: No salía, me quedaba acostado hasta muy tarde, no llamaba a nadie, estaba muy
solo.
T: y como estaba tu cuerpo cuando estusabas en 3?
P: No tenía energía, me sentía cansado y con sueñ o todo el día

Luego el terapeuta comienza a evaluar el estado actual:

T: Y ahora que está s en 4,5 có mo está n esas cuatro dimensiones: tus pensamientos,
sentimientos, acciones y cuerpo?

Y se le va guiando para que pueda ver como está ahora a nivel cognitivo: qué
piensa distinto, a nivel de acciones, que hace distinto, a nivel emocional, qué siente
distinto y a nivel del cuerpo, como está su cuerpo ahora. Para que el paciente vaya
observando la diferencia.

Luego de ver las diferencias se hace atribució n interna de logro preguntando có mo


lo logró , có mo logró avanzar de un 3 a un 4,5. Esto refuerza y empodera al
paciente, le muestra sus recursos.

T: có mo lo lograste? qué aprendes de ti mismo? qué sientes respecto de esto que


lograste? qué posibilidades te abre a futuro?

Luego se lleva al paciente a mirar cambios futuros a través de preguntas como por
ejemplo: có mo va a ser cuando estés en 5, qué vas a pensar, qué vas a sentir, qué
vas a hacer, có mo va a estar tu cuerpo?
Si dice por ejemplo, no sé, el terapeuta tiene que retroceder, puede haber ocurrido
que el salto de un numero a otro haya sido muy grande para el paciente y no logra
visualizar ese futuro, entonces se le dice por ejemplo, como va a ser en un 4,6,
como va a ser un poquito má s que ahora en las pró ximas semanas.

Es muy importante acompañ ar cada pregunta que alude a las 4 dimensiones con
un lenguaje no verbal del terapeuta. Por ejemplo, cuando se pregunta por
pensamientos el terapeuta puede inclinar la cara un poco hacia arriba, y dirigir la
mirada un poco hacia el mismo lugar, aludiendo al mundo de las cogniciones, o
cuando pregunta por las acciones hacer algú n movimiento corporal hacia delante.

Luego de haber hecho esta medició n en un á rea o motivo que lo llevó a consultar, si
hay má s aspectos a evaluar se hace lo mismo con como los otros Ítems.

Lo explicado anteriormente se ve cuando hay cambios y el paciente los ve. Sin


embargo hay situaciones en que nos podemos encontrar con respuestas que
requieren de un manejo distinto.

Una de ellas podría ser que el cliente atribuya la responsabilidad de los cambios
solo al medicamento en el caso de que los estuviera tomando.

Ahí se recomienda tomar la postura del paciente y decir por ejemplo: obviamente
la pastilla tiene mucho que ver, tienes razó n en eso, pero quiero decirte que la
pastilla no hace efecto en la repisa de la farmacia, hace efecto cuando las vas a
comprar a la farmacia y te la tomas cuando tienes que hacerlo. Ademá s la pastilla
no tiene parlantes, es decir, no te dice al oído: levá ntate, sale a caminar, llama a tu
hija, eso no lo hace la pastilla. La pastilla sin duda te ayuda a estar en un estado
distinto para que hagas cosas, sin embargo, eres tú quien decide hacerlas, y quiero
que veamos que has hecho tu cuando la pastilla te hace sentir mejor.

Al ir haciendo preguntas como: có mo lo lograste? qué ves al darte cuenta que has
sido capaz de cambiar así? qué sientes al mirar esto que has logrado? etc. Algunos
pacientes contestan que tienen miedo a retroceder. Ante esto hay que enfatizar en
la prescripció n de recaída y por ejemplo, planificar có mo retroceder esta semana,
que el paciente intente provocar lo que antes le pasaba y que vea có mo salir de eso.

Otra cosa que puede ocurrir es que el paciente diga que llegó en un 4 y que hoy
está en 3 por ejemplo. En este caso hay que agradecer la sinceridad del paciente,
enfocarse a mirar qué está ocurriendo, qué está faltando, por ejemplo, podría
necesitar ser evaluado por un psiquiatra para que se le administre medicació n. En
otros casos es necesario cambiar la estrategia de intervenció n y en otros evaluar si
somos o no el terapeuta má s adecuado para ese paciente, y si no es así, poder
derivar. Hay otros casos en que un empeoramiento en un ·rea puede tener que ver
con un avance en otra, por ejemplo, que se esté poniendo má s triste porque está ·
avanzando en un duelo, entonces se hace una reformulació n. De todas formas, hay
que evaluar bien el riesgo de ese empeoramiento.

Otra alternativa es que el paciente evalú e que está igual que cuando llegó . En este
caso hay que ver qué está pasando, qué falta o si es necesario un cambio de
direcció n o de terapeuta, o ir a mirar con el paciente los peligros de la mejoría. Si es
este el motivo del estancamiento, es importante ver con el paciente que quizá aun
no es bueno cambiar, y acompañ ar en mirar esos peligros y frenar.

Hacer evaluaciones de proceso no es una pérdida de tiempo, sino una gran


inversió n, ya que provoca en el paciente una sensació n de empoderamiento que
refuerza y promueve el cambio.

Observar con detenció n los cambios, provoca un cambio en el paciente. La


evaluació n de proceso es en sí misma una intervenció n que lleva al cambio.

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