Los Problemas de La Filosofía

Descargar como docx, pdf o txt
Descargar como docx, pdf o txt
Está en la página 1de 8

LOS PROBLEMAS DE LA FILOSOFÍA

La Filosofía fue, en sus comienzos, todo el conjunto del saber. Luego esta extensión tan amplia fue reduciéndose a medida que algunas ramas de la primitiva Filosofía
fueron recortándose y adquiriendo personalidad propia.

Por eso la respuesta a ese interrogante resulta especialmente difícil. Para concretarla de alguna manera, podríamos recoger lo que es “problema” en la Filosofía actual, desde el
XVIII hasta hoy, y seguir hacia atrás el rastro, para encontrar sus remotos orígenes.

Así llegaríamos a la conclusión de que los dos problemas básicos de la Filosofía son:

- El problema del SER

- El problema del CONOCER

Estos dos problemas se han ramificado en el transcurso del hacer filosófico dando origen a algunos bloques que han llegado a tener entidad propia, y en otros muchos
secundarios, a los que se ha aplicado el método filosófico, pero que es preferible no tomar en consideración en un estudio sintético.

Por otra parte estos dos problemas de base se condicionan fuertemente entre sí bajo dos aspectos:

a) No podemos filosofar sobre el “ser” sino empleando nuestra facultad de “conocer”.

b) En algunos sistemas filosóficos se ha llegado a una aproximación mayor o menor de ambos problemas hasta formulaciones como “pensar es ser”, frase de Parménides y de
Hegel, aunque probablemente tengan sentidos distintos en cada uno de estos autores.

Partiendo, pues, de este origen, de la reducción de la problemática de la Filosofía a esos dos problemas-base, y de la inseparabilidad de ellos, por cuanto se condicionan entre sí,
vamos a trazar la trayectoria de esa problemática a lo largo del desarrollo del pensamiento filosófico.

1. LOS MILESIOS

EL SER EL CONOCER
Se preocupan por la esencia de los seres, y, sobre todo, por el problema del No dudan de la capacidad humana para conocer sensitiva e intelectualmente. No
“movimiento”. No tanto bajo el punto de vista físico (trayectoria, velocidad, se plantean esta problemática.
aceleración), cuanto bajo el filosófico: “qué es —en sí mismo— moverse o
cambiar”.

Con ello nace el problema del SER y nace la Filosofía como ciencia con objeto
propio.
2. HERÁCLITO Y PARMÉNIDES

EL SER EL CONOCER
Para ambos “el ser es lo que es”. Para Parménides el ser es “permanecer”. Para Afirman la preeminencia del conocimiento lógico sobre el sensitivo. Nace el
Heráclito es “devenir”. El problema para Heráclito no sería “qué es el ser”, método filosófico, basado en la abstracción y en la lógica.
sino “quién es el ser”, pues si la permanencia del ser es nula, no hay a “quién”
atribuir conceptos o propiedades. Este problema no lo tiene Parménides, pues
para él la permanencia es perfecta.

Identificación: Parménides afirma “pensar es ser”, pero no —parece— en


sentido hegeliano, sino: “lo pensable puede existir; lo no-pensable no puede
existir”.

3. LOS SOFISTAS

EL SER EL CONOCER
Renuncian a saber de la esencia del ser. Se dedican a la dialéctica verbal. No les preocupa el conocer, sino el responder al
adversario.

4. SÓCRATES

EL SER EL CONOCER
Renuncia a la investigación sobre el “ser en general”, para limitarse al El verdadero conocer es conocerse a sí mismo, y el verdadero sabio es el hombre
“hombre” y no en cuanto a esencia, sino en cuanto a su “moralidad”. virtuoso. Lo demás es superfluo.

Esta postura de Sócrates va a generar una rama lateral del pensamiento filosófico, la ÉTICA, que regula la conducta del hombre como ser individual y como ser social. Esta
rama lateral continúa su desarrollo al lado de los problemas fundamentales del ser y del conocer. Dará lugar a la investigación sobre las facultades apetitivas del hombre, y muy
particularmente, sobre la libertad. Este último problema es serio, pero no lo recogemos aquí. En la época del renacimiento este problema volverá a insertarse dentro de las teorías
que intentan resolver los interrogantes fundamentales: ¿Qué es el ser? y ¿Conocemos la esencia del ser?

5. PLATÓN

EL SER EL CONOCER
El verdadero SER es el de las Ideas, con las que el alma estuvo en contacto. Todo fue conocido antes de nacer. Sólo hay que recordar. En el conocimiento no
Ellas son inmutables y eternas. Los seres del mundo sensible no son más que puede haber error. Sí en el “recuerdo”. Remitiendo el momento del verdadero
“sombras”, “participaciones” de las Ideas. conocer a un estado anterior al de nuestra existencia terrestre, puede afirmarse
que ese conocer fue perfecto y esencial.

6. ARISTÓTELES

EL SER EL CONOCER
El ser material consta de substancia y accidentes lo que resuelve el problema del El conocer sensible: el ser sensitivo conoce mediante la recepción de la forma
movimiento. La substancia, de materia primera y forma substancial, que no son sensible, producida por la facultad sensitiva, según los estímulos de la realidad
“seres”, sino “coprincipios” del “ser”. exterior.

Se distinguen realmente, pero no son separables. La materia es eterna y contiene El conocer intelectual: no hay Ideas platónicas. El Entendimiento agente
“en potencia” todas las formas, La causa eficiente “educe” (deducir) las formas “ilumina” las formas sensitivas y extrae de ellas una forma inteligible. Ésta se
de la potencia do la materia. recibe en el entendimiento paciente, y lo modifica, pasando del no-entender al
entender.
En cuanto a la esencia del “ser-en-sí”, en qué consiste “ser” y en qué se
diferencia del “no-ser”, se crea doctrina de la analogía, por la que todos los seres No queda claro en qué consiste la “iluminación”, también llamada
son, en parte, de la misma manera, y, en parte, de manera diversa. “abstracción”. Ni cómo puede el entendimiento agente fabricar una forma
inteligible donde esté la “esencia” del ser que se pretende conocer, si sólo tiene
como punto de partida la especie sensible, donde no hay más que contenidos
accidentales.

7. SAN AGUSTÍN

EL SER EL CONOCER
Está en la línea neoplatónica. El SER es Dios, eterno La verdad eterna e inmutable que exigía Platón es el mismo Dios. En su simplicidad tiene el “equivalente” de
e inmutable. Dios crea el mundo sensible y el todas las realidades creadas. El entendimiento humano no conoce directamente a Dios, pero Dios habita en él
suprasensible, en los cuales É1 mismo queda haciéndole conocer la verdad, mediante una “iluminación natural”. La verdad es eterna» porque “sería
reflejado en cierta manera. Los seres creados, son verdad que no existe la verdad, si ella desapareciera”, y se identifica con Dios.
verdaderos seres, pero por participación. Solo Dios
es ser por su propia esencia. Cuando el hombre conoce, mediante la iluminación natural de Dios, la esencia de un ser, esa esencia es
reproducción imperfecta del “equivalente” que está en Dios. Y en cierto sentido, parcialmente conoce algo
divino. Por eso la verdad está dentro de cada uno de nosotros, pero no es algo que pertenece a ni naturaleza,
sino algo, que, sin ser yo mismo, está dentro de mí.

Al llegar a este punto hay que decir que ambos problemas siguen sin encontrar una solución definitiva. Aristóteles no puede explicar el comienzo del ser (creación de la nada), y
por eso se ve obligado a afirmar que la materia es eterna. Esto no fue aceptado por los pensadores cristianos, ni parece estar de acuerdo con las teorías científicas actuales.

Las teorías del “hilemorfismo” y la “educación” son bellas, pero indemostrables.


La teoría da la “analogía del ser” es un avance importante y necesario; intenta llagar a que hay varias “maneras” de realizar el ser, pero no resuelve la cuestión fundamental de
“qué es el ser”.

La idea de “creación” de S. Agustín no explica el paso del no-ser al ser, —que Parménides decía imposible—, sino por la introducción del poder “infinito” de Dios. Queda
por demostrar, —sin ayuda de la Revelación—, la realidad de ese poder infinito. Y aun así la noción de “poder infinito” y el mismo pasar del no-ser al ser, no queda
filosóficamente muy clara.

En cuanto al “conocer”, las teorías de Platón son, en frase de Aristóteles, “metáforas poéticas”. La de Aristóteles deja sin aclarar en qué consiste la “iluminación” de la
imagen sensible, ni cómo y de dónde llegan al entendimiento las esencias de los seres, —que él insiste que están en las cosas mismas—, si no tiene contacto con ellas sino a través
de la imagen sensible, donde las esencias no están. La teoría de S. Agustín es mejor, pero filosóficamente no es más quo una hipótesis. Tal vea el argumento más fuerte a su favor
sea la debilidad de las otras explicaciones.

8. SANTO TOMÁS Y LA ESCOLÁSTICA

EL SER EL CONOCER
Recoge los puntos de vista de Aristóteles, menos Dios, a cuya existencia y atributos Sigue a Aristóteles casi literalmente. Trata de aclarar algo las nociones
podemos llegar por vías filosóficas, es el único eterno e infinito; crea, conserva y gobierna de “iluminación” o “abstracción”, completando el esquema
todo lo demás que existe. aristotélico. El entendimiento conoce primariamente el concepto
universal, y sólo secundariamente, y por revelación a la imagen
En las criaturas, y no en Dios, se da distinción real entre esencia y existencia, lo que sensitiva, el singular.
establece una distinción esencial entra el ser creado y el increado, aunque esta distinción, ni
está claramente en Sto. Tomás, como pretenden sus seguidores, ni ha podido ser Aporta, además, el pensamiento de San Agustín: Dios es causa de las
demostrada nunca. cosas y las hace conforme a la imagen que tiene en sí de ellas. Por esto
hay una cierta similitud entre el conocedor y lo conocido. La teoría
Como problemas derivados: la libertad. Se plantea el conflicto entre la libertad del hombre resulta más complicada que la de Aristóteles; hay un cierto avance en
y el gobierno de Dios, que dará lugar a largas controversias en la escolástica posterior. la definición de algunos conceptos, pero aún no resulta muy clara,
subsistiendo fundamentalmente las dificultades que apuntamos antes.
Dentro del problema del ser se plantea el de la espiritualidad e inmortalidad del alma. Que
él afirma ser “forma substancial subsistente”.

9. OCKAM Y EL NOMINALISMO

EL SER EL CONOCER
El Nominalismo trata fundamentalmente del problema del conocer, pero las Los conceptos universales, creados por nosotros y que son necesarios para la
teorías que allí se adoptan modifican la doctrina del ser. La Filosofía sólo puede convivencia, no tienen ningún fundamento en los seres. Son puros nombres con
afirmar lo que conoce por la experiencia. De ahí que sólo existan —o sólo los que nos damos a entender. Por el mismo razonamiento, las distinciones de
podamos hablar de— los seres singulares y sensibles. De Dios sólo sabemos por especies y géneros son artificiales, sin respaldo en la realidad. El complejo
la fe. No hay distinción entre esencia y existencia, ni tiene ningún valor la sistema aristotélico-escolástico para “extraer” de los datos sensibles lo universal
pregunta: “¿Qué es el ser?”, pues no hay nada de común entre los seres que sea y lo esencial, es inútil.
el “ser-en-sí”.
Sólo es válido el conocimiento intuitivo de las cosas concretas.

Los dos problemas siguen en pie. La pregunta “¿Qué es el ser?” no ha sido contestada, sino desviada a “Cómo es el ser”. Se hacen distinciones entre los seres, entre el
Increado y lo creado, entre el ser-en-sí (substancia) y el ser-en-otro (accidente), entre lo unívoco y lo análogo. Pero no se pasa de ahí. Tampoco el problema del conocer intelectual
ha podido ser resuelto; seguimos con las mismas aporías aristotélicas; eso sí con una terminología más rica y una construcción más elaborada. Las objeciones de los nominalistas
son serias, y van a empujar a la Filosofía al subjetivismo que dominará toda la Filosofía posterior, (psicologismo).

10. RACIONALISMO

Los dos problemas van a entrecruzarse y condicionarse mutuamente. El descrédito por las teorías aristotélicas sobre astronomía y física arrastrará en su caída la credibilidad en
sus concepciones metafísicas y psicológicas. Se duda do todo, más o menos —“metódicamente”—, y se buscan cauces enteramente nuevos. Se quiere encontrar una base sólida e
indiscutible pera demostrar la fiabilidad de nuestro conocer. Si se logra establecer que nuestro conocimiento nos lleva con seguridad a la verdad, nos llevará también a “qué es el
ser”.

11. DESCARTES (leer primero lo marcado 1)

EL SER EL CONOCER
2) Los seres “lógicos” (relaciones de tipo matemático y otros principios 1) Encuentra como base el “cogito”: “existo cuando pienso” (al menos). Deduce
igualmente evidentes), son como nuestra inteligencia los aprehende, por la que todas las ideas claras y distintas deben producir la misma evidencia. Llega
inmediatez de la experiencia. Los seres reales, ónticos, son más o menos por ahí a la existencia de Dios. Y de ésta arguye que nuestros sentidos no nos
conocidos en su esencia, según su proximidad a nosotros, según la lógica con engañan. Hay, pues, dos conocimientos seguros: el intelectual, por la vía de la
que hayamos procedido en el pensar y según sean mayores o menores los evidencia, el sensitivo por la imposibilidad de que Dios nos engañe
inconvenientes que se seguirían de nuestro error, (vía indirecta: recurso a la invenciblemente.
verdad de Dios).

Como se ve, las soluciones al problema del ser están fuertemente teñidas de
subjetivismo. Esto será una constante en toda la Filosofía subsiguiente, aun en
Husserl.

12. LEIBNIZ

EL SER EL CONOCER
1) Por razones de tipo físico-cosmológico, el verdadero ser tiene que ser simple, 2) El conocimiento no puede versar sobre nada externo a la mónada. Como es
luego espiritual. Si fuera extenso, constaría de partes; cada una de ellas sería evidente que conocemos, ha de ser porque tenemos una, a manera de película,
“verdadero ser”, el conjunto sólo sería “uno” en apariencia. grabada ya desde nuestro nacimiento, que se va desarrollando en nuestro interior
a lo largo de nuestra vida, sin posibilidad de alteración ninguna. La coherencia
Por el mismo motivo las “mónadas” no pueden adquirir ni perder nada: no entre lo que conocen varios se explica por la “armonía preestablecida” por Dios.
serían simples.
Problema de la libertad: si cada uno sigue irremisiblemente su programa, ¿cómo
hay libertad de elección? Según Leibniz, porque el programa está elaborado con
previsión de lo que querremos elegir en cada momento. No queda muy claro.

13. EMPIRISMO. HUME

EL SER EL CONOCER
2) El problema “¿qué es el ser?” no puede ser resuelto por nosotros. Sabemos 1) Sólo conocemos por los sentidos. Sólo conocemos lo accidental. Las ideas no
que existen nuestras vivencias, pero nada más. Ni siquiera nuestro YO como son sino generalizaciones deducidas de experiencias múltiples. Los conceptos de
sujeto permanente de ellas. No tiene, pues, sentido la metafísica, ni la pregunta substancia, existencia, el Yo personal, causalidad, son conceptos vacíos, a los
sobre el SER. que no corresponde ninguna sensación.

14. KANT

En Kant hay que tratar ambos problemas en conjunto pues se ha producido entre ellos la “inversión copernicana”. El “ser-en-sí” nos es desconocido; de él proviene algo que, con
ayuda de nuestras formas a priori, constituimos en “objeto”. Las formas a priori no son ideas innatas, sino intuiciones puras; no son representaciones de seres, sino condiciones
para que los seres tengan, para nosotros, capacidad de ser conocidos.

El “objeto” así elaborado sí lo conocemos perfectamente, pero ahora el conocer no es adaptarnos a algo externo a nosotros, sino extraer de la realidad unos datos que,
transformados, se adapten a nuestras facultades.

El “ser” es para nosotros, el elemento común a todos los “objetos” que conocernos, y esta afirmación es completamente rigurosa e infalible. El “ser-en-sí” que no llega a
constituirse en objeto, lo ignoramos.

El problema del conocer queda resuelto, así como la certeza de nuestro conocimiento. El problema del ser está resuelto en cuanto al “objeto”, que “es” y que “es conocido”.

En cuanto al “ser-en-sí”, (el noúmeno), el problema se zanja con la aceptación de su insolubilidad. (Un sistema de ecuaciones que se demuestran ser “incompatibles” no nos
preocupa. A su manera, está resuelto. Esto ocurre con el ser-en-sí).

Por la vía de la “razón práctica” se puede logra descorre algo el velo que oculta el “ser-en-sí” y llegar a un cierto conocimiento de los seres metafísicos. Aprendemos a regular
nuestra conducta, a reconocer nuestra libertad y a entrever la existencia y la esencia de Dios.

15. HEGEL

Los dos problemas siguen radicalmente implicados entre sí. No existe más que “EL SER”, el absoluto, inmultiplicable. De él no hay nada que preguntar, pues no se contrapone, ni
se fracciona, ni hay que contradistinguirlo de nadie. Es eterno, inmutable, infinito… (El ser es: Parménides).
El “ser” es inteligente y sus conceptos o Ideas se desenvuelven en múltiples tríadas: tesis-antítesis-síntesis, haciendo polivalente su única realidad. De ahí “ser es pensar” y
“ontología es lógica”.

La construcción es grandiosa, pero arbitraria. Hegel afirma, construye, levanta un inmenso monumento, pero no intenta “descubrir la realidad”. Simplemente afirma: “la realidad
es el absoluto y su despliegue”. Otra vez, como en Kant, pero mucho más radicalmente, el problema de “qué es el ser” no puede plantearse. Tampoco el de “¿conocemos las
esencias?”, puesto que “conocer es ser”.
16. HUSSERL

Representa un intento interesante de “volver a las cosas mismas”.

EL SER EL CONOCER
2) El ser, la esencia, está en las cosas mismas, pero no puede ser aprehendida 1) Tras las reducciones (eidética y trascendental), se llega a una “intuición de
sino mediante la aportación de elementos, de suyo indiferentes, que sin embargo esencia”. El entendimiento aporta al conocimiento de cada ser una ciencia, una
pueden hacer patente la realidad. especie de facultad innata clasificadora. Como el egiptólogo aporta su
conocimiento de la lengua egipcia a los jeroglíficos que se le ofrecen, y capta un
Hay en la teoría un cierto subjetivismo, inevitable en toda la filosofía mensaje, que él no “produce”, sino que “lee”. Sería un intento de avanzar en la
postcartesiana, pero mucho menor que en Kant y Hegel. línea aristotélica, precisando algo la “iluminación”.

17. HEIDEGGER

EL SER EL CONOCER
1) Hasta ahora la pregunta “¿qué es el ser?” ha Tratado de hallar soluciones de 2) La pregunta “¿qué es la nada?” no tiene sentido. Por eso la única forma de
“esencia”. (Recordar la distinción esencia-existencia de Sto. Tomás). Ahora tomar algún contacto con la nada es a través, no del entendimiento especulativo,
intentamos fijar la atención en el “existir”. Y como un objeto no puede ser sino de un “temple de ánimo”, el de la “angustia”. El nos da una cierta
“definido” sino mediante la fijación de sus límites, el “existir” no puede serlo aprehensión de la nada, que, en definitiva, nos nace sentir qué es el “ser puro” o
sino mediante la aprehensión de la nada, que es su límite. “existir”.

17. WITTGENSTEIN

EL SER EL CONOCER
1) Los problemas filosóficos, o son problemas expresables mediante el lenguaje, 2) Si la Filosofía se limita a ser una lógica del lenguaje, y las proposiciones han de
o son “pseudoproblemas” y deben ser remitidos a la “mística”. ser admitidas como verdaderas siempre que sean “coherentes”, es claro que
conoceremos lo que pueda ser conocido si empleamos en nuestro lenguaje una
Así el problema de “¿qué es el ser?”, es un pseudoproblema; hemos de “sintaxis” correcta. Ella hará coherentes las proposiciones. Lo que por esta vía no
contentarnos con investigar “cómo es el ser”. llega a ser conocido, no puede llegar a ser “objeto” de nuestro conocimiento.

También podría gustarte