A. M. Fernandez
A. M. Fernandez
A. M. Fernandez
¿Cómo es la relación entre psíquico y social? O dicho de otro modo, ¿cómo se produce sentido?
Se trata de elucidar los tránsitos de los universos de significaciones imaginarios sociales a las
singularidades de sentido, en la producción de subjetividad.
Para responder a esta pregunta es necesario salir de los límites de la interdisciplina y del
binarismo individuo-sociedad; abriendo interrogaciones en un campo de problemas de la
subjetividad. Esto supone escapar del dominio de objeto unidisciplinario, como de interrogar por el
cómo más que del quién. En este sentido, lo importante es interrogar los procesos de producción
de subjetividad más que su esencia o sustancia.
B. La tensión entre lo singular y colectivo es abordado por distintos espacios, cada uno de los
cuales caracteriza su tratamiento de modo particular.
Espacio ético-político: Este debate tiene otra vertiente ética-filosófica relevante en el plano
político respecto a las democracias modernas: deben priorizarse los intereses individuales o los
colectivos?. Se hallan presente en la preocupación por las relaciones entre los SH desde distintos
entrecruzamientos en lo grupal. Además, ha estado presente en las polémicas políticas de los
movimientos revolucionarios.
Uno de todos los ejes de debate se centró en dos concepciones políticas de los colectivos
humanos. Por un lado, quienes se interesan en guiar, concientizar y manipular a los colectivos;
mientras que desde el otro se promueve la autogestión de ellos. Esta última parte de la certeza de
considerar a los pequeños grupos como espacios virtuales de producción colectiva al ser portadores
de un plus respecto a la producción individual. Sin embargo, este mismo debate también puede ser
pensado desde un lugar teórico-técnico. Ambos espacios se entrecruzan en la constitución de los
campos de saberes y prácticas grupales.
En los primeros pensadores de lo grupal se sostiene una preocupación por el cambio social;
considerando a los grupos instrumentos para la realización de utopías sociales. Si bien éstas
preocupaciones parecen ausentes en quienes introducen los dispositivos grupales a la asistencia
psicoterapéutica, los psicoanalistas ingleses buscaban la rehabilitación de los combatientes. Por
otra parte, existen enlaces con los aportes sartreanos sobre los grupos. Así mismo, respecto al
análisis institucional desarrollado por autores como Loureau, allí aparece el interés por las
condiciones para el despliegue de las potencialidades autogestivas.
La relación grupo-sociedad
Su relación es abordada como una relación de influencia; ubicando a lo social como algo exterior
al grupo sobre el cual ejerce en mayor o menor medida influencia. Una alternativa la constituye
pensarlos en términos de interacción mutua. Es un subtema del individuo-sociedad abordado
antagónicamente y articuladas desde lógicas binarias jerárquizantes. Estos abordajes no sólo han
marcado los discursos, sino también sus prácticas inscribiéndolas en estrategias de disciplinamiento
social.
La operación que parecería haber seguido las disciplinas humanas en sus momentos
fundacionales fue la de dividir el campo en dos objetos de estudio diferenciados; individuos y
sociedades, organizando diferentes áreas y prácticas; para lo cual fue necesario demarcar los
campos de saberes y prácticas mediadores.
Esta forma de entender los grupos resuelve la tención mediante la idea de intermediación;
logrando mantener el polo social en su análisis de lo grupal. Otra forma de abordar lo grupal lo
constituye una especie de reduccionismo psi que analiza los acontecimientos grupales mediante las
interacciones entre sus integrantes. Al analizar el grupo plegado sobre sí mismo, invisibilidad los
atravesamientos sociales, institucionales e históricos que confluyen en tales. Otra alternativa la
constituye la negación de que lo grupal es particular al considerarlo un espacio-escenario de
despliegue de las singularidades excluyendo que el agrupamiento en sí tengo algo de específico.
Una última alternativa la constituyen los aportes de Riviere que no resuelven la tensión ya que es
en el cruce de ambas que el emergente llega.
La categoría de intermediario
Pensar a los grupos como espacios intermedios entre el individuo y la sociedad supone una
concepción operativa implícita: dados dos conjuntos previamente separados habrá que buscar sus
articuladores. Esto conlleva además, que dadas dos disciplinas ya constituidas (psi y socio) habrá
que buscar nuevos campos disciplinarios intermedios, en este caso, la psicología de los grupos. La
noción articuladora es el concepto de intermediario.
Es usada como articulador en las distintas disciplinas (psicología, historia de las mentalidades,
psicoanálisis, antropología, ETC) cuando desde sus objetos de demarcación debieron preguntarse
por la relación entre subjetividad e historia, entre otras. Sin embargo, no fue elaborado
suficientemente. Filosofía es una excepción, ya que fue uno de los conceptos que más se desarrolla
en ella. Desde allí, Kaes plantea 3 caracteres generales asociados a esta categoría. Por un lado,
cumpliendo una función articular o de “by pass” teórico entre dos términos discontinuos o
separados que al ser opuestos entran en conflicto y a los cuales intenta rearticular. De esta forma,
reduce los antagonismos. Por otra parte, es pensado en relación a la transformación, pasaje y por
ende asociado al movimiento. Finalmente, si bien las anteriores ya aluden a la necesidad de
continuidad y concatenación ésta aún más enfatiza su función estructurante y responsabilidad en el
pasaje de una estructura a otra. El autor señala además una diferenciación entre intermediarios de
tipo 1, que operan en un campo homogéneo o misma estructuración, y de tipo 2 (los cuales operan
entre campos con lógicas diversas o heterogéneas). Respecto a la articulación psicosocial (psi y
socio) se refiere al tipo 2.
Su vaguedad conceptual suele estar acompañada de una valoración negativa, al vincularlo con lo
neutro, mixto o impuro. Estas asociaciones, sobre todo respecto a la hegemonía del campo
intelectual, resaltan las dificultades de los intentos de articulación.
Esto opera también en la cotidianidad de las prácticas grupales, orientándolas hacia alguno de los
reduccionismos según los a priori con los que se trabaje. Estos operan como impensables, por lo que
generan las condiciones de posibilidad de ciertas experiencias grupales reforzando el reduccionismo.
Además, lo que allí acontece es valorado como la evidencia de los hechos, cuando no son más que
efectos de teoría.
Es necesario un cambio de paradigma, hacia criterios que sostengan la tensión singular-colectivo;
colectividad que en las resonancias singulares producen anudamientos-desanudamientos propios.
Singularidad y colectividad que sólo sosteniendo su tensión harían posible pensar la dimensión
subjetiva en el atravesamiento del deseo y la historia.
E. Problema epistémico
La psicosociología nació en el cruce de distintas disciplinas, cuya preocupación son los grupos
humanos. Su origen responde a la demanda de la práctica social empresarial en EEUU en los años
20. Sin embarga, su introducción fue anterior a la primera guerra mundial. El interés por esta
cuestión radica en su vigencia en diversas corrientes grupalistas.
Las primeras intervenciones que luego devendrán en la microsociología provienen del trabajo de
Elton Mayo donde concluyó que los trabajadores conforman un grupo en el cual desarrollan redes
informales o vínculos entre ellos, con los superiores y reglamentos de la empresa; los cuales
determinan su actitud al trabajo o mejor rendimiento. Surge el concepto de moral de grupo; base
para el desarrollo posterior de los trabajos respecto a las relaciones humanas. Además, se
encuentra la idea embrionaria de un plus del grupo que no puede reducirse a la suma de sus partes;
plus evidenciado por sus efectos respecto al aumento del rendimiento.
Estos aportes podrían revisarse hoy con la noción de transferencia institucional donde el
aumento del rendimiento no responde sólo al grupo en sí sino a los atravesamientos institucionales
positivos promovidos por la presencia del psicólogo. Con las puntuaciones posteriores, podría
pensarse que la atribución al grupo invisibiliza los atravesamientos más amplios que el mismo.
Kurt Lewin aportó los principios de la Escuela de la Gestalt al estudio de la personalidad y luego al
del grupo. Refuta el asociacionismo, al afirmar que en ciertas condiciones el todo es más que la
suma de las partes. Por lo cual para explicar la percepción debía referirse al campo perceptual (y no
a las sensaciones). La acción individual responde a la estructura formada entre el sujeto y su
entorno en un momento determinado. Los que conforman un campo dinámico o sistemas de
fuerzas en equilibrio; el cual al quebrarse el sujeto intenta restaurar.
Al aplicar el método experimental al trabajo sobre el campo dinámico mediante la experiencia con
niños en tres climas sociales (autoritario, democrático, sin intervención) demostró que las
reacciones agresivas respondían no a la frustración sino a los climas grupales, según el estilo del
coordinador. Sus conclusiones fundamentan científicamente la democracia al demostrar que en
ellos la tensión, al descargarse gradualmente, es menor.
Esto le permitió desarrollar determinadas hipótesis: el todo posee propiedades que no pueden
reducirse a la suma de sus partes; el grupo y su ambiente conforman un campo dinámico con
distintos elementos (subgrupos, canales de comunicación, barreras) en el cual al modificar uno de
ellos se modifica la totalidad del campo. Se trata de un equilibrio estacionario, no estático sino
dinámico en el cual operan fuerzas antagónicas (todo-desintegración). Nació así la dinámica de los
grupos.
El grupo no puede reducirse a los individuos que lo componen, independientemente de los
objetivos o personalidad de ellos. Es un sistema de interdependencia. Por lo que se aleja de las
posturas que plantean que el origen del grupo se sitúa en la afinidad entre sus miembros. En
consecuencia, el funcionamiento del grupo (su fuerza y dinámica) se explica por tal
interdependencia en un momento dado, ya sea por su funcionamiento interno o por las acciones
que realiza sobre la realidad exterior.
Posteriormente, realiza estudios en la vida cotidiana, abordando el cambio social y la resistencia
al mismo al estudiar la modificación de costumbres alimentarias. Concluye que las decisiones
tomadas en grupo comprometen en mayor medida a la acción que aquellas individuales y que es
más factible cambiar los hábitos de pequeños grupos que de individuos aislados; y que la
conformidad juega un rol relevante en la resistencia al cambio
Sus aportes constituyen la posibilidad del estudio de los grupos y posibilitó la consolidación de las
técnicas de laboratorio social y la investigación-social e influyo en diversos ámbitos. Sus aportes
suponen un abandono a la posición de situar al individuo en el primer plano. Sin embargo,
invisibiliza los presupuestos que fundamentan tal interdependencia, Los cuales serán desarrollados
por el psicoanálisis (identificación, emoción y procesos incc).
Sus aportes adoptan nociones de la física; pero no sus leyes ni su metodología. Produjo
conceptos que no derivan de la experiencia. La legalidad aparece a la ley estructural, donde hay una
relación funcional y el acontecimiento depende de la toda la situación; la cual es única, cambiante y
dependiente de la totalidad de interrelaciones en cierto momento. En consecuencia, la psicología
no debería buscar intentar establecer leyes en el sentido aristotélico de la frecuencia o que no
admiten excepciones.
Para sus aportes, adopto la tendencia metodológica de la Gestalt de la simple descripción de
las totalidad irreductibles al análisis explicativo explicando las relaciones observables e intentar
reconstruirlas aplicando modelos matemáticos. Además, escapa a su reduccionismo fisicalista del
equilibrio estático pero coincide respecto al olvido de la historia.
A partir de ellos se desarrolla la microsociología; encontrándose en ellos el germen de las ideas a
elucidar.
D, Primer momento epistémico: el todo como más que la suma de las partes
Los aportes de Lewin constituyen un a priori conceptual que orientó las tomas de posición de
totalistas y elementalistas. La idea de totalidad impulsó la necesidad de buscar lo propio de la
disciplina buscando conformar ese conjunto hasta el momento disuelto en individuo o sociedad. Al
establecer sus principios de demarcación, supone las condiciones de producción de dispositivos
técnicos y organización de discursos respecto a la grupalidad.
Surgen preguntas sobre el carácter de tal plus y respecto a las relaciones entre el todo y sus
partes. Las posturas estructuralistas que se centraron en las relaciones que organizan las partes y su
tipo. El vínculo todo-partes se inscribe en la necesidad de delimitar una estructura subyacente que
provocaría todo movimiento grupal. De esta forma, traslada la discusión al plano de la relación
acontecimiento-estructura. Idea que funciona como a priori conceptual y resuelve la tensión a favor
de la estructura reduciendo el acontecimiento como efecto de la misma. Estas posturas subordinan
lo singular a lo global, el todo es pensado como un gran único y no como diversidades de lo múltiple.
Esto promovió que los post-estructuralistas intentan superar dicho reduccionismo considerando
otras formas de relación todo-partes, afirmando que el todo deriva de sus partes constituyendo
una totalización dialéctica. Es un todo de aquellas partes, sin totalizarlas ni unificarlas sino que se
añade a ellas como una parte compuesta. Estas posturas enfatizan lo múltiple como irreductible a la
unidad. El todo es pensado como producido, aplicándose a las partes organizando relaciones
transversales pero manteniendo su diferencia.
E. Análisis de la demanda
F. El nacimiento de lo grupal
Dispositivo de los Grupos: aparición histórica de los criterios que permitieron pensar artificios
grupales para resolver conflictos en las relaciones sociales. Conflictos que dejan en evidencia la
ineficacia de las tecnologías previas y manifiestan la importancia de otras formas de intervención y
especialistas. Se inventa entonces la nueva tecnología dispositivos de los grupos y un nuevo
técnico, el coordinador de grupos bajo la premisa de que los grupos operan como espacios tácitos
que permitirán responder a los problemas de la modernidad. Acorde a la noción de dispositivo de
Foucault.
Dispositivos grupales: refiere a diversas modalidades de trabajo con grupos que adquieren su
carácter según el marco teórico-técnico elegido y los campos de aplicación. Cada uno determina
ciertos efectos de grupo. Forman parte del Dispositivo de los Grupos. De esta manera la
conceptualización de que es un grupo queda capturada por los efectos del dispositivo, bajo la
ilusión de haber hallado su esencia. Se trata entonces de problematizar su esencialización.
Los grupos no son lo grupal: el agrupamiento no constituye una grupalidad. Esto es sólo
necesario. Al respecto Bion afirma que los grupos se vuelven visibles mediante dispositivos técnicos
que permitan demostrar y observar las conductas de grupo. En este sentido, se diferencian dos
niveles de existencia de los grupos: un nivel fáctico, como hechos sociales; y otros en tanto al
montarse los dispositivos grupales del Dispositivo de los Grupos, los grupos se vuelven visibles,
observables, enunciables, En este sentido, la microsociología al instituir los dispositivos grupales
localizó uno de los nacimientos a lo grupal. Antes estaban ahí, pero no se veían.
Slavon, Schilder y Klapman fueron pioneros en la organización de dispositivos grupales con fines
terapéuticos utilizando conceptos y formas técnicas provenientes del psicoanálisis. Ellos
introdujeron la interpretación en la situación colectiva aplicando la configuración psicoanalítica y
generando las condiciones para descentrar coordinación de liderazgo y abren a la posibilidad de
producir utilizando mecanismos distintos a la sugestión utilizados por desarrollos previos.
Las diferencias técnicas son consecuencia de desacuerdos respecto a la pregunta sobre a quién
interpretar.
C. El todo no lo es todo
Bion era un psiquiatra militar que realizó experiencias con grandes grupos durante la
segunda GM.
El experimento: En ese hospital reinaba la anarquía e indisciplina. Veía en eso una resistencia
colectiva por lo cual adoptó la no intervención del analista y limitarse a las relaciones verbales. De
esta manera, obligaba a la colectividad a tomar cc de su dificultad, conformar un grupo como tal y
organizarse a sí misma. Organizo grupos, cada uno de los cuales tenía una actividad y la libertad de
abonarlo en cualquier momento con la condición de comunicarlo al vigilante jefe. Al asumir la
abstinencia propia del campo psicoanalítico, denunciaba la ineficacia que los soldados denunciaban
al ejército. Al formarse sucesivamente un espíritu de cuerpo, se organizaron protestas colectivas
contra los irresponsables, organización de actividad que elevaban la dignidad personal y salida de
los recuperados.
Posteriormente, se ocupó de los veteranos y prisioneros de guerra aplicando métodos de
psicoterapia de grupo y buscando comprender las tensiones manifestadas durante las secciones.
Lo cual le permitió desarrollar un marco teórico para pensar lo grupal. El grupo se comporta en
dos niveles los cuales coexisten determinando un conflicto recurrente en el grupo:
1) Grupo de trabajo: involucra a la tarea común racional y consiente, todo grupo organiza una
tarea que el mismo se da y su éxito depende de la evaluación de la realidad exterior, correcta
distribución y coordinación de roles, regulación de acciones producto de análisis de causas de
éxitos y fracasos, y articulación entre medios y fines.
2) Nivel emocional primitivo: corresponde a las emociones comunes. Basta con agrupar
individuos para que emerjan dificultades en la conducta racional colectiva producto de la
predominancia de los procesos psíquicos primarios. La cooperación ccc depende entonces de la
circulación emocional y fantasmática incc entre ellos.
Los sujetos agrupados se combinan de forma instantánea e involuntaria para actuar según ciertos
estados afectivos denominados supuestos básicos:
-Arcaicos, pregenitales. Expresan fantasías grupales (fantasías sobre relaciones primitivas)
omnipotentes y mágicas sobre cómo obtener satisfacer sus deseos irracionales pero con la
suficiente fuerza y realidad para expresarse en el comportamiento.
-Son incc e incluso se contradicen con la cc.
-Estas producciones grupales tienen como fin evitar las frustraciones derivadas del aprendizaje
por experiencia en tanto supone esfuerzo, dolor y contacto con la realidad.
-Según el SB predominante, se orientará las opiniones del grupo en un momento dado
(mentalidad grupal) y da cuenta de la cultura del grupo en esa situación
- Reacciones grupales defensivas a las ansiedades psicóticas, reactivadas ante el dilema del
individuo dentro del grupo y la regresión que este impone.
- Formaciones secundarias de una escena primitiva más antigua, nudos fantasmáticos colectivos
en el grupo en un momento dado (Anzie).
1. Supuesto básico de dependencia: el grupo se empareja con la creencia de la existencia de una
deidad protectora de la cual dependen de forma absoluta; y quién los proveería de satisfacción a
sus deseos y seguridad.
2. Supuesto básico de ataque y fuga: creencia de que existe un enemigo, del cual solo pueden
defenderse mediante su destrucción o evitación.
3. Supuesto básico de apareamiento: esperanza de la existencia futura de un suceso o salvador
no nacido que resolverá sus problemas, más que el enfoque en resolverlo en el presente.
En 1948 el Cómite de la Tavistok Clinic le encomienda hacerse cargo de los grupos terapéuticos
empleando su propia técnica ya que consideraban que podían ser curados mediante esta.
Cuando un individuo en grupo percibe que el grupo es más que la suma de sus partes lo percibe
como una amenaza frente a la pérdida de su particularidad. Se encuentra en un estado regresivo,
que alimentan tales fantasías de ver al grupo no como un agregado de individuos. Esto es el grupo
para Bion: un agregado de individuos.
Pontalis cuestiona la contradicción de esta forma de entender los grupos con las nociones de
cultura y mentalidad grupal. Sostiene que el grupo es una fantasía, una ficción. Afirma que Bion se
aferra a los dos lados de la cadena: mientras que en el mundo el grupo funciona como realidad
específica; en la psiquis individual opera como fantasía. Desde el, puede entonces diferenciarse
como grupo reales y grupos como fantasías.
Su noción de supuestos básicos supuso la puntualización de operadores organizacionales no
individuales, dentro del campo psicoanalítico. Permite entender lo que le sucede al grupo en tanto
grupo. Sin embargo, Pontalis (estructuralista) cuestiona la falta de especificación de la relación
entre los supuestos básicos y la estructura: si son efectos grupales, que los provoca?
Hasta ese momento se consideraba al grupo como campo de aplicación del psicoanálisis. Plantear
la existencia de supuestos básicos implica la búsqueda de un sistema de legalidades propio
específico del campo grupal y su consideración cómo campo de descubrimiento. Esta posibilidad
estaba dada por la falta de urgencia de denominar psicoanalíticos los tratamientos que
desarrollaba.
Sin embargo, también esta noción también recibe objeciones en cuanto habilita la lectura de los
acontecimientos grupales según contenidos preestablecidos. Además, induce al coordinador en una
ilusión de adentro grupal que produce su lectura del grupo plegado sobre sí mismo.
Términos que el introduce pero no desarrolla en su totalidad, como cultura o mentalidad grupal,
no deben desecharse sino revisarse mediante la elucidación crítica ya que podrían contener el
germen de la intuición de que los grupos arman formas propias. Estos intentos pueden pensarse
como un intento de poner en palabras los enlases subjetivos en tanto particularidades de lo grupal.
En sus aportes se evidencia que para la lectura de los grupos se necesita crear instrumentos
conceptuales específicos.
C. El encargo a Bion y su producción teórica
Si consideramos las condiciones de posibilidad de tal emergencia debemos tener en cuenta que
Bion era un comandante militar y psiquiatra, que trabajaba con soldados de rangos inferiores que
veían en él una autoridad militar y psi. Sin embargo, se ubicaba frente a ellos en una actitud más
cercana a la postura de un psicoanalista más que de un militar jerárquico. Además, el campo psi
aún no habría logrado la naturalización del mismo por lo que era extraño encontrarse frente a un
profesional de esa disciplina.
Esto conlleva una ganancia, en términos de obtener un coordinador de grupos, a la vez que la
pérdida del jefe militar dejando sin sostén de la estructura libidinal uno-a-uno con el jefe que
sostiene la ilusión de un jefe que ama por igual a todos en la colectividad. Ese lugar del ideal del yo
fue puesto en otro lugar.
Por otro lado, los términos empleamos se encuentran presentes en la práctica subjetiva militar y
categorías emblemáticas por lo que estaban muy disponible para organizar las figuraciones propias
de esos grupos. El poco tiempo que trabajo con civiles no le permitió comprobar la presencia o
ausencia de estas figuraciones imaginarias en colectivos no particularizados. Es importante
diferenciar la localización de un movimiento muy característico de las actividades grupales de la
narrativa empleada para su explicación; diferenciar la puesta en visibilidad de ciertas formas
grupales de sus formas de ser enunciadas abriendo a revisión esta última.
Su emergencia responde a la urgencia social de terminar con la desmoralización de las tropas, un
sistema que debiera absorber las angustias y solidaridad para la muerta y la vida y que se
fundamentara en bases distintas al hechizo que caracterizó al ejército nazi. Lacan considera que
esta presión fomentó la emergencia los grupos terapéuticos. Por su parte, Freud señaló la
negligencia del ejército para manejar el aspecto libidinal al maltratar a los combatientes lo que
llevó a que los soldados padecieran neurosis de guerra. Por lo cual era necesario instaurar un
soporte que disminuyera su emergencia. De esta manera, se generan estos dispositivos buscando
fortalecer las identificaciones horizontales agrupándolos entre sí al forzar al grupo a tomar
conciencia de sus dificultades y ocupar el coordinador el lugar de abstinencia. Esto supuso una
ruptura entre la antinomia psiquiatría pública-psicoanálisis privado que caracterizaba ese
momento. Además, permitió el pasaje de una psiquiatría organicista a una social. Finalmente, al
adoptar campos de intervención para los cuales la disciplina no fue creada es importante visibilizar
las urgencias a las que esto responde.
A partir de allí, estos dispositivos serán empleados ante la necesidad masiva de asistencia.
Anzie organiza un grupo conformado por Pontalis, Kaes, entre otros. Desarrollan sus aportes a
partir deexperiencias con grupos breves de formación. Ponen el acento en el grupo como objeto de
investiduras libidinales, representaciones imaginarias y simbólicas, de proyecciones y fantasías incc;
y como proceso psíquico.
Estudian las condiciones y los procesos de trabajo psicoanalítico en los grupos, definiendo el
encuadre y movimientos psíquicos de elaboración y construcción de un espacio psicoanalítico
grupal; que permita la emergencia, liberación y reacomodación de formaciones y procesos
psíquicos que, gracias a las propiedades del dispositivo, se develan genética y estructuralmente
apuntaladas sobre el grupo. Dichas formaciones aseguran el pasaje y reanudación entre el orden
individual y aquel del vínculo y las creaciones colectivas. Para lo cual se interrogan sobre el
encuadre, dispositivo y situación adecuados para tal emergencia que pudieran develarse gracias a
las propiedades técnicas del grupo; así como sobre la metodología necesaria para reconocer los
procesos psíquicos en acción en ellos. Al instaurar dispositivos psicoanalíticos para abordar los
procesos psíquicos en grupo, reconocen que los procesos grupales emergentes responden al diseño
del dispositivo en si (y no representan lo que constituye un grupo en sí mismo). Este dispositivo se
instaura al enunciar la regla fundamental (hablar libre y abstinencia). Al contrario que sus
precursores, consideran al campo psicoanalítico de los grupos como contexto de descubrimiento de
las formaciones de lo inconsciente (y no necesariamente de la grupalidad).
Estas claves constituyen las líneas generales para una Teoría General de Fantasmas de los
Grupos. Su idea central es que el vínculo primario entre las personas es la circulación fantasmática
(primaria frente a otras formas de vínculo, como son la relación de objeto o transferencia; a las
cuales brinda contenido).
La fantasmatización, o actividad de fomentación fantasmática, es una actividad preconsciente
que articula las representaciones de cosa y palabra. A partir de la capacidad de fantasear como
rasgo central del yo; afirma que sólo existen fantasías individuales. El fantasma es la realidad
psíquica individual por excelencia.
-Fantasma: Escenificación imaginaria que representa, más o menos deformada por los procesos
defensivos, la realización de un deseo y en último término, de un deseo incc. El fantasma individual
es una escena imaginaria desarrollada entre varios personajes; por lo que tiene una organización
grupal interna. El sujeto intenta realizar una escena, incluyéndose como espectador más que como
actor. Los otros ocupan posiciones permutables, pero su estructura es la misma: cada personaje es
resultado de identificaciones y figuraciones de procesos psíquicos. Mediante la identificación, el
aparato psíquico le devuelve, representadas, las instancias psíquicas y pulsiones que actúan sobre
el y dramatizan sus conflictos y relaciones.
Kaes plantea cierta similitud entre la organización grupal interna del fantasma y la situación
grupal; en la que algunos miembros sirven a otros como puntos identificatorios o soportes
proyectivos para su tópica subjetiva y pulsiones. Esta posibilita la resonancia fantasmática. Esta es
el reagrupamiento de los participantes alrededor de alguno de ellos; el cual hace ver mediante sus
actos, manera de ser o palabras su fantasma individual incc. Según lo que movilice en el otro, lo que
despertada:
--> Si despierta una condena del SuperYo, despierta horror.
--> SI mueve mecanismos de defensa, principalmente la negación, genera indiferencia.
--> Si mueve un deseo similar latente, despierta fascinación.
De esta forma, el discurso del grupo se entiende como la puesta en escena del fantasma de
aquel que es el portador al cual algunos le dan réplica; ocupando posiciones o los lugares de cada
uno de los protagonistas o posiciones individuales incluidas en el escenario fantasmático del
portador. De esta forma, el fantasma individual incc se convierte en el principal organizador del
comportamiento de un grupo. Otros organizadores son el imago y los fantasmas originarios.
B. Problemas de demarcación
Los desarrollos conceptuales que aquí se esbozan se generan a partir del trabajo en psicodrama
psicoanalítico, aplicando la técnica de multiplicación dramática. Mediante ella, se hizo visible la
operación de inscripciones diversas simultáneamente, las cuales no son homologables, pero tienen
en común que todas escapan al registro consciente de sus integrantes. Cada escena, genera
múltiples sentidos los cuales no pueden ser leídos solamente desde la coordinación. Lo acontecido
en una situación grupal es mucho más de lo que se puede dar cuenta, siempre hay un plus del
acontecer que escapa a lo que puede ser conocido. Esto invita a abrir la interrogación hacia lógicas
pluralistas que legitimen epistemológicamente atravesamientos disciplinarios.
En cualquier grupo se producen movimientos diversos (resonancias fantasmáticas, procesos
identificatorio y transferenciales, intensos sentimientos de amor-odio, juegos de roles, ETC) y se
construyen producciones lingüísticas que disparan múltiples inscripciones de sentido; se generan
apropiaciones de ellos en diferentes grados de violencia simbólica, se instituyen mitos, ilusiones y
utopías, las reglas de su funcionamiento organizan redes de significaciones imaginarias que
inscriben al grupo en su posición institucional y dan forma a sus contratos, se ponen en acción
juegos de poder, jerarquías y apropiaciones materiales.
Todo esto es producto de la imbricación caleidoscópica de sus organizadores; para lo cual se
necesitan abordajes trasdiciplinarios para su teorización. Esto conlleva un trabajo de elucidación
crítica que desdibuje la intención legitimante de lo que ya se sabe para desplegar la interrogación
de lo que no podría ser pensado de otro modo. Además, involucra abandonar cuerpos de nociones
hegemónicos de disciplinas reinas a las cuales se subordinan las disciplinas satelizadas. A partir de
lo cual, se abre a la articulación de contactos locales y no globales entre territorios disciplinarios y
poder recuperar la potencialidad de articulación con otros saberes de aquellos dogmatizados por
las disciplinas hegemónicas.
Así pensados, los cuerpos teóricos operan como cajas de herramientas aportando instrumentos;
e incluyendo entre ellos una reflexión sobre la dimensión histórica de lo que analizan. Herramienta,
que junto a otras, es producida para ser probada en conexiones múltiples, locales y plurales con
otros quehaceres teóricos.
Pero además, un pensamiento trasdiciplinario involucra desdisciplinar las disciplinas de objeto
discreto y, en el plano de actuar, los perfiles de profesionalización rígidos.
Estos se sustentan en la elucidación crítica de cuerpos totalizadores, buscando otras formas de
articulación entre lo uno y lo múltiple. Al proponer contactos locales no globales focalizan un tema
en su singularidad problemática atravesado por diferentes saberes disciplinarios sin buscan
unificarlos en una unidad totalizante. No busca universales sino que indaga matrices generativas,
problemas en relación a lo cual los atravesamientos disciplinarios pueden dar cuenta de sus
múltiples implicancias.
Esto tiene distintas implicaciones. Al trasversalizar una disciplina por saberes provenientes de
otras, entran en crisis sus zonas de máximas evidencias. Además, al construir redes de
epistemología crítica que elaboren criterios epistémicos permitan evitar los patch-works teóricos
(trabajo de retasos). En tercer lugar, se hace necesario otra forma de construcción de equipos de
trabajo sin profesionales hegemónicos.
En función de todo esto, es necesario pensar a los grupos como campos de problemas o como
nudos teóricos; aludiendo al desciplinamiento disciplinario implicado en su conceptualización. Toda
teoría de los grupos necesitará bascular en un doble movimiento de investigación de su
especificidad y trabajo con el entramado de tal especificidad en inscripciones más abarcativas. Esta
noción de atravesamiento, permite desdibujar los grupos-islas y representar lo singular-colectivo
fuera de la antinomia individuo-sociedad. Permitiendo generan las condiciones de posibilidad de
incluirlos en campos de análisis más abarcativos. Necesariamente remite al anclaje institucional de
los grupos y contribuye a desmarcar la antinomia al implicar significaciones sociales operando no
como efecto sino fundantes del sujeto.