Tema 3

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TEMA 3 – EL SELF, IDENTIDAD SOCIAL

1. IDENTIDAD SOCIAL
Definición de una persona acerca de quién es él/ella, lo que incluye:

- Atributos personales y atributos compartidos con otros como género y raza.


- Nuestras relaciones interpersonales (hija, hijo, esposa, padre, etc.).
- Nuestras vocaciones y aficiones (estudiante, músico, psicóloga, surfista, deportista,
ornitólogo amateur, etc.).
- Afiliaciones políticas o ideológicas (feminista, ecologista, conservador, socialista,
podemita, republicano, monárquico, vegetariano, etc.).
- Afiliaciones geográficas y religiosas (católico, sureño, hispano, judío, afroamericano,
musulmán, ateo, pueblerino, etc.).

Cuando interactuamos con extraños y somos totalmente anónimos (como ocurre con
Internet), a diferencia de la interacción con extraños a los que sí podemos ver (por ejemplo, en
vídeo), tendemos en forma creciente a categorizarnos en términos de dichos grupos, sentir en
forma positiva dicha afiliación, y estereotipar a los otros a partir de los grupos a los que
pertenecen.

MODELO CUATRIDIMENSIONAL DE LA IDENTIDAD SOCIAL

1. Contexto intergrupal (relación entre el propio endogrupo y otros grupos de


comparación).
2. Atracción hacia el endogrupo (afecto estimulado por el propio endogrupo).
3. Interdependencia de creencias (normas y valores que regulan el comportamiento de
los miembros del grupo en la medida en que estos tienen las mismas metas y
comparten un destino común).
4. Despersonalización (percibirse a uno mismo como un simple ejemplo intercambiable
de una categoría social antes que como una persona única) El rol que juegue la IS en
las relaciones intergrupales depende de las dimensiones que operen en un momento
dado.

TIPOS DE IDENTIDAD SOCIAL

Jackson y Smith (1999) sugieren que bajo estas cuatro dimensiones se encuentran dos tipos
básicos de identidad social: segura e insegura.

o Identidad segura: el individuo tiende a evaluar más favorablemente a los exogrupos,


manifestar menos sesgos al comparar endogrupo y exogrupo y presentar menor
disposición a creer en la homogeneidad del exogrupo.
o Por contraposición, un alto grado de identidad insegura se asocia con una evaluación
muy positiva del endogrupo, mayor sesgo al comparar endogrupos y exogrupos y una
percepción de mayor homogeneidad en el exogrupo.
VARIACIONES EN LA IDENTIDAD SOCIAL

Hur et al. (1998) compararon varios cientos de parejas de gemelas y mellizas (de once y doce
años) en sus atributos de identidad social. Alrededor de una tercera parte de las variaciones en
el autoconcepto de las niñas se atribuyó a diferencias genéticas.

- Las mayores influencias genéticas se encontraron en la popularidad autopercibida y la


apariencia física.
- También fueron significativas, aunque en menor proporción, las percepciones de
ansiedad, felicidad y habilidades académicas.

Parte de lo que somos y cómo nos percibimos depende de factores innatos.

Muchas de las categorías que conforman nuestra identidad social están ligadas a nuestro
mundo interpersonal.

- Indican el grado en que nos agrada y desagrada aquello que nos rodea (actitudes).

Cuando el contexto social de una persona cambia, se desarrolla una nueva identidad social, lo
que puede ser una fuente importante de estrés (Sussman, 2000).

- Los individuos hacen frente a dicho estrés de diversas maneras.


- La sobreidentificación. Cristianos Nuevos: el efecto/síndrome del converso. Un
converso a una religión estricta puede volverse más intolerante hacia otras religiones.
También con otras identidades (e.g., adoptar una ideología política, volverse vegano,
etc).

2. AUTOCONCEPTO Y AUTOESTIMA
2.1 AUTOCONCEPTO
El autoconcepto es una colección organizada de creencias y auto-percepciones sobre sí misma.
Funciona como un esquema básico. El self proporciona un marco que determina cómo
procesamos información acerca de nosotros mismos, lo que incluye nuestros motivos, estados
emocionales, autoevaluaciones, habilidades y mucho más.

Intentamos proteger nuestra autoimagen de información amenazante (Sedikides y Green,


2000), mantener la autoconsistencia (Tschanz y Rhodewalt, 2001) y encontrar excusas para
justificar las inconsistencias.

PROPIEDADES DEL YO

1. Estabilidad y continuidad: A pesar de los cambios en las situaciones y a lo largo del


tiempo.
2. Unidad: Emociones, conductas objetivos y creencias que pueden ser contradictorios a
ojos de los demás, a nosotros nos parecen coherentes.
3. Corporeidad: Sentido de estar localizado en los límites físicos del propio cuerpo.
Miembro fantasma.
4. Control de actos: La experiencia consciente es posterior a la decisión automática. 5.
Conciencia de sí mismo. En ocasiones no somos conscientes del proceso mental, solo
de sus efectos.

FUENTES DE INFORMACIÓN DEL YO

- Desempeño de roles.
- Pertenencia a grupo.
- Comparación con otros.
- Atención a los propios pensamientos y sentimientos.
- Atención a las propias conductas.
- Reacciones de los demás.

DESEMPEÑO DE LOS ROLES

Cada vez que desempeñamos un rol aprendemos nuevas variedades de conductas y


ampliamos nuestro repertorio de interacción. Todo ello nos aporta información útil sobre
cómo nos relacionamos con los demás.

Interaccionismo simbólico y enfoque dramatúrgico.

PERTENENCIA A GRUPOS

La identidad social es aquella parte del autoconcepto que se deriva del conocimiento de su
pertenencia a un grupo social (o grupos), junto con el significado emocional y valorativo
asociado a dicha pertenencia (Tajfel, 1984).

Al identificarnos con un grupo interiorizamos la visión que este tiene de la realidad social. Las
identidades sociales proporcionan a sus miembros valores, metas y creencias sobre sí mismos
y el mundo que les rodea.

Tenemos tantas identidades sociales como grupos a los que pertenecemos, aunque con
diferente importancia.

2.2 AUTOESTIMA
La autoestima es una autoevaluación, actitud propia hacia sí a lo largo de una dimensión
positiva-negativa.

Sedikides (1993) sugiere tres motivos para autoevaluarse:

1. Buscar juicios de sí o autovaloración (y obtener un autoconocimiento preciso).


2. Autoenaltecimiento (proveerse de información positiva sobre sí mismos).
3. Autoverificación (confirmar lo que ya saben sobre sí).

La activación de cada uno de estos tres motivos depende de nuestra cultura, personalidad y de
la situación.
La autoverificación es común en quienes poseen visiones negativas de sí mismos que no
desean cambiar. Para mantenerlas, estas personas buscan parejas que los vean de manera
negativa, se comportan de manera que estimulan percepciones negativas y perciben como
negativas las reacciones de los otros (lo sean o no).

Esta evaluación positiva se basa en parte en las opiniones de los otros y en parte en
experiencias específicas. Las actitudes sobre nosotros mismos posiblemente comienzan en las
interacciones tempranas entre niños y progenitores u otros cuidadores.

Las diferencias culturales también influyen en aquello considerado importante para la propia
autoestima. Por ejemplo, en las culturas colectivistas resulta esencial la armonía en las
relaciones interpersonales, en tanto que el valor individual es de capital importancia en
culturas individualistas.

El comportamiento de personas con una autoestima relativamente baja resulta más fácil de
predecir que el de personas con una alta autoestima. ¿Por qué? Parece que los autoesquemas
negativos están establecidos más rígidamente que los positivos.

FUNCIONES DE LA AUTOESTIMA

o Fuente de autoenaltecimiento: Opinión favorable de sí misma en un amplio rango de


dimensiones de personalidad y de conductas. Función de abogado defensor. Sesgo de
autoenaltecimiento.
o Fuente de estabilidad emocional: Muro de contención que protege los aspectos más
relevantes y estables del autoconcepto. Por ejemplo, ante éxitos y fracasos.
o Ayuda para afrontar eventos positivos y negativos: Mayor afrontamiento y resiliencia,
aunque se puede percibir como prepotencia, riesgo o invulnerabilidad.
o Protección del yo: Mayor prosocialidad, autoeficacia, emociones positivas.

3. AUTOFACILZACIÓN, AUTOVIGILANCIA Y
AUTOEFICACIA
3.1 AUTOFOCALIZACIÓN
La autofocalilzación se define como el grado en que una persona dirige su atención hacia sí
misma.

Es bastante fácil desplazar el foco de atención. Los niños muy pequeños dirigen primariamente
su foco de atención hacia el mundo exterior, pero entre la infancia y la adolescencia la
autofocalización se incrementa.

En el periodo adulto, las personas difieren de manera considerable en el grado en que se


implican en autofocalización. Depende de situaciones (espejos) y también de tendencias
disposicionales a una menor o mayor autofocalización.
Una autofocalización continua y persistente puede acarrear dificultades. Por ejemplo, las
personas con un estilo autofocalizador experimentan sentimientos más negativos en respuesta
a interacciones sociales desagradables; esta reacción es más fuerte en mujeres que en
hombres.

Es importante dirigir nuestro foco en forma apropiada. El hecho de poder variar nuestro foco
es parte de un proceso más general conocido como autorregulación de los propios
pensamientos.

El elemento clave es la habilidad para controlar aquello sobre lo que pensamos; la dirección
más beneficiosa del propio foco varía con la situación.

EJ  Un breve período de autofocalización incrementa la precisión con que los participantes


de investigación son capaces de juzgar la retroalimentación social. Además, es una forma útil
de hacer frente a una situación estresante, si a ello acompaña el control del propio estado
afectivo y el pensar en la manera de solucionar los problemas.

También puede causar problemas. EJ Una autofocalización rumiadora, meditabunda o


ensimismada recurrente en la que la persona vuelve sobre sus pensamientos antes que sobre
posibles soluciones a los problemas.

Puede ser útil conectar con una focalización externa si estás deprimido: puede crear un afecto
positivo debido a que estás “pensando en cualquier cosa”.

3.2 AUTOVIGILANCIA
Self-monitoring: Regulación del propio comportamiento en base a situaciones externas tales
como las reacciones de los otros (alta autovigilancia) o a partir de factores internos como las
propias creencias, actitudes y valores (baja autovigilancia).

Los autovigilantes bajos tienden a comportarse de forma consistente en distintas situaciones.


Los autovigilantes altos tienden a modificar su comportamiento según los cambios en la
situación. Los autovigilantes altos ejecutan diversos roles para obtener evaluaciones positivas
de los demás. Esta característica es de utilidad para políticos, vendedores y actores.

Las tendencias de autovigilancia se manifiestan en muchos aspectos del comportamiento


social.

Los autovigilantes altos tienden a hacer uso de la tercera persona al hablar; los autovigilantes
bajos hacen lo propio con la primera persona. Los autovigilantes altos suelen tener una
autoestima más alta. Los autovigilantes bajos tienen menos relaciones románticas, pero de
mayor duración.

Imitar a los demás, el deseo de impresionar o entretener a las personas, la tendencia a contar
chistes, y la capacidad de mentir son característicos de los autovigilantes altos.

3.3 AUTOEFICACIA COLECTIVA


La autoeficacia es una evaluación de la propia persona sobre su habilidad o competencia para
ejecutar una tarea, alcanzar una meta o superar un obstáculo (Bandura, 1977).

Esta evaluación puede variar en gran medida en diversas situaciones. A menos que las
personas se sientan capaces de alcanzar una meta como resultado de sus acciones, tendrán un
incentivo pobre o nulo para actuar.

Las personas con autoeficacia alta tienden a abandonar con mayor rapidez tareas irresolubles,
a diferencia de las personas con baja autoeficacia; ya que prefieren dedicar su tiempo y
esfuerzo a tareas que pueden ser resueltas.

AUTOEFICACIA COLECTIVA

Bandura (2000) → autoeficacia colectiva, la creencia compartida por los miembros de un grupo
sobre la acción colectiva como medio para alcanzar los efectos deseados. ¿Empowerment,
potenciación, empoderamiento?

Quienes no creen en esta autoeficacia asumen que no pueden hacer nada para que las cosas
cambien → renunciar y ser apáticos en temas políticos.

Si el sistema de gobierno se percibe como digno de confianza, la autoeficacia colectiva


conduce hacia un activismo político positivo (por ejemplo, hacer que las personas voten). Si el
sistema no se percibe como digno de confianza, el comportamiento colectivo se orienta hacia
un estilo confrontador y coercitivo de protestas y disturbios.

En los deportes, la autoeficacia eficacia colectiva es también muy importante, está asociada
con el éxito general del equipo al final de la temporada.

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