DISCAPACIDAD

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DISCAPACIDAD

De acuerdo a la Organización Mundial de la Salud (OMS), la Discapacidad es un término


general que abarca las deficiencias, las limitaciones de la actividad y las restricciones de
la participación. Las deficiencias son problemas que afectan a una estructura o función
corporal; las limitaciones de la actividad son dificultades para ejecutar acciones o tareas y
las restricciones de la participación son problemas para participar en situaciones vitales.

Por lo tanto la Discapacidad es un fenómeno complejo que refleja una interacción


entre las características del organismo humano y las características de la sociedad
en la que vive.

Para la Organización Mundial de la Salud (OMS), se entiende como Discapacidad a


aquella restricción o impedimento de la capacidad de realizar una actividad en la forma o
dentro del margen que se considera normal para el ser humano. La Discapacidad se
caracteriza por excesos o insuficiencias en el desempeño de una actividad rutinaria
normal, los cuales pueden ser temporales o permanentes, reversibles o surgir como
consecuencia directa de la Deficiencia o como una respuesta del propio individuo, sobre
todo la psicológica, a deficiencias físicas, sensoriales o de otro tipo.

Entendemos por discapacidad toda aquella situación en que un sujeto ve limitada su


participación en algún tipo de ámbito o acción, debido a la existencia de algún tipo de
deficiencia en algún órgano o capacidad intelectual. Se trata en sí de la existencia de una
limitación, no siendo causa sino consecuencia.

La existencia de una discapacidad implica pues una dificultad u obstáculo para la


participación del sujeto en la sociedad o en algún aspecto o dominio vital en comparación
con las posibilidades que presentan aquellas personas sin la deficiencia en cuestión o
incluso el propio sujeto en un momento anterior de su vida.

Eso sí, la discapacidad no implica que el sujeto que la tiene no pueda llegar a alcanzar y
realizar las mismas actividades siempre y cuando se cuente con una ayuda ajustada a
sus necesidades.

Del mismo modo, el término "discapacidad" no es sinónimo de enfermedad, si bien a


la práctica ambos conceptos suelen solaparse en muchos casos. En cualquier caso, la
discapacidad en sí no es una palabra que se limite al ámbito clínico y de la salud, y sus
implicaciones se relacionan más con el mundo de lo social: el urbanismo, la arquitectura,
la política, etc. En los últimos años, la comprensión de la discapacidad ha pasado de una

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perspectiva física o médica a otra que tiene en cuenta el contexto físico, social y político
de una persona. Hoy en día, se entiende que la discapacidad surge de la interacción entre
el estado de salud o la deficiencia de una persona y la multitud de factores que influyen en
su entorno.

En el ámbito de las personas con características específicas, existen tres términos o


conceptos relacionados entre sí, y que a lo largo de los últimos años, se han ido
empleando unos u otros de forma indiferenciada. Estos términos a los que nos referimos,
son los de “Discapacidad”, “Deficiencia” y “Minusvalía”, que aunque estén estrechamente
vinculados entre sí, existen ciertos matices diferenciadores que es conveniente que
tengamos en cuenta.

Deficiencia: Es toda perdida o anormalidad de una estructura o función psicológica,


fisiológica o anatómica.

Discapacidad: Es toda restricción o ausencia, debido a una deficiencia, de la capacidad


de realizar una actividad, en la forma o dentro del margen que se considera normal para
el ser humano.

Minusvalía: Representa la socialización y el reconocimiento administrativo de una


deficiencia o discapacidad, reflejando las consecuencias culturales, sociales, económicas
y ambientales que para el individuo se derivan de la presencia de esa deficiencia o
discapacidad.

• La enfermedad es una situación intrínseca que abarca cualquier tipo de enfermedad,


trastorno o accidente. La enfermedad está clasificada por la OMS en su Clasificación
Internacional de Enfermedades y Problemas de Salud Relacionados (CIE).

• La deficiencia es la exteriorización directa de las consecuencias de la enfermedad y se


manifiesta tanto en los órganos del cuerpo como en sus funciones (incluidas las
psicológicas).

• La discapacidad es la objetivación de la deficiencia en el sujeto y con una repercusión


directa en su capacidad de realizar actividades en los términos considerados normales
para cualquier sujeto de sus características (edad, género,...).

• La minusvalía es la socialización de la problemática causada en un sujeto por las


consecuencias de una enfermedad, manifestada a través de la deficiencia y/o la
discapacidad, y que afecta al desempeño del rol social que le es propio.

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Discapacitado o Persona con discapacidad

La persona en primer lugar Ahora bien, cómo se dice?:

En distintos medios de comunicación y en el lenguaje cotidiano escuchamos diferentes


términos para definir a las personas con discapacidad. Se han difundido conceptos
como discapacitado, capacidades diferentes, capacidades especiales y otros más en
desuso como minusválido, inválido, impedido o deficiente.

La forma en que nos expresamos define y difunde maneras de ver el mundo y de


entender a las personas. Esto tiene consecuencias en el respeto de los derechos de esas
personas, por eso es de vital importancia expresarnos correctamente y decir personas
con discapacidad.

Cuando hablamos de personas con discapacidad, es importante referirnos a su


discapacidad solo cuando esto sea pertinente. En diversos medios de comunicación
podemos encontrar expresiones como «un ciego», «un discapacitado» o «un chico
Down», por ejemplo, en casos donde la discapacidad es un dato sin importancia dentro
del contexto. Con esto se refuerza una imagen de las personas con discapacidad
distorsionada, que quita los rasgos de individualidad y las percibe solo en relación a su
discapacidad.

Por otra parte, al referirnos a una persona en particular, lo correcto es llamarla por su
nombre, como a cualquier otro individuo. En caso de que debamos referirnos a la
discapacidad, la expresión correcta es la de persona con discapacidad. En primer lugar,
hablamos de las personas y en segundo término de la discapacidad como una de sus
características.

#Reconocer, valorar y naturalizar la diversidad

La expresión «persona con discapacidad» proviene del modelo social de la


discapacidad, que pone en primer lugar a la persona y dice que la persona tiene
discapacidad (una característica de la persona, entre muchas otras). Desde esta visión, la
discapacidad queda definida por la relación de la persona con las barreras que le pone el
entorno. Esta terminología está sustentada por la Convención Internacional sobre los
Derechos de las Personas con Discapacidad y lo importante es que las mismas personas
con discapacidad han sido las que participaron en su formulación.

Por su parte, hablar de «capacidades diferentes» es un eufemismo que no reconoce la


diversidad, ya que al fin y al cabo, todos tenemos capacidades diferentes. El concepto
proviene de una campaña electoral mexicana y carece de sustento académico o de

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reconocimiento entre las organizaciones de la sociedad civil especializadas. No está de
más aclarar que en todos los casos, el uso de diminutivos, denota una disminución en la
valoración de la persona y no deben ser usadas de ninguna manera expresiones como:
cieguito, sordito, etcétera, y que también es aplicable a los adultos mayores cuando se
refieren como abuelitos.

Cómo expresar la discapacidad específica

En todos los casos, hablamos primero de la persona y luego decimos la discapacidad.

 Persona con discapacidad auditiva

 Persona con discapacidad motora

 Persona con discapacidad visual

 Persona con discapacidad psicosocial

 Persona con discapacidad intelectual

Otros términos acuñados por colectivos de personas con discapacidad


Recientemente, entre colectivos de personas con discapacidad se ha sugerido la
utilización de otras expresiones.

 Persona con diversidad funcional: Enfatiza en la diversidad de la sociedad y en el


hecho de que la persona funciona de una manera diferente a la mayoría y que por eso
requiere adaptaciones específicas para algunas tareas cotidianas. La expresión es de
uso más habitual en algunos países como España.
 Persona en situación de discapacidad: Enfatiza en el hecho de que la discapacidad
proviene de una situación del entorno y no de una supuesta carencia de la persona.

Clasificación de tipos de discapacidad

No existe solo un tipo de discapacidad sino que podemos encontrar diferentes


clasificaciones en función del tipo de problema en que se presenten dificultades. Así,
podemos establecer diferentes grandes tipos de discapacidad, siendo los tres primeros
los que más se tienen en cuenta.

1. Discapacidad física

Recibe el nombre de discapacidad física o motora a todo aquel tipo de limitación


generada por la presencia de una problemática vinculada a una disminución o
eliminación de capacidades motoras o físicas, como por ejemplo la pérdida física de

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una extremidad o de su funcionalidad habitual.

Este tipo de discapacidad surge en el contexto de problemas medulares, accidentes de


tráfico, traumatismo craneoencefálico, enfermedad médica generadora de limitación física,
amputaciones, malformaciones congénitas o accidentes cerebrovasculares.

PRINCIPALES DISCAPACIDADES FÍSICAS. LESIONES MEDULARES


Hemiplejia: Lesión de las vías de conducción de impulsos nerviosos del encéfalo o
médula espinal. Se manifiesta con la parálisis de un solo lado del cuerpo: de un brazo,
una pierna, el tronco y a veces la cara.
Paraplejia: La lesión se produce en la zona torácica y lumbar. Se caracteriza por la
pérdida de la sensibilidad, que se acompaña a veces prálisis total y a veces de parálisis
parcial de las extremidades inferiores y de la parte del tronco sublesional.
Tetraplejia: Lesión que se produce como resultado de una sección de la medula a la altura
de la D1 o por encima de la misma. Se manifiesta con ausencia o alta restricción en la
movilidad de las extremidades superiores e inferiores.
Espina bífida: malformación congénita del tubo neural, que se caracteriza porque uno o
varios arcos vertebrales posteriores no han fusionado correctamente durante la gestación
y la médula espinal queda sin protección ósea. Produce debilidad muscular o parálisis
bajo el área donde ocurre la apertura (o hendidura), falta de sensación bajo la hendidura,
e incontinencia.
PRINCIPALES DISCAPACIDADES FÍSICAS. LESIONES CEREBRALES
Parálisis cerebral: Trastorno permanente que afecta a la psicomotricidad del paciente. La
parálisis cerebral describe un grupo de trastornos del desarrollo psicomotriz, que causan
una limitación de la actividad del enfermo, atribuida a problemas en el desarrollo cerebral
del feto o del niño. Los desórdenes psicomotrices de la parálisis cerebral están a menudo
acompañados de problemas sensitivos, cognitivos, de comunicación y percepción, y en
algunas ocasiones, de trastornos del comportamiento.
PRINCIPALES DISCAPACIDADES FÍSICAS. LESIONES OSTEOARTICULARES
Amputaciones: Pérdida total o parcial de una extremidad. Las causas principales son:
Falta de formación embrionaria, accidentes, tumores o diabetes.

2. Discapacidad sensorial

La discapacidad sensorial hace referencia a la existencia de limitaciones derivadas de la


existencia de deficiencias en alguno de los sentidos que nos permiten percibir el
medio sea externo o interno. Existen alteraciones en todos los sentidos, si bien las más
conocidas son la discapacidad visual y la auditiva.

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PRINCIPALES DISCAPACIDADES SENSORIALES. VISUALES

Ceguera parcial:Pérdida del sentido de la vista parcial. El resto visual tan sólo permite
captar la luz, aunque sin formas, sólo bultos y algunos matices de colores.

Ceguera total: Pérdida total del sentido de la vista.

PRINCIPALES DISCAPACIDADES SENSORIALES. AUDITIVAS

Leve: Umbral de audición entre 20 y 40 decibelios. Condiciones normales pasa


desapercibido. Oye el teléfono. Habla con otro mientras no haya ruidos. Puede o no llevar
prótesis.

Media: Umbral entre 40 y 70 decibelios. Puede adquirir la oralidad con prótesis adecuada.
No responde a sonidos remotos. Debe usar prótesis.
Severa: Umbral entre 70 y 90 decibelios. Sólo percibe algunas palabras amplificadas. El
proceso de adquisición del lenguaje oral no se realiza de forma espontánea:
imprescindible la intervención logopédica para lograr un habla inteligible y un lenguaje
estructurado y rico en vocabulario.
Profunda: Umbral superior a 90 decibelios. No perciben el habla a través de la audición.
La prótesis es indispensable, aunque sólo le dará tonos y es poco eficaz a más de dos
metros. Necesitan la ayuda de códigos de comunicación alternativa.
Cofosis: Umbral superior a 120 decibelios. Pérdida total de la audición.

PRINCIPALES DISCAPACIDADES SENSORIALES. TRASTORNOS DEL LENGUAJE


Trastornos del lenguaje: Dificultad, de manera más o menos persistente, de la
comunicación lingüística, afectando a aspectos lingüísticos, incluso intelectuales y de la
personalidad, interfiriendo en las relaciones y rendimiento escolar, social y familiar de los
individuos afectados

3. Discapacidad intelectual

La discapacidad intelectual se define como toda aquella limitación del funcionamiento


intelectual que dificulta la participación social o el desarrollo de la autonomía o de ámbitos
como el académico o el laboral, poseyendo un CI inferior a 70 y influyendo en diferentes
habilidades cognitivas y en la participación social. Existen diferentes grados de
discapacidad intelectual, los cuales tienen diferentes implicaciones a nivel del tipo de
dificultades que pueden presentar.

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PRINCIPALES DISCAPACIDADES PSÍQUICAS. RETRASOS MENTALES

Límite: Coeficiente intelectual comprendido entre 85 – 67. Limitación leve en el


desenvolvimiento corriente. Adquisición tardía del lenguaje. Capacidad de expresarse en
la actividad cotidiana. Alcanza independencia completa para el cuidado de su persona,
aunque el desarrollo es considerablemente más lento de lo normal.

Ligero: Coeficiente intelectual comprendido entre 66 – 55. Mayoría de los retrasos


mentales junto retraso mental límite. Retraso escolar con respecto a su grupo de edad.
Adquieren conocimientos suficientes para su independencia económica.

Moderado: Coeficiente intelectual comprendido entre 49 – 33. Lentitud en el desarrollo de


la comprensión y uso del lenguaje. Alcanzan en esta área dominio limitado. Retraso en la
adquisición de la capacidad de cuidado personal y funciones motrices. Conocimientos
esenciales en escritura, lectura y cálculo y realización de trabajos prácticos sencillos. Rara
vez alcanzan independencia total. Alcanzan desarrollo normal de su capacidad social y
participación en actividades sociales simples.

Severo: Coeficiente intelectual comprendido entre 32 – 14. Desarrollo motor anormal.


Nivel mínimo de habla y a menudo deformidades físicas. Pueden aprender palabras y
frases sencillas, hábitos de higiene y arreglo personal. En edad adulta: ejecución de
tareas ordinarias pero con supervisión y apoyo económico.

Profundo: Coeficiente intelectual comprendido entre 14 - 0. Alteraciones del


funcionamiento sensoriomotor, movilidad muy restringida. No controlan esfínteres: Formas
muy rudimentarias de comunicación no verbal. Ayuda adulta y supervisión constante.

4. Discapacidad psíquica

Hablamos de discapacidad psíquica cuando estamos ante una situación en que se


presentan alteraciones de tipo conductual y del comportamiento adaptativo,
generalmente derivadas del padecimiento de algún tipo de trastorno mental. La
discapacidad por enfermedad mental se debe a alteraciones de la salud mental que
pueden provocar diversas situaciones en las que el individuo tiene dificultad para
controlarse solo ante ciertas situaciones o momentos de su vida, y por ello puede
necesitar tratamiento y seguimiento de un profesional, para poder normalizar su situación
y recuperar sus capacidades. Un trastorno o alteración mental no tiene por qué mermar la
capacidad intelectual o el grado de cociente intelectual de la persona que la padece. Un
trastorno mental se puede presentar como una alteración de las emociones, de la
comprensión o del comportamiento. La conducta de la persona puede verse alterada y

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también su percepción del entorno y de las personas que le rodean, causando así una
mayor dificultad para su adaptación en la sociedad y creando un malestar en quién lo
padece. Trastornos mentales como: la depresión mayor, la esquizofrenia, el trastorno
bipolar; los trastornos de pánico el trastorno esquizomorfo y el síndrome orgánico.

PRINCIPALES DISCAPACIDADES PSÍQUICAS. TRASTORNOS MENTALES


Epilepsia: Síndrome cerebral crónico. Caracterizado por crisis recurrentes debidas a una
descarga excesiva de impulsos nerviosos por las neuronas cerebrales. Períodos de
confusión mental. Comportamientos infantiles repentinos. Movimientos como el de
masticar alimentos sin estar comiendo, o cerrar y abrir los ojos continuamente. Debilidad y
sensación de fatiga profundas. Períodos de "mente en blanco", en los que la persona es
incapaz de responder preguntas o mantener una conversación. Convulsiones, fiebre.
PRINCIPALES DISCAPACIDADES PSÍQUICAS. TRASTORNOS GENÉTICOS
Síndrome de down: Trastorno genético causado por una trisomía en el cromosoma 21.
Retraso mental y rasgos físicos peculiares. Probabilidad mayor de sufrir patologías
cardiacas, digestivas y endocrinas.
TEA: Desorden en el desarrollo neurológico o aparato psíquico. Se caracteriza
principalmente por una interacción social limitada, y por presentar problemas con la
comunicación verbal.

Los problemas de salud mental no tienen nada que ver con la discapacidad
intelectual. La discapacidad intelectual se refiere al funcionamiento intelectual
mientras que la enfermedad mental es una distorsión o exageración de la realidad.

5. Discapacidad visceral

Este poco conocido tipo de discapacidad aparece en aquellas personas que padecen
algún tipo de deficiencia en alguno de sus órganos, la cual genera limitaciones en la vida
y participación en comunidad del sujeto. Es el caso de las que pueden generar la
diabetes o los problemas cardíacos.

6. Discapacidad múltiple

Este tipo de discapacidad es la que se deriva de una combinación de limitaciones


derivadas de algunas de las anteriores deficiencias. Por ejemplo, una persona con
discapacida visual y con discapacidad intelectual, o de una persona con una condición
parapléjica y con discapacidad auditiva.

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En los tipos de discapacidad encontramos también en la clasificación clínica que puede
ser:

1. Definitiva o recuperable o compensable (con prótesis u otros recursos)

2. Congénita o adquirida

3. Evolución: progresiva, estacionaria o regresiva

Los diferentes tipos de discapacidad no son simplemente un problema individual, sino


que plantea una serie de debates con implicaciones sociales.

Esto es así porque el propio concepto de persona discapacitada no tiene por qué implicar
que estos individuos estén condenados a sufrir por no poder adaptarse a un entorno no
pensado para ellos.

Esto significa, por ejemplo, preocuparse por hacer accesibles las calles y los inmuebles,
hacer que las instituciones puedan ser usadas por ellos, evitar formulaciones lingüísticas
que faciliten la discriminación, etc. En definitiva, toda una serie de reivindicaciones tan
plurales como plural y diversa es la sociedad.

Las barreras de contextos son entendidas como factores que obstaculizan la participación
y el desarrollo de las personas, ya que tienen un impacto directo, tanto en el
funcionamiento de los órganos y las estructuras corporales, como en la realización de las
actividades de la vida diaria y en el desempeño social. Frecuentemente son clasificadas
en:
Físicas: por ejemplo, un ascensor estrecho o rampas con grado de pendientes
inadecuadas.
 Ambientales: por ejemplo, baterías de selección, evaluaciones de desempeño y
encuestas de clima no adaptadas (en Braille para personas ciegas, para personas con
discapacidad cognitiva, etc).
 De las creencias y la cultura: se dan cuenta cuando en las organizaciones o equipos de
trabajo se levantan y documentan la presencia de ciertos mitos, prejuicios y estereotipos
en relación con las personas con discapacidad por parte de miembros de la compañía. Es
frecuente que se tiende a sobre-dimensionar o subvalorar el desempeño de una persona
con discapacidad, a partir de comentarios en redes sociales o hábitos de trato hacia ellos
o ellas.
 De prejuicios: opinión previa y tenaz, por lo general desfavorable, acerca de algo que se

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conoce mal. Ejemplo: que personas con discapacidad cognitiva sólo pueden realizar
tareas de tipo mecánico o de baja cualificación.
 Estereotipos: imagen o idea aceptada comúnmente por un grupo o sociedad con
carácter inmutable. Ejemplo: que todas las personas con discapacidad cognitiva son
cariñosas, impulsivas etc.
Cuando una empresa decide la contratación de una persona con discapacidad,
naturalemente deberá evaluar la necesidad de ajustes razonables. sin éstos, la
posibilidad de proveer los apoyos que cada persona requiere para estar en igualdad de
condiciones con los demás no sería posible, pues toda empresa, independiente de la
naturaleza u objeto social de la misma, posee barreras físicas o de actitud que pueden
obstaculizar correctamente el proceso de inclusión laboral.

LAS BARRERAS SON SOCIALES: Y LAS SOLUCIONES TAMBIEN. UNA VISION


COMPROMETIDA Por Eduardo D. Joly
Qué es tener una discapacidad cuando existen barreras?
Descubrimos, muy tempranamente, que nuestros problemas no concluyen al ser dados de
alta hospitalaria, y al ser munidos de silla de ruedas, muletas, ortesis, prótesis, o de otro
aditamento para la marcha, para la escucha, para la vista. Todo lo contrario: al retornar a
nuestros hogares, a nuestras comunidades, a la sociedad en que vivimos, descubrimos
que entonces nuestros problemas recién comienzan.
Porque tener una discapacidad significa vivir en el mundo, en sociedad, como "diferente",
"anormal", "inferior", marginado, no por decisión propia sino por percepción y actitud
ajena.
Al tener una discapacidad uno se enfrenta cotidianamente a problemas muy amplios y a la
vez complejos. Significa lidiar con personas que nos evitan o huyen ante nuestra mera
presencia, que nos compadecen, o que nos rechazan lisa y llanamente. Tener una
discapacidad, también dificulta obtener un empleo, encontrar un lugar accesible y decente
en el cual vivir, trasladarse de un lugar a otro, tener acceso a la cultura, a la educación, al
deporte y a la recreación como puede tenerlo cualquier otra persona (no-discapacitada).
Tener una discapacidad también dificulta el establecimiento y mantenimiento de
relaciones afectivas, ya sean de amistad o de amor, familiares o de pareja. Para muchos,
a veces implica vivir a nivel de pobreza y/o verse obligado a una jubilación temprana e
insuficiente (ciertamente no de "privilegio"). Significa, discriminación y exclusión, o en
otras palabras, ser tratado como un ciudadano de segunda categoría, es decir, como
alguien con derechos cívicos limitados/restringidos. Tener una discapacidad, por ello, no

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se reduce a tener un defecto físico: es una compleja realidad socio-política y emocional
con la cual se vive día tras día, año tras año.
Quien tiene una discapacidad se encuentra cotidianamente ante una muralla de
prohibiciones, difíciles de franquear, y ante alternativas limitadas que tienden a reforzar su
condición de persona marginada y excluída.
Comúnmente, estas prohibiciones y alternativas están marcadas físicamente por la
presencia de barreras arquitectónicas y urbanísticas, o por soluciones en el manejo del
espacio curiosamente concebidas. Estas barreras y soluciones contienen dobles
mensajes, unos claros y explícitos, otros encubiertos e implícitos.
A nivel explícito enuncian: No pasarás, no entrarás, o pasa pero ubícate en tal o
cual lugar que es el que te corresponde, o pasa y aprovecha aquello que está en el
espacio que te hemos destinado o al cual hemos permitido o facilitado tu acceso, o
ven pero acompañado ya que no podemos hacernos responsables de tí.

A nivel implícito adquieren una fuerza de gran impacto emocional, decodificando lo


explícito en: No eres bienvenido, no deseamos tu presencia, o estamos dispuesto a
tolerarte pero manténte separado, alejado, o te recibimos y acepta con gratitud lo
que te ofrecemos sin reclamar más, o‚ este espacio se ha creado específicamente
para ti, es decir solamente para gente como tu, o ven pero no sólo, como persona
autónoma e independiente, sino con alguien que se haga cargo de ti, con un
responsable porque tú no lo eres.
Algunos ejemplos ilustrativos y señalar, para cada uno, los efectos de sentido, psico-
sociales, para las personas con y sin discapacidades. Por ejemplo...
-Cuando nos restringen a espacios predeterminados, y alejados de nuestros familiares
y amigos, o cuando nos prohiben elegir el lugar donde ubicarnos, como suele suceder
en cines, teatros, canchas deportivas, nos niegan la posibilidad del disfrute compartido,
pero además nos segregan y marginan, convirtiendo una marca física en una marca
social, en un estigma.
-Cuando quienes usamos silla de ruedas o tenemos dificultades para deambular,
ingresamos a un museo o centro cultural (aún vía una rampa) pero no podemos
disfrutar de una exposición, conferencia, taller, seminario, porque está en un piso
solamente accesible por escalera, nos aceptan a medias, nos excluyen, y además nos
obligan a acudir a personas no-discapacitadas para vencer los obstáculos impuestos,
reforzando y remarcando nuestra dependencia. Peor aún, cuando la actividad a la que
queremos concurrir versa sobre un tema vinculado a la discapacidad, en cuyo caso

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pareciera que nos excluyeran, paradójicamente, del análisis, reflexión, y/o tratamiento
del problema que justamente nos aqueja y compete
Estas actitudes y comportamientos, conscientes o no, emanan de y reafirman a su vez la
noción que personas con discapacidades deben ser resguardadas, aisladas, tratadas
como si fueran niños, sin capacidad ni derecho de pensar y decidir sobre sus propias
vidas. La estructuración de ésta modalidad de relación entre personas con y sin
discapacidades suele originarse en el modelo médico, en el cual los profesionales de la
salud se erigen en los expertos que diagnostican, pronostican e indican las terapéuticas a
seguir, generalmente comunicándolas a los familiares y no a los designados pacientes.
De ahí en más, las demás instituciones se hacen eco de esta modalidad integrándola en
sus concepciones y prácticas cotidianas. Por resultado, construimos en la conciencia
social una magen recortada, reducida y distorsionada de las personas con
discapacidades, ubicándolas en un rol pasivo y receptor, adjudicándoles el rótulo de
desvalidos por
débiles, ineptos por incapaces, niños por dependientes. Y peor aún, las personas con
discapacidades terminan convencidas ellas mismas, internalizando y quedando atrapadas
en este mandato social, y en su comportamiento cotidiano, sin querer, refuerzan estas
nociones, cumpliendo el rol que se les ha asignado.
-Cuando, en otras situaciones, llegamos a un lugar con una rampa imposible de
ascender por cuenta propia, y muy riesgosa aún con asistencia, nos burlan con una
solución simbólica pero irreal, obligándonos a ir acompañados y/o a depender de la
voluntad, destreza y fuerza física de otros.
-Cuando intentamos hacernos socios de un club o de un gimnasio, pero no
encontramos uno que sea accesible, y si lo es, sólo para algunas actividades, y si nos
asociamos (a pesar de que sus autoridades traten de persuadirnos de no hacerlo) y
descubrimos que el vestuario, duchas y/o baños no son accesibles y por mas que
reclamemos modificaciones menores estas nunca llegan a ejecutarse (aun cuando
ofrecemos afrontar los costos personalmente), entonces nos están diciendo que
nuestros cuerpos imperfectos no son deseados, que los deportes y los ejercicios que
ahí se practican son para tonificar los cuerpos hermosos, sanos y saludables de la
gente linda. Y nosotros estamos muy lejos de esa imagen, no nos pertenece, se nos
esta vetada. Por solución, pareciera que solo nos queda aceptar nuestro lugar de
pacientes eternos y recurrir a tratamientos kinésicos/fisioterapéuticos hasta para
mantenernos en forma. Sin embargo, estos son costosos y no hay plan medico que los

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cubra de forma prolongada, con lo cual tendemos a abandonar el cuidado del cuerpo
con el consiguiente deterioro progresivo del mismo.
-Cuando, por otra parte, se habilitan centros especiales para la practica de deportes y
la recreación de personas con discapacidades y se nos indica que de esta forma se da
solución a nuestras necesidades, se nos segrega a modo de un apartheid social. -
Cuando, coherente con este enfoque, se piensa resolver el problema de nuestro
transporte con buses o vans destinados para nuestro uso exclusivo, me recuerda a la
discriminación y marginación de los negros norteamericanos previo al inicio del
movimiento de derechos civiles y a la que hasta hace poco sufría la población negra
Sudafricana.

Nuestros intentos y esfuerzos por desarrollar nuestras potencialidades, por ser personas
autónomas e independientes en lo cotidiano, por hacer valer nuestros derechos
ciudadanos y humanos, se ven frustrados por el diseño del espacio en que nos movemos,
por las actitudes de las personas que tienen el poder de decisión sobre el manejo de
dichos espacios, por la ausencia de políticas apropiadas y por la falta de una adecuada
fiscalización.
Si como sociedad partimos del supuesto que todos somos, o deberíamos ser, iguales ante
la ley, si adscribimos en lo político a un sistema de gobierno democrático porque
consideramos que todo ciudadano tiene, o debería tener, el derecho a participar en la
toma de decisiones que afectan su vida cotidiana, si pretendemos que nuestras ciudades,
nuestros hábitats, sean para todos, entonces:
-Deberíamos rechazar la noción que una persona con una discapacidad es una
persona incompleta, a medias, y por el contrario verla, tratarla y, ante todo, rescatar su
condición como ser humano.
-Deberíamos esgrimir el coraje de desechar prejuicios, fantasías y temores que nos
llevan a distanciarnos de personas que en su cuerpo llevan lo que no deseamos para
nosotros mismos, reconociendo que a la corta o a la larga todos adquiriremos alguna
discapacidad ya que naturalmente viene con el envejecimiento. En todo caso la
pregunta a formularse no es: porque me toco a mí, o porque le toco a él o ella, si no
porque (aun) no me toco a mí.
-Para ello será necesario, además, abandonar la imagen proveniente del modelo
medico por la cual una persona con una discapacidad es un paciente crónico (es decir
mientras tenga la discapacidad está enfermo, es decir de por vida) y cuya
preocupación principal (y la de la sociedad) será su cura (muchas veces inalcanzable y

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por lo tanto expectativa frustrante). No se trata de ignorar o despreciar esfuerzos
curativos, sino de evitar quedar atrapados exclusivamente en su lógica, por la cual se
justifican exclusiones y postergaciones innecesarias y discriminatorias. ¿O acaso, mi
carné de admisión en sociedad depende de que como negro pueda mudar de piel,
como amputado o parapléjico pueda mudar de piernas, como ciego pueda ver, o como
sordo pueda escuchar?
-Esto seria caer en una suerte de racismo social que no solo oprime al discriminado
sino que nos atrapa a todos en un sistema de relaciones sociales que inhibe el
desarrollo pleno de todos.
Finalmente, deberíamos tener la humildad profesional y política de reconocer que
desconocemos experiencias vitales y cotidianas de personas con discapacidades, y por lo
tanto las soluciones que pensamos para ellas tal vez no contemplen adecuadamente sus
necesidades y deseos. La inclusión de personas con discapacidad en la definición,
búsqueda de soluciones, ejecución y supervisión de las mismas, garantizaría una mas
acertada redefinición del espacio arquitectónico y urbanístico en el que todos nos
movemos para desde ahí contribuir a transformar prohibiciones en oportunidades y, por
ende, lograr un impacto incalculable en la conciencia y en el comportamiento social.

Antes de concluir, quisiera lanzar algunas ideas puntuales respecto a como integrarnos,
derrumbando las barreras sociales con las que coexistimos a diario.

-Buscar soluciones permanentes de acceso a establecimientos educativos de todos los


niveles, y a espacios culturales, tales como museos, galerías, centros culturales,
teatros y cines, legislando, en el código de edificación, que toda nueva obra garantice
el acceso a dichos establecimientos y a sus espacios internos.
-Establecer un cronograma imperativo para ejecutar las refacciones necesarias en
establecimientos preexistentes a fin de convertirlos en accesibles. No podemos
depender exclusivamente de la buena voluntad ni de la sensibilidad social de
arquitectos, ingenieros, constructores, inversores o funcionarios publicos al momento
de diseñar y/o ejecutar una obra. El accionar debe ser imperativo, para evitar las
omisiones y el diseño de soluciones erróneas que siguen produciéndose en nuevas
obras y refacciones/ remodelaciones.
-Promover el acceso a clubes y gimnasios, sean de dominio publico o privados,
procurando que en dicho acceso se contemple la mayor cantidad de actividades

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deportivas y recreativas. En dichos centros, garantizar también el acceso a vestuarios,
duchas y sanitarios, tanto para hombres como para mujeres.
-En lugares donde no sea factible la construcción de rampas, investigar otras
alternativas de acceso.
-En los cines y teatros buscar soluciones que permitan a personas con y sin
discapacidades disfrutar juntos y no separados/segregados (por ejemplo, con butacas
accesibles para pasar de una silla de ruedas o para quien va con muletas o bastones,
autorización para dejar la silla plegada próxima a su dueño/a, espacios libres de
butacas para colocar sillas de ruedas a diferentes distancias de la pantalla o
escenario).
-Garantizar el acceso a sanitarias para personas con discapacidades en estos lugares.
-Que hoteles y apart-hoteles tengan habitaciones acondicionadas para personas con
discapacidades, garantizando además su acceso al edificio y a los diversos servicios
que en el se ofertan.
-Contruir rampas adecuadamente diseñadas en las esquinas de las calles, orientando
a la Policía a multar y hacer remolcar vehículos que obstaculicen dichos accesos.
-Procurar la reparación de veredas y calles bacheadas. Ambas acciones beneficiarían
no solo a personas con discapacidades, sino también a quienes llevan
a sus bebés en cochecitos y a personas de edad, y contribuiría además a prevenir mas
de un accidente en la vía publica.
-Alargar el tiempo entre cambio de luces para facilitar el cruce para personas con
discapacidades y personas de edad.
-Legislar/reglamentar que toda nueva incorporación al transporte público contemple su
real utilización por personas con limitaciones físicas. En este sentido, reconocer que
las soluciones deben tomar en cuenta no sólo las necesidades de quienes usan silla
de ruedas, sino también la de los ciegos o disminuidos visuales y la de los sordos.
Asientos próximos al chofer y aviso auditivo de paradas y señalización adecuada para
sordos. Penalizar a taxis que rehusen llevar a personas con discapacidades.
-Procurar que toda conferencia, taller, seminario, u actividad con temática vinculada a
la discapacidad se de en lugares accesibles. Parecería obvio, pero en demasiadas
ocasiones no se toma en cuenta.
-Propiciar a nivel municipal la confección de folletos, de utilidad para turistas y
residentes, con listados de comercios gastronómicos, y de toda otra índole, de centros
culturales, hoteles, transportes, etc., que sean accesibles a personas con

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discapacidades físicas. Colocar en sus entradas el símbolo internacional con la silla de
ruedas, verificando que efectivamente el establecimiento cumple con lo prometido.
-Cumplir con la Consitutución Nacional en cuanto al cupo de empleo para personas
con discapacidad en dependencias gubernamentales y en todo empresa licitataria de
servicios públicos, proveyendo la capacitación necesaria.

A modo de conclusión, quisiera reiterar la idea de que la discapacidad no es un hecho


naturalmente derivable de una limitación física, sino que es una construcción social, es
una imposición que se va armando desde afuera, hasta lograr que todos, las personas
con discapacidad inclusive, la acepte como si fuera una condición inapelable, para
siempre. Y es justamente esta construcción social que debemos desechar y reemplazar,
rescatando, como ya he propuesto, el derecho inalienable de ser humano que pasa por el
derecho a ser dueño de su propio destino. Pensar y adecuar el entorno arquitectónico y
urbanístico en función de este objetivo, o al menos tomándolo en cuenta, es un reto, no
solo para las profesiones aquí convocadas sino para todos.

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