Resumen Teorías Sociológicas II UNC Comunicacion Social 2024
Resumen Teorías Sociológicas II UNC Comunicacion Social 2024
Resumen Teorías Sociológicas II UNC Comunicacion Social 2024
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Unidad 1
El tipo de ciencia social que uno puede hacer depende de la relación que se tiene
con el mundo social y, por ende, de la posición que se ocupa en dicho mundo.
Esta relación con el mundo se traduce en la función que el investigador asigna
consciente o inconscientemente a su práctica, y que dirige sus estrategias de
investigación: los objetos que elige, los métodos que emplea, etc. Uno puede elegir
como objetivo la comprensión del mundo social, en el sentido de comprender por
comprender. Por el contrario, uno puede buscar técnicas que permitan manipularlo,
con lo cual pone la sociología al servicio de la gestión del orden establecido.
Una gran parte de los que se llaman a sí mismos sociólogos o economistas son
Ingenieros sociales, cuya función es proporcionar recetas a los dirigentes de
empresas privadas o a los gobiernos. Ofrecen una racionalización del conocimiento
práctico o semicientífico que los miembros de la clase dominante poseen sobre el
mundo social. Hoy en día, los dirigentes, necesitan una ciencia capaz de
racionalizar, en los dos sentidos, la dominación, a la vez capaz de reforzar los
mecanismos que la garantizan y legitimarla.
La sociedad existe en dos formas inseparables: por un lado, las instituciones, que
pueden tomar la forma de cosas físicas (como monumentos, libros,
instrumentos, etc.); por otra, las disposiciones adquiridas, las formas duraderas
de ser o de actuar, que encarnan en cuerpos (habitus). El cuerpo socializado (lo
que se llama individuo o persona) no se opone a la sociedad; es una de sus formas
de existencia.
¿En qué sentido tiene importancia que, en cualquier cosa, que hagan o
puedan hacer, las personas dependan de otras personas; en qué sentido tiene
importancia que vivan siempre (y no puedan evitarlo) en compañía de, en
comunicación, en intercambio, en competencia, en cooperación con otros
seres humanos? Es este tipo de pregunta (y no un conjunto aislado de personas o
hechos seleccionados a los fines del estudio, ni tampoco una serie de acciones
humanas desconocidas por otras líneas de investigación) lo que constituye el
dominio de la discusión sociológica y define a la sociología como una rama
relativamente autónoma de las ciencias humanas y sociales.
La sociología es en primer lugar y sobre todo, una manera de pensar acerca del
mundo humano; en principio, uno podría también pensar acerca del mismo mundo
de diferentes maneras.
El sentido común
Ese conocimiento rico pero desorganizado, asistemático y con frecuencia
inarticulado e inefable de que nos valemos para el diario oficio de vivir.
Las relaciones de la sociología con el sentido común están llenas de problemas
decisivos para su naturaleza y práctica.
Unidad 2
Persona y cuerpo
El cuerpo puede existir y operar en forma sumamente inteligente sin que haya una
persona involucrada en la experiencia. La persona tiene la característica de ser un
objeto para sí, y esa característica la distingue de otros objetos y del cuerpo.
Las partes del cuerpo son completamente distinguibles desde la persona.
La persona, en cuanto puede ser un objeto para sí, es esencialmente una estructura
social y surge en la experiencia social. Continuamente seguimos las palabras que
decimos a otra persona con una comprensión de lo que decimos, y empleamos esa
comprensión en la dirección de nuestra conversación continuada. Descubrimos lo
que vamos a decir lo que vamos a hacer, diciendo y haciendo, y en el proceso
controlamos continuamente el proceso mismo. En la conversación de gestos, lo
que decimos provoca cierta reacción en otro y, a su vez, cambia nuestra acción, de
modo que nos apartamos de lo que comenzamos a hacer debido a la réplica que
hace el otro.
Uno habla consigo mismo como hablaría con otra persona también. Uno se dirige a
otras personas y, al mismo tiempo, a la propia persona, y en la que uno controla el
hecho de dirigirse a otras personas gracias a la reacción hecha al propio gesto.
Otra serie de factores básicos en la génesis de la persona está representada por las
actividades lúdicas y el deporte.
En el juego, el niño adopta el papel de otro. Cuando el niño adopta un papel, tiene
en sí los estímulos que provocan esa reacción o grupo de reacciones especiales.
En el periodo de los juegos, el niño utiliza sus propias reacciones a esos estímulos
que emplea para construir una persona.
En el deporte organizado, el niño que interviene tiene que estar preparado para
adoptar la actitud de todos los otros involucrados en dicho deporte, y que esos
diferentes papeles deben tener una relación definida unos con otros. (toma el rol de
numerosos otros).
Las reglas presentes en los juegos son la serie de reacciones que provoca una
actitud especial. Uno puede exigir una determinada reacción a otros, si adopta
cierta actitud. Estas reacciones están también en uno mismo.
El individuo posee una persona sólo en relación con las personas de los otros
miembros de su grupo social; y la estructura de su persona expresa o refleja la
pauta general de conducta del grupo social al cual pertenece, así como lo hace la
estructura de la persona de todos los demás individuos pertenecientes a ese grupo
social.
3. La persona y lo subjetivo
Cuando llegamos a ser persona, alcanzamos cierta clase de conducta, cierto tipo
de proceso social que involucra la interacción de distintos individuos, y que, al
mismo tiempo, involucra a individuos ocupados en una suerte de actividad
cooperativa. En tal proceso puede surgir, como tal, la persona.
4. El “yo” y el “mí”
El “yo” es la reacción del organismo a las actitudes de los otros; el “mí” es la serie
de actitudes organizadas de los otros que adopta uno mismo.
El que logra conciencia de sí se debe a la capacidad del individuo para adoptar las
actitudes de esos otros en la medida en que éstos puedan ser organizados. La
adopción de todas estas series de actitudes organizadas le proporciona su “Mí”.
El “Yo” es la acción del individuo frente a la situación social que existe dentro de su
propia conducta, y se incorpora a su experiencia sólo después de que ha llevado a
cabo el acto. Entonces tiene conciencia de éste. Tuvo que hacer tal y cual cosa, y la
hizo. Cumple con su deber y puede contemplar con orgullo lo ya hecho. El “Mi”
surge para cumplir tal deber: tal es la forma en que hace su experiencia. Tenía en sí
todas las actitudes de los otros, provocando ciertas reacciones; ese era el “mí” de
la situación, y su reacción es el “yo”.
La reacción del “yo” es algo más o menos incierto. Las actitudes de los otros, que
uno adopta en cuanto afectan a su propia conducta, constituyen el “mí”, y eso es
algo que existe, pero las reacciones a ello no se han dado aún. El “yo”, en cuanto
reacción a esa situación, en contraste con el “mí” involucrado en las actitudes que
adopta, es incierto. Y cuando la reacción se opera, entonces aparece en el campo
de la experiencia, mayormente como una imagen de la memoria.
El “yo” proporciona la sensación de libertad. De iniciativa. La situación existe para
nosotros, para que actuemos en forma consciente de nosotros. Tenemos
conciencia de nosotros, y de lo que es la situación, pero jamás entra en la
experiencia la manera exacta en que actuaremos, hasta después de que tiene lugar
la acción.
La persona es esencialmente un proceso social que se lleva a cabo, con esas dos
fases distinguibles. Si no tuviese dichas fases, no podría existir la responsabilidad
consciente, y no habría nada nuevo en la experiencia.
Un símbolo no es otra cosa que el estímulo cuya reacción es dada por anticipado.
Si la reacción puede ser dada en términos de una actitud utilizada para el posterior
control de la acción, entonces la relación entre ese estímulo y la actitud es lo que
entendemos por símbolo significante.
El objeto físico es ese objeto hacia el cual no existe ninguna reacción social que
provoque a su vez una reacción social en el individuo. El objeto físico constituye
una abstracción a partir de la reacción social a la naturaleza.
Uno logra la conciencia de sí sólo en la medida en que adopta la actitud del otro o
se siente estimulado a adoptarla. Entonces se encuentra en posición de reaccionar
en sí a esa actitud del otro.
Cuando la reacción del otro se convierte en parte esencial de la experiencia o
conducta del individuo; cuando adoptar la actitud del otro se torna parte esencial
de su conducta, entonces el individuo aparece en su propia experiencia como una
persona; y mientras tal cosa no suceda no surgirá como persona.
Ambos aspectos del “yo” y del “mí” son esenciales para la persona en su plena
expresión. Uno debe adoptar la actitud de los otros en un grupo. a fin de pertenecer
a la comunidad. Gracias a su relación con los otros de esa comunidad, gracias a los
procesos sociales racionales que se llevan a cabo en dicha comunidad, tiene
existencia como ciudadano. Por otra parte, el individuo reacciona constantemente a
las actitudes sociales y cambia, en este proceso cooperativo, la comunidad misma
a la cual pertenece.
➔ Los objetos del mundo exterior son los mismos para mis semejantes que
para mí
➔ La naturaleza, el ámbito de las cosas del mundo exterior, es intersubjetiva
➔ La significación de este “mundo natural” (que ya fue experimentado,
dominado y nombrado por nuestros predecesores) es fundamentalmente la
misma para mis semejantes que para mí, ya que se comparte un mismo
marco común de interpretación
➔ El ámbito de las cosas que pertenecen al mundo exterior es también social
para mí
➔ Puedo actuar sobre mis semejantes y que también ellos pueden actuar sobre
mí
También los objetos naturales como tales están incluidos en el ámbito de sentido
perteneciente a la cultura. La cuestionabilidad del mundo social y cultural es de
carácter histórico. Sus objetivaciones son atribuibles a hechos humanos, que
pueden ser explicitados en lo que respecta a su sentido, mediante el cual
“comprendo” el propósito de la herramienta, capto lo que representa un signo y
entiendo cómo se orienta un hombre en su relación con el mundo social.
Cada hombre puede vivir el mundo social como un sistema ordenado con
determinadas constantes relacionales, aunque sus aprehensiones en perspectiva,
sus explicitaciones subjetivas del orden dependan de su posición o punto de vista,
que en parte le es impuesto y en parte está determinado por la cadena biográfica
de sus decisiones; pero a la vez, en principio, el mundo social es “comprensible”
para mí de otra manera.
a) El acento de realidad
Los órdenes de realidad no se constituyen mediante la estructura antológica
de su objeto, sino más bien mediante el sentido de nuestra experiencia. Por
esta razón hablamos de ámbitos finitos de sentido, a cada uno de los
cuales conferimos el acento de realidad. Todas las experiencias que
pertenecen a un ámbito finito de sentido apuntan a un estilo particular de
vivencia, un estilo cognoscitivo.
El carácter finito de un ámbito de sentido (del mundo de la vida cotidiana, del
mundo de los sueños, del mundo de la ciencia o del mundo de la experiencia
religiosa) descansa en el carácter de la unidad de su propia vivencia peculiar,
o sea su estilo cognoscitivo. La armonía y la compatibilidad, en cuanto a
dicho estilo, están restringidas a un ámbito determinado de sentido.
La transición de un ámbito finito de sentido a otro sólo puede realizarse
mediante un “salto”. Este salto no es sino el cambio de un estilo de vivencia
por otro. Al estilo de vivencia le corresponde esencialmente una tensión
específica de conciencia, tal “salto” va acompañado por una experiencia
conmocionante, provocada por la alteración radical de la tensión de
conciencia.
d) El mundo onírico
- El sueño es la completa relajación de la conciencia y se combina con un total
apartarse de la vida. El ego que duerme no tiene ningún interés
pragmáticamente condicionado en aclarar y distinguir sus percepciones
confusas; es decir, en convertirlas en apercepciones, pero sigue percibiendo,
recordando y pensando.
- La forma típica de espontaneidad en el mundo onírico tiene cierta semejanza
con la que presentan los mundos de la fantasía, pero el ego que sueña no
actúa jamás. Las pesadillas muestran con claridad el carácter ineludible de
los sucesos oníricos y la impotencia del que sueña.
- La estructura temporal del mundo onírico es extraordinariamente compleja.
Antes y después, presente, pasado y futuro, parecen confundirse.
- Con respecto a la socialidad, debe decirse que el estado del soñar es
esencialmente solitario. La otra persona es siempre solamente el objeto de
mis sueños, incapaz de compartirlos.
Unidad 3
2.1 Capital
El principio a partir del cual se distinguen los campos sociales es el tipo de capital
que está en juego.
El objeto central de las luchas y del consenso en cada campo está constituido por
una de las diferentes variedades de capital.
Capital puede definirse como “conjunto de bienes acumulados que se
producen, se distribuyen, se consumen, se invierten, se pierden”. El concepto
se extiende a cualquier tipo de bien susceptible de ser acumulado, en torno al cual
puede constituirse un proceso de producción, distribución y consumo, y por tanto,
de mercado. Los campos sociales pueden ser considerados como mercados de
capitales específicos.
Donde puede observarse el lazo que existe entre capital cultural y capital
económico es en el tiempo necesario para su adquisición, lo que incluye el
momento en que un agente social puede comenzar la empresa de adquisición y
acumulación, hasta cuando puede continuarla y de qué modo, el porcentaje del
tiempo biológicamente disponible utilizado en el proceso, etc.
Capital simbólico, capital cultural, capital social, capital económico, son las
diferentes especies de capital y cada una de ellas tiene sub-especies.
Volumen y estructura del capital constituyen también los factores que tienen el peso
funcional más fuerte en la construcción de las clases sociales, al conferir su forma y
su valor específico a las determinaciones que otros factores -tales como edad,
sexo, residencia, etc.- imponen a las prácticas.
2.2 Intereses
La noción de interés es sacada del ámbito estrictamente económico para
extenderlo a toda práctica social. Además, rompe con la visión encantada del
“desinterés” o “gratuidad”.
La noción de illusio implica acordar a cierto juego social que él es importante, que
vale la pena luchar por lo que allí se lucha, que es posible tener interés por el
desinterés (en sentido estrictamente económico) y obtener beneficios de ello
(especialmente simbólicos).
Puede decirse que todo campo, en tanto que producto histórico, engendra y
activa una forma específica de interés, una illusio específica, que es la
condición de su propio funcionamiento. Por lo tanto, hay tantos intereses como
campos, lo que hace necesario determinar en cada caso empíricamente las
condiciones sociales de producción de ese interés, su contenido específico, etc.
Por otro lado, ese interés que está implicado en la participación en el juego, se
diferencia según la posición ocupada en el juego y también la trayectoria que
conduce a cada participante a esa posición.
Es la distribución desigual del capital que está en juego, lo que define las diferentes
posiciones constitutivas de un campo.
Posición podría definirse entonces como lugar ocupado en cada campo o, mejor,
lugar ocupado en cada campo, en relación con el capital específico que allí
está en juego.
Son relativas, no pueden definirse por sí mismas sino en relación con otras
posiciones, y que las propiedades ligadas a cada una de ellas sólo pueden
diferenciarse por referencia a las propiedades asociadas a las otras posiciones.
Cada una de las posiciones se define en relación a las demás posiciones que
constituyen un campo específico y, por lo tanto, el hacer referencia a una
determinada posición implica siempre la referencia al sistema de relaciones en el
cual está inserta.
El sentido práctico es una aptitud para moverse, para actuar y para orientarse
según la posición ocupada en el espacio social, según la lógica del campo y la
situación en la cual se está comprometido.
El sentido práctico tiene una lógica propia, que es necesario aprehender para poder
explicar y comprender las prácticas.
El habitus como sentido del juego, es juego social incorporado, vuelto naturaleza.
Esa libertad de invención y de improvisación que posibilita producir la infinidad de
jugadas hechas posibles por el juego, tiene los mismos límites que el juego.
Todas las prácticas (y todas las obras) de un mismo agente están armonizadas
entre sí y objetivamente orquestadas con las de todos los miembros de una misma
clase.
El espacio social
Mundo social en forma de espacio (de varias dimensiones) construido sobre la base
de principios de diferenciación o distribución constituidos por el conjunto de las
propiedades que actúan en el universo social en cuestión, es decir, las
propiedades capaces de conferir a quien las posea con fuerza, poder, en ese
universo. Los agentes y grupos de agentes se definen entonces por sus
posiciones relativas en ese espacio.
En la medida en que las propiedades retenidas para construir ese espacio son
propiedades actuantes, también podemos describirlo como un campo de fuerzas,
es decir, como un conjunto de relaciones de fuerzas objetivas que se imponen a
todos los que entran en ese campo y que son irreductibles a las intenciones de los
agentes individuales o incluso a las interacciones directas entre los agentes.
Las clases que pueden recortarse en el espacio social no existen como grupos
reales, aunque expliquen la probabilidad de constituirse en grupos prácticos,
familias, clubes, asociaciones e incluso “movimientos” sindicales o políticos.
Esto marca una ruptura con la tradición marxista: ésta identifica la clase
construida con la real, es decir, las cosas de la lógica con la lógica de las cosas; o
bien, cuando hace la distinción contraponiendo la “clase en sí”, definida sobre la
base de un conjunto de condiciones objetivas, con la “clase para sí”, fundada en
valores subjetivos, describe el paso de una a otra, siempre celebrando como una
verdadera promoción ontológica, con una lógica o bien totalmente determinista, o
bien por el contrario, plenamente voluntarista. En el primer caso, la transición
aparece como una necesidad lógica, mecánica orgánica; en el segundo caso se le
presenta como efecto de la “toma de conciencia”, concebida como “toma de
conocimiento” de la teoría, operada bajo la dirección del Partido.
Unidad 4
Las representaciones del mundo dejan de ser desde lo sagrado, desde lo místico,
desde lo religioso, y van hacia una representación racionalizadora, en base a razón
científico-técnica.
En lo moderno aparece un nuevo poder, el poder del autor.
Hay otra mirada para pensar la Modernidad, que toma en cuenta la subjetividad
moderna en esa historia: nosotros. La subjetividad es el jugar donde el sujeto,
donde el individuo realiza infinitos intercambios simbólicos con el mundo. Nuestra
relación con el mundo cambia permanentemente en lo temporal y lo espacial.
Nuestra subjetividad se va metamorfoseando permanentemente en relación al
tiempo y al espacio. La historia moderna deja de pasar esencialmente por lo rural y
va a pasar por la metrópolis.
También, la relación de la subjetividad con las masas. La otra gran variable de la
subjetividad es la relación con los medios masivos.
Es una subjetividad que plantea en la metrópoli grandes problemas: el anonimato,
la soledad, la marginación, la pérdida de identidad, la dinerización de todo vínculo.
“Observaciones sobre el concepto de acción comunicativa”
Habermas
Un saber común es un saber que funda acuerdo, teniendo tal acuerdo como
término un reconocimiento intersubjetivo de pretensiones de validez susceptibles
de crítica. Acuerdo significa que los participantes aceptan un saber como válido,
como intersubjetivamente vinculante. Sólo así puede un saber común cumplir
funciones de coordinación de la acción.
En cambio, el influjo externo sobre las convicciones de otro participante en la
interacción sólo tiene un carácter unilateral.
A la acción regulada por normas responde un orden social que es entendido como
sistema de normas reconocidas o de instituciones vigentes. Y las instituciones se
consideran tanto más sólidas cuanto mejor integradas quedan las orientaciones
valorativas normativamente exigidas con las constelaciones dadas de intereses.
Este concepto de sociedad está planteado en términos tan estrecha que no deja
espacio para las operaciones constructivas del propio actor; se expone a la
objeción de presuponer un sujeto de acción “sobresocializado”.
(c)
Mientras que al agente que actúa comunicativamente el fragmento del mundo de la
vida relevante para la situación se le impone, por así decir, afronte como un
problema que tiene que solucionar él, a tergo el agente se ve sostenido por el
trasfondo que es su mundo de la vida. El dominio de las situaciones se presenta
como un proceso circular en que el actor es a la vez ambas cosas: el iniciador de
acciones imputables y el producto de tradiciones culturales en la que está, de
grupos solidarios a que pertenece y de procesos de socialización y aprendizaje a
los que está sujeto. Si en lugar de la perspectiva del agente adoptamos la del
mundo de la vida, podemos transformar nuestra cuestión articulada en términos de
teoría de la acción en una cuestión estrictamente sociológica: en la de qué
funciones adopta la acción orientada al entendimiento para la reproducción del
mundo de la vida. Los participantes en la interacción, al entenderse entre sí sobre
una situación, se mueven en una tradición cultural, de la que hacen uso a la vez que
la renuevan; los participantes en la interacción, al coordinar sus acciones a través
del reconocimiento intersubjetivo de pretensiones de validez susceptibles de crítica,
se apoyan en pertenencias a grupos sociales y refuerzan simultáneamente la
integración de éstos; y el niño, al participar en interacciones con personas de
referencia que actúan competentemente, internaliza las orientaciones valorativas de
su grupo social y adquiere capacidades generalizadas de acción.
(5) Excursos
Hay una clase de mecanismos sistémicos que no son igualmente compatibles con
ambos tipos de acción: medios de control o regulación como el dinero y el poder.
Estos medios de comunicación deslingüistizados gobiernan un tráfico social
ampliamente descolgado de normas y valores y de mecanismos de formación
lingüística de consenso. Como estos medios de regulación o control fuerzan a
pasar de la acción comunicativa a una interacción regida por medios, resulta aquí a
su vez una correspondencia unívoca entre acción estratégica y los sistema de
acción diferenciados a través de medios.
Unidad 5
“Colonialidad y género”
Lugones
Quijano entiende al sexo como atributos biológicos que llegan a ser elaborados
como categorías sociales. Para quijano el sexo parece ser incuestionablemente
biológico.
Quijano parece dar por sentado que la disputa por el control del sexo es una
disputa entre hombres, sostenida alrededor del control, por parte de los hombres,
sobre los recursos que son pensados como femeninos. Los hombres tampoco
parecen ser entendidos como “recursos” en los encuentros sexuales. Y no parece,
tampoco, que las mujeres disputen ningún control sobre el acceso sexual. Las
diferencias se piensan en los mismos términos con los que la sociedad lee la
biología reproductiva.
Intersexualidad
A pesar de que alrededor del 1 al 4 por ciento de la población mundial es
intersexuada, la ley no reconoce a las personas intersexuales, llevándoles a
convertirse quirúrgica y hormonalmente en machos o hembras. (Julie Greenberg)
El diformismo sexual ha sido una característica importante de lo que Lugones llama
“el lado claro/visible” del sistema de género moderno/colonial. Aquellos ubicados
en “el lado oscuro/oculto” no fueron necesariamente entendidos en términos
dimórficos. Si el capitalismo global eurocentrado sólo reconoció el diformismo
sexual entre hombres y mujeres blancos y burgueses no es cierto entonces que la
división sexual está basada en la biología. Por eso, es importante preguntarse de
qué forma el diformismo sexual sirvió, y sirve, a la explotación/dominación
capitalista global eurocentrada.
Las mujeres obreras, en tanto obreras fueron sujeto de contrato pero por ser
mujeres sus salarios fueron siempre más bajos y sus tareas, desarrolladas en
peores condiciones ambientales, en mayor desprotección y con el particular
agregado del acoso sexual.