Recomendación Conjunta - MAYO 2022 - Ley de Responsabilidad Penal Juvenil
Recomendación Conjunta - MAYO 2022 - Ley de Responsabilidad Penal Juvenil
Recomendación Conjunta - MAYO 2022 - Ley de Responsabilidad Penal Juvenil
Mayo de 2022
1. Introducción
La Defensora de los Derechos de las Niñas, Niños y Adolescentes, el Defensor Adjunto y
las y los Defensores Provinciales de los Derechos de Niñas, Niños y Adolescentes, en el
marco de las atribuciones y competencias que han sido conferidas por ley, efectúan la
siguiente RECOMENDACION al Gobierno y al Congreso Nacional en torno a la adecuación
normativa y la institucionalidad necesaria para la protección de derechos de niñas, niños y
adolescentes en materia penal juvenil o justicia juvenil, según la denominación del sistema
regional y universal de derechos humanos. Asimismo, solicitan a los gobiernos y legislaturas
provinciales el cese inmediato de la vulneración de derechos relacionados a la privación de
libertad en lugares no especializados y la persecución penal de niñas, niños y adolescentes
menores de 16 años, en aquellas provincias donde ello sucede.
Sin embargo, y a pesar de las obligaciones internacionales contraídas, Argentina sigue sin
poner en marcha un subsistema de responsabilidad penal juvenil que cumpla con el mandato
de la CDN y tratados internacionales en la materia, por lo que resulta necesaria la urgente
derogación del Decreto Ley 22.278 y la sanción de una ley que regule un sistema de
1
Si bien el ámbito penal juvenil, es un subsistema dentro del sistema de protección de integral de derechos de
niñas, niños y adolescentes, a los fines de la redacción de la presente recomendación, también su usa el
término sistema. Por su parte, el subsistema de protección abarca a las áreas, políticas y programas de
restitución de derechos de niñas, niños y adolescentes, conforme “Hacia la garantía efectiva de los derechos de
niñas, niños y adolescentes: Sistemas Nacionales de Protección” Aprobado por la Comisión Interamericana de
Derechos Humanos el 30 de noviembre de 2017 / Comisión Interamericana de Derechos Humanos.
responsabilidad juvenil en concordancia con las disposiciones de la CDN, con la normativa
internacional y nacional en materia de derechos humanos de las niñeces y adolescencias en
general; y el derecho penal juvenil en particular; destacando que deben garantizarse los ejes
centrales de trato digno, principio de especialidad y trato diferente a la de los adultos/as, un
sistema penal con enfoque en la responsabilización y no en el castigo, la excepcionalidad de
la privación de libertad, y especialmente sin vulnerar la regresividad que implicaría una edad
menor a 16 años. Adoptar una nueva ley penal juvenil con una baja de edad de imputabilidad
implica vulnerar el principio de no regresividad.
Por ello, a los fines de establecer un subsistema penal juvenil respetuoso de los derechos
humanos de las niñeces y adolescencias; la Defensora Nacional de los Derechos de las Niñas,
Niños y Adolescentes, Marisa Graham y el Defensor Adjunto Juan Facundo Hernández en
conjunto con las y los Defensoras Provinciales Analía Colombo (Santa Fe), Amelia López
(Córdoba), Juan Pablo Meaca (La Pampa), Miguel Ángel Molina (Misiones) y Leandro Drube
(Santiago del Estero); en el marco de las atribuciones y competencias conferidas por ley a
cada organismo efectuamos la siguiente RECOMENDACIÓN al Poder Ejecutivo y Legislativo
Nacional y a los poderes provinciales.
En materia penal juvenil, las/os adolescentes en contacto con el sistema penal, gozan de
la protección proveniente de una serie de instrumentos internacionales, reglas y directrices
derivadas de la comunidad internacional siendo el principal instrumento la CDN que establece
reglas mínimas que los Estados partes deben cumplir para garantizar un sistema penal juvenil
acorde a los estándares que ella exige.
2
Argentina ratificó la Convención de los Derechos del Niño el 27 de septiembre de 1990 mediante la Ley
Nº23.849.
y adecuación al corpus iuris internacional no alcanzó la faz penal donde continua vigente el
“Régimen Penal de la Minoridad” (decreto-ley 22.278), norma que se caracteriza por contener
categorías vagas y antijurídicas como la de peligro y abandono material o moral que
fundamentan la intervención coactiva del estado y la utilización de la privación de la libertad
como medida de protección. Asimismo, permite la consideración de otros elementos más allá
del delito cometido y habilita la imposición de condenas previstas para los/as adultos/as.
El Comité de los Derechos del Niño en sus Informes Periódicos a la Argentina de 2002 y
2010 había manifestado su preocupación por la vigencia del Decreto-Ley 22.278 y la
necesidad de adecuación de la normativa local; reiterando en su último informe (2018) la
recomendación al Estado Argentino de adoptar una ley penal juvenil acorde con la Convención
y los estándares internacionales. Entre otras cuestiones, agregó que la normativa no incluya
medidas para endurecer las condenas ni reducir la edad de responsabilidad penal y se
promueva la adopción de medidas no judiciales, como las sanciones alternativas, la libertad
condicional, la mediación, el apoyo psicológico o el trabajo comunitario, y, cuando sea posible,
utilice medidas alternativas a la imposición de penas.
3. Estándares mínimos que debe tener una Ley de Responsabilidad Penal Juvenil.
3
Ver considerando 24 en adelante.
Responsabilidad Penal Juvenil (en adelante, LRPJ), respetuosa de los derechos humanos de
las niñeces y adolescencias.
a) Principios y derechos.
La LRPJ debe incorporar todas las garantías sustantivas y procesales contenidas en la
Constitución Nacional, la CDN y los demás tratados internacionales a fin de asegurar que no
se habiliten facultades discrecionales en materia penal y que la intervención judicial punitiva
opere exclusiva y excluyentemente ante los casos de comisión de delitos y en el marco de un
proceso garante de derechos.
En este marco, se requiere tener como eje dos principios centrales: el principio de mínima
intervención del derecho penal y el principio de especialidad, de los cuales se desprenden los
derechos y garantías que se deben proteger.
Al respecto, el principio de mínima intervención exige que la injerencia punitiva del Estado
sobre los/as adolescentes, debe ser únicamente para la protección de los bienes jurídicos
más importantes frente a los ataques más graves (principio de lesividad) y siempre que hayan
fracasado otros medios de protección menos gravosos para la persona (ultima ratio). Este
principio obliga al Estado a que, ante una transgresión de la norma, se agoten todos aquellos
procedimientos y medios que eviten el contacto de el/la adolescente con el sistema penal.
Este principio también exige el amparo del sistema penal juvenil a quienes habiendo
cometido el delito siendo menores de edad, alcanzan luego la mayoría de edad (desde su
imputación, durante el proceso y hasta finalizar la ejecución). En este sentido, los/as
adolescentes que alcanzan la mayoría de edad privados/as de libertad, deben continuar en
dispositivos especializados separados de quienes sean menores de edad, prohibiéndose sus
traslados a dispositivos de adultos/as.
Si bien los instrumentos internacionales no fijan una edad mínima para infringir las leyes
penales, el Comité de los Derechos del Niño ha recomendado que se fije entre los 14 y los 16
años de edad y concluye que una edad mínima por debajo de los 12 años no es
internacionalmente aceptable7.
El Decreto- Ley 22.278 refiere que “No es punible el menor que no haya cumplido dieciséis
años de edad” (Art. 1) pauta que debe ser interpretada y aplicada a la luz de la Constitución
Nacional, de la CDN, los tratados internacionales en la materia y en consonancia con el
respeto del principio pro homine, por lo que realizar una lectura constitucionalizada y en clave
de derechos humanos implica entender que la edad de 16 años es la edad mínima de
responsabilidad penal juvenil que exige la CDN y, por lo tanto, una condición personal de
exclusión de la punibilidad. De esta manera, se establece la absoluta imposibilidad del Estado
de perseguir penalmente a las personas que sean menores de 16 años al momento de la
4
Art. 40, parr 3 de la Convención de los Derechos del Niño.
5
Regla 4 de las Reglas de las Naciones Unidad para la Administración de la Justicia de Menores (Reglas Beijing). Resolución 40/33 del 29 de
noviembre de 1985
6
Regla 11.a) de las Reglas Mínimas de las Naciones Unidas para los Menores Privados de Libertad. Resolución 45/113 del 02 de abril de 1991
7
Parr. 32, Observación General Nº 10. “Los derechos del niño en la justicia de niños, niñas y adolescentes”. Comité de los Derechos del Niño.
CRC/GC/10, 25 de abril de 2007.
presunta comisión del hecho que se les imputa. Esta prohibición se aplica sin importar la
gravedad del hecho imputado.
En base a esta lectura, por aplicación del principio de progresividad (entendido como el
compromiso estatal de implementar medidas que paulatinamente mejoren los estándares de
derechos) y no regresividad (en tanto impedimento de introducir modificaciones legislativas
que disminuyan los niveles preexistentes de derechos y garantías) y siguiendo la
recomendación del Comité; las disposiciones de la nueva LRPJ deberá fijar una EMR que no
implique reducir la edad de responsabilidad penal (CRC/C/ARG/CO/5-6, Parr 44, inc. a). Por
ello, la EMR debe mantenerse en 16 años toda vez que el establecimiento de una edad de
punibilidad por debajo de ésta resultaría violatoria de las obligaciones que pesan sobre el
Estado argentino.
“Preocupan al Comité las prácticas que permiten la aplicación de una edad mínima de
responsabilidad penal inferior en los casos en que, por ejemplo, se acusa al niño de
haber cometido un delito grave. Tales prácticas se llevan a cabo generalmente para
responder a la presión de la opinión pública y no se basan en una comprensión racional
del desarrollo del niño. El Comité recomienda encarecidamente a los Estados partes
que supriman esos enfoques y fijen una edad estándar por debajo de la cual los
niños no puedan ser considerados responsables en el derecho penal, sin
excepción”. (CRC/C/GC/24, 18/9/2019, parr. 25) (el resaltado nos pertenece)
De esta manera, un sistema de justicia penal juvenil respetuoso de los derechos humanos
debe cumplir con los objetivos de reintegración, reparación y responsabilización,conteniendo
necesariamente un enfoque centrado en la prevención del delito, con adopción de medidas
que no impliquen recurrir a procedimientos judiciales ni a la privación de libertad (principio de
ultima ratio y excepcionalidad de la privación de libertad). Asimismo, debe garantizar que
los/as niños/as y adolescentes sean tratados de manera apropiada y que todas las medidas
que se adopten guarden proporción tanto con sus circunstancias y necesidades como con la
infracción (principio racionalidad y proporcionalidad).
Debe establecer y aplicar medidas alternativas para todas las etapas del proceso
(detención, prejudiciales, judiciales y pos judiciales) con el objeto de prevenir la reincidencia
y promover la reintegración social, contemplando las necesidades y requerimientos de los
involucrados y las involucradas. A tales fines, se debería contemplar la inclusión
(participación) del grupo / contexto familiar y social.
A fin de garantizar la brevedad y excepcionalidad de las penas, la LRPJ debe prever que
su aplicación sea ampliamente justificada, que no pueda imponerse en forma indefinida y que
sólo procederá con la correspondiente sentencia de culpabilidad, sentencia que debe haber
sido precedida por un debido proceso. En adhesión debe establecer los límites temporales,
es decir, debe preestablecerse los plazos máximos de duración de la pena privativa de la
libertad. Al respecto, cabe mencionar que la ausencia de plazos máximos o las penas
elevadas implican la vulneración de los principios de proporcionalidad y razonabilidad.
Se debe garantizar a la persona menor de edad que pueda gozar de los derechos
reconocidos por la CN y tratados internacionales durante la ejecución, como así también de
los derechos que le corresponden por ser adolescente.
RECOMENDACIÓN
En consideración de lo anteriormente expuesto, la Defensora de los Derechos de Niñas, Niños
y Adolescentes, el Defensor Adjunto y las y los Defensores/as Provinciales Analía Colombo
(Santa Fe), Amelia López (Córdoba), Juan Pablo Meaca (La Pampa), Miguel Ángel Molina
(Misiones) y Leandro Drube (Santiago del Estero); recomiendan al Poder Ejecutivo y al
Congreso de la Nación y a los Gobiernos y Legislaturas provinciales:
1. Derogar el Decreto-Ley 22.278.
2. Sancionar una Ley de Responsabilidad Penal Juvenil o Justicia Juvenil que se
adecue a la Convención sobre los Derechos del Niño, los estándares de derechos
humanos de niñas, niños y adolescentes y de los tratados generales de derechos
humanos con rango constitucional en nuestro país. Para ello deberá atender
particularmente que:
a. Se garantice la especialización y capacitación permanente para todos los
actores del subsistema de justicia penal juvenil: jueces, fiscales, defensores
penales juveniles y de la totalidad del personal que desempeñe tareas en los
dispositivos penales juveniles (centros cerrados, semiabiertos y programas
territoriales). La especialización debe garantizar tanto en los tribunales de
primera instancia, como en las etapas recursivas y de ejecución de la pena.
b. Se sostenga una edad mínima de responsabilidad que no sea inferior a los 16
años de edad, debajo de la cual, se prohíba la intervención del derecho penal.
c. Se incluya un repertorio de medidas alternativas al proceso y a la privación de
libertad donde ésta sea excepcional, de última ratio y durante el tiempo más
breve posible; y en articulación con el subsistema de protección.
d. Se establezcan plazos máximos para la privación de libertad (cautelar o
sanción).
e. Se establezca la permanencia bajo el amparo de la ley penal juvenil de quienes
alcancen la mayoría de edad estando procesados/as o condenados/as por
delitos cometidos siendo menores de edad.
3. Desarrollar información estadística sobre el funcionamiento de la justicia juvenil
uniforme a nivel nacional y federal
4. Instar a los poderes ejecutivos de las 24 jurisdicciones a cumplir con al acta acuerdo
firmada en el marco del 39º Sesión Consejo Federal de Niñez, Adolescencia y
Familia (10/5/2021) destinada a promover la creación, fortalecimiento y adecuación
del funcionamiento de dispositivos especializados en adolescentes, desde el
momento de la aprehensión -Centro de Admisión y Derivación (CAD)- evitando el
tránsito y/o alojamiento en comisarías o dependencias policiales o de alguna fuerza
de seguridad, de acuerdo con los estándares dispuestos por la normativa
internacional y nacional en materia penal juvenil. Y a la sanción de leyes o códigos
procesales aplicables a adolescentes/as infractores adecuados a la normativa
internacional en materia de justicia juvenil