EXISTENCIA DE DIOS (Reparado)

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FACULTAD DE TEOLOGÍA SAN PABLO

EXISTENCIA DE DIOS

ESTUDIANTE: Christian José Luque Lluta

DOCENTE: Dr. Ramiro Lobatón

COCHABAMBA – BOLIVIA

24 abril 2024
Índice

Contenido
Índice................................................................................................................................1
Introduccion.....................................................................................................................2
Capítulo 1.........................................................................................................................3
1. San Agustín- existencia de Dios..............................................................................3
1.1.Prueba de Dios a partir de las verdades eternas.................................................3
1.2.Pruebas tomadas de las criaturas y del conocimiento universal.......................4
1.3.Atributos de Dios...................................................................................................5
Capítulo 2.........................................................................................................................6
2. Leibniz..........................................................................................................................6
2.1.El argumento ontológico.......................................................................................6
2.2.El argumento que infiere la existencia de Dios a partir de las verdades
eternas...........................................................................................................................7
Capitulo 3.........................................................................................................................8
3.Suma contra los gentiles...............................................................................................8
3.1.Libro primero: Primer problema: Existencia de Dios.......................................8
3.2.Pruebas indirectas, dificultades y soluciones......................................................8
3.3.Primera dificultad: La existencia de Dios es evidente, el ontologismo.............9
3.4.Refutación filosófica de ontologismo....................................................................9
3.5.Crisis del ontologismo..........................................................................................10
Conclusión......................................................................................................................11
Bibliografía.....................................................................................................................12

1
Introducción
En el presente trabajo abordaremos una cuestión de gran importancia en la historia de la
filosofía y, por qué no, de la historia de la humanidad. Estamos hablando del tema de la
existencia de Dios. El tema es de tal importancia que, a lo largo de la historia y por
medio de diversos pensadores, ha sido debatido por los mejores filósofos de cada
tiempo. De entre los aportes filosóficos, es evidente la diferencia en las conclusiones
que llegan a tener: algunos afirman la existencia de Dios mientras otros, en cambio,
distorsionan esa existencia. Por último, otros se atreven a emitir un veredicto final que
contiene la negación rotunda de tal existencia.
Por tanto, al ser un tema de gran importancia y relevancia siempre actual, es necesario
el conocimiento acerca de la existencia de Dios. Para ello, guiados por uno de los
autores más cualificados para este cometido, abordaremos de forma directa el tema de la
existencia de Dios y su posible demostración a través de la argumentación. Es así que,
en el presente trabajo monográfico, nos acercaremos a la cuestión de la existencia de
Dios siguiendo el aporte de Santo Tomás de Aquino. Con ello buscamos obtener los
recursos filosóficos necesarios para afirmar la existencia de Dios, bajo los argumentos
racionales conocidos como “las cinco vías”. Esperamos que la presentación de estos
argumentos sea de gran ayuda para quienes se acercan a tan grande cuestión; o para
quienes, por otras razones, se dedican a negar dicha existencia.

Capítulo 1
1. San Agustín- existencia de Dios
San Agustín nos demuestra la existencia de Dios con diferentes formas de pensamiento ,
presenta la existencia de Dios a través de la naturaleza, expresada originalmente del
creado para el hombre, dándonos a conocer que tenemos muchas pruebas de las que
podemos verificar es esta pequeña introducción, también tenemos las posibilidades
irrefutables con las definiciones que son dadas en este pequeño documento y de tener
los conocimientos necesarios para no tener dudas sobre las pruebas de la existencia de
Dios.1

1.1. Prueba de Dios a partir de las verdades eternas


Parece acertado decir que la prueba central y favorita de la existencia de Dios
presentada por san Agustín es la que parte del pensamiento, es decir, la que se apoya en
1
Cfr. De Descartes a Leibniz, Editorial ARIEL, S.A. Barcelona, Editorial ARIEL, S.A. (Barcelona,
1989), 75

2
la intimidad de la consciencia pensante. El punto de partida es esa prueba es la
aprehensión por la mente de verdades necesarias e inmutables, de “una verdad que no
puedes llamar tuya, ni mía ni de ningún hombre, sino que esta presente a todos y se da a
si misma a todos por igual”. Esa verdad es superior a la mente, en tanto que la mente ha
de inclinarse ante ella y aceptarla : la mente no la constituye, ni puede enmendarla ; y si
fuera igual a la mente, del mismo carácter que esta., seria ella misma mutable, como lo
es la mente. La mente varia en su aprehensión de la verdad, al aprehenderla con mayor o
menor claridad, en tanto que la verdad, al aprehenderla con mayor o menor claridad, en
tanto que la verdad permanece siempre la misma. “Por lo tanto, si la verdad no es ni
inferior ni igual a nuestras mentes, no queda, sino que sea superior y más excelente. 2
Por estas verdades eternas se deben estar fundadas en el ser, se puede reflejar el
fundamento de toda nuestra verdad.3Así como podemos decir sobre las fantasías
humanas que reflejan la imperfección y el carácter mutable de la mente humana, que es
en la que tienen su fundamento, y así como en las impresiones de los sentidos reflejan
los objetos corpóreos en los que tienen su fundamento, así como las verdades eternas
que nos muestra también revelan su fundamento, la Verdad misma, que reflejan la
necesidad e inmutabilidad que tiene Dios. Eso se refiere a todas las normas o modelos
que son esenciales.4

Si juzgamos una acción que es mas o menos justa, por ejemplo, juzgamos de la misma
según una norma, esencia o “idea”, esencial o variable: las acciones humanas en
concreto pueden variar, pero el modelo permanece el mismo. Es a la luz del modelo o
norma eterno y perfecto como juzgamos de los actos concretos, y ese modo ha de tener
su fundamento en el Ser eterno y plenamente perfecto.5

“La verdad en la cual y por la cual, y a través de la cual, son verdaderas aquellas cosas
que son verdaderas en cualquier aspecto”.6

1.2. Pruebas tomadas de las criaturas y del conocimiento universal


Vemos también que, tanto como de las mas pequeñas criaturas a las mas grandes Dios
es un creador perfecto que puso todo a su disposición, habla san Agustín sobre el Ser y
las eterno y plenamente eterno, que es un modelo perfecto con fundamentos de verdad.
Con las pruebas a partir de Dios tenemos muchas relaciones que se basan en ver y
contemplar las maravillas que se encuentra en nuestro alrededor y san Agustín lo
demuestra en el mundo corpóreo

San Agustín prueba que también la existencia de Dios fue a partir del mundo de
corpóreo, haciéndose extenso; pero sus palabras en este tema tienen más bien el carácter
de las insinuaciones alusiones, o formulaciones sumarias que el que tenemos de las
pruebas desarrolladas en nuestro sentido académico: el interés de san Agustín no se
dirigía directamente para probar al ateo que Dios existe como a mostrar que toda la

2
De Descartes a Leibniz. Historia de la filosofía. Frederick Copleston v. II, 75
3
Cfr. De Descartes a Leibniz. Historia de la filosofía . Frederick Copleston v. II, 75
4
Cfr. De descartes a Leibniz. Historia de la filosofía. Frederick Copleston v. II, 75
5
De Descartes a Leibniz. Historia de la filosofía. Frederick Copleston v. II, 75
6
De Descartes a Leibniz, Editorial ARIEL, S.A. Barcelona, Editorial ARIEL, S.A. (Barcelona, 1989), 75

3
creación proclama al Dios que el alma puede experimentar en sí misma, al Dios
viviente.7 El alma inspira a la felicidad, y muchos se inclinan a buscarlas fuera de sí
mismos: san Agustín trata de mostrar que la creación no puede dar al alma la perfecta
felicidad que ésta busca ,sino que apunta por encima de ella al Dios viviente que hay
que buscar dentro de uno mismo. Esa actitud básicamente religiosa ha de tenerse
presente si se quiere evitar ver las pruebas de san Agustín como pruebas dialécticas en
su sentido teorético y menospreciarlas como formulaciones inadecuadas y poco serias
de lo que mas tarde santo Tomas expresaría mucho mejor. Los propósitos de ambos
hombres no eran precisamente los mismos.8

“¿Como sé que estas vivo tú, cuya mente no veo? ¿Cómo lo sé? Tu contestaras: por que
hablo, por que ando, por que trabajo. ¡ Necio ! por las operaciones del cuerpo yo se que
tu vives, ¿ y no puedes tú, por las obras de la creación, conocer al creador?”9

Nos hacemos varias preguntas, en las cuales queremos descubrir que es, lo que
realmente nos podría mostrar la verdad de todas las cosas, también de la misma
existencia de Dios , ¿Cómo fue creado Dios? ¿Quién lo creo a Él? ¿Podemos confiar?
Nos podemos hacer millones de preguntas las cuales nos llevan a una misma respuesta
que es “Dios sí existe”, tenemos la creación, no podemos basarnos en teorías que
partieron desde los hombres, sin tener mas episteme, no podemos decir que nacimos con
el conocimiento de poder ver y conocer a Dios, por otra parte, afirmamos plenamente la
existencia de Dios, por varias razones podemos comprobarlo, el reflejo de las criaturas
hacia nosotros, la bondad de los animales en la naturaleza, el equilibrio que tiene el
universo, es un Dios que no cambia, no padece.10

1.3. Atributos de Dios


Podemos decir que Dios es un ser único, con las cualidades que nadie más podría tener,
sepamos que claramente que su creación es una obra que nadie más podrá comparar o
poder reemplazar, el reflejo que dan las criaturas a su Creador es un forma de decir que
es en esta la que se manifiesta Dios, aquí con la filosofía hacemos algunas
comparaciones las criaturas pueden no-ser pero son, y esta es su reflejo de la forma que
no puede decaer y padecer.

san Agustín insiste en que el mundo de las criaturas refleja y manifiesta a Dios, aunque
lo haga de una manera inadecuada, y que “si algo digno de alabanza se encuentra en la
naturaleza de las cosas, tanto si se juzga digno de gran como de pequeña alabanza, debe
aplicarse a la más excelente e inefable alabanza del Creador”. Las criaturas tienden al
no-ser, pero, mientras son, poseen una cierta forma, y esta es un reflejo de la forma que
no puede ni decaer ni perecer. Así el orden y la unidad de la naturaleza proclaman la
unidad del Creador, lo mismo que la bondad de las criaturas, su realidad positiva, revela
la bondad de Dios, y el orden y estabilidad del universo manifiestan la sabiduría de

7
Cfr. De Descartes a Leibniz. Frederick Copleston v. II, 76
8
De Descartes a Leibniz, Editorial ARIEL, S.A. Barcelona, Editorial ARIEL, S.A. (Barcelona, 1989), 76
9
De Descartes a Leibniz, Historia de la filosofía Barcelona, Editorial ARIEL, S.A. (Barcelona, 1989), 76
10
Cfr. De Descartes a Leibniz. Historia de la filosofía, Frederick Copleston v. II, 76

4
Dios. 11Entendemos que, por otra parte, Dios, como es un único ser auto existente, que
es eterno e inmutable, es infinito, y, como el infinito que no se puede comprender. Por
tanto, Dios en su propia perfección, es “simple”, del modo de que su sabiduría y de su
conocimiento, como su bondad y poder, decimos que es de su propia esencia que es sin
accidentes.12

“Dios es si mismo en ningún intervalo ni extensión de espacio, sino en su inmutable


preeminente poder, es a la ves interior a todas las cosas porque El está por encima de
todas las cosas. Así, no está tampoco en ningún intervalo ni extensión de tiempo, sino
que en su inmutable eternidad es más antiguo que todas las cosas y mas joven que todas
las cosas”.13

Con las diferentes afirmaciones de Dios y su grandiosa e incomprensible inmutabilidad


y la eternidad que tiene, vemos que no cambia, queda en el mismo lugar sin padecer,
dadas las circunstancias hablar este tema nos lleva a otro mundo que podemos
comprender que, Dios no tiene accidentes, actúa por propio ser natural. Tiene una
eternidad que es muy antigua, que es más antigua que todas las cosas que podemos
conocer, e irrefutablemente es más joven que también podemos tener conocimiento,
comprendamos, Dios es un único ser el Alfa y el Omega.14

Capítulo 2

2. Leibniz
Leibniz reconoció que trata de demostrar y convalidar la existencia de Dios a través de
varias líneas de argumentos, también nosotros podemos sacarla de nuestras propias
profundidades el poder demostrar la ontología de Dios, con la noción de Dios y que es
la noción del tiempo de un ser supremamente perfecto, también el negar las negaciones
que se hacen hacia la existencia de Dios, así se considera que Dios es definible, que
podemos decir que Dios es un ser necesario, o como el Ser que necesariamente existe.15

2.1. El argumento ontológico


Se recordará que el argumento ontológico, considerado como un argumento puramente
formal, es una tentativa de mostrar que la proposición “Dios existe” analítica, y que su
verdad es evidente a priori. Es decir, si alguien entiende la noción del sujeto, Dios, vera
que el predicado, la existencia, esta contenida en el sujeto. La noción de Dios es la
noción de un ser supremamente perfecto. Ahora bien, la existencia de es una perfección.
11
De Descartes a Leibniz, Historia de la filosofía Barcelona, Editorial ARIEL, S.A. (Barcelona, 1989), 78
12
Cfr. De Descartes a Leibniz. Frederick Copleston v. II, 78
13
De Descartes a Leibniz, Historia de la filosofía Barcelona, Editorial ARIEL, S.A. (Barcelona, 1989), 79
14
Cfr. De Descartes a Leibniz. Frederick Copleston v. II, 79
15
Cfr. De Descartes a Leibniz. Historia de la filosofía, Frederick Copleston v. IV, 300

5
Por lo tanto, la existencia está comprendida en la noción de Dios; es decir, la existencia
pertenece a la esencia de Dios. Así pues, Dios es definible como el ser necesario, o
como el ser que necesariamente existe. Tiene, pues, que existir ;porque sería una
contradicción negar la existencia del ser que necesariamente existe. Así, mediante el
análisis de la idea de Dios, podemos ver que Dios existe.16

“Suponiendo que Dios es posible, existe. Lo cual es privilegio exclusivo de la


divinidad”17

Podemos decir que en consecuencia Leibniz nos dice que el argumento, sin la
demostración, es imperfecto. Podemos dar este ejemplo, “los escolásticos, sin exceptuar
a su Doctor Angélico, comprendieron mal ese argumento, y lo tomaron por
paralogismo. Podemos decir que en este aspecto se equivocaron por total, entonces
Descartes, estudio la filosofía escolástica en un largo tiempo en el colegio de los jesuitas
de La Fléche, tuvo demasiada razón para poder reestablecerlo. No se puede decir que es
un paralogismo; pero es una demostración tanto que es imperfecta, que es un tema que
aun tiene que ser demostrado para poder hacerla matemáticamente mostrado; esto
definitivamente es, tácitamente que la idea del ser de toda su grandeza y que toda
perfección es posible y no tiene alguna contrapuesta”18

2.2. El argumento que infiere la existencia de Dios a partir de las verdades


eternas
Otro argumento a priori en favor de la existencia de Dios dado por Leibniz es el
argumento que se vasa en las verdades eternas y necesarias, que había sido en
argumento favorito de san Agustín. Las proposiciones matemáticas, por ejemplo, son
necesarias y eternas, en el sentido de que su verdad es independiente de la existencia de
cualesquiera cosas contingentes. La proposición de que dada una figura limitada por tres
líneas rectas esa figura tiene tres ángulos, y es una verdad necesaria, haya o no haya
triángulos existentes. Esas verdades eternas, dice Leibniz, no son “ficciones”.
Requieren, pues un fundamento metafísico, y nos vemos obligados a decir que “han de
tener su existencia en un cierto sujeto absoluta y metafísicamente necesario, esto es,
Dios”. Así pues, Dios existe.19

Ese es un argumento muy difícil para poder entender. No podemos suponer, nos dice
Leibniz, que “las verdades eternas… dependan de la voluntad divina… La razón de las
verdades radica en las ideas de las cosas, que están contenidas en la esencia divina
16
De Descartes a Leibniz, Historia de la filosofía Barcelona, Editorial ARIEL, S.A. (Barcelona, 1984),
300
17
De Descartes a Leibniz, Historia de la filosofía Barcelona, Editorial ARIEL, S.A. (Barcelona, 1989),
301
18
Cfr. De Descartes a Leibniz, Historia de la filosofía, Editorial ARIEL, v. IV, 301
19
De Descartes a Leibniz, Historia de la filosofía v. VI, 303

6
misma”. Y “el entendimiento de Dios la región de las verdades eternas, o de las ideas de
que estas dependen”. Pero ¿en qué sentido se podrá decir que las verdades eternas
“existen” en lo que es el entendimiento divino? Y, si es verdad que existe en
entendimiento divino, ¿Cómo podremos conocerlas? Se puede decir que las distinguidas
verdades eternas son hipotéticas (damos, por ejemplo, “dado un triángulo, la suma de
sus tres ángulos es 180°”) y que estas pertenecen a la mismísima esfera de la
posibilidad, por tanto el argumento leibniziano que se basan en las proposiciones que
son necesarias es un caso muy particular en el argumento que se basa en los posibles, y
que se remonta a Dios como fundamento ultimo de aquella posibilidad.20

En su escrito Sobre el origen ultimo de las cosas, Leibniz observa que las verdades de
hecho son hipotéticamente necesarias, en el sentido de que un estado posterior del
mundo esta determinado por un estado anterior. “El mundo presente es necesario, física
o hipotéticamente, pero no absoluta o metafísicamente.” Cuando consideramos su teoría
de las proposiciones existenciales, salvo una (a saber, la proposición “Dios existe”) son
contingentes, es decir, no metafísicamente necesarias. El origen ultimo de “la cadena de
estados o series de cosas, cuyo agregado constituye el mundo” tiene, pues, que buscarse
fuera de la serie; tenemos que pasar “de la necesidad física o hipotética que determina
los estados posteriores del mundo por los anteriores, a algo que sea necesidad absoluta o
metafísica, cuya razón no puede ser dada”.21

Capítulo 3

3. Suma contra los gentiles


Las dos “Sumas” es evidentemente innegable por el carácter del prologo que la
“Suma contra los gentiles” este tiene respeto a la “Suma Teológica”. No parece si
no que es de Santo Tomás, al poder elaborar esta magnífica creación. Que perfilo en
“su obra”.22

3.1. Libro primero: Primer problema: Existencia de Dios


El impactante problema sobre la existencia de Dios, el ontologismo y el tradicionalismo
hacen serias demostraciones sobre la existencia de Dios, también decimos que son dos
vertientes diversas, pero no pueden coincidir en que se puede admitir la
indemostrabilidad, nos hacemos preguntas ¿es una verdad en si misma? ¿puede ser
evidente para nosotros?, en este se niega la existencia de Dios; con el escepticismo con

20
Cfr. Descartes a Leibniz, Historia de la filosofía, Editorial ARIEL, v. IV, 303-304
21
De Descartes a Leibniz, Historia de la filosofía v. VI, 304-305

22
Cfr. Santo Tomás. Suma contra los gentiles, vol. I, 44-48

7
sus derivados, el empirismo, positivismo, niega su cognoscibilidad. Según decimos que
esta afirmación de la existencia de Dios ni es de fe ni es demostrable por la razón.23

3.2. Pruebas indirectas, dificultades y soluciones


Santo Tomás, antes de exponer su doctrina sobre este asunto, examina las teorías que
pueden oponérsele, concediéndoles todo su valor cuando lo tienen y condenándolas sin
ambages cuando son dignas de ello. Estudia en estos capítulos (10 al 13) lo que más
tarde estudiará en los artículos 1, 2 y 3 de la cuestión 2 de la primera parte de la ―Suma
Teológica‖. decir: La existencia de Dios, ¿es cognoscible? ¿Es una verdad evidente en sí
misma? ¿evidente para nosotros? Si no es evidente en sí misma respecto a nosotros, ¿es,
a lo menos, demostrable o sólo cognoscible de fe? . Antes de responder diremos que son
cuatro los errores acerca de la existencia de Dios. Por exceso, el del ontologismo; por
defecto, el tradicionalismo, escepticismo y ateísmo. Este niega la existencia de Dios; el
escepticismo y sus derivados, empirismo, positivismo, niegan su cognoscibilidad. El
tradicionalismo, que niega la capacidad de nuestra mente, debilitada a raíz de la caída de
nuestros primeros padres, para demostrarla, y que sostiene que solamente por el camino
de la fe puede conocerse. 24

Aquí solos nos podemos ocupar de dos opuestos sistemas que son : ontologismo y
tradicionalismo, puesto que son objeciones serias contra la demostración de la
existencia de Dios, estas provienen de dos vientres diversas, pero podemos coincidir en
admitir la indemostrabilidad. Puesto que es la primeara conocida en el mundo filosófico,
como podemos decir, con el autor santo Tomas de Aquino le dedica los capítulos 10 y
11. Y tambien tambien tenemos la segunda, que es llamada tradicionalismo. Este de da
en el capitulo 12.25

3.3. Primera dificultad: La existencia de Dios es evidente, el ontologismo


En el ontologismo parte del principio que es el primer ser, es el nuestro primer objeto en
nuestro conocimiento. Decimos que Dios es el primer ser y del que todo otro ser recibe
cuanto es, tambien es el ser que damos por primero en conocer. Según esta afirmación,
decimos que la existencia de Dios no es de fe y tampoco es posible la demostración a
través de la razón, o tambien por la evidencia mediata, si no que tambien que ya es de
una evidencia inmediata.26

3.4. Refutación filosófica de ontologismo


Después de exponer las razones que alegaban los ontologístas de su tiempo en pro de su
teoría, el Angélico comienza el capitulo 11 disculpando a quienes adujeron tales
23
Cfr. Santo Tomás. Suma contra los gentiles, vol. I, 44-48
24
De Aquino, Santo Tomás. Suma contra los gentiles, vol. I. Madrid: BAC, 1952, 44-48

25
Cfr. Santo Tomás. Suma contra los gentiles, vol. I, 44-48
26
Cfr. Santo Tomás. Suma contra los gentiles, vol. I, 44-48

8
argumentos, entre los que sobresale el tan conocido de San Anselmo, y que nuestro
Santo lo trae en forma abreviada, en primer lugar, en el capítulo 10. Dice que tienen un
doble origen, siendo el primero la costumbre. Desde niños hemos oído hablar de Dios, y
toda costumbre arraigada desde la infancia adquiere características de una segunda
naturaleza, llegándose al extremo de sostenerse en tal opinión adquirida como si fuera
evidente. La segunda fuente es la indistinción entre ―ser evidente en sí‖ y ―ser
evidente en si respecto a nosotros‖. Santo Tomás no niega lo primero, pero esto no obsta
para que no admita lo segundo. Con esta distinción básica destruye el Angélico los
argumentos aducidos por los ontologístas. Nosotros no insistimos en ello y pasamos a
hacer unas reflexiones sobre el punto clave del problema.¿La existencia de Dios es
evidente de suyo?–Para responder afirmativamente tendríamos que asegurar que
conocíamos su esencia, puesto que, si preguntamos por la existencia de las criaturas,
preguntamos por sus causas extrínsecas; pero, cuando buscamos la existencia del ser
divino, no podemos preguntar más que por su esencia, dado que Dio no tiene causas
extrínsecas.27

Así entendido el asunto, Dios no e evidente para nosotros. Una verdad puede ser
evidente de varios modos. Evidente es lo intuido mediante una simple aprehensión o
una proposición cuyo predicado está incluido en su sujeto, v. gr., el todo es mayor que
la parte, el hombre es animal racional. Lo evidente puede serlo en si o respecto a
nosotros. Verdad evidente en si misma, o de suyo, es aquella que se da cuando la
esencia del predicado conviene con la esencia del sujeto. Si tal conveniencia es
asequible a nuestro entendimiento, sea éste culto, sea ignorante, tendremos que lo
evidente de suyo pasará a ser también evidente respecto a nosotros; por ejemplo, el todo
es mayor que la parte, lo

incorpóreo no ocupa lugar. 28

3.5. Crisis del ontologismo


El ontologismo, además de ir contra estas dificultades que vienen de la iglesia y la
Revelacion, se posiciona en una teala de juicio con muchas verdades teologicas y
conduce y tambien conduce a un sinnumero de errores filosóficos. Por lo que tambien
ser atale a las verdades teologicas, contra la existencia que es en sobrenatural. Y
tambien que por medio de otras fuentes de la filosofía lo que recibe y tambien lo que
recibe es como reciblirla de nuevo de manera que es de un recipiente.29

El ontologismo, además de ir contra las definiciones de la Iglesia y la Revelación, pone


en tela de juicio muchas verdades teológicas y conduce a un sinnúmero de errores
filosóficos. Por lo que atañe a las verdades teológicas, contraría la existencia de lo
27
De Aquino, Santo Tomás. Suma contra los gentiles, vol. I. Madrid: BAC, 1952, 44-48
28
De Aquino, Santo Tomás. Suma contra los gentiles, vol. I. Madrid: BAC, 1952, 44-48
29
Cfr. Santo Tomás. Suma contra los gentiles, vol. I, 44-48

9
sobrenatural. Desaparece, por consiguiente, la idea de Dios trascendente. Abrese la
puerta al panteísmo. ―El ser que entendemos en todas las cosas y sin el cual nada es
inteligible es el ser divino‖. Tesis condenada (Denz. 1660). ―Los universales
considerados ―a parte Dei‖ no se distinguen de él realmente" (Denz. 1661). La razón es
clara: el ser divino, según opinión ontologista, es el primer conocido, y por él
conocemos todo lo demás; pero, como quiera que, la razón formal de conocer las cosas
está en ellas mismas, síguese que, si son todas conocidas por medio de Dios, éste está en
todas ollas, y no en plan de causa eficiente, sino formal, constituyendo parte de la
inteligibilidad de las mismas; es decir, está haciéndolas verdaderas, y como la verdad es
su ser, dedúcese que Dios es la misma esencia de las cosas. 30

Tampoco tiene mejor éxito en filosofía, pues tanto ―a priori‖ cuanto por experiencia se
pueden probar y evidenciar sus desaciertos.

A priori.–En este sistema se quiebra el principio filosófico de ―el objeto y la potencia son
proporcionales‖. Lo quiebra porque nuestra potencia cognoscitiva tiene por objeto, según el
ontologismo, un ser cognoscible que la excede; pues como inmergida que está en la materia,
tiene como objeto proporcionado lo igualmente inmerso o lo no inmergido–Dios–, pero por
medio de lo inmergido. Como dice el aforismo filosófico, ―lo que se recibe es recibido a la
manera del recipiente‖. La medida, por tanto, de nuestros conocimientos es nuestra mente, y
si conocemos a Dios, es porque lo achicamos, poniéndolo a nuestro nivel.

Por experiencia.–Falla en este proceso cognoscitivo tanto el conocimiento por intuición


como el habido mediante juicio discursivo.

El conocimiento por vía de intuición tiene como propiedad el que no está sujeto a yerro. No
puede afirmar esto de si el ontologismo. El conocimiento por vía de juicio nos hace concluir
que, si todo lo conocemos por vía de Dios, desde el momento en que conocemos algo
creado, conocemos de hecho a Dios... La experiencia no acusa tal conocimiento. 31

Conclusión
San Agustín nos demuestra que la existencia de Dios es irrefutable, porque nos
demuestra que Dios es mostrado por medio de su creación y por medio de sus criaturas,
tambien nos habla que la creación de Dios es el reflejo de una máxima creación, que la
podemos ver en el equilibrio y la bondad que esta en mundo, tanto como en los
animales y el equilibrio de todo el universo. En las verdades eternas que nos habla es
Dios que, que es el Ser que es único cambio, permanece el más antiguo que todas las
cosas y más joven que todas.

En lo ya mencionado decimos que todo aquel se aliente es una creación de Dios, tanto
que es uno mismo con el mundo y sus creaciones, para poder resaltar en medio y verse
mostrado, nos muestra la inmensa formas y constelaciones, el orden que nos limita a ver
y las diferentes formas de existencia.

30
De Aquino, Santo Tomás. Suma contra los gentiles, vol. I. Madrid: BAC, 1952, 44-48
31
De Aquino, Santo Tomás. Suma contra los gentiles, vol. I. Madrid: BAC, 1952, 44-48

10
Leibniz nos dice, Dios es el ser que necesariamente tiene que existir, sin la existencia
del mismo no podríamos ni conocer el tiempo como nos dice Descartes, que es un ser
necesario para la existencia misma, sin duda un Ser que tiene el principio por delante de
las cosas y mas eterno que todo de lo que existió mucho antes.

Santo Tomas nos hace cuestionarnos a nosotros mismos, haciéndonos preguntas, en las
cuales tratamos de ver como existe Dios. La misma duda es la que nos lleva de a ver
que Dios existe.

Bibliografía
De Descartes a Leibniz. La existencia de Dios. Frederick Copleston v. IV .

De San Agustín a Escoto. Prueba de Dios a partir de las verdades eternas. Frederick
Copleston v. II. (Barcelona) 1989.

De Descartes a Leibniz el argumento que infiere la existencia de Dios a partir de las


verdades eternas Frederick Copleston v. IV.

De Descartes a Leibniz. Historia de la filosofía. Frederick Copleston v. IV


(Barcelona) 1997.

SUMA CONTRA LOS GENTILES

De Aquino, Santo Tomás. Suma contra los gentiles, vol. I. Madrid: BAC, 1952.

11
12

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