Lluvia Acida Word

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1Lluvia acida

La lluvia ácida es una de las consecuencias de la contaminación atmosférica.

Se produce cuando las emisiones contaminantes de las fábricas, automóviles o calderas de calefacción entran en
contacto con la humedad de la atmósfera. Estas emisiones contienen óxidos de nitrógeno, dióxido de azufre y
trióxido de azufre, que al mezclarse con agua se transforman en ácido sulfuroso, ácido nítrico y ácido sulfúrico.

Este proceso también sucede de forma natural a través de las erupciones volcánicas

PROCESO DE FORMACION

EL SO2 SE OXIDA MEDIANTE EL AGUA DE EL AIRE FORMANDO SO3

Lo primero que se tiene que formar es dióxido de azufre so2

 Una gran parte del SO2 (dióxido de azufre) emitido a la atmósfera procede de la emisión natural
que se produce por las erupciones volcánicas, que son fenómenos irregulares. Sin embargo,
una de las fuentes de SO2 es la industria metalúrgica.
 El SO2 puede proceder también de otras fuentes, como por ejemplo del sulfuro de dimetilo,
(CH3)2S, u otros derivados, o como sulfuro de hidrógeno, H2S. Estos compuestos se oxidan con
el dióxido atmosférico dando SO2. Finalmente el SO2 se oxida a SO3 (interviniendo en la
reacción radicales hidroxilo y oxígeno) y este SO3 puede quedar disuelto en las gotas de lluvia.
Las emisiones de SO2 se generan en procesos de obtención de energía: el carbón, el petróleo
y otros combustibles fósiles contienen azufre en unas cantidades variables (generalmente más
del 1 %), y, debido a la combustión, el azufre se oxida a dióxido de azufre.
S + O2 → SO2
Los procesos industriales en los que se genera SO2, por ejemplo, son los de la industria
metalúrgica. En la fase gaseosa el dióxido de azufre se oxida por reacción con el radical hidroxilo
por una reacción intermolecular.
SO2 + OH· → HOSO2
seguida por
HOSO2· + O2 → H2O· + SO 3
En presencia del agua atmosférica o sobre superficies húmedas, el trióxido de azufre (SO 3) se
convierte rápidamente en ácido sulfúrico (H2SO4).
SO3(g) + H2O(l) → H2SO4(l)
Otra fuente de dióxido de azufre son las calderas de calefacción domésticas
que usan combustibles que contiene azufre (ciertos tipos de carbón o
gasóleo).

 El NO se forma por reacción entre el dioxígeno y


el dinitrógeno atmosféricos a alta temperatura.
O2 + N2 → 2 NO
Una de las fuentes más importantes es a partir de las reacciones
producidas en los motores térmicos de los automóviles y aviones, donde
se alcanzan temperaturas muy altas. Este NO se oxida con el dioxígeno
atmosférico,
O2 + 2NO → 2 NO2
y este NO2 reacciona con el agua dando ácido nítrico (HNO3), que se
disuelve en el agua.
3 NO2 + H2O → 2 HNO3 + NO
La diferencia principal entre la lluvia ácida húmeda y seca radica en cómo los compuestos ácidos interactúan con la
atmósfera y se depositan en la superficie terrestre:

Lluvia Ácida Húmeda: Ocurre cuando los gases ácidos se combinan con el vapor de agua en la atmósfera para formar
ácidos que luego caen a la tierra en forma de lluvia, nieve o niebla. Esta forma de lluvia ácida es más común en
regiones donde hay una alta humedad atmosférica.

Lluvia Ácida Seca: En este caso, los gases ácidos se combinan con partículas atmosféricas como el polvo o el humo,
formando compuestos ácidos que luego se depositan en la superficie terrestre mediante la deposición seca. Esto
puede ocurrir en áreas donde la humedad atmosférica es baja o durante períodos de sequía.

El descubrimiento de la lluvia ácida se remonta al siglo XIX, pero su reconocimiento como un problema ambiental
significativo se consolidó en el siglo XX. En 1852, el químico Robert Angus Smith observó cambios en la composición
química de la lluvia en Manchester, Reino Unido, atribuyéndolos a la contaminación atmosférica. Sin embargo, fue en la
década de 1960 cuando la lluvia ácida comenzó a ser investigada de manera sistemática. En 1963, Smith publicó su obra
"Air and Rain", donde identificó la "lluvia negra" como consecuencia de la contaminación industrial. Posteriormente, en la
década de 1970, estudios en Estados Unidos y Europa profundizaron en la comprensión de la lluvia ácida y sus efectos en
el medio ambiente. A partir de entonces, se implementaron regulaciones y acuerdos internacionales para reducir las
emisiones de gases ácidos, marcando el inicio de una respuesta global para abordar este problema ambiental. El
reconocimiento y estudio continuo de la lluvia ácida han sido fundamentales para comprender sus impactos y desarrollar
estrategias de mitigación y prevención en todo el mundo.

Las erupciones volcánicas, los terremotos, los incendios naturales, los relámpagos y
algunos procesos microbianos liberan dióxido de azufre y óxidos de nitrógeno a la
atmósfera. No obstante, es la acción humana la causante de la mayor parte de
las emisiones de dióxido de azufre como consecuencia de la quema de
combustibles en la industria y las centrales energéticas, así como de la mitad de las
emisiones de óxidos de nitrógeno debido a los gases producidos por los vehículos
a motor. Asimismo —y aunque en menor medida—, las explotaciones ganaderas
intensivas producen amoníaco a partir de la descomposición de la materia
orgánica.

Estos tres contaminantes, que pueden ser transportados a grandes distancias desde
sus focos de origen, se oxidan en contacto con la atmósfera y dan lugar a la
formación de ácido sulfúrico y ácido nítrico. Dichos ácidos se disuelven en las
gotas de agua de las nubes y caen a la superficie terrestre mediante la
denominada lluvia ácida, que puede presentarse también en forma de nieve o niebla.
EFECTOS SOBRE LA VEGETACION
La lluvia ácida causa daños en los bosques
La lluvia ácida puede ser extremadamente perjudicial para los bosques. La lluvia ácida que empapa el suelo puede disolver
los nutrientes, tales como el magnesio y el calcio, que los árboles necesitan para mantenerse sanos. La lluvia ácida también
permite que el aluminio se escape al suelo, lo cual hace difícil que los árboles puedan absorber agua. Los árboles que se
hallan en regiones montañosas muy elevadas, tales como piceas y abetos, corren mucho más riesgo porque están expuestos
a las nubes y la niebla ácidas, con mucha más acidez que la lluvia o la nieve. Las nubes y la niebla ácidas disuelven los
nutrientes importantes que los árboles tienen en sus hojas y agujas. Esta pérdida de nutrientes disminuye la resistencia de los
árboles y los bosques a los daños causados por infecciones e insectos, y también por el frío del invierno.

Efectos sobre los edificios


La lluvia ácida produce daños en los edificios y objetos
La lluvia ácida también puede tener un efecto perjudicial en muchas cosas, entre ellas los edificios, estatuas, monumentos, y
los automóviles. Los compuestos químicos que contiene la lluvia ácida pueden hacer que la pintura se pele y que las
estatuas de piedra comiencen a verse viejas y deterioradas, con lo cual disminuyen su valor y su belleza.

La deposición ácida tiene sus efectos más pronunciados en los ecosistemas acuáticos. Las entradas de la
precipitación ácida a los cuerpos de agua llegan directamente de la lluvia e indirectamente de los suelos de la
cuenca hidrográfica circundante. El agua ácida lixiviada de los suelos incrementa los niveles de nutrientes de las
corrientes de agua y lagos de la cuenca. Puesto que los suelos presentan reservas apreciables de calcio, éste se
infiltra a través del suelo y neutraliza al tiempo que libera iones básicos y los transporta hasta corrientes y
lagos. Sin embargo, tal enriquecimiento es frecuentemente anulado por las precipitaciones ácidas que fluyen
sobre la superficie del suelo, siguiendo antiguos canales de las raíces y los túneles de animales hasta llegar a
las masas de agua receptoras. De este modo, muchas de las precipitaciones acaban en forma de aguas ácidas,
quedando las aguas receptoras acidificadas a pesar de los efectos tampona–dores del suelo (Schindler, 1988).

En el agua, los iones sulfato y cloruro reemplazan a los iones bicarbonato, el pH disminuye, y la concentración
de algunos iones metálicos en estado soluble aumenta. Cuando el pH de las aguas subterráneas y superficiales
de la cuenca hidrográfica circundante es de 5 o inferior, altas concentraciones de iones de aluminio son
transportadas hacia los ríos y lagos. Entonces el aluminio tiende a precipitar en forma de unos sedimentos
oscuros que, al actuar como agente floculante, eliminan partículas en suspensión y aumentan la transparencia
del agua. El aumento de la penetración de la luz en el agua puede estimular la producción de fitoplancton y el
crecimiento de algas bénticas y de briofitas, pero la biomasa y el número de especies de zooplancton, y por
tanto la biodiversidad, disminuyen (Bailey et al., 1995).

Aunque los peces adultos y algunos otros organismos acuáticos pueden tolerar una alta acidez, una
combinación de ésta y un elevado nivel de aluminio, situación que se puede presentar, puede matarlos.
Concentraciones de 0.1 y 0.3 mgL–1 de aluminio en el agua retrasan el crecimiento y el desarrollo gonadal de
los peces y aumenta su mortalidad (Schindler, 1988).

El relleno de depresiones y charcas temporales con el agua de escorrentía superficial, incluso en regiones sin
lagos o cursos de agua acidificados, inhibe la reproducción de ranas y salamandras, cuyos huevos y larvas son
sensibles al agua ácida. Este efecto puede explicar en parte la rápida disminución de anfibios. Las aguas ácidas
también son tóxicas para los invertebrados, debido a que los mata directamente o interfiere en el metabolismo
del calcio, provocando en los crustáceos la pérdida de la capacidad para recalcificar sus exoesqueletos después
de la muda. A medida que disminuye la reproducción con nuevos individuos y el alimento, los peces también
van desapareciendo de las aguas afectadas (Baker, 1991).

La lluvia ácida afecta especialmente a los lagos en regiones montañosas. Observaciones más recientes indican
la progresiva acidificación de lagos. Los efectos de un pH bajo sobre los peces consisten en la pérdida de calcio
en sus cuerpos, lo cual hace que tengan huesos débiles o deformes, incapacidad para el desarrollo de muchos
huevos y daños en las branquias, causados por el aluminio que se separa de los suelos por acción de la acidez
(Bailey et al., 1995).

Por efecto de la acidificación en los cuerpos de agua, las poblaciones de peces virtualmente han sido eliminadas
de los lagos de algunas regiones del mundo. Se ha sugerido que mucha de la toxicidad para los peces se debe
en realidad al incremento de las concentraciones de aluminio, más que a la acidificación del medio donde viven.
El aluminio, que comprende alrededor de un 5 % de la corteza terrestre, es prácticamente insoluble en agua
alcalina o neutra y por lo tanto no es biológicamente aprovechable. Sin embargo, como consecuencia de la
lluvia ácida, la concentración de aluminio disuelto en algunos lagos puede aumentar hasta niveles tóxicos para
los peces y otros organismos acuáticos. La solubilidad de otros metales tóxicos como el plomo, el cadmio y el
mercurio también aumenta enormemente con el descenso del pH (Bailey et al., 1995; Young et al., 1988).
Entre los efectos directos de la lluvia ácida sobre la salud humana, se encuentran afecciones
en los ojos, la piel, pérdida del cabello entre otros. Se cree que la acidificación de las aguas
subterráneas puede afectar el abastecimiento de agua potable, ya que se conoce el efecto
negativo de metales tóxicos como el aluminio y el cadmio que se libera bajo condiciones de
pH inferiores a 5, aunque se han encontrado casos altos de niveles de plomo, zinc y cadmio
aún a pH superiores (entre 5.2 y 6.4).

¿Qué es una afección médica?


Alteración patológica de uno o varios órganos, que da lugar a un conjunto de síntomas
característicos. Ver salud.

1. Vías respiratorias: La inhalación de partículas finas y aerosoles ácidos presentes en el


aire puede irritar las vías respiratorias, lo que puede causar problemas respiratorios
como la bronquitis y el asma.
2. Piel: La exposición directa a la lluvia ácida puede irritar y dañar la piel, especialmente
en personas sensibles o con afecciones cutáneas preexistentes.
3. Ojos: El contacto con agua contaminada o aerosoles ácidos puede irritar los ojos y
causar enrojecimiento, picazón y molestias.
4. Sistema digestivo: La ingestión de agua contaminada con altas concentraciones de
metales pesados como el aluminio puede provocar trastornos gastrointestinales y afectar
la salud digestiva.
5. Sistema nervioso: Algunos metales pesados presentes en la lluvia ácida, como el plomo
y el mercurio, pueden tener efectos tóxicos en el sistema nervioso si se ingieren en
cantidades significativas.

En resumen, la lluvia ácida puede afectar diversas partes del cuerpo humano, ya sea
directamente a través del contacto con la piel y los ojos, o indirectamente a través de la
inhalación y la ingestión de sustancias tóxicas presentes en el aire y el agua contaminada.

Manera en que la lluvia ácida afecta a la red alimentaria

La red alimentaria es un diagrama que explica las relaciones de alimentación que existen entre
las diferentes plantas y animales de un ecosistema. El animal que se encuentra arriba de la red
alimentaria se alimenta de las diferentes plantas y animales que aparecen enumeradas debajo del
mismo. Los animales que se hallan arriba son, por lo tanto, los predadores, y los animales y
plantas que están abajo son sus presas. Algunos animales tienen muchas fuentes de alimento
diferentes, mientras que otros se encuentran más limitados en cuanto a su alimentación.

La lluvia ácida puede representar serios problemas para una gran variedad de animales y plantas.
Como resultado de ello, toda la red alimentaria se ve afectada. En los lagos, por ejemplo, la
lluvia ácida puede hacer que muera el fitoplactón Los insectos, que dependen del fitoplactón
para subsistir, tendrían menos de qué alimentarse y, como consecuencia, comenzarían a morir.
Esos insectos son fuente de alimento para muchos otros animales, tales como peces, pájaros,
ranas y salamandras. A medida que mueren los insectos, hay cada vez menos comida para estos
animales. Este proceso continúa por toda la cadena alimentaria. De modo que, si bien la lluvia
ácida puede no afectar directamente a ciertas especies de plantas o animales, sí afecta a toda la
red alimentaria al limitar la cantidad de alimento que existe
China: Como uno de los principales emisores de gases contaminantes, China ha enfrentado
importantes problemas de lluvia ácida, especialmente en áreas densamente industrializadas como el
norte del país.

Estados Unidos: Históricamente, Estados Unidos ha tenido altos niveles de emisiones industriales y
vehiculares, lo que ha contribuido a la formación de lluvia ácida en regiones como el noreste y el medio
oeste.

India: Al igual que China, India enfrenta desafíos significativos en términos de contaminación del aire
debido a su rápido crecimiento industrial y poblacional, lo que ha llevado a niveles elevados de lluvia
ácida en varias partes del país.

Según cifras presentadas en rueda de prensa por responsables de la


Administración Estatal de Protección Medioambiental (SEPA, por sus
siglas en inglés), 357 de las 696 ciudades chinas donde se estudia
este fenómeno presentaron indicios de lluvia ácida, lo que supone
un 51,3% del total.

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