National Geographic Está Equivocado y Darwin También
National Geographic Está Equivocado y Darwin También
National Geographic Está Equivocado y Darwin También
Darwin tambien
La historia de portada de 33 páginas de la publicación de Noviembre de la
revista National Geographic pregunta, “¿Estaba Darwin equivocado?” Después
de décadas de propaganda evolucionista no sorprendió a ninguno su confiada
respuesta “¡No!”, pero los lectores científicamente informados y de pensamiento
cauteloso no serán persuadidos por la, según artículo, “abrumadora evidencia”
(p.4) presentada.
Obviamente, National Geographic (la que abreviaremos ‘NG’) piensa que sólo
un porcentaje de sus lectores son ignorantes acerca de la evolución y necesitan
ser educados sobre la “abundante, variada, creciente, sólidamente interconectada,
y fácilmente disponible” evidencia de la misma (p.8). NG admite que cerca de la
mitad de los estadounidenses no creen en la evolución debido en parte a lo
“declarado en las Escrituras” [simplemente creer plenamente la palabra de Dios],
y al trabajo de “proselitismo” del Creacionismo acerca de una tierra joven (de
miles de años, más no, miles de millones), y las propuestas de diseño inteligente
(p. 6) [Pregunto, ¿NG no está haciendo proselitismo?]. Ellos señalan que estas
ideas creacionistas han creado “confusión ingenua e ignorancia”; no obstante,
debido a que las revistas populares de ciencias, los medios masivos y la
educación pública son controlados por evolucionistas, ellos mismos deben
señalarse culpables por dicha confusión e ignorancia.
Ellos también esperan que sus lectores tengan una memoria a corto plazo. Sólo
cinco años atrás, NG promovió al “Archaeoraptor” como “prueba” de que “ahora
podemos decir que las aves son terópodos así como decimos que los humanos
son mamíferos”.1 Sin embargo, esto resultó ser un engaño—un Pájaro de
Piltdown, y tuvieron, en forma avergonzante, que retractarse públicamente de
eso. NG piensa que esto ya se olvidó, regresando ahora a sus viejos trucos de
adiestramiento evolucionista con la publicación de este artículo.
El artículo comienza con una de las tonterías más usadas, refutando el dicho de
que “la evolución es sólo una teoría”; dicho que definitivamente es incorrecto,
como hemos advertido a los creacionistas de decir tal cosa (ver nuestro artículo
‘Avanzando’). En este refutamos la gran falacia que NG trata de pasar sobre sus
lectores: no debemos dignificar la evolución con una palabra como “teoría,” y
poner la conjetura de ‘amiba a humano’ en el mismo nivel como la teoría de la
relatividad y teorías de electricidad. Más bien, esas teorías
que NG confiadamente compara con la evolución están basadas en observaciones
repetibles en el presente, mientras que la evolución es una conjetura acerca del
pasado inobservable.
El artículo dice que “dos grandes ideas se publican aquí: el fenómeno histórico
de la evolución de todas las especies (descendientes de un ancestro común), y la
selección natural como ‘el mecanismo principal causante del fenómeno’” (p. 8).
Así que las preguntas clave relacionadas con la evolución son estas: Uno, ¿cómo
fue que la información vino a existir en la supuesta primera criatura viva
microscópica de los evolucionistas? Y, segunda, ¿cómo pudo la información de
esa “simple” criatura cambiar y aumentar para producir todas las clases diferentes
de plantas y animales que vemos tanto con vida, como en el registro fósil?
Los creacionistas creen, basados en la enseñanza clara de Génesis, que Dios hizo
de forma sobrenatural diferentes “clases” de plantas y animales durante los
primeros seis días literales de la historia y que Él dotó a aquellas criaturas con la
información genética para producir enormes variedades dentro de las clases
originales, pero no la habilidad de transformarse en otra clase. Científicos
creacionistas (con su Doctorado en Filosofía obtenido en universidades seculares
dominadas por la evolución) están envueltos en investigaciones científicas para
tratar de definir las limitaciones de las clases originales, pero la mayoría parece
estar de acuerdo en que, en términos generales, las clases de Génesis están en la
mayoría de los casos en el nivel de familias o género, no en el nivel de especies
según la clasificación taxonómica moderna.
Así que el contraste entre la creación y la evolución es claro. Los evolucionistas
creen en el árbol de la vida—que todas las formas vivientes son descendientes de
un ancestro común. Esto es, ellos creen en un cambio vertical desde una clase de
criatura. Los creacionistas creen en el bosque de la vida—variación horizontal
dentro de la clase original creada, pero no de una clase en otra. ¿Cuál opinión
realmente encaja mejor con la evidencia científica?
Concerniente a la selección natural, NG se equivoca al inicio cuando dice
“Wallace y Darwin comparten los créditos por haber descubierto la selección
natural” (p. 8). De hecho, un respetado científico británico, Edward Blyth,
discutió el concepto 25 años antes que Darwin publicara su famoso libro. Blyth
atribuía la variación dentro de las clases originales creadas a cambios en el
ambiente o provisiones alimenticias.4 NG describe la selección natural como la
“separación natural” de “variaciones inútiles o negativas” (p. 8), pero esto revela
el defecto fatal en la supuesta teoría de Darwin. Como los creacionistas
continuamente han señalado, la selección natural no crea nada nuevo, sólo
selecciona de la información genética existente de la cual las variaciones son
producidas. El resultado es la preservación de alguna de esa información en una
variedad bien adecuada a un ambiente particular, o la pérdida completa de alguna
información por medio de la extinción de una variedad. Pero lo que nunca ocurre
es el incremento o creación de nueva información genética.
NG engaña a sus lectores y evade este argumento de la información cuando
presume las pérdidas de información como “prueba” de la evolución ‘de amiba a
humano’, la cual involucra masivos incrementos de información. Por
ejemplo, NG pregunta: “¿Porqué algunas especies de escarabajos que no vuelan
tienen alas que nunca se abren?” (pp. 12–13). Hemos señalado por mucho tiempo
que tales escarabajos surgieron de escarabajos con alas completamente
funcionales que debido a una mutación les invalidó el poder del vuelo. Pero en
algunos ambientes, una mutación como tal puede ser benéfica, i.e. beneficia el
organismo. Por ejemplo, en una isla de mucho viento, un escarabajo que vuele
dentro del viento puede ser aventado hacia el mar, mientras que los que no
vuelan evitarán tal peligro. Pero la línea principal es que los escarabajos han
perdido algo; pero eso no explica cómo los escarabajos o moscas pudieron surgir
en primer lugar.
La evidencia para la evolución es presentada por NG en cuatro categorías:
biogeografía (el estudio de la distribución geográfica de criaturas vivientes),
paleontología (estudio de los fósiles), embriología (estudio del desarrollo de los
embriones hasta el nacimiento) y morfología (estudio de la forma y diseño de las
criaturas). Darwin usó todos estos argumentos, y también lo hacen los
evolucionistas modernos.
Biogeografía
Los evolucionistas dicen que sólo la evolución puede explicar por qué hay ciertas
criaturas en un lugar, como canguros en Australia, pero no en ningún otro lugar.
Sin embargo, Darwin dijo que la evolución explicaba el patrón de vida en
continentes fijos, mientras que la evolución actual supuestamente explica el
patrón de vida en continentes que se separaron de uno mayor. Si la evolución es
tan flexible que puede explicar tales distribuciones mutuamente incompatibles,
entonces no explica nada de nada. Además, hay muchos enigmas para la
distribución observada de criaturas vivientes y fósiles. Por ejemplo, los canguros
no están principalmente en Australia “porque evolucionaron ahí.” Y los
evolucionistas tienen que admitir que los marsupiales vivieron alguna vez en
Europa, Asia y Norte de América (más adelante en profundidad), pero ahora
están ausentes (excepto las zarigüeyas en América). Es revelante lo que admiten
dos evolucionistas aquí:
Los marsupiales vivientes están restringidos a Australia y Sudamérica (los cuales fueron
parte del supercontinente Gondwana); las zarigüeyas norteamericanas son inmigrantes
recientes al continente. En contraste, fósiles metaterianos de Finales del Cretácico son
exclusivamente de Eurasia y Norte América (los cuales formaron el supercontinente
Laurasia). Este intercambio geográfico se mantiene inexplicable.5
Pero cuando tomamos en cuenta las diferencias en las criaturas que comparten
características comunes, el argumento del ancestro común se vuelve más difícil
de creer. Por ejemplo, los humanos y las ranas tienen 5 dedos en sus manos, pero
los patrones de desarrollo en ellos son vastamente diferentes. En los humanos los
dedos se desarrollan por la muerte programada de células entre éstos, mientras
que en las ranas es por el crecimiento externo como división celular – [Ver
discusiones mas detalladas de esto en el sexto capítulo de Refuting Evolution 2].
Para los embriones, el desarrollo está programado por la información en la
molécula de ADN en el huevo fertilizado. Así que la pregunta vuelve a ser ¿de
dónde salió la información para las diferentes clases de plantas y animales? Estas
no vinieron del tiempo, la casualidad, y las leyes de la naturaleza. Tampoco
debemos perder de vista a los evolucionistas que siguen usando los dibujos
fraudulentos de Earnst Haeckel—ver Earnst Haeckel: Evangelistic for evolution
and apostle of deceit and fraud, rediscovered. Aún, como Darwin y muchos
libros de texto de ciencias y libros evolucionistas para seglares,16 NG apoya la
recapitulación embriónica (p. 13).
NG proclama características u órganos vestigiales como prueba de la evolución.
Estos son aspectos del cuerpo que son declarados como inútiles y sobrantes de
nuestros animales ancestrales. Hay dos problemas con este argumento. Uno, la
pérdida de función (por medio de la pérdida de información genética). Segundo,
casi todos los 180 “órganos vestigiales” en el hombre citados por evolucionistas
como prueba de la evolución, al paso del siglo 20, se sabe ahora (gracias a la
investigación médica) que tienen al menos una función. [Ver capítulo 7
de Refuting Evolution 2 y Vestigial Organs Are Fully Functional]. De
hecho, NG ridículamente usa los pezones masculinos como prueba de la
evolución (pp. 12–13)—¿acaso creen que los hombres (masculino)
evolucionaron de una raza completamente constituida por humanos con senos
femeninos?].
NG crea un gran lío acerca de las plantas, animales, bacterias, y viruses
cambiando para resistir herbicidas, insecticidas y antibióticos. De hecho, el
artículo dice que, “no hay mejor ni mayor evidencia inmediata para sustentar la
teoría Darwiniana que este proceso de transformación forzada en medio de
nuestros gérmenes perjudiciales.” (p.21). Pero en cada ejemplo citado tenemos
una cierta criatura cambiando en otra variedad de su misma clase de criatura. Un
estirpe de gripe que cambia en otra estirpe de gripe, o una cepa de bacteria
cambiando en una cepa diferente, o una variedad de mosca doméstica que cambia
en otra variedad de mosca doméstica no es una explicación de dónde surgió la
información para hacer la gripe, la cepa o la mosca doméstica, y siempre
encontramos que el cambio en realidad va en la dirección opuesta de lo que la
evolución requiere—[ver: The evolution train’s a–comin’ (Sorry a-goin’—in the
wrong direction)].
Pero, ¿cómo ocurre esta variación? El prominente evolucionista, Francisco Ayala
nos dice:
La resistencia de un insecto a un pesticida fue reportado por primera vez en 1947 para la
mosca doméstica (Musca domestica) con respecto al DDT. Desde entonces la resistencia a
uno o más pesticidas han sido reportados en, al menos, 225 especies de insectos y
artrópodos. Las variaciones genéticas requeridas para la resistencia de las más diversas
clases de pesticidas estaban aparentemente presentes en cada una de las poblaciones
expuestas a esos compuestos hechos por el hombre.17
Pero muchas veces los cambios son debidos a mutaciones que son errores en el
copiado de la molécula de ADN en el proceso de reproducción. Lo que NG no
dice a los lectores es que las mutaciones resultan de pérdidas de información
genética en la criatura. Muchas de la mutaciones son deletéreas, si no es que
fatales, para el organismo. No está en el camino ascendente (evolución), sino en
el camino descendente (involución). Algunas veces, la mutación mejora la
oportunidad de sobrevivir, pero siempre involucra una pérdida de información
genética. Por ejemplo, la bacteria,Helicobacter pylori, le da problemas al
humano, pero los doctores la pueden destruir con un antibiótico. Después de que
el paciente toma el antibiótico, éste es absorbido por la pared celular de la
bacteria. Tiene la información genética para hacer una enzima que reacciona con
el antibiótico convirtiéndolo en un veneno, matando a la bacteria. Pero debido a
una mutación, algunas H. pylori no pueden hacer la enzima y no pueden
convertir el antibiótico y de esa manera no mueren sino se reproduce, dando al
paciente y al doctor un nuevo problema. El mutante sobrevive por una pérdida de
información, la cual no es un proceso que eventualmente le llevaría a un aumento
de información para transformar a la bacteria a través de millones de años, en un
biólogo.
El Dr. Lee Spetner, un científico judío y experto en mutaciones, ha establecido en
su excelente libro, Not by Change: Shattering the Modern Theory of Evolution,
pp. 159-160:
Todas las mutaciones reducen la información en los genes haciendo una proteína menos
específica. No añaden nueva información y no añaden nuevas capacidades moleculares.
Desde luego, todas las mutaciones estudiadas destruyen información. Ninguna puede servir
como ejemplo de una mutación que pueda llevar a los grandes cambios de la
macroevolución … . Quien sea que piense que la macroevolución puede realizarse por
mutaciones que pierden información es como el comerciante quien pierde un poco de
dinero en cada venta pero piensa que lo puede aumentar en volumen.
Parece que las mutaciones no son ayuda para los evolucionistas. Es como la
selección natural, no producen la información genética nueva que la teoría
requiere. Pero al igual que la selección natural, las mutaciones cuadran
perfectamente con lo que la Biblia enseña. Son el resultado de la maldición de
Dios sobre la creación cuando Adán y Eva pecaron. (Génesis 3:20, Romanos
8:20-22).
La Biblia concuerda con el hecho que explica por qué un número creciente de
científicos con doctorado, son creacionistas—ver In Six Days, On the Seventh
Day, The Genesis Files, y la sección ‘Creation scientist and other biographies of
interest’ en el sitio de internet de AiG. La evolución no está de acuerdo con la
evidencia científica. No puede sostener el escrutinio cuidadoso, razón por la que
los evolucionistas tienen que usar el poder político y académico y la intimidación
legal para mantener las críticas de la evolución fuera de las escuelas públicas. De
hecho, la atea anticreacionista Eugenie Scott tácitamente admitió que si a los
estudiantes se les presentaran tales críticas, ¡terminarían por no creer [en la
evolución]!
En mi opinión, usar los temas de creación y evolución para ejercicios de pensamiento
crítico en escuelas primarias y secundarias es garantía virtual para confundir a los
estudiantes acerca de la evolución y los llevaría a rechazar uno de los temas mayores en
ciencias.19