Roskitas

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Rosquitas súper fáciles y esponjosas

Tarde muy fría de feriado en Mardel y qué mejor que ponerse a cocinar
algo rico para la hora de la #merienda. Hacía bastante que tenía muchas
ganas de comerme unas buenas rosquitas y hoy me saque el antojo. Una
receta muy fácil de hacer con la que podrán sacar 2 docenas. Con esta
misma receta haces las berlinesas

Ingredientes

60 minutos
6 raciones

500 gr harina 000 (o 0000)


75 gr azúcar
50 gr manteca, margarina o grasa blanda
1 cda esencia de vainilla
ralladura de 1/2 limón
25 gr levadura fresca
250 cc a 300 cc agua tibia

Paso a paso

En un recipiente poner todos los ingredientes menos el agua. Ir


agregando poco a poco el agua hasta lograr una masa suave. Amasar 5
minutos. Tapar y dejar leudar 20 minutos en lugar templado. Dividir el
bollo. E ir haciendo pequeños bollitos.

Aproximadamente de 40 gr que son como del tamaño de una pelota de


ping-pong. Descansar 5 minutos e ir haciendo con el dedo un orificio en
el centro. Hay que abrir bien para que no se cierre. Descansar tapadas 10
a 15 minutos en lugar templado.

Listas mis rosquitas comenzamos a freír en abundante aceite. OJO NO


DEBE ESTAR MUY CALIENTE para que no se quemen. Más bien bajo para darles
tiempo a cocinar.

Una vez doradas de un lado damos vuelta, 3 o 4 minutos más y ponemos


sobre papel absorbente.

Así calentitas como están pasamos cada rosquita por azúcar (son una
plumita ??) y listas para disfrutar.

Súper fáciles y livianitas, tanto que volaron al instante


Rosquillas fritas o al horno.

Errores a la hora de prepararlas y consejos para que queden perfectas

¿A quién no le gusta un dulce?, y más si es un producto tan típico de


nuestro país como son las rosquillas.

Suelen prepararse durante la celebración de Carnaval o de la Semana


Santa, pero cualquier momento es bueno para degustar las múltiples
variedades que tenemos. Dicen que tienen su origen en la época romana,
aunque no se extendieron por Europa hasta la Edad Media, posiblemente
debido a la necesidad de alimentarse con grandes cantidades y pocos
medios.

Como os acabo de comentar hay muchísimas versiones, tanto por la


elaboración de la masa, ya sean hojaldradas o más o menos esponjosas,
como por su preparación, pues podemos freírlas o meterlas al horno, o
incluso por su presentación podemos glasearlas o no, con o sin anís….

Sin embargo, en general podemos decir que se trata de una masa hecha a
base de cuatro ingredientes básicos: azúcar, huevo, harina y aceite. Es
importante que todos sean de buena calidad y que estén en buen estado
para que el resultado sea perfecto. ¿Pero cómo conseguimos hacerlas
crujientes por fuera y blanditas por dentro?
Claves para conseguir unas buenas rosquillas
1. A la hora de hacer la masa

Es importantísimo cogerle el punto a la textura antes de freírlas. Lo


mejor para que quede perfecta es mezclar por pasos los ingredientes
dentro de un bol y así podrás ir controlándola.
Amasa mucho la masa, aun cuando creas que ya está lista y no se pegue
ni a las manos ni a la mesa, sigue amasando unos cinco minutos más para
que quede una pasta fina y con todos sus ingredientes bien ligados y
compactos…. resulta pesado, pero merecerá la pena.
Otro paso muy importante es el reposo. Si no lo hace, la masa
adquirirá demasiada fuerza y se puede romper a la hora de modelarla.

2. A la hora de darle forma

Una vez haya reposado la masa, cogemos trocitos de unos 15 gramos


cada uno, hacemos bolitas, las estiramos y unimos las puntas. También
puedes hacer la bola, aplastarla y hacerle un hueco en el centro con el
dedo, o bien utilizar la manga pastelera.
Cuanto más practiquemos, más pronto le cogeremos el punto a la
textura de la masa antes de freírlas. Si dejamos una masa dura (fácil de
modelar), obtendremos rosquillas compactas, harinosas.
Tener en cuenta que, aunque nos parezca que dejamos la masa blanda,
con el reposo de 1 hora, parece mentira, pero la masa se endurece un
poco, coge cuerpo.

3. Si son rosquillas fritas. A la hora de la fritura

Deberemos freírlas en abundante aceite, mejor aceite de girasol


porque resultan mucho menos pesadas que con aceite de oliva, pero esto va
en gustos. El aceite de oliva virgen extra tiene demasiada intensidad de
sabor que opacaría a la rosquilla.
La temperatura del aceite es otro factor importantísimo para obtener
unas buenas rosquillas. Deberá estar lo suficientemente caliente para que
se hagan bien por dentro, pero no demasiado caliente, que lo único que
nos pasaría es que se queman rápidamente por fuera, pero dentro queda
cruda la masa. Si el aceite está frío, lo que hacen las rosquillas es
chupar mucho aceite, quedándonos unas rosquillas aceitosas. Hay que
freírlas despacio, de esta forma, crecerán y se esponjarán más. De lo
contrario se arrebatan y quedan duras.
Las rosquillas deberán flotar en el aceite (si tocan el fondo porque
hay poco aceite, lo único que consigues es que se quemen y que absorban
mucho aceite). Las rosquillas en principio van al fondo, pero enseguida
suben arriba.
No eches demasiadas rosquillas a la vez en la sartén, es mejor poner
pocas para que puedas controlarlas y que no se quemen. Además, ten en
cuenta que las rosquillas, en contacto con el aceite caliente, crecerán.
No debemos darles vueltas y vueltas todo el rato cuando las estamos
friendo, ya que lo único que conseguimos es que absorba más aceite de la
cuenta y como consecuencia, rosquillas aceitosas. Una vez es suficiente,
sobre unos 3 minutos de fritura por cada lado, para que queden doraditas
y bien hechas por dentro. Es importante después de freírlas, ponerlas en
papel secante de cocina para que absorba todo el aceite sobrante de la
fritura.
Hay quienes utilizan levadura o bicarbonato para inflar la rosquilla,
pero el propio aceite caliente va a hacer que aumenten de tamaño. Si
aumentas el volumen con levadura, la rosquilla se secará antes, es
preferible, aunque sea tedioso, batir con fuerza los huevos y el aceite
para que esponje más.

4. Si son rosquillas al horno. A la hora de hornear

Muy importante precalentar el horno, a máxima potencia, unos 220º C.


Se hacen enseguida, la mayoría de las recetas son de unos 10-12
minutos, con lo que debemos de estar pendientes del horneado para evitar
que se nos quemen o se queden secas. A ser posible con temperatura arriba
y abajo y sin aire caliente.
Hay que dejar enfriar antes de decorar o de pasarlas al glaseado. Se
dejan enfriar sobre una rejilla hasta que estén totalmente frías antes de
proceder a darles en baño con el glaseado.

5. Glaseado en almíbar, con glasa suave, con azúcar o con yema. 4


opciones

Una vez hechas y que hayan enfriado podemos hacer tres tipos de
presentación (lógicamente también se podrían comer tal cual).

Las espolvoreamos con azúcar glas o azúcar blanquilla normal,


colocamos azúcar en un plato y vamos rebozando la rosquilla en el azúcar
para que adhiera, de aquí a una fuente o directamente a la boca.
La otra opción, que es la que más le gusta a mi padre, es glasearlas
con un almíbar suave, a tope de azúcar. Simplemente hacemos un almíbar en
un cazo. Donde solemos preparar la leche por las mañanas con los
ingredientes de la receta y dejamos que reduzca.
Pasamos todas las rosquillas mojando por ambos lados en el almíbar.
Esto hará que se forme una costra y que se conserven en buen estado un
montón de tiempo. Las ponemos en una bandeja de horno o en la encimera, y
pasado un rato las recolocamos para que no se peguen antes de que seque
el azúcar.
También podemos hacer una sencilla glasa con azúcar glass (225 g) y
agua (50 ml.). Preparamos el glaseado batiendo el azúcar glass con el
agua. Cuando las rosquillas estén frías las sumergimos en el glaseado por
ambos lados. Devolvemos a la rejilla para que escurran el exceso y se
sequen.

La última, al estilo de las rosquillas de Alcalá, sería un glaseado


con yema que cubra la rosquilla. Otra deliciosa forma de decorar y
mejorar nuestras rosquillas.

6. Cómo conservarlas correctamente

A la hora de conservarlas, si nos sobran, las rosquillas se pueden


conservar en buen estado un par de semanas. Mejor guardarlas en una
cajita de lata o en un tarro de vidrio y siempre en un lugar fresco y
seco, pero nunca las metáis en el congelador.

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