Fallo 271.396
Fallo 271.396
Fallo 271.396
Voces :
Corte
Suprema
de Justicia
Tribunal:
de la
Nación(CS
)
Fecha: 25/09/1968
Partes: Ruiz Mira, Pedro y otros
Publicado CS Fallos 271:, 396 - Colección de Análisis Jurisprudencial Elems. de Derecho Penal
en: y Procesal Penal - Director: Andrés José D'Alessio - Editorial LA LEY, 2005, 34, con
nota de Mónica A. Antonini
Vía
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20 - Fallos: 326:1644
HECHOS:
SUMARIOS:
TEXTO COMPLETO:
Los créditos de la sociedad eran compensados con las deudas que tuviera con el
Instituto Nacional de Reaseguros, el cual liquidaba los saldos remanentes por
medio de cheques contra la casa central del Banco de la Nación, que eran enviados
a Córdoba, depositados allí para su cobro, y, como es lógico, debitados en la
ciudad de Buenos Aires, en la cuenta de la entidad que los había librado.
Así, por ejemplo, en fallos: 214:72 y 221:115;), el punto discutido era si el falso
testimonio y la malversación de objeto embargados, respectivamente, debía
considerarse cometidos en el sitio donde se hallaron los tribunales que por medio
de exhorto habían requerido la declaración u ordenado el embargo, o, por el
contrario, en la jurisdicción donde el testimonio se prestó o los bienes se
malversaron.
En este último sentido es dable observar que también en otros precedentes, como
los de Fallos: 222:502; 220:853 y 232:196, el delito, si bien se mira, había sido
perpetrado íntegramente dentro de la misma jurisdicción.
Por otra parte, es igualmente preciso reconocer que lo resuelto en los casos de
Fallos: 94:378; 126:375; 174:374; 178:291 y 227:32, en lo atinente a la
competencia para juzgar los delitos de calumnia, injurias y desacato cometidos
mediante publicaciones, no puede entenderse decisivo para concluir que el lugar de
la actuación voluntaria y no el del resultado determine dicha competencia.
Ello sentado, cabe subrayar, en primer término, que dichas normas establecen la
regla del forum delicti commissi, pero no determinan que el hecho deba
considerarse cometido en el lugar donde se consuma el delito mediante la
producción del resultado.
Este último punto de vista no es sino uno de los expuestos por la doctrina y la
jurisprudencia en lo que hace a la teoría del lugar y del tiempo de la acción, y
frente al cual se han formulado otros de muy distintas características.
En este orden de ideas observa Mozger (v. Tratado de Derecho Penal, traducción
de José Arturo Rodríguez Muñoz, Madrid, 1935, Tomo I, página 264 a 268) que lo
decisivo para la ley es el lugar donde se "ha cometido" la acción. Y ella se entiende
cometida, "en tanto no aparezca evidente lo contrario, en todos los sitios del
mundo exterior donde incluso sólo se haya realizado efectivamente una parte
integrante del movimiento corporal que pertenece al tipo o una parte del
correspondiente resultado externo;..." (op. cit., página 266).
Como el autor citado lo aclara, esta posición fue acogida por la mayor parte de la
doctrina y por la jurisprudencia del Tribunal Supremo de su país. Conviene agregar
que finalmente recibió allí consagración legislativa (ver Maurach, "Tratado de
Derecho Penal", traducción de Juan Córdoba Roda, Barcelona, 1962, Tomo I,
página 129). Asimismo, en nuestra patria, el Proyecto de Código Penal del año
1960 adoptó un temperamento similar acerca de este problema (ver art. 8° de
dicho proyecto).
Por mi parte, creo que este criterio es el más adecuado a las finalidades
perseguidas por el art. 102 de la Constitución Nacional y los arts. 3, inc. 3° de la
ley 48 y 23, incs. 3°, 35 y 36 del Código de Procedimientos en lo Criminal, en
cuanto preceptúan que la competencia territorial se determina por el lugar de
comisión del hecho.
Aplicadas tales consideraciones al sub iudice, cabe concluir que el conocimiento del
asunto toca a los tribunales federales de Córdoba.
A tal respecto debe tenerse en cuenta que, como surge de la relación de los hechos
efectuada al comienzo de esta vista, la sociedad cooperativa "La Docta" tiene su
sede central en Córdoba, donde también se encuentran los libros de contabilidad y
la abundante documentación que es preciso examinar detenidamente para
establecer el alcance verdadero de las maniobras. En aquella ciudad, o al menos en
la provincia de Córdoba, es de presumir que se domicilien los asegurados que
sufrieron siniestros, aprovechando los cuales se realizaron las operaciones dolosas.
Allí, también, tienen su residencia los demás testigos que habrán de ser
interrogados, así como otras personas sobre cuya participación en la maniobra las
constancias reunidas permiten abrigar sospechas. Igualmente están en Córdoba los
talleres mecánicos que otorgaban facturas falsas.
Está claro, pues, que atribuir el juzgamiento del delito a un juez de la Capital
Federal, que se vería obligado a practicar la investigación mediante constantes y
engorrosas delegaciones a los tribunales de Córdoba, importaría desconocer los
fines esenciales que inspiran los preceptos aplicables en la materia.
De igual modo, es del caso destacar a este propósito, que la Cámara Federal de
Córdoba ha admitido que la solución adoptada por ella es, de hecho,
inconveniente.
Considerando: Por los fundamentos del precedente dictamen del Sr. Procurador
General, se declara que el Sr. Juez Federal de Córdoba es el competente para
conocer de esta causa. Remítanse los autos a la Cámara Federal de Apelaciones de
Córdoba y hágase saber en la forma de estilo al Sr. Juez Nacional en lo Criminal y
Correccional Federal. - Eduardo A. Ortiz Basualdo. - Roberto E Chute. - Marco A.
Risolia. - Luis C. Cabral. - José F. Bidau.